¡remen mar adentro y echen las redes para pescar

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¡REMEN MAR ADENTRO Y ECHEN LAS REDES PARA PESCAR!
Alocución en la Asamblea Arquidiocesana de Pastoral, 30 de mayo de 2015,
Colegio Nuestra Señora de La Consolación,
Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas
I.- MOTIVACIÓN DE LA ASAMBLEA ARQUIDIOCESANA DE PASTORAL.
Que alegría tan grande, queridos hermanos, estar congregados en este querido Colegio de N. Sra. de la
Consolación, para celebrar nuestra Asamblea Arquidiocesana de Pastoral. Se trata de un encuentro de
reflexión esperanzada y fraterna, en el nombre del Señor, para impulsar con renovado entusiasmo
nuestra labor evangelizadora, santificadora y pastoral en nuestra querida Caracas.
Esta Asamblea responde a la decisión de los Obispos de Venezuela en el año 2013 de realizar una
Asamblea Nacional para reavivar la labor pastoral de la Iglesia en todo el País y evaluar la puesta en
práctica de las orientaciones del Concilio del Concilio Plenario de Venezuela, proceso que nos
compromete a todos. En efecto, en el documento “Instancias de comunión para la misión”, los obispos
en el Concilio indicamos la necesidad de realizar asambleas como ésta. (216)
Pues bien, aquí estamos reunidos hoy para darle un nuevo empuje a nuestra vida eclesial, para infundir
nuevo espíritu, optimista y entusiasta a la labor de sembrar el evangelio y llevar los dones de Cristo a
todo el pueblo de Dios que vive en Caracas. Esta Asamblea que prepara la Asamblea Provincial y la
Nacional, es una magnífica oportunidad para impulsar la aplicación del Plan Arquidiocesano de
Pastoral 2013-2019, en el cual está plasmado el modo concreto de llevar adelante las orientaciones del
Concilio. Hay otro motivo que nos mueve hoy: en el año 2013 el Papa Francisco hizo a la Iglesia un
nuevo llamado a la evangelización, y a comunicar la alegría del Evangelio. Pues bien, luego de haber
realizado en nuestras parroquias y arciprestazgos una seria reflexión sobre la situación y desafíos que
tenemos, nos encontramos hoy aqui como una gran familia, como una Iglesia viva y unida, servidora y
misionera, llena de alegría pascual.
Ahora, con espíritu pascual, optimista y proactivo, escuchando a Cristo que nos invita a echar las redes
para pescar, con realismo pero confiados en la ayuda de Dios, evaluaremos los logros y dificultades
que encontramos en algunos importantes campos de acción pastoral y diseñaremos los modos concretos
para impulsar un renovado dinamismo evangelizador y misionero en nuestra querida Arquidiócesis.
2.- ALGUNOS GRANDES PROBLEMAS Y DESAFÍOS PASTORALES DE NUESTRA
IGLESIA ARQUIDIOCESANA. NUESTROS TEMAS DE REFLEXIÓN HOY
En nuestra oración inicial escuchamos el hermoso texto de la Pesca Milagrosa (Lc 5, 1 - 7 ). El Señor
anima a los apóstoles a seguir pescando, a pesar de su pesimismo, y ellos, actuando en su nombre,
obtuvieron una pesca sobreabundante. También la Iglesia tiene dificultades, problemas, limitaciones.
Pero más fuerte que ellos es el amor del Señor, el poder del Señor y su voluntad de realizar su obra de
salvación en Caracas.
En las Asambleas parroquiales y arciprestales, partiendo del análisis de nuestra realidad eclesial,
hemos abordado cinco campos de pastoral, a saber: la proclamación del Evangelio, la catequesis, la
formación del laicado, la pastoral vocacional y la pastoral social. Escogimos esos campos por su
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importancia especialmente la catequesis y la pastoral vocacional. Como marco general de la reflexión
que vamos a realizar por grupos ahora, permítanme señalar los puntos más significativos en esos
campos de pastoral.
I –LA PROCLAMACIÓN DEL EVANGELIO.
A pesar de nuestros esfuerzos, el anuncio del Evangelio que se realiza generalmente a través de las
catequesis de iniciación cristiana, resulta insuficiente, por lo que se deben desarrollar nuevas formas
para favorecer el encuentro con la persona de Jesucristo y para que el Pueblo de Dios crezca en el amor
y conocimiento de la Palabra de Dios y esta sea el alma de la acción pastoral. Es preciso, pues,
fortalecer e intensificar la acción evangelizadora.
Es preciso entrar en la dinámica de la conversión pastoral que lleve a las parroquias a la salida
misionera, al servicio de la proclamación kerigmática del Evangelio, especialmente a los alejados.
En cuanto a las iniciativas que se pueden y/o deben promoverse en este campo, pueden destacarse las
relativas a:
a) La formación de agentes de evangelización: como serían, la promoción de escuelas de formación y
círculos bíblicos, especialmente para catequistas; fortalecer las escuelas para novios y de matrimonios;
la lectura oreante y meditación diaria de la Palabra de Dios por parte de quienes forman parte de los
grupos y comunidades parroquiales; las iniciativas para incrementar la conciencia misionera de los
grupos y movimientos de apostolado de la Parroquia, cada uno desde su especificidad y carisma.
b)La implementación de proyectos y actividades que hagan de la Parroquia un centro misionero
permanente, como serían la realización de encuentros periódicos sobre la Palabra de Dios, retiros de
evangelización, visitas a los hogares con el propósito de evangelizar, encuentros prebautismales,
prematrimoniales y catequesis con los padres de los niños y jóvenes que se preparan a los sacramentos,
bibliodramas, cines foros, teatro, conciertos, concursos, carteleras parroquiales, folletos
evangelizadores, murales con contenido evangelizador; la orientación de las manifestaciones de
religiosidad popular en perspectiva evangelizadora; la presencia de la comunidad católica en los
lugares significativos y los momentos especiales de la vida social; actividades misioneras en diversos
sectores de la parroquia y en los nuevos complejos residenciales y la organización sistemática de las
misiones juveniles (MIJO) tanto a nivel parroquial y arciprestal; el acompañamiento espiritual a los
enfermos y a las personas mayores; el establecimiento en las parroquias espacios para el encuentro,
la escucha y el diálogo; el uso de las redes sociales y los MCS para trasmitir el mensaje evangélico,
para lo cual se requiere preparar el personal necesario para este servicio.
c)El fortalecimiento de la organización pastoral, a través del trabajo articulado de los agentes de
pastoral y de las diversa áreas de pastoral; la sectorización de las parroquias y el fortalecimiento de las
pequeñas comunidades cristianas; la promoción de los animadores de esas pequeñas comunidades; la
articulación de grupos de misioneros dispuestos a salir a la calle periódicamente a visitar los hogares y
a predicar en lugares públicos; la creación de equipos de comunicaciones en cada parroquia para la
difusión del Evangelio a través de las redes sociales y las TIC; el seguimiento y evaluación de las
actividades pastorales que se realizan, a través de reuniones periódicas a nivel arciprestal de
planificación y evaluación; la consolidación de la Pastoral Juvenil a nivel Arciprestal.
II – LA CATEQUESIS.
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Con gozo comprobamos que en la mayoría de las Parroquias de la Arquidiócesis se hace un gran
esfuerzo por llevar adelante la catequesis sacramental. Puede decirse que es una prioridad pastoral por
la dedicación de personal, tiempo, espacios que se invierten para atender los procesos de iniciación
cristiana. Y tenemos un Secretariado de Catequesis de alta calidad. Eso está muy bien
Sin embargo, no logramos que la catequesis llegue a la mayoría de los parroquianos, puesto que la
catequesis se sigue limitando a la catequesis de niños y jóvenes para recibir los sacramentos de
iniciación cristiana, sin alcanzar todavía a otros ámbitos. Es decir, estamos centrados solamente en la
catequesis pre-sacramental, y tampoco abarcamos todo el conjunto de niños y jóvenes.
Además, tenemos ahora un problema nuevo, o que se presenta con mayor gravedad a partir de la
nueva ley de educación de 2009, y de la aplicación del curriculo escolar. Ya, salvo algunas excepciones
en algunas partes del país, no se nos permite impartir la educación religiosa, la catequesis, en las
Escuelas. Es decir, no puede haber catequesis sistemática en las escuelas públicas, y en las privadas se
hace muy cuesta arriba. Se trata de la formación para la vida cristiana, la educación de la fe nuestros
niños y jóvenes de Caracas que ahora no es posible durante el horario escolar. ¿Que vamos a hacer al
respecto? Claro que se llevan adelante algunas iniciativas en la línea de la formación en valores en las
escuelas, a través de convivencias y otros espacios de reflexión y espiritualidad. También nos dejan o
nos piden realizar algún acto en Navidad, o el día de la Madre, o una Misa de gradación. Pero estas
actividades no sustituyen la catequesis sistemática.
Pues bien, en lo que se refiere a las iniciativas que se pueden promover en el campo de la Catequesis,
en las asambleas previas se han presentado una variedad de propuestas, como estas:
a)Formar más y mejores catequistas: con programas de reclutamiento, selección y formación de
catequistas, en sus diferentes formas y niveles; teniendo en cuenta las propuestas del Secretariado
Catequístico Arquidiocesano; así como desarrollar una formación interactiva de nuevos catequistas a
través de internet o seminarios semi-presenciales.
b)Multiplicar medios y estrategias de educación de la fe: como son la creación de programas de
catequesis de perseverancia, así como programas de catequesis para adultos; el reforzar la pastoral y la
catequesis familiar; la creación de la “Escuela dominical” para los niños que acompañan a sus padres a
la Misa; la creación y promoción de una escuela bíblica para niños, jóvenes y adultos; la incorporación
de los niños y jóvenes a la vida parroquial, a través de los diferentes grupos como los monaguillos, etc.
c))En torno a la Catequesis general, para la vida, la formación en la fe: preparar equipos de
catequistas que evangelicen en los planteles educativos privados; promover actividades de
evangelización puntuales en los planteles públicos. Pero se trata de algo más sistemático: de la
catequesis, educación en la fe de nuestros muchachos. Habrá que buscar más catequistas; buscar
espacios en las Escuelas privadas o en otras partes; utilizar los salones parroquiales. Es un nuevo y
gravísimo reto pastoral para la Iglesia en Venezuela, y para cada una de nuestras unidades pastorales.
III –La FORMACIÓN DE LOS LAICOS.
La mayoría de las parroquias tiene como eje principal para la formación de los laicos en la fe la
catequesis de iniciación y perseverancia. Además se desarrollan otros espacios en el que los fieles
laicos tienen oportunidad de profundizar en el conocimiento de las Sagradas Escritura, la Liturgia y el
Magisterio.
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Son muchas las iniciativas que se realizan en este campo: Talleres de formación de misioneros, cursos
bíblicos y sobre el Catecismo de la Iglesia, charlas sobre el Magisterio Pontificio, retiros, encuentros
para la lectura orante de la Biblia, etc. Muchos grupos de apostolado tienen programas propios de
formación.
A pesar de este notable esfuerzo, no hay en muchas partes una propuesta formativa orgánica y ni se ha
gestado en las parroquias un proceso formativo sistemático y estable en el tiempo que se constituya en
una
propuesta
de
formación
permanente
para
los
bautizados.
Para mejorar la formación de los laicos, debemos abrir nuevos espacios donde se ofrezca una
formación integral y sistemática en la fe, kerigmática, cristocéntrica y misionera. También hace falta
promocionar los grupos de apostolado existentes como elementos válidos para la formación doctrinal,
pastoral y espiritual de los creyentes , tales como la Legión de María, la renovación carismática, los
Samaritanos, la Acción Católica, el Apostolado de Jesús de la Misericordia,
En el campo de la Pastoral familiar, tan propio del laicado, hay que motivar a los fieles para que se
integren a esta área de pastoral y organicen la Pastoral de Vida; cuidar con esmero los cursillos o
talleres pre matrimoniales para ofrecer un aporte significativo a la vida de parejas cristianas; organizar,
en un ambiente de inclusión, actividades de formación para las parejas vueltas a casar y ddiseñar cursos
de sexualidad para jóvenes y niños. En lo que se refiere al uso de los Medios de Comunicación en la
acción evangelizadora los laicos pueden prestar un magnífico servicio de información a través de la
producción de subsidios formativos relativos a temas claves o sobre los que se presupone dudas o
errores.
El Arciprestazgo puede constituirse como una instancia de formación para facilitar el intercambio de
experiencias y conocimientos, reducir los costos de inversión para la formación y fomentar procesos de
integración entre los agentes de pastoral al servicio de las parroquias del Arciprestazgo.
IV –LA PASTORAL VOCACIONAL:
En primer lugar es preciso recordar que en la Iglesia hay muchas vocaciones: al matrimonio y al
laicado, a la vida consagrada, al sacerdocio. En este momento, y en esta asamblea, nos concentramos
en las vocaciones sagradas, por su importancia, por su necesidad y por la grave escasez que estamos
sufriendo. Por otra parte al hablar de pastoral vocacional se entiende un conjunto de actividades, la
mayoría permanentes, y otras que se realizan en momentos especiales del año, que buscan suscitar en
la Iglesia candidatos al sacerdocio o a la vida consagrada.
Hay que reconocer que si bien en nuestra Arquidiócesis se ha ido tomando conciencia de la importancia
de la Pastoral Vocacional, aún no se ha asumido como un eje transversal de la acción pastoral y no se
percibe suficientemente la dimensión vocacional como parte de la vida cristiana. Esto es sumamente
importante y grave, dada la aguda escasez de vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada en
nuestra Iglesia de Caracas. Es preciso que tomemos conciencia de la gravedad del problema, para
trabajar con mayor entusiasmo, organizada y sistemáticamente en la pastoral vocacional, para
promover la belleza, la grandeza y la importancia de las vocaciones al servicio de Dios y de la Iglesia.
En cuanto a las iniciativas que se pueden o deben promover en este campo, se han señalado gran
número propuestas.
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1. Concientización: Es preciso crear un ambiente de interés por las Vocaciones eclesiásticas, por la
existencia de sacerdotes y consagrados. Es lo que se llama crear una cultura vocacional, es decir, que la
comunidad eclesial esté consciente de la grandeza y necesidad de las vocaciones sagradas.
2. Organización: el fortalecimiento del equipo Arquidiocesano de Pastoral Vocacional con la presencia
de otros sacerdotes, laicos, religiosos/as; crear en cada parroquia y a nivel arciprestal del equipo de
Pastoral Vocacional con la asesoría y acompañamiento inicial del Secretariado Arquidiocesano de
Pastoral Vocacional; y la vinculación la Pastoral Vocacional a la Pastoral Juvenil y cuidar la pastoral
familiar como ambiente propicio para incentivar y descubrir las posibles vocaciones.
3. Animación vocacional: son muchísimas las sugerencias señaladas en las asambleas previas: se debe
promover la oración constante y pública por las vocaciones en las distintas comunidades (oración de
los fieles, horas santas, etc); se pueden organizar de encuentros vocacionales para promover vocaciones
a la vida sacerdotal y a la vida religiosa; visitar las escuelas y colegios de cada zona, al menos dos
veces al año; retomar la experiencia de las “Expo vocacionales”; impulsar la actividad vocacional en
las Instituciones universitarias; crear, donde no exista, del grupo de servidores del altar o monaguillos,
como semillero de posibles vocaciones sacerdotales.
También se sugieren la elaboración de un “manual” o “temario vocacional” que incluya además las
estrategias pastorales a seguir en los arciprestazgos; realizar la Semana Vocacional en cada parroquia,
para mostrar los carismas de la vida sacerdotal y religiosa; elaboración de carteleras y otros medios de
divulgación de mensajes vocacionales, particularmente en la campaña vocacional (mayo-junio);
incorporación del tema vocacional en la predicación y en la catequesis; preparar con la ayuda de
expertos, una campaña comunicacional para despertar la inquietud en los jóvenes y en los padres de
familia.
4. Acompañamiento vocacional: la cercanía de los sacerdotes, religiosas y seminaristas a los jóvenes
con inquietudes vocacionales y la ppresencia de los seminaristas en las parroquias; trabajo articulado
con los Seminarios.
V- LA PASTORAL SOCIAL O
DE UNA NUEVA SOCIEDAD.
CONTRIBUCIÓN DE LA IGLESIA A LA GESTACIÓN
En este campo tenemos que activarnos mucho más. El amor al prójimo es la prueba y sello de
nuestra fe en Jesucristo. Existen en nuestras instancias eclesiales diversas iniciativas orientadas a la
pastoral social, aunque con diverso grado de organización. Estas actividades no siempre están
articuladas a otras áreas de pastoral de la parroquia y se realizan de forma individual o de un
pequeño grupo, por lo que en ocasiones resulta difícil captar nuevos voluntarios para este trabajo.
Este trabajo es muy necesario, dada la situación de penuria que sufren muchísimas personas.
Entre las actividades sugeridas en las asambleas previas se destacan: la visita y acompañamiento
espiritual y social a los enfermos en los hospitales y clínicas cercanos a las parroquias, en sus
hogares y las visitas a los ancianatos, a través de los ministros extraordinarios de la sagrada
comunión; el apoyo a programas de Pastoral Social promovidos por las propias parroquias o por
instituciones de inspiración cristiana; la existencia de centros de salud (odontología, psicología,
medicina general, pediatría, etc.), en diversas parroquias; el sostenimiento de comedores populares y
para indigentes; la recolección y distribución de alimentos, medicinas y equipos médicos para
ayudar a familias necesitadas, ancianos y enfermos; la promoción de centros deportivos y
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recreativos para jóvenes y niños; la recepción y distribución de ropa a los necesitados (roperos
parroquiales) y la recolección de juguetes que después se distribuyen a los pobres; cursos sobre la
Doctrina Social de la Iglesia; la capacitación de jóvenes y adultos para el trabajo; la ayuda a niños
no escolarizados; el apoyo a grupos de “Alcohólicos anónimos” y “narcóticos anónimos”; la
existencia de grupos misioneros y de jóvenes vinculados con la Pastoral Social; la promoción de
Club de abuelos.
Reconociendo el esfuerzo que se viene realizando en relación a la pastoral social, es necesario
reconocer que debemos hacer mucho más, y articular orgánicamente y promover iniciativas
sistemáticas para que sus acciones no sean sólo asistencialistas sino que ayuden a crear conciencia
de la necesidad de vivir los valores cristianos en nuestra sociedad y adquirir la formación adecuada.
INICIATIVAS QUE PODRÍAN DESARROLLARSE EN ESTE CAMPO
1-Reactivar la Caritas Arquidiocesana
2- El establecimiento de Caritas en cada una de las Parroquias o de un pequeño comité de pastoral
social y de salud arciprestal para aunar esfuerzos, activar la conciencia arciprestal alrededor del
sostenimiento de las obras de solidaridad de la Iglesia.
3- Reactivar las obras de pastoral social que se encuentran debilitadas e implementar otras, según las
necesidades y posibilidades de cada Parroquia y Arciprestazgo. Promover convenios que lo hagan
posible.
4. Crear mecanismos para la participación de los laicos, especialmente de los jóvenes, en
actividades sociales, como pueden ser la vinculación con grupos de Derechos Humanos; el rescate
de los valores cívicos así como la tolerancia, el respeto, la solidaridad, la construcción del bien
común, la cultura de la vida y de la paz. Para ello se debe formar a los miembros de la comunidad
parroquial en Doctrina Social de la Iglesia. También se debe prestar especial atención a la familia
como núcleo fundamental de la vida social, a través de la asistencia y acompañamiento de mujeres
embarazadas, campañas pro – vida y la atención espiritual para matrimonios en crisis. Todas estas
iniciativas se pueden potenciar en el contexto del Año Santo de la Misericordia.
CONCLUSIÓN:
Luego de escuchar la invitación de Jesús, “Echen las redes para pescar”, San Pedro, confiado y
decidido, respondió: “!en tu nombre echaré las redes”! (Cf. Lc 5, 4-5) Esa actitud decidida,
proactiva, esperanzada, el nuevo ardor que nos pedía San Juan Pablo II, es la actitud que debe
animarnos en este encuentro fraterno para la renovación de la vida y de la acción pastoral de
nuestra Iglesia de Caracas. Se trata de darle nueva fuerza, con ardor apostólico, optimismo y
entusiasmo, al trabajo pastoral en nuestra Arquidiócesis.
¡Acojamos la invitación de Cristo, y llenos del Espíritu Santo echemos las redes para pescar! La
tarea es ardua, pero hermosa, reconfortante, y hacerla es una bendición de Dios para nuestros
hermanos. Y pongamos nuestras inquietudes, anhelos y esperanzas de renovación de la Iglesia en
Caracas en manos de nuestra madre amorosa y patrona, Nuestra Señora de Coromoto. Que ella nos
bendiga, y logre que Nuestro Señor Jesucristo transforme nuestra agua en vino, como en las Bodas
de Caná (Cfr. Jn 2, 1-11) Amen.
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