liberando al espíritu - Apostol Alex Gonzalez

Anuncio
LIBERANDO AL ESPÍRITU
INTRODUCCIÓN
La ministración debe dirigirse prioritariamente al espíritu, para que a su vez éste ministre al alma.
En la figura, Lázaro representa el espíritu del hombre, María el alma y Marta el cuerpo.
Cuando aceptamos la salvación de Cristo Jesús, al recibirle a Él como Señor de nuestra vida, se da
un proceso de resurrección y levantamiento del espíritu del hombre, el cual lleva de espíritu
muerto a espíritu vivificado sentado a la mesa con Jesús.
DESARROLLO
1.
Espíritu muerto: Lázaro muerto, pudriéndose dentro de la tumba. Jn 11:39
Esta es nuestra fase de vivos muertos, con el cuerpo vivo pero el espíritu muerto, cuando
andábamos perdidos en delitos y pecados, estando nuestro espíritu muerto y por
consiguiente no entendíamos las cosas del Espíritu, éramos simplemente hombres. Jue
16:17
2.
Quitando la piedra: Jn 11:39
Había un obstáculo entre Lázaro, el espíritu, y la luz del mundo, Jesús; una piedra. Esta
piedra figura aquí aquellas áreas que constantemente son razón de caída para nosotros, las
cuales no nos ministramos. Tal obstáculo no podía ser quitado desde dentro, tuvo que ser
quitado desde fuera, ministración.
Cuando quitan la piedra, sale olor a muerto de cuatro días. Son olores de la
descomposición de la carne a pesar de los preparativos que seguramente habían aplicado a
Lázaro al momento de ponerle las vendas. El mal olor figura las obras de la carne, obras
muertas Heb 9:14, las cuales salen al momento de ministrarnos.
Posteriormente, ya Lázaro resucitado pero sin salir de la tumba, el olor continuaba pero ya
no era por la carne de Lázaro, sino era el remanente que quedaba de la pudrición anterior.
Cuando nacemos de nuevo en Cristo Jesús, durante cierto tiempo nos siguen los olores a
muerto, la secuela de las obras muertas del pasado.
Al quitar la piedra entró la luz a la tumba de Lázaro, las tinieblas se separaron de la luz y dio
inicio la resurrección de Lázaro, aquel que estaba en tinieblas y sombras de muerte vio una
gran luz. Is 9:2
3.
La voz del Hijo: Cristo llama a Lázaro y lo vivifica 1Cor 15:22. Se realiza aquí la resurrección
de Lázaro, el cual dentro de la tumba y envuelto en las vendas resucita, pero no sale de la
tumba.
Jesús llamó a Lázaro por nombre Jn 11:43 y resucita, ante la voz y el Espíritu que vivifica
nuestro espíritu es resucitado pero todavía no es llamado a salir de la tumba. Cuando nos
convertimos a Cristo Jesús, Él nos vivifica y el espíritu muerto resucita, pero aún no se le
permite salir de la tumba.
4.
Le manda salir: Lázaro, el espíritu, se enfrenta a una orden poderosa: Ven afuera. La voz
ordena y dirige a Lázaro hacia el lugar a donde debía ir: A Cristo Jesús.
De allí que cuando nos convertimos comenzamos a caminar en pos de Cristo como una
orden y nuestro espíritu recibe la orden de salir y ver las cosas que solamente fuera de la
tumba se ven.
5.
Vendado y atado: Jn 11:44
Notemos que Lázaro salió pero completamente vendado y atado de pies y manos. El
Espíritu Santo lo tomó y lo sacó a la luz, fue trasladado de las tinieblas a la luz, entrando al
reino del Hijo del amor de Dios. Col 1:13
Sin embargo no podía percibir nada a cabalidad porque las vendas se lo impedían.
Corresponde esta época a cuando nuestro espíritu ya resucitado, con la orden de salir de la
tumba en pos de Jesús, sale, pero no es consciente cabalmente de lo que sucede, porque
aún está vendado y atado de pies y manos, por lo tanto participa de grandes experiencias,
pero no las puede explicar está imposibilitado de hacerlo.
6.
Desatado: Jn 11:44: Independientemente de la voluntad de Lázaro, Jesús ordenó a los
discípulos que le desataran y quitaran las vendas. Este es un proceso de paulatina
liberación del espíritu, mediante la ministración.
A medida que iban cayendo las vendas y las ataduras, Lázaro podía contemplar mejor las
experiencias de estar vivo fuera de la tumba. A esto corresponde el tiempo cuando Jesús
ya nos llamó a salir en el espíritu, pero debido a las vendas y ataduras no las podemos
contemplar efectivamente.
Sin embargo, a medida que caen las vendas, es necesario cubrir el cuerpo pues bajo las
vendas no había vestidura.
Es una especie de libertad condicional, pues aunque el espíritu es libre, aún no se mueve a
voluntad debido a la posibilidad que se pierda en uso de esa libertad.
2
7.
Liberado completamente: Jn 11:44 Es cuando a Lázaro ya le han quitado ataduras y
vendas, está fuera de la cueva, contempla el exterior, entonces Jesús dice que le dejen ir.
Esto es, que el espíritu se goce de la libertad y posibilidades de grandes experiencias que
Jesús nos da, libre de vendas. De allí Juan, Pedro, Pablo y varias personas más, pudieran
afirmar diversas experiencias en su vida.
Notemos:
 Juan en el tercer cielo: Estando en el Espíritu, en Patmos, oyó tras de sí una voz
como de trompeta y cuando se volvió había frente a él una escena maravillosa; y
ante el Alfa y la Omega, cayó como muerto a sus pies. Notemos que fue
ministrado: le habló el Señor y lo tocó.
 Isaías: le trataron los labios del espíritu en dimensiones celestes. Is.6:5-7
 Pablo: presente en el espíritu en la iglesia 1Cor.5:3; llevado al tercer cielo donde
escuchó palabras que no le es posible expresar. 2Cor 12:2-4
 Pedro: Rode dijo es su ángel Hch 12:14-15. El mismo aseguró que procuraría que
sigamos sus enseñanzas después de su partida. 2 Pe 1:15
8.
Sentado con Cristo: Finalmente vemos a Lázaro, sentado comiendo a la par de Jesús, el
alma, María, a los pies de Cristo ungiéndole y Marta, el cuerpo, sirviéndole. Sin ningún tipo
de contienda entre el alma y el cuerpo.
La familia ahora con Cristo Jesús estaba en paz.
De allí que podamos pensar que cuando nuestra alma y cuerpo no obedecen al espíritu,
seguramente, el espíritu aún no está sentado en la mesa junto a Jesús.
Pablo resume el proceso:
Habiéndonos resucitado, nos ha sentado juntamente con El, en los lugares celestiales, en
Cristo Jesús. Ef 2:6
3
CONCLUSIONES
La ministración espiritual debe ir dirigida prioritariamente al espíritu para fortalecerlo y hacerlo
poderoso, para que pueda gobernar al alma y al cuerpo.
Todo espíritu debe cruzar un proceso desde que resucita hasta el día glorioso de estar sentado con
Jesús a la mesa, gozando de las bendiciones abundantes y maravillas prometidas para cada uno,
pero sobre todo, gozando de la presencia del bendito Hijo de Dios.
4
Descargar