Una nueva visión de las transgresiones

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Fepal - XXIV Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis - Montevideo, Uruguay
“Permanencias y cambios en la experiencia psicoanalítica" – Setiembre 2002
UNA NUEVA VISION DE LAS TRANSGRESIONES
Dr Indalecio Fernández T1
En este trabajo queremos hacer una nueva aportación a la comprensión y a la
descripción de las Transgresiones.(1977,1997,1999). El transgresor es aquel que
desmiente y/o reniega la diferencia de los sexos, que instaura el padre como causa
significante del deseo. Para Transgredir enfrenta la ley del padre y la desafía. Esta
acción transgresiva plantea la reversión del deseo con la finalidad preservar su
ligazón narcisista. Con esta provocación incesante a la ley del padre, el transgresor
se asegura de que la ley existe y de que puede desafiarla. La ley se origina en la
diferencia de los sexos y en la prohibición del incesto que instaura el padre. La
consecuencia de su desafío es la transgresión o las transgresiones, las que se
organizan en un circuito que puede dar lugar a manifestaciones clínicas, tales como
las perversidades ( Kernberg,O. 2001) o las perversiones.
Hay que hacer la salvedad que en las neurosis al caer la represión puede cometerse
un acto transgresor sostenido en la desmentida o la renegación. Así estas
manifestaciones se mantienen en un mismo eje semántico y se expresan en función
de su relación con la desmentida y/o la renegación. El eje en que se ubican las
transgresiones es el que se encuentra entre el narcisismo y el edipo. De allí que el
transgresor no solo remite a aquel que transgrede la ley social, sino que queda
implícito que a su vez transgrede la ley del padre, siendo esta a su vez es mucho
más abarcativa.
El transgresor no ignora la ley sino que la encuentra a través del desafío, utilizando
1 Miembro Titular de la Sociedad Psicoanalítica de Caracas, IPA y FEPAL. Analista en función Didáctica del
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estrategias de subversión tales como la mentira, el secreto, el engaño y la
impostura. Estas estrategias están dirigidas a enfrentar valoraciones endogámicas y
exogámicas que producen una vivencia de satisfacción en el transgresor, al
prevalecer la ley de su deseo como única ley posible del deseo. Esta Vivencia de
Satisfacción del transgresor, a su vez no puede ser adquirida sin la complicidad
imaginaria ó real de un testigo que asista sobrecogido, a la diestra maniobra
defensiva, a la cual acude el transgresor para evitar el sufrimiento psíquico de una
humillación a su narcisismo (castración imaginaria). Mediante esta maniobra de el
sujeto logra reestructurar la representación de sí y del otro materno del narcisismo
(Madre Falo o Función Materna Narcisista) con la finalidad de mantener como un
todo la dupla narcisista.
Con la aparición del Tercero que instaura la ley y con esto Función Paterna, el
transgresor para mantener la dupla narcisista desafía al padre, de manera que su
transgresión está dirigida a mantener la madre falo (Madre Narcisista) es decir a
sostener a la madre como un todo absoluto en su función, al efectuar esto el y su
madre constituyen un todo absoluto. Esta
madre del Narcisismo (Madre falo o
Madre que es el falo) con la aparición de la función paterna interdictora deviene por
la castración imaginaria, en madre no todo, su condición de absoluto a caído con la
aparición del tercero paterno. Sí bien en el narcisismo rige una lógica del falo,
donde la dupla narcisista es un todo absoluto, con la aparición del tercero, se
instaura la lógica fálica, es decir la madre del edipo que no es otra que la madre
castrada ó madre fálica.
Al efectuarse el acto transgresor, el testigo sobrecogido del acto transgresor ocupa
el puesto de la madre castrada, mientras el transgresor utiliza el lugar narcisista de
la madre falo, como el punto desde el cual desafía la ley del padre. Pasemos a
estudiar el circuito que sigue la transgresión en las diferentes estrategias
Instituto de Psicoanálisis.
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subversivas que utiliza. Comencemos con el secreto. El secreto es el conocimiento
de algo oculto que obligatoriamente no debe ser revelado. El transgresor desafía el
silencio al que obliga el secreto, pero lo hace de manera indirecta, para esto busca a
un otro, un cómplice de este saber que no se debe decir. Este saber al cuál es
sometido el cómplice queda inutilizado por la obligatoriedad del silencio, esto ubica
al cómplice en la posición de quien detenta un poder ficticio en relación a un saber
que no puede ser transmitido en aras de mantener la confidencia. Desde esta
posición del que sabe pero no puede decir, es decir en el lugar del sujeto castrado
pero potencialmente fálico, el transgresor en este lugar invita a la transgresión por
parte del cómplice, situando en este punto el transgresor aviva su vivencia de
satisfacción provocando el romper la confidencia por parte del cómplice. Así el
cómplice queda sometido a una dualidad sin salida, ya que si revela el secreto
traiciona a su confesor y si lo calla traiciona a quien alude el secreto, ya que cuando
el transgresor elige su cómplice, no lo hace de manera casual, sino que requiere
que su cómplice esté ligado al sujeto aludido en el secreto. Si el cómplice devela el
secreto transgrede la ley que obliga a callar y permite al transgresor el montaje de la
escena fantasmática,
en la cual va a convocar al cómplice y al aludido por el
secreto y desde esa escena gozar de la transgresión, de la prohibición que se
consumó sin que ninguno de los protagonistas pueda confesar lo que sucedió. Si el
cómplice calla el secreto queda sometido a la culpa por su deseo de anhelo fálico y
su traición al otro del secreto. Podemos concluir que en el secreto algo que se
estima aparente pasa a ser desestimado convirtiéndolo en no aparente, pero aún
así el secreto tiene una existencia que se sustenta en la renegación. El secreto
cuando llama al engaño y a la impostura constituye un punto de transgresión.
Pasemos a considerar ahora la mentira como otra estrategia subversiva sustentada
en el desafío y la transgresión, diferente a la mentira del neurótico. Esta mentira
transgresora requiere de una estrategia y un escenario, en los cuales la imagen del
sujeto mentiroso tiene que aparecer como veraz ante los ojos del destinatario y éste
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a su vez ser pensado como un bobo por el transgresor. El discurso mentiroso exige
en su procesamiento una focalización de su contenido, de manera que el sujeto que
está mintiendo sabe que lo hace e irá acompasando su discurso de forma que la
mentira no se haga evidente.
En la estrategia transgresiva el propósito es la manipulación de un poder para el
logro de un objetivo, como es el desafío mismo del poder, a diferencia del neurótico
que manipula el poder para mantener la imagen fálica a los ojos del otro. El
mentiroso juega con la ventaja que plantea la suposición a priori de veracidad y
dominación. Su discurso implica una intencionalidad de falsear y
transgredir la
verdad que se supone., la mentira sin ser veraz puede parecerlo y esa es la
intención del mentiroso. En el transgresor mentiroso hay astucia en su hablar y
hacer, de manera de aparecer como veraz en su falsedad ó fingimiento, de allí que
sólo miente cuando la competencia es asimétrica, siendo la dominación del sujeto
transgresor lo que le hace posible y fácil la mentira.
Cuando hay competencia simétrica y compartida, como puede ser el caso del
neurótico, la mentira puede presentarse como una ironía,
la cual utiliza el
fingimiento expresando lo contrario de lo que se piensa, en una burla disimulada que
tiene como finalidad agredir a quien va dirigida En la ironía el otro representa un
rival. En el neurótico también puede aparecer la mentira en una relación asimétrica,
como lo vemos en la hipocresía, en la cual se finge una complicidad que parte de
una asimetría para obtener una simetría. El hipócrita supone un poder en el otro,
poder que trata de neutralizar mediante un halago a su atributo fálico.
El escenario de la mentira en el transgresor es el esfuerzo deliberado para forjar en
el otro una creencia falsa de lo que está sucediendo, lo que conduce a la fabricación
ó falsificación de una circunstancia con tal de producir en el crédulo un desorden.
Ahora bien, la mentira va a depender del contexto donde tiene lugar, ya que cada
contexto permite un juego de actuaciones, de acontecimientos posibles y por ende
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verosímiles, de modo que lo verosímil no puede ser considerado si no dentro de los
contextos en los cuales el acontecimiento es narrado. La verosimilitud ha de ser una
cualidad de la estrategia de todo discurso, puesto que si lo dicho es cierto, pero
improbable, lo dicho puede no ser creído y ser tomado entonces como incierto,
como si se pretendiera hacer pasar por cierto una mentira. Lo cierto inverosímil es
tomado la mayor parte de las veces como una mentira, pero es obvio que la
verosimilitud es una condición aún más importante allí donde se miente, pues solo
con un receptor ingenuo la mentira inverosímil puede hacerse como cierta. Un dicho
inverosímil pero cierto puede ser concebido como una agresión. Finalmente vemos,
si comparamos la mentira con el secreto, que si bien ambos están dirigidos a
transgredir la ley del padre, el objetivo final de cada uno es diferente. Mientras en el
secreto se desestima la Madre Falo (Madre Narcisista), llevándola a un existente
como madre fálica (Madre Edípica), apoyándose en la renegación, en la mentira se
va a desmentir la existencia de la madre fálica (Madre Edípica)), haciéndola
inexistente, para preservar a la Madre Falo.(Madre Narcisista).
Dos mentirosos no se creen a pesar de decirse la verdad y en esta verdad dicha
pero no creída, se engañan sin mentirse. El engaño debe ser verosímil, adecuado y
no una ficción. En el engaño se da a la mentira apariencia de verdad y se induce a
otro a tener por cierto lo que no es, valiéndose de palabras ó de obras aparentes y
fingidas. En realidad el engaño se sostiene en la mala fe del transgresor, donde éste
actúa con malicia, cuidando las posibles rectificaciones que pueda sufrir el discurso
engañoso y que lleven a salir del engaño. Este discurso
tiene el cometido de
burlarse alevosamente del otro con el fin de dañarlo. El engaño se sostiene en la
renegación de la Madre Fálica(Madre Edípica) para mantener la apariencia de la
Madre Falo ( Madre Narcisista). El sujeto engañado va a ocupar el lugar de la Madre
Edípica, lugar que va a ser sostenido por una ambiguedad valorativa desde la
posición del transgresor engañoso. El transgresor seduce a la víctima con múltiples
consideraciones, para luego en un acto intencional, de mala fe, destituirla de ese
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lugar mediante una burla agresiva. El transgresor engañoso desafía la ley del padre
desde una posición jubilosa que constituye el punto de transgresión. Hay que tener
presente que la equivocación también podría tener un efecto engañoso, pero a
diferencia de la transgresión engañosa no se da el desafío y la mala fe.
Revisemos ahora, cómo el desafío puede organizarse en una transgresión
impostora. La impostura es una atribución falsa, una imputación que implica tomar
el lugar de la ley, lo que hace de la ley una ley propia y arbitraria. Veamos cómo. El
impostor desestimando lo que le atribuye la Madre Narcisista no logra construir
una apariencia, al mismo tiempo, mediante la desmentida interdicta a la Madre
Narcisista, cuestionando la existencia de la misma. Vimos que, también en el
secreto, la Madre Narcisista es desestimada, sin embargo en la impostura, a
diferencia del secreto, esta Madre Narcisista además de desestimada es
desmentida. Esto es posible por la acción del Padre Interdictor, que es el lugar del
padre que prevalece en la impostura. El padre del impostor (Padre Interdictor) al
igual que el padre de la Horda primitiva, arbitrariamente se presenta como que él es,
el único que es, para lo cual borra a la madre en su posición de Madre Falo o Madre
Narcisista haciéndola no aparente y con esto la borra de su lugar narcisista, por lo
cual no da paso a la configuración de una Madre Fálica o Madre Edípica. El padre
desde su posición interdictora va a ocupar, de manera arbitraria y única, el lugar del
Falo, lo que plantea el ejercicio de la ley de modo arbitrario. Entiéndase Falo como
lo único que es.
En la impostura ó en la transgresión impostora el desafío de la ley está en el lugar ó
en la posición que se ocupe con respecto a ésta. La ley se reconoce en la medida
que se desafía ya que el impostor en su transgresión, no reconoce que no se es, ni
se tiene la ley y que ésta no es patrimonio de nadie. El transgresor se hace la
imputación falsa de encarnar la ley y en tal sentido él es su brazo ejecutor y no está
sometido a ella. Esta intención de dominio es utilizada para angustiar y dañar al
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otro. Al encarnar la ley puede sancionar al otro como quien es el transgresor ó
también puede invitar al otro a desafiar la ley y hacerlo transgresor, de esta manera
el impostor encuentra su punto de Vivencia de satisfacción en la angustia que
despierta en el otro. El impostor convoca la ley para desafiarla y la asume en tanto
su ley.
Podemos concluir que los elementos comunes a todas las transgresiones son el
desafío a la ley, condición fundamental y necesaria, la presencia de un tercero, ya
sea como testigo ó cómplice, quien es sometido a una intensa angustia, la que a su
vez es el punto de Vivencia de Satisfacción del transgresor. Como fuimos viendo,
estos elementos se combinan y escenifican de diversas maneras que dan lugar a
múltiples estrategias transgresoras.
TRANSGRESIONES
ENGAÑO
Madre
Narcisista
(Aparente)
(Estimación)
Madre Edípica
(Existente)
(Renegación)
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MENTIRA
SECRETO
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BIBLIOGRAFIA.
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SPC 1996.
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Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados. Nº 25. 1999.
FREUD, S. (1925): “La Negación”. Vol. 19. Obras Completas. Amorrortu Editores.
1985
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castellana (volumen de presentación de las Obras Completas de Sigmund Freud).
Amorrortu Editores. 1996.
KERNBERG, O. (2001):”Aspectos controversiales en la teoría psicoanalítica de la
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Vol 1. 2001.
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