Poder judicial de la Nación AFIP –DGI c/ ELECTROMECANICA TRIAX SRL s/EJECUCION FISCAL” EXPTE. N°° 325/11 JUZGADO FEDERAL DE SALTA N°2 ///ta, 19 de abril de 2012. Y VISTO: El recurso de apelación deducido a fs. 177; y, CONSIDERANDO: I) Que viene apelado el resolutorio dictado con fecha 2 de mayo de 2011(fs. 173/174 y vta.), en cuanto rechazó el incidente de prescripción de deuda deducido por la ejecutada a fs. 160/162, con costas a su cargo. II) Resolución apelada: Para así resolver, el a quo explicó que la prescripción es un medio de adquirir un derecho o de liberarse de una obligación por el transcurso del tiempo. Que en el caso de las ejecuciones fiscales se aplican las previsiones de la ley de Procedimiento Tributario N° 11.683, la que en los arts. 56 a 69 regula detalladamente el instituto, los plazos y las causales de USO OFICIAL suspensión e interrupción. Señaló también las diferencias entre suspensión e interrupción del término extintivo considerando que en el sub lite es aplicable el plazo decenal previsto en el art. 4023 del Código Civil. Por lo demás, puntualizó que el 9 de febrero de 1998 se dictó sentencia de remate por la que se resolvió llevar adelante la ejecución contra el demandado (fs. 8); siéndole notificada el 31 de marzo de ese año (fs. 9); que la actora solicitó el dictado de medidas cautelares en reiteradas oportunidades (años 1998; 2001; 2004 y 2009); el libramiento de los oficios previstos en el art. 576 del CPCyCN y la constatación del estado de ocupación del inmueble; así como el dictado del auto de venta de fecha 28/6/1999 (fs. 34); siendo todos ellos actos procesales que evidencian su voluntad de continuar la ejecución, razón por la cual concluyó que no existió abandono durante el plazo de ley para que opere, como 1 pretende la ejecutada, la prescripción liberatoria. III) Agravios: Se agravió el apelante expresando que el organismo fiscal fundó su pretensión en la Boleta de Deuda n° 752/41020/01/1997 -que consigna aportes y contribuciones a la Seguridad Social por capital, intereses y multa- (fs. 1); promoviendo la ejecución fiscal en su contra en noviembre de 1997 (fs. 2); y que, luego de los trámites de ley, se dictó sentencia de trance y remate en marzo de 1998 (fs. 8); explicando que, no obstante existir cosa juzgada, la actora no ejecutó su crédito -aún con embargo del inmueble matrícula 20.534 de ese mismo año (fs. 21 vta.)- y que, por tanto, 12 años más tarde su parte opuso la prescripción liberatoria (fs. 160/162) que le fuera injustamente rechazada por el a quo. Dijo que los fundamentos del fallo atacado parten de una premisa incorrecta, basada en la aplicación del art. 4023 del Código Civil, considerando las actuaciones procesales de su contraria como actos interruptivos, lo que lleva implícitamente a concluir en que la deuda es prácticamente imprescriptible, siendo un absurdo pensar que el plazo se ha interrumpido 19 veces, como parece entender el magistrado. Agregó que la negligencia de la parte actora surge en forma patente al no haber concretado la percepción del crédito, cuyo cobro persigue desde hace 14 años, debiéndose considerar las conductas de las partes como elemento para juzgar la procedencia de sus pretensiones. En este orden de ideas señaló que aún la jurisprudencia que otorga a las medidas cautelares efecto interruptivo se lo desconoce cuando la actuación procesal posterior demuestra desinterés de la parte que lo obtuvo. Agregó que si bien es cierto que en doctrina se tiene dicho que “si el juicio ha terminado con sentencia firme no perime y debe cumplirse cualquiera sea la demora en su ejecución”, tiene que haber un límite temporal compatible con la seguridad jurídica, habiéndose excedido en el caso toda pauta que pueda calificarse como razonable. 2 Poder judicial de la Nación AFIP –DGI c/ ELECTROMECANICA TRIAX SRL s/EJECUCION FISCAL” EXPTE. N°° 325/11 JUZGADO FEDERAL DE SALTA N°2 IV) Contestación de agravios: Al contestar los agravios de su contraria el organismo fiscal dijo que son los argumentos del recurrente los que evidencian que no existe prescripción liberatoria dado que ello no puede ocurrir una vez dictada sentencia de trance y remate adquiriendo la ejecución carácter de cosa juzgada. Además, sostuvo, no hay plazo cumplido porque existieron diversos y sucesivos actos interruptivos -entre ellos la solicitud en el año 2001 de inhibición general de bienes de fs. 87- tendientes a mantener vivo el proceso y realizar el remate del bien embargado. Asimismo, expresó que el recurrente no consideró su propia inacción durante todo el tiempo de la ejecución, ya que siempre fue intimado sin que haya procedido a cancelar la deuda, ni planteó excepciones de ninguna especie, siendo que en definitiva existe una deuda a favor del Estado legítimamente reclamada, y que no fue discutida pero tampoco saldada (fs. 183/184). USO OFICIAL V) Constancias del expediente: Conforme surge de las actuaciones, el actor obtuvo una sentencia que se encuentra firme desde el 9 de febrero de 1998 (fs. 8), embargando un inmueble para asegurar su crédito en ese año, cumpliendo luego de ello actos procesales en años sucesivos (año 1999 -fs. 23/44-; 2000 -fs. 60/80-; 2001 -fs. 86/103 (incluye pedido de inhibición general de bienes)-; 2002 -fs. 110/132-; 2004 (pide reinscripción del embargo fs. 139); 2005 (cambia representante legal de la AFIP); 2009 -fs. 148 en adelante-). Por su parte, el ejecutado se presenta en el año 2010 planteando la prescripción liberatoria de la deuda que se le viene reclamando. VI) Decisorio: En primer lugar, se advierte que luego de la sentencia de trance y remate dictada el 9/2/1998 a fs.8, notificada el 31/3/1998, a fs. 9 al ejecutado, sin que éste la cuestionara en aquella oportunidad, encontrándose por 3 ende firme y con autoridad de cosa juzgada, se inició el trámite de su ejecución trabándose embargo sobre un inmueble a fs. 21 vta.; a partir de fs. 23 se ordenan diversas medidas relativas a la ejecución que se reiteran a fs. 35, 45, 62 y 68 habiéndose realizado diversas diligencias hasta junio de 2000 en que solicita la actora inhibición general de bienes a fs. 87/88 (año 2001); luego, en noviembre de 2001 solicita y obtiene embargo general de fondos y valores (fs. 97/98); a fs. 111 se pide la reiteración de oficios previstos en el art. 576 del CPCyCN (mayo de 2002, realizándose luego sucesivas diligencias; se reitera la petición a fs. 123; reinscripción del embargo a fs. 139 (año 2004); informando bienes para embargo a fs. 150/151 (año 2009), entre otras actividades procesales dirigidas a hacer efectivo el crédito de la AFIP. En consecuencia cabe tener presente que “cuando la sentencia definitiva ya ha sido dictada (como en el sub lite), ya no hay caducidad, lo que produce un cambio en el efecto interruptivo de la demanda”. En esos casos, como no hay instancia, “cada acto de ejecución de la sentencia interrumpe la prescripción, que comienza a correr a partir del día siguiente del acto interruptivo, que puede ser, por ejemplo, un embargo o una reinscripción, diligencias posteriores a la sentencia tendientes a la averiguación de bienes del deudor, reinscripción de inhibiciones, secuestros o reinscripción judicial de una hipoteca”; sin perjuicio de que “la interrupción causada por la demanda se prolonga por todo el tiempo que dure la tramitación, cualquiera sea la rapidez o celeridad del trámite” (confr. Edgardo López Herrera (Director) “Tratado de la Prescripción Liberatoria”, Lexis Nexis, Tomo I, Buenos Aires, 2007, pág. 348/349). En igual sentido, ha resuelto este Tribunal en autos “Valdez Gutiérrez Victoria c/ Estado Nacional –Ejercito Argentino y otros” en sentencia del 12/12/10, señalando que “la interrupción producida se prolonga cualquiera sea luego la rapidez o continuidad del trámite, durante toda la duración del proceso, teniéndose en especial consideración que la interpretación de la prescripción ha de ser restrictiva, debiendo estarse siempre por la solución más 4 Poder judicial de la Nación AFIP –DGI c/ ELECTROMECANICA TRIAX SRL s/EJECUCION FISCAL” EXPTE. N°° 325/11 JUZGADO FEDERAL DE SALTA N°2 favorable a la subsistencia del derecho”. Por lo tanto, el demandado fue intimado de pago y citado de remate, dejando vencer los plazos sin oponer excepciones dictándose la sentencia que manda llevar adelante la ejecución que se encuentra firme desde el 9 de febrero de 1998. Así, pues, al haberse dictado sentencia definitiva, ya no hay caducidad. En este sentido, reseña el autor citado que “el principio de la unificación de plazos de la actio iudicati puede extraerse del art. 3987 del Código Civil, que dice que la interrupción causada por demanda se tendrá por no sucedida si tiene lugar la caducidad de la instancia. Es claro que mientras la instancia esté viva los efectos de la interrupción perduran, y como la instancia termina con el dictado de la sentencia, pues de ahí en más no hay necesidad de que no sigan abiertos los litigios, la conclusión lógica es que también en ese momento termina el efecto interruptivo y la prescripción se reanuda, pero con el plazo de USO OFICIAL prescripción intervertido en diez años, cualquiera hubiera sido el plazo de la acción motivo de la litis”. Y específicamente trata la cuestión relativa a la situación posterior a la notificación de la sentencia firme explicando que “la interrupción causada por la demanda, cuando termina con la condena a cumplir cualquier obligación de dar, hacer o no hacer, no plantea problemas en cuanto a que la prescripción vuelve a correr cuando existe sentencia firme, pues de lo contrario nos encontraríamos ante el absurdo de que la demanda no sólo interrumpiría la prescripción sino que tornaría imprescriptible a la acción de incumplimiento de condena, lo que es inconcebible. La acción, cuyo plazo de prescripción para hacerla cumplir comienza a correr una vez dictada la sentencia, se conoce como actio iudicati” para luego especificar que “la doctrina y jurisprudencia en nuestro país aceptan que el plazo de la actio iudicati es el ordinario, esto es el de diez años, que se cuentan desde que se notificó la sentencia 5 firme o desde que tuvo lugar el último acto de ejecución de sentencia” (el resaltado no pertenece al original) siendo que “si el derecho reconocido es prescriptible, todas las acciones de cumplimiento de la sentencia prescriben a los diez años” (ob.cit. pág. 349 y 543/548). Entonces, “la prescripción requiere la presencia de dos elementos esenciales; el primero es que transcurra un determinado período de tiempo, el segundo es que durante ese espacio temporal el titular del derecho se haya desinteresado, permaneciendo inactivo, quieto, desidioso”; siendo que “lo que interesa es, pues, que el interesado se ocupe de su crédito, que demande, que exprese mediante una petición judicial el reclamo de lo que es suyo, porque, como dice Borda, ‘la interrupción no se deriva de la eficacia legal del proceso, sino de la voluntad judicialmente declarada de hacer valer sus derechos’” (ob.cit., pág. 323). En tal orden de ideas, visto el trámite seguido en autos, se concluye que la defensa esgrimida ha sido bien desestimada por el Juez de la instancia anterior, en vista de que existen actos que han interrumpido el curso de la prescripción liberatoria luego de la notificación de la sentencia de remate, rechazándose en consecuencia el recurso. Paralelamente, se pone de resalto que la demandada también pudo intervenir en el pleito en procura de su conclusión y no lo hizo VII) En cuanto a las costas se imponen en ambas instancias por su orden porque la actuación de la actora, al reiterar embargos y cursar los oficios del art. 576 del CPCyCN en numerosas oportunidades sin mayores justificativos, si bien no es suficiente como para admitir la prescripción por las razones apuntadas, pudo generar en su contraria la creencia de un mejor derecho para hacer su planteo (art. 68, segundo párrafo CPCyCN). Por ello, se RESUELVE: I) RECHAZAR el recurso de apelación deducido a fs. 177 por el demandado y, en consecuencia, CONFIRMAR la resolución del día 2 6 Poder judicial de la Nación AFIP –DGI c/ ELECTROMECANICA TRIAX SRL s/EJECUCION FISCAL” EXPTE. N°° 325/11 JUZGADO FEDERAL DE SALTA N°2 de mayo de 2011 de fs. 173/174. Con costas por su orden. II) REGISTRESE, notifíquese y oportunamente devuélvase. Fdo. Dres. Luis Renato Rabbi-Baldi Cabanillas, Roberto G. Loutayf Ranea, Jorge Luis Villada. Secretario: Dr. Ernesto Sola. USO OFICIAL ac 7