El baile de los solteros (REIS Nº109. CRÍTICA DE LIBROS)

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Pierre Bourdieu
Reis
publicados en tres momentos distintos que giran
en torno a un estudio llevado a cabo por Pierre
El baile de los solteros
Bourdieu en los primeros años de su carrera
científica. Entre «Celibato y condición campesi-
(Barcelona, Anagrama, 2004)
na» (1962), «Las estrategias matrimoniales en
el sistema de las estrategias de producción»
(1972) y «Prohibida la reproducción. La dimen-
De una manera u otra, muchos hemos asistido
sión simbólica de la dominación económica»
alguna vez a un hecho aparentemente tan banal
(1989) nos enfrentamos a toda la trayectoria in-
como el baile del día de la fiesta en un pueblo.
telectual de Pierre Bourdieu, a la elaboración del
Sin embargo, una mirada sociológica más o me-
concepto de habitus y al refinamiento del análi-
nos espontánea es suficiente para darnos cuen-
sis de los mecanismos de dominación simbóli-
ta de que estamos ante un hecho social que,
ca. El libro nos remite también a su propia tra-
además de no tener nada de trivial, es el reflejo
yectoria biográfica. Nacido en el medio rural,
de la transformación de los mecanismos de pro-
Bourdieu se interesa por la suerte de aquellos
ducción y reproducción de una sociedad. De
que fueron sus compañeros de la infancia, sien-
eso es de lo que se dio cuenta Pierre Bourdieu,
do algunos de ellos aquellos «incasables» (im-
a partir de sus primeras investigaciones llevadas
mariables), situados al margen en el baile, suje-
a cabo en la Cabilia argelina, que le llevaron a
tos a las dramáticas transformaciones que ha-
comprobar cómo la distancia entre las transfor-
brán de seguir en sus vidas. Por ello, El baile de
maciones sociales en la sociedad rural argelina
los solteros, además de ser un relato sociológi-
y las propias del mundo rural en distintas zonas
co de extraordinaria finura, nos remite a lo más
de Francia funcionaban mediante mecanismos
íntimo de la existencia de Pierre Bourdieu.
de similar naturaleza, cuando observó y se planteó que aquellos hombres que en el baile se si-
El interés del libro no se agota, sin embargo, en
tuaban al margen, nunca bailaban y permane-
estas dos dimensiones. El baile de los solteros
cían en atenta observación alrededor de la
nos remite también a la toma de decisiones rele-
escena como queriendo entrar a bailar en cual-
vantes dentro de la investigación sociológica.
quier momento, y que además habían sido sus
Hay que tener en cuenta que lo que llamamos
antiguos compañeros en la escuela primaria,
«estudios rurales» o «sociología rural», tal como
eran el reflejo, y las víctimas inadaptadas, de
señala el propio Bourdieu, en la fecha en que
una transformación sin parangón de una forma
está datada la investigación, bien se remitía al
de sociedad campesina, la de su propio lugar de
estudio del «otro» diferente y, por tanto, al cam-
origen y de la región que lo rodea, el Bearn.
po de estudio de la Etnología o la Etnografía
cargada del estigma de la dominación colonial,
El baile de los solteros nos remite así a la propia
bien se limitaba a la recogida de datos estadísti-
biografía de Pierre Bourdieu, al estudio de sus
cos obviando todo tipo de aproximación al terre-
orígenes y al análisis de su trayectoria científica.
no de estudio, percibida ésta como una activi-
Estamos ante una recopilación de tres artículos
dad indigna, además de innecesaria. El joven
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Bourdieu, paralelamente a sus primeros traba-
no tenga en cuenta eso que llamamos Gender
jos en la Cabilia argelina y, como él mismo seña-
studies. En cambio, a finales de los años cin-
la, como consecuencia de esto último, pone así
cuenta, la cuestión apenas había sido plantea-
la primera piedra de una ruptura fundamental en
da desde la Sociología. Bourdieu toma en
la Sociología francesa: la «aproximación al te-
cuenta dicha perspectiva, en primer lugar, por-
rreno», la combinación de estadística y etnogra-
que de sus trabajos resulta una consecuencia
fía, así como la posibilidad de aplicar estas téc-
inevitable: uno de los elementos determinantes
nicas etnográficas al estudio de las sociedades
en la transformación que estudia es la diferente
europeas, es decir, a un «otro» que forma parte
puesta en práctica de estrategias por parte de
del «nosotros», son elementos esenciales de di-
los hombres y de las mujeres, además de ser
cha transformación. El propio Bourdieu así lo se-
la relación entre éstos uno de los elementos
ñala: «El hecho de que yo me veía, en principio,
fundamentales de los mecanismos de produc-
como antropólogo, lo que era una manera más
ción y reproducción de la sociedad. En segun-
aceptable subjetivamente de aceptar la deroga-
do lugar, porque es consecuencia de las opcio-
ción ligada al paso de la Filosofía a las Ciencias
nes metodológicas que había tomado. En la
sociales, me condujo a importar a la Sociología
época, Bourdieu denominó a la cuestión «rela-
mucho de lo que había aprendido haciendo Filo-
ciones entre los sexos», tanto porque los Gen-
sofía y Etnología: técnicas (como el uso intensi-
der studies no habían adquirido la actualidad
vo de la fotografía, que había practicado mucho
que hoy tienen en el campo intelectual, como
en Argelia), métodos (como la observación et-
por resultar la denominación más ilustrativa del
nográfica o la entrevista con sujetos tratados
fenómeno que estaba describiendo.
como informadores más que como encuestados) y sobre todo, quizá problemas y modos de
Como hemos avanzado, El baile de los solteros
pensamiento que invocaban el politeísmo meto-
es una recopilación de tres artículos que giran
dológico que invoqué posteriormente y que he
alrededor de una misma investigación: la llevada
ido teorizando poco a poco desde entonces
a cabo por Bourdieu en el Bearn acerca de las
(como la combinación del análisis estadístico y
transformaciones de la sociedad campesina.
la observación directa de los grupos [...])»1.
Los tres artículos tienen un punto en común:
¿cómo explicar el celibato de los hijos mayores
Hay en El baile de los solteros otro elemento
en una sociedad conocida por su unión excep-
que resulta absolutamente innovador en la
cional al derecho de primogenitura? Las res-
época en la que nos encontramos. Hoy prácti-
puestas, en distintas fechas, darán lugar a dis-
camente no cabe investigación sociológica que
tintas maneras de comprender el fenómeno. A lo
1
Pierre Bourdieu (2001), Science de la science et réflexivité, París, Raisons d’agir, p. 196.
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largo de estos trabajos, Bourdieu muestra y de-
los restantes hijos se desarrollan otro tipo de
sarrolla el valor fundamental de conceptos como
estrategias. Así, las hijas estaban destinadas a
habitus, estrategia o dominación simbólica.
casarse con herederos más o menos cercanos
mediante reglas económicas y simbólicas esta-
El primero de los artículos, «Celibato y condi-
blecidas y más o menos rígidas. El mercado
ción campesina», puede ser considerado, sin
matrimonial, las estructuras económicas de la
ningún pudor, como una de las obras maestras
comunidad y la familia representaban un todo
de la Sociología de todos los tiempos. La com-
orgánico organizado, equilibrado por sus pro-
binación de todos los elementos ya reseñados,
pios mecanismos. Así, el sistema matrimonial
un estilo didáctico, ligero y muy ilustrativo, al
aseguraba el presente y el futuro de la explota-
mismo tiempo que cercano e intimista, cum-
ción familiar, convirtiéndose así en una activi-
plen a la perfección el doble objetivo de emo-
dad económica de extrema importancia.
cionar al lector y apasionar al investigador.
Todo este esquema cambia en un momento
Los solteros que no bailan y quedan al margen,
dado. El crecimiento de la población del burgo
que permanecen todo el tiempo del baile en la
(el núcleo urbano en torno al cual se organizan
sala aneja, mirando de reojo la escena, son los
los caseríos) y el cambio en las actividades que
primogénitos, todos ellos mayores de treinta
en él se desarrollan se revelará como funda-
años y solteros. Son «incasables», excluidos
mental. El burgo, dentro de la organización de
del mercado matrimonial por su propia condi-
la sociedad campesina, estaba dedicado a los
ción de herederos de propiedades campesinas
oficios destinados al mantenimiento y desarro-
que han perdido todo el valor económico y sim-
llo de la actividad agrícola: además de ser la
bólico del que estaban dotadas en tiempos pa-
primera salida al mercado local de la produc-
sados. Los cambios de costumbres impuestos
ción de los caseríos, en torno a él se desarrolla-
por la vida moderna han vuelto obsoletos los
ban los oficios complementarios de la agricultu-
usos tradicionales.
ra. Sin embargo, en el burgo empiezan a instalarse poblaciones externas al sistema de
Si en un momento dado el matrimonio de una
reproducción: se terciariza la economía del bur-
hija con un primogénito de otra familia era una
go y se amplían las distancias (sociales y, así,
de las situaciones sociales más valoradas, en el
simbólicas) entre el burgo y los caseríos. Esto
momento en el que Bourdieu realiza su trabajo,
provocará, tarde o temprano, la ruptura del sis-
hace ya años que se ha producido la ruptura
tema tradicional de reproducción a través de la
del sistema. Hasta 1914 éste funcionaba per-
transformación drástica del mercado matrimo-
fectamente: una familia era igual a un caserío,
nial y de las formas de dominación simbólica.
al tiempo que un caserío era sinónimo de una
unidad económica autónoma. En cada casa, el
Los hijos menores, excluidos (y así liberados) de
varón primogénito era el llamado a heredar la
la herencia de la propiedad campesina, buscan
propiedad de la casa, lo que implicaba también
instalarse fuera de los caseríos en oficios del
heredar la actividad agrícola del caserío. Sobre
sector terciario que se comienza a desarrollar.
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En cuanto a las hijas de los caseríos, su objetivo
de los caseríos ocupan, sin lugar a dudas, el lu-
ya no es casarse con los primogénitos de los ca-
gar de dominados.
seríos, y éstos, los herederos, caen al último nivel en el sistema de dominación simbólica. Ellas
Bourdieu retoma todo este relato años después
han sido enviadas «a servir» en alguna gran ciu-
con el fin de refinar, además de los conceptos
dad o en alguna ciudad de tamaño medio y a su
sobradamente conocidos a través de los cuales
regreso los códigos aprendidos son distintos de
se articula toda su trayectoria, los análisis esbo-
los que se mantenían en la sociedad campesi-
zados en el primero de los artículos. Nos con-
na. Los herederos, en cambio, permanecen ata-
centramos aquí en la cuestión de la dominación
dos a la reproducción del sistema tradicional,
simbólica o, parafraseando el título del tercero
pero con la dificultad añadida de que los códi-
de los artículos, la de la dimensión simbólica de
gos de reproducción han cambiado. El burgo se
la dominación económica, retomando las pala-
urbaniza, se moderniza y rompe la relación tra-
bras del propio Bourdieu como la mejor ilustra-
dicional con el sistema campesino. Así, la consi-
ción posible de la cuestión: «Dominados hasta
deración de los hombres de los caseríos está
en la producción de su identidad social, las cla-
determinada negativamente, en todos los as-
ses dominadas no hablan, son habladas. Los
pectos, entre los cuales Bourdieu destaca espe-
dominantes tienen, entre otros privilegios, el de
cialmente la relación con el cuerpo, el vestuario
controlar su propia objetivación y la producción
o «las formas». Las estrategias matrimoniales
de su propia imagen: no solamente en cuanto
cambian también: como práctica de adaptación,
que detentan un poder más o menos absoluto
se amplían las distancias hasta los lugares don-
sobre los que contribuyen directamente a este
de se encuentra esposa. Desde los pueblos del
trabajo de objetivación [...], sino también en
Bearn donde ya les está vetado el viejo sistema
cuanto que tienen los medios para prefigurar su
de reproducción, estos primogénitos recurren a
propia objetivación mediante todo un trabajo de
mujeres de los valles más recónditos del País
representación, como se decía antes, es decir,
Vasco, aún menos desarrollados. Pero se trata
mediante la teatralización y una estetización de
de una solución provisional que no puede durar.
su persona y de su conducta que pretenden ma-
La transformación remite así a la producción de
nifestar su condición social y la que vienen a im-
formas de dominación simbólica que tienen su
poner las normas de su propia percepción, a ser
reflejo en el baile: las mujeres de los caseríos
percibido como él se percibe, a apropiarse de su
buscan bailar con los hombres del burgo, y aún
propia objetivación reduciendo su verdad objeti-
más con aquellos que vienen de las ciudades de
va a su intención subjetiva. Al contrario, una de
tamaño medio aún más alejadas. Los hombres
las dimensiones fundamentales de la alienación
de los caseríos permanecen al margen: la dis-
reside en el hecho de que los dominados deben
tancia simbólica entre éstos y aquéllos es per-
contar con una verdad objetiva de su clase que
fectamente visible en los usos, el vestuario y, en
ellos no han construido, con esa clase para el
general, en todo lo relacionado con el cuerpo,
otro que se les impone como una esencia, un
que se revela así en el determinante primero de
destino, fatum, es decir, con la fuerza de lo que
las formas de dominación, donde los herederos
se dice con autoridad: siempre invitados a tomar
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sobre ellos mismos un punto de vista y un juicio
firmado por Fernando Álvarez-Uría y Julia Va-
de extraños, son expuestos en todo momento a
rela, sociólogos y profesores en la Universidad
convertirse en extraños a sí mismos, a dejar de
Complutense. La obra pretende hacer un reco-
ser los sujetos del juicio que tienen sobre sí mis-
rrido sobre la historia de la sociología, pero no
mos, el centro de perspectiva de la visión que
se trata de un manual al uso de teoría socioló-
toman de sí mismos»2.
gica. Su objetivo es plantear un proyecto diferente: trazar la genealogía de la sociología, con
Una recomendación encarecida de El baile de
la intención de abordar las complejas relacio-
los solteros es la última indicación que cabe ha-
nes que, históricamente, ésta ha mantenido
cer en una presentación como ésta. Al menos
con los marcos político y económico en los que
para quien suscribe estas líneas, este libro ha
se inscribe su tarea, esto es, la democracia y el
sido y será por mucho tiempo una lectura im-
capitalismo. Para ello, los autores buscan rom-
prescindible en la ardua tarea de aprender
per ese modelo de «historia de los autores» in-
constantemente el oficio de sociólogo. La espe-
dividualista, narrada a través de los descubri-
ranza de que también lo sea para quienes se
mientos de mentes privilegiadas que, como
lancen a su lectura es razón suficiente para ha-
bien apuntan Álvarez-Uría y Varela, ha predo-
ber abordado este breve trabajo introductorio.
minado de forma sorprendente en una disciplina cuya pretensión ha sido la de explicar los fe-
Alberto MARTÍN PÉREZ
nómenos desde lo social. El libro, así, pretende
superar este frecuente obstáculo epistemológico de la historia de la teoría sociológica recurriendo a la genealogía, herramienta planteada
Fernando Álvarez-Uría
Julia Varela
por el filósofo Michel Foucault como instrumento de análisis del origen y desarrollo de las formas de saber y poder. La genealogía foucaul-
Sociología, capitalismo
y democracia
tiana (heredada a su vez de Nietzsche) no concibe una historia basada en un desarrollo
teleológico desde un punto cero: frente a un te-
(Madrid, Ediciones Morata, 2004)
los de cualquier tipo (presente en las teorías
de carácter historicista), el estudio genealógico
muestra la procedencia irracional de las formas
Ediciones Morata ha publicado recientemente
de saber y poder para, posteriormente, mostrar
Sociología, capitalismo y democracia, trabajo
los procedimientos de racionalización retros-
2
Pierre Bourdieu (2002), Le bal des célibataires, París, Seuil, p. 255.
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