Sentencia Tribunal Supremo (Sala de lo Social), de 18 enero 2002 Jurisdicción: Social Recurso de Casación núm. 4573/2000. Ponente: Excmo. Sr. D. Jesús Gullón Rodríguez. SINDROME TOXICO: prestaciones y ayudas económicas: carácter provisional: cese en el abono por percibo de la indemnización fijada en vía judicial. El TS desestima el recurso de casación para la unificación de doctrina (núm. 4753/2000) interpuesto por don Pedro I. P. y estima el interpuesto por el INSS contra la Sentencia de 23-10-2000, del TSJ de Castilla y León, que casa y anula, confirmando la Sentencia del JS dictada en autos promovidos por el primero de los recurrentes contra el segundo y la TGSS, sobre pensión de jubilación. Texto: En la Villa de Madrid, a dieciocho de enero de dos mil dos. Vistos los presentes autos pendientes ante esta Sala en virtud de los recursos de casación para la unificación de doctrina interpuestos por la Procuradora doña Beatriz R. C., en nombre y representación de don Pedro I. P. y por el Procurador don Ramiro R. M., en nombre y representación del Instituto Nacional de la Seguridad Social, contra la sentencia de 23 de octubre de 2000 dictada por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León con sede en Valladolid en el recurso de suplicación núm. 1366/2000, interpuesto por el demandante frente a la sentencia de 13 de abril de 2000 dictada en autos 149/2000 por el Juzgado de lo Social núm. 1 de Valladolid seguidos a instancia de don Pedro I. P. contra el Instituto Nacional de la Seguridad Social, sobre impugnación de resolución. Es Magistrado Ponente el Excmo. Sr. D. Jesús Gullón Rodríguez. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO Con fecha 13 de abril de 2000, el Juzgado de lo Social núm. 1 de Valladolid, dictó sentencia cuya parte dispositiva es del siguiente tenor literal: «Desestimando la demanda formulada por don Pedro I. P., frente al Instituto Nacional de la Seguridad Social, Oficina de Gestión de Prestaciones Económicas y Sociales del Síndrome Tóxico (INSS), sobre Impugnación de Resolución de Cese de la Obligación de Abono de la Pensión de Invalidez Permanente total, absuelvo a la Entidad Gestora demandada de los pedimentos de la demanda interpuesta, confirmando la resolución recurrida». En la anterior sentencia se declararon probados los siguientes hechos: «I.-El demandante, don Pedro I. P., se encuentra afectado por el síndrome tóxico, estando incluido en el censo oficial de afectados con el número 47/399. Con fecha 21 de noviembre de 1986, solicitó la declaración de invalidez permanente, siéndole reconocida en el grado de total, por resolución de 29 de febrero de 1988. II.-La Audiencia Nacional, Sala de lo Penal, en el procedimiento de ejecución de sentencia del Tribunal Supremo de 26 de septiembre de 1997 (RJ 1997, 6366), derivada de las Diligencias Previas 162/1989 y con el número de registro 136/1999, procede a reconocer al demandante el percibo de una indemnización de 40.000.000 de pesetas. III.-Del importe reconocido, en trámite de ejecución de sentencia, la Audiencia Nacional procede a determinar el importe efectivo que ha de ser abonado al actor, deduciendo la cantidad certificada por la Oficina, en cuantía de 6.647.609 pesetas, más la que, por el mismo concepto, hubiera seguido percibiendo. IV.-La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, por Auto de 13 de marzo de 1998, dictado en ejecución de la Sentencia de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, de 26 de septiembre de 1997, dice: "Por otra parte, de las cantidades establecidas a favor de cada uno de los perjudicados han de deducirse las cantidades adelantadas por el Estado en concepto indemnizatorio, si bien en tales deducciones no se incluirán las cantidades correspondientes a gastos médicos, de Seguridad Social u otros semejantes a que tengan derecho los afectados por mandato legal". V.-Con fecha 23 de noviembre de 1999, la Oficina de Gestión procede a dar traslado al demandante del pago de la cantidad de 32.244.136, acompañando la hoja de cálculo con los conceptos liquidatorios. VI.-Con fecha 9 de diciembre de 1999, por resolución de la Oficina de Gestión de Prestaciones Económicas y Sociales del Síndrome Tóxico, se comunica al actor que, con el pago de la indemnización reconocida en el hecho anterior, cesa la obligación de abono de la pensión de invalidez reconocida, con cargo a la misma. VII.-Formulada reclamación previa en tiempo y firma, fue desestimada por resolución de 4 de febrero de 2000, interponiendo demanda ante el Juzgado Decano el 7 de marzo de 2000, que fue turnada a este Juzgado el día nueve del mismo mes». SEGUNDO Posteriormente, con fecha 23 de octubre de 2000, la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León con sede en Valladolid, dictó sentencia en la que consta la siguiente parte dispositiva: «Que, estimando parcialmente el recurso de suplicación formulado por don Pedro I. P. contra la sentencia dictada en fecha 13 de abril de 2000 por el Juzgado de lo Social número Uno de Valladolid, en virtud de demanda promovida por dicho recurrente contra el Instituto Nacional de la Seguridad Social (Oficina de Gestión de Prestaciones Económicas y Sociales del Síndrome Tóxico), sobre Impugnación de Resolución y con revocación de dicha sentencia, limitamos la suspensión de la pensión de invalidez permanente total de la que es beneficiario al tiempo que resulta del último fundamento de derecho de esta resolución, condenando a las partes a estar y pasar por los anteriores pronunciamientos y a que les presten el debido cumplimiento». TERCERO La representación procesal de don Pedro I. P., mediante escrito de 20 de diciembre de 2000, formuló escrito de casación para la unificación de doctrina en el que se alega la contradicción existente entre la sentencia recurrida y la dictada por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de 8 de junio de 2000 (AS 2000, 4712) y la infracción de lo establecido en la Ley 44/1981 (RCL 1981, 3108 y ApNDL 131), disposición adicional 4ª.2 y del Real Decreto 2448/1981 (RCL 1981, 2553 y ApNDL 5983), art. 1.3º reguladores de las ayudas a los afectados por el síndrome tóxico, e infracción del art. 24.1 CE (RCL 1978, 2836 y ApNDL 2875) en relación a los 118 CE y 18 de la LOPJ (RCL 1985, 1578, 2635 y ApNDL 8375). La representación procesal del Instituto Nacional de la Seguridad Social, mediante escrito de 1 de diciembre de 2000, formuló escrito de casación para la unificación de doctrina en el que se alega la contradicción existente entre la sentencia recurrida y la dictada por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de 4 de mayo de 2000 y la infracción de lo establecido en la disposición adicional cuarta, apartados 1a), 2 y 5 de la Ley 44/1981, de 26 de diciembre que aprueba los Presupuestos Generales del Estado para 1982, en relación con lo establecido en el art. 1.1a) y 3 del Real Decreto 2448/1981, de 19 de octubre. CUARTO Por providencia de esta Sala de 5 de julio de 2001, se admitieron a trámite ambos recursos, dándose traslado del mismo a la parte recurrida para que formalizara su impugnación en el plazo de diez días. QUINTO Evacuado el trámite de impugnación por la representación del Instituto Nacional de la Seguridad Social, se dio traslado al Ministerio Fiscal para informe, dictaminado en el sentido de considerar procedente el recurso interpuesto por el INSS e improcedente el interpuesto por el actor, e instruido el Excmo. Sr. Magistrado Ponente, se declararon conclusos los autos, señalándose para la votación y fallo el 14 de enero de 2002, fecha en que tuvo lugar. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO El problema a resolver en el presente recurso de casación para la unificación de doctrina se concreta en determinar si el acuerdo de cese en el pago de la prestación que el actor venía percibiendo de la «Oficina de Gestión de Prestaciones Económicas y Sociales del Síndrome Tóxico», tomado por ésta en el momento en que abonó al actor la cantidad resultante de la liquidación de los daños y perjuicios que le fueron reconocidos en sentencia firme de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo era o no adecuada a derecho. La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, sede de Valladolid, en su sentencia de 23 de octubre de 2000, estimó en parte la pretensión del demandante, en el sentido de limitar la suspensión de la pensión de invalidez permanente total que venía percibiendo cuando se le reconoció la indemnización, hasta el momento en que el importe de las mensualidades en suspenso igualen la parte de indemnización no deducida para reembolsar las prestaciones y ayudas ya cobradas. Frente a dicha resolución han interpuesto recurso de casación para la unificación de doctrina tanto el Instituto Nacional de la Seguridad Social como el beneficiario de las prestaciones. Por razones de método, conviene examinar en primer término el recurso formalizado por la Entidad Gestora, pues de acogerse, decaerían necesariamente las pretensiones que en el recurso del afectado por el síndrome tóxico se sostienen. SEGUNDO El Instituto Nacional de la Seguridad Social en su recurso denuncia como infringida por la sentencia recurrida, de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, sede de Valladolid, de 23 de octubre de 2000, toda la normativa reguladora de la prestación reconocida al interesado como consecuencia del denominado síndrome tóxico, y en concreto lo establecido al respecto en la disposición adicional cuarta, apartados 1.a), 21 y 5 de la Ley 44/1981, de 26 de diciembre (RCL 1981, 3108 y ApNDL 131), que aprobó los Presupuestos Generales del Estado para el año 1982, en relación con lo establecido en el art. 1.1.a) y 3) del Real Decreto 2448/1981, de 19 de octubre (RCL 1981, 2553 y ApNDL 5983), por entender que todo el mecanismo de protección a través de pensiones de invalidez o jubilación en dicha normativa específica tenía carácter provisional y por lo tanto, debía de cesar su efectividad en el momento en el que los afectados fueran indemnizados de forma definitiva en la cantidad en que por sentencia judicial fueron cuantificados los perjuicios por ellos sufridos. TERCERO El problema aquí planteado ya ha sido resuelto por esta Sala y se ha fijado la doctrina unificada al resolver supuestos análogos al ahora enjuiciado, en los que se invocaba idéntica sentencia de contraste, la de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, de 4 de mayo de 2000 (AS 2000, 4712), respecto de la que se entendió que reunía los requisitos del artículo 217 de la Ley de Procedimiento Laboral (RCL 1995, 1144 y 1563) y a dicha doctrina, contenida, entre otras, en las Sentencias de 24 de mayo (RJ 2001, 5442) (recurso 3998/2000), 29 de mayo (RJ 2001, 5455) (recurso 3599/2000), 25 de junio (recurso 3908/2000), 20 de julio (recurso 3338/2000), 24 de julio (recurso 4124/2000), 8 de octubre (recurso 4828/2000), 16 de octubre (recurso 4889/2000) y 30 de octubre de 2001, (recurso 413/2001), debe estarse para la solución del presente caso. CUARTO Como en las citadas resoluciones se afirma, la solución al problema planteado sólo puede ser afirmativa, en contra de lo resuelto por la sentencia recurrida, y ello porque, una vez percibidas por el perjudicado todas las prestaciones que le fueron reconocidas como consecuencia de su afectación tóxica, carecía de objeto que la Oficina gestora de tales prestaciones siguiera abonándole cantidad alguna puesto que ya no tenía derecho a ello. En efecto, el sistema de ayudas a los afectados por el síndrome tóxico se articuló a través del Fondo Nacional de Asistencia Social con el fin de «establecer con carácter provisional la aplicación de un conjunto de mecanismos de protección que permita resolver aquellas situaciones de precariedad económica» producidas en determinados casos, como reza la exposición de motivos del Real Decreto de 19 de octubre de 1981 en el que se reguló aquel sistema; en concreto, a quienes no disfrutaban de ninguna prestación de la Seguridad Social se les reconoció el derecho a percibir una prestación equivalente a la establecida como mínima en el Régimen General de la Seguridad Social -art. 1.a) de dicho Real Decreto ratificado por el apartado 1 de la disposición adicional 4ª de la Ley de Presupuestos del Estado para el año 1982- Ley 44/1981, de 26 de diciembre y, por otra parte, en el apartado 2 de esta concreta disposición adicional se dispuso expresamente que «las prestaciones y ayudas económicas a que se refiere el número anterior serán reembolsadas por sus beneficiarios con cargo a las indemnizaciones por responsabilidad civil que se acuerden y hagan efectivas, en su caso, a favor de los afectados o sus familiares en el proceso correspondiente», añadiendo que «de no mediar éstas en todo o en parte dichas ayudas o pensiones se entenderán definitivas». En el caso del demandante, le fue reconocida la cantidad de 32.244.136 ptas. por el concepto de indemnización, y por lo tanto, de conformidad con lo previsto en la disposición adicional antes citada, tenía la obligación de reembolsar lo percibido a la Oficina que se lo había venido abonando, lo que se produjo mediante el descuento por parte de la indicada Oficina en el momento de hacerle efectiva la liquidación de la cantidad que le había sido reconocida como indemnización a su favor. Cuando el actor reclamó contra el cese en el abono de la prestación, había percibido ya el montante económico total de la indemnización que le había sido reconocido como consecuencia de su afectación tóxica, y, por lo tanto, pretender que el cese en el abono de aquella cantidad era ilegal carecía de cualquier justificación, porque aceptarlo equivaldría a permitir que percibiera una cantidad superior a aquella a la que tenía derecho, contraviniendo frontalmente las disposiciones precitadas. El error de la sentencia recurrida se concreta en entender que tales prestaciones fueron establecidas con carácter definitivo cuando tanto de la exposición de motivos del Real Decreto 2448/1981, como de la disposición transitoria antes citada se desprende sin lugar a ninguna duda que aquellas pensiones se establecieron con carácter provisional y a cuenta de lo que en definitiva se resolviera por vía judicial respecto del montante indemnizatorio de los daños y perjuicios sufridos por cada perjudicado. QUINTO De las anteriores argumentaciones se desprende en cuanto al recurso planteado por el INSS, que la sentencia acomodada a la buena doctrina interpretativa de la normativa aplicable al supuesto aquí enjuiciado es la de contraste y no en la recurrida que, por ello debe ser casada y anulada, de conformidad con lo previsto al efecto en el art. 226 de la Ley de Procedimiento Laboral (RCL 1995, 1144 y 1563) y a la hora de resolver el debate en términos de suplicación como dicho precepto dispone, procederá acordar la desestimación del indicado recurso para confirmar en todas sus partes la sentencia de instancia que había desestimado la pretensión de la demandante. Sin que proceda la imposición de las costas a la parte recurrente (art. 233.1 LPL). SEXTO También de lo anterior se desprende la necesidad de desestimar el recurso planteado por el afectado tóxico, que así mismo recurre en casación para la unificación de doctrina, pretendiendo que se declare contraria a derecho la extinción de la prestación de incapacidad permanente reconocida en su día, al ser ésta definitiva y compatible con la indemnización de daños y perjuicios acordada a su favor. En primer término debe ponerse de relieve que el escrito de interposición del recurso omite la relación precisa y circunstanciada de la contradicción, tal y como exige el artículo 222 de la Ley de Procedimiento Laboral, pues se limita el texto a reproducir los hechos probados y parte de la fundamentación jurídica de las sentencias, para concluir que su pretensión es más ajustada a derecho, que, curiosamente, no coincide ni con el de la sentencia recurrida ni tampoco con la que se invoca como contradictoria, que es la dictada por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, de fecha 8 de junio de 2000 (AS 2000, 4712). En ésta, se trata también de un caso en el que una persona afectada por el síndrome tóxico venía percibiendo una pensión por tal motivo, que fue extinguida cuando se le abonó la indemnización por daños y perjuicios obtenida. Efectivamente, la solución que se adopta en esta sentencia es contraria a la de la recurrida, pero resulta que en ninguna de las resoluciones comparadas se estima íntegramente la pretensión y de hecho se pretende algo totalmente distinto a lo que en la sentencia de contraste se decidió. Es decir: el criterio legal y la solución adoptada en ella, es aún más restrictivo para el pretendido derecho del demandante que el que se sigue en la sentencia recurrida. Lo cierto es que aunque se apreciase la existencia de contradicción entre las resoluciones comparadas, la pretensión del recurrente carece de contenido casacional, pues esta Sala se ha pronunciado y ha resuelto el mismo problema que suscita de forma contraria a sus pretensiones, tal y como se argumenta en los anteriores fundamentos de derecho y en las sentencias a las que antes se hizo expresa referencia y cuya doctrina unificada ha servido aquí también para resolver el fondo del asunto en contra de lo pedido por el recurrente. Estas circunstancias hubiesen conducido en su momento a la inadmisión del recurso, lo que en este momento procesal ha de convertirse en desestimación del mismo, sin que haya lugar a realizar pronunciamiento sobre las costas. Por lo expuesto, en nombre de SM el Rey y por la autoridad conferida por el pueblo español. FALLAMOS 1º Estimamos el recurso de casación para la unificación de doctrina interpuesto por el Instituto Nacional de la Seguridad Social contra la sentencia de fecha 23 de octubre de 2000, dictada por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, sede de Valladolid, en recurso de suplicación (núm. 1366/2000) interpuesto por el afectado don Pedro I. P. contra la sentencia dictada por el Juzgado de lo Social núm. 1 de Valladolid, en fecha 9 de marzo de 2000, en los autos núm. 149/2000, seguidos a instancia del referido beneficiario contra el INSS. Casamos y anulamos la sentencia recurrida y resolviendo en trámite de suplicación el recurso de tal naturaleza interpuesto en su día contra la sentencia de instancia, debemos desestimar y desestimamos dicho recurso para confirmar íntegramente la sentencia dictada en trámite de instancia por el referido Juzgado. 2º Desestimamos el recurso de casación para la unificación de doctrina interpuesto por la Procuradora doña Beatriz R. C. en nombre y representación de don Pedro I. P. frente a la sentencia de fecha 23 de octubre de 2000, dictada por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, sede de Valladolid, en recurso de suplicación (núm. 1366/2000) interpuesto por el recurrente contra la sentencia dictada por el Juzgado de lo Social núm. 1 de Valladolid, en fecha 9 de marzo de 2000, en los autos núm. 149/2000, seguidos a instancia del referido beneficiario contra el INSS. 3º No procede imponer las costas a ninguno de los recurrentes. Devuélvanse las actuaciones al Organo Jurisdiccional correspondiente, con la certificación y comunicación de esta resolución. Así por esta nuestra sentencia, que se insertará en la Colección Legislativa, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. PUBLICACION.-En el mismo día de la fecha fue leída y publicada la anterior sentencia por el Excmo. Sr. Magistrado D. Jesús Gullón Rodríguez hallándose celebrando Audiencia Pública la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, de lo que como Secretario de la misma, certifico.