LA FIESTA DE LOS FIELES DIFUNTOS

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LA FIESTA DE LOS FIELES DIFUNTOS
Salmo responsorial 24: “A ti, Señor, levan
to mi alma”
es continuación y complemento de la de todos los Santos, de ayer. Junto a todos los
santos ya gloriosos, queremos celebrar la
memoria de nuestros difuntos. Es un día para hacer presente ante el Señor y ante nues
tro corazón la memoria de todos nuestros fa
miliares y amigos o conocidos difuntos, que
quizá durante la vida diaria no podemos estar recordando. Porque no podemos vivir cen
trados exclusivamente en un recuerdo, por
más que seamos fieles a la memoria de nues
tros seres queridos. Acabamos olvidando de
alguna manera a nuestros difuntos, al menos en el curso de la vida ordinaria para poder sobrevivir.
Por eso, este día es una ocasión propicia para cumplir con el deber de nuestro recuerdo
agradecido. Es una obra de solidaridad el orar por los difuntos, es decir, de sentirnos en
comunión con ellos, más allá de los límites
del espacio, del tiempo y de la carne.
Salmo de súplica y confianza. Se presenta co
mo oración de un anciano sólo y afligido que
suplica al Señor tres cosas: verse libre de
sus enemigos, recibir el perdón de sus pecados y ser instruido en los caminos del Señor.
Sabiduría 3,1-6.9 “Los recibió como sacrificio de holocausto”.
La vida toda es un sacrificio completo, que
Dios acoge. No seamos tan insensatos (sin
un sexto sentido de la esperanza) que nos
dejemos llevar de los sentidos externos y
consideremos la desaparición del difunto co
mo una desgracia y una ruina. Olvidamos,
en primer lugar, que la visita de Dios es una
desgracia sólo para el que obra mal, pues
una corrección purificadora y benéfica para
los justos. La prueba y la desgracia hacen
mejorar a los buenos, pero peores a los malos. Y en segundo lugar, que podemos confi
ar en Dios, en cuya mano están, pues es
Dios de gracia y de misericordia, cuyo favor,
no lo deciden sólo nuestros méritos.
Romanos 8,14-23. “Aguardamos la redenci
ón de nuestro cuerpo”.
Pablo invita a la comunidad de Roma a que
haga memoria de su propia experiencia de
Dios con el fin de conducir a los creyentes
más allá y explicar lo que ocurrirá en el futu
ro, en los últimos días. Las ideas sobre el futuro de Dios no son meras especulaciones so
bre lo que acontecerá, sino que inciden decisivamente en el hoy. El argumento del após
tol es este: los romanos ya han experimentado que son hijos de Dios; el hecho de que
llamen a Dios Padre es signo de que el Espí
ritu habita en ellos, porque Él es quien les
hace proclamarlo. Esta realidad de ser hijos
les asocia al mismo Jesús (son coherederos
con Él). Ellos pueden esperar para sí lo mismo que confiesan sobre Jesús: que a la cruci
fixión le sigue la gloria. La «cruz» de los romanos es la cruz de toda vida: las dificultades, el dolor, las incertidumbres, las equivo
caciones... Esta es la creación que sufre y gi
me los dolores de parto, pero no es la realidad última. En el futuro, Dios renovará todas
las cosas.
Evangelio de Juan 6,37-40
Padre sino por mí”
“Nadie va al
No perdáis la calma: creed en Dios y creed
también en mí. En la casa de mi Padre hay
muchas estancias, y me voy a prepararos
sitio. Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde es-
toy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo
voy, ya sabéis el camino.
Tomás le dice: Señor, no sabemos a dónde
vas, ¿cómo podemos saber el camino? Jesús
le responde: Yo soy el camino, y la verdad y
la vida. Nadie va al Padre, sino por mi.
- Palabra del Señor
EN LAS MANOS DE DIOS
José Antonio Pagola
Los hombres de hoy no sabemos qué hacer
con la muerte. A veces, lo único que se nos
ocurre es ignorarla y no hablar de ella. Olvi
dar cuanto antes ese triste suceso, cumplir
los trámites religiosos o civiles necesarios y
volver de nuevo a nuestra vida cotidiana.
Pero tarde o temprano, la muerte va visitan
do nuestros hogares arrancándonos nuestros
seres más queridos. ¿Cómo reaccionar enton
ces ante esa muerte que nos arrebata para
siempre a nuestra madre? ¿Qué actitud adop
tar ante el esposo querido que nos dice su úl
timo adiós? ¿Que hacer ante el vacío que
van dejando en nuestra vida tantos amigos
y amigas?
La muerte es una puerta que traspasa cada
persona en solitario. Una vez cerrada la puer
ta, el muerto se nos oculta para siempre. No
sabemos qué ha sido de él. Ese ser tan queri
do y cercano se nos pierde ahora en el miste
rio insondable de Dios. ¿Cómo relacionarnos
con él?
Los seguidores de Jesús no nos limitamos a
asistir pasivamente al hecho de la muerte.
Confiando en Cristo resucitado, lo acompaña
mos con amor y con nuestra plegaria en ese
misterioso encuentro con Dios. En la liturgia
cristiana por los difuntos no hay desolación,
rebelión o desesperanza. En su centro solo
una oración de confianza: "En tus manos, Pa
dre de bondad, confiamos la vida de nuestro
ser querido"
¿Qué sentido pueden tener hoy entre nosotros esos funerales en los que nos reunimos
personas de diferente sensibilidad ante el
misterio de la muerte? ¿Qué podemos hacer
juntos: creyentes, menos creyentes, poco
creyentes y también increyentes?
A lo largo de estos años, hemos cambiado
mucho por dentro. Nos hemos hecho más
críticos, pero también más frágiles y vulnerables; somos más incrédulos, pero también
más inseguros. No nos resulta fácil creer,
pero es difícil no creer. Vivimos llenos de
dudas e incertidumbres, pero no sabemos
encontrar una esperanza.
A veces, suelo invitar a quienes asisten a un
funeral a hacer algo que todos podemos hacer, cada uno desde su pequeña fe. Decirle
desde dentro a nuestro ser querido unas palabras que expresen nuestro amor a él y
nuestra invocación humilde a Dios:
"Te seguimos queriendo, pero ya no sabemos cómo encontrarnos contigo ni qué hacer
por ti. Nuestra fe es débil y no sabemos rezar bien. Pero te confiamos al amor de Dios,
te dejamos en sus manos. Ese amor de Dios
es hoy para ti un lugar más seguro que todo
lo que nosotros te podemos ofrecer. Disfruta
de la vida plena. Dios te quiere como nosotros no te hemos sabido querer. Un día nos
volveremos a ver".
Cáritas Española ha sido distinguida con
el premio Institución del Defensor del
Pueblo.
El jurado ha acordado conceder el galardón
por unanimidad a esta organización de la
Iglesia por su "continuada y renovada labor
en la defensa de los derechos de las personas en los difíciles momentos que atraviesa
España”.
También han destacado "la especial sensibili
dad" de Cáritas para conocer y tratar los pro
blemas más acuciantes de la sociedad y han
alabado "la profundidad de sus informes",
que suponen un "aldabonazo a las conciencias".
PARROQUIA
PURÍSIMA CONCEPCIÓN
GERENA – Sevilla
LITURGIA Y PUEBLO
Domingo 2 de Nov. 2014
CONMEMORACIÓN
DE TODOS LOS FIELES
DIFUNTOS
Cáritas Española es la confederación de las
entidades de acción social y caritativa de la
Iglesia católica
En su trayectoria, la organización ha asumido un triple compromiso en su acción social:
informar, denunciar y sensibilizar a la opinión pública sobre las situaciones de pobreza
y vulnerabilidad, sus causas, consecuencias
y la posibilidad de participación en el cambio
La red nacional de Cáritas está constituida
por unas 5.000 Cáritas Parroquiales, 68 Cári
tas Diocesanas y sus correspondientes Regio
nales o Autonómicas.
Cáritas desarrolla dentro de España una importante labor de apoyo y promoción social
a diversos grupos sociales en situación de
precariedad y/o exclusión social.
El compromiso con estas situaciones es apo
yado por el trabajo de más de 65.000 perso
nas voluntarias, que representan el 90 por
ciento de los recursos humanos de la institución en toda España. La acción desarrollada
para la erradicación de la pobreza tiene también una amplia dimensión internacional.
(31.10.2014) © Innovative Media Inc.
“Yo soy la resurrección y la vida”
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