RETOS DE LA IGLESIA EN CARACAS Palabras de Mons. Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas en rueda de prensa. Caracas, 15 de noviembre de 2005 Un cordial saludo a todos, y mil gracias por asistir a este encuentro, mi primer encuentro formal y colectivo con la Prensa luego de mi instalación como Arzobispo de Caracas. Aprecio altamente la labor de los medios de comunicación, y especialmente de los periodistas, en la promoción de la convivencia social, en el legítimo uso de la libertad de expresión y de información para todos los venezolanos, y procuraré estar disponible en los momentos y lugares adecuados y oportunos. En este primer encuentro quisiera presentarles algunas impresiones iniciales al comenzar mi labor pastoral como Arzobispo de Caracas. He tenido ya un encuentro comunitario con los sacerdotes que trabajan en las parroquias y diversos sectores sociales y pastorales de la Ciudad, y ciertamente aprecio altamente la labor que ellos, así como los religiosos y religiosas están realizando en toda nuestra Ciudad, especialmente en los sectores más difíciles. También hice la semana pasada una visita a la Cárcel de La Planta, para llevar un mensaje de fe y esperanza a los internos, y apreciar la hermosa y difícil labor de los capellanes, así como las condiciones de reclusión de los internos. LOS RETOS Un primer reto es responder a la necesidad de aumentar el número de agentes de pastoral. Son actualmente insuficientes para llevar a cabo la exigente labor de atención pastoral y religiosa a los casi cinco millones de caraqueños. Tendremos que hacer en el inmediato futuro un gran esfuerzo por aumentar el número de sacerdotes, diáconos, y religiosos y, por supuesto, desarrollar una intensa labor de pastoral vocacional, para invitar y formar a muchos jóvenes que quieran consagrarse a Dios en el servicio religioso y social a sus hermanos en toda Caracas. Incorporar más laicos al trabajo pastoral. Además de la tarea de llevar el evangelio de Cristo al corazón del mundo laboral, empresarial, político y cultural, será necesario invitar a mas laicos comprometidos a colaborar en la acción pastoral de la Iglesia. En este campo serán necesario potenciar y revitalizar los movimientos, asociaciones y grupos de apostolado seglar, que encontrarán en mí un fuerte apoyo Creación de nuevos centros de atención pastoral. Tenemos en Caracas actualmente parroquias y vicarías de religiosas, es decir, centros de atención pastoral dirigidos por hermanas consagradas. Sin duda habrá que multiplicar los centros en las diversas parroquias, pero también habrá que ir creando parroquias nuevas, especialmente en las áreas más populosas, y en los sectores de las barriadas caraqueñas. Fortalecer la acción catequética y la pastoral juvenil. La catequesis y la evangelización, así como la pastoral con los jóvenes son el futuro de la Iglesia. Por ello creo que debemos darle una gran relevancia a la acción evangelizadora y a la enseñanza de la fe a los niños, jóvenes y adultos. Implementar las conclusiones del Concilio Plenario de Venezuela La Iglesia en toda Venezuela ha hecho un gran esfuerzo de reflexión, revisión de si misma y de sus actividades a través del Concilio Plenario. Ahora nos tocará con entusiasmo poner en practica las conclusiones de esos dieciséis documentos que tocan todos los aspectos del ser y quehacer de la Iglesia. Renovación general: Esta es una exigencia del Concilio plenario. Tenemos que ponernos en actitud de rejuvenecimiento, de renovación, de mayor dedicación y trabajo, de mayor fidelidad a Jesucristo y a las exigencias del Evangelio, de celebrar una liturgia más viva, mas atrayente y al mismo tiempo profunda y espiritual. Acción social y de transformación de la sociedad En la línea del Concilio Plenario de Venezuela, hemos de acoger todos la opción preferencial no exclusiva ni excluyente por los pobres, y trabajar insistentemente por llevar los valores del evangelio a la familia, a las diversiones, al mundo de la economía y del trabajo. Pienso en la justicia social, en la solidaridad, en la lucha contra el hambre y el desempleo, en la promoción de una economía fuerte y al servicio del ser humano. En esta línea los sacerdotes y religiosos debemos multiplicar los centros de acción social, de defensa y promoción de la persona humana, de asistencia social a los más pobres, de formación para el trabajo. Iluminar el acontecer cotidiano con la luz del evangelio. Una obligación de la Iglesia, es decir, de todos los católicos y, en particular de los Obispos y sacerdotes es iluminar con nuestra palabra, dicha desde el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia, el acontecer de nuestra Patria y, en concreto, de nuestra ciudad. Es parte de la evangelización. En este sentido, sin tomar partido por una parcialidad política nos corresponde con pleno derecho como ciudadanos y como pastores, expresar las enseñanzas de la Iglesia sobre los problemas más serios del país, en la promoción y defensa de los derechos innatos e inalienables de toda persona humana contenidos en la constitución nacional. Ser constructores de la paz: todos los católicos, debemos ser siempre constructores de la paz y promotores de la convivencia, de la unidad y de la reconciliación. Cada uno tiene derecho a su opción política, pero debe ejercerla con tolerancia, amplitud y respeto a los demás. Y todos, tanto el gobierno como la oposición, están obligados a cumplir la constitución y las leyes, y defender siempre los derechos humanos de todos los venezolanos sin distinción. Especialmente los sacerdotes, religiosos y religiosas debemos ser siempre factores de unidad, sin convertirnos en activistas o promotores de una parcialidad. Esto exige que los sacerdotes, pastores de todos los fieles independientemente de su opinión política, seamos imparciales, pero nunca indiferentes a los problemas de nuestros hermanos. En particular los actos religiosos, especialmente la Santa Misa, no deben ser nunca convertidos en actos políticos, de ninguna tendencia.