MUJERES DE ESPÍRITU La palabra «Dios» es un nombre propio para la invocación, un nombre dado por Aquel a quien se invoca, y al mismo tiempo es una palabra autoimplicativa que embarga al ser humano entero. La persona que se puede considerar persona de oración es aquella que vive toda su vida en la presencia del misterio, que va creciendo en la conciencia de dicha Presencia y que hace de ella un acto permanente de respuesta. De ahí que la oración sea como el lugar natural y necesario para la experiencia de Dios, tanto para la toma de conciencia de que Él está allí -«Mira que yo estoy contigo» (Gn 28,15; Is 41,10; 43,5; Jer 1,8; Lc 1,28)- como para la respuesta a esa Presencia que origina toda posible experiencia suya, poniéndose por entero a su disposición y en la más absoluta confianza: «Heme aquí» (Gn 22,1; Ex 3,4; Lc 1,38). Quien hace de su existencia invitación y respuesta, hace de su vida comunicación y orientación para otros/as en la experiencia del Misterio, es decir, se hace mistagoga, ayuda a iniciarse en el Misterio. TERESA Teresa, como todos los místicos y las místicas, habla de y por experiencia: «No diré cosa que no la haya experimentado mucho» (V 18,8). Teresa vivió en tiempos recios para la experiencia del Espíritu. Esto supone que asumió el riesgo de dar crédito a la propia experiencia personal y permaneció a la escucha del deseo personal para afrontar la contradicción. Teresa, además, habla con un afán de comunicación y un propósito didáctico, mistagógico, de llevar a otros a donde ella misma ha llegado, consciente de que en su caso la experiencia pide ser comunicada: "no soléis Vos hacer, Señor, semejantes grandezas y mercedes aun alma sino para que aproveche a muchas" (V 18, 4) Así explica Teresa el sentido de escribir su libro de las Moradas: "quien me mandó escribir esto me dijo que, como las monjas de estos monasterios de N. Sra. del Carmen tienen necesidad de que alguien les aclare algunas dudas de oración (...) iré hablando de ellas..." y de esta manera gráfica la presenta: "Considerad que nuestra alma es como un castillo hecho todo el de un diamante en el que hay muchos aposentos (o moradas). En el centro y mitad de todas estas moradas está la más principal. Que es aquella en la que pasan las cosas más secretas entre Dios y el alma" (1M, 1) JOAQUINA Llamamos a Joaquina mujer de espíritu, porque la fe marca toda su existencia dando unidad y sentido a los diferentes acontecimientos de su vida. Su actitud profunda de mujer creyente fue entretejiendo su vida en la fidelidad a Dios y a su voluntad. Desde su experiencia espiritual es también mistagoga: cuando se trata de orientar a otros/as lo hace en el sentido de "iniciarse y vivirse en la Presencia del Misterio". «Vivid en la presencia de Dios durante todo el día» (Ep 130). «Moremos siempre y vivamos en el dulce centro de la más santa habitación» (Ep 76). 1 Presentamos ahora unos rasgos de la Espiritualidad de Teresa y Joaquina: Su relación con Jesús Teresa Para Teresa, Jesús es el Hombre Nuevo, el Amigo Verdadero. Jesús, "divino y humano junto" (6M 7,9). El encuentro de Jesús con Teresa es profundamente liberador. "Esta amistad da libertad", dirá ella en una de sus cartas. Dios es el "amigo de dar" y Jesús es la donación de Dios -Dios con nosotros-. La consigna de Teresa de poner los ojos en Jesús tiene esta explicación: porque sólo su persona puede poner en pie la nuestra. "Con tan buen amigo presente que se puso en lo primero en el padecer, todo se puede sufrir. Es ayuda y da esfuerzo; nunca falta; es amigo verdadero" (V 22, 6) " ¿Qué no dará quien es tan amigo de dar y puede dar todo lo que quiere?" (5M 1, 5) Joaquina Para Joaquina el Hijo era el «buen Jesús», el Maestro cuyos pasos queremos seguir en actitud de discípulas: Jesús, revelador de la misericordia del Padre que se hace Palabra viva manifestada «desde el pesebre hasta la cruz» (Ep 150). Jesús encarnado, Siervo de Yavhé, "manso y humilde de corazón", maestro y sanador. Joaquina vive una fuerte relación esponsal con Jesús e invita a «irse aficionando cada día más al Corazón de Jesús» (Ep 150). «Vayamos al corazón de Jesús; no salgamos de tan buena morada y del mismo Corazón recibiremos ardor para inflamar los nuestros» (Ep 97). «Yo quisiera que os empapaseis de aquellos sentimientos de humildad y mansedumbre que tanto resplandecen en la vida de Jesús» (Ep 150). Humildad - verdad Teresa Palpar la propia verdad, la autenticidad. Comprenderse a sí misma y por tanto aconsejar a otros, es decir, aconsejar a andar en verdad delante de Dios y de la gente. Sin que nos tengan por mejor de lo que somos y dando a Dios gloria. "¡O qué cosa esta del propio conocimiento! Quiero que me entiendan: esto es fundamental aún para aquellas a las que tiene el Señor en la misma morada en la que El está, ya que (...) sin eso de la humildad todo está perdido". (1M, 2) "No cure de unas humildades que hay, de que pienso tratar, que les parece humildad no entender que el Señor les va dando dones. Entendamos bien bien, como ello es, que nos los da Dios sin ningún merecimiento nuestro, y agradezcámoslo a Su Majestad; porque si no conocemos que recibimos, no despertamos a amar." (V, 10) 2 Joaquina Invita al conocimiento personal y a reconocer la gracia de Dios que se derrama en cada persona, Él es quien concede los dones, los cuales no hay que ignorar ni tampoco hay que vivirlos con retraimiento. «La humildad ha de nacer del centro del corazón» (Ep 100) «Sólo con pensar ¿Quién sois vos, Señor, y quién soy yo? Hay mucho que discurrir. Pidamos por tanto, al buen Jesús, nos dé sabiduría para conocerle, y Él nos dará la luz y el conocimiento» (Ep 101). Innovación Teresa La innovación, el innovador tiene que compaginar dos cosas: una vida interior estrictamente personal, toda vida que tiene algo original que ofrecer y que tenga incidencia social, si no, no hay incidencia social. Ella supo traducir esa incidencia que fue a través de los conventos y escritura. Innovó una manera de crear espacios para mujeres: Que sean pocas, que vayan libremente, impone clausura para proteger la libertad de estas monjas (sin injerencias de los eclesiásticos y familiares). "Ahora comenzamos y procuremos ir comenzando siempre de bien en mejor" (Libro de las fundaciones 29, 32) "Pues cuando los del Consejo supieron que estaba hecho el monasterio, que ellos nunca habían querido dar licencia, estaban muy bravos, y fueron en casa de un señor de la iglesia (a quien yo había dado parte en secreto) (14), diciendo que querían hacer y acontecer. Fuéronlo a contar a éste que digo, espantados de tal atrevimiento que una mujercilla, contra su voluntad, les hiciese un monasterio. El hizo que no sabía nada y aplacólos lo mejor que pudo, diciendo que en otros cabos lo había hecho y que no sería sin bastantes recaudos (15)." (libro de las fundaciones 15, 11) (Fundación del monasterio del glorioso San José en la ciudad de Toledo, que fue el año de 1569.) Joaquina Creó un tipo de comunidad capaz de responder a su deseo de trabajar por la gloria de Dios y el bien del prójimo. Para Joaquina era muy importante al principio formar el grupo, crear entre ellas una relación de confianza que les ayude a la comunicación. Sabe que hacer una comunidad no es fácil y se dedica a cultivar el respeto, la amistad, las relaciones que faciliten el bien de cada una, aportando el don propio para bien de todas. El centro de la comunidad ha de ser Jesús y la conversión constante al amor la manera de crear comunión. «Avivemos la fe, tengamos confianza, practiquemos la caridad y alcanzaremos la bendición de la Santísima Trinidad» (Ep 80). 3 Aprovechando una nueva legislación (1825) que apremia a todos los ayuntamientos a la creación de escuelas para niñas, Joaquina diseñará una novedad en la vida religiosa de su tiempo: - Integra sus comunidades en el seno de las instituciones públicas - Constituye comunidades polivalentes - Comunidades al servicio de los pueblos - La atención preferente a los sectores más modestos de la población - Comunidades pequeñas, fáciles de financiar y con facilidad de adaptación a la situación de cada pueblo. Osadía: atrevimiento, audacia, resolución Teresa La osadía de Teresa es la capacidad de riesgo y aventura, que no es fruto de la imprudencia ni de la inconsciencia. La osadía que vive esta mujer nos hace preguntar de dónde le viene esa fuerza interior para hacer lo que hizo. ¿Dónde está el límite de la osadía? La osadía como señal de que Dios está con ella, es como decir: no porque Dios está conmigo me atrevo, sino que como me he atrevido entonces esto es señal de que Dios está conmigo. "¡Oh grandeza de Dios! ¡Y cómo mostráis vuestro poder en dar osadía a una hormiga!(...) Como nunca nos determinamos, sino llenos de mil temores y prudencias humanas, así, Dios mío, no obráis vos vuestras maravillas y grandezas." (Libro de las Fundaciones 2, 7) "Pues todas hemos de procurar de ser predicadoras de obras, pues el Apóstol y nuestra inhabilidad nos quita que lo seamos en las palabras" (C 15, 6) Joaquina en confidencia con un amigo suyo, José Estrada, le dice: «Tenía yo intención de entrar religiosa en un convento y parece que el Señor quiere otra cosa, y es formar hermanas que abracen las necesidades de los pueblos» (FI 28-29). Se siente llamada a una obra con ese sentido y amplitud. El hecho de atreverse y llevar adelante el proyecto es señal de que Dios está con ella. En 1823, recién llegada de su primer exilio en Francia vivía provisionalmente en Igualada y ni siquiera sabía cuándo podría recuperar su casa del Escorial y regresar a Vic. Nada permitía aún concretar cómo llevaría adelante sus propósitos, sin embargo, no desistió hasta ir encontrando el modo de realizarlo. Joaquina invitaba a vivir la osadía desde las expresiones siguientes: «No nos detengamos, volemos a la montaña más alta» (Ep 89) «Tengamos grandes deseos y el Señor nos dará lo que más nos convenga» (Ep 108) Síntesis: El Amor TERESA: Para ella se trata de vivir en el amor, como Jesús, y no sólo de palabra: «Ya sabéis que quien no crece, descrece; porque tengo por imposible que el amor, si lo hay, se quede sin crecimiento» (7M 4,9-10). JOAQUINA: En el camino espiritual invita a avanzar en el amor: «Procuremos desechar de nuestros corazones todo cuanto pueda impedir el amor de Jesús, que es todo amor y quiere comunicarse con nosotras por medio del amor» (Ep 95). 4 Luica Villanego, ccv Puy Araujo, ccv Bibliografía utilizada: - Catalina Serna, Espiritualidad de Santa Joaquina de Vedruna, Publicaciones Vedruna, 1960. - Carta Circular, Espiritualidad Vedruna, Manantial de Vida, CCV 1997. - Plan General de Formación Vedruna, 1999. - Lydia Martín, Joaquina de Vedruna, Barcelona 2000. - Maximiliano Herraiz, A la zaga de tu Huella, Editorial Monte Carmelo, año 2000. - Sal Terrae, Santa Teresa, Maestra Espiritual. En diálogo con nuestro tiempo, enero 2015. - Eduardo T. Gil de Muro, Castillo Interior de Santa Teresa de Jesús, Monte Carmelo, 2011. - Salvador Ros, La experiencia de Dios en mitad de la vida, Editorial de Espiritualidad, Madrid 20102. - Epistolario de Santa Joaquina de Vedruna - Obras consultadas de Santa Teresa de Jesús: - Las Moradas - Libro de la Vida - Camino de Perfección - Libro de las Fundaciones 5