Consecuencias de la Inseguridad: Víctimas y familiares luego de un delito 30 de mayo 2011 En el día de hoy, 30 de noviembre de 2011, se llevó adelante el segundo desayuno de trabajo denominado Legítima Defensa y Menores Infractores: ¿Qué papel juegan hoy en la Seguridad Ciudadana?, organizado en el marco de la Comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios del Uruguay Con el objetivo de seguir trabajando y desarrollando nuevas acciones en el marco de la Comisión es que se decidió realizar esta segunda instancia de intercambio de conocimientos y experiencias, esta vez con la presencia de especialistas en la materia ajenos a la Comisión pero que con mucha disposición compartieron con el público asistente y la prensa, sus conocimientos en aspectos jurídicos relacionados con el tema seguridad. La apertura del evento estuvo a cargo del Presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios, Cr. Marcelo Lombardi. “La Comisión de Seguridad se conformó en el año 2008 en respuesta a una de las principales preocupaciones de los socios de la Cámara: la inseguridad que se registra en el sector y los efectos negativos que tiene para el desarrollo del mismo así como para la sociedad en su conjunto”, A su vez explicó que “las presentaciones del día de hoy estarán enfocadas en aspectos legales y jurídicos, centralizando las mismas en legítima defensa y menores infractores, y cómo ambos aspectos inciden en la seguridad y principalmente en las causas y consecuencias de los hechos delictivos.” La disertación del Dr. Miguel Langón Cuñarro (Fiscal del Crimen durante 25 años. Procurador del Estado en lo Contencioso Administrativo. Director del Instituto Uruguayo de Derecho Penal) estuvo centralizada en conceptualizar la legítima defensa. “El instituto de la legítima defensa acompaña al hombre desde el principio de los tiempos porque el fundamento de la mismas está en la propia naturaleza humana: el principio de la supervivencia”. Explicó que justamente el fundamento de la legítima defensa es la necesidad “si bien el Estado tiene el monopolio del ejercicio de la fuerza, hay circunstancias en las cuales le es imposible resguardar permanentemente y en todo momento la seguridad de las personas y sus bienes”. “El acto de defensa es un acto legítimo, es un acto no criminal”. En definitiva la legítima defensa se da cuando el individuo no buscó la situación en la que se vio envuelto. Cuando una persona es agredida en su persona o en sus bienes y no encuentra un policía o un juez que lo asista en el momento, puede defenderse y no es un delito que lo haga, aunque incurra en una lesión hacia el agresor y hasta en un homicidio. El Dr Langón es firme en sus expresiones al establecer que “la ley no le exige a la persona que asista impávido y sin reaccionar frente a un ataque a sus bienes y particularmente en el ataque a la propiedad”, “usted tiene derecho a impedir el daño dado que la ley no establece que la persona tenga que soportar el daño”. Destacó la importancia de la certeza y la seguridad jurídica y que el Derecho es uno para todo el país y lo que se decide en Montevideo paralelamente se debe decidir en todos los lugares del país. La segunda exposición estuvo a cargo del Dr.Eduardo Fernández Dovat (Fiscal Letrado Nacional en lo Penal de Séptimo Turno), el cual se enfocó en las cuestiones actuales sobre la legítima defensa y buscó contestar algunas preguntas tales como ¿Cuándo mi reacción ante una agresión ilegítima está comprendida en la causal de justificación de la legítima defensa?, ¿Tengo que probar que actué en legítima defensa? ¿Tengo que probar que actué en la creencia de que se daban las condiciones de la legítima defensa?, ¿Cómo he de proceder cuando me encuentro envuelto en una situación de legítima defensa real o putativa?, ¿Cómo proceden los fiscales en estas situaciones?. En particular, se refirió a la Legítima defensa putativa que se configura cuando la situación no es real sino imaginada. La persona supone que va a ser víctima de una agresión. Aún en ese caso se configura la legítima defensa. En cuanto a la pregunta de cómo uno debería actuar ante una situación de legítima defensa el Dr. Fernández estableció que la persona tiene derecho a guardar silencio y a no auto incriminarse, “el imputado tiene el derecho a no ser obligado a declarar, ni auto incriminarse. Está obligado a comparecer, cuantas veces sea citado o conducido por orden judicial, pero esto no implica que deba declarar en ninguna de las etapas del proceso penal.” Sin embargo estableció que en estas situaciones “su testimonio puede ser decisivo para convencer al Juez de que usted obró en legítima defensa o en la creencia de que se daban las condiciones de legítima defensa, es conveniente que brinde su declaración sobre lo que ocurrió en el incidente en cuestión.” Destacó “es el testimonio del imputado y de los testigos presenciales tiene una importancia crucial en el esclarecimiento de los casos de legítima defensa real y putativa.” A su vez en “la valoración de los testimonios se ha de tener en cuenta los hallazgos de la psicología.” En este sentido “el testimonio del testigo ocular se ha tornado una de las áreas más investigadas en el campo de la psicología aplicada. En las últimas tres décadas, grandes pasos se han hecho en la comprensión de los muchos factores que influyen en la memoria de los testigos.” Para ello hay que asistir a la memoria porque el hecho puede haber sido tan impactante y perturbador que a la persona le cuesta recordar detalles. Se recomienda asistir a la memoria recordando y evocando el contexto y poco a poco tratar de recordar frases, gestos, etc. Se recomienda también escribir lo que se recuerde, sin “maquillar” los hechos: relatar en forma lo más objetiva posible. Se recomienda no hablar con otros testigos ni con los medios de comunicación. El Juez se basa en esos testimonios y también en otras pruebas científicas y tiene que dilucidar la objetividad de los testimonios. Se hizo referencia al caso del comerciante que mató a dos jóvenes, sobre el cual el Dr. Fernández ofició como fiscal y estableció en ese momento que “es correcto considerar, como se hizo en el requerimiento fiscal de archivo, una hipótesis de error esencial excluyente del dolo, el cual siendo invencible, en las circunstancias del caso, es excluyente de la culpa”. Por último expresó las dificultades que se presentan para los fiscales a la hora de actuar en estas situaciones ya que “No hay un protocolo de actuación para estos casos, algunos participan en la indagatoria preliminar al imputado y testigos presenciales, otros no.” A su vez en “la valoración de los testimonios muchos fiscales se basan solamente en lo que consta en las actas escritas, sin tener en cuenta la impresión personal directa de la evidencia”. El Dr. Gustavo Zubía (Fiscal Letrado Nacional de Menores de Tercer Turno) comenzó su presentación haciendo referencia a lo comentado por el Dr. Fernández Dovat respecto a la independencia técnica de los fiscales y a la falta de unidad de de criterios de los fiscales que operan sobre todo en el área penal. Luego inició el tema central de su presentación sobre las deficiencias que hoy presenta la legislación de los menores infractores, centralizando sus comentarios sobre el Código de la Niñez y de la Adolescencia promulgado en el año 2004, y un análisis crítico del mismo. “Un Código no discutido que surgió a tapas cerradas, con una muy buena intención de darle mayores garantías y protección a los adolescentes pero incurriendo en un desbalance”. “Un sistema de protección integral del adolescente que a mi juicio distorsiona y confunde”. “La delincuencia es un negocio”, comentó haciendo referencia que mientras el joven vea que la delincuencia le genera mayores beneficios que costos la situación no se verá modificada. “El costobeneficio de delinquir, hoy el beneficio es importante, y el costo es bajo en materia de delincuencia”. En este sentido remarcó la importancia de que “el sistema de justicia tome cartas en el asunto y sean los jóvenes sometidos a un procedimiento”, en este caso el riesgo de delinquir aumentaría distorsionándose así la ecuación a favor de la sociedad y no de los delincuentes. “Cuando el adolescente llega al juzgado, después de haber pasado por una gran cantidad de beneficios y de exclusión, nos enfrentamos a un Código que a su vez otorga nuevos y mayores beneficios para ese adolescente infractor”. “Cuando un chico cae en el sistema, ese chico ya ha tenido varias acciones delictivas y solamente por algunas de ellas es que llega a caer dentro del sistema”. “Pero cuando cae dentro del sistema porque es aprehendido policialmente, ese menor para quedar comprendido en la esfera de aprehensión del juez de menores infractores también tiene conducta tiene que tener determinadas características, hasta hace poco tiempo la tentativa de hurto, delito mayoritario, no tenía persecución”. El Dr. Zubía establece que mediante la aplicación de este Código se está “violando un sentido común”, “existe una relación costo-beneficio en la actividad delictiva que no tiene lógica”. “Un Código que se autocalifica como de protección integral del adolescente, pero dejando de lado en cuanto a lo que debe ser el carácter esencial de normas que tienen naturaleza penal”.”El Código no aborda directamente el problema y no enfrenta directamente que es la justicia penal juvenil la cual se debe de encargar de poner sanciones sin tener miedo”. En definitiva esta situación termina generando que hoy “el delinquir apunta a lograr una ventaja competitiva”. “El tejido social está resquebrajándose en los últimos años por la desconfianza que empezamos a tener en todas nuestras actividades”. Por último se abrió un espacio de preguntas entre los asistentes y expositores, dando lugar a un intercambio muy rico de conocimientos y experiencias entre ambas partes. Por cualquier consulta o ampliación de información, contactarse directamente con Ana Laura Fernández ([email protected]), coordinadora de la Comisión de Seguridad Ciudadana.