El Crecimiento del Humanismo (HA) El interés por aprender durante el Renacimiento fue estimulado por el humanismo [humanismo: una filosofía que intenta hallar el equilibrio entre la fe religiosa y el énfasis en la dignidad individual, y que también muestra interés en la sociedad humana y la naturaleza] . Este modo de pensar buscó equilibrar la fe religiosa con el énfasis [énfasis: importancia especial] en la dignidad del individuo y el interés en la naturaleza y la sociedad humana. El humanismo surgió primero en Italia como resultado de un nuevo interés en la cultura clásica. Muchos de los primeros humanistas buscaron ansiosamente libros de la antigua Grecia y Roma, monedas y otros artefactos que pudieran ayudarles a estudiar el mundo clásico. Uno de los primeros humanistas fue un poeta italiano llamado Francesco Petrarca. Petrarca amaba especialmente los libros antiguos. Los buscaba por toda Europa y animaba a sus amigos a que le trajeran cualquier libro que encontraran. Finalmente, formó una gran colección de antiguos escritos latinos y griegos que ponía a disposición de otros eruditos. Eruditos de toda Europa viajaban a Italia para aprender las nuevas ideas que estaban inspiradas en la cultura clásica. Estudiaron temas como el arte, la arquitectura, el gobierno y la lengua. Leían la historia y la poesía clásicas. Comenzaron a hacer preguntas penetrantes. ¿Qué es lo que más les atraía a los artistas clásicos en el cuerpo humano? ¿Cómo construyeron los romanos sus edificios? En sus estudios de la cultura clásica, los humanistas descubrieron una nueva forma de ver la vida. Comenzaron a crear una filosofía basada en la importancia y la dignidad de cada individuo. Los humanistas creían que cada persona tiene la capacidad de controlar su propia vida y alcanzar la grandeza. En la educación, insistieron en el estudio de las humanidades [humanidades: áreas de estudio que se concentran colectivamente en la cultura y la vida humana, tales como la historia, la literatura y la ética] , un grupo de temas que se concentran sobre todo en la cultura y la vida humana. Estos temas incluían gramática, retórica (el estudio del lenguaje convincente), historia, poesía y ética (el estudio de los valores morales y el comportamiento). Los humanistas trataron de poner en práctica las ideas del mundo antiguo. Los arquitectos, por ejemplo, estudiaban las ruinas de Grecia y Roma. Luego diseñaban edificios con columnas, arcos, y patios interiores como los de los edificios clásicos. Los humanistas no imitaban simplemente los logros del pasado. También trataban de perfeccionar las obras de los griegos y los romanos. En las universidades, los eruditos comenzaron a enseñar métodos de observación y experimentación. Los científicos del Renacimiento propusieron nuevas ideas acerca de las estrellas y los planetas. Los artistas y estudiantes de medicina estudiaban con todo detalle la anatomía del cuerpo humano. Los poetas escribían sobre temas religiosos y sobre las experiencias de cada día. Los escritores produjeron obras de historia y estudios sobre temas políticos. La influencia de los ideales clásicos cambió las ideas acerca del gobierno. Los humanistas separaron el estado y su derecho a gobernar, de la iglesia. De este modo, contribuyeron a establecer las bases del pensamiento moderno sobre la política y el gobierno. Los ideales humanistas también afectaron el pensamiento de la gente sobre la posición social de las personas. En los tiempos feudales, las personas nacían dentro de cierto nivel social. Si alguien nacía campesino, él o ella tendría siempre un estatus social menor que un noble. Los pensadores del Renacimiento, sin embargo, daban mayor importancia a los logros individuales que a la clase social o la familia de la persona. Este énfasis en el individualismo [individualismo: la fe en la importancia de los logros y la dignidad del individuo ] constituyó un enorme cambio con respecto al modo de pensar medieval. Algunas veces las nuevas ideas de los humanistas pusieron a éstos en conflicto con la Iglesia Católica. La Iglesia enseñaba que las leyes habían sido hechas por Dios y que aquellos que no las obedecían eran pecadores. Exhortaba a la gente a seguir sus enseñanzas sin protestar para que así pudieran salvar sus almas. Para la Iglesia, la vida después de la muerte era más importante que la vida en este mundo. Los humanistas, en contraste [contraste: una gran diferencia entre dos o más cosas] , creían que la gente debía usar su mente e inteligencia para cuestionar todo. La mayoría trataba de encontrar un equilibrio entre la fe religiosa y su énfasis en la vida eterna, con un interés activo en la vida cotidiana. Algunos desafiaron directamente las enseñanzas más veneradas por la Iglesia. Un humanista italiano, Giordano Bruno, pagó por sus ideas siendo quemado en la hoguera.