El evangelio de las manos llenas 1 Tercer Trimestre —Décimo

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Tercer Trimestre —Décimo sábado—
5 de septiembre
El evangelio de las
manos llenas
( E va ng eli s mo , car i da d, bo n da d)
Propósito del programa
Enseñar que la predicación del evangelio no se limita a presentar la palabra, sino también ayudar a los más
necesitados.
Al director
Este programa se debe realizar en forma de drama.
Recomendaciones
 Coloque carteles con citas bíblicas que hablen de ayudar al pobre.
 Preparar canastas de alimento y bolsas con ropa para entregar a las personas necesitadas.
 Organizar a los hermanos en varios grupos para visitar a las personas necesitadas de la iglesia (pobres, huérfanos, viudas). También las que viven en sus alrededores, debajo de los puentes o en las calles. Cada grupo debe
tener asignado un lugar y debe realizar su trabajo durante varios sábados consecutivos, y de ser posible llevarlos
a la iglesia.
 Coloque en la entrada de la iglesia una caja grande a fin de que todos puedan echar su contribución para esta
actividad.
 Motivar con anticipación este programa, anunciarlo con el propósito del programa.
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150 PROGRAMAS PARA LA ESCUELA SABÁTICA
Introducción
A través del tiempo, han surgido diferentes grupos religiosos que proclaman, desde su punto de vista, las verdades
que son esenciales para la salvación. Sin embargo, la mayoría de ellos parecen dejar a un lado una de las valiosas
enseñanzas mostradas por Jesús en su ministerio terrenal. El método que Cristo utilizó para alcanzar a las almas
estaba impulsado por su amor y el deseo de llevar paz a los corazones. «Solo el método de Cristo será el que dará
éxito para llegar a la gente. El Salvador trataba con los hombres como quien deseaba hacerles bien. Les mostraba
simpatía, atendía a sus necesidades y se ganaba su confianza. Entonces les decía: “Sígueme”» (El ministerio de
curación, cap. 9, p. 86).
Con su ejemplo, el Maestro demostró que debemos satisfacer las necesidades físicas, espirituales y emocionales de
cada persona. El evangelio de las manos llenas debe ser la técnica para alcanzar a los rechazados y oprimidos de
nuestra sociedad. Esta mañana te invitamos a disfrutar de la programación y poner en práctica el método de Cristo.
Drama
(Llegan varios jóvenes y al tocar la puerta les abre Laura).
Laura: Gracias por venir, amigos. He sido muy impresionada con este mensaje, y necesito su ayuda para poder
lograrlo. «Una gran obra debe emprenderse para levantar al caído y al degradado. Esta obra es buena en sí misma.
Siempre debemos tener el espíritu de Cristo, y hacer la misma clase de trabajo que él llevó a cabo por la humanidad
doliente. El Señor tiene una obra que hacer en favor de los desechados. No hay duda de que ese es el deber de
algunos: trabajar entre ellos y tratar de salvar las almas que están pereciendo» (El ministerio médico, p. 413).
¿Están dispuestos a ayudarme? ¿Qué les parece si nos postramos para pedir la dirección divina? (Invite a toda la
congregación a orar).
Luís: Yo también me siento motivado a trabajar por los necesitados. Hay una canción que ha estado resonando en
mis oídos durante la semana, que se titula A Jesús encontré. El cantante dice que él se encontró con un niño
hambriento, personas sin hogar, presos, ancianos y viudas necesitados de afectos y ahí fue que entendió que ayudarlos a ellos era como hacerlo al Señor. Abran sus Biblias en Mateo 25:34-40.
Carolina: Amigos, estoy maravillada con lo que está sucediendo aquí. Creo que primero debemos empezar ayudando a los más necesitados de nuestra iglesia. El Espíritu de Profecía nos dice: «Dios permite que sus pobres estén
dentro de cada iglesia. Siempre los habrá entre nosotros, y el Señor coloca sobre los miembros de cada iglesia una
responsabilidad personal en lo referente a cuidarlos. Hemos de manifestar hacia los que están entre nosotros el
mismo amor y compasión que Cristo manifestaría si estuviera en nuestro lugar» (Testimonios para la iglesia, tomo
6, p. 275). Les invito a cantar conmigo el himno Nº 494 (Nº 360 del himnario antiguo).
Carlos: Debemos incluir a los marginados que viven debajo de los puentes y en los parques. Ellos son rechazados
por su condición, y necesitan sentir una mano amiga. «Jesús llegó al contacto personal con los hombres. Él no se
mantenía alejado y apartado de los que necesitaban su ayuda. Entró en los hogares de la gente, confortando al
doliente, sanando al enfermo, elevando al despreciado, yendo aquí y allá haciendo el bien. Y si nosotros seguimos
en las pisadas de Jesús, debemos hacer lo que él hizo. Hemos de dar a los hombres y mujeres la misma clase de
ayuda que él les dio» (El ministerio de bondad, cap. 7, p. 64). Con estas palabras les damos la bienvenida a la casa
de Dios y te invitamos a unirte a nosotros en este proyecto que será de bendición para todos nosotros.
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Carla: ¡Excelente! Podemos brindarles alimentos saludables. Luego que hayan comido, le presentamos un miniconcierto y después el mensaje espiritual, con un llamado para que acepten a Jesús en sus vidas. Si es posible, en lo
adelante podemos conseguirles algunas piezas de ropa. Dice la Biblia: «El que mira con misericordia será bendito,
porque dio de su pan al indigente» (Proverbios 22:9). El Rumbo de esta mañana nos habla de _________________.
Raúl: (Simula estar tomando nota de lo que se dice en la reunión). Muy bien, ya he escrito tu sugerencia;
podríamos unimos al departamento de Dorcas para elaborar el plan. El apóstol Pablo recomienda: «Acordaos de los
presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como si vosotros estuvierais en su
mismo cuerpo» (Hebreos 13:3). Podemos investigar las cosas que ellos necesitan y que nos permitan entrar al
recinto para llevarles. De esta forma estaremos llevando el evangelio, tal como Jesús nos enseñó. El misionero de
hoy nos enseña _______________________.
Maritza: Las viudas y los huérfanos son otro grupo de personas amadas por Dios. «Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, socorred al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda» (Isaías 1:17). Creo que sería
una labor muy bonita visitar a los niños que están en los orfanatos. Podemos prepararles una actividad especial para
ellos, regalarles libros que hablen de Jesús y muchas cosas más. De solo pensarlo me lleno de alegría. Vamos a
escuchar una música especial.
José: Estoy de acuerdo contigo. Las Escrituras nos dicen: «La religión pura y sin mancha delante de Dios el Padre
es esta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y guardarse sin mancha del mundo» (Santiago
1:27). Jesús espera de nosotros más de lo que hemos hecho hasta ahora, pues él no solo presentaba un mensaje de
palabras, él lo daba con amor y las manos llenas, así satisfacía las necesidades de cada uno. Quedamos divididos en
clases.
Conclusión
«Es necesario acercarse a la gente por medio del esfuerzo personal. Si se dedicara menos tiempo a sermonear y más
al servicio personal, se conseguirían mayores resultados. Hay que aliviar a los pobres, atender a los enfermos,
consolar a los afligidos y dolientes, instruir a los ignorantes y aconsejar a los inexpertos. Hemos de llorar con los
que lloran y regocijamos con los que se regocijan. Acompañada del poder de persuasión, del poder de la oración,
del poder del amor de Dios, esta obra no será ni puede ser infructuosa» (El ministerio de curación, cap. 9, p. 86).
Concluyamos con el himno Nº 494 (Nº 360 del himnario antiguo).
Oración
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