REPERTORIOS RENACENTISTAS DEL SABER ANTIGUO GREGORIO HINOJO ANDRÉS Universidad de Salainancn(Españn) El objetivo de esta breve disquisición filológica es enumerar y descsibis algunas de las recopilaciones y obras de carácter enciclopédico que se redactaron en el Renacimiento, que fueron consultadas y manejadas por nuestros humanistas y les proporcionaron materiales, citas y numerosos elementos de la cultura y del saber antiguo. Es evidente que sería una osadía temeraria por mi parte pretender detallarlas todas, mucho más explicarlas y analizarlas. Me limitaré a citar sólo las que yo considero más unpostantes y a describir con cierto detalle y evaluar las que para mí son más significativas y han ejercido una mayor intluencia es los escritores del Humanismo renacentista, me refiero a las Adagiorum Chiliades de Erasmo de Rotterdam y a la Officinn de Ravisio Textos. Pensamos que para conocer perfectamente el trabajo y la aportación de nuestros humanistas es preciso saber los útiles que manejaban, las fuentes en que se inspiraban y las influencias que recibieron. Hoy ya nadie se escandaliza cuando descubiimos que la cultura y la erudición de nuestros renacentistas, de los venerables escritores del siglo XVI y XVII, no era tan rica y tan variada como nosotros pensábamos y como la describen todavía numerosos manuales e Historias de la Literatura y muchos críticos y comentaristas. Me parecen plenamente cargadas de razón las palabras del eminente humanista francés, M. Bataillon, nada sospechoso de animosidad contra los renacentistas: "On sait bien, inais on a tsop tendance a oublier, qu'un homme cultivé de la Renaissance est loin de connaitre tout ce dont il parle et qu'il a peut citer maints auteuss sans les avoir lus... Os c'est un fait que la culture de la Renaissance a été pous la plupart de ses bénéficiaises, en dehors de cas privilégiés coinme celui de Montaigne, une culture d'excerpta mis a la portée de nombreux esprits par l'école et par le libre iinprimé'". La cita del hispanista francés confinna y avala hipótesis y afinnaciones formuladas por mí. Ya hace unos años mostraba que numerosas citas de obras renacentistas hispánicas, tanto latinas como castellanas, provenían de los Adagia de ~rasmo'En un Congreso sobre tradición clásica y literatura iberoamericana' provoqué algunos recelos al a f m a r que Sor Juana Inés de la Cruz no había leído todos los escritores clásicos que se citan en su obra y que muchos pasajes procedían de antologías o de obras de carácter enciclopédico y recopi1 M. BATAILLON, "Sur l'liumanisme du Docteur Laguna", Ronlance Philologl~XVII, 2 (1963-64)p. 232. G. HINOJO, "Los Adagla de Erasino en la Biblioteca Universitaria de Salamanca", Stephanion. Hon~enajea Mariu C. Giner, Salainnaca, 1988, p. 2 18 ' G. HINOJO, "Fuentes clásicas y renacentistas del Neptlrno alegórico", Congreso Inten~aciorilde Literatzrra Iheroaniericana J. Tradición Clus~cu", Valeiicia, 1997 ( En prensa). 2 lador, ocultadas en alguna ocasión. No me movía ningún ramalazo antifeininista ni ninguna animadversión hacia la musa novohispana, una de las personalidades más sugestivas y cultas del barroco latioarnericano, ni pretendía descubrir sus trampas filológicas como el biillante maestro Octavio Paz, desgraciadamentehoy ya desaparecido, describía las trampas de la fe. Como señala Bataillon era el sistema de los escritores de estos siglos, y a nadie debe escandalizar que los representantes más sabios de esta época se sirvieran de estos materiales. La tradición de estos repertorios latinos renacentistas, como señala P. Ruiz pérez4, hunde sus raíces en los siglos anteriores y constituyen una versión humanista de los florilegios y antologías medievales, que se remontan, en última instancia, a las recopilaciones antiguas, coino el famoso Dictorum factorzimque 71lenlorabilizrm libri nouenl de Valerio Máximo. Esta obra tuvo una enorme difusión en toda la Edad Media y cuenta con un número muy elevado de manuscritos5. Sus imitaciones medievales evolucionaron, como ha mostrado Aragués Adaz6, para adaptarse a los nuevos valores y virtudes que propugna y defiende el cristianismo, y para ser útiles a las exigencias de la predicación y a sus diversas formas y métodos de catequesis. Con la llegada del Renacimiento estos volúmenes se incrementan intensamente y sufi-en una profunda transfoimación para ser útiles al nuevo programa renacentista, sin abandonar por completo su finalidad moralista y de ayuda a la predicación. La Profesora López poza7 ha mostrado que sólo en tres bibliotecas españolas, la de la Universidad Complutense, la de la Universidad de Santiago y la del Monasterio del Poyo (Pontevedra), hay más de 170 obras de estas características editadas en los siglos XVI y XVII. En la Biblioteca de la Universidad de Salamanca existen otras muchas que no se hallan en las Bibliotecas citadas. Una muestra de la difusión y circulación de este tipo de repei.torios es el elevado número de ediciones de las Adagiorzm Chiliades que se conservan en la Universidad de Salamanca, siete de una misma obra, publicadas en un período de tiempo relativamente breve8. Con todo, más que el crecimiento cuantitativo me interesa examinar el cambio y la transformación que sufien estas antologías y colecciones, porque para mí son síntoma e indicio de la diferente actitud que ante el mundo antiguo existió en la Edad Media y en el Renacimiento. En los medievales, siguiendo como modelo principal, la obra ya citada de Valerio Máximo, se pretende con las antologías ofiecer un material y un repertorio para la predicación y para los distintos discursos. Es evidente que también en esta época hay ya una evolución y cambio, pero no una profunda transformación y una nueva orientación. Este cambio en los siglos del Medievo, como ya hemos dicho, se debe al cambio del código mo4 P. RUIZ PÉREZ, "Los repertorios latinos en la edición de textos áureos", La edición de textos. Actas del 1 Congreso Internacional de Hispanistas del Siglo de Oro, London, 1990, p. 432. 5 D. M. SCHULLAN, "A Revised List of Manuscripts of Valerius Maxiti~us",Miscellanea Auglrsto Cutnpana (Medioevo e Unlanesinzo, 4-51>Padova, 1981, pp. 695-728. Martin Acera, en su traducción de Akal, Madrid, 1988, ofrece una lista de las ediciones y las traducciones impresas y manuscritas 6 J. ARAGUÉS, "Colecciones de Esenrpla y oratoria: La labor del coinpilador", Hun~anisnzoy pervivencia del nlundo clásico. Actas de1 I Sinposio sobre htonanrsn~oJ. pervlvencia del nzundo clásico, Alcarit, 1990, Cádiz, 1993, p. 253. S. LOPEZ PLAZA, "Florilegios, polyantheas, repertorios de sentencias y lugares comunes. Aproximacióii bibliográfica", Criticón 49 (1 990) pp. 61-76. G. HINOJO, "Los Adagia.,. ", op. crt., p. 220, ti. 10. ' REPERTORIOSRENACENTISTAS DEL SABER ANTIGUO 591 ral que trae el cristianismo y a las innovaciones de la homilía cristiana fi-ente al discurso antiguo, pero todavía la tradición clásica se utiliza como un vivero o un depósito de exeinpla, dicta que sirven de paradigma o de estímulo a los cristianos; yo diría, readaptando un vieja fiase, que la Philologia sigue siendo todavía ancilla Tlieologiae. Con el programa de los humanistas del Renacimiento se introducen innovaciones formales y de contenido, que cambian profundamente este tipo de recopilaciones. Los nuevos repertorios son instrumentos para la formación de los humanistas y proporcionan un material ingente para los escritos literarios y para la poesía culta. Esclarecedoras de esta misión son las palabras de A. Blecua: "Ces répertoires k e n t tres t6t -et l'apparition de l'impiimerie en favorisa la diffusion- l'alirnent spirituel et rhétorique des étudiants en hunanités. Dans ces florileges, organisés par themes, par ordre alphabéthique, on pouvait extraire tout sortes de types d'apophtegmes et de flews d'er~dition"~. Es evidente que uno de los objetivos esenciales del Renacimiento es lograr la belleza, la elegancia y la perfección de la lengua latina de la época clásica, como se reconoce explícitamente por los propios autores y por la mayoría de los investigadores modernos; ello no quiere decir que el movimiento humanista consista sólo en una sobrevaloración de los elementos estilísticos y formales, en una reducción del saber enciclopédico de la cultura medieval, en una tendencia retórico-oratoria, en una exaltación exclusiva de la eloquentia, como pretende E. orden". Las nuevas colecciones se orientarán, por tanto, a estos objetivos, a que los humanistas puedan hablar y escribir en un latín rico, variado, elegante y capaz de expresar las nuevas realidades culturales y sociales. Por ello las colecciones se enriquecerán con conjuntos de fiases, locuciones, expresiones afortunadas y célebres, azirea dicta, etc., con obras que enseñan a redactar cartas, que proporcionen material para escribir, etc. También en el Renacimiento se quiere conocer el mundo antiguo para formar y educar a los hombres cultos de la nueva época, y se incrementa el valor didáctico y formativo de la Antigüedad clásica. Como acertadamente se ha señalado: "El ansia de multiplicar el conocimiento, el código cultural que supone la iiradiación del saber antiguo, y, sobre todo, la voluntad de transmisión, de enseñanza de una tradición no interrumpida, son los factores que el humanismo culto heredará, aumentará y transformará"". (El subrayado en el original). Parece lógico, por tanto, que las nuevas colecciones y antologías vayan orientadas a facilitar la comprensión y la lectura de los textos antiguos; los alumnos y profesores van a disponer de unos materiales y de unos útiles que les ayuden a entender en todas sus dirnensiones las obras de la Antigüedad romana. Son fiecuentes las obras como la Copia zlerborun~ de Erasmo, el De traclendis disciplines de Vives, y escritos de Palrnireno, de Lipsio, de Mi9 A. BLECUA, "La littérature apoplitegmatique en Espagne", L'Hzmiuizisnze dum les letfres espugiioles, Paris, 1979, p. 122 10 E. NORDEN, Die Antike Kzmstprosu, Sttiggart, 1923, p. 763. También R. Sabbadini define la etapa huiiimistca ~01110"71 regno de la fortim ", Storiu del ciceroii~aizisii~o, Toriiio, 1883, p. 73. II V. WFANTES, "De oficiiius y po/pntlieas. Los diccionarios secretos del Siglo de Oro", Sciipta Hutiim~istica, 1992, p. 34 guel de Salinas, en los que se ofi-ecen técnicas y procedimientos para que los alumnos puedan formarse y dominar la cultusa clásica. A estos factores de carácter cultural y fonnativo, hay que añadir, como muy decisivo en la transfosmación de este tipo de colecciones, la aparición de la imprenta y las diferencias fosmales y mateiiales entre el manuscrito y el impreso. Este factor, aunque es de singular importancia, escapa a nuestra especialidad y con-esponde deteminaslo a los expertos en técnicas materiales y en sociología cultural. Pienso con todo que la imprenta colaboró a difundir y generalizas unos inateriales que al inicio eran sólo patiiinonio de un gmpo reducido de humanistas cultos, que organizaban sus inateriales y los intercambiaban con sus amigos; la imprenta se limitó a editas y divulgar cuadernos y excerptn ya existentes. Quiero, con todo, manifestar que muchas de las recopilaciones de este momento siguen los modelos medievales y son todavía muy numerosos los manuales dedicados a la predicación y a proporcionar exempla y materiales pasa la oratoria y para difundis la doctsina cristiana. Un repaso a las 170 obras de estos siglos recogidas por López Poza en las tres Bibliotecas hispánicas muestra que un porcentaje muy elevado, superior al 80%, es de carácter cristiano y teológico. Los interesados encontrasán en el trabajo citado un elenco significativo de estas obras'', entre las que no podían faltas las Adagioruni Chilindes de Erasino y la Oficina de Ravisio Textos, pero se echan en falta algunas de gran infiuencia en los escsitores del momento, porque no se hallan en las bibliotecas citadas. RECOPILACIONES RENACENTISTAS En los trabajos y estudios que analizan y enumeran los repei-toiios y las antologías de la época renacentista se descubre una laguna importante, ya que casi no se mencionan los inanuales y los compendios mitológicos y mitográficos. Suscsibimos plenamente las siguientes palabras: 'El periodo histórico llamado Renacimiento no podía descuidar una materia tan atractiva como la mitología clásica, puesto que ella constituye el tema fundamental no sólo de la poesía griega y romana sino también de gran paste de la producción en prosa de ese mundo que día a día estaba re~ur~iendo"". Vamos a citar alguno de los más destacados y remitimos a los interesados a monografias dedicadas a repertorios mitológicos. La obra de mayor influencia, precedente y modelo de las posteriores, es, sin duda, la Genealogin deoruni gentilium de Boccaccio, traducida y editada con una esudita y bien documentada introducción por las Dras. Álvarez Moran, y Rosa l le si as'! Ya del siglo '* Un estudio y análisis de este tipo de obras puede verse en los siguientes trabajos: R. H. ROUSE y M. A. ROUSE, "Statm7 inue~ira,Schools, Preachers, and New Attitudes to the Page", en R. L. BENSON y G, CONSTABLE (eds.), Renaissar~ceand Renoval in the Tiielfih Centtirq: Oxford, 1982, pp. 201-225; A. MOSS, h o c e d ~ n g of s the Seventh "Printed Connnonplace in tlie Renaissance", Acta Comentia Neo-Latiiu Toronroi~e~~sis. Ii7ternational Co~?gressof Neo Latir? Sttrdies (Tororlto 1988), New York, 1988, pp. 509-518. 13 Ma. C. ÁLVAREZ-R. Ma. IGLESIAS, "Los nianuales niitologicos del Renacimiento", Alrster 3 (1998) p. 83 14 G. BOCCACCIO, Genealogía de los dioses paganos ", Eds. MfC. ALVAREZ y R. Ma. IGLESIAS, Madrid, REPERTORIOS RENACENTISTAS DEL SABER ANTIGUO 593 XVI son la De deis gentizm varia et ~~iziltiplexhistoria, Basilea, 1548, de Gregoiio Giraldi y Le imagini colla sposizione degli dei degli antichi, Venecia, 1556, de Vincenzo Cai-iari. Pero probablemente la obra que ha merecido mayores elogios y se leyó con más intensidad es la Mythologia de Natalis Comes (Natali Conti) publicada en 1551, en Venecia, de la que también existe una buena tsaducción al ca~tellano'~. Es una obra de g a n esudición y enriquecida por nuevos textos, aunque deudora de la de Boccaccio. En el ámbito peninsulas, no podemos dejas de citas la Philosophia secreta de Pérez de Moya y el Teatro de los dioses de la gentilidad de Baltasar de Vitoria, inspirada en los autores italianos y muy difundida y consultada en España; sólo en la Universidad de Salamanca hay cinco ediciones, y fue alabada por Lope de Vega. La lista podía ser interminable, pero queremos centrar nuestra atención en las dos obras que, según nuestro criterio, son representativas de la erudición renacentista y han ejercido mayor influencia en los autores de la época, a la vez que son una síntesis y un compendio de muchas del género; nos referimos, como ya hemos indicado, a las Adagiorzm Chiliades y a la Officincr. LOS ADAGUDE ERASMO Antes de empezar a hablar de las Chiliades, debemos citas y remitir a todos los interesados al excelente y exhaustivo trabajo de la Profesora M. ~ a n n - ~ h i l l i ~Una s ' ~breve, . pero sugestiva y rica síntesis de este estudio se halla en su colaboración a una obra colectiva sobre ~rasino". Muy ilustrativas y acertadas son también las páginas dedicadas a los Adagia por otro ilustre estudioso del Roteramense, nos referimos al eminente J. Chomarat, en su ingente y densa obra? Puede sorprender a los que no conocen en profundidad los Adagia que los encuadremos entre los repertorios y antologías del saber antiguo, pero una lectura minuciosa de los mismos permite comprobar el ingente material de cultura clásica que atesoran y la rica y variada información que proporcionan. Compartimos, por tanto, las opiniones y las palabras de M. Mann-Phillips: "It (Adagiorum Chiliades) became a kind of 'commom-place book', an anthology of prose and poetiy with comments picking out points of scholasship idea os details from the daily life of the ancient world, or leanding to a philosophic idea os to a discussion of the busning questions of the day"'9. La obra estaba dirigida a todos los interesados en la cultura del pasado, tanto profesores como alumnos, y era un manual útil pasa estudiar la Antigüedad y comprender las obras y escritores clásicos. Tras la primera edición de 1500 (Adagiorum collectanea), la obra acompañará a Erasmo toda la vida y le concederá el prestigio de humanista reputado. La edición de Aldo Manucio de Venecia, ya Adagiorum Chiliades, cuenta con más de tres mil adagios y proporciona a su autor fama universal. Es, como ha señalado Margaset Mann-Phillips, la obra de la erudición 1983. CONTI, Mitología. traducción, introducción y notas . Ma, CJÚVAREZ y R. Ma. IGLESIAS, Murcia, 1988 M. MANN-PHILLIPS, Tke Aduges of Erasnizcs, Cambridge, 1964 17 M. MANN-PHILLIPS, "Erasinus and the Classics", Erasiiliis, (Edi. T. A. DOREY), London, 1970, pp. 1-31. 18 J. CHOMARAT, Gruniniaire e?Rhetorrqlie chez Erasnte, Paris, 1980, II, pp. 761-782. l9 M. MANN-PHILLIPS, "Erasmus and...", op. u?.,p. 20 l 5 N. 16 594 GREGORIO HINOJOANDRES y del saber antiguo. La ultima edición, en vísperas de su muerte, cuenta con más de cuatro mil adagios. Su populaiidad en España es reconocida incluso por D. Marcelino, pese a sus escasas simpatías por el roteramense, que c o n f i i a su juicio con unas palabras de Paliniseno ilustradoras del interés y utilidad que le atribuían nuestros docentes y maestros humanistas para el desassollo de su tarea cotidiana: "Una de las obras de Erasino más leidas por los Maestros de la latinidad en España era los Adagios, a propósito de los cuales dice muy candorosamente el bueno de Lorenzo Palinyseno en su tratado De vera et facili intitatione Ciceronis: 'Dios le dé mucha vida al Inquisidor Mayos, que ha sido en ese y en otros libros más liberal con los estudiosos que no el Papa, porque si los An'ngia de Erasmo nos quitaran, como el Papa quería en su catálogo, bien teníamos que sudar"20.Palmireno se muestra muy satisfecho porque el índice de 1559 de Valdés trata a Erasmo con relativa moderación, especialmente si se compara con las gsaves censuras del índice de 1558 de Paulo IV. Su influencia en las letras hispanas fue excepcional, tanto en las obras de refranes y proverbios, como en las ajenas a la literatusa propiamente .gnómica". En la reedición del Lazarillo de Torlnes, F. Rico muestra la raigambre erasmiana de dos sentencias de la obra y pensamos que ésta puede extenderse a alguna otra". Ya hemos mostrado su presencia en la obra de Nebiilja y en otros escritos de latín rena~entista'~. Por otra paste, no nos parece sostenible la tesis de M. ~ a t a i l l o ncuando ~ ~ a f m a la progresiva desaparición en España del nombre de Erasmo y la imposibilidad de los españoles de leer completas sus obras tras las brutales censuras de los Inquisidores. Muchos ejemplares lograron burlas la Inquisición y pesmanecieron intactos para la consulta de los hispanos, como muestran algunos ejemplares de la Biblioteca de la Universidad de Salamanca. La lectura inintenumpida y continuada se c o n f i i a también por las fsecuentes citas del roteramense en obras posteriores a los atentados inquisitoriales, en algunas ocasiones cuidadosamente anónimas". El prestigio de los Adagio ha pervivido hasta nuestros días y como prueba citamos los juicios de dos insignes humanistas de este siglo: "Si quisiéramos fechar su acceso (el de Erasmo) a la notoriedad universal en el munM. MÉNENDEZ PELAYO, Historia de los heterodosos espai'ioles,Madrid, 1880, t. Il, p.95, n. 1 F. SÁNCHEZ ESCRLBANO, Los Ydugia " de Erasmo y la "Philosophia vulgar" de JUUHde Mal Lara, New York, 1994; K. L. SELIG, "Sulla fomina degli Adagia di Erasmo, Conviviuni 25 (1957) pp. 88-99; A. R A M ~ E Z ARAUJO, "Los Adugia de Erasmo en los seniiones de Fray Aloiiso de Cabrera, Hispai~ójla11 (1960) pp. 29-38; M. MORREALE, "Sentencias y refranes en los Diálogos de Alfonso de Valdés", Revista de Literutura 12 (1957) p. 3-14. 22 Lazarillo de Tor~nes,Ed. de F. RICO, Madrid, 1987, p. 62, 11. 75 y p. 91, ti. 87. También en p. 4, 11. 4, puede verse la infiuencia de Adag. 1 5,60. 23 G. HINOJO, Los Adagia ..., op. cit.., p. 2 18. 24 M. BATAILLON, Erasnto J>Espai'ia. México, 1966, p. 723 25 A. CASTRO, "Erasnio en tiempo de Cervatites", R. F. E. 18 (1931) pp. 329-389; A. RODR~GUEZM o m o , Erasnio en tiempos de Cervantes. Conientarios,noticias y dos testos desconocidos e inéditos, Madrid, edición privada, 1934; A. ALTOLATORRE, "Quevedo, Erasino y el Doctor Constantino", N. R F. H. 7 (1 953) p. 873 y cs.; A. DOMINGUEZ ORTIZ, "Citas tardías de Erasino", R. F. E. 39 (1955) pp. 344-350. 2' REPERTOR~OSRENACENTISTAS DEL SABER ANTIGUO 595 do sabio, quizá nos detendríamos en 1508, año de su estancia en Venecia y de la publicación, por Aldo Manucio, de las Adagiol-um Chiliades. Este grueso libro aseguraba a Erasmo un lugar eminente entre el pequeño mundo de los humanistas maestros de las dos lenguas y de las dos civilizaciones clásicas. Esta compilación, sobre todo, capaz por sí sola de fundar la gloiia de un erudito, dejaba oír en no pocas de sus páginas la voz inimitable de un filós~fo.'"~. Similares a los de M. Bataillon, son los de nuestro inmortal Dámaso Alonso: "... por la monumental empresa, verdaderamente renacentista, de los Proverbios, Adagio, en la que, cuidadoso coleóptero, va redondeando con admirable paciencia sus esférulas de ciencia antigua, y amontonándolas en número portentoso"". CONTENIDO DE LOS ADAGIA En esta obra Erasmo formula un adagio, lo expresa primero en griego, si existió en dicha lengua, y posterionnente en latín; a continuación inserta comentasios sobre su significado y valor con precisiones initológicas, históiicas, culturales y de época pasa entender todo su alcance y captas la metáfora o figura estilística que encierra; recorre toda la tradición antigua, con una sobrecarga de esudición y de citas que superan las pretensiones y los objetivos del positivismo y del neopositivismo. Hay adagios en los que apasecen citados más de veinte autores, griegos y latinos, incluidos los Padres de la Iglesia. El adagio le pesmite lucir toda su esudición, insertar reflexiones personales de carácter moral, filosófico y de ejercer su fino humor y su aguda crítica, sin descuidar alusiones a la realidad de la época. Aunque hay citas bíblicas y de los Padres, se observa un predominio absoluto de los autores paganos; Jerónimo, el escritor cristiano más citado, ocupa, como ha mostrado ~homarat",el número vigésimotercero, y el segundo de ellos, Agustín de Hipona, quinquagésiinoprimero. Esta obra nos llama la atención, además, porque muchos de los adagios constituyen un ensayo breve sobre cuestiones de interés en sus días, y algunos son muy críticos con la Iglesia y con el poder temporal, especialmente con las guerras de religión y las intervenciones militares, temas muy conflictivos por los enf?entamientos que asolaron a Eusopa, y en los que el Papa y el Emperador desempeñason un papel muy importante; tal es el caso de Dulce bellunz inexpertis. La crítica contra las propiedades de los clérigos y de la Iglesia, con la defensa de una comunidad de bienes, propugnada por los primeros cristianos y por Plantón, se descubre en varios proverbios, como Amicorun~conmunia omnia. No faltan ataques al poder absoluto y a los monarcas autoritarios, ni censura de la hipocresía y de la oposición entre la piedad interior y el aspecto exterior, como se observa en Sileni Alcibiades, etc. En este aspecto, por su amplitud y su universalidad y por su espíritu crítico se aproxima a una obra enciclopédica y puede considerarse ya un preludio de la Encyclopedie. Podemos, por tanto, concluir con M. Mann que la obra es en parte una antología, en parte un comentario, y en parte una colección de ensayos'9. 26 M. BATAILLON, Erasmoy.., op. c~t.,p. 73. D. ALONSO, "El crepúsculo de Erasino", Revista de Occ~dei&38 ( 1 932) p. 34. J. CHOMARAT, op. cit., II, p. 766, n. 249 29 M. MANN-PHILLIPS, "Erasmiis mid...", op. cit., p. 5. 27 Una de las propiedades y virtudes de esta ingente obra es que aparecen autores muy poco conocidos en el czn7-icvlum escolar del Renacimiento; así se citan escritores técnicos como Vitiubio, Vegecio, Coluinela, Estrabón; también escritores y compiladores tardíos, y coinediógrafos, tanto griegos como latinos. Adquirió, como hemos señalado, un importante papel en la formación de los escolares desde mitad del siglo XVI, con numerosos epítomes que aparecieron ya en vida del autor; sirvió tanto para estudiantes y escolares, como para los profesores, y también para predicadores y catequistas. Finalmente los Adagia muestran un ejemplo claro y un modelo del latín que defiende y propugna Erasmo. Como un gran número de humanistas, el roterainense es partidario de convertir el latín en una lengua viva, rica y autosuficiente para expresar todas las experiencias y todas las realidades sociales, culturales, científicas de su época. Para ello, f?ente a los ciceronianos ortodoxos, censurados y ridiculizados en su famoso tratado, Ciceronianus, propugna un latín que se aproxime a la lengua hablada; éste es el latín que aparece en esta obra, con alusiones continuas a la vida cotidiana, a las vivencias personales y con incorporaciones de elementos populares. No pretende un latín vulgar y coloquial, ni tampoco el modelo de los grandes autores clásicos; coino en otros aspectos es partidario de una vía intermedia que armonice la belleza y la perfección de la lengua latina con la versatilidad y frescura de una lengua hablada. LA OFFICINA DE RAVISIO TEXTOR Una obra muy diferente por su estructura y su organización, pero similar por la riqueza de su ciencia y por la enorme influencia que tuvo en el siglo XVI, es la Oficina de Ravisio Textor. Se nos presenta como una obra de carácter enciclopédico, con una cantidad de datos y una erudición sorprendentes, que comprende todos los temas y aspectos de la cultura. Bien es verdad que el autor ya ha podido servirse de numerosos trabajos precedentes. Es, a mi juicio, mucho menos original y carece de las reflexiones y juicios críticos de los Adagia; no "deja oír en no pocas de sus páginas", por decirlo con palabras de M. Bataillon, la voz inimitable de un filósofo. Juan Tixier de Ravisi (Rauisizis Textor), es un humanista francés nacido en 1430 y muerto en 1524. Fue profesor de Retórica en el Colegio de Navarra y rector de la Universidad de París. Su obra más impoi-tante e influyente es, sin duda, la Oficina, aunque también son muy célebres su Cornucopia, quo continentza loco diuersis rebzis abundantia secunduni ordinem litterarzinz, y su Epitheta, studiosis oninibus poeticae artis maxinie zutilia. Hubo ediciones conjuntas de la Oficina y de la Cornucopia, y de sus ~ ~ i s t u l a e ~ ' . Por las numerosas ediciones de esta obra ya nos podemos hacer una idea de la difusión e intluencia de este autor y considerarlo como uno de los más divulgados de su época. V. Infantes supone que se publicaron más de 50.000 ejemplares a lo largo de un siglo con más de 30 IOANNIS RAVISIl TEXTORE NIVERNENSIS, Oflici~ianimc deniirniposr tot editrunes diligenter enzeizdta, airetu et in lorige conin~odioreniordinetli redacta. Cui hac editrone accesserinit, eiirsdeni Rmrisii Conmcopiue libelltrs, quo contii~entirrloco dizlersis rebirs per orbeni abioidantiu. Item eiz~sdeiiia~rtoris,non vulgaris erudrtioriis Epistolae, nirlic recens accirmt~irscustigutue, et prope innii~iierisniendis ubsfersue. Ac gemmia Iiidex reruni verbortrnique oninii~tncopiosissini~rs,Verietiis,aptid Puirlinn Vogliiitii,MDXCVIII. REPERTORIOSRENACENTISTAS DEL SABER ANTIGUO 597 treinta ediciones extendidas por toda ~ u r o ~ a "Su . conocimiento en España también fue muy amplio, como se puede deducir de la existencia de sus obras en las bibliotecas de destacados humanistas, y de la presencia de ideas y citas suyas en numerosos autores, aunque en ocasiones se ocultara cuidadosamente el origen y la fuente de la infoimación". En la Biblioteca de la Universidad de Salamanca hay cinco ediciones de la 0ficind3. La obra está distribuida en siete grandes títulos o materias, que son auténticos libros o monografías, con numerosos apartados y capítulos cada uno de ellos. El titulo primero se ocupa de los dioses de distintas culturas, y de todo tipo de divinidades y seres seinidivinos, recogiendo tradiciones y religiones ajenas al mudo grecolatino. A esta materia se dedican más de treinta apartados, con nuinerosos divisiones cada uno. El segundo está destinado al mundo y es un compendio de cosmología, geografía, botánica, zoología, geología y mineralogía, con más de cincuenta secciones. El tercero está dedicado al tiempo y a las divisiones del mismo, y nos ofrece las descripciones poéticas de cada uno de momentos importantes, tanto de los días, como del año y de las estaciones El título cuarto está consagrado a los hombres, y es un tratado de anatomía y fisiología humanas, más un repaso de los ciudadanos destacados en diversas actividades de la vida, tanto por sus enfermedades, muertes, riquezas, fortuna, defectos físicos y psíquicos, con los temas más sorprendentes y peregrinos. El quinto trata de las magistraturas y de todas las formas de gobierno, positivas y negativas o degeneradas, explicando los sistemas políticos de países diversos, las legislaciones y el castigo de los delitos. También dedica atención a los ejércitos, las almas y a los tratados internacionales. En el sexto se enumeran todos los ahoinbres cultos, los literatos y artistas, hombres o mujeres, y hay un amplio apartado de teoría poética y de las figuras retóricas. En el séptimo se describen las virtudes y los vicios, y los hombres que han destacado por el cultivo de los mismos, con fuentes históricas y mitológicas; es una síntesis de historia de las religiones y de un estudio sociológico, con un caudal inmenso de anécdotas e historietas. La obra nos okece un rico caudal de la cultura antigua y descripciones literarias, recursos poéticos y elementos retóricos para poder ilustrar y escribir poesía y prosa cultas y elevadas, tanto en latín como en las lenguas vei-náculas. Su estudio y análisis son imprescindibles para interpretar y explicar la génesis y desarrollo de la producción literaria de nuestro Siglo de Oro. 31 V. INFANTES, op. cit., p. 35. Ibrdem, pp. 36-37,n. 19 y 20. 33 De 1541 (Lugdurii, S. Grypliium), de 155l(ibidem) de 1572 (Lugduni, S. Honoratuin), la de 1593 (Lugduni, A. Gryphium) y de 1602 (Lugduni, idem). 32