Modelos de gestión aeroportuaria

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Modelos de gestión aeroportuaria
Ignasi Ragàs Prat
DESCRIPTORES
GESTIÓN DE AEROPUERTOS
PRIVATIZACIÓN
DESCENTRALIZACIÓN
REDES AEROPORTUARIAS
POLÍTICA AEROPORTUARIA
España cuenta con un modelo singular de gestión de los aeropuertos comerciales. Este modelo genera intensos debates en
diversos ámbitos políticos y económicos en los que se cuestionan sus efectos territoriales, así como su eficiencia y capacidad de respuesta ante un sector, el de la aviación comercial,
que está protagonizando transformaciones estructurales con
gran rapidez y con un futuro lleno de incógnitas.
En este debate es habitual utilizar referencias a modelos
de gestión de aeropuertos existentes en otros países. Estas referencias son a menudo incompletas, descontextualizadas y,
a veces, reflejan elementos ideológicos, corporativos o legítimas aspiraciones políticas. Este artículo pretende contextualizar este debate con algunas referencias del ámbito fundamentalmente europeo.
Un primer aspecto a clarificar es qué entendemos por
gestión aeroportuaria. Hay un conjunto de agentes que operan en un aeropuerto ejerciendo un amplio abanico de actividades. En el cuadro 1 aparecen estas actividades junto a
una comparación de qué agente las desarrolla en España y
en Gran Bretaña, y permite comprobar cómo la mayor parte
de ellas se realizan por parte de empresas y de diversas
agencias de la Administración, no por parte del operador
aeroportuario. El operador aeroportuario es el organizador
y regulador del intercambio modal (aéreo, terrestre) y de los
diversos flujos físicos: aviones, pasajeros, personal, maletas,
vehículos de handling, taxis, etc.). Asimismo, es el propietario o explotador de los terrenos aeroportuarios y espacios
susceptibles de desarrollar actividades económicas.
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Cuadro 1
Agentes que operan en un aeropuerto
Quién las desarrolla
Función
Actividades
Operador
aeroportuario
-Gestión operaciones lado aire y tierra
-Propiedad pistas, terminal y terrenos afectados
Proveedores
servicios
en aeronaves
-Handling rampa
-Catering
-Combustible
-Handling pasajeros
Proveedores
-Tiendas
servicios
-Restauración
a los pasajeros -Aparcamiento
-Servicios complementarios
España
Gran Bretaña
Aena
BAA (privado)
Sector
privado
Sector
privado
Sector
privado
Sector
privado
Navegación
aérea
-Servicios de control del tráfico
Aena
NATS (privado)
Regulación
administrativa
-Aprobación precios y tasas
-Autorizaciones administrativas
DGAC y Ministerio
de Economía
CAA (público)
DOT (público)
Otros
-Policía / Seguridad
-Aduanas
-Transporte público
Público
Público
y privado
Fuente: Elaboración propia.
Fig. 1. Aeropuerto de Barcelona. Fuente: Singapore Airlines.
Hacia un modelo empresarial de gestión
Los modelos de gestión de los aeropuertos son consecuencia
de la historia y de la arquitectura politicoadministrativa de cada país. No obstante, hay una evolución clara, detectable
prácticamente en todo el mundo, desde modelos de gestión directa por parte de la Administración hacia modelos de gestión
mediante sociedades mercantiles con grados variables de propiedad y control privado. Se detecta claramente cómo en los
países menos desarrollados o en muchas de las economías
emergentes de Asia, los aeropuertos, así como la navegación
aérea, son gestionados directamente por la administración de
aviación civil, o incluso militar en algunos casos. En este contexto, el aeropuerto se concibe fundamentalmente como un
proveedor de infraestructura y la gestión está en gran medida
orientada a los aspectos operacionales de la actividad aeroportuaria. Esta situación coexiste en muchos de los países donde se da con la presencia de una compañía aérea “de bandera” como operador dominante en el aeropuerto y, por ello, el
operador aeroportuario no percibe como prioridad ni el marketing ni la captación de otras compañías o destinos que incluso podrían competir con su compañía nacional. En este modelo, los equipos directivos tienen un perfil esencialmente técnico y administrativo (cuando no político), están poco familiarizados con una gestión comercial y reciben pocos incentivos
para maximizar los ingresos aeronáuticos y no aeronáuticos.
Este modelo está también generalizado en Estados Unidos,
donde la mayoría de los aeropuertos comerciales son de titularidad de las administraciones locales, aunque en muchos ca-
sos las terminales están concesionadas a las compañías aéreas
que operan desde instalaciones propias. En Estados Unidos,
las inversiones en los aeropuertos se financian con emisiones
de bonos de los municipios, mientras que en muchos otros lugares del mundo la venta de acciones al sector privado se utiliza a menudo para financiar ampliaciones de los aeropuertos.
Un segundo estadio es la gestión por parte de organismos
públicos de tipo empresarial. Éste es el caso, por ejemplo, de
Aena en España, de la ONDA de Marruecos y, hasta 2005,
de los aeropuertos de París (ADP). En este modelo se exige a
los gestores aeroportuarios que, sin perder la titularidad y
gestión públicas, apliquen criterios de optimización de resultados económicos y operativos. Se puede exigir al organismo
público, como es el caso de Aena, que se autofinancie al
100 % sin recurrir a financiación presupuestaria. Este modelo
permite más agilidad y demuestra un mayor desarrollo de la
cultura de gestión pública de un país.
Un tercer nivel de desarrollo, mayoritario en Europa, es la
gestión de los aeropuertos mediante sociedades mercantiles.
Este modelo aleja la gestión de los aeropuertos de la esfera
administrativa y permite una mayor eficiencia, menores interferencias políticas y una relación más proactiva con las compañías aéreas que pasan de ser “usuarias” a ser “clientes”.
En el modelo societario, la unidad de negocio natural es
el aeropuerto individual con sus propios recursos, objetivos y
cuentas de resultados. En este caso, los sistemas multiaeropuertos se consolidan normalmente en sociedades holding
con diversas filiales.
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Fig. 2. Vista panorámica del aeropuerto de Barcelona. Fuente: Aena.
Cuadro 2
Participación privada en los principales aeropuertos europeos
Público 100%
Público 100-51%
Público 51-30%
Público 0-30%
Público 0%
BAA
ADP
FRANKFURT
ÁMSTERDAM
AENA
ROMA
MÚNICH
MANCHESTER
COPENHAGUE
MILÁN
DUBLÍN
ZÚRICH
BRUSELAS
OSLO
VIENA
DUSSELDORF
ATENAS
LISBOA
Fuente: Elaboración propia. Los aeropuertos que están en proceso de privatización se señalan con una flecha marcando la
situación en junio de 2007 y la previsión de situación final.
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Un cuarto estadio sería propiamente la “privatización” del
aeropuerto. La privatización puede darse mediante dos grandes fórmulas: bien con transferencia de la propiedad –parcial
o total– de los activos aeroportuarios (terrenos, instalaciones,
etc.), bien sin transferencia de propiedad, como son los casos
de concesión, BOT, contratos de gestión, etc. Los propietarios
privados de aeropuertos son más sensibles que los públicos a
la rentabilidad de las inversiones que realizan. No es de extrañar, pues, que la mayoría de los grandes proyectos de ampliación de aeropuertos en Asia, Oriente Medio, Europa, etc.,
los realicen aeropuertos públicos.
A pesar de la profusión de literatura al respecto, la presencia pública continúa siendo hegemónica en los grandes
aeropuertos europeos (ver cuadro 2) y también en la mayoría de los grandes hubs asiáticos (Singapur, China, Corea,
Malasia). Por el contrario, Australia, Nueva Zelanda y Latinoamérica han experimentado un intenso proceso privatizador, que están viviendo también los países del este de Europa
y recientemente la India. En Europa Occidental, la presencia
privada es mayor en aeropuertos medianos y pequeños pero
menor en los grandes hubs. En la mayoría de los ejemplos de
aeropuertos parcial o totalmente privatizados confluyen algu-
nos de los siguientes aspectos: a) un sector público estructuralmente ineficaz y/o reacio al cambio, b) debilidad económica del titular del aeropuerto para acometer inversiones necesarias, y c) razones ideológicas.
En todo caso cabe afirmar que la privatización de aeropuertos, iniciada con la venta de la BAA (aeropuertos de Londres) por Margaret Thatcher, ha ido conformando un conjunto de grandes grupos privados de aeropuertos con un claro
liderazgo europeo (y español): Ferrovial (España), Macquarie
(Australia), Hochtief (Alemania), Abertis (España), Gemina
(Italia), entre otros.
Una contradicción que aparece a menudo es que encontramos sociedades públicas, o mayoritariamente públicas, de
países europeos concursando y ganando en procesos de privatización de aeropuertos de otros países. Es el caso de Aena, que participa, en diferente medida, en la gestión “privada” de diversos aeropuertos en Cuba, México, Colombia e
incluso Inglaterra. Los aeropuertos de Frankfurt, París, Ámsterdam, Dublín, Milán y Viena, a pesar de tener una participación pública mayoritaria, vienen siendo especialmente activos en el mercado internacional de privatizaciones.
Es relevante preguntarse en este punto, ¿por qué los
aeropuertos son tan atractivos para la inversión privada? ¿Y
por qué el sector privado parece más interesado en los aeropuertos que en otras infraestructuras como, por ejemplo, los
puertos? Entre las razones de este interés se pueden apuntar
que los aeropuertos son monopolios naturales, que la demanda del transporte aéreo crece tradicionalmente por encima del PIB, que son inversiones con poco riesgo, que hay un
amplio abanico de oportunidades para el desarrollo de actividades comerciales dentro de las terminales y, finalmente,
que los aeropuertos ofrecen un excelente potencial de desarrollo inmobiliario en su entorno (las denominadas ciudades
aeroportuarias o ciudades aeropuerto).
Todo este potencial de negocio explica por qué los aeropuertos son los actores que extraen más rentabilidad en toda
la cadena del sector aeronáutico. La diferencia de rentabilidad entre los aeropuertos y las compañías aéreas que constituyen sus clientes y su razón de ser es muy importante y cada vez mayor, como se observa en la figura 3. Asimismo, el
sector del transporte aéreo es más volátil y se ve más afectado por los ciclos económicos que los aeropuertos. Esta situación explica la dialéctica entre las aerolíneas y los aeropuertos en todo el mundo.
Nos podemos preguntar si son mejores y más eficientes
los aeropuertos privados que los públicos. La respuesta no es
definitiva, ya que las comparaciones entre aeropuertos son
complejas debido a que las variables no son siempre homogéneas. Es razonable pensar que los aeropuertos privados
tendrán más incentivos y agilidad para optimizar la rentabilidad de las inversiones y el valor para el accionista. No obstante, se observa que algunos aeropuertos como Manchester,
Ámsterdam, Oslo, Viena y Zúrich, entre otros, aparecen en
muchos rankings en cabeza de rentabilidad, productividad,
servicio y calidad percibida por el viajero, a pesar de ser públicos o mayoritariamente públicos.
Fig. 3. Diferencial de rentabilidad aeropuertos/aerolíneas.
Fuente: Airline Business, diciembre 2006.
Por otra parte, es razonable pensar que los aeropuertos
con una importante presencia pública van a ser más activos
en la captación de nuevas rutas aéreas y la consolidación de
la red existente que dé accesibilidad a su territorio. Así, aeropuertos públicos como Manchester, Ámsterdam o Zúrich han
puesto un importante énfasis en este objetivo.
Las redes nacionales
de aeropuertos en Europa
Una de las características del modelo español hasta la actualidad es la existencia de una red de ámbito estatal de aeropuertos sin participación de las entidades regionales y locales en las esferas de gestión.
Como ya se ha mencionado, en Europa la situación mayoritaria es la gestión de aeropuertos mediante sociedades
cuyo ámbito básico –la unidad de producción– es un aeropuerto individual. No obstante, existen agrupaciones en redes
de diversos tipos:
a. Redes públicas de ámbito estatal: España, Finlandia, Suecia, Noruega, Grecia (excepto Atenas), Portugal y Polonia. En estos dos últimos países hay participaciones regionales o locales en algunos aeropuertos.
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Fig. 4. Distribución regional de las inversiones de Aena en relación con el tráfico generado (1992/2004).
Fuente: Bel, G., Fageda, X., Aeroports i globalització. Opcions de gestió aeroportuària i implicacions sobre el territori. IERMB, Septiembre 2006.
b. Redes de ámbito regional: BAA (Heathrow, Gatwick, Stansted), ADP (Orly y Charles de Gaulle), Fraport (Frankfurt
am Main, Frankfurt-Hahn), Schiphol (Ámsterdam, Rotterdam). En estos casos se tiende a la especialización de los
aeropuertos (por ejemplo Frankfurt am Main, hub de Lufthansa, y Frankfurt-Hahn, bajo coste y carga).
c. Grupos privados sin implantaciones territoriales definidas:
Ferrovial, Macquarie, Hochtief, etc.
Se puede constatar que las redes de ámbito estatal existen en
países en los que se produce alguno de estos factores: a) difícil
accesibilidad en diversos puntos del territorio nacional por geografía y climatología (Suecia, Noruega o Finlandia), b) insularidad (Grecia o Portugal)1 y c) tradición de gobierno centralizado.
Es evidente que en el territorio español no se producen ni
de lejos las dificultades de accesibilidad de los otros países en
los que hay redes nacionales de aeropuertos y que, por ello,
su justificación desde este punto de vista es discutible.
Otra de las razones subyacentes en las redes (estatales y regionales) es la posibilidad de establecer subsidios cruzados entre aeropuertos rentables y aeropuertos deficitarios. En el caso
de Aena, a pesar que no se publican ni las cuentas de cada aeropuerto de la red, ni los flujos de subsidios cruzados, hay algunos estudios que apuntan a que esta lógica de reequilibrio
entre aeropuertos no se produce (ver figura 4). Así se observa,
por ejemplo, que el aeropuerto de Madrid recibió el 56 % de
las inversiones entre 1994 y 2002 generando un 22 % del tráfico de la red, mientras que los aeropuertos de Canarias recibieron solo un 9 % de inversiones a pesar de generar un tráfico
similar. En el caso de los aeropuertos de Baleares, Andalucía y
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la Comunidad Valenciana, este diferencial entre inversiones y
tráfico es también muy acusado, mientras que en el caso de los
aeropuertos de Cataluña la situación es bastante equilibrada.
En todo caso, las redes nacionales y regionales tienen como resultado (más o menos explicitado) que refuerzan la posición de monopolio natural en un territorio más extenso. En
este sentido, desde la perspectiva de los clientes (las compañías aéreas) y de los usuarios del transporte aéreo (los ciudadanos), la existencia de estos monopolios reforzados es
perjudicial para sus intereses. Así, por ejemplo, cabe citar
que la Competition Commission del Reino Unido ya ha iniciado un procedimiento en contra del casi monopolio de Ferrovial-BAA en los aeropuertos londinenses.2
La participación de las entidades
regionales en los aeropuertos
Muchos de los aeropuertos europeos tienen participación en
proporción diversa de los gobiernos regionales y locales en las
sociedades de gestión de aeropuertos. Esta situación es habitual en países federales como Alemania, Suiza y Austria; también es muy común en Italia, Países Bajos y Bélgica. En Francia, por otra parte, se está implantando un modelo de regionalización en todos los aeropuertos excepto los de París. En
Gran Bretaña conviven prácticamente todos los modelos de
gestión aeroportuaria imaginables, y resulta significativo que
en uno de los aeropuertos más dinámicos, el de Manchester,
la propiedad y la gestión recaigan en una sociedad 100 % pública, en la que están representados el Ayuntamiento de Manchester y los diez municipios de su entorno metropolitano.
Cuadro 3
Participación local y regional
en los principales aeropuertos europeos
Con participación mayoritaria
Frankfurt
Múnich
Manchester
Milán
Viena
Dusseldorf
Francia
(aeropuertos provinciales)
Con participación minoritaria
Sin participación
Ámsterdam
Zúrich
Madeira
Francia
(12 aeropuertos regionales)
BAA (Londres)
ADP (París)
ADR (Roma)
Aena
Copenhague
Dublín
Atenas
LFV (Suecia)
Finavia (Finlandia)
Avinor (Noruega)
Portugal (excepto Madeira)
Fuente: Elaboración propia.
Una constante en diversos procesos de privatización parcial
que se han producido recientemente en Europa ha sido la clara voluntad de permanencia en los aeropuertos de los accionistas locales y regionales. Así, por ejemplo, tanto en Viena como
en Frankfurt, el socio que vendió su participación fue el Estado
Federal, no así los Land o los municipios. Recientemente, la privatización parcial del aeropuerto de Schiphol fue suspendida
por la oposición del Ayuntamiento de Ámsterdam, accionista
minoritario de la sociedad con mayoría del Estado holandés.
¿Cuáles son las razones que explicarían esta voluntad de
municipios y regiones de permanecer en los aeropuertos? Podemos apuntar los siguientes grupos de razones:
• Políticas para facilitar la accesibilidad al territorio y su proyección internacional.
• Políticas vinculadas a la atracción de inversiones y sedes
corporativas.
• Planificación territorial del entorno del aeropuerto y participación en el desarrollo de proyectos inmobiliarios (ciudad
aeroportuaria).
• Razones medioambientales y de control de impactos.
• Rentabilidad del aeropuerto como fuente de financiación de
la corporación local.
• Razones sociales y/o laborales vinculadas a la protección
de puestos y condiciones de trabajo.
En un contexto en el que la dialéctica entre aeropuertos y
comunidades urbanas vecinas es cada vez más compleja y conflictiva, la presencia de las autoridades territoriales en los operadores aeroportuarios puede facilitar encontrar un consenso
entre crecimiento y protección del entorno. Asimismo, en la
medida en que los aeropuertos se han convertido en el punto
de mayor accesibilidad metropolitana, así como en el intercambiador de la mayor parte de las redes de transporte (ferrocarril, metro, carretera, aéreo), no es extraño que los poderes locales y regionales aspiren a un mayor protagonismo. Hoy
muchos aeropuertos son verdaderas ciudades sin alcalde, donde confluyen una multitud de competencias reguladoras diversas. Sería deseable que la participación de autoridades regionales en los aeropuertos permitiese diseñar políticas integrales
de inserción territorial, accesibilidad, desarrollo económico y
empleo, sumando sinergias del aeropuerto y del territorio.
Pistas para una nueva arquitectura
institucional del transporte aéreo en España
La legislación de aeropuertos y aviación civil en España se
fundamenta, en gran medida, en la Ley de Navegación Aérea de 1960. A partir de ahí se ha construido una compleja
estructura de órdenes ministeriales, transposiciones de directivas europeas y de anexos de la OACI, etc. El resultado es confuso, con problemas de seguridad jurídica y con solapamiento de roles de la Administración. En este sentido y de manera
muy esquemática, puesto que este tema merecería un artículo
aparte, se apuntan algunas líneas para una posible reforma:
• Separación clara de funciones entre regulador aeroportuario y operador. El regulador debería ser una agencia especializada de la Administración, del tipo de la Comisión
Nacional de la Energía o de las Telecomunicaciones. Los
operadores: Aena, los privados y, eventualmente, los autonómicos no deberían tener ninguna función reguladora.
• Separación de la navegación aérea de la operación de
aeropuertos. Ésta es otra peculiaridad del caso español
que debería corregirse, creando un prestador público de
servicios de navegación aérea.
• Empresarialización de los aeropuertos. Transformación de
los aeropuertos en sociedades mercantiles con capacidad
de tomar decisiones autónomas y con transparencia en sus
cuentas de resultados.
• Garantía de la competencia efectiva entre los diferentes
aeropuertos de España (públicos y privados) para favorecer los intereses de los consumidores y de los territorios.
• Apertura de las sociedades aeroportuarias a la participación de las Comunidades Autónomas y otras entidades locales y, eventualmente, del sector privado.
Así pues, la descentralización y la participación privada
en los aeropuertos debería contemplarse en un contexto amplio de modernización de la legislación de aeropuertos y
aviación civil en España. Este proceso podría iniciarse con un
libro blanco o documento similar e ir acompañado de un debate riguroso que incorporara a todos los actores relevantes.
Un proceso de estas características iría más allá del debate autonómico y permitiría encontrar modelos generalizables al conjunto de los aeropuertos de España y no solo a los
de aquellas Comunidades Autónomas que, como Cataluña,
han desarrollado propuestas más proactivas en el ámbito de
la gestión de aeropuertos.
■
Ignasi Ragàs Prat
Economista
Notas
1. Solo tres de los aeropuertos portugueses se ubican en el territorio continental, mientras que la mayoría se encuentran en las islas Azores y Madeira.
2. Ferrovial-BAA gestiona tres de los cinco aeropuertos londinenses (Heathrow, Gatwick y Stansted).
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