PROCEEDINGS OF THE NORTH AMERICAN VETERINARY CONFERENCE VOLUME 20 JANUARY 7-11, 2006 ORLANDO, FLORIDA SMALL ANIMAL EDITION Reprinted in the IVIS website (http://www.ivis.org) with the permission of the NAVC. For more information on future NAVC events, visit the NAVC website at www.tnavc.org Small Animal — Dia en Español ______________________________________________________________________________________________ QUILOTÓRAX EN EL PERRO Y EN EL GATO Juan Fco. Rodríguez García, Ldo. en Veterinaria Clínica Veterinaria El Cabo Alicante, España Quilo es el término que se emplea para denominar el fluido linfático que procede del intestino y por consiguiente conteniendo una gran cantidad de grasa. El quilo es transportado al sistema venoso a través de una red de vasos linfáticos del mesenterio. Estos linfáticos convergen en la cisterna chyli, un gran saco dilatado que se sitúa adyacente a la arteria aorta en una tamaño que va desde L1 a L4. El conducto torácico es la continuación craneal del la cisterna chyli y su incio es a nivel de las cruras diafragmáticas. Discurre a lado de la aorta, en lado derecho en el perro y en el lado izquierdo en el gato, entre la aorta y la vena azygos. El conducto termina en el sistema venoso del cuello, en la vena yugular externa izquierda o incluso directamente en la vena cava craneal. El quilotórax es una condición infrecuente en gatos y perros en los que el quilo se acumula dentro de la cavidad torácica. Esta situación supone un reto terapéutico ya que la patofisiología del quilotórax en el perro y en el gato no es muy conocida. Los primeros estudios sobre el quilotórax parecían indicar que el problema se originaba a partir de un defecto del conducto torácico, generalmente como consecuencia de trauma. Estudios recientes han puesto en duda esta conjetura y en la mayoría de los casos no se puede demostrar una causa subyacente y entonces la condición se considera idiopática.1 La incidencia del quilotórax en la raza afghana es inesperadamente elevada pero se desconoce si la patología es hereditaria.2 La torsión de lóbulos pulmonares también se produce en esta raza en una alta proporción, mostrando muchos de esos perros afghanos una efusión quilosa en el momento del diagnóstico de la torsión de lóbulo o unos pocos días después de haberle sido practicada la exéresis del lóbulo torsionado 3. Se especula que la linfangiectasia puede favorecer la extravasación a través de las paredes delgadas del vaso linfático. Procesos tumorales o trombosis que ocluyan la vena cava craneal pueden inducir la formación de quilotórax por tales mecacnismos ya que provocarían un aumento de la presión hidrostática dentro del capilar linfático por aumento de la presión venosa en la cava previa a la oclusión parcial o total. Se ha diagnosticado linfangiosarcoma mediastínico en perros con quilotórax e incluso quiloabdómen. Los plexos irregulares y caóticamente anastomosados de los vasos neoplásicos asociados con el linfangiosarcoma mediastínico probablemente contribuyen a la obstrucción linfática crónica.4 La elevación de la presión venosa sistémica secundaria al fallo cardiaco congestivo puede explicar por qué el quilotórax ocurre en las cardiomiopatías, displasia tricúspide, dirofilariosis y otras condiciones patológicas que afectan al corazón. Independientemente de la causa, el quilotórax en una enfermedad potencialmente devastadora. La tasa de flujo linfático en el conducto torácico de los perros se ha estimado que es alrededor de 2 ml/Kg/h. Esta cantidad varía con la dieta, siendo mayor después de una ingesta rica en grasas. Alrededor del 60 al 70 por ciento de todas las grasas ingeridas se dirigen al torrente circulatorio a través del conducto torácico. Este conducto es también la principal vía para el transporte de proteínas desde los espacios capilares al sistema venoso. Consecuentemente el quilotórax resulta en, además de comprometer la respiración, debilitamiento a causa de la pérdida de grandes cantidades de grasa, proteínas, vitaminas liposolubles y linfocitos en la cavidad pleural. También pueden ocurrir anormalidades electrolíticas en los animales con quilotórax. Se ha observado hiperkalemia e hiponatremia en el quilotórax espontáneo y provocado en los que se han practicado numerosas toracocentésis.5 La inmunocompetencia se ve alterada, disminuida, debido a la pérdida de anticuerpos, linfopenia y malnutrición. Otro efecto potencial debido a la persistencia de la efusión quilosa es el desarrollo de pleuritis constrictiva, especialmente en gatos, especie en la que se ha notificado 6. La causa de la pleuritis constrictiva asociada con el quilotórax felino se desconoce. Presumiblemente las efusiones son irritantes a la pleura y la pleuritis constrictiva es probablemente la fase terminal de la respuesta continuada a una inflamación de larga duración. DIAGNÓSTICO El diagnóstico del quilotórax se basa en el reconocimiento de los hallazgos clínicos y radiográficos característicos de la efusión y en el análisis del líquido obtenido, que suele ser más o menos blanco aunque no siempre. El fluido quiloso típicamente muestra niveles de triglicéridos que son entre 12 y 100 veces mayor que los medidos en el suero obtenido en el mismo momento. Los niveles de colesterol en el quilo no son elevados cuando se compara los valores del suero. Los animales anoréxicos con efusiones quilosas pueden tener muy reducidos los niveles de quilomicrones. El líquido pleural de esos animales puede ser fácilmente confundido con un trasudado modificado o una efusión obstructiva. En ocasiones hace falta alimentarlos con una comida rica en grasa para demostrar las características tipicas del quilo. Las efusiones pleurales ricas en colesterol o complejos lecitina-globulina pueden aparentar linfa, pero estas son debidas a la degeneración celular asociadas con procesos inflamatorios crónicos o malignos. Se les denomina efusión pseudoquilosas. Pueden ser bajas en triglicéridos o pueden tener un alto contenido en colesterol. El manejo de animales con quilotórax puede ser problemático, especialmente los gatos. Durante la obtención de radiografías hay que minimizar la manipulación y el estrés tomando proyecciones dorsoventrales mejor que ventrodorsales y laterales en la estación mejor que en decúbito. La suplementación con oxígeno durante el procedimiento puede ser de 1491 The North American Veterinary Conference — 2006 ______________________________________________________________________________________________ utilidad. En gatos severamente disneicos es mejor eliminar un poco de líquido mediante toracocentésis con una aguja de mariposa y jeringa antes de la toma de radiografías. Simplemente con extraer una pequeña cantidad de líquido mejora mucho la ventilación pulmonar. Los animales que siguen disneicos después de extraer el líquido pleural de sospecharse que padezcan alguna alteración pulmonar parenquimatosa subyacente a alguna enfermedad pleural tal como la pleuritis constrictiva o fibrosante. Dada la multitud de enfermedades asociadas con quilotórax, se aconsejan protocolos diagnósticos más extensos incluyendo estudios radiográficos, ultrosonografía, cultivo bacteriológico y antibiograma y ecocardigrafía para intentar conocer la causa primaria. Si no se identifica ninguna causa entones lo diagnosticaremos como quilotórax idiomático. TRATAMIENTO Se debe considerar el manejo médico si se sospecha de algún traumatismo o bien anterior a la intvervención quirúrgica. Este manejo médico incluye la evacuación del espacio pleural con un tubo de toracostomía y la suplementación con fluidos y electrolitos. Aunque durante mucho tiempo se ha recomendado la alimentación con dietas bajas en grasa en el tratamiento del quilotórax no se ha podido demostrar que bajen el volumen del flujo de linfa en el conducto torácico. Algunos creen que aunque el flujo no disminuya, la linfa con menos contenido en lípidos puede ser reabsorbida más rapidamente 6. La suplementación con triglicéridos de cadena media se ha propuesto en el pasado pero estudios recientes demuestran que los triglicéridos de cadena media son transportados en el conducto torácico y por lo tanto ya no se recomiendan. Se ha recomendado la administración de benzopironas ( rutina a la dosis de 50 mg/kg administradas 3 veces al día) para estimular la producción de macrófagos y desintegrar las proteínas y promover la reabsorción de linfa 7. No está muy clara la eficacia de esa droga. La rutina es un derivado flavonoide que se extrae del fruto del árbol brasileño Fava d`Antra (Dimorphandra). No están bien establecidas las indicaciones absolutas para una intervención quirúrgica en los animales. Se sugieren las siguientes: 1) Fracaso en el intento de reducir el flujo de linfa después de 5 a 10 días de manejo médico, 2) Pérdidas de quilo mayores de 20 ml/Kg/dia durante más de 5 días, 3) Signos de malnutrición proteica y calórica e hipoproteinemia. Una vez tomada la decisión de operar se debe realizar una linfangiografía para poder reconocer en qué punto conducto torácico éste aparece como un vaso único, porque si decidimos ligar el conducto no debemos dejar ninguna rama permeable. La lista de opciones quirúrgica es: 1. Ligadura del conducto torácico, que será descrita aquí. 2. Pleurodésis 3. Shunt pleurovenoso activo o pleuroperitoneal . 1492 4. Shunt pasivo pleuroperitoneal. 5. Transposición de omento a la cavidad pleural. Debemos recordar la diferencia en el abordaje quirúrgico entre perros y gatos. En los perros el conducto torácico discurre a la derecha y dorsal de la aorta pero en el gato discurre a la izquierda de la aorta. Debido a esta diferente localización anatómica se accede al conducto torácico a través de una toracotomía intercostal derecha en perros y una toracotomía intercostal izquierda en los felinos a nivel del 10º ó 11º espacio intercostal. En los gatos también es posible acceder al conducto torácico a través del abdomen craneal. En los casos que he operado en perros he realizado la ligadura del conducto previamente identificado mediante azul de metileno inyectado en un vaso linfático mesentérico o en un ganglio mesentérico, pero hay cirujanos que prefieren una ligadura en bloque de todos los tejidos situados inmediatamente laterodorsales a la aorta, especialmente en gatos en los que puede ser mas engorroso cateterizar un linfático mesentérico. Con la ligadura del conducto torácico se han obtenido resultados buenos en no más del 59% de los perros y bastante inferiores en los gatos.1 Estos resultados mucho menos que buenos has promovido el desarrollo de esas otras técnicas antes listadas. Después de la ligadura del conducto torácico se forman numerosas anastomosis linfático-venosas que transportan la linfa al sistema venoso. La ventaja de la ligadura del conducto torácico sobre otras técnicas es que suprime totalmente el paso de linfa por lo que se detiene la extravasación de linfa en los capilares linfáticos mediastínicos. La desventaja es que el tiempo operatorio es largo, se puede reacumular linfa u otro tipo de efusión tras la cirugía y que la ejecución de la linfangiografía puede ser engorrosa, especialmente en gatos. Sin la lingangiografía mesentérica no podemos estar seguros de que el conducto ha sido eficazmente ligado en todas sus posible ramas. En raras ocasiones incluso con la lingangiografía podemos obtener falsos positivos, es decir, que podría aparecer como ligado pero todavía alguna rama podría permanecer permeable. Preoperativamente se mantiene el animal en ayuno durante 12 horas y unas 2 ó 3 horas antes de la intervención se le alimenta con crema o aceite para ayudar en la detección de los vasos linfáticos mesentéricos. Para realizar la linfangiografía mesentérica el animal se posiciona en decúbito lateral izquierdo y realizamos una incisión paracostal derecha. Se expone el ciego y cuidadosamente realizamos una disección de un vaso linfático. Lo cateterizamos con un catéter sobre aguja, bránula, calibre 20-22. Fijamos temporalmente el catéter con una sutura de seda 3-0 alrededor del vaso y conectamos un tubo de extensión previamente relleno con solución salina heparinizada. Diluimos un medio de contraste yodado orgánico en proporción de 1 ml de contraste por kilo de peso en 0.5 ml de solución salina por kilo de peso. El iohexol es adecuado. En el momento de la inyección del último ml Small Animal — Dia en Español ______________________________________________________________________________________________ de contraste se obtiene una radiografía lateral para visualizar el conducto torácico. Entonces re realiza la toracotomía intercostal lateral en 8º,9º, ó 10º espacio dependiendo de en que punto el conducto sea único. En ocasiones el conducto se visualiza en un color blanquecino por transportar linfa muy cargada de grasa pero cuando no es así se puede inyectar el azul de metileno a través del tubo de extensión dejado temporalmente en el vaso linfático mesentérico. Se necesitan no más de 0.5 ó 1 ml de contraste diluido en 4 ó 5 ml de solución salina. El conducto se liga con seda 2-0 ó 3-0 o también mediante clips hemostáticos. Tras la ligadura realizamos una nueva radiografía durante una nueva inyección de un medio de contraste yodado y comprobamos que el contraste no pasa del lugar donde situamos la ligadura. Después se cierra la toracotomía, se retira el catéter del linfático mesentérico y se cierra el abdomen. Es aconsejable dejar un tubo de toracostomía durante unos pocos días. Es normal que un cierto volumen de efusión serosa se acumule durante unos días. En cuanto a los otros métodos, encuentro que el shunt activo pleurovenoso es bastante complejo de manejar por los propietarios y la mayoría no aceptarían las complicaciones potenciales tales como la formación de trombos y además la heparinización continua necesitaría de un chequeo analítico rutinario del estatus de coagulabilidad de la sangre. El tratamiento del quilotórax en los gatos puede ser un poco más complicado, siendo más frecuentes las recidivas de acumulación de linfa en tórax. Para minimizar este riesgo suelo realizar en el mismo animal la omentalización del espacio pleural, la ligadura del conducto y la pericardiectomía. En los gatos la pericarditis constrictiva puede provocar una disminución del retorno venoso a la aurícula derecha. Esta patología es muy difícil de demostrar y confirmar si no se realiza una cateterización cardiaca así que cuando realizamos la intervención quirúrgica para la resolución del quilotórax felino la pericardiectomía puede ayudar a prevenir la recaída de la acumulación del linfa. En general los gatos con enfermedad cardiacas están predispuesto a la efusión quilosa 8. La omentalización ha demostrado su utilidad para promover el aclaramiento de la efusión quilosa torácica. El omento tiene muchas propiedades de probada eficacia en una variedad de procedimientos quirúrgicos que incluyen los abscesos prostáticos, tratamiento de heridas grandes y crónicas, cirugía vascular y cirugía gastrointestinal. Contiene agregados de tejido linfoide que tienen contacto directo con la cavidad peritoneal y proveen de un drenaje linfático eficaz. Estos vasos linfáticos drenan en el los ganglios linfáticos subpilóricos y esplénicos y de aquí al conducto torácico y circulación sistémica. El omento sirve como un drenaje fisiológico en el tratamiento del quilotórax.1 Pero si nuevamente el quilo vuelve al conducto torácico entones hace falta una explicación a la eficacia de drenaje del omento. Esta explicación puede ser que las propiedades angiogénicas y promotoras de adhesiones pudieran contribuir a la cicatrización de los puntos de escape de esta linfa en la red vascular linfática. En cualquier caso la verdadera función del omento hasta ahora permanece sin conocerse. Hoy por hoy la combinación de estos tres procedimientos puede ser una buena alternativa para promover la resolución del quilotórax felino. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. Elizabeth LaFond, Walter E. Weirich, S. Kathleen Salisbury. Omentalization of the thorax for treatment of idiopathic chylothorax with constrictive pleuritis in a cat. JAAHA 2002; 38: 74-77. Eric Monnet. Pleural effusions. Scientific Proceedings of the 2004 WSAVA Congress: 805. Anna R. M. Gelzer, Myron O. 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