Nuevos datos sobre la moneda en la colonia de Rhode

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MARTA CAMPO*
Nuevos datos sobre la moneda en la colonia de Rhode
Este trabajo forma parte de un proyecto de revisión y
estudio de la documentación histórico-arqueológica
sobre la colonia griega de Rhode, que abarca desde las
fuentes literarias y el urbanismo hasta la economía y la
cultura material (Colonia de Rhode, en prensa). El mejor
conocimiento de la evolución histórica y económica de
la ciudad, así como la revisión de los hallazgos monetarios, hacen posible una interpretación más precisa de la
producción y circulación de numerario en esta colonia.
El período inicial de la colonia
Rhode se fundó en la costa norte de la bahía de Roses,
en un lugar mejor protegido que Emporion de los fuertes vientos que azotan con frecuencia la comarca. Para
el asentamiento se eligió una pequeña colina, llamada
de Santa María, situada entre dos pequeños cursos de
agua y muy cercana a un puerto natural (Martín y
Puig, 2001, 54-56). Los materiales recuperados en las
excavaciones indican que la fundación de la colonia
debió realizarse entre fines del siglo V y principios del
IV a.C. (Martín y Puig, 2001, 58-59).
Según Martín y Puig, Rhode debió ser fundada por
massaliotas para recuperar la influencia comercial en la
zona, que Massalia había perdido como consecuencia
del auge económico de Emporion (Martín, 1983, 113122; Martín y Puig, 2001, 58-59). Con la instalación
de este nuevo establecimiento colonial, los massaliotas
se aseguraban una vía de penetración hacia el interior,
que les facilitaba el comercio con el mundo indígena.
De todos modos, otros investigadores han propuesto
que la fundación de Rhode hay que interpretarla como
una acción de los emporitanos, ubicados al otro lado
de la bahía de Roses.
Las fuentes literarias aportan datos confusos sobre el
origen de Rhode, aunque reflejan una estrecha relación
con Massalia y Emporion, además de una mítica fundación de los rodios, que según Pena (2000) ha de interpretarse como una invención de época helenística. En
una ocasión Estrabón (XIV, 2, 10) dice que los
rodios, mucho antes de la institución de los Juegos
Olímpicos, fundaron Rhode, que más tarde fue ocupada por massaliotas. En otro pasaje (III, 4, 8) se refiere a Rhode como “pequeña ciudad de los emporitanos,
según algunos fundación de los rodios”. El PseudoEscimno (201-209) también hace referencia al origen
rodio de Rhode, pero la considera una colonia de
Massalia.
Desde su fundación y a lo largo del siglo IV a.C., Rhode
no fue más que un pequeño enclave comercial, cuyos
habitantes tenían que conocer una institución tan típicamente griega como es la moneda, aunque todavía no
contaban con los medios suficientes para poder fabricar sus propias emisiones. Por lo tanto, debían circular por la colonia algunas monedas procedentes de
Emporion y de otras cecas griegas como Massalia, además
de emisiones del mundo púnico. Sin embargo, las
excavaciones casi no han proporcionado testimonios
del uso de la moneda durante esta fase inicial de Rhode.
Al siglo IV a.C. sólo se puede atribuir una fracción de
plata, probablemente una emisión de Emporion, y una
tetradracma partida, cuyo mal estado de conservación
hace imposible identificar la ceca emisora.
Las primeras emisiones: el siglo III hasta
c. 270/260 a.C.
A fines del siglo IV a.C., el pequeño establecimiento
de Rhode se amplió con la urbanización de una zona
cercana al puerto, conocida como barrio helenístico. A
principios del siglo III a.C., esta zona sufrió una nueva
urbanización, muy bien planificada, convirtiéndose en
un centro de fuerte actividad económica. Hay que destacar el inicio de una importante producción de cerámicas de calidad, entre las que destacan las de barniz
negro. Estas cerámicas fueron exportadas sobre todo a
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Museu Nacional d’Art de Catalunya - Gabinet Numismàtic de
Catalunya.
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Cataluña y el Languedoc, pero también se han documentado hallazgos en otras zonas de la Península ibérica y las Baleares (Principal-Ponce, 1998, 70-119;
Martín y Puig, 2001, 60; Martín y Puig en Colonia de
Rhode, en prensa).
A principios del siglo III a.C., en el marco de la reurbanización del barrio helenístico y del inicio de una
importante industria cerámica, Rhode abrió una ceca,
donde se acuñó moneda de plata de gran calidad, que
fue complementada por fracciones de bronce. Si
bien, como veremos, los prototipos iconográficos de
las primeras emisiones hacen posible una apertura
más temprana del taller, el contexto históricoarqueológico indica que en el siglo IV a.C. la colonia
todavía no estaba preparada para una producción
monetaria de la calidad que tuvieron sus primeras
emisiones de plata.
Las primeras dracmas de Rhode (Grupo 1, fig. 1-3)
muestran en el anverso la cabeza de una divinidad
femenina, inspirada en el diseño creado por Euainetos,
en el paso del siglo V al IV a.C., para la ceca de
Siracusa, y que fue copiado repetidamente por diversas cecas a lo largo del siglo IV a.C. (Jenkins, 1976,
56). En el reverso, el grabador hizo un original diseño de la rosa, vista por debajo, en el que se aprecia el
tallo central, cuatro sépalos y cuatro pétalos, que
muestran un círculo interior que ayuda a simular su
curvatura.
La cabeza femenina está complementada con la leyenda griega externa, rodeton, y el monograma AT o ANT,
que se puede interpretar como las iniciales del grabador o como las del magistrado responsable de la emisión. Ninguna de estas dos posibilidades concuerda
con las características de esta emisión, pues el monograma aparece en dracmas de estilo bastante diferente,
cuyo reverso se fue esquematizando progresivamente y
a lo largo de un cierto período de tiempo (Grupo 1ac, fig. 1-3). Posteriormente, la ceca continuó la acuñación de dracmas, pero ya sin este monograma, y con
la leyenda rodeton, primero externa y después interna
(Grupo 2a y 2b, fig. 4-5). Estas primeras dracmas
tienen un peso medio de 4,80/4,70 g, que se mantuvo a lo largo de toda su producción y que también fue
utilizado en las primeras dracmas de Emporion. Según
Villaronga (2000, 116-117), este peso se habría establecido a partir de los óbolos massaliotas del siglo IV
a.C. de 0,80 g, peso que también adoptaron algunas
emisiones emporitanas del siglo IV a.C.
Para complementar estas dracmas la ciudad emitió dos
fracciones de plata. Una, equivalente a 1/8 de dracma o tritetartemorion (Grupo 3, fig. 6), muestra una cabeza femenina a la derecha y un diseño muy simplificado de la rosa
vista por debajo, consistente en un glóbulo central del que
parten diversos radios. Si bien Villaronga (2000, 38 y 62
nº 110-113) ha puesto en duda la atribución de estas
fracciones a la ceca de Rhode, consideramos que el estilo del
anverso y la procedencia de 3 de los 6 ejemplares documentados indican que son emisiones de esta colonia. Un
ejemplar se encontró en las cercanías de Emporion, (Mateu
y Llopis, 1947-1948, 59 y 73 nº 222; 1951, 255 nº 20),
otro en Mas Castellar (Pontós) (Campo 1994, 81, 92 nº
32) y un tercero en la propia Roses.
La otra fracción (Grupo 4, fig. 7), equivalente a 1/16 de
dracma o trihemitetartemorion, muestra también una cabeza
femenina a la derecha, mientras que en el reverso aparece
la rosa vista de perfil, es decir el diseño típico de la Rodas
oriental. Villaronga (2000, 62 nº 114) ha atribuido esta
emisión a Rhode, pues el único ejemplar conocido procede
del Empordà. Además, estas iconografías de anverso y
reverso también fueron usadas por Rhode en emisiones de
bronce. En efecto, la colonia también emitió un volumen
considerable de fracciones de bronce, con una cabeza
femenina y una rosa de perfil (Grupo 6, fig. 8-10). La
atribución de estos ejemplares a Rhode fue hecha por vez
primera por Maluquer (1966), a raíz del descubrimiento
de 12 ejemplares en las excavaciones de Roses. Esta propuesta fue contestada por Villaronga (1973), el cual las
interpretó como producciones de la Rodas oriental.
Si comparamos los bronces de Rodas que sirvieron de
prototipo y los más de 40 ejemplares hallados en las
excavaciones de Roses, observamos diferencias significativas. Si bien ambas emisiones tienen la misma tipología y son de módulo similar, los ejemplares recuperados en Roses son de estilo más grosero que los de
Rodas y en ninguno de ellos aparecen grabadas las
letras griegas R O, típicas de las emisiones de Rodas.
Además, los ejemplares encontrados en Roses tienen
un peso medio de 0,81 g, que es sensiblemente más
bajo que los de Rodas, c. 1,0-1,5 g. Por lo tanto son
sin duda ejemplares acuñados en Rhode (Campo, 1994,
81-82). Su producción pudo realizarse desde principios del siglo III a.C., de forma paralela a las primeras
emisiones de plata, ya que los bronces de Rodas que
sirvieron de prototipo se acuñaron probablemente
desde 408-c. 385 a.C., aunque la mayor parte de su
producción se hizo durante la segunda mitad del siglo
IV a.C. (Ashton, 2001, 90-91).
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NUEVOS DATOS SOBRE LA MONEDA EN LA COLONIA DE RHODE
Los hallazgos monetarios del yacimiento de la antigua
Rhode, muestran que durante el primer tercio del siglo III
a.C., la circulación estuvo dominada por las emisiones
locales, aunque se han encontrado algunos ejemplares
foráneos como son dos bronces cartagineses atribuidos
a Sicilia (Jenkins, 1969, nº 96-97 y nº 109-119) y otro
de Cerdeña (Jenkins, 1969, nº 144-178), además de un
bronce de Gades (Villaronga, 1994, 84 nº 14).
Las dracmas del tridente y el inicio de nuevas
emisiones de bronce: c. 270-260 a.C.
Más adelante, la ciudad hizo una pequeña emisión de
dracmas, que muestran la marca tridente detrás de la
cabeza de la diosa, y de la que sólo conocemos 7 ejemplares (Grupo 6). El diseño de reverso de los primeros cuños es muy similar al de las dracmas del período anterior (Grupo 6a, fig. 11), pero después se simplificó el trazado de los pétalos de la rosa, a la vez que
en uno de los cuños conocidos aparecen unos pequeños adornos junto al glóbulo central que simula el
tallo (Grupo 6b, fig. 12). La ceca todavía introdujo
un tercer diseño, notablemente diferente, en el que la
rosa está vista por encima (Grupo 6c, fig. 13).
Con idéntica iconografía que las últimas dracmas del tridente, la ceca empezó a producir nueva moneda de bronce (Grupo 7, fig. 14-17), de 4,12 g de peso medio. Estos
bronces debieron utilizarse como moneda fraccionaria de
las dracmas, substituyendo los anteriores divisores de
plata. Esta emisión no debió comportar el fin de los
pequeños bronces con la rosa de perfil (Grupo 5), pues
ambas series podían funcionar al mismo tiempo.
La acuñación de estos bronces se hizo con medios muy
precarios y ahorrando al máximo los costos de producción. Así, algunos ejemplares se fabricaron con los mismos cuños que las últimas dracmas del tridente, y en ocasiones se aplicó el recurso de la reacuñación (fig. 15-16).
La identificación de las emisiones utilizadas como cospeles ha sido muy debatida a causa de la mala conservación de los ejemplares, pero en los últimos tiempos ha
quedado fuera de discusión que se reacuñaron sobre
bronces cartagineses de Cerdeña (Alexandropoulos,
1987, 22 n. 66; García-Bellido, 1994, 128; Campo,
1994, 81; Villaronga, 2000, 39), datados por Jenkins c.
300-264 a.C. (1969, nº 144-178). Esto indica que, muy
probablemente, la producción de las dracmas con marca
tridente y el inicio de los bronces con la rosa vista por
encima hay que situarlas en la década 270-260 a.C.
El último período de producción de Rhode:
c.260 - c.230/218 a.C.
Acabada la emisión del tridente, la ceca grabó nuevos
cuños de dracmas (Grupo 8), ahora sin ningún símbolo detrás de la cabeza de la divinidad y con la rosa
de diseño simplificado, similar al de algunos reversos
de la emisión del tridente (Grupo 6b). Hay que señalar que el grabador que abrió los primeros cuños de
esta serie conocía muy bien las dracmas del caballo
parado de Emporion, como indica la similitud del estilo del anverso de ambas emisiones (Grupo 8a, fig.
18). Más tarde, se fabricaron nuevos cuños en los que
la cabeza de la divinidad era de estilo muy similar al
de las primeras emisiones de la ceca, aunque de dimensiones algo más pequeñas (Grupo 8b, fig. 19).
Finalmente, el taller debió tener problemas para conseguir abrir cuños de calidad, como se refleja en las
últimas dracmas, con reversos de trazos esquemáticos, técnica deficiente y peso ligeramente más bajo
(Grupo 8c, fig. 20).
La ceca de Rhode debió empezar a fabricar estas dracmas a partir de c. 260 a.C., coincidiendo con las últimas dracmas del caballo parado de Emporion y las primeras del pegaso. Así lo parece demostrar, además de
las similitud estilística de los anversos que ya hemos
comentado, el hallazgo conjunto de ambas series en
un tesoro de la costa meridional del LanguedocRosellón. Este tesoro, estudiado por Villaronga
(2000, 25), contenía dracmas de Rhode y de Emporion
con reverso pegaso, junto con algunas imitaciones
galas de dracmas de Rhode y una gran cantidad de
Emporion con reversos caballo parado y pegaso, además
de imitaciones de otras series. Otro hecho que documenta este paralelismo es una emisión del sur de la
Galia, que adoptó como prototipo de anverso la cabeza femenina rodeada de delfines de la serie del pegaso
de Emporion y lo combinó con un reverso que imitaba
la rosa simplificada de las últimas emisiones de Rhode
(Villaronga, 2000, nº 74-76).
Por otra parte, la ausencia de dracmas de Rhode en los
tesoros de la Segunda Guerra Púnica, y el bajo volumen de producción de estas últimas dracmas, parece
indicar que la acuñación de numerario de plata habría
podido finalizar durante la década 240-230 a.C. De
todos modos, los datos para determinar este momento son muy imprecisas, aunque probablemente, como
ya propuso Sanmartí-Grego (1978, 606, 610-611),
hay que relacionarlo con una crisis de la economía de
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MARTA CAMPO
la ciudad, a causa de la decadencia de su producción de
cerámicas de barniz negro, que según este autor acabaron hacia el fin del tercer cuarto del siglo III a.C., o
poco después.
Por lo que respecta a la producción de moneda de bronce,
con la rosa vista por encima o incluso la de la rosa de perfil (Grupos 5 y 7), necesaria para los pequeños pagos
cotidianos, podría haber continuado hasta después del
cese de la producción de dracmas, con una técnica de pésima calidad y medios muy precarios (fig. 17). Ambas
series podrían funcionar al mismo tiempo, proporcionando dos tipos de numerario fraccionario a la población.
Es posible, aunque carecemos de datos objetivos para
afirmarlo con seguridad, que el cierre definitivo de la
ceca, acuñando ya sólo numerario de bronce, coincidiera con una fase de repliegue de la colonia a fines del
siglo III a.C., en el marco de la Segunda Guerra Púnica.
Este repliegue está documentado por la construcción de
una muralla, que dejaba fuera de sus límites el barrio
helenístico y sólo defendía la zona de la colina de Santa
María, es decir el lugar del primer asentamiento de la
colonia (Puig, 1998; Martín y Puig, 2001,62-63). Por
lo tanto, no parece posible que después de este hecho la
ceca pudiera continuar funcionando.
El inicio de la decadencia de Rhode parece reflejarse en la
escasez de la llegada de numerario foráneo. Del período
c. 260-218 a.C. sólo se ha recuperado una fracción de
plata de Emporion (Villaronga, 1994, 20 nº 19) y un
bronce de Ebusus (Villaronga, 1994, 92, nº 9).
Repliegue y abandono de Rhode: 218-195 a.C.
Los acontecimientos de la Segunda Guerra Púnica
debieron ser años de graves dificultades para Rhode,
que la dejaron convertida en un pequeño castellum
habitado por hispani, es decir, por población indígena.
Así queda de manifiesto en la descripción hecha por
Tito Livio (XXXIV, 8-4) del ataque realizado contra
Rhode por las tropas romanas de Catón en el 195 a.C:
Inde Rhodam uentum et praesidium Hispanorum quod in castello erat ui deiectum.
La casi ausencia de hallazgos de monedas foráneas
datables en el último cuarto del siglo III a.C. y el inicio del II a.C. confirman este repliegue de la colonia y
su posterior abandono a principios del siglo II a.C.
Las excavaciones del yacimiento sólo han proporcionado de este período una dracma de Emporion
(Villaronga, 1994, 22 nº 37), un bronce cartaginés de
Iberia (Villaronga, 1994, 69 nº 46) y un semis romano (Crawford, 1974, nº 38/2). Por el contrario, en
otros asentamientos próximos a Rhode, como son Mas
Castellar (Pontós) y el Puig de Sant Andreu
(Ullastret), a pesar que también fueron abandonados
en los inicios del siglo II a.C., se ha recuperado una
cantidad significativa de emisiones púnicas, romanas
e ibéricas, además de numerario de Emporion (Campo,
2002; Ripollès, 1982, 354-355).
Las características monetarias de Emporion y Rhode
durante los últimos años del siglo III a.C. y principios
del II a.C. reflejan profundas diferencias en la situación
y evolución de ambas colonias. La llegada de tropas
romanas a Emporion en el 218 a.C. y la instalación de un
præsidium no supuso la decadencia de esta ciudad, que
aumentó muy considerablemente su producción de
dracmas. Por el contrario, los habitantes de Rhode se
replegaron en la colina de Santa María y la colonia ya
no recuperó el esplendor que había tenido durante la
mayor parte del siglo III a.C., y que había hecho posible la acuñación de emisiones de plata de excelente
calidad. En el 195 a.C., las tropas romanas ya no
encontraron una ciudad griega sino un simple castellum
habitado por hispani, donde ya no se acuñaba moneda.
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NUEVOS DATOS SOBRE LA MONEDA EN LA COLONIA DE RHODE
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327
MARTA CAMPO
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3.
Grupo 1c, dracma (Aureo, IV-99, nº 2128;
Villaronga, 2000, nº 40).
4.
Grupo 2a, dracma, ex T. Languedoc-Rosellón
(Villaronga, 2000, nº 10).
5.
Grupo 2b, dracma, BN París (Guadán, 1968-1970,
nº 30; Villaronga, 2000, nº 56).
6.
Grupo 3, tritetartemorion, ex Mas Castellar, Pontós
(Campo, 1994, nº 32; Villaronga, 2000, nº 113).
7.
Grupo 4, trihemitetartemorion, ex zona Empordà
(Villaronga, 2000, nº 114).
8-10. Grupo 5, AE, ex Rhode, MAC-Girona.
11. Grupo 6a, dracma, MNAC/GNC Barcelona Guadán,
1968-1970, nº 43a; Villaronga, 2000, nº 51).
12. Grupo 6b, dracma, Estocolmo (Guadán, 19681970, nº 43; Villaronga, 2000, nº 50).
13. Grupo 6c, dracma, BN París (Guadán, 1968-1970,
nº 45; Villaronga, 2000, nº 53).
14. Grupo 7, AE, ex Rhode, MAC-Girona.
15. Grupo 7, AE, reacuñada, ex Rhode, MAC-Girona
(Campo, 1994, nº 34; Villaronga, 2000, nº 96).
16. Grupo 7, AE, reacuñada, ex Rhode, MAC-Girona
(Villaronga, 2000, nº 89).
17. Grupo 7, AE, MNAC/GNC Barcelona.
18. Grupo 8a, dracma (Guadán 1968-1970, nº 33;
Villaronga, 2000, nº 63).
19. Grupo 8b, dracma (Guadán, 1968-1970, nº 18,
Villaronga, 2000, nº 1).
20. Grupo 8c, dracma, MNAC/GNC Barcelona.
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