CUARESMA: TIEMPO DE AMAR MÁS

Anuncio
CUARESMA: TIEMPO DE AMAR MÁS
El
itinerario
comenzamos
de
nos
estos
cuarenta
días
que
propone aligerarnos, hacer
espacio, dejarnos podar, silenciarnos…para que no
se pierda en nosotros «nada que tenga algo que ver
con el amor». La propuesta de ​
tres sendas para la
cuaresma son cauces para poder crecer hacia
dentro, para vivir desde el centro, ​
para desplegar
el amor​
. El ayuno, la limosna y la oración son
medios para crecer en esa dimensión escondida de
la vida, secreta, donde Dios va gestando su Amor
en nosotros y en el mundo. Son dimensiones que
abren y ensanchan el recipiente de nuestra vida,
para poder entregarla a la manera de Jesús.
Qo 3, 2-8: ​
Todo tiene su tiempo, su momento:
su tiempo el abrazar y su tiempo el soltar, su
tiempo el contemplar y su tiempo el actuar…
¿De qué es tiempo para mi hoy?
Asociación Mundial de Antiguos Alumnos del Sagrado Corazón (AMASC)
cuaresma 2016
1. Tiempo de ordenar el corazón
La cuaresma es un tiempo de hacer espacio, sin espacio no podemos dejar que se nos vaya
ordenando la vida, ni ofrecer un lugar para los otros. Es un tiempo para ​
ajustar la vida bajo la
mirada de Dios. Vivimos como mucha gente una vida de fragmentación que nos da malestar.
Poner orden requiere hacer espacio y soltar,
abrirnos a aquello que aún desconocemos.
​
Detenernos, hacer silencio, nos ayuda a sondear el espacio del corazón, a buscar ese centro interior
desde el que todo se ordena, donde la realidad se pacifica. Decía Etty Hillesum: «La fuerza viene de
dentro, de un pequeño y cerrado centro al que me retiro a veces, cuando el mundo exterior me
resulta excesivamente ruidoso…No es tan sencilla esta media hora de silencio, necesita un
aprendizaje: desalojar nuestros ruidos, incluso nuestras emociones y pensamientos edificantes y
convertir lo más íntimo de nuestro ser en una vasta llanura vacía en la que ni el más leve rastro de
maleza impida entrar en nosotras algo de Dios y algo también de amor».
Lo que ponemos interiormente en orden, también lo hacemos exteriormente. ​
El amor es espacioso​
,
el amor dice: «es maravilloso que existas». La rivalidad dice: «No, competimos por un espacio, tu
existencia amenaza la mía». Tal vez el mayor desafío para cualquier forma de amor consiste en
poder decir al otro: «Crezco a tu lado. Tú me das el espacio que necesito para ser yo mismo».
Prov 4, 23:​
​
«​
Por encima de todas las cosas cuida tu corazón porque de él mana
la vida».
¿Qué espacios necesito
despejar en mi?
¿Qué bloquea en estos
momentos
mi
capacidad de dar y
recibir amor?
¿Qué necesito dejar ir
de mi corazón?
Asociación Mundial de Antiguos Alumnos del Sagrado Corazón (AMASC)
cuaresma 2016
2. Tiempo de asentir la vida
La cuaresma es un viaje interior, las
fuerzas de la vida se recogen adentro,
«en lo escondido», dice Jesús, en lo
secreto. Para poder asentir a la vida,
para aprender nosotros también este
«sí», el gran Sí de la Pascua, el “Sí” de
Dios a Jesús en la resurrección. El “sí” a
su vida, a su modo de estar en ella, a
sus causas.
Asentir es un aprendizaje​
, poder
tomar sin resistirnos cada momento
del viaje. Asentimos, en primer lugar a
nosotros mismos, a nuestra situación y
a la vida, tal como es. Y también a la
vida de los otros. Este asentimiento adentro nos lleva a volvernos de forma diferente al espacio
exterior en el servicio y con amor.
Normalmente buscamos otro lugar y otro tiempo: “no aquí, no ahora, no esto…”, y la vida nos va
enseñando que lo que realmente nos hace atinar con el viaje es: “sí aquí, sí ahora, sí esto. Nos ayuda
saber que “todo es sólo por un tiempo”. El sí es sobre todo ​
un sí al ahora​
, un sí a nosotros mismos,
como somos y en el momento en que nos encontramos. Un “sí” que respeta y acoge la vida de los
otros.
Asentir a la vida, afirmarla, no puede hacerse sin ​
gratitud​
. La cuaresma nos ayuda a poner verdad y
agradecimiento en nosotros. Pedir lucidez sobre la propia vida y, desde ahí, ​
pedir misericordia​
. El
trabajo interior empieza siempre con ver las sombras, las partes rechazadas y desconocidas de
nosotros mismos…y no cerrarlas sino, todo lo contrario, poder reconocerlas y abrirlas al amor
liberador e incondicional de Dios.
Lc 17, 11-19: ​
​
Los diez leprosos​
: ​
«​
¿Tan solo ha vuelto a dar gracias a Dios un
extranjero?»
¿Cuáles son esas «lepras» que comparto con muchos? Pido el don de poner verdad en mi vida.
Respiro la oración del corazón: “​
Señor, Jesús, ten misericordia de mí, de nosotros​
”. Asienta en esta
misericordia tu vida y la de los otros.
«Se postró a los pies de Jesús dándole gracias». ​
¿Qué realidades me llevan a agradecer, a postrarme?
«Ayúdame, Señor, cada día a ajustar mi vida a la tuya, no tanto para relativizar mis cosas sino para
insertarlas en tu amoroso plan de salvación».
Asociación Mundial de Antiguos Alumnos del Sagrado Corazón (AMASC)
cuaresma 2016
3. Tiempo de ensanchar la mirada
En el evangelio de Marcos
dos ​
curaciones de ciegos
abren y cierran los tres
anuncios de la pasión. Jesús
nos enseña que la mirada
del Padre no es nuestra
mirada,
«el Padre ve lo
escondido» a los ojos del
mundo. Si tiramos del hilo
de la mirada de Dios nos
remontamos al momento de
la creación: «vio Dios lo que
había hecho y era muy
bueno». Nacemos con esa
mirada de bendición sobre
nosotros,
la
vamos
perdiendo y todo el viaje de
nuestra vida es para volver
a recibirla y poder darla,
sobre todo a aquellos
rostros más lastimados​
. Dejar que el Señor nos toque los ojos para regalarnos una visión más
amplia. En cada momento de la historia «si deseamos ver los signos de esperanza tenemos que mirar
en la dirección correcta: hacia los empobrecidos y excluidos».
Mc 10, 46-52: ​
el ciego Bartimeo ​
«​
Jesús, hijo de David, ten compasión de mi…Ánimo, levántate,
que te llama...»
¿Qué escamas necesitan caer de nuestros ojos?
¿Qué situaciones nos invitan a mirar con novedad, a recrear nuestra manera de ver las cosas?
¿Quiénes ensanchan hoy mi mirada, que rostros me dan esperanza?
Dejar que Jesús ponga sus manos sobre nuestros ojos y movilice nuestras mejores energía recree
nuestra capacidad de ver y de esperar…y ensanche nuestro horizonte.
Tenemos por delante un tiempo precioso para ordenar el corazón y guiar su inmenso potencial, afirmar
con hechos la vida que Dios ha puesto en nosotros y transformar nuestra mirada con ojos compasivos a
favor del Reino y los preferidos de Dios.
Texto: Teresa Gomà, rscj
Mariola López, rscj
Fotografías: María Asteinza
Naturmotif
Asociación Mundial de Antiguos Alumnos del Sagrado Corazón (AMASC)
cuaresma 2016
Descargar