REVISTA DE MÚSICA Nº 219 - Mayo 2007 - SCHERZO Año XXII - Nº 219 - Mayo 2007 - 6,50 € DOSIER Festivales de verano ENCUENTROS Henri Dutilleux ACTUALIDAD Hans Zender Daniel Harding JAZZ The Vienna Art Orchestra AÑO XXII - Nº 219 - Mayo 2007 - 6,50 € OPINIÓN CON NOMBRE PROPIO 2 DOSIER Festivales de Verano ENCUENTROS Hans Zender 6 Henri Dutilleux Francisco Rasmos 8 Daniel Harding Santiago Martín Bermúdez Asier Vallejo Ugarte ANIVERSARIO 10 AGENDA 18 ACTUALIDAD NACIONAL 44 ACTUALIDAD INTERNACIONAL 58 ENTREVISTA W. H. Auden Blas Matamoro EDUCACIÓN Pedro Sarmiento JAZZ Jean-Christophe Spinosi Ana Mateo 64 113 144 150 Pablo Sanz 152 LIBROS 154 LA GUÍA 156 CONTRAPUNTO Discos del mes 140 Norman Lebrecht 160 SCHERZO DISCOS Sumario 65 Colaboran en este número: Javier Alfaya, Daniel Álvarez Vázquez, Roberto Andrade, Julio Andrade Malde, Íñigo Arbiza, Rafael Banús Irusta, Emili Blasco, Alfredo Brotons Muñoz, José Antonio Cantón, Paulino Capdepón Verdú, Patrick Dillon, Pierre Elie Mamou, José Luis Fernández, Fernando Fraga, Pablo Galonce, Joaquín García, José Antonio García y García, Juan García-Rico, Antonio Gascó, Mario Gerteis, Boris Michael Gruhl, José Guerrero Martín, Fernando Herrero, Bernd Hoppe, Antonio Lasierra, Norman Lebrecht, Juan Antonio Llorente, Fiona Maddocks, Bernardo Mariano, Santiago Martín Bermúdez, Leticia Martín Ruiz, Joaquín Martín de Sagarmínaga, Enrique Martínez Miura, Blas Matamoro, Ana Mateo, Erna Metdepenninghen, Pedro Mombiedro, Juan Carlos Moreno, Antonio Muñoz Molina, Miguel Ángel Nepomuceno, Rafael Ortega Basagoiti, Josep Pascual, Enrique Pérez Adrián, José Luis Pérez de Arteaga, Javier Pérez Senz, Paolo Petazzi, Francisco Ramos, Arturo Reverter, Barbara Röder, Jaime Rodríguez Pombo, Leopoldo Rojas-O’Donnell, Stefano Russomanno, Ignacio Sánchez-Quirós, Alicia Santos Santos, Pablo Sanz, Pedro Sarmiento, Bruno Serrou, Carlos Singer, Franco Soda, Christian Springer, José Luis Téllez, Asier Vallejo Ugarte, Claire Vaquero Williams, Pablo J. Vayón, Juan Manuel Viana, Albert Vilardell, Carlos Vílchez Negrín, Federico Villalba, William Wentworth. Traducciones: Rafael Banús Irusta, Blas Matamoro y Ruth Zauner (alemán) - Enrique Martínez Miura (italiano) - Barbara McShane (inglés) Juan Manuel Viana (francés) Impreso en papel 100% libre de cloro PRECIO DE LA SUSCRIPCIÓN: por un año (11 Números) España (incluido Canarias) 65 €. Europa: 100 €. EE.UU y Canadá 115 €. Méjico, América Central y del Sur 120 €. Esta revista es miembro de ARCE, Asociación de Revistas Culturales de España, y de CEDRO, Centro Español de Derechos Reprográficos. SCHERZO es una publicación de carácter plural y no pertenece ni está adscrita a ningún organismo público ni privado. La dirección respeta la libertad de expresión de sus colaboradores. Los textos firmados son de exclusiva responsabilidad de los firmantes, no siendo por tanto opinión oficial de la revista. Esta revista ha recibido una ayuda de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas para su difusión en bibliotecas, centros culturales y universidades de España. 1 OPINIÓN OPINIÓN EDITORIAL 2 EL FENÓMENO DUDAMEL E l fenómeno Gustavo Dudamel parece destinado a convertirse en uno de los galvanizadores de la actividad de la música clásica en los próximos años. Este producto del sistema de formación musical instaurado en Venezuela, a base de coraje, en 1975 —ojo a la fecha, pues no es el resultado de ninguna novedad revolucionaria— por José Antonio Abreu, se perfila como uno de los nombres sobre los que —desde el punto de vista mediático— pretenderá sustentarse, además, el futuro de esta suma de cultura y negocio que llamamos industria discográfica. Pero tampoco echemos sobre los hombros de este joven nacido en Barquisimeto en 1981 más responsabilidad de la que le corresponde ni, tampoco, un solo gramo de la que debiera recaer, más bien, en sus contratadores, que también arriesgan lo suyo. Sin embargo, hay riesgos que vale la pena correr, como ha entendido la Orquesta Filarmónica de Los Angeles —y antes la Sinfónica de Gotemburgo, que es quien lo vio primero— al fichar a Dudamel como futuro titular y sucesor de Esa-Pekka Salonen. La orquesta americana tiene ya una cierta tradición de contratar a nuevos directores en ascenso, como hizo en su día con Zubin Mehta o con el propio Salonen —que la ha convertido en una de las mejores de su país—, y en eso ha dado muestras de un excelente olfato. Por otro lado, el perfil de Dudamel, que los lectores de SCHERZO conocieron en una entrevista reciente, se adapta perfectamente a la importancia del proyecto pedagógico de la formación californiana en una comunidad de la que los latinos forman una parte cuantitativamente muy importante. Su formación, su presencia constante al frente de la Joven Orquesta Simón Bolívar, su simpatía personal y su afán comunicador parecen hacer de él el personaje ideal para tales menesteres. En Los Angeles han sido los más rápidos y los más listos, aunque en este caso hubiera poco que pensar, pues hay decisiones que pueden tomarse con los ojos cerrados y ésta parece una de ellas. Dudamel va a ser la gran esperanza para la industria del disco y eso ayudará a que la orquesta siga presente en él tras la marcha de Salonen. El venezolano lo tiene todo para ser promocionado intensamente. Su primera grabación beethoveniana fue bien recibida y, sobre todo, a ciertos efectos comerciales, posee eso que tan exageradamente se llama nada menos que carisma. Pronto debutará con la Orquesta Filarmónica de Viena en un paso que ya no es, como antaño, una suerte de consagración definitiva sino más bien una obligación mercadotécnica. Todo esto nos hace pensar en lo rápido que ha pasado el tiempo en esta carrera hacia el hallazgo de un rostro mediático en la música clásica. Tras la muerte de Karajan, nadie fue capaz de ocupar el trono vacante y parece que fue ayer cuando el candidato Simon Rattle parecía destinado a ello. Y hagamos un poco de cultura-ficción. ¿Imaginan unas relaciones culturales fluidas y activas entre España y América? ¿Imaginan que nuestro país fuera un buen lugar para que se fogueara un joven director de orquesta hispanoamericano? ¿Que alguien lo hubiera visto y atrapado para cualquiera de las nuestras y que su talento hubiera hecho el resto? Pues, eso: ficción. En resumen, Dudamel es toda una esperanza sobre cuyas espaldas va a caer un fardo bien pesado. En Los Angeles triunfará seguramente y ganará para la causa o simplemente hará un poco más felices por unas horas a muchos jóvenes que hablan nuestro idioma. Con los discos, ya veremos. Ha llegado en momentos de cambio, de crisis, de desconcierto. ¿La imaginación al poder? Es la única salida. OPINIÓN La música extremada IDA Y VUELTA Diseño de portada Argonauta Foto portada: Serge Derossi / Naïve Edita: SCHERZO EDITORIAL S.L. C/Cartagena, 10. 1º C 28028 MADRID Teléfono: 913 567 622 FAX: 917 261 864 Internet: www.scherzo.es E mail: Redacción: [email protected] Administración: [email protected] Presidente Santiago Martín Bermúdez REVISTA DE MÚSICA Director Luis Suñén Redactor Jefe Enrique Martínez Miura Edición Arantza Quintanilla Maquetación Iván Pascual Fotografía Rafa Martín Secciones Discos: Juan Manuel Viana Educación: Pedro Sarmiento Jazz: Pablo Sanz Libros: Enrique Martínez Miura Página Web Iván Pascual Consejo de Dirección Javier Alfaya, Manuel García Franco, Santiago Martín Bermúdez, Enrique Pérez Adrián, Pablo Queipo de Llano Ocaña y Arturo Reverter Departamento Económico José Antonio Andújar Departamento de publicidad Cristina García-Ramos (coordinación) [email protected] Magdalena Manzanares [email protected] DOBLE ESPACIO S.A. 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De aquel viaje desmedido y absurdo Pepe de la Matrona trajo para el flamenco los ritmos caribeños de la guajira, la colombiana y la rumba, contribuyendo con su talento a la intensa polinización mutua de todas las músicas que se han venido cruzando durante siglos en aquella latitud, que es también la de la habanera y la del jazz. La guasa indolente y el arte de vivir de Cádiz los ejerció en La Habana con una desenvoltura sabia que se trasluce en algunas de sus letras memorables: “Me gusta por la mañana/después del café bebío/pasearme por la Habana/con un cigarro encendío”. Los cantes que él tanto ayudó a difundir se llamaron “de ida y vuelta”, pero lo mismo puede decirse de todas las músicas que se encontraron y cobraron forma por contagio en las capitales portuarias del Caribe: “Tú no te mueras/sin ir a España;/allí la uva,/aquí la caña”. Las percusiones de África, los cantos de llamada y respuesta, se mezclaron con los instrumentos de las bandas de música europeas, y con las guitarras y los acordeones. Los pianos de la clase media criolla de Louisiana favorecieron la difusión del ragtime no menos que los que animaban los bailes de prostíbulo. Entre la manzanilla y el ron, entre el horizonte gaditano y el de La Habana, Pepe de la Matrona aprendió de los negros de Cuba igual que había aprendido de los gitanos andaluces, y su voz ronca tenía una dulzura de sonero y de guarachero, una aspereza de cantor viejo de blues. No tengo ahora al alcance de la mano sus estupendas memorias, que le tomó al dictado el flamencólogo y cómplice suyo José Luis Ortiz Nuevo, así que no puedo comprobar si en su viaje hacia el norte Pepe de la Matrona recaló en Nueva Orleans. Pero no necesitaba visitar la capital desgarrada y licenciosa en la desembocadura del Mississipi para respirar una atmósfera de idas y venidas en la que se estaban forjando por esos años las músicas populares más prodigiosas del siglo. En otra ciudad medio africana y medio andaluza del Caribe, Cartagena de Indias, me acuerdo de los viajes de Pepe de la Matrona escuchando a una orquestina callejera de niños que tocan vallenatos, sumando en el espacio breve y en la ligereza de una sola canción una riqueza de influencias tan densa como el aire caliente y húmedo que lo empapa a uno instantáneamente, nada más salir del aire acondicionado del hotel: el tambor africano, la estridencia del acordeón, que se parece tanto al de la música cajum de Lousiana, las voces que cantan versos de pura métrica castellana, hechizando a la gente en la calle como las marching bands de Nueva Orleans. La noche anterior, en otra encrucijada de la ciudad, tres muchachos negros improvisaban una polifonía arrebatadora de tambores y calabazas con semillas secas bajo las hornacinas con santos de una iglesia barroca, acompañados por un clarinetista impávido que parecía estar tocando en una aldea de barro de Mali. Uno comprendía de pronto que a veces vale la pena cruzar el Atlántico en barco tan sólo para tomar café en un puerto del Caribe. Antonio Muñoz Molina 3 OPINIÓN Prismas ADIÓS A UN VIEJO AMIGO dirección fabián panisello pluralensemble07 4 hace treinta años y mis visitas a Marino, a la maravillosa finca de Henze, con su antíquisimo olivar, sus ruinas romanas, las huellas de Ingeborg Bachmann, los cuadros de Francis Bacon, las esculturas de Giacometti y la espléndida pareja albanesa, con sus dos hijos, que ha acompañado a Hans y a Fausto en los últimos años. Y también aquella excursión por los Montes Albanos, cuando vino Barbara, y nos fotografiamos juntos los cuatro a orillas del lago de Nemi, que me trajo memorias de una antigua lectura de La rama dorada de James G. Frazer, que me regaló una amiga cuando cumplí veinte años. O aquella tarde en que Henze me dio la más bella explicación musical que he escuchado en mi vida mientras sonaba una grabación de las Variaciones sinfónicas de César Franck que a él y a mí nos gustan tanto. Ahora Fausto ha muerto y vuelven con fuerza para mí otros tiempos, cuando éramos más jóvenes y pensábamos que el mundo era casi nuestro. Fue un hombre bueno y decente, que supo gozar de la vida aunque la melancolía —una melancolía honda y terrible— le acechaba constantemente y quizá no le solistas internacionales museo thyssen-bornemisza claves de acceso la música del siglo XX círculo de bellas artes > Martes 24 de abril / 20h Marco Blaauw, trompeta Obras de Barry / Scelsi / Saunders / Blaauw / > Miércoles 14 de marzo / 20h Trío, Maurice Ravel Mundry / Berio Exposición Luis de Pablo > Domingo 6 de mayo / 12h > Miércoles 25 de abril / 20h Ema Alexeeva, violín Música tradicional de África Dimitri Vassilakis, piano Concierto para piano, György Ligeti Obras de De Pablo / Panisello / Berio / Misterios del Macabre, György Ligeti Messiaen / Rueda / Debussy Músicos Wagogo / Solistas Alberto Rosado / Pilar Jurado / Marco Blaauw / Director Fabián > Domingo 10 de junio / 12h Panisello / Exposición Simha Arom / Polo Vallejo Concierto especial Solistas Plural Ensemble Obras de César Camarero* / Jesús Torres / > Miércoles 9 de mayo / 20h L’Isle Joyeuse, Claude Debussy (* incluye estreno absoluto) Sonata para violín y piano, Claude Debussy > Domingo 28 de octubre / 12h Solistas Dimitri Vassilakis / Ema Alexeeva Nicolas Miribel, violín Exposición Luis de Pablo Obras de De Pablo / Tanada / Haddad / Camarero / Donatoni / Lachenmann / Sciarrino > Miércoles 13 de junio / 20h Piezas de Berg / Webern / Schönberg > Domingo 25 de noviembre / 12h Exposición José Luis Téllez Siegfried Steinkogler, guitarra > Miércoles 26 de septiembre / 20h Obras de Henze / Marco / Hueber / Steinkogler / Trío contrastes, Béla Bartók Fürst / Del Puerto / Turina Exposición Álvaro Guibert > Miércoles 24 de octubre / 20h Pierrot Lunaire op.21, Arnold Schönberg Solista Salome Kammer / Director Fabián Panisello / Exposición Tomás Marco Barbara, Hans y Fausto en Castelgandolfo, mayo de 2003 permitió ser tan feliz como merecía. Ahora Hans estará en su casa de Marino con sus albaneses y de vez en cuando le llamaremos por teléfono a él o él nos llamará a nosotros. Seguiremos viviendo, seguiremos queriéndonos, pero a partir de ahora con la imagen de Fausto al fondo, entre las sombras. Javier Alfaya > Miércoles 7 de noviembre / 20h Concierto para clave y cinco instrumentos, Manuel de Falla ˇ Concertino, Leosˇ Janácek Solista Alberto Rosado / Director invitado Cesareo Costa / Exposición Juan Lucas > Lunes 19 de noviembre / 20h Derive I, Sonatina, Pierre Boulez Solistas Alberto Rosado / Clara Andrada / Director Fabián Panisello / Exposición Tomás Marco otros conciertos institute for contemporary performance, mannes, nueva york > Sábado 16 de junio Doble Retrato. Obras de Camarero y Torres > Domingo 17 de junio Música Presente. Luis de Pablo Obras de Rueda / Panisello / López López / Vallejo / Arias / De Pablo festival internacional de música de alicante > Viernes 21 de septiembre Japón XXI Obras de Hosokawa / Mochizuki / Kishino / Itoh / Takemitsu konzerthaus, berlin > Lunes 26 de noviembre Música actual de España y Latinoamérica Obras de Rivas / Del Puerto / Paredes / Panisello / Zender / Rueda c/ Toledo 95 / 28005 Madrid / T. +34 91 365 99 82 / +34 639 00 71 99 / www. pluralensemble.com / [email protected] ¿C ómo darle el pésame a un querido y viejo amigo porque se ha muerto la persona a la que más amaba? Se me ocurre a veces que el mejor homenaje a un amigo muerto es el silencio, un silencio lleno de recuerdos, de palabras que no se dijeron y que se debieron decir, de lo que unió y no de lo que separó, porque el hueco en tu vida con el que te vas a enfrentar a partir de ahora no va a ser cubierto por nadie, y eso es difícil expresarlo con palabras. Ayer, día diecisiete de abril, llegó la noticia de que Fausto Moroni, el compañero de Hans Werner Henze durante cuarenta años, acababa de morir de un infarto masivo… El destino es como es: infinitamente absurdo. Hace un año y medio él, Fausto, fue el que me llamó para decirme que Hans tenía las horas contadas porque le habían diagnosticado una enfermedad incurable. Y porque es infinitamente absurdo el destino dispuso de otra manera: Hans se recuperó, terminó su ópera Fedra y viajó a Barcelona —e hizo otros viajes también— para asistir al estreno español de Boulevard Solitude. Ahora puedo recordar cuando conocí, aquí en Madrid, a Fausto Moroni OPINIÓN Música reservata CONTINUIDAD Y RUPTURA l curso del arte está colmado de meandros y retornos, de descubrimientos, abandonos y reconsideraciones que han creado fronteras singularmente productivas. El madrigal italiano del quattrocento (pero también la chanson francesa coetánea) fue especialmente fértil en imaginerías que pretenden inscribirse en un más allá de la música y aspiran a hacer figurable lo poético: la idea de música programática encuentra territorio abonado en piezas de Clément Janequin como Le chant des oiseaux, con su exuberancia de onomatopeyas ornitológicas o La guerre, que retrata con extraordinario aparato erudito la Batalla de Marignan: Thoinot Arbeau afirma en su Orchesographie de 1589 que esta última pieza (cuya primera versión está escrita hacia 1528, pero se basa en un hecho de armas acaecido en 1515) debía ser uno de los primeros testimonios escritos de ciertos toques militares de ordenanza que estaban en uso a comienzos del XVI. De ser así, Janequin muestra una voluntad de representar lo concreto (y casi lo etnomusicológico, si pensamos en otra chanson igualmente célebre, les cris de Paris, que recoge los pregones de los vendedores callejeros: pieza que, por cierto, contiene llamativos ejemplos de polirritmia) que en nada se diferencia de la actitud de Puccini viajando a Roma con el exclusivo propósito de escuchar las campanas de Sant’Angelo al alba para incluir sus toques en el arranque del tercer acto de su Tosca. No se trata tan sólo de crear un ambiente, sino de la pretensión, más compleja, de otorgar estatuto de verosimilitud a lo real: el verismo, inventado en 1530. Pero otras manifestaciones polifónicas aspiraron a una forma de, valga la expresión, carnalidad significante: los exasperados cromatismos, la proliferación de falsas relaciones con las que se construyen ciertas piezas de Carlo Gesualdo como Ecco, morirò dunque o Beltà, pi che t’assenti, buscan recrear ese dolor que el texto invoca mediante un vértigo de choques armónicos no interpretables, liberando la disonancia en un desgarramiento que, por su libertad por entero antiacadémica, bien se puede calificar de expresionista: no es un ejemplo aislado, y el fenómeno puede hallarse en otros autores del periodo, como Luzzasco, o aún más antiguos, como Claude Lejeune o Giaches de Wert, cuyo Giunto alla tomba pareciera avistar ya los escombros del humanismo renacentista. Cabría preguntarse qué hubiera sucedido si la música hubiese proseguido su desarrollo en esa misma dirección en lugar de cristalizar en el sistema tonal: habrá que esperar a Tristan primero y a Schoenberg después (pasando por la célebre secuencia cromática del final de Don Giovanni) para avistar una respuesta, bien que sea conjetural por corresponder a otro momento histórico diferente. Y a la hora de efectuar esa reflexión tampoco cabe prescindir del hecho incuestionable de que el mismo Wagner no se aventuró más allá de lo explorado en 1865: por el contrario, Parsifal es una obra infinitamente más diatónica. Itsjustanalias E Otra discontinuidad de similar calado podríamos encontrarla en el desarrollo de las grandes formas de la música instrumental: el periodo de la producción haydniana que suele denominarse Sturm und Drang, por analogía con el movimiento literario impulsado por Goethe y Herder hacia 1770, es pródigo en obras que contradicen, en ocasiones de modo clamoroso, el modelo sinfónico que él mismo había desarrollado en las décadas anteriores (cual sucede con piezas como las Sinfonías nsº 45, 46 o 67). En particular, una obra como la Sinfonía nº 70 escapa a toda clasificación: más allá de su modo de disponerse en los cuatro movimientos habituales, lo que en esa obra destaca es una especie de superestructura que relaciona la elección tonal con la textura y el procedimiento compositivo concreto, trabajados en ámbitos excluyentes. Con independencia del movimiento que se considere, hay en cada sección de la obra una alternancia entre escritura contrapuntística canónica y escritura no específicamente contrapuntística: aquélla aparece siempre en modo menor y ésta, siempre en mayor. El resultado exhibe la macla de dos concepciones formales antitéticas que coexisten y se realimentan de modo recíproco, de modo que aquéllo que anula una de ellas (la elección modal) es, al mismo tiempo, la verdadera razón de ser de su núcleo discursivo: la idea (que puede encontrarse también en estado algo más embrionario en algunos de los cuartetos del Op. 20) es diametralmente opuesta a la dialéctica propia de la forma sonata, ya que no es la textura la que se deduce de la estructura armónica, sino ésta de aquélla, estableciéndose merced a una elección previa y arbitraria, pero aplicada luego con rigor implacable. Con todas las diferencias que se quiera, pero el procedimiento, lo que podríamos llamar la actitud compositiva, no difiere conceptualmente de las realizaciones más radicales del serialismo integral de los años cincuenta (cual sería el caso del primer cuaderno de Estructuras para dos pianos, de Boulez), donde la forma de la obra (y la disposición de sus detalles más pequeños) viene predeterminada por una concepción estructural a gran escala que se basa en algoritmos abstractos y no musicales. Podríamos hacernos igualmente la pregunta de qué hubiera pasado con la sinfonía si Haydn hubiera continuado por esa dirección: muchos la han formulado, Charles Rosen y Robbins Landon entre ellos. Como un río tragado por la arena cuyo curso parece esfumarse para reaparecer a decenas o centenares de kilómetros, la historia de los artefactos estéticos se activa a partir de esas rupturas sin aparente prolongación cuyos ecos regresan, transformados pero legibles, con intervalos de centurias. No existe progreso en el arte, sino mutación: lo que llamamos vanguardia es la soterrada continuidad de las rupturas. José Luis Téllez 5 CON NOMBRE PROPIO PROPIO CON NOMBRE El dominio de la forma 6 HANS ZENDER D espués de la espléndida, reveladora sesión dedicada a Heinz Holliger, con la interpretación de su extenso y ambicioso Scardanelli Zyklus, la temporada de Musicadhoy prosigue con su atención a los compositores del área de lengua germana con un concierto consagrado a Hans Zender. Como Holliger, Zender comparte la labor de creación con la de dirección de orquesta, labor que ha sido recogida en disco con notables aportaciones a la difusión de la obra de Kyburz y Lachenmann, pero también a la de Feldman, Hosokawa o Isang Yun. También como Holliger, Zender aborda la que es su obra clave, Schuberts “Winterreise”, a partir del tratamiento de formas consolidadas por el clasicismo. Lo que diferencia a ambos autores es el resultado sonoro. Mientras en Holliger el valor de la materia sonora importa por sí mismo, en Zender no se privilegia, por lo general, el comportamiento de los timbres, tampoco interesa especialmente el componente existencial que se encuentra detrás de los poemas puestos en música, simplemente se trata, en su caso, de abordar la composición desde sus más claros y distintivos elementos. En lo que hay en Zender de mirada al pasado, su postura puede com- pararse con la de autores de la modernidad que, como Penderecki, Pousseur o Döhl, dan un giro a sus lenguajes para asumir una escritura de apropiacionismo. Zender comparte con su exacto contemporáneo, Friedrich Döhl (ambos nacen en 1936), el interés por la musicología y la adopción de procedimientos seriales como punto de partida de sus primeras obras. Esa técnica les sirve como disciplina en un primer momento y, más tarde, justamente por rechazo, les llevará a la búsqueda de un camino y unos recursos personales. Mientras Döhl se decanta por una obra de inspiración lírica, en Zender abunda el tratamiento de múltiples niveles al mismo tiempo (incluyendo niveles referenciales literarios, históricos o de culturas exóticas, donde, por ejemplo, importan sobremanera la transparencia y la concisión del material, a veces cercano al ejercicio de simplicidad de los poemas japoneses del haiku, como muestran las piezas orquestales Muji no kyo y Furin no kyo) y por el uso de formas abiertas que, sin embargo, siempre mantiene el autor bajo control gracias a un gran sentido de la proporción, sin duda inspirado en el rigor de la música de cámara. El apego y la profunda devoción de Zender por las formas y los géneros CON NOMBRE PROPIO HANS ZENDER Madrid. Auditorio Nacional. 12-V2007. Kurt Azesberger, tenor. Proyecto Guerrero. Director: Hans Zender. Zender, Schuberts “Winterreise”. de la tradición, se manifiestan especialmente en Schuberts “Winterreise”. A Zender le interesa aquí la manera en que los poemas de Wilhelm Müller que originan el ciclo de lieder de Schubert genera un espacio acústico con el que poder trabajar la materia, de modo que cree un tejido instrumental lo suficientemente moderno y renovado como para que el oyente pueda percibir ahí los auténticos aportes que se añaden a la obra clásica. Zender renueva y remodela desde la forma, pero también desde el espacio acústico y, en ocasiones, el mismo timbre. Auténtico juego de orfebrería, Schuberts “Winterreise” es una “Komponierte Interpretation”, una interpretación “compuesta”. Zender sospecha de todo tipo de interpretaciones del repertorio clásico, argumentando que, en ningún caso, atraparemos la verdadera aura con que se diera la obra por vez primera, ni siquiera empleando instrumentos originales: “Nuestros hábitos de escucha y nuestros oídos han cambiado demasiado y estamos en exceso marcados por todas las músicas escritas después de Schubert”. Por tanto, Zender no opta por una interpretación expresiva, sino que compone de “nuevo” la obra original sometiendo “todas las posibilidades de lectura a la disciplina de la composición, creando así encadenamientos formales que se superponen al original de Schubert”. No se trata aquí de una simple “coloración” instrumental, sino de una auténtica permuta de colores sonoros, de modo que el resultado es independiente de las leyes formales de la obra schubertiana. DISCOGRAFÍA SELECCIONADA COMO COMPOSITOR Cabaret Voltaire. MnemosyneHölderlin lesen IV. SALOME KAMMER, KLANGFORUM WIEN. HANS ZENDER. Kairos 0012522KAI. Music to hear. Litanei. Muji no kyo. Furin no kyo. KLANGFORUM WIEN. HANS ZENDER. Kairos 0012262KAI. Schuberts “Winterreise”. CHRISTOPH PRÉGARDIEN. KLANGFORUM WIEN. SYLVAIN CAMBRELING. Kairos 0012002KAI. Schuberts “Winterreise”. HANS PETER BLOCHWITZ. ENSEMBLE MODERN. HANS ZENDER. RCA 68067 2. COMO DIRECTOR FELDMAN: Piano and orchestra. ORQUESTA SINFÓNICA DE LA RADIO DE SAARBRÜCKEN. HANS ZENDER. Col Legno WWE 20506. KYBURZ: Malstrom. The Voynich Cipher Manuscript. KLANGFORUM WIEN. HANS ZENDER. Kairos 00121252KAI. LACHENMANN: Notturno. Zwe Gefühle. Interieur I. KLANGFORUM WIEN. HANS ZENDER. Accord 204852. YUN: Mugung Dong. Teile dich Nacht. Oktett. ENSEMBLE MODERN. HANS Francisco Ramos ZENDER. Ars Musici AM 0855-2. Rodrigo G. F. HANDEL Ópera en tres actos sobre libreto de F. Silvani • HWV 5 ZUBIRIA AL AYRE ESPAÑOL • EDUARDO LÓPEZ BANZO, director VIVICA GENAUX, mezzosoprano • MARÍA BAYO, soprano • KOBIE VAN RENSBURG, tenor DEBORAH YORK, soprano • MAX E. CENCIC, contratenor • ANNE-CATHERINE GILLET, soprano 19 mayo: AUDITORIO DE ZARAGOZA 21 mayo: CÍRCULO DE LAS ARTES. LUGO 23 mayo: THÉÂTRE DES CHAMPS-ELYSÉES. PARÍS www.alayreespanol.com [email protected] 7 CON NOMBRE PROPIO En la más inquieta juventud Simon Fowler DANIEL HARDING P 8 ocos nombres suenan hoy en el panorama musical con tanta fuerza como el de Daniel Harding, quien en su más inquieta juventud (apenas supera los treinta) cuenta ya con una trayectoria solidísima y sorprendentemente dilatada. Desde que en 1992 su coterráneo Simon Rattle lo escogiera para el puesto de asistente de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birmingham, la sola relación de las formaciones al frente de las que se ha puesto este director nacido en Oxford ocuparía gran parte del espacio reservado a estas líneas, pero hay ciertos hitos en su carrera que no se pueden soslayar. Ahí está su debut a los veintiún años con la Filarmónica de Berlín, entonces en manos de Claudio Abbado, su otro gran mentor, o su presentación en los Proms a esa misma edad. Pasó pronto por la Sinfónica de Trondheim noruega, la Norrkoping sueca, la Deutsche Kammerphilharmonie de Bremen y, más recientemente, ha alcanzado la titularidad de la Mahler Chamber Orchestra (2003) y de la Sinfónica de la Radio Sueca (2007). Asimismo, es director principal invitado de la Sinfónica de Londres. En el campo de la ópera, uno de sus triunfos más sonados fue la apertura de la nueva temporada de la Scala de Milán a finales de 2005, la primera después de la larga etapa de liderazgo, algunos dirían de dictadura, de Riccardo Muti. Nunca antes un director no italiano había CON NOMBRE PROPIO DANIEL HARDING DISCOGRAFÍA SELECCIONADA EN CD BRITTEN: Our Hunting Fathers. IAN BOSTRIDGE. BRITTEN SINFONIA. EMI 56534. — La vuelta de tuerca. I. BOSTRIDGE, J. inaugurado un curso en el templo milanés, pero Harding ahuyentó los fantasmas de la crisis y despejó toda suerte de recelos sobre el incierto futuro del teatro con un estilizado Idomeneo ovacionado durante varios minutos. Mozart es precisamente uno de los autores a los que más atención ha prestado el director británico, haciendo el pasado año La flauta mágica en el Theater an der Wien y Don Giovanni en Salzburgo con la Filarmónica de Viena. En sus visitas al Festival de Aix-en-Provence ha dirigido títulos como Così fan tutte, La traviata, Evgeni Onegin o La vuelta de tuerca; esta obra de Britten es uno de sus mayores logros y, al igual que el Wozzeck de Alban Berg, también la ha llevado al Covent Garden londinense. El repertorio del siglo XX domina su recorrido discográfico, con el propio Britten a la cabeza, si bien hay sitio para el romanticismo tardío de Mahler, el meridiano de Brahms, Mendelssohn y Schumann, el temprano de Beethoven o, en fin, para el clasicismo de Mozart y Haydn. Otra crisis, esta vez la del disco, desmentida por el director de Oxford. Pero no todo es optimismo, y no faltan las voces que hablan de cierto riesgo de estancamiento en una carrera tan prontamente encumbrada, donde apenas cabe posibilidad de llegar más arriba. Se duda de los reflejos de quien no ha conocido etapas intermedias, de la madurez de una batuta que ha vivido desde muy joven la realidad de las grandes orquestas, de la experiencia que podrá ganar en adelante quien ya parece tenerla toda. En todo caso, Harding está enamorado de la música, la respeta, la disfruta, frasea, liga, canta, limpia el repertorio, lo redescubre, lo vive y lo rejuvenece. Así lo verá el público de Madrid, Barcelona y Castellón con la Orquesta Sinfónica de Londres, en un momento de luminoso esplendor. En adelante, el tiempo hablará. Asier Vallejo Ugarte Barcelona. Palau. 28-V-2007. Madrid. Auditorio. 31-V, 1-VI-2007. Lang Lang, piano; Javier Perianes, piano. Orquesta Sinfónica de Londres. Director: Daniel Harding. Rameau, Ravel, Berlioz, Dvorák, Mozart. RODGERS, J. LEANG, C. WISE. MAHLER CHAMBER ORCHESTRA. Virgin 5455212. LUTOSLAWSKI: Chantefleurs et Chantefables y otras obras. S. KRINGELBORN. NORWEGIAN CHAMBER ORCHESTRA. Virgin 5452752. MAHLER: Sinfonía nº 4. Lieder. DOROTHEA RÖSCHMANN. MAHLER CHAMBER ORCHESTRA. Virgin 5456652. MENDELSSOHN/SCHUMANN: Conciertos para violín. RENAUD CAPUÇON. MAHLER CHAMBER ORCHESTRA. Virgin 5456632. SZYMANOWSKI: Concierto para violín nº 1. Otras obras de varios autores. NICOLA BENEDETTI. LONDON SYMPHONY ORCHESTRA. Deutsche Grammophon 9870577. Le boeuf sur le toit. Obras para violín y orquesta. RENAUD CAPUÇON. DIE DEUTSCHE KAMMERPHILHARMONIE BREMEN. Virgin 5454822. EN DVD BRITTEN: La vuelta de tuerca. O. DUMANT, M. DELUNSCH, G. MONK. MAHLER CHAMBER ORCHESTRA. LUC BONDY. Bel Air BAC008. MOZART: Don Giovanni. T. HAMPSON, I. D‘ARCANGELO, C. SCHÄFER, M. DIENER I. BAYRAKDARIAN, P. BECZALA, R. LLOYD. ORQUESTA FILARMÓNICA DE VIENA. MARTIN KUSEJ. Decca 074 3162 7. 9 En los Conciertos de Beethoven MARATÓN VOLODIN EN EL FESTIVAL PAU CASALS L os cinco conciertos para piano de Beethoven a cargo de Alexei Volodin (con la Orquesta de Cámara Polaca) en dos días sucesivos y el concierto-homenaje al compositor Joaquim Serra (en los cien años de su nacimiento y cincuenta de su muerte) son dos de las novedades del próximo Festival Internacional de Música “Pau Casals”, a celebrar en el Auditori de Sant Salvador (El Vendrell, Tarragona) del 7 de julio al 26 de agosto. Catorce programas, el último de los cuales —a cargo de Jordi Savall— se ofrecerá dos veces. La presencia obligada del violonchelo tendrá por nombres a Alexander Bouz- Rafa Martín AGENDA AGENDA lov, Julian Metzger, Damián Martínez y Roel Dieltiens. La Orquesta de Cámara Checa, la Orquesta Sinfónica de Lituania, el Ensemble Explorations, un concierto familiar y el espectáculo Muzsikas (fusión de música tradicional Recuperación en Salzburgo El Vendrell. Festival Pau Casals. 7-VII/26-VIII-2007. húngara con la de Kódaly) serán otros de los alicientes. José Guerrero Martín JÜRGEN FLIMM y RICCARDO MUTI VUELVE DON CALANDRINO E 10 l Festival de Pentecostés de Salzburgo y el Festival de Rávena comienzan este año un acuerdo de colaboración que ligará a la ciudad austriaca a la Orchestra Giovanile Luigi Cherubini y a su director musical, Riccardo Muti. El acuerdo contempla tres temporadas de actividades conjuntas en las que se hará hincapié en redescubrimientos de óperas, composiciones sacras y músicas sinfónicas ligadas a la escuela napolitana. El primer espectáculo fruto de esa colaboración llega el día 25, en la Haus für Mozart, con la recuperación de uno de los primeros títulos de Domenico Cimarosa: Il ritorno di don Calandrino, una ópera bufa en dos actos, con libreto de Giuseppe Petrosellini, estrenada en el Teatro Valle de Roma en 1778 y cuya puesta en pie constituye su estreno en tiempos modernos. Con Muti, naturalmente, al mando de su orquesta de jóvenes, los protagonistas vocales serán Laura Giordano, Monica Tarone, Leonardo Caimi, Marco Vinco y el joven y ascendente tenor argentino Juan Francisco Gatell Abre en el papel titular. La producción, dirigida escénicamente por Ruggero Cappucio, viajará a Rávena y Piacenza en el próximo mes de diciembre. Para 2008, en el campo operístico, hay ya previsto un título de Paisiello: Il matrimonio inaspettato. Salzburgo. Festival de Pentecostés. Haus für Mozart. 25/27-V-2007. Orquestra Giovanile Luigi Cherubini. Riccardo Muti. Cimarosa: Il ritorno di don Calandrino. AGENDA Música Antigua Aranjuez MÚSICAS, PASEOS Y FONTANAS Música Antigua Aranjuez. 6-V/23-VI-2007. www.musicaantiguaaranjuez.net l día 6 empieza el festival Música Antigua Aranjuez, que llega con la actual a su XVI edición. En este Paisaje Cultural de la Humanidad, como la UNESCO lo proclamó en 2001, volverán a darse cita los aficionados en busca de nuevos descubrimientos de ese patrimonio español antes olvidado y hoy inagotable. Comenzará el día 6 con un programa dedicado a Scarlatti a cargo de La Tempestad, en conmemoración de los 250 años de su muerte. Le seguirá el día 12 otro —igualmente patrocinado por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales— en el que Raquel Andueza y El Concierto Español dirigidos por Emilio Moreno interpretarán sinfonías, arias y dúos del mismo autor. The New London Consort, dirigido por Philip Pickett y con Mark Tucker como protagonista, presentará el Orfeo de Monteverdi el día 19 en el Patio de Caballeros del palacio. Ya en el mes de junio, Al Ayre Español, bajo la dirección de Eduardo López Banzo, y con el contratenor Carlos Mena, ofrecerá un programa titulado La cantada española en América, que tendrá continuación con otro del Ex Cathedra Con- E sort & Baroque Ensemble dedicado a la música en las catedrales y misiones de México, Perú y Bolivia. Michael Noone dirigirá su Ensemble Plus Vltra en músicas de Victoria y Morales mientras El Cor Madrigal, dirigido por Mireia Barrera, unirá las figuras de Joan Cererols y Johann Sebastian Bach. Cerrará el festival la recuperación y reestreno —la primera función data de 1776—, en colaboración con la Institución Príncipe de Viana, de La fontana del placer, zarzuela de José Castel y que protagoniza este año el proyecto musicológico del festival. Dicho proyecto y la edición de la partitura corren a cargo del musicólogo Juan Pablo Fernández Cortés. La obra, como es ya tradición fecunda de Música Antigua Aranjuez, será grabada en disco con el apoyo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Como en otras ocasiones, los Paseos Musicales serán uno de los alicientes del festival. El Jardín de la Isla y el Jardín del Príncipe se llenarán de la música del Siglo de Oro a cargo de Cinco Siglos y de los sones del Flanders Recorder Quartet. Será primer director invitado XIX Festival Internacional JUANJO MENA EN GÉNOVA ÚBEDA: MÚSICA Y DANZA Rafa Martín L E l bilbaíno Juanjo Mena ha sido nombrado primer director invitado del Teatro Carlo Felice de Génova por un periodo de tres temporadas a partir de la próxima. Tras su actuación en el coliseo del passo Eugenio Montale en el pasado mes de octubre, la buena sintonía entre orquesta y maestro se convirtió en una propuesta de colaboración más amplia en el futuro que incluirá, cada año, tres programas sinfónicos y una ópera, empezando por Evgeni Onegin de Chaikovski y siguiendo con Ariadna en Naxos de Richard Strauss y Madama Butterfly de Puccini. a soprano Ainhoa Arteta inaugura el 5 de mayo la programación de conciertos del XIX Festival Internacional de Música y Danza Ciudad de Úbeda que se prolongará hasta mediados de junio con la presencia de, entre un total de treinta y cinco actividades, el barítono Carlos Álvarez, el compositor Michael Nyman, el Ballet Nacional de España, el Cuarteto Kronos, los Monjes Tibetanos del Monasterio Tanshi Lhumpo, los pianistas Alberto Nosé y Arcadi Volodos y orquestas como las de Granada y Córdoba, la WDR de Colonia o la Nacional de España. La programación se desarrollará en el Hospital de Santiago, centro artístico de la ciudad, así como en diversos enclaves monumentales como la Casa de las Torres, el Museo Arqueológico, el Archivo Histórico Municipal, la Plaza Vázquez de Molina y, por primera vez, el Palacio de Don Luis de La Cueva inaugurado en diciembre tras su restauración. Hay que destacar, igualmente, el Festival de Los Niños y la Feria de la Música, con actuaciones al aire libre. Festival de Ubeda. 2-V/14-VI-2007. 11 AGENDA Del Liceu al Palau UNOS MÁS, OTROS MENOS A lgunas cosas están cambiando en el panorama musical barcelonés. Casi sin darse cuenta, los melómanos han visto reducirse la otrora potente actividad musical de la Fundación La Caixa hasta niveles inquietantes, ya que los buques insignias de su actividad, el Festival de Música Antigua, que cumple estos días su XXX aniversario, y el Festival de Músicas del Mundo, viven una etapa de transición, coproducidos junto al Auditori de Barcelona, que finalmente acabará asumiendo su organización en solitario. “Hemos buscado siempre la emoción y la excelencia musical por encima de la ortodoxia militante”, afirmaba Maricarmen Palma, directora del Festival desde su fundación, en la presentación de una edición que ofrece 13 conciertos hasta el 20 de mayo, con figuras como Gustav Leonhardt, Melvyn Tan, Andreas Staier y Emilio Moreno. El regreso del venerado Leonhardt, en el marco de su gira española con la Orquesta del Siglo de las Luces y The English Voices, y una velada mozartiana de la Orquesta Barroca de Friburgo, con Andreas Staier y Lorenzo Coppola como solistas, son platos fuertes de un cartel que contempla un homenaje a Domenico Scarlatti a cargo de La Real Cámara y Emilio Moreno. Por su parte, Fundación Caixa de Catalunya, tradicional patrocinadora del Festival Internacional de Músicas de Torroella de Montgrí, ha aumentado de forma notabilísima su oferta musical, y lo ha hecho incidiendo en uno de los campos más desatendidos del panorama concertísto catalán: la música contemporánea. Àlex Susanna, su director-gerente, es un apasionado defensor de la creación contemporánea — fue uno de los fundadores del sello discográfico Columna Música— y ha impulsado una serie de conciertos de colaboración con el Auditori en su flamante sala de cámara. Como botón de muestra de su actividad, el concierto del pasado 16 de abril con- sagrado a Friedrich Cerha a cargo del violinista Corrado Bolsi, la violonchelista Amparo Lacruz, el pianista Emili Brugalla y el clarinetista Isaac Rodríguez. Cerha, referente de la vanguardia austriaca de los años cincuenta, aún en activo y con un lugar en la historia por su trascendental labor en la finalización de la inacabada Lulu de Alban Berg ofreció una clase magistral dirigida a los alumnos de composición del Conservatorio Superior de Música del Liceo, institución que celebra este año su 170º aniversario y afronta una nueva etapa con la construcción de una nueva sede y renovados proyectos pedagógicos impulsados por su director, Benet Casablancas, discípulo por cierto de Cerha. Además de conciertos y mesas redondas sobre la creación actual y los clásicos del siglo XX, la Fundación Caixa de Catalunya mantiene abierta en La Pedrera hasta el 27 de mayo la exposición La música y el III Reich. De Bayreuth a Terezin, un testimonio único y escalofriante sobre las apropiaciones y censuras del régimen nazi, sobre el exterminio de los compositores judíos y la erradicación de la música y el arte etiquetado de degenerado. Impresionante exposición, comisariada por el musicólogo de la Cité de la Musique de París Pascal Huynh, necesaria para conservar la memoria de un horror no tan lejano que algunos quieren reducir al olvido. Javier Pérez Senz En la programación de la ONE CARTA BLANCA A HENRI DUTILLEUX L 12 a Orquesta Nacional de España dedica su Carta Blanca de esta temporada al compositor francés Henri Dutilleux (Angers, 1916), uno de los grandes nombres vivos de la creación de nuestro tiempo. Dos conciertos sinfónicos y dos de cámara ocuparán la parte estrictamente musical de las celebraciones. Aquéllos estarán a cargo de Frank Ollu y Roberto Abbado y presentarán obras de Dutilleux entreveradas con otras de Debussy, Ravel y Liszt elegidas por el propio compositor. Ello hará que suban por vez primera a los atriles de la ONE piezas tan significativas en la música del autor francés como L’arbre des songes, Correspondances, Mystère de l’instant y la Sinfonía nº 2. Como solistas intervendrán el concertino de la orquesta, Sergei Teslia, la mezzosoprano Marina Rodríguez-Cusí, la soprano Barbara Hannigan y el pianista Jean-Yves Thibaudet, cuyo Concierto nº 2 de Liszt ofrece, sin duda, un interés añadido al programa dirigido por Abbado. La joven y brillante Marie-Josephe Jude se encargará de dos preludios y la Sonata del autor homenajeado en un recital en el que igualmente negociará obras de Mendelssohn, Ohana y Debussy. El excelente Cuarteto Sine Nomine, por su parte, flanqueará el Ansi la nuit de Dutilleux con piezas de Schumann y Schubert. Además el Auditorio Nacional acogerá la exposición Ainsi Dutilleux preparada por el Centre de Documentation de la Musique Contemporaine, la proyección del documental de Michel van Zele Henri Dutilleux, à portée de voix y una conferencia sobre el músico a cargo de Maxime Joos. Madrid. Auditorio Nacional. 4-IV-2007. Carta Blanca a Henri Dutilleux. ERRATA Por un problema técnico, el artículo de la sección Con nombre Propio dedicado a Till Fellner del pasado número apareció sin la firma de su autor. Como se indicaba en el Sumario de ese número, el autor era Rafael Banús Irusta. Nuestras disculpas a los lectores y a nuestro colaborador. Si sólo había escuchado las sonatas para piano de Beethoven, ya puede ver y escuchar al maestro Barenboim interpretarlas. Esta grabación de la integral de las sonatas para piano de Beethoven, interpretada por el maestro Daniel Barenboim, ya es una obra de referencia. 6 dvd’s + un folleto en español + 1 dvd-bonus con la clase magistral de Barenboim al joven pianista Javier Perianes. Una edición de lujo que recoge una de las obras cumbre para piano. Lo encontrará en su espacio de música de El Corte Inglés. Rafa Martín AGENDA BRENDEL COMO EN CASA U na edición más, el Ciclo de Grandes Intépretes que organiza la Fundación SCHERZO recibe a Alfred Brendel, uno de los pianistas predilectos del público de Madrid cuyas visitas son ya una tradición temporada tras temporada. El gran artista bohemio ofrecerá un programa que corresponde a sus intereses de los últimos tiempos, es decir, la relación, las diferencias y las complementariedades entre la música del clasicismo y la romántica, con parada en cuatro músicos que entiende como pocos: Haydn —Sonata n º 33—, Beethoven —Sonata nº 31—, Schubert —Impromptus nº 1 y 3— y Mozart —Sonata nº 14. Una vez más, uno de los acontecimientos del año. Madrid. Auditorio Nacional. 22-V-07. Alfred Brendel piano. Obras de Haydn, Beethoven, Schubert y Mozart 14 Cambia de sello y echa raíces en Valladolid UN JARDÍN SEMBRADO DE SORPRESAS C on su decisión de patrocinar la grabación de cinco CDs de Il Giardino Armonico, la Junta de Castilla y León ha activado una iniciativa pionera en nuestro país. El acuerdo lo anunciaba la consejera de Cultura de la Junta, Silvia Clemente, en su sede de Valladolid, pocos días después de la apertura al público del Centro Cultural Miguel Delibes. Un interesante complejo arquitectónico con firma de Ricardo Bofill, que alberga entre sus dependencias un espacio polivalente que puede ser utilizado tanto para desarrollar proyectos teatrales como propuestas relacionadas con la música; una gran sala sinfónica y otra de cámara, con una capacidad cercana a las 600 plazas, cuya calidad acústica se encargaron de desvelar los ocho miembros de Il Giardino Armonico, agrupación de dimensiones flexibles que, de acuerdo con las exigencias del programa, puede ampliarse hasta la treintena larga de integrantes. La noticia viene unida a otra, que tiene que ver con el mundo de las discográficas, ya que este prestigioso conjunto italiano, que dirige desde su creación Giovanni Antonini, acaba de firmar un contrato en exclusividad con Decca, dentro del cual aparecerán las grabaciones realizadas en Valladolid, que serán distribuidas internacionalmente. En 1999, Il Giardino había colaborado ya con el sello bicolor junto a Cecilia Bartoli en el premiado álbum que la cantante dedicó a la música de Vivaldi, un compositor en el que estos músicos son referencia, y que tal vez centre alguno de los discos vallisoletanos cuyo contenido aún está pendiente de definir. Como el periodo en el que se extenderá el compromiso entre la Junta y el grupo, condicionado a la realización de los mismos. Lo que sí contempla el protocolo firmado es que, durante los años que éste se prolongue, Il Giardino Armonico se convertirá en Orquesta en Residencia del Centro Cultural Miguel Delibes, y que cada trabajo se presentará al público de la Comunidad de Castilla y León. Las dos primeras grabaciones, muy cercanas entre sí en el tiempo, comenzarán a realizarse el próximo año. La primera de ellas, anticipándose a los 250 años de la muerte de Haendel, que se cumplirán en 2009, estará dedicada a sus doce Concerti grossi op. 6, nunca grabados hasta la fecha por un grupo italiano. Le seguirá otro con, al menos, tinte haendeliano, ya que el disco se estructurará en torno al Pianto de Maria — trasposición mariana del mito recogido por Monteverdi en el Lamento d’Arianna—, durante siglos atribuido al compositor de Halle, y cuya autoría hoy se reconoce en Giovanni Battista Ferrandini, un compositor italiano que se hizo popular en la corte de Múnich. Para esta ocasión Il Giardino contará con la voz de la mezzosoprano argentina Bernarda Fink. El tercero y último anunciado hasta la fecha contendrá las Sinfonías parisinas de Haydn. Por su parte, Giovanni Antonini, que, al margen de la actividad del Giardino, despliega su faceta de solista invitado por orquestas —incluida entre ellas la Filarmónica de Berlín—, ha iniciado también desde hace algún tiempo su actividad al frente de agrupaciones musicales no especializadas, como se ha podido ver en nuestro país, donde ha trabajado entre otras con la ONE, las Sinfónicas de Galicia y Tenerife o la de Castilla y León, con la que repetirá la experiencia la próxima temporada. Es de esperar que, para entonces, Clemente haya memorizado al fin el nombre de la agrupación, a la que continuamente bautizó como “Il Giordano”, poniendo la nota divertida al acto oficial. Juan Antonio Llorente ACTUALIDAD 18 Primeras veces CIENTO SESENTA AÑOS DE VIDA Antoni Bofill Gran Teatre del Liceu, 4-IV-2007. Wagner, Der Fliegende Holländer. Susan Anthony, Tómas Tómasson, Eric Halfvarson, Kurt Streit. Director musical: Sebastian Weigle. Director de escena: Álex Rigola. Nueva coproducción del Liceu y el Teatro Real de Madrid. Susan Anthony y Kurt Streit en El holandés errante de Wagner en el Liceo BARCELONA NAC I O NA L ACTUALIDAD BARCELONA El día de la primera función de Der Fliegende Holländer se cumplían ciento sesenta años de la inauguración del Liceu, que sobreponiéndose a avatares e incendios, mantiene alto el pabellón lírico y lo ha hecho demostrando el buen camino, en el repertorio alemán, que consigue la orquesta, bajo la batuta de Sebastian Weigle, que dirigía esta ópera por primera vez y el coro, que continúa en su clara mejoría, en lo que respecta a la calidad. A partir de un comienzo con los metales algo indeciso, el director alemán mantuvo el ritmo de la obra de forma muy estudiada, equilibrando los momentos más melódicos y alegres, con los de mayor densidad, con un sonido compacto y de calidad, consiguiendo un nivel importante, no empañado por algunas imprecisiones puntuales. El coro, en esta ocasión reforzado por el Cor de Cambra del Palau, supo contrastar las escenas más dramáticas con aquellas en las que el ambiente está más relajado. También para Álex Rigola era la primera vez que dirigía una ópera y los resultados fueron esperanzadores, aunque mejorables. Hubo el habitual cambio temporal, pasando a una fábrica conservera, con una escenografía interesante con unas proyecciones muy logradas, especialmente el mar y la tormenta, aunque al final fueran reiterativas y con un movimiento escénico interesante, con algunos cambios que poco aportaban a la obra y más bien la distraían, como la canción de las hilanderas, en otros menesteres, el botellón del tercer acto, con un movimiento que quería ser moderno y era un pegote, o la aparición de elementos extraños como perros, un ciclista o personajes ajenos al texto. El reparto vocal era un cierto reflejo de la situación de la tipología vocal wagneriana. Tómas Tómasson, que sustituía al enfermo Alan Titus, posee un registro central suficiente, más limitado en los extremos, pero le falta fuerza y capacidad de expresión para definir el atormentado personaje, que quedó algo diluido, mientras que Susan Anthony hizo una Senta pálida, tanto en los momentos mas soñadores como en los más desesperados, con limitaciones en los extremos de la tesitura. Mejor estuvieron Eric Halfvarson, que estuvo brillante y denso en el primer acto, mientras que en el resto resultó algo comedido y Kurt Streit, con una voz no muy penetrante, pero con una línea muy cuidada y un fraseo muy expresivo. Correctos Norbert Ernst como Timonel y Julia Juon, como Mary. Albert Vilardell ACTUALIDAD BARCELONA OBC TRIBUTO AL DIVISMO S abemos que el dominicano Michel Camilo es un pianista de sangre caliente y personal concepción de las obras que aborda. Volvió a demostrarlo en el Concierto para piano y orquesta en sol mayor (Ravel) y en Rhapsody in blue (Gershwin), más ortodoxo en la segunda obra por ser todo lo relacionado con el jazz lo que mejor le cuadra al carácter de este divo mediático y extrovertido. Pasión, energía, ritmo desatado, expresividad desbordante y gestos de cara a la galería son acompañantes habituales de Camilo. Todo lo lleva a su terreno a través de su peculiar estilo, lo cual no le impidió firmar un precioso Adagio en un Ravel teñido de heterodoxia. Dos propinas de gran lucimiento y bramido colectivo del público, puesto en pie. Métaboles, de Henri Duti- MICHEL CAMILO Barcelona. L’Auditori. 23-III-2007. Michel Camilo, piano. OBC. Director: Ernest Martínez Izquierdo. Obras de Dutilleux, Ravel, Matalon y Gershwin. 28-III-2007. Cordula Bernes, soprano; Peter Maus, tenor; Julia Grinjuk, mezzosoprano; Sea-Hwan Ahn, bajo; Peter Kubik, bajo. Coro y Orquesta Clásica de Bonn. Director: Heribert Beissel. Bach, La Pasión según san Juan. 29-III-2007. Anu Komsi, soprano. OBC. Director: François Xavier Roth. Obras de Ives, Padrós, Szymanowski, Stravinski y Harvey. lleux —autor apenas programado—, gustó por su combinación de climas sonoros, su atractiva densidad orquestal y su cuidadosa instrumentación. Y Lignes de fuite, estreno absoluto, encargo de la OBC y Radio France, del argentino Martin Matalon afincado en París, es obra que entra muy bien por su equilibrada factura, sus contrastes, su progresión rítmica, su paleta colorista y su riqueza tímbrica, aunque al ser mezcla de muchas cosas sus efectos nos suenan a déjà vu. Correcta tan sólo La Pasión según san Juan, BWV 245 de J. S. Bach. Buen sonido de conjunto pero discretos y no todos ajustados al estilo requerido los solistas. Espléndido, sin embargo, el concierto que suponía el cie- rre del ciclo Nous Sons’07. En Línies i plans, estreno absoluto, David Padrós se muestra menos hermético que otras veces. Es obra de madurez que, sin embargo, nos dejó un tanto insatisfechos en esta su primera audición. Degustación por todo lo alto con Ives (Conjunto de piezas para orquesta de teatro y la emblemática Pregunta sin respuesta), Szymanowski (Canciones de la princesa de un cuento de hadas), Stravinski (Variaciones en memoria de Aldous Huxley) y Harvey (White as jasmine). Sobresaliente prestación de la soprano Anu Komsi. Y no inferior la de orquesta y director. Y una pregunta final: ¿Por qué se programa tan poco a Charles Ives, adelantado de tantas cosas y fundamento de la música estadounidense? José Guerrero Martín El sonido original CONCIERTO HIPOTENSO Barcelona. L’Auditori. 13-IV-2007. Jordi Savall y Philippe Pierlot, violas de gamba; Pierre Hantaï, clave; Xavier DíazLatorre y Rolf Lislevand, tiorba y guitarra. Obras de Marais, Sainte-Colombe, Saint-Colombe hijo y F. Couperin. L a pregunta es: ¿se trata de tocar para los incondicionales o debería tratarse más bien de, sin defraudar a esos adictos, intentar ganar nuevos adeptos para la música antigua? La cuestión no es baladí porque estamos hablando, nada más y nada menos, que de la confección de los programas, de cuyo acierto depende en gran medida el incremento de un público que, al parecer, no es motivo suficiente de preocupación de gestores y programadores a juzgar por los hechos. Dentro del ciclo El so original: origens i memòria, y en torno al CD Marin Marais: Suite d’un goût étranger, Jordi Savall organizó un concierto con obras del maestro francés (un tercio de dicha Suite más otras piezas, entre las cuales Les voix humaines y Couplets des Folies d’Espagne) y algunas más de Monsieur de Saint-Colombe, de un Monsieur de Saint-Colombe hijo y de François Couperin. Todo a la mayor gloria de la viola da gamba, instrumento al que Jordi Savall ha dedicado su vida artística y de cuyo dominio dio fe su interpretación a solo de la Fantaisie en mi de Monsieur de Sainte-Colombe hijo. Los reparos surgen en cuanto al insuficiente contraste de las partituras integrantes del programa y a la insatisfactoria comunicabilidad de la riqueza contenida en las mismas. Tal vez no haya habido un mayor y más intenso trabajo en los ensayos en la propia sala (seguramente el sistema imperante actual ya no lo permite) o quizás las causas sean otras. Tal vez la acústica del local tenga su parte de culpa. Lo ignoramos. Pero echamos de menos más fuerza, más vitalidad, más definición, más acento en los matices… Nos pareció un concierto hipotenso. Como aficionados a la música antigua que somos —aunque lejos de mitificaciones y fanatismos—, nos parece que no sería bueno dejarse llevar tan sólo por la entusiasta —e incluso desbordada— reacción de un público mayoritariamente predispuesto a favor. Seguimos opinando que cabe contar con los espíritus críticos y que hay que intentar ampliar la base del público musical en todas sus facetas. Cuantos más seamos, mejor. José Guerrero Martín 19 ACTUALIDAD BILBAO Estreno en Bilbao HUMANIDAD Moreno Esquibel Palacio Euskalduna. LV temporada de la ABAO. 27-III-2007. Poulenc, Les dialogues des carmélites. Ainhoa Arteta, Denia Mazzola, Elena de la Merced, Natasha Petrinski, Kathryn Harries. Coro Intermezzo. Coro de Ópera de Bilbao. Orquesta Sinfónica de Bilbao. Director musical: Carlo Montanaro. Dirección de escena: ideada por Alberto Fassini, realizada por Joseph Franconi Lee. Producción de la Ópera de Roma. BILBAO Escena de Diálogo de carmelitas de Poulenc en el Palacio Euskalduna 20 Medio siglo después de su estreno en la Scala de Milán, Diálogos de Carmelitas se impone como uno de los títulos más interesantes del repertorio. Con la mirada fijada en Verdi, Musorgski y, sobre todo, Debussy, Francis Poulenc llevaba a los pentagramas el drama de las dieciséis monjas carmelitas condenadas a la guillotina por la más terrorífica expresión, que aquí no se valora, de la revolución francesa. Una de ellas, la hermana María de la Encarnación, escapó al arresto y dejó para la historia el relato de los hechos. Mucho más tarde, la escritora alemana Gertrud von le Fort introducía en su novela La última del cadalso el personaje de la novicia Blanche de la Force, el único no real de la obra de Poulenc, en verdad un reflejo de sí mismo en sus temores, en sus dudas y en sus luchas internas con su propia fe. El bellísimo libreto deja en la palabra una importancia capital, subrayada por una orquestación clara, que no tapa sino que mima a la voz, e integrada en una atmósfera tonal que deja momentos realmente conmovedores, como la muerte de la priora Madame de Croissy o la espeluznante escena final, con las monjas entonando camino del cadalso un sobrecogedor Salve regina. Estos Diálogos llegaban a la temporada de la ABAO como la segunda ópera de más reciente creación representada en su historia, sólo superada por Zigor, de Francisco Escudero, estrenada ya en los sesenta y traída de vuelta a Bilbao hace unos pocos años. La dirección de Carlo Montanaro nos pareció acertada en términos de sonoridad, carga de tensión y progresión dramática, extrayendo buenos colores de la sólida Sinfónica de Bilbao, si bien es cierto que pudo haber cabido una mayor variedad de matices. El mediodía vocal de Ainhoa Arteta luce esplendoroso en la parte de Blanche, y es de suponer que con el tiempo su visión de la novicia irá madurando para perder en histeria y ganar en vulnerabilidad. Kathryn Harries, inolvidable Kostelnicka de Jenufa en el mismo escenario no hace ni cuatro años, hoy con la voz en ruinas, con tablas, con temple, sabe muy bien qué quiere hacer con su moribunda priora, aun a costa de dejar el buen canto a un lado; pero la ópera no es sólo teatro, por muy de alta calidad que éste sea. La italiana Denia Mazzola hizo una Madame Lidoine soberbia, llena de sensibilidad, con la autoridad de una madre que canta emocionada a sus hijas. Alegre, soñadora, ingenua, enamorada de la vida, la Soeur Constante de Elena de la Merced estuvo a su altura, en tanto Natasha Petrinski, con poderosos medios vocales, resolvió una Marie fuerte, decidida y algo férrea, como corresponde al papel. Los dos coros, sonoros y ensamblados, creyeron lo que decían, sobre todo el Intermezzo en su delicado y bien fraseado Ave Maria. La puesta en escena, de una pesante sobriedad, pretendida realista, no olvida que en un convento no caben demasiadas fantasías. El drama avanza al ritmo de la música (el telón bajaba en los interludios para introducir cambios en el escenario) y alcanza el desenlace en un cuadro final tal vez efectista pero impresionante, con las hermanas del Carmelo subiendo al cadalso no tanto como monjas, orgullosas por la meta de su sacrificio, sino como humanas, aterrorizadas por la inminencia del fin de sus días. Asier Vallejo Ugarte ACTUALIDAD CASTELLÓN / CÓRDOBA King dirige un oratorio de Mendelssohn BEATÍFICO Y APOCALÍPTICO El reconocido grupo vocal e instrumental británico The King’s Consort ofreció en el Auditori una versión del Elías mendelssohniano genuinamente romántica, esto es, con denominación de origen, contando con una traducción a base de instrumentos originales. Pese a que se podía correr el riesgo de que la sonoridad no tuviera la brillantez acostumbrada cuando se interpreta el oratorio con orquestas convencionales de nuestro tiempo, mucho más nutridas, (al igual que los orfeones) y con una afinación más brillante, la lectura tuvo tanta pasión, tanta grandeza y tanta contrastada efusividad, casi teatral, que no se echó de menos una respuesta más espectacular y poderosa. Por el contrario, se contó con una sonoridad muy legítima (pese a que los arcos estaban levemente reducidos, tal vez en una concepción de criterio muy actual, respecto al colectivo de los vientos formado al completo) que devolvió al oyente la autenticidad prescrita en la partitura, al extremo de figurar en la escudería instrumental el figle u oficleide, precedente de la grave tuba. Robert King dirigió a sus huestes con claridad y precisión pero también con entrega, buscando en todo momento el contraste a fin de que el oratorio, sin perder la intensidad romántica, tuviera también la referencia de su origen barroco y singularmente haendeliano. Ahí estuvo el secreto en el resultado de sabio equilibrio entre el barroco y el romanticismo. Si en sus primeras inter- ROBERT KING CASTELLÓN Auditori. 30-III-2007. Hilary Summers, Solveig Kringelborn, Peter Weed, David Wilson Johnson. The King’s Consort. Director: Robert King. Mendelssohn, Elías. venciones el coro no estuvo todo lo preciso que cupiera desear, singularmente en las modulaciones en pos del piano, la sensación de imprecisión cesó muy pronto, ganando en brillante exaltación y, sobre todo, en el rigor métrico en los complejos contrapuntos y fugados. El bellísimo He watching over Israel, sobrecogió y los arrebatados corales tuvieron una exaltada grandeza. A destacar en el cuarteto protagonista la poderosa prestación de Dawid Wilson Johnson como Elías, rotundo y apocalíptico vocalmente y al tiempo beatífico e iluminado. La contralto Hilary Summers algo corta en la densidad de la voz (sobre todo en el grave) pero muy convincente en el fraseo, tuvo como compañeros a una Solveig Kringelborn de luminoso color de soprano lírica y a un eficaz y entregado Peter Weed de vibrante materia vocal y elegantísima dicción. Antonio Gascó Progresos de una orquesta AIRES DE VIENA CÓRDOBA Gran Teatro. 12-IV-2007. Javier Perianes, piano. Orquesta de Córdoba. Director: Manuel Hernández Silva. Obras de Beethoven y Schubert. Con dos obras esenciales del tradicional repertorio vienés se ha presentado la Orquesta de Córdoba en su noveno concierto de abono de la presente temporada: el Concierto para piano y orquesta nº 5, “Emperador”, de Beethoven, y la Sinfonía nº 9 en do mayor, “La Grande”, de Schubert que, curiosamente, tuvieron su estreno en la ciudad sajona de Leipzig. La presencia del pianista Javier Perianes daba un mayor aliciente a la velada dada la calidad de este intérprete, siempre una garantía en cualquier programa que se proponga. Su versión de este concierto, cumbre de los que para teclado escribiera Bee- thoven, está en línea con el más aceptado clasicismo, que fue impulsado por la semejante concepción que tiene Hernández Silva, excelente aglutinador del sinfonismo concertante de esta singular pieza. El piano, en su calidad de protagonista, fue tratado siempre con una elegancia estilística pareja a la fuerza que requieren muchos de los heroicos pasajes que contiene, todo ello desde una clara dicción en la que articulación y fraseo alcanzaban un raro equilibrio. El contraste de la serenidad del Adagio central, ante la intensidad de los movimientos extremos, fue un prodigio de recreación, en el que la música alcanzó su más alta expresión. La orquesta fue creciendo en su interpretación, irradiando al auditorio intención y entusiasmo. Solista y director hacen un tándem muy atractivo para afrontar este tipo de repertorio, lo que me lleva a pensar que sería muy deseable se plantearan futuras colaboraciones en este sentido. Hernández Silva, por su sólida formación vienesa, se identifica plenamente con el lenguaje schubertiano, quedando plasmado desde la ejecución del primer compás en su interpretación de La Grande. Es así como hay que entender su actuación en este concierto, donde exhibió toda una amplia paleta de recursos técnicos precisamente en una obra que requiere una alta escuela en concepción de estilo y en capacidad de transmisión. Lo primero lo tiene asumido de manera natural, no produciéndose en momento alguno la menor duda en su discurso que, en cuanto a lo segundo, se manifestó siempre claro y diáfano en sus indicaciones a la orquesta, que supo traducir ese conocimiento de su titular con su mejor identificación artística y entrega. La sensación que dejó este concierto en el público fue de satisfacción al ver cómo la Orquesta de Córdoba va creciendo en esta nueva etapa en la que está llamada a conseguir sus mejores logros. José Antonio Cantón 21 ACTUALIDAD CUENCA XLVI Semana de Música Religiosa LA MÚSICA DE CALDERÓN CUENCA Santiago Torralba Iglesias de La Merced y San Miguel. Teatro Auditorio. Catedral. 30-III/2-IV-2007. Calderón, La divina Filotea. Música de Nebra. Compañía de Pedro María Sánchez. Los Músicos de su Alteza. Director: Luis Antonio González Marín. Britten, El diluvio de Noé. Director musical: Emilio Aragón. Director de escena: Fernando Bernués. Gottwald, Buratto. Il Suonar Parlante. Director y viola da gamba: Vittorio Ghielmi. Alrededor de Membra Jesu Nostri. Gabrieli Consort. Director: Paul McCreesh. Obras de Stravinski, Monteverdi, MacMillan y Tippett. Sabata, Lièvre-Picard y Wolf. Orquesta Barroca de la Academia Europea del Festival de Aix-en-Provence. Rilke Ensemble. Director: Kenneth Weiss. Obras de Buxtehude y Bach. José van Dam, barítono; Antoni Parera Fons, piano. Parera Fons, 33 nombres de Dios. Ivo Pogorelich, piano. Obras de Beethoven, Brahms, Scriabin y Rachmaninov. Andrés Cea, órgano. Domenico Scarlatti y España. Giorgia Milanesi, soprano. Orquesta Barroca de Venecia. Director: Andrea Marcon. Obras de Vivaldi y Scarlatti. 22 La nueva etapa de la Semana conquense se inició con la apertura al teatro. El auto sacramental La divina Filotea de Calderón puede resultar todo lo ajeno —por su contenido teológico— que se quiera para el público del siglo XXI, pero siempre queda la asombrosa musicalidad del texto. Musicalidad escanciada por Pedro María Sánchez (como Demonio) por medio de nitidez de la dicción y ritmo en los versos. Magnífica su compañía y sugerente puesta en escena. Los Músicos de su Alteza, dirigidos por Luis Antonio González Marín, reivindicaron la extraordinaria música de Nebra. No fue una buena idea —por muy de época que fuese esa práctica— empezar la música antes de la hora anunciada, porque parte del público se la perdió. La ópera El diluvio de Noé de Britten sí que supuso un acierto pleno por la divertidísima y entregada realización y el propósito de creación de los públicos del mañana. La Semana ha recordado a Buxtehude con varias sesiones, la llamada Alrededor de Membra Jesu Nostri, a cargo de Il Suonar Parlante y el artista residente de esta edición, Vittorio Ghielmi, presentó momentos muy sutiles, pero también problemas de afinación en el violín que lastraron el resultado global. Una dificultad de otra clase afectó al concierto del Gabrieli Consort y Paul McCreesh, pues el diálogo entre épocas y estilos tan distantes como Monteverdi y Stravinski (y dos momentos de MacMillan y Tippett) raras veces funcio- La divina Filotea de Calderón El diluvio de Noé de Britten na. Es lo que ocurrió esta vez con el salto continuo de la Misa del ruso a las obras religiosas del cremonés. Aisladamente —y de manera algo paradójica— las versiones fueron mucho más redondas en Stravinski que en Monte- verdi, donde el tenor se las vio y deseó con la endiablada escritura. Un concierto delicioso, en cambio, el de la Orquesta Barroca de la Academia Europea del Festival de Aix, el Rilke Ensemble y dirección de Kenneth Weiss, con cantatas de Buxtehude y Bach; de éste la apropiadísima BWV 182 para el Domingo de Ramos. Uno de los estrenos de la Semana estaba encomendado a Antoni Parera Fons, que puso música a los 33 nombres de Dios de Yourcenar. La tarea presentaba una dificultad casi insalvable, pues el texto en ocasiones no es que sea mínimo es que consta de una o dos palabras. Con semejante material —más apto probablemente para un tratamiento aforístico— la propuesta de un ciclo de setenta minutos era demasiado arriesgada. La monotonía se adueñó del estreno, pese a la profesional y comunicativa labor de Van Dam y el propio Parera al teclado. El imprevisible Pogorelich dio un concierto no programado sino en el último momento, sintonizando mucho más con Scriabin y Rachmaninov que con Beethoven y Brahms. El recuperado órgano de la Epístola de la Catedral ha vuelto a sonar en las Jornadas Julián de la Orden. La primera sesión, a cargo de Andrés Cea, se centro en Scarlatti y España, saliendo airoso el artista de la siempre dudosa recreación de las sonatas del italiano sobre este tipo de instrumento y realizando una soberbia tarea de registración en Cabanilles y Nebra. Por enfermedad de Simone Kermes, fue Giorgia Milanesi — algo inclinada al grito— la cantante que colaboró con la Orquesta Barroca de Venecia y Andrea Marcon, que estuvieron pletóricos en varios conciertos de Vivaldi. Enrique Martínez Miura ACTUALIDAD CUENCA La interpretación de Membra Jesu Nostri, punto focal de la Semana BUXTEHUDE EN EL RECUERDO T radición y modernidad convivieron en los días centrales de la Semana de Música Religiosa. Tradición en los recitales que ofrecieron Gustav Leonhardt y Andrea Marcon en el órgano de la catedral conquense, con partituras de diferentes estilos. El primero centrado en el barroco europeo de una docena de organistas, desde Hassler a J. S. Bach pasando por Cabanilles o Pachelbel; el segundo dedicado a Domenico Scarlatti y su tiempo. En Leonhardt el instrumento mostró su paleta de registros, con grandes acordes sostenidos, mientras que en Marcon el timbre parecía estar cercano al clave en un movimiento melódico más ágil. La tradición se vivió la tarde del Jueves Santo en la Sala Millares de la Fundación Antonio Pérez (el único espacio no sacro que frecuenta la Semana) en el precioso concierto de los hermanos Lorenzo al clave y Vittorio Ghielmi a la viola de gamba. Lo interesante del programa estuvo en el enfrentamiento de los estilos musicales que ocupaban la corte del Rey Sol: los de Marin Marais y de Antoine Forqueray; la típica rivalidad que encanta a los aficionados. Según cuentan las crónicas, Marais tocaba como un ángel y Forqueray como un demonio. Divina comparación. En lo terrenal, Ghielmi nos ofreció ambos estilos con un virtuosismo ejemplar, cuidado, limpio y muy musical. El programa se completó con la Sonata en re mayor BWV 1028 con los mismos resultados de musicalidad, y una corta suite para clave de Louis Marchand. La tradición también estuvo la noche del Miércoles Santo con la Joven Orquesta Nacional de España en el Teatro Auditorio. Orquesta que es recibida con gran entusiasmo en el Festival, ya que, durante varios años, se trabajó para que la ciudad de Cuenca fuese la sede permanente de la joven agrupación (el Teatro Auditorio se construyó con tal fin). Aunque finalmente se haya quedado como sede intermitente, año tras año la JONDE se concentra en la ciudad del agua y de la roca para entregarse con total pasión a la música. El programa de este año, que dirigió Lutz Kölher, tenía un marcado acento escolástico al unir obras con solista, con coro y puramente orquestales. De Listz interpretaron Cántico al Sol de San Francisco de Asís y Totentanz. En la cantata fue solista el barítono Thomas Bauer, que resultó tener una bonita voz, brillante pero pequeña, poco apropiado para este repertorio. En el reiterativo Dies iræ de Totentanz intervino de manera deslumbrante el pianista Alexis Volodin; potente, virtuoso y muy bien compenetrado con la orquesta. Aquí la JONDE sonó con más cuerpo y, sobre todo, con más decisión que en el Wagner que completaba el programa. En primer lugar, de Parsifal el Preludio y Los encantos del Viernes Santo, que resultaron asépticos, bien tocados pero blandos. En segundo lugar, la infrecuente cantata El ágape de los apóstoles, donde intervino la Coral Universitat de les Illes Balears en un difícil y muy complicado papel que supo resolver sin brillantez pero con dignidad. En el concierto ofrecido la noche del Jueves Santo, que no sabría decir si perte- GUSTAV LEONHARDT nece a la tradición o a la modernidad, se interpretó de Beethoven la Missa solemnis. Un maravilloso disparate cuya complejidad armónica y dificultad vocal la colocan al margen de cualquier catalogación. Para Cuenca se contó con el Coro Arnold Schoenberg y la Camarata Salzburg, dirigidos por Gerd Albrecht. La reconocida solvencia de los intérpretes no fue suficiente para llevar a buen fin tan endiablada partitura. Al coro, por su excesivo número de voces, le faltó transparencia y lo oímos quebrase en algunos momentos. La orquesta estuvo más compenetrada y la acertada intervención del concertino en el Benedictus levantó el espíritu del conjunto. Del cuarteto solista, muy ajustado, destacamos por su buen hacer al tenor Berthold Kulman. Como apuesta transgresora, el Martes Santo coincidieron creaciones de 1680 y de 2006 en el que sería uno de los mejores trabajos de Santiago Torralba Cuenca. Catedral. Fundación Antonio Pérez. Teatro Auditorio. Iglesia de la Merced. 3/5-IV-2007. Gustav Leonhardt, órgano. Obras de Hassler, Bach e. a. Andrea Marcon, órgano. Domenico Scarlatti y su tiempo. Vittorio Ghielmi, viola da gamba; Lorenzo Ghielmi, clave. Obras de Marais, Forqueray y Bach. Bauer, Volodin. JONDE. Coral de la Universidad de las Islas Baleares. Director: Lutz Kölher. Obras de Liszt y Wagner. Coro Arnold Schonberg. Camarata Salzburg. Director: Gerd Albrecht. Beethoven, Misa solemne. Il Suonar Parlante. The Rilke Ensemble. Director: Vittorio Ghielmi. Obras de Buxtehude y Rotman. The Rilke Ensemble. Director: Gunnar Eriksson. Música religiosa contemporánea sueca. esta XLVI Semana. Vittorio Ghielmi, ahora dirigiendo a Il Suonar Parlante y al grupo vocal The Rilke Ensemble, hizo una sensacional interpretación de Membra Jesu Nostri de Buxtehude. En una cuidada puesta en escena en la Iglesia de la Merced, nos brindaron una visión unitaria de las siete partes de que consta la obra, con pasajes bellísimos y emocionantes. Como preludio a ella, el festival encargó a Hans Rotman (más conocido como director de orquesta que como compositor) una obra que tituló Transition para voz, viola da gamba, trombón y electrónica. Composición reflexiva, de carácter contemplativo, que se unía con las imágenes realizadas ad hoc por Marc Reshovsky. Los sonidos concretos de Rotman eran un complemento al simbólico viaje que se proyectaba en un gran tul a modo de sudario, primero entre las nubes y después a través de unos árboles cuya madera será la cruz de un crucificado del que vemos su mano clavar ante la impasibilidad de los hombres. La apuesta estética, algo discutible en la obra contemporánea, funcionó y nos gustó. The Rilke Ensemble volvió a la escena la mañana del Jueves Santo con un original programa de música religiosa contemporánea sueca. Una decena de compositores que manejan con diferente estilo un coro a cappella: Otto Olsson con un sabor popular, Lars Eric Larsson con inspiración gregoriana, Per Nørgård (el único danés) con un lenguaje brillante y rico, Sven Eric Johanson, minimalista, y un largo etcétera. Pedro Mombiedro 23 ACTUALIDAD CUENCA Remate feliz PUGNAS POLIFÓNICAS E 24 l remate de la Semana de Cuenca fue de nuevo feliz, con una imprevista y no deliberada pugna entre polifonía sinfónica y polifonía camerística. Este finale presto alcanzó su culminación en la Misa en fa de Bruckner, que sonó de manera esplendorosa el Viernes Santo en el Auditorio. Víctor Pablo Pérez derrochó energía, además de sus habituales sabiduría y sentido de la medida; se las vio con dificultades para oírlo todo por limitaciones del escenario, según él mismo declaraba, pero se las apañó para que el público lo oyera con la intensidad que merece esta partitura no sólo devota, sino también emotiva. Cuatro solistas de talla, en especial el bajo y la soprano, y nada menos que la Sinfónica de Galicia y el Orfeón Donostiarra. La Semana concluía un día después en el mismo Auditorio, con tres misas breves de Bach en lecturas de Leonhardt mucho más convincentes que otras cosas suyas escuchadas en los últimos tiempos. A mitad de camino entre instrumentos originales y modernos (eran originales las trompas naturales, las flautas, los oboes barrocos y el fagot barrocos), pero con ataques, tempi y articulaciones muy “historicistas”, Leonhardt convenció casi como en los buenos tiempos. Buenos solistas, sobre todo Christensson, la soprano sueca. La polifonía “de cámara” nos reservó dos bellas sorpresas contiguas en dos marcos también bellos. El sábado a mediodía, en la Merced, en pleno centro de la ciudad. Por la tarde, a unos diez kilómetros, en la iglesia románica de Arcas. Santiago Torralba Cuenca. Catedral. Iglesia de Santa Cruz. Iglesia de la Merced. Iglesia de Arcas. Teatro Auditorio. 6/7-IV-2007. Wilbert Hazelzet, traverso. Obras de Bach y Telemann. Triduo Sacro II. Schola Antiqua. Director: Juan Carlos Asensio. Catherine Müller, Anna Stephany, Dmitri Korchak, Attila Jun. Orfeón Donostiarra. Orquesta Sinfónica de Galicia. Director: Víctor Pablo Pérez. Bruckner, Misa nº 3. Arnold Schönberg Chor. Director: Edwin Ortner. Obras de Brahms, Bruckner y Martin. Capilla Flamenca. Psallentes. Director: Dirk Snellings. De la Rue, Missa de septem doloribus. Malin Christensson, Kai Wessel, Charles Daniels, Peter Harvey. English Voices. Orchestra of the Age of Enlightenment. Director: Gustav Leonhardt. Bach, Misas breves. WILBERT HAZELZET En la Merced, el Coro Arnold Schoenberg de Edwin Ortner ofreció el Op. 109 de Brahms y tres mote- tes de Bruckner, para terminar con una afinadísima, recogida, sutil lectura de la Misa para doble coro del sui- zo Frank Martin. Sorprende que la vibración, la resonancia en la Merced induzca una inesperada fritura del sonido; no sabemos si en todo el recinto. Arcas acogió a once musicazos para una Misa de Pierre de la Rue, plena polifonía franco-flamenca de comienzos del XVI. Eran los cinco de la Capilla Flamenca, que cantaron el ordinario para terminar con un bellísimo Stabat Mater; y los seis de Psallentes, que se dedicaron al canto llano y otros cantos. Voces sólo masculinas, incluido un falsetista; de nuevo espiritualidad, pero ahora arropados en una iglesia todavía consagrada, de antigüedad venerable, de sonoridad impecable. Como nos aclaró Asensio ante nuestra perplejidad, cantaban con úes y “gn” francesas, al modo de la época y tal como está documentado. Pudimos asistir a uno de los oficios del Triduo Sacro en la Catedral, el de Viernes Santo. Todos los años asegura este servicio Schola Antiqua, de delicado canto, de penetrante dicción, dirigida por Juan Carlos Asensio, que es artista y también sabio en estas lides. Dejamos para el final un recital que vimos el Viernes a mediodía en la iglesia de Santa Cruz, el del traverso holandés Wilbert Hazelzet, grandísimo virtuoso que desgranó con talento y no poco atletismo tanto a Telemann como a Bach; por desgracia, en Santa Cruz se producen ciertos ruidos que en este caso enturbiaron la proeza del intérprete. En fin, un dignísimo, excelente fin de esta Semana de Cuenca. Santiago Martín Bermúdez ACTUALIDAD GRANADA Pautas y ciclos DE BACH A RUSIA La colaboración entre Christophers y la OCG sigue dando frutos. El año pasado dirigió a la orquesta en el Mitridate de Mozart para el Festival de Granada. La Pasión según san Juan no es desde luego ópera, aunque con la Pasión según san Mateo constituye lo más cercano a la ópera que compuso Bach. La obra presenta el espinoso problema de las “versiones” (cuatro conocidas), aunque los ejecutantes suelan inclinarse, como el propio autor, que a él volvió en la última revisión, por el orden de la primera versión de 1724. Como en sus anteriores intervenciones al frente de la OCG, Christophers probó ser un valor seguro. Lo mejor de la noche fue sin duda el excepcional Evangelista de James Oxley, muy por encima de sus compañeros solistas, que alcanzó su mejor momento en los emocionantes melismas de la negación de Pedro sobre las palabras “und weinete bitterlich” (“ y lloró amargamente”), paradójicamente tomadas del Evangelio según san Mateo. En la segunda parte, interpretada sin solución de continuidad con la primera, destacaron las intervenciones de Cambell a la viola de gamba en el aria para contralto Es ist vollbacht (Todo se ha consumado) y de Chornet (flauta) y Martínez (oboe) en el aria para soprano Zerfliesse, mein Herze, in Fluten der Zähren (Fúndete, corazón mío, en olas de lágrimas). Creciente consolidación del Coro de la OCG, que no hizo añorar otros de más reputación. El concierto que dirigió con estilo el ucraniano Kirill Karabits contó con la incertidumbre del pianista que CHRISTOPHERS GRANADA Auditorio Manuel de Falla. 30-III-2007. James Oxley, Jonathan Arnold, Elin Manahan Thomas, Frances Bourne, Mark Dobell, Benjamin Davies. Coro y Orquesta Ciudad de Granada. Director: Harry Christophers. Bach, La Pasión según san Juan, BWV 245. 13-IV-2007. Mei Yi Foo, piano. OCG. Director: Kirill Karabits. Obras de Musorgski, Rachmaninov y Shostakovich. debía interpretar el Cuarto Concierto en el ciclo que le está dedicando la OCG a los de Rachmaninov. Tras anunciar a Jonathan Gilad en el avance de la programación y a Peter Jablonski en la programación definitiva, todavía se anunciaría a Cristina Ortiz (en el programa de mano). La que tuvo que vérselas en verdad con el Cuarto de Rachmaninov fue la joven malaya Mei Yi Foo, y obtuvo una excelente nota, lo mismo que la OCG, que se enfrentaba por primera vez a la partitura. El complemento de programa era esta vez casi tan sustancioso como la obra supuestamente principal: dos piezas sinfónicas de Musorgski (¿por qué se recurrió a la versión de RimskiKorsakov en lugar de la orquestación original para Una noche en el monte pelado?) y la Novena Sinfonía de Shostakovich, en modo alguno una obra menor, a pesar de su tono en ocasiones circense. Intervenciones destacadas de Chornet en la flauta (en el Monte de Musorgski y en el Moderato de la Novena de Shostakovich) y de Sala con la trompa en Shostakovich, un compositor que le sienta bien a la OCG. Joaquín García 25 ACTUALIDAD JEREZ / LA CORUÑA Le villi en versión de concierto LA MÚSICA Y EL ESTRÉPITO Teatro Villamarta. 23-III-2007. Cristina Gallardo-Domâs, Albert Montserrat, Javier Franco, Paco Lobatón. Coro del Teatro Villamarta. Orquesta Filarmónica de Málaga. Director: David Levi. JEREZ Viernes noche. Oleadas de moteros ocupan poco a poco la urbe: acelerones por aquí…, frenazos por allá…, aceras repletas de multitudes burbujeantes y bulliciosas, expectantes e inquietas, que van y que vienen… Un fragor tumultuoso envuelve a la ciudad, súbitamente convertida en estrepitosa calle del infierno. Mientras esto ocurre, como para resarcirnos del bombardeo exterior, el Teatro Villamarta se inunda de música. Sobre el podio, el americano David Levi, un director en su pleno sentido, un músico “de una vez”, carismático y con visión propia, intenso, pasional y comunicativo, orfebre en los matices, perfecto maestro de ceremonias. Lo demuestra ya desde los primeros compases, incluso con el anodino galop de Giselle y con el Sueño de Mendelssohn, si algo monocordes en la paleta dinámica, también equilibrados, de texturas transparentes y pulcra factura general. Culmina la primera parte con el dukasiano El aprendiz de brujo, perfilado con gran capacidad narrativa. Con todo, el plato fuerte de la noche nos aguarda tras el descanso, merced a una admirable versión de concierto del primer drama lírico pucciniano, Le villi. Lo peor que le puede suceder a una obra de arte es que se la trate como a un hermoso cadáver. No fue el caso: la recreación villamartina estuvo llena de vida, de vida sin- cera y a raudales, de sangre, sudor y lágrimas, de emoción, pasión y conmoción. Contar en nuestros cartelloni con Gallardo-Domâs se ha convertido en un lujo casi cotidiano. Es la suya una voz rotunda, amplia y poderosa, de una apabullante generosidad de medios, orlada de unos agudos de una brillantez diamantina, de un timbre lírico esmaltado, una voz que “llena” el espacio hasta sus más recónditos recovecos. Su Anna, encarnada desde el hondo conocimiento y la sabiduría técnica, pero también desde la íntima emoción, marcó, sin duda, el punto álgido de la velada. Incluso los lunares de ésta no parecieron tales: las voces, a veces, sí, se que- braron —les pasó a todos, incluso a la chilena en algún apianado final; también a Montserrat y a Franco—, sólo que esos quiebros parecían encontrar su origen en la huida de las medias tintas, en la sincera implicación sentimental, y hallaban, por ello, dentro del mismo contexto dramático su función y su justificación. Voces todas las convocadas, en fin, de medios generosos y armónicamente opulentas, empleadas con un talante efusivo, caluroso y comunicativo. Una gran noche lírica, en suma; mientras, fuera, en la selva, una brisa amable, límpida y primaveral seguía meciendo los ecos de mil confusos rugidos. Ignacio Sánchez Quirós Orquesta Sinfónica de Galicia LO IMPOSIBLE SE HIZO POSIBLE Palacio de la Ópera. 30-III-2007. Mihaela Ursuleasa, piano. Director: Hannu Lintu. Obras de Soutullo y Liszt. 4-IV-2007. Katherina Müller, soprano; Anna Stephany, mezzo; Christoph Strehl, tenor; Attila Jun, bajo. Orfeón Donostiarra. Director: Víctor Pablo Pérez. Bruckner, Misa en fa menor. 13-IV-2007. María Rodríguez, soprano; María José Suárez, mezzo; Eric Tremolières, tenor; José Antonio López, barítono; Nicholas Isherwood, bajo. Coro de la Comunidad de Madrid. Coro de la Sinfónica de Galicia. Director: Álvaro Albiach. Obras de Campana, Lutoslawski, Franck y Dvorák. LA CORUÑA Por ausencia, no puedo comentar de primera mano el concierto del 30 de marzo. Al parecer, fue muy atractivo por la calidad de la pianista, por la singularidad de un director que resultó muy eficaz y por la importancia de dos obras de Liszt poco conocidas: Totentanz y Sinfonía Fausto. La obra de Soutullo, All the echoes to listen, no pareció despertar gran interés. El día 4, Víctor Pablo Pérez se puso al frente de la Sinfónica con la Misa en fa menor de Bruckner, uno de sus autores predilectos. Obra extraña, luctuosa (parece un réquiem), irregular (Sanctus brevísimo, precioso Bene- 26 dictus). Excelente, la coral, dada la difícil tesitura en que ha de desenvolverse; destacó el bajo coreano de voz poderosa y preocupante nombre, y también el tenor alemán que puso de manifiesto una depurada línea de canto; la orquesta soberbia con cuidadísima dirección de su titular. Hay que agradecer a Álvaro Albiach la profesionalidad, el esfuerzo y el entusiasmo que ha derrochado para poner en pie Nuestro tiempo, del argentino José Luis Campana, premio Andrés Gaos 2005 de la Diputación de La Coruña. Obra imposible que hizo posible con la colaboración del soberbio Coro de la Comunidad de Madrid que la preparó, derrochando también profesionalidad, esfuerzo y entusiasmo; durante la mayor parte del tiempo, los coristas estuvieron cogiendo el tono mediante el uso de diapasones (¡un concierto para diapasón y orquesta!). También los solistas (sobre todo el bajo) hubieron de recurrir al adminículo. Lo que escuchamos, ¿era exactamente lo escrito? Imposible decirlo; no podría pronunciarme ni disponiendo de la partitura. ¿Hubiéramos podido sobrevivir sin conocer esta obra? Parece probable; en todo caso, creo que se han utilizado medios demasiado importantes para los fines alcanzados. La pri- mera parte se completó con Música fúnebre para cuerdas, de Lutoslawski; de manera que fue una dura prueba para este público, estoico y cortés (Campana, presente en la sala, salió a saludar). Rédemption (fragmento orquestal del poema sinfónico con coros), de Franck y Te Deum, de Dvorák (obra de encargo que no está entre las grandes partituras del checo) fueron un soplo de aire fresco y desencadenaron merecidas aclamaciones, dirigidas en especial hacia las dos corales (Comunidad de Madrid y OSG) hermanadas para esta obra. Julio Andrade Malde ACTUALIDAD LAS PALMAS XL Festival de Ópera “Alfredo Kraus” PREPARANDO LOS CAMINOS VERDIANOS LAS PALMAS Las Palmas. Teatro Cuyás. 20-III-2007. Donizetti, Lucrezia Borgia. Sandra Radvanovsky, Gregory Kunde, Simón Orfila, Marianna Pizzolato, Josep Ruiz, Guillermo Ruiz Aviña. Coro del Festival de Ópera. Orquesta Filarmónica de Gran Canaria. Director musical: Paolo Arrivabeni. Director de escena: Beppe de Tomasi. Escenografía: Francesco Zito. Continúa la andadura de la presente edición del Festival de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria con un título no muy frecuentado a lo largo de estas cuatro décadas del certamen, pese a que su autor, Gaetano Donizetti, sea uno de los más genuinos representantes del así llamado estilo belcantista. Lucrezia Borgia, uno de sus melodramas trágicos, podrá ser tildada de obra irregular, ya que no todos sus números poseen un idéntico marchamo de calidad y en algunos momentos son evidentes las repeticiones de determinados clichés que nos hacen remitirnos a evidentes lugares comunes en los títulos de su época. Pero, por otra parte, no pueden negarse sus méritos, que son muchos, y no sólo porque sea perfectamente rastreable la inspiración melódica del autor, omnipresente en tantos momentos de innegable melodismo vocal ni en la sabia escritura para las voces, en la que texto y situación dramática se dan de la mano, prácticamente al desnudo. Lo que realmente sorprende en la Borgia es el claro anuncio de lo que va a ser el primer Verdi romántico y no únicamente por lo que se refiere a la caracterización de la protagonista, muy cercana a las primeras heroínas verdianas (Abigaille o Lady Macbeth, por citar unos ejemplos), sino incluso en la utilización de motivos que caracterizan personajes o situaciones, patrones rítmicos e incluso tratamiento orquestal. Hay momentos en Lucrezia Borgia que son un evidente preámbulo de fragmentos de Rigoletto o, incluso, de Traviata. Y tanto el maestro Arrivabeni como de Tomasi parecen haber captado esta caracterización del sórdido Sandra Radvanovsky y Gregory Kunde en Lucrezia Borgia de Donizetti melodrama que Romani versifica en italiano a partir del texto de Hugo, en una más que digna coproducción de Amigos Canarios de la Ópera junto con la Ópera de MonteCarlo. No son pocas las dificultades que se focalizan en el rol protagonista, sobre todo si se tiene en cuenta sus concomitancias con los roles verdianos ya citados o con otros bellinianos como Imogene o la propia Norma. Se pide una voz dúctil para el fraseo belcantista, puesto especialmente de manifiesto en su primera intervención, pero también de anchura considerable para afrontar el dramatismo incisivo en el gran dúo con el bajo, o en la tremenda escena final, número de bravura virtuosística donde los haya. El torrente vocal de Sondra Radvanovsky sorprende por su resistencia absoluta así como por la entrega sin reservas a lo largo de toda la ópera. No tiene nada que ver con otras interpretaciones de sopranos precedentes, pero o por ello resulta menos apropiada para el rol. Especialmente atractivos resultan sus pianissimi, muy contrastados con el acerado color de sus frases en dinámica fuerte. Gregory Kunde encandila en la proyección y fraseo de sus frases en el registro agudo, con una proyección que, inevitablemente, nos remite a la de Alfredo Kraus, afamado Gennaro como es sabido, y que fue ampliamente aplaudido. Del mismo modo, Simón Orfila cosechó calurosas ovaciones en su entregada interpreta- ción de Alfonso d’Este. Espléndida fue la presentación en este Festival de la joven mezzo siciliana Marianna Pizzolato, de instrumento generoso y matizada prestación musical, cuyo difícil cometido fue con creces superado. Menos equilibrado, sin embargo, resultó el largo listado de comprimarios, entre los que hemos de destacar positivamente la veterana profesionalidad de Josep Ruiz y la novedosa presencia del barítono Guillermo Ruiz Aviña. Profesional y convincente resultó, como es habitual, el Coro dirigido por Olga Santana, al igual que la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, siempre un lujo en el foso. Leopoldo Rojas-O’Donnell 27 ACTUALIDAD MADRID De Pésaro a Madrid AUTENTICIDAD 28 De Pésaro llega este montaje, con muchos de sus intérpretes, aportando entre otras muchas cosas la precisa autenticidad rossiniana. El talento, el buen gusto, la experiencia de Pizzi queda patente en este concepto diáfano, luminoso, colorista y tremendamente divertido, acorde por tanto con la música del pesarense. Cada vez que se vuelve a ver, se captan multitud de ideas, de nuevos detalles, puestos al servicio de hacer más clara la acción, de la pintura de los personajes (muy jugosos de por sí, especialmente los bufos) y de sus motivaciones o movimientos, con una imaginación que rara vez se encuentra tan prodigada. Las vicisitudes de este grupo de ociosos se sitúan cómodamente, sin que jamás parezca forzado el cambio (lo que demuestra una vez más la modernidad o intemporalidad de las obras cómicas del compositor) en los cuarenta del pasado siglo, con un vestuario finísimo que ayuda además y por supuesto a caracterizarlos. El mayor contraste en este sentido es el que se produce con Fulvia, llamativa, estentórea, hasta vulgar, con ciertos guiños a lo Carmen Miranda, y la siempre señorial Clarice. Ésta es una Todorovitch en pleno estado de gracia. Vocalmente infalible, incluyendo su página más exigida donde tiene que hacer de todo vocal e instrumentalmente hablando, se paseó por la escena con tanta elegancia y sensualidad, incluido cierto matiz de irónica melancolía, que la convierte hoy en una Clarice soberana, ideal. Vinco, desenvuelto y atractivo, fue un complemento eficaz a la labor de la mezzo, algo prudente y reservado en lo vocal, encontrando su mejor y más Javier del Real MADRID Teatro Real. 16-IV-07. Rossini, La pietra de paragone. Marie-Ange Todorovitch, Marco Vicno, Raúl Giménez, Paolo Borgogna, Pietro Spagnoli, Patrizia Biccirè, Laura Brioli, Toemu Babiloni. Coro y Orquesta Titular del Teatro Real. Director musical: Alberto Zedda. Director de escena, escenografía y figurines: Pier Luigi Pizzi. Iluminación: Sergio Rossi. Escena de La pietra del paragone de Rossini en la puesta en escena de Pier Luigi Pizzi en el Teatro Real matizado rendimiento en la página solista final. Algo cansado, a menudo corto de fia- to, obligado por ello a cierta molesta afectación en el fraseo, fue el Giocondo de CONCERTINO Giménez, quien como era de esperar, dio una auténtica lección de estilo, canto, exhibición de legato y buen gusto en un excepcional Quell’alme pupile. Bordogna y Spagnoli sacaron el máximo rendimiento a sus divertidísimas, y en el caso del primero originalísima, arias y cumplieron con holgura, sin que llegaran a molestar alguna que otra nota aguda discutible. Brioli dio presencia, muy bonita y carnosa presencia además, a Aspasia y la Biccirè ofreció un retrato francamente notable como Fulvia, incluida su graciosa manera de sacar adelante aria di sorbetto, ayudada de nuevo muy ingeniosamente por el director escénico. Suficiente el Fabrizio de Babiloni y el coro, como de costumbre, a la altura de lo exigido. En todo este buen quehacer tuvo mucha responsabilidad la presencia de Zedda en el foso, dando el color, la chispa, el ritmo de la detallada, exquisita escritura rossiniana, acorde con el escenario mucho más que en otras ocasiones. Fernando Fraga ACTUALIDAD MADRID Títulos insólitos DISCRETO BELCANTISMO Javier del Real Madrid. Teatro Real. 29-IV-2007. Haendel, Ariodante (versión de concierto). Caitlin Hulcup, Vivica Genaux, Sabina Puértolas, Olivier Lallouette, Topi Lehtipuu, Jaël Azzaretti, Nicolas Maire. Les Talens Lyriques. Director: Christophe Rousset. Christophe Rousset en el Teatro Real E ntre col y col, lechuga. El Real, como otros teatros, aplica esa política, no idónea, pero sí válida para ir avanzando en títulos insólitos. Ariodante no pertenece evidentemente al repertorio al uso. Es una partitura seria, que dispone de todos los efectos canoros y encierra todos los efectos propios del belcantismo tradicional. En gran parte pudieron ser atendidos gracias a una orquesta funcional de época. Su director, Rousset, es un músico sólido y elegante, de estilo no muy estimulante, pero fino e incluso refinado. Dramáticamente es tirando a plano; ordenado y dispuesto, aunque no muy contrastado ni poseedor de la batuta fustigante de un Minkowski, que es, sin embargo, también más seco y rudo. Sobre un tejido orquestal adecuado discurrió el único concierto, levemente escenificado en ocasiones. El plantel de voces fue irregular. Angelika Kirschschlager hubo de ser reemplazada por la australiana Caitlin Hulcup en la parte protagonista, que cantó sus grandes arias con soltura, regular precisión y voz estimable de mezzo muy lírica. Polinesso fue Genaux, voz del mismo tipo, que no disfruta de un timbre generoso y su emisión es hueca y velada, pero es fácil en la coloratura. Papeles escritos para castrados. En los demás hubo de todo, desde la torpeza del bajo Lallouette o el desafine permanente de Maire al virtuosismo vigoroso y algo esforzado de Puértolas, que hubo de aprenderse la parte de Ginebra en poco tiempo (de hecho actuó con partitura). Arturo Reverter 29 ACTUALIDAD MADRID XIII Ciclo de Lied y Grandes Voces LA CARNE DE LA VOZ Madrid. Teatro de la Zarzuela. 9-IV-2007. Joyce di Donato, mezzo; Julius Drake, piano. Obras de Bizet, Rossini, Granados, Falla y Montsalvatge. Teatro Real. 15-IV-2007. Olga Borodina, mezzo. Orquesta Titular del Teatro Real. Directora: Kery-Linn Wilson. Obras de Rimski-Korsakov, Musorgski, Ponchielli, Saint-Saëns, Bizet y Cilea. Javier del Real L a casualidad de nuestros calendarios musicales aproxima a estas dos mezzos en esta página. A pesar de pertenecer al mismo registro, no puede haber dos tesituras más distintas. Vuelven a coincidir sólo en la suma calidad de sus medios y el cuidado de sus lecturas. La norteamericana es una mezzo lírica y juvenil, de voz fresca y dúctil, feliz de extensión y sometida a una señorial técnica que puede con medias voces, hilados, agilidades, trinos y saltos de cualquier extensión. Sacó partido a Bizet, siempre un poco arábigohispano y se puso las botas con Rossini (la cantata Giovanna d’Arco, peliaguda como ella sola) y una propi- OLGA BORODINA Y KERY-LINN WILSON na, una deslumbrante versión de la cavatina del Barbero. La sorpresa la constituyó el capítulo español, que Joyce vertió con propiedad lingüística y variable finura expresiva, exenta de peligrosos casticismos. El Granados sombrío y patético llevó al color de Montsalvatge a tra- vés de la España plural y miniada de Falla. Drake se oyó solvente, aunque a veces excesivo de volumen. Borodina, en cambio, es la típica mezzo de formato mayor, de un esmalte, una anchura pulposa y una opulencia de registros, realmente brillantes. Recordé, al oír- la, la figura de alguien que había oído a Kirsten Flagstad: canta como desde el fondo de un túnel. Las Canciones y danzas de la muerte de Musorgski sonaron avasallantes y de un humor sarcástico o una contemplación melancólica de óptimo metal, según los casos. Luego oímos una Dalila de imperial sensualismo (con un si bemol filado que tantos y tantas quisieran poseer), una Ciega de La Gioconda en sus cabales, lo mismo que la Bouillon de Adriana Lecouvreur junto a una prescindible Carmen. Wilson dirigió con ímpetu seguro, limpieza de timbres, gracia y compenetración. Blas Matamoro Liceo de Cámara EN LOS LÍMITES DE LA BELLEZA Madrid. Auditorio Nacional. 30-III-2007. Cuarteto de Tokio. Obras de Mozart, Shostakovich y Beethoven. A 30 pesar de los cambios dictados por la necesidad y por el tiempo, el Cuarteto de Tokio sigue siendo una de las grandes referencias musicales de nuestro tiempo. Técnicamente, son insuperables. Es tal la afinación y sincronización de sus componentes que rozan la plenitud sonora. Sin embargo, en estos tiempos donde la perfección técnica suele encubrir la falta de imaginación, es un placer añadido poder escuchar a un conjunto que además de precisión ofrece un plan musical complejo e ideas originales. La única rémora para alcanzar el Nihil obstat de la Belleza Absoluta podría ser su falta de ambición. Tal vez ya lo han demostrado todo, tal vez no, pero lo cierto es que al Cuarteto le faltó esa peque- ña chispa que tienen otros cuartetos más jóvenes. Su interpretación del Cuarteto K. 387 de Mozart fue magistral: tempi, matices, planos sonoros… en los límites de la Belleza. Digno de mención —por lo virtuoso del engranaje— fue el último movimiento fugado. Consiguieron sostener el delicado entramado contrapuntístico con una minuciosidad digna de orfebres. El Cuarteto nº 9 de Shostakovich estuvo un punto por debajo del resto del programa. Tal vez porque esa falta de fogosidad se echa más en falta en el lenguaje XVIII JORNADAS CUERDAS AL AIRE Días de música y naturaleza Edad de 6 a 16 años Del 2 al 7 de septiembre de 2007 CEDAM www.cedam.es C/ Altamirano 50, Bajo 2 28008 Madrid Tfnos. 91 544 35 85 91 549 45 84 directo y descarnado del compositor soviético. La música fluía con la misma facilidad que en el resto del programa pero el resultado no fue el mismo. La interpretación del Cuarteto op. 59, nº 3, el último de los Razumovsky, quedará para el recuerdo. Tal vez sea la belleza misma de la música o la facilidad con que emana de las cuerdas del cuarteto pero no recuerdo haber escuchado algo tan hermoso en mucho tiempo. El último movimiento —de nuevo contrapunto virtuosístico— fue un divino ejercicio de emoción y de belleza. De postre, el segundo movimiento del Cuarteto de Debussy. Podían haber tocado más… es la única cosa que puede reprochársele al Cuarteto. Federico Villalba ACTUALIDAD MADRID Juventudes Musicales SINFONISMO DE GRAN CAUCE RICCARDO MUTI Silvia Lelli Madrid. Auditorio Nacional. 26-III-2007. Philharmonia Orchestra. Director: Riccardo Muti. Obras de Mozart, Liszt, Chaikovski y Martucci. L a esperada visita de Riccardo Muti al frente de la Philharmonia se inició con una sinfonía mozartiana de primera madurez; una Haffner un tanto falta de efusión. Tuvo un tratamiento en el que predominaron la claridad y el orden, con líneas rotundas y un nunca descuidado matiz de incandescencia, muy evidente en el borbollar de las maderas. Cierta vena tierna, nunca ausente del todo, se coló de pleno durante el último tiempo a través de múltiples hendiduras favorecidas por los sorprendentes giros y modulaciones que el mismo iba adoptando. Los preludios son obra lisztiana de líneas brillantes y nítidas, enturbiadas por algún ínterin vulgar, rasgo que es frecuente en Liszt. Muti contribuyó a ennoblecerlos tratando en todo momento a este poema sinfónico como a una obra maestra. Equilibrio entre las voces, transiciones llenas de sabiduría y planos sonoros muy aireados para una superestructura de más de diecisiete minutos que nunca exhibió la menor flaqueza. Lo único que Muti se dejó en el tintero fueron ciertos rasgos grandilocuentes de la obra, atenuados en su versión. La Patética de Chaikovski, a su modo atípica, fue un modelo de rigor constructivo. A partir del susurro estremecedor con que se inició, su tensión no decayó jamás. Es cierto que brumas peterburguesas hubo pocas. Más que patética fue una sinfonía geométrica, delimitada hasta el milímetro. Ahora bien, el control de Muti fue tan férreo en el tercer tiempo que hubiera sido deseable un rubato más espontáneo. En un repertorio ultraemotivo tiene que dar la impresión de que el director se deja ir un poco, aunque no sea verdad. Esa era la grandeza de De Sabata o Mitropoulos. La de Muti consistió en aportar trascendencia y precisión a una Philharmonia un tanto globalizada e impersonal, pero que embridada por su mano de hierro culminó la obra con silencios sobrecogedores y un cierto alivio balsámico. J. Martín de Sagarmínaga 31 ACTUALIDAD MADRID Patrimonios FERVOR DIVINO Madrid. Iglesia de San Ginés. 31-III-2007. Elena Biscuola, mezzosoprano. La Risonanza. Director: Fabio Bonizzoni. Obras de Vivaldi, Pergolesi y Stradella. L a castiza Iglesia de San Ginés, atestada de feligreses expectantes, fervorosos; los últimos rezagados buscando un hueco en el suelo o apoyados en una centenaria columna; los músicos afinando en una capilla lateral ajenos a la sorda algarabía; los guardias municipales poniendo paz a una fútil querella surgida en el marasmo… Esta curiosa escena, más propia de un relato de Galdós que de los prolegómenos de un concierto, nada hacía presagiar el gran concierto que se avecinaba. Salieron los músicos. La Iglesia enmudeció. A lo largo del concierto no se volvió a oír ni una tos, ni un teléfono olvidado. Si esto sucede con una audiencia bárbara e inculta, uno puede llegar a pensar que las crónicas bronquitis que jalonan la geografía de nuestros auditorios, no son más que prejuicios de clase. Pero volvamos a la música. La Risonanza es un ensemble de música barroca surgido en torno a la descollante personalidad de Fabio Bonizzoni. Sus numerosas grabaciones para Glossa, en sus doce años de existencia, atestiguan una abnegada labor de recuperación del patrimonio barroco más desconocido. En esta ocasión presentaron un repertorio más popular con el brillantísimo Concierto RV 143 y el Stabat Mater de Vivaldi, entre otras obras. El resultado fue sobresaliente. Bonizzoni maneja los tempi de manera segura y brillante, dota a las frases de un fresco dinamismo y llena los pasajes más oscuros y difíciles de una serena claridad. Cuenta además con un gran colectivo donde podría destacarse la labor virtuosa y virtuosísti- ca del violonchelo. Elena Biscuola fue una contralto muy sobresaliente en continua pugna con las condiciones acústicas. A pesar de ello, encantó a la audiencia con un timbre oscuro y misterioso que iba perdiendo sus propiedades mágicas según iba escalando hacia el agudo. Cantó el Stabat Mater con sobriedad barroca pero mostrando una buena cantidad de recursos musicales mostrándose más cómoda en los tempi lentos que en los pasajes de bravura. Federico Villalba Siglos de Oro SCARLATTI MATRITENSE Madrid. Iglesia del Real Monasterio de Santa Isabel. 14-IV-2007. English Voices. Director: Thomas Blunt. Schola Antiqua. Director: Juan Carlos Asensio. Daniel Oyarzabal, órgano. D. Scarlatti, Misa de Madrid. L as celebraciones scarlattianas de Los Siglos de Oro nos han llevado esta vez a la recuperación, en estupendas condiciones musicales y de contexto, de la Misa de Madrid. En tanto que misa de Pascua, hasta el momento del año era adecuado y un nuevo espacio para la música era otro valor añadido del acto. Schola Antiqua aportó sus cada vez más depuradas intervenciones —solos incluidos— en el canto gregoriano, que dio al conjunto un grado superior de autenticidad y sinceridad. London Voices es un grupo vocal juvenil bien afinado y homogéneo, al que quizá le falte un poquito más de solidez en los bajos. La lectura de Thomas Blunt —que hubo de sustituir al indispuesto Daniel Hyde— de las partes polifónicas de la Misa de Madrid fue fluida y musical. Blunt dispuso a cuatro voces los momentos más íntimos, en tanto que los pletóricos —Quoniam del Gloria, Et resurrexit del Credo, por ejemplo— eran entonados por los doce cantantes al completo. Algunos recursos, como el crescendo/decrescendo del final del Agnus Dei puede que no fueron muy ortodoxos en términos históricos pero no hay que dudar de su eficacia comunicativa. Oyarzabal tocó cuatro sonatas del napolitano de manera magnífica, en especial por la planificación de las fugadas. Enrique Martínez Miura CURSOSVERANOMAGISTRALIA2007 MAGISTRALIA 2007 DE ORQUESTA SINFÓNICA. Desde 3º de GM. Del 14 al 29 de Julio. MAGISTRALIA JUNIOR. Hasta 2º de GM. Del 19 al 29 de julio NUEVAS AULAS, NUEVAS METAS HERRAMIENTAS ACTIVAS PARA LA CLASE DE MÚSICA DE PRIMARIA Y SECUNDARIA 9, 10 y 11 de Julio. 20h. 2 créditos CONSTRUYENDO UNA PEDAGOGÍA DE FUTURO PARA PROFESORADO Y ESTUDIANTES DE CONSERVATORIOS 11, 12 y 13 de Julio. 20h. 2 créditos MÚSICA EN EL SIGLO XXI: INTEGRACIÓN DE LAS ARTES Y LAS CIENCIAS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS Y LICENCIADOS/AS. Del 16 al 20 de Julio. 30 horas. 3 créditos TODOS ESTOS CURSOS SE CELEBRARÁN EN EL CAMPUS DE COLMENAREJO DE LA UNIVERSIDAD CARLOS III Y también… MENUDO MAGISTRALIA. Iniciación musical. Desde 4 hasta 12 años. Agosto. Gijón 32 Infórmate en: http:www.fundacionmagistralia.com llamando al 902 180 920 por mail: [email protected] ------ mayo / junio 2007 Tancredi (versión de concierto) GIOACCHINO ROSSINI BERNARDA FINK, ROSEMARY JOSHUA, LAWRENCE BROWNLEE, VERONICA CANGEMI, FEDERICO SACCHI, ELENA BELFIORE English Voices RENÉ JACOBS director mayo 23 Roma Parco della musica 25 Rotterdam De Doelen 28 Valladolid Auditorio del Centro Cultural Miguel Delibes 30 Barcelona Palau de la Música Catalana junio 1 Valencia Palau de la Música de Valencia 3 París Salle Pleyel 5 Colonia Philharmonie 7 Bruselas Palais des Beaux-Arts Información y venta anticipada www.orchestredeschampselysees.com orchestre des champs-élysées ACTUALIDAD MADRID Temporada de la OCNE TRES SOLISTAS Madrid. Auditorio Nacional. 23-III-2007. Anne Schwanewilms, soprano. Director: Josep Pons. Obras de Strauss y Schoenberg. 30-III-2007. Han-Na Chang, chelo. Director: Salvador Mas. Obras de Charles, Elgar y Brahms. 13-IV2007. Elisabeth Leonskaia, piano. Director: Dimitri Kitaienko. Obras de Liebermann, Beethoven y Chaikovski. T res importantes solistas han brillado en estas semanas, en medio de las que la ONE ha viajado con éxito a Alemania. La soprano germana Anne Schwanewilms, straussiana de pro, estuvo por debajo de lo esperado en su interpretación de las Cuatro últimas canciones del bávaro. Aquejada de faringitis, su timbre sonó opaco y, aunque conoce los secretos del fraseo, no logró establecer esa línea de canto fluida y matizada tan propia de esta música bella y terminal. Pons y la orquesta asistieron correctamente y luego acometieron el monumental y temprano poema sinfónico de Schoenberg Pelleas und Melisande, op. 5. La intrincada temática, las fluctuantes ambigüedades armónicas, el laberíntico trazado tuvieron una plausible plasmación sonora. La chelista Han-Na Chang reveló finas tonalidades, sonido matizado, amplitud de arco, y precisión suficiente en el Concierto de Elgar, que tuvo una plausible colaboración orquestal. Seven Looks de Agustín Charles, premiada en el Concurso de la AEOS de 2003, nos informó de la habitual soltura del compositor en el manejo de un material muy variado, de la amenidad y colorido de su discurso, de su habilidad para el control de polifonías y de su reconocido oficio instrumental. Voluntariosa y climática reproducción, algo confusa de planos y acentos, del arreglo del propio Schoenberg del Cuarteto con piano nº 1 de Brahms. La pianista georgiana Elisabeth Leonskaia puso de relieve su habitual buen gusto en una recreación intimista y poética del Concierto nº 3 de Beethoven, no exenta de irregularides de ejecución. La ONE y Kitaienko ofrecieron un apoyo más bien gris, de sonoridades plomizas, que vistieron asimismo, tras un comienzo vigoroso con la electrizante Furioso de Liebermann, la interpretación de la sobada Sinfonía nº 5 de Chaikovski, bien vista en lo rítmico pero algo inerte de expresión y poco personal de concepción. Arturo Reverter Temporada de la OSRTVE LO MEJOR DE LA TEMPORADA L 34 a temporada de la ORTVE se detuvo un momento en Dimitri Kabalevski y su Concierto para chelo nº 2, obra de trasfondo romántico e inspiración nada intermitente, servida por un Mario Brunello que acertó a exprimir la melancolía algo difusa que es el sustrato de la obra. Una recreación realizada a través de movimientos muy estilizados (que convienen al irreal al tiempo que humanísimo timbre del chelo), pizzicati de gran clase y vibración algo escasa. El detallado acompañamiento de Álvaro Albiach proporcionó el adecuado realce. Pero la obra de nota fue el Concierto para orquesta de Lutoslawski: obra seminal y muy accesible dentro de un corpus sin parangón. Con movimientos que sugerían figuras en vuelo y elástico batir de muñecas, un devoto Albiach destiló algo sin lo cual —Stevenson dixit— las demás cualidades nada valen: el entusiasmo. Éste, en su justo punto, nunca atravesó los peligrosos límites del desbordamiento. Y eso que la obra casi lo pedía a gritos, los mismos que a veces ella profiere. Apenas hubo un defecto: la saturación de algunos fortissimi. Por todo ello fue una lástima que, pese a dos aguerridos braveadores, el público del jueves no estuviera a la altura de la obra. La Cuarta Sinfonía de Szymanowski es obra fascinante por la sinuosidad misteriosa de sus líneas melódicas y la rarefacción de atmósferas y timbres. En versión más ordenada que sensual, Leaper mostró buenas dotes de organizador y la orquesta respondió con pulso certero para la plasmación de colores y ritmos a ÁLVARO ALBIACH Madrid. Auditorio Nacional. 8-III-2007. Mario Brunello, violonchelo. Orquesta Sinfónica de RTVE. Director: Álvaro Albiach. Obras de Medina, Kabalevski y Lutoslawski. 16-III-2007. Artur Pizarro, piano. Director: Adrian Leaper. Obras de Stravinski, Szymanowski y Franck. 30-III-2007. Coro de RTVE. Sibylla Rubens, soprano; Anke Vondung, contralto; Lothar Odinius, tenor. Philip Carmichael, barítono; Markus Marquard, bajo. Director: Helmuth Rilling. Bach, Pasión según san Mateo. menudo enardecidos. Por su parte, el pianista Artur Pizarro acopló a la forma con- certante su sobrada capacidad técnica y musical. Tuvo mayor relieve en las obsesivas y atormentadoras Variaciones sinfónicas de César Franck, que interpretó con contención y canto bien medido, con sentido del rubato pero sin exageradas retenciones del tempo. En la Pasión según san Mateo posee Rilling una rara equidistancia entre el historicismo y la tradición romantizada. Equilibrado y sereno, el suyo es un Bach sin sobresaltos, alguna vez ayuno de chispa. Buen rendimiento orquestal, con un par de obligati de ejecución discutible. Y algo falto de refinamiento y diferenciación el coro al inicio, resarcido con creces en los nºs 54 o 62, de transparentes piani. Solistas flojos, salvo el archipulido tenor y Evangelista. J. Martín de Sagarmínaga ACTUALIDAD MADRID Musicadhoy UNA GENERACIÓN, TRES NOMBRES PROPIOS Madrid. Auditorio Nacional. 313-III-2007. Proyecto Guerrero. Director: Beat Furrer. Obras de Camarero, Posadas y Sánchez-Verdú. C ésar Camarero (Madrid, 1962), Alberto Posadas (Valladolid, 1967) y José María SánchezVerdú (Algeciras, 1968), son una buena muestra de cómo una misma generación puede dar diferentes maneras de entender la música y de llegar a tener un lenguaje propio. El séptimo concierto del ciclo musicadhoy estuvo dedicado a estos tres nombres propios, interpretados por el Proyecto Guerrero, que desde que Beat Furrer asuALBERTO POSADAS mió su dirección está demostrando en cada concierto que no sólo son egipcia y base estructural unos grandes intérpretes matemática, en la primera sino que están entendiendo Pri em hru (1995) escuchacada vez mejor el concepto mos una sutil construcción de reflejos de timbres y y el sonido de grupo. Abrió el concierto la melodías en los diferentes música del último Premio instrumentos, con dominio Nacional de Música, César del registro agudo y una Camarero, con Nostalgia de interesante sección central un paisaje futuro (2004), con un complejo solo para obra compleja para piano flauta, resuelto de forma bricon dos manipuladores, cla- llante por Julián Elvira. Nebrinete y violonchelo. La maat (2004) es una obra paradoja presente en el títu- más compleja sonoramente lo, encuentro entre el pasa- en la que la interpretación do-nostalgia y el futuro o del grupo destacó por su porvenir, es utilizada tam- unidad. Para terminar, el grupo bién en la música en la que se funde la búsqueda de de obras Machaut-Arquiteknuevas sensaciones y len- turen (2003-2005) de Sánguajes, presente aquí sobre chez-Verdú un complejo todo en la búsqueda de los homenaje al compositor del armónicos del piano, sin siglo XIV en un lenguaje desdeñar por completo la absolutamente contemporámúsica del pasado, su color neo y personal del composiy sus timbres. En Reverso 2 tor gaditano en el que desta(2001), pudimos sentir un ca la deconstrucción sonora importante trabajo del direc- y tímbrica como síntesis de tor en una obra compleja rít- la polifonía medieval. El micamente en la que domi- número V es sin duda el na un aparente caos ordena- más expresivo, con una predo que los músicos supieron sencia destacada del violín y la percusión. asumir y superar. Las dos obras de Alberto Posadas, con inspiración Leticia Martín Ruiz 35 ACTUALIDAD MADRID ORCAM y Real Filharmonía MAESTROS L a base en Montserrat de la formación del maestro Casas Bayer aflora en esa condición de escalador excelente —en el mejor sentido, naturalmente— con la que afronta una obra de esta magnitud. Impávido, con los gestos tasados y firmes, va avanzando paso a paso por la obra imponente hasta dejar al público convencido de la pureza y la honestidad de su quehacer. Así lo acusó la respuesta de los muchos asistentes al despliegue de esta Pasión, esquematizada la formación perfectamente en las dos orquestas y dos coros con el de niños en su centro, que presidían, por decirlo de algún modo, Tallante y Ros. Excelentes los coros y no menos la orquesta en sus prolongadas contribuciones. En cuanto a las voces solistas, de notable para arri- ANTONI ROS MARBÀ Madrid. Auditorio Nacional. 27-III-2007. María Espada, soprano; Iris Vermillion, mezzo; Jörg Dürmüller, tenor; Marcus Fink, bajo-barítono; José Antonio López, barítono; Miguel Ángel Tallante, órgano; Pere Ros, viola da gamba. Coro de Niños de la Comunidad de Madrid. Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. Director: Jordi Casas Bayer. Bach, La Pasión según san Mateo. 31-III-2007. Ruth Ziesak, soprano; Dietrich Henschel, barítono. Orfeón Pamplonés. Real Filharmonía de Galicia. Director: Antoni Ros Marbá. Brahms, Un Réquiem alemán. ba todas sin alcanzar ninguna el ideal. Fundieron bien las de soprano y mezzo en el dueto So ist mein Jesus y estuvo francamente bien esta última en el fragmento Erbarme dich con el feliz concurso de Víctor Arriola, al igual que lo fue el de Anne Marie North al barítono José Antonio López acto seguido (presentes los dos concertinos de la orquesta, como corresponde en esta ocasión). El Evangelista de Jörg Dürmüller realmente bien dicho y cantado, aun- que su timbre sea tan extremadamente blanco, y bien por pastosidad y cualidad vocal Marcus Fink en Jesús, aunque pierda unción por impulsar demasiado los sforzandi. En el concierto con que nos obsequió (¡gracias!) Ros Marbá al frente del orfeón navarro y “su” Real Filharmonía gallega decir que Ruth Ziesak, cantando su parte con esa voz homogénea de timbre angelical, fue quien estuvo más cerca de lo terreno, no es desdoro para la magnífica soprano alemana, ya que el resto no fue de este mundo. Su compañero solista, Henschel, rayó a una altura difícilmente superable: tan en posesión de la vocalidad, del timbre y de la intención de su parte estuvo el barítono (que vocalizó, además, maravillosamente) que sólo a esa altura brilló el Orfeón Pamplonés, que dio una lección de cátedra, sin que se pueda ahondar más en empaste, tímbrica, ductilidad dinámica, poder y dominio, sino que fue un todo a envidiable nivel. La orquesta no desmereció de tales mimbres, y Ros hizo una labor honda, dominada la obra y reproducida con una justeza y una poesía que hicieron lamentar que al final de tal sesión no la repitieran íntegra. José Antonio García García Ibermúsica DOS HERMANOS L 36 a Joven Orquesta Gustav Mahler es una formación que suple con su entusiasmo sin condiciones algunas deficiencias, que afectan sobre todo al metal y las maderas. La cuerda es disciplinada y puede brindar ataques homogéneos y sonoridades tanto sedosas como contundentes. En el Triple Concierto de Beethoven, los hermanos Capuçon, todavía en su juventud, se unieron al más maduro director, que actuó también como pianista, para realizar una lectura apasionada, capaz de defender aun las posibles debilidades de la obra. Al comien- GAUTIER Y RENAUD CAPUÇON Madrid. Auditorio Nacional. 12-IV-2007. Renaud Capuçon, violín; Gautier Capuçon, violonchelo; MyungWhun Chung, piano y dirección. Joven Orquesta Gustav Mahler. Obras de Beethoven y Bartók. zo del Largo —dicho de forma maravillosa por Gautier— intuimos lo que hubiera podido ser un concierto para violonchelo escrito por Beethoven. Una versión, en definitiva, que emanaba puro fuego en los dos solistas de cuerda y se equilibró con el más mode- rado tratamiento del teclado. En el Concierto para orquesta de Béla Bartók, el acercamiento de Chung, aun siendo muy estimable, no sorteó algunos problemas. El primero, el nacido de la gigantesca plantilla de cuerda — ¡once contrabajos!— dispuesta por el coreano, que obligó a los vientos en algunos instantes a esfuerzos por hacerse oír. Hubo, con todo, una buena línea general, detalles en el aspecto tímbrico y una visión sarcástica más bien reducida (Intermezzo). Enrique Martínez Miura ACTUALIDAD MADRID Revista de prensa UN PIANISTA ÚNICO IVO POGORELICH Antonio D’Amato Madrid. Auditorio Nacional. 20-III-2007. Ivo Pogorelich, piano. Obras de Beethoven, Brahms, Scriabin y Rachmaninov. D espués de un ausencia de muchos años volvió a tocar Ivo Pogorelich en Madrid y en concreto en el ciclo de Grandes Intérpretes. Como resumía Fabián Contrario en La Gaceta de los Negocios, “Las expectativas eran enormes. Nadie quería perderse el recital, ya fuese para rendirse a sus pies o para protestar ante su orgullosa inconoclasia”. Antonio Iglesias, en ABC, destacaba “genuina importancia para poder exhibir una mecánica que, como nunca, se reclama apriorísticamente como segura y rica en medios de toda índole”. Para afirmar más adelante: “Admiramos en Ivo Pogorelich cuantas excelsitudes técnicas quieran denotarse en su rico juego de medios mecánicos dentro de la técnica más amplia. Me gustaría que los dedos en el “forte” resultaran con mayor articulación, que su potente “fortissimo” llegara a igualar el bello caudal de todas las demás intensidades, en todo momento de hermosa calidad. Pero, sobre todo, que no se refugiara pecando, gravemente, con cuanto dejó escrito el compositor (servicio máximo que el intérprete ha de prestar al autor) y no exagerar tanto el “lento”, porque llega, seré muy sincero, al aburrimiento”. También Juan Ángel Vela del Campo, en El País, reconocía que las versiones del pianista “No son conven- cionales, desde luego. Pero hay en ellas hondura y un elevado grado de ensimismamiento… Las concesiones expresivas son mínimas y el grado de concentración que el músico impone exige un esfuerzo adicional en busca de la interiorización. El concepto musical con el que el pianista de Belgrado se enfrenta a Beethoven es, si se consigue entrar, fascinante. No es un Beethoven irreconocible pero está en los antípodas del que se suele escuchar a la inmensa mayoría de sus colegas”. Esto en lo que se refiere a la Sonata nº 32, pero “Más enigmático resultó todavía su Brahms, con una propuesta casi levitante del Intermezzo en la mayor op. 118, número 2. Seria, muy pensada, desconcertante por momentos, críptica a veces, de supremo interés siempre. Sus sonatas de Scriabin y Rachmaninov fueron coherentemente unitarias, aunque menos sorprendentes”. Finalmente, Gonzalo Alonso, en internet, cifraba así sus impresiones encontradas: “Uno admiraba lo que oía pero a cada momento se mosqueaba porque se separaba en tempos, dinámicas y todo cuanto se pueda imaginar del concepto habitual y se producía una falta de coherencia interna en una versión llena de momentos distintos, construida a base de retazos caprichosos de genialidad”. 37 ACTUALIDAD MURCIA De la iglesia de Bach HEREDEROS DE UNA TRADICIÓN MURCIA Auditorio y Centro de Congresos “Víctor Villegas”. 22-III2007 Julie Koch, Kim Schrader, Martin Petzold, Matthias Weichert y Jörg Hempel. Thomanerchor. Gewandhausorchester de Leipzig. Director: Georg Christoph Biller. Bach, La Pasión según san Juan BWV 245. 38 Por dos razones hay que considerar de gran acierto la incursión de esta singular cita con Bach en el Ciclo de Grandes Conciertos de esta temporada 2006-2007 del Auditorio de Murcia: en primer lugar, por la obra en sí, paradigma de oratorio barroco junto a la Pasión según san Mateo, y en segundo por contar con el Coro de Niños de la Iglesia de Santo Tomás de Leipzig —templo en el que Bach tuvo el puesto de Kantor hasta su muerte y donde está sepultado—, como conservador de la tradición del insigne maestro, dirigido por su actual heredero en el cargo, el barítono alemán Biller. Y es precisamente este coro infantil el que se erigió en el protagonista del concierto. Desde el primer número de la obra se pudo apreciar el insustituible timbre vocal y la ingenua naturalidad de canto de los pequeños coralistas, desarrollando en todo momento el mejor estilo affekt, expresión musical hablada de gran importancia como principio formador esencial de la música barroca, característica que se ha ido perdiendo con la venida del romanticismo que impuso nuevas formas de canto, especialmente con el desarrollo de la ópera. Sólo cupo la posibilidad de que hubieran sido utilizados instrumentos de época, salvo una viola da gamba, clave y un órgano positivo que acompañaban en los recitati- vos, para encontrarnos ante una interpretación purista, que por parte de la orquesta puede calificarse de seria e irreprochable desde los planteamientos que le venían indicados por la dirección, muy respetuosos con el tratamiento de la sustancia musical de esta obra muy dada a un falseamiento de las relaciones de sus masas sonoras que pueden resentir el difícil equilibrio interno que la sustenta. Se puede afirmar que Bach nunca pensó en las colosales interpretaciones que de sus Pasiones se llegaron a poner de moda en un gran periodo del siglo XX y que tanto daño han hecho para comprender la profunda religiosidad de su arte musical. Lo menos positivo de este concierto estuvo en los solistas de los que sólo se salvó el bajo Matthias Weichert, siempre dotado de musicalidad y expresión en sus intervenciones, especialmente en la sobrecogedora aria con coral nº 32 (Mi amado Salvador, deja que te pregunte…) en la que quedó reflejada la elocuente mística de Bach ante el estremecedor momento de la muerte de Jesús. El sugerente, por su carácter onírico, último coral dejó la sensación de haber estado ante un planteamiento con criterios sólidos pero que no siempre abarcaron la multiplicidad de detalles de la obra. José Antonio Cantón ACTUALIDAD MURCIA IV Festival Internacional de Música Contemporánea UN FESTIVAL CON FUTURO Patricia Díez Hasta hace muy pocos años sería impensable encontrar un festival dedicado a la música de nuestro tiempo como el organizado en la ciudad murciana de Molina de Segura, dados sus acertados contenidos y la calidad de sus intérpretes, como lo demuestran los dos conciertos que aquí se comentan y que sirvieron para abrir y clausurar este acontecimiento al que auguro venturoso futuro. Después de una versión poco trascendente de la Sinfonía op. 21 de Webern, el joven maestro algecireño (1968) José María SánchezVerdú, al frente de la OSRM, estrenó en versión completa Kitab al-alwan (Libro de los colores) integrada por cuatro piezas, que fueron compuestas entre los años 2000 y 2005, de tal suerte que dan al conjunto un cierto carácter de cuerpo sinfónico. La singularidad de esta obra radica en la fidelidad al propio estilo de este compositor, donde toda posible estructura queda diluida en un fluir de sonido que envuelve al oyente generándole una experiencia acústica de amplia sugerencia ya que tiende a eliminar cualquier tipo de referencia o fijación previa. Esta especie de definida aleatoriedad requiere unos nuevos planteamientos de interpretación, bien atendidos en esta ocasión por la orquesta que siguió con rigor y máxima atención las indicaciones del músico. La segunda parte se iniciaba con la irónica Suite nº 1 para pequeña orquesta de Stravinski para concluir con Pantonal de Joan Guinjoan, que se encontraba presente al ser el compositor invitado para esta edición del Festi- SÁNCHEZ-VERDÚ MOLINA DE SEGURA Teatro Villa de Molina. 30-III-2007. Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia Director: José María Sánchez-Verdú. Obras de Webern, Stravinski, Guinjoan y Sánchez-Verdú. 4-IV-2007. Cuarteto Arditti. Obras de Ligeti y Lachenmann. val. La superación del concepto tonal no impide que se intente en su escucha percibir identidades sonoras que están realzadas por un tratamiento tímbrico de gran riqueza, como hizo patente el entusiasmo con que la orquesta lo expresó. La presencia del Cuarteto Arditti —uno de los grupos más importantes en la interpretación de música contemporánea de los últimos treinta años—, ha supuesto un broche de oro para este Festival. Su interpretación de los dos Cuartetos de Ligeti, en un concierto homenaje a este gran músico recientemente desaparecido, ha supuesto todo un hito de técnica instrumental, conjunción y rigor estético, sólo susceptible de resumir como belleza en total plenitud, a lo que contribuyó la excelente información acústica de la sala, ideal para música de cámara. En el Cuarteto nº 3, “Grido” (2001-2002) de Lachenmann, Irvine Arditti (primer violín) y sus secuaces dieron todo un recital de cómo ahondar en las actuales y complicadas propuestas del este intrincado autor en un alarde de sombrear el sonido de manera magistral cerrando así un concierto inolvidable. José Antonio Cantón 39 ACTUALIDAD SAN SEBASTIAN / SANTIAGO La OSE toca Babi Yar por primera vez CASI REDONDO SAN SEBASTIÁN Auditorio Kursaal. 27-III-2007. Arutjun Kotchinian, bajo; Xabier Elorriaga, recitador. Coral Andra Mari. Coro Easo. Orquesta Sinfónica de Euskadi. Director: Víctor Pablo Pérez. Shostakovitch, Sinfonía nº 13 “Babi Yar”. La OSE interpretó la dura y tremenda Sinfonía nº 13 “Babi Yar” en lo que supuso su estreno ante la partitura, contando para ello con el actor Xabier Elorriaga, que recitó los poemas de Evgeni Evtuchenko en euskera según la traducción de su esposa, la escritora Arantxa Urretabizkaia. La combinación de texto declamado y música resultó atractiva, y no lo fue menos analizado desde el punto de vista pura- mente musical, gracias a la siempre exigente batuta del burgalés Víctor Pablo Pérez, cuya dirección, como siempre, estuvo más que acertada, llena de vigor y rigor, atenta a las entradas, tanto de instrumentos como de voces. Logró momentos realmente destacables como el Adagio En la tienda o en el Largo Miedos. El coro de voces masculinas, formado por los cantores de la Coral Andra Mari de Errenteria y el donostiarra Coro Easo, supo seguirle perfectamente, desde los cantos unísonos iniciales del Adagio Babi Yar hasta el efectista Allegretto final de Una carrera. El sonido fue homogéneo, sin hacer grandes alardes de nada, con la necesaria contención y con un especial empeño en la dicción. Les siguió muy bien el bajo ruso Arutjun Kotchinian, de atractivo color vocal y haciendo gala de muy buenas dotes interpretativas, mientras que la orquesta mostró un traba- jo desigual, con múltiples inseguridades en el Adagio inicial y más de un desajuste en cuanto a los tempi se refiere en numerosas ocasiones; a favor, el sonido redondo presentado sobre todo en los pasajes más sonoros y efectistas, con brillantes metales, cayendo, por el contrario, en los más íntimos. El resultado general fue bueno, pero no del todo redondo. Íñigo Arbiza Expectativas y resultados A ESCENARIO LLENO, PÚBLICO ABUNDANTE SANTIAGO Santiago de Compostela. Auditorio de Galicia. 29-III-2007. Ruth Ziesak, soprano; Dietrich Henschel, barítono. Orfeón Pamplonés. Real Filharmonía de Galicia. Director: Antoni Ros-Marbà. Brahms, Un Réquiem alemán. 18-IV-2007. Concerto Köln. Obras de Haendel y Telemann. 40 Uno de los conciertos más prometedores terminó con una cierta decepción, quizás porque algunos esperábamos más. Parece empeñarse Ros en torear en esta plaza para una galería que tanto más aplaude cuanto más fuerte suene todo, sin necesidad de matizar ni de entrar en profundidad en el sentido de las obras. Para qué, si los aplausos finales están siempre garantizados y más estando presentes los amigos y familiares de los componentes del coro. La cosa empezó bien, con un delicado sonido de la orquesta y el primer movimiento tuvo emoción, pero ésta se perdió ya al comienzo del segundo y toda la lectura transcurrió con una sensación de que no se buscaba manifestar intimismo ni sentimiento, tan sólo apabullar. He leído comentarios que parecía se estaban refiriendo no a la traducción que pudimos oír en Santiago sino lo que se espera idealmente del contenido de la obra. Ziesak se CONCERTO KÖLN limitó a cumplir y Henschel cantó su parte con cierto brío, pero con un registro grave bastante opaco. El Orfeón Pamplonés mostró unas sopranos manifiestamente mejorables y de la orquesta, destacables los primeros atriles de oboe y de chelo y el timbalero. Por el contrario, Concerto Köln respondió a lo que se esperaba de uno de los conjuntos más prestigiosos de Europa en su especialidad y que tantas satisfacciones ha deparado en sus numerosas grabaciones, con René Jacobs o sin él. Esta vez fue el excelente Stefano Montanari quien asumió el papel de concertino y director. De una obertura de Giulio Cesare para entrar en calor, pasaron al Concierto para violín, chelo y trompeta de Telemann y tanto en éste como en el Concierto para dos violines y dos trompas incluido en la parte III de Tafelmusik, bordaron los solistas sus difíciles cometidos, aunque es obligado hacer especial mención a los de trompeta y primera trompa (naturales, claro). De Haendel ofrecieron una delicada versión del Concerto grosso op. 3, nº 2, así como de su sinfonía, obertura o suite, que tanto da, HWV 347, para finalizar con la Suite II de la Water Music, interpretada con la reducida versión instrumental disponible, que produjo un cierto desequilibrio a favor de las dos trompetas. Lamentablemente, el enunciado se cumplió y la asistencia fue una de las más bajas de la temporada. José Luis Fernández ACTUALIDAD SEVILLA Haydn, viola da gamba, jesuitas en China... EL SALTO ADELANTE Christophe Coin, como artista residente, articuló todo el certamen, ofreciendo un concierto como violagambista (acompañado por un extraordinario Alberto Martínez Molina, que hizo de una suite de Louis Couperin uno de los momentos más intensos de toda la muestra), otro con su Cuarteto Mosaïques y dos al frente de la Orquesta Barroca de Sevilla, en uno de los cuales tocó además como chelista de forma impecable el Concierto en re menor de Haydn. El compositor austriaco fue protagonista de uno de los ciclos del Festival, pues la OBS hizo también, con la excelencia acostumbrada, la Sinfonía Oxford y el Stabat Mater (al que se sumaron el Coro Barroco de Andalucía, menos brillante que en su comparecencia en el Maestranza de enero, y un competente cuarteto de solistas: María Espada, Pascal Bertin, Lambert Climent y Pau Bordas), mientras que el Mosaïques combinó al compositor austriaco (delicado Cuarteto op. 76, nº 5) con un Schubert más elegante que trágico (La muerte y la doncella). Gran nivel tuvieron las jornadas dedicadas a la viola da gamba, en las que se reunieron cuatro generaciones de intérpretes (Wieland Kuijken, Christophe Coin, Paolo Pandolfo, Philippe Pierlot, Vittorio Ghielmi y Fahmi Alqhai) para mostrar la evolución que ha vivido la concepción del instrumento en las últimas décadas. Maravillaron las sutilezas de Kuijken en las obras más lentas (conmovedor Tombeau de Sainte Colombe), el vigor y la fuerza expresiva de Alqhai, la técnica y la suavidad de un Ghielmi (acompañado por Luca Pianca) menos arrebatado que de costumbre, la fantasía de un Pandol- CHRISTOPHE COIN SEVILLA Deconchat XXIV Festival de Música Antigua. 16/29-III-2007. Christophe Coin. Orquesta Barroca de Sevilla. Wieland Kuijken. Christophe Coin. Paolo Pandolfo. Philippe Pierlot. Vittorio Ghielmi y Fahmi Alqhai. La Trulla de Bozes. La Colombina. Doulce Mémoire. fo algo menos fino de lo habitual, la distinguida musicalidad de Coin… Las jornadas se completaron con un curso, clases magistrales y concursos para violeros y jóvenes intérpretes. Sólo cabe oponer que la sede escogida (el patio del Círculo Mercantil e Industrial) tal vez no fuera el lugar más ade- cuado para la celebración de los conciertos. Extraordinario nivel alcanzó el ciclo dedicado a Francisco Guerrero, con conciertos memorables de La Trulla de Bozes y La Colombina y una actuación de Doulce Mémoire que al final quedó algo deslucida por las grandes dimensiones del espacio en que le tocó actuar, la Catedral. El homenaje a Guerrero lo completó un singular y atrevido conjunto local, proyectoeLe, con una mirada transgresora pero irregular, que mezcló la electrónica y el audiovisual con la música del Siglo de Oro. Gran interés tuvo también el concierto que en el Salón de Tapices del Alcázar ofreció el conjunto Ensemble XVIII-21 Le Baroque Nomade, que brindó su habitual recorrido por el mestizaje que provocó la llegada de los jesuitas a China en el XVII. William Christie presentó en el Teatro de la Maestranza su Jardin des voix de este año: diez jóvenes voces que lidiaron de forma irregular con un amplísimo repertorio (de Monteverdi a Haydn): el tenor español Juan Sancho y el británico Nicholas Watts merecen la cita por las buenas maneras monteverdianas, igual que la francesa Amaya Domínguez, mezzo de muy atractivo color, y la agilísima soprano italiana Francesca Boncompagni. No debe escaparse una mención a la inauguración, que ofrecieron los Ministriles Hispalensis ante el Ayuntamiento, y al concierto en que los miembros de More Hispano se unieron al clavecinista Guido Morini y el cantante Marco Beasley en un programa en el que se mezcló música del primer Seicento, tradicional del sur de Italia e improvisaciones varias. Una discreta Pasión según san Juan servida por Christophers al frente de la Orquesta Ciudad de Granada sirvió de clausura. Si en 2006 el Festival dio un giro completo, la edición de 2007 puede considerarse la del salto adelante. Habrá que esperar la confirmación en años venideros. Pablo J. Vayón 41 ACTUALIDAD VALLADOLID Ópera de Kazán LA RUSIA DE LA HISTORIA VALLADOLID Teatro Calderón. 13-IV-2007. Musorgski, Boris Godunov. Mikhail Kazakov. Oleg Machin, Alexandre Hurtes. Ópera de Kazán. Director musical: Renat Salavatov. Director de escena: Mikhail Pandzavidze. Aun en contra de una puesta en escena con telones pintados, un vestuario deficiente y una visión dramática caduca en el concepto y la realización o de una orquesta con déficit fundamentalmente de instrumentos de cuerda, la genialidad de esta ópera aparece de cuando en cuando. Si la versión de Rimski endulza la obra original, el drama de la voz del pueblo sometido, manipulado, deseoso de un mínimo de felicidad sigue presente, como también las ideas musicales, las novedosas armonías y la fuerza de esas dos escenas del miedo, de la soledad y, en fin, de la muerte del zar asesino que no puede superar su culpa. La Rusia de ayer y, en parte, la de hoy, se encuentran presentes en ese análisis implacable del poder y sus turbias maniobras y la opresión del pueblo. Exigir una representación de altura suficiente a un teatro de provincias en gira sería injusto, aunque pienso que un montaje imaginativo, que no necesitara de tantas imágenes pasadas y que se fijara en torno a un objeto base que permitiera una continuidad y fluidez aquí ausentes, hubiera sido oportuno. La utilización de la luz y el espacio vacío se prestan en Boris Godunov como alternativa a montajes más espectaculares. En lo musical, y aun teniendo en cuenta los cortes realizados, hubo idiomatismo. El director conoce bien la ópera y a falta de mayor profundidad la llevó con soltura y mando. La orquesta, aparte de su reducción, es aceptable y los coros adecuados en el canto y mucho menos en el movimiento escénico. En el numeroso reparto destacó Mikhail Kazakov que incorporó un Boris de buena calidad. Adecuadamente vestido tiene una sobria, y potente a la vez, presencia actoral. Voz suficiente, atractiva en el medio y segura en graves y agudos. Lo mejor de la representación fueron sus escenas individuales a las que les dio el oportuno dramatismo. Dentro del tono general discreto hay que destacar a Oleg Machin un Shuiski solapado y Alexandre Minchenkov en Pimen, personaje clave del drama. Lástima que la supresión del cuadro que cierra la obra dejara inconcluso y sin explicación suficiente la continuidad histórica, porque Boris Godunov tiene que ser visto, no como una simple crónica sino como un análisis de una sociedad que todavía, en el siglo XXI no ha encontrado su norte. Fernando Herrero El Auditorio de Valladolid inicia su andadura DOBLE INAUGURACIÓN Valladolid. Centro Cultural Miguel Delibes. 11, 12-IV-2007. Maria João Pires, piano. Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Director: Alejandro Posada. Obras de Ewazen, Lanchares, Mozart y Stravinski. P 42 or fin se inauguró el espectacular Auditorio de música de Valladolid en su sala sinfónica de 1700 plazas. El día 11, con carácter institucional, pero no oficial para invitar a políticos, gente de la cultura, funcionarios, etcétera. El día 12 para la serie habitual de abonos de la orquesta. El primero, untando inexplicable, dado que la inauguración “oficial” tendrá lugar dentro de un par de meses, el segundo, esperanzador, en cuanto abre una época importante para la música y la cultura castellano-leonesa. El complejo, que comprende, aparte de la sala grande, una de cámara, un teatro experimental, el conservatorio de música y las salas de arte dramático y danza, llega casi a lo ostentoso desde su extensión y su carácter neoclásico. Tiene buena acústica, en principio; el estrado de los músicos es un tanto limitado para los conciertos con coro y repetimos, es lastimoso que no pueda ser utilizado más que para conciertos. Los 72 millones de euros de costo total exigen una productividad cultural que no será fácil de obtener. Con acierto, fue la Orquesta Sinfónica de Castilla y León la que, dentro de la normalidad, abrió las actuaciones en el Auditorio. Habían pasado por otros locales figuras como Gardiner, Robert King y Nathalie Stutzman, que hizo una magnífica y conmovedora versión de los Ruckert Lieder de Mahler con la propia orquesta y ahora Maria João Pires, que también había actuado hace pocas semanas en el Calderón con unos bellísimos Impromptus de Schubert, sustituyó a Fazil Say interpretando el Concierto nº 9 de Mozart de forma primorosa, no exenta de profundidad, con exquisitez en los tiempos lentos y nitidez en la pulsación. Un gran detalle de la pianista portuguesa que salvó así el programa inaugural con su clase y musicalidad. La fanfarria sobre temas castellanos que se tocó en el foyer, de forma análoga a como hacen las trompas wagnerianas en Bayreuth, es obra bien hecha, sin demasiadas complicaciones y que cumple su objetivo, como por otra parte lo hace la llamada Apertura de Lanchares de densa orquestación, entre la fanfarria y el himno solemne como una llamada a los grandes acontecimientos futuros en el Auditorio. Sus doce minutos se escuchan con agrado desde el respeto a la tonalidad de la composición. La consagración de la primavera es una de las bazas de Alejandro Posada. Visión clara, bien expuesta y con precisión en sus endiablados ritmos, fue una adecuadísima obra para probar la acústica. La orquesta tocó a plena satisfacción en este su nuevo hogar artístico. Los aspectos musicales fueron, desde luego, lo más destacado de estas jornadas de apertura que no dejaron de tener sus matices polémicos. Fernando Herrero ACTUALIDAD ZAMORA / ZARAGOZA V Festival Internacional Pórtico de Semana Santa ACIERTOS DE PROGRAMACIÓN ZAMORA Iglesia de San Cipriano. Iglesia de Ntra. Señora de la Asunción de Morales del Vino. 16/25-III-2007. L’Arpeggiata, Ensemble Peregrina, Il Seminario Musicale, Ensemble Organum, Los Músicos de su Alteza, Ensemble Pierre Robert, Purcell Quartet Ensemble. Continuando con su ya tradicional Pórtico de Semana Santa y esta vez bajo el lema El Trino Lazo, los organizadores del Festival Internacional zamorano, con Alberto Martín a la cabeza, han vuelto a reunir a un selecto plantel de grupos barrocos de cinco nacionalidades —británica, alemana, francesa italiana y española— que se han dado cita del 16 al 25 de marzo en su sede habitual, la acogedora iglesia románica de San Cipriano, un marco ideal para esta tipo de actuaciones, así como en la iglesia de Nuestra Señora de Morales del Vino, donde cada año tiene lugar uno de los conciertos del festival. Figuras de primera línea internacional, como el conjunto italiano L’Arpeggiata, con Núria Rial y Lucilla Galeazzi como solistas, acompañados por el grupo vocal Bárbara Fortuna y el Ensemble que le da nombre, integrado por ocho músicos, fueron los encargados de abrir el Festival con una serie de pequeñas canciones que iban desde Monteverdi, Bertali y Palestrina a Mazzochi, Sances o Merula, que hicieron las delicias del público por su perfecta afinación y empaste en la que ha sido la edición más equilibrada de las cinco celebradas. La asistencia de público, como cada año, al completo, en uno de los marcos más emblemáticos de la ciudad cuya sonoridad es perfecta para estas celebraciones. Los ocho conciertos han dejado clara la vocación que desde un principio ha guiado a este Festival que es la de comunicar un mensaje musical dentro de un contexto y unos objetivos culturales y sociales concretos y han acertado plenamente. Miel y leche fue la propuesta que el grupo Ensemble Peregrina brindó, en uno de los más sugerentes recorridos por la música mariana a través de los manuscritos del siglo XII. Integrado por tres voces solistas y haciéndose acompañar por el arpa, el grupo basiliensis acercó un poco más al pueblo esa música que raras veces tenemos el privilegio de poder disfrutar. Impactante fue igualmente Il Seminario Musicale con Gérard Lesne en lo vocal y en la dirección, al poner en atril dos obras de indudable carisma para estas fechas como fueron los dos Nisi Dominus de Scarlatti y Vivaldi, respectivamente, a cual más hermoso, con lucimiento especial para el director cuya impostada y redonda voz de contratenor fue el puntal decisivo para hacer aún más atractivas estas difíciles y sugerentes obras. Los Músicos de su Alteza, en una producción del Festival, reconstruyeron una función de cuarenta horas de la Zamora del siglo XVII, en donde villancicos y escenografía barroca se alternaron en una suerte de combinación visual y voces, de fuerte raigambre autóctona. La muy esperada música de los Templarios, a cargo del Ensemble Organum bajo la dirección de Marcel Pérès, tuvo mucho de sorpresa y escasa diversidad, resultando monótona en algunos momentos de su larga exposición. Las Meditaciones para la Cuaresma de Charpentier fue la propuesta espléndida de uno de los grupos franceses más sólidos del momento el Ensemble Pierre Robert, magníficamente conjuntado y en el que por vez primera la tiorba jugó un papel preponderante a lo largo de todo el concierto. Cerró esta excelente edición el Purcell Quartet Ensemble con las voces de disco del contratenor Michael Chance, el tenor Thomas Walter, el bajo Peter Harvey y la soprano Emma Kirkby, que repitió edición en dos misas luteranas de Bach de reclinatorio, la BWV 235 y 236. Apoyándose especialmente en la transparente voz de la Kirkby, cuya exquisita dicción y expresividad son siempre ponderadas, se unió la de Michael Chance un contratenor de los de antes por vocalidad, fraseo y dicción, junto a tenor y barítono, para hacer de esta dos Misas un festín Bach de auténtico lujo. De nuevo un acierto programático. Miguel Ángel Nepomuceno XIII Temporada de Grandes Conciertos de Primavera LA PIEDRA DE TOQUE ZARAGOZA Auditorio. 15-IV-2007. Wiener Staatsoper. Director: Philippe Auguin. Strauss, Salomé (versión de concierto). Si el ciclo primaveral va de dulce, cuajado de conciertos excelentes y algunos insuperables (Boulez-Intercontemporain, Noseda-CadaquésCastilla y León), Salomé se auguraba piedra de toque, quién sabe si cumbre o fiasco. Por no percibirse la práctica identidad entre la Wiener Philharmoniker y la orquesta de la Wiener Staatsoper, o porque Salomé aún asusta, o por temer algunos un bolo, el debut de los vieneses no agotó —por poco— el papel. Craso, crasísimo error que a los desconfiados impidió gozar de una centuria a la altura de su prestigio, un director más avezado que célebre, y un equipo vocal de lujo (elenco completo, sin doblete alguno en los papeles secundarios) en que destacaron la frescura de Merbeth/Salomé, la fuerza de Stensvold/Jokanaan, y sobre todo cómo Roider/Herodes y Vermillion/Herodías, auténticos cantantes/actores, hicieron visible la tragedia de un hombre de principios, aunque débil, desquiciado por una esposa venenosa y una hija amoral. Al igual que se perdieron conocer una partitura que todavía deja estupefacto por osadía, belleza, suntuosidad, novedad de recursos e intensidad expresiva. El maestro Auguin, toda una sorpresa, trabó sin grie- tas los contrapuestos elementos de la ópera: lo sublime y lo espantoso, lo voluptuoso y lo salvaje, la batahola horripilante y el silencio tétrico, logrando lo esperable —o sea lo mejor— de una orquesta tan capaz de mantener el terciopelo incluso tutta forza como de transmitir una tensión casi feroz en el pianísimo más sutil. Ovación de gala y general. Antonio Lasierra 43 ACTUALIDAD INTERNACIONAL 44 Diez días, diez óperas ARTE Y VIGOR Richard Strauss y Dresde, diez óperas del maestro, la mitad de ellas en el lugar de su estreno, la Semperoper, con lo que la ciudad se convierte en centro de atracción para aficionados de todo el mundo. A Dresde le sienta bien, aunque al principio las representaciones de obras tan raramente escenificadas como La mujer sin sombra y Día de paz provoquen una respuesta contenida. Se rompió el silencio tras siete años, él éxito de la reposición fracasa exclusivamente a causa del mediano reparto en papeles tan esenciales como el de Henry Morosus con Oliver Ringelhahn o el de Aminta con la presencia y el canto de la insignificante Ofelia Sala. La redonda y entusiasta actuación de Kurt Rydl como Sir Morosus es tan incapaz de salvar la agitada puesta en escena de Marco Arturo Marelli de 1998 como la enérgica dirección de Peter Schneider al frente de la Staatskapelle. La puesta en escena de Día de paz de Peter Konwitschny, que ha cumplido casi doce años, causa una impresión de desorden en el ovillo de la ópera, y en el castillo al final, cuando cae el muro y siguen resucitando muertos, con una visión muy frontal del arte escénico. Hans-E. Zimmer dirige con mano segura y prudente al poderoso cuerpo acústico conformado por la Staatskapelle, el coro reforzado y un coro infantil, así como a un valiente conjunto de asediados y asediantes. Para salvar la representación, introdujo a Albert Dohmen para sustituir a Hartmut Welker, que había caído enfermo. Cantó el papel del Comandante, mientras Jochen Heilmann lo representaba. La interpretación de Eva Johansson como esposa del Comandante resulta indescriptible pues el volumen de su voz Alex Berger Jornadas Richard Strauss. 13/23-III-2007. DRESDE ACTUALIDAD ALEMANIA JUN MÄRKL transgrede los límites del buen canto. Arabella, la embriagada y agridulce melodía con sentimientos de opereta de 1933, última colaboración con Hugo von Hofmannstahl, tampoco consiguió transportar del todo a un estado de ánimo festivo. La Staatskapelle, con Peter Schneider en el podio, da una excelente prueba de su cultura musical cuando se trata de otorgar nobleza y carácter a los pasajes demasiado unívocos. En lugar de Adrianne Pieczonka, también enferma, cantó el papel principal Riika Hakola, de Helsinki. Una aparición espléndida, una irradiación encantadora, pero con las dimensiones de su inquieta voz de soprano que alcanza los agudos con estrechez resulta poco convincente. Muy convincente por el contrario resulta Ute Selbig en el papel de Zdenka, junto a la fuerza juvenil del tenor Oliver Ringelhahn en el papel del atractivo oficial de cazadores Matteo. Se sucedieron El amor de Danae, Salomé, La mujer sin sombra y Capriccio. El dinero no da la felicidad, tampoco es duradera la de besar la cabeza de un profeta decapitado, la venta de la propia sombra reporta tan poca felicidad como la confusión entre apariencia y esencia. Mucha infelicidad recorre las óperas de Strauss. Gran feli- cidad para los adeptos, que la séptima noche llenan, fieles y entusiastas, el teatro de ópera para asistir a la representación de Capriccio. Bajo la dirección de Peter Schneider se hace auténtica música. En el conjunto de cantantes, Anke Vondung, que se expresa de forma encantadora como Clairon, y Soile Isokoski como la Condesa triunfan en la competición por la relación entre palabra y música. Seguidas por la clara dicción de Olaf Bär como hermano de la Condesa, y Wookyung Kim como esforzado tenor italiano. Hay que hablar de una luminosa representación de la tardía El amor de Danae. En 2005, Günter Krämer transportó de Salzburgo a Dresde su humorística visión de la “alegre mitología en tres actos”. Johannes Fritsch dirige la sublime broma, en la que al final el amor brilla más que el oro. Él se encarga de que la velada resulte fluida, la tensión musical se mantenga hasta el final, realzando las múltiples y bellas filigranas de la partitura. A continuación, gran fracaso de Salomé. Eva Johansson canta el papel de Marquita. Una soprano dramática anticuada con tonos forzados. Alan Titus, un poco tieso en el papel del profeta pero muy pasable en lo lírico, se deja cortar la cabeza como estaba anunciado. La ACTUALIDAD ALEMANIA mujer sin sombra es una de las partituras más coloridas, con pasajes reservados sólo a la orquesta. ¡Atención, peligro de adicción! ¡Toca la Staatskapelle! Con Marc Albrecht nos hallamos frente a un director que jamás confunde la sonoridad con el ruido, que jamás confunde la dulzura, como variante de la Naturaleza y de la sensibilidad, con sentimentalismo como producto de la artificiosidad previsible y que, sobre todo, sabe siempre resaltar, con energía y de manera inflexible, la medida de lo humano en este complejo poema sonoro. La fiesta musical termina con tres representaciones fulminantes. La última noche, todos se entregan por entero una vez más al éxtasis musical de El caballero de la rosa y nos deparan un final feliz. Suntuosa la fuerza melódica, delicadas tonalidades, pasajes compactos, caricaturescos y burlescos y escenas de conjunto de indisoluble trenzado de personajes que abarcan desde lo elegante a lo picante. ¡Ésta es su ópera! Así que las señoras y señores de la Staatskapelle, bajo la dirección de Jun Märkl, interpretan una música totalmente terrena con celestial belleza. La ronda final empezó con Ariadna en Naxos, la obra más refulgente y llena de matices de Richard Strauss y Hugo von Hofmannstahl. Si la dirección escénica de Marco Arturo Marelli no les exigiera cosas tan bobas, los caballeros y damas del conjunto de Dresde podrían resultar divinos en sus cómicos papeles de la Commedia dell’arte. Desde el punto de vista melódico, Christoph Pohl, Gerald Hupach, André Eckert y Timothy Oliver procuraron muchos momentos inolvidables. Entre ambas alegres piezas, se produjeron ciento cinco minutos de alta tensión con Elektra. Con un montaje de Ruth Berghaus de veintiún años atrás, también la representación número 77 alimenta la esperanza de poder revivir mucho tiempo más esta tra- gedia sobre el poder, cuyas cascadas sonoras rayan el límite de lo soportable. Peter Schneider dirige a la Staatskapelle y un extraordinario conjunto de cantantes con protagonistas tan sobresalientes como Nancy Gustafson como Crysotemis, Renate Behle como Clitemnestra y, sobre todo, Gabriele Schnaut en el papel principal, que desarrolla un furor de soprano dramática en permanente tensión y una ininterrumpida plenitud sonora. ¿Resultado? La estrella en Dresde es la orquesta, el conjunto es un fundamento seguro. Boris Michael Gruhl Monos de imitación ALEGRÍA HORTERA BERLÍN Mathias Horn Deutsche Oper. 24-III-2007. Weber, Der Freischütz. Michaela Kaune, Cécile de Bover, Will Hartmann, Reinhard Hagen. Director musical: Renato Palumbo. Director de escena: Alexander von Pfeil. El director de escena Alexander von Pfeil y su escenógrafo Bernd Damovsky convirtieron el misterioso, angustioso y amenazante bosque de El cazador furtivo en un desierto espacio iluminado por neón multicolor cambiante, con aire de salón de baile de barrio, en cuyas paredes colgaban cornamentas, dianas de tiro al blanco, crucifijos y retratos de chicas sexy; y del techo, esferas estroboscópicas y luminarias. Sobre el piso: muebles rodantes, un acuario, jaulas con pajaritos, en fin: los emblemas del venido a más. El vestuario de Caritas de Witt, horrible evocación de los años sesenta, envolvía a personajes que trotaban con alcohólica vulgaridad. Su conducta desesperada llevó a los protagonistas, casi siempre, a la rampa. Para colmo, sobre los horteras sofás unos monos hacían monerías que los humanos imitaban, hasta que la herida final de Kaspar dio lugar al vampirismo. Agathe cantó su aria entre cajas de zapatos mientras bailaba una pareja lesbiana y Will Hartmann en El cazador furtivo de Weber en la Deutsche Oper de Berlín desfilaba un batallón de cocineros. Al final, monos incluidos, todos brindaron con champán. Renato Palumbo intentó conducir una desencuadrada Orquesta de la Ópera Alemana, con unas trompas estentóreas y unos tiempos o bien lerdos o bien atropellados. En el coro de hombres, la improvisación mereció bufidos y su conductor Ulrich Paetzholdt no salió a saludar. La soprano Michaela Kaune cantó su Agathe con una voz deslumbrante, un lirismo melancólico y una íntima espiritualidad unidos a una dicción natural y perfecta. Cécile de Bover sacó a Äanchen de la tradición soubrette y la trató como enérgica y lírica. Will Hartmann pasó del repertorio mozartiano a encarnar a Max con timbre simpático al que dañó lo forzado de la puesta, sobre todo en el agudo. Reinhard Hagen hizo su Kaspar con voz tenebrosa y demoníaca, contrastada con la palidez de su aspecto. Sólidas prestaciones aportaron los demás del elenco, incluidas las dos doncellas de voces temblorosas. Bernd Hoppe 45 ACTUALIDAD ALEMANIA / ARGENTINA Un acontecimiento ¿SALVACIÓN GARANTIZADA? MÚNICH Bayerische Staatooper. 1-IV-2004. Wagner, Parsifal. Nicolai Schukoff, John Tomlinson, Luana DeVol, Martin Ganter. Director musical: Kent Nagano. Director de escena: Peter Konwitschny. ¿Qué sentido tiene poner en escena a los clásicos? ¿Para qué el Parsifal? Este Parsifal del director de escena Konwitschny ya carga con más de diez años a sus espaldas y no cansa nada, ni resulta pesado o insignificante. Konwitschny, uno de los mayores pensadores y provocadores del momento, ha aportado empuje al mundo de Parsifal. ¿Qué ocurre en su leyenda de Parsifal? El nuevo papa Benedicto marca una época que choca frontalmente con las ideas que sobre la santidad pudiera tener Richard Wagner. Eso es lo que resulta actual en la visión de Konwitschny sobre Parsifal. En este montaje se producen efectos de irrealidad con la paloma, el grial y la “salvación del salvador”. En el primer acto, Kundry apa- rece vestida de mujer de la limpieza y sombrero de ala ancha sobre un caballo de madera —Grane?— frente a los caballeros del Grial. En un tronco blanco, que se eleva desmesuradamente grande, ocupa aquí la mundana su lugar, vive Kundry. Vestida como una virgen con una paloma blanca. En una impresionante aparición junto a Klingsor se convierte en la seductora de Kundry en un traje de noche negro y rojo. Aquí se pone de manifiesto la imagen femenina que tienen los católicos, su culto a la virgen, su falsa conciencia de una pecadora. La paloma blanca se convierte en una farsa. Se plantean entonces nuevas metáforas sobre la paz, la paz de espíritu para los hombres a través de la salvación por el salvador. El telón cerrado del Parsifal está compuesto por papelitos blancos. Éstos llevan escrito en distintos idiomas “Salvación al salvador”. Al final de la fiesta de la consagración, revolotea desde el cielo al suelo un pedazo de papel sobre el que se ha dibujado una paloma. El papel es paciente. Lo escenificado nunca. Alabado sea Dios. El héroe sin límites de esta espléndida noche fue el nuevo Parsifal. Nicolai Schukoff tiene un fresco carisma varonil. Su poderoso y sin embargo flexible timbre encarna a un Parsifal lleno de vida y capaz de transformarse. Hacía tiempo que faltaba un talento interpretativo y una presencia escénica como la suya en el firmamento wagneriano. Grandioso. Por el contrario, sólo el Gurnemanz de John Tomlinson mostró una grandeza a la misma altura. Con una pasión intensa y profundamente sentida desgranó largos fragmentos de su narración. Lamentablemente, la Kundry de Luana DeVol manifestó esfuerzo y agotamiento. Nada de mujer fatal, sin mordedura ni presencia. Lástima. El Amfortas de Martin Ganter consiguió sonar armonioso, aunque no fuera sobresaliente. En Klingsor se echaron de menos agudeza y dolor. Soberbios los coros del caballero del Grial estudiado por Andrés Maspero. Pocas veces suena tan homogéneo. Kent Nagano consiguió dibujar un fresco de Parsifal afinado, lleno de filigranas y vivo pese a algunos deslices musicales. Un acontecimiento impresionante en Múnich, que fue recompensado con muchos aplausos. Barbara Röder El Colón traslada sus representaciones UN WOZZECK MUY LOCALISTA BUENOS AIRES Teatro Coliseo. 31-III-2007. Berg, Wozzeck. Luciano Garay, Alejandra Malvino, Fernando Chalabe, Ricardo Cassinelli, Gustavo Gibert, Eduardo Ayas, Vera Cirkovic. Director musical: Stefan Lano. Director de escena: Marcelo Lombardero 46 Se inició esta nueva — aunque atípica— temporada del Colón, la número 99 de su dilatada historia. Durante 2007 y debido a los trabajos que se llevan a cabo en sus instalaciones, los títulos operísticos se ofrecerán en otra sala, escogida por su aforo y por contar con un foso orquestal de adecuadas dimensiones, que permite albergar con holgura una orquesta bien nutrida, como la que exige esta obra. Orquesta que tuvo un lucido desempeño bajo la experta batuta del estadounidense Stefan Lano, muy afín a este tipo de repertorio. Algunos tiempos algo morosos —que en él son habituales— no afectaron para nada el magnifico nivel obtenido, en el que resaltaron el ajuste, brillo y la pujanza sonora. Tanto la puesta en escena como el elenco tuvieron un marcado carácter vernáculo. Era un verdadero desafío el que, por primera vez aquí, todos los roles de la compleja partitura estuvieran a cargo de voces rioplatenses y los resultados fueron dignos del mayor de los elogios. Dentro de un plano de jerarquía, destacaron Alejandra Malvino, componiendo una sugerente y bien delineada Marie; Ricardo Cassinelli, que con su habitual histrionismo dio gran realce escénico al Capitán —aunque a veces con tendencia a un canto algo estentóreo— así como Gustavo Gibert, eficiente y dúctil como Doctor. Luciano Garay encarnó con habilidad actoral al protagonista, pero su voz, bien timbrada y grata, resultó, por momentos, algo escasa en volumen y proyección. Marcelo Lombardero, Director Artístico del Colón, fue el encargado de montar este primer título (que se ofreció de forma continuada, sin intervalos entre sus tres actos) un poco con el sentido de explorar las posibilidades de este nuevo emplazamiento y poder servir de guía a los que le seguirán en esa tarea. Sobre una escenografía escueta y simple, empleó proyecciones, con claras y explícitas referencias a barrios marginales de nuestra ciudad (las conocidas como “villas miseria”) logrando una ambientación que tendió más al realismo que al expresionismo que emanan tanto de la partitura como del texto. Lombardero, que siempre ha mostrado especial identificación con la música del Siglo XX, configuró un trabajo sólido, intenso, de ritmo casicinematográfico y se permitió algunas licencias, en especial en la escena final, eliminando el caballito de madera con el que debería jugar el niño o incluyendo en ella al Capitán y al Doctor. Carlos Singer ACTUALIDAD AUSTRIA Montserrat Caballé hace un gracioso cameo LA DUQUESA SE DIVIERTE Staatsoper. 1-IV-2007. Donizetti, La fille du régiment. Natalie Dessay, Juan Diego Flórez, Carlos Álvarez, Montserrat Caballé, Janina Baechle. Director musical: Yves Abel. Director de escena y vestuario: Laurent Pelly. Decorados: Chantal Thomas. VIENA Quien en 2007 asista en Londres, Viena o Nueva York a La fille du régiment, verá el mismo montaje, una coproducción que viajará en el mencionado orden de un teatro a otro. Laurent Pelly ha trasladado la acción desde la época napoleónica a la Primera Guerra Mundial, lo cual no hace la obra más plausible. Cuando el público vienés, después de sesenta años, ha vuelto a confrontarse con la primera ópera francesa de Donizetti (1840), se encuentra con una Marie que es presentada como una niña patológicamente hiperactiva, con trenzas a lo Pippi Calzaslargas, un Tonio con pantalones de cuero como salido de una tienda de souvenirs para turistas y una sociedad aristocrática que nos recuerda a los zombis de El baile de los vampiros de Roman Polanski. Para evitar el peligro del patriotismo y la nostalgia de la guerra, el director de escena ha decidido ver la pieza con ironía y acentuarla de manera grotesca, lo que culmina con la entrada de un panzer con el que Tonio quiere liberar a Marie. Como las mayoritariamente entusiastas reacciones en Londres y Viena han demostrado, esto parece funcionar. Sobre todo en aquéllos que no conocen la obra. Natalie Dessay canta el papel titular con su gran virtuosismo y su pequeña voz, con escasos matices y tendencia a endurecerse en el agudo. No podemos pensar en comparaciones con una Sutherland o una Freni, máxime cuando Dessay se declara a sí misma como “una actriz que también canta“. Juan Diego Flórez hace un Tonio torpón, si bien canta con gran seguridad en la zona superior y resulta per- Natalie Dessay y Carlos Álvarez fecto, Carlos Álvarez es un simpático y bronco Sulpice, seguro en lo vocal y en el estilo, Janina Baechle una deliciosa Marquesa de Berkenfield y Montserrat Caballé —que en 2006 celebró sus cincuenta años en escena— interpretó el personaje hablado de la Duquesa de Crakentorp. La soprano catalana no sólo ha encontrado un papel hablado en el que puede alternar frases en francés y alemán llenas de autoironía (como “He cancelado a menudo” —en referencia a la fiesta del acto II), sino que también puede introducir la canción popular suiza G’schätzeli, que solía ofrecer a modo de encantadora propina en sus recitales. Personalidad, experiencia, humor y presencia escénica ayudan a la gran artista, que el 12 de abril celebrará su 74 cumpleaños sobre las tablas con este papel, por encima de pequeñas e inevitables debilidades canoras. El Coro y la Orquesta de la Staatsoper estuvieron bien preparados y actuaron con verdaderas ganas, bajo la batuta segura y un tanto rutinaria de Yves Abel, que en los números lentos mostró una cierta tendencia a ralentizar los tempi. Christian Springer 47 ACTUALIDAD AUSTRIA René Jacobs dirige un montaje de Giulio Cesare de Loy HAENDEL PSICOLÓGICO Wilfried Hösl Viena. Theater an der Wien. 4-IV-2007. Haendel, Giulio Cesare in Egitto. Marijana Mijanovic, Veronica Cangemi, Kristina Hammarström, Malena Ernman, Christophe Dumaux, Nicolas Rivenq. Orquesta Barroca de Friburgo. Director musical: René Jacobs. Director de escena: Christof Loy. Decorados: Johannes Leiacker. Vestuario: Judith Weihrauch. Marijana Mijanovic y Veronica Cangemi en Giulio Cesare in Egitto E 48 l montaje de Christof Loy es una producción para connaiseurs. El que espere mágicos efectos escénicos quedará decepcionado. Johannes Leiacker ha creado un cubo giratorio en el que los cantantes aparecen vestidos con trajes de calle de nuestros días. Los cambios de decorado, reducidos al mínimo, producen sin embargo imágenes frecuentemente poderosas, que reflejan diferentes estados de ánimo. El movimiento está limitado a unos pocos gestos, a veces al borde del estatismo, con el fin de acentuar los sentidos del público hacia lo más importante: las emociones producidas por los compases de Haendel. Incluso en el discurso musical ha influido la dirección de escena, lo cual quedó puesto de relieve especialmente en el personaje de Achilla (Nicolas Rivenq), que cantó su papel de una manera bastante uniforme, ataviado con su pálido uniforme de funcionario gris. Pero, cuando es vencido por la ira, se desprende de su abrigo y su corbata y empieza a tirar al suelo los sillones, su voz parecía hacer retumbar la sala, en uno de los momentos más estremecedores de la representación. Cornelia (Kristina Hammarström), la viuda del asesinado Pompeo, recorrió también con mucha expresividad todos los estadios de la desesperación. Como su hijo Sesto, la estupenda Malena Ernman fue presa desde el primer momento de un descontrolado afán por vengar a su padre. El autor del crimen, Tolomeo, cantado con ágil virtuosismo por el contratenor Christophe Dumaux, reflejó la terrible ambigüedad e inmadurez del personaje. Sus ansias de poder las compartió con su hermana Cleopatra (la excelente Veronica Cangemi), deseosa tanto del trono como del amor de César, y con una gran capacidad de sufrimiento. El general romano, encarnado por Marijana Mijanovic con mucha personalidad y algún ligero problema vocal, hizo prevalecer su deber militar por encima del amor. René Jacobs dio a todo el espectáculo un grandioso envoltorio instrumental al frente de la Orquesta Barroca de Friburgo. Christian Springer ACTUALIDAD AUSTRIA Festival de Pascua UTOPÍAS AGOTADAS SALZBURGO Un dios, un hombre que se ha entregado de todo corazón al poder. Que se ata mediante pactos, que pierde su libertad, ¿acaso el hombre moderno la ha poseído jamás? Está condenado a perseguir la codicia, el dinero, el poder y se convierte en sirviente. La pregunta de Adorno en torno a la actualidad de Wagner se plantea siempre que una nueva puesta en escena del Anillo brilla en el firmamento wagneriano. ¿Conduce una visión fresca y actual del material antiguo y siempre vigente sobre el poder y el abuso del mismo, sobre el amor y su traición a una nueva escucha? ¿Hará estallar Rattle con su interpretación los “núcleos del tiempo”? El montaje escénico de Stéphane Braunschweig recuerda a la caja blanca de un teatro de marionetas. Blancas son las tres paredes que se ven al principio del mundo sugerido, que se ven al principio y al final del Oro del Rin. Con el sonoro mi bemol al inicio del drama, las paredes se colorean. El Rin estalla en espuma, bor- E. Carecchio Grosses Festpielhaus. 31-III-2007. Wagner, Das Rheingold. Willard White, Robert Gambill, Dale Duesing, Annette Dasch, Filarmónica de Berlín. Director musical: Simon Rattle. Director de escena: Stéphane Braunschweig. botea y remolinea en la caja verde. Las paredes empiezan a respirar. El origen primigenio surge del foso de la orquesta. Rattle deja fluir la música. Con un sonido plástico y claramente estructurado se eleva el sonido de las trompas, los chelos van ensartando una nota con otra como si de perlas se tratara. Los filarmónicos berlineses de Rattle emiten un sonido depurado y con una musicalidad camerística. La visión de Braunschweig resulta muy auténtica cuando muestra imágenes abstractas, reducidas. Su mundo está en abierta oposición al mundo sonoro lleno de utopía de Simon Rattle. El vacío, la nada y poderosas fuerzas de la naturaleza rode- an a los dioses. Envueltos en el destino son lanzados a los acontecimientos del mundo, convertidos en marionetas. Las figuras de Braunschweig están condenadas a reaccionar, no a actuar. A pesar de esta visión existencialista, frugal, se requieren personalidades canoras potentes, capaces de expresar musicalmente la desesperanza. La figura de Wotan de Sir Willard White resulta más bien mansa y poco carismática en comparación con otros héroes poderosamente quebrados. También el Loge de Robert Gambill podría haber sido más perverso, fogoso y potente. El papel de Alberich representado y cantado por Dale Duesing resultó bien, aunque en algún momento le faltó algo de empuje. Todavía tiene que aprender a mostrar la maldad. Su hermano Mime, excelentemente representado por Burkhard Ulrich, permite albergar muchas esperanzas. Un acierto resultó la poco flexible Freia de Annette Dasch. Se impuso con facilidad en cada matiz sobre el sonido de la Filarmónica de Berlín. En resumen, este Oro del Rin procedente de Salzburgo no nos lleva realmente a un mundo nuevo y feliz. En esta producción, la esperanza se ha consumido. Nada, absolutamente nada nos reconcilia con el mundo. Con toda seguridad se desdoblaron en este Oro del Rin visiones sonoras y visuales que celebran el colorido de la nada como nunca se había vivido hasta ahora. Ambos visionarios han llegado a la actualidad. Mañana se enfrentarán a otra realidad. “El ser humano es súbdito del cambio”, para decirlo con palabras de Wagner. Una gran velada. Barbara Röder Alessandrini dirige un oratorio olvidado de Alessandro Scarlatti RECUPERACIÓN FALLIDA BRUSELAS Théâtre National. 29-III-2007. A. Scarlatti, La Vergine dei dolori. Sara Mingardo, Anna Simboli, Romina Basso, Daniele Zanfardino. Les Agrémens. Director musical: Rinaldo Alessandrini. Directora de escena: Ingrid von Wantoch Relowski. En realidad, La Vergine dei dolori es una representación escenificada de La Vergine addolorata, un oratorio para cuatro voces, cuerdas, flauta, oboe, trombón y bajo continuo, escrito por Alessandro Scarlatti con un libreto atribuido a Andres di Luna d’Aragona. Scarlatti cuenta la historia en una serie de arias y recitativos. No hay narrador ni coro y poco impacto dramáti- co. Así que la pregunta es por qué se ha puesto en escena este oratorio que ni siquiera tiene una música especialmente interesante. Rinaldo Alessandrini mostró su fe en la partitura al revisarla y luego eligió, con gran convencimiento, una orquesta de instrumentos originales, Les Agrémens, para interpretarla. Sara Mingardo (María), Anna Simboli (San Juan), Romina Basso (Nicodemo) y Daniele Zanfardino (Onia) cantaron con claras voces, mucho estilo e hicieron una acertada interpretación. Sara Mingardo fue especialmente expresiva como la dolida y afligida María pero en conjunto la representación carecía de emoción y no consiguió retener el interés del público. Eso fue en gran parte culpa de la puesta en escena de Ingrid von Wantoch Relowski. Colocó a los cuatro cantantes, vestidos con modernos trajes oscuros (ves- tuario de Christophe Pidré) en una pequeño y vacío escenario donde casi el único movimiento de cada cual consistió en subir torpemente unos cuantos peldaños (decorados de Nicola Rubertelli). Además, a veces los movimientos que hacían eran ridículos. Ya que no hubo ni acción y ni tampoco sobretítulos para orientarse un poco, todo resultó aburrido. Erna Metdepenninghen 49 ACTUALIDAD ESTADOS UNIDOS / FRANCIA La nueva Deborah Voigt LA BELLA EN EGIPTO NUEVA YORK Cualquier aficionado a las óperas de Richard Strauss estará muy agradecido al Met por su nueva producción de Die ägyptische Helena —la primera reposición en ochenta años y una rareza incluso en Viena y Múnich. La ópera realmente no arranca hasta el final del primer acto, con la reaparición de Helena —“Prepárate”— advierte Aithra, la hechicera, a un drogado Menelao y después de cincuenta pacientes minutos se escucha por fin música de primera de Strauss. Pero incluso con ella se intuye que el compositor disfrutó más con su bruja que con su heroína, posiblemente porque podía imaginarla como quisiera, libre de las cargas que pesaban sobre Helena en la forma de su verdadera creadora —la exasperante, temperamental y venal Maria Jeritza. Diana Damrau en el papel de Aithra fue toda una profesional —esta maravillosa cantante ilumina cualquier escenario e incluso en aquellos momentos en que su voz no estuvo perfecta, dominó la partitura tan fácilmente como el proscenio. Wolfgang Brendel y Garrett Sorenson estuvieron excelentes como el beligerante pretendiente y su hijo, al igual que Jill Grove como el Omnisciente Mejillón y Michael Hendrich mostró bonita voz pero no demasiada resistencia. La puesta en escena del Met, un estudio expresionista en azul, con un Poseidón (el hombre en la vida de Aithra) que lleva una cartera, era obra de David Fielding y fue demasiado pequeña Ken Howard Metropolitan Opera. 19-III-2007. Strauss, Die ägyptische Helena. Deborah Voigt, Diana Damrau, Michael Hendrick, Wolfgang Brendel. Director musical: Fabio Luisi. Director de escena y escenografía: David Fielding. Escena de Helena egipciaca de Strauss para las grandes dimensiones del Met. Fabio Luisi guió a todos con simpatía y decisión, y la orquesta respondió gloriosamente. ¿Y qué se puede decir de Helena misma? Ver a Deborah Voigt en un escenario después de su operación y la pérdida de muchos kilos, sigue impresionando. Tiene un aspecto físico maravilloso, ojalá se pudiera decir lo mismo de su voz. Salvo al cantar unas cuantas notas agudas, su voz ha perdido el brillo de antaño. El timbre es de una jovencita y el vibrato, algo molesto. El Met pregonó mucho el hecho de que Voigt cantara la joya de la ópera, Zweite Brautnach, en la versión integra con su do de pecho intacto, cosa que no hizo la primera Helena de la compañía, Jeritza. Lo hizo bastante bien pero queda mucho mejor en disco. Patrick Dillon Hiperrrealismo obrero HIMNO A LA PARISINA PARÍS Opéra Bastille. 27-III-2007. Charpentier, Louise. Mireille Delunsch, Jane Henschel, Paul Groves, José van Dam, Anne Salvan, René Schirrer. Orquesta y Coros de la Ópera Nacional de París. Director musical: Sylvain Cambreling. Director de escena: André Engel. Decorados: Nicky Rieti. Vestuario: Chantal de La Coste Messelière. 50 Estrenada el 2 de febrero de 1900 en la Ópera Cómica de París donde sobrepasó las mil representaciones, Louise, contemporánea de Pelléas et Mélisande, fue considerada en su tiempo como un logro más significativo que la obra de Debussy, sobre todo por Mahler y Richard Strauss. Se comprende fácilmente lo que pudo seducirles, pues en ella se encuentran reminiscencias wagnerianas y arrebatos puccinianos, especialmente en la orquestación, que deja escuchar también las atmósferas y los sonidos típicos de los suburbios de París en la época de las modistillas. La obra, sin embargo, resultó polémica a raíz de su estreno. La acción se desarrolla en los medios obreros del cambio de siglo, defiende tesis anarquistas y elogia el amor libre y el deseo femenino, glorificando a París como ciudad-luz y capital de la bohemia. Firmado por el compositor, el texto ha envejecido y apenas suscita interés, sobre todo en los dos primeros actos. La puesta en escena de André Engel es un modelo de dirección de actores, animación de masas y emoción. La acción, trasladada a 1930, se presta muy bien a los decorados hiperrealistas y monumentales (edificio, tejados, estación de metro, apartamento, taller de costura) de Nicky Rieti, escenógrafo del director de escena alsaciano con el que ha firmado memorables producciones en la Ópera de París como Lady Macbeth de Mtsensk de Shostakovich, Cardillac de Hindemith o K… de Manoury, de la que se identifica algún elemento como la sala de fiestas en el segundo cuadro del tercer acto. Familiarizado con Louise, que grabó en 1985 junto a Felicity Lott, Sylvain Cambreling no consigue, en un principio, trascender la partitura, que se estanca sin ningún relieve en los dos actos iniciales, pero le imprime aliento y vivacidad tan pronto como el telón se alza sobre el tercer acto para llevarla a la incandescencia en la escena de la coronación de la Musa de Montmartre, con una orquesta rebosante de color y sensualidad. Mireille Delunsch encarna una Louise zalamera y espontánea, un punto nostálgica, pero la voz se estrecha en el agudo, lo que reduce el placer en su famosa aria Depuis le jour. Paul Groves es un Julien de excelente estilo y Jane Henschel emplea su voz cálida y sombría con una generosidad que realza al siniestro personaje de la madre. Pero el más impresionante es José van Dam, padre excesivo y de asombrosa autenticidad, cuya derrota final clausura el espectáculo de forma apoteósica. Bruno Serrou ACTUALIDAD FRANCIA Estreno mundial NATURALEZA DE LUIS DE PABLO París. Salle Pleyel. 29-III-2007. Itxaro Mentxaka, mezzo. Orquesta de París. Director: Josep Pons. De Pablo, Natura; obras de Stravinski y Falla. E nfrentado a dos grandes ballets nacidos por iniciativa de Diaghilev a comienzos del siglo XX, Petruchka (1911) de Stravinski y El sombrero de tres picos (1919) de Falla, Natura (2006) de Luis de Pablo expone a la vez la filiación del compositor vasco —que, como sus mayores, apela a Debussy— y su personalidad, con esas originales aleaciones de timbres que reflejan la ciencia del autor en materia instrumental y melódica. “Encontramos aquí —recuerda De Pablo— una cita de una canción popular de la provincia de Segovia, La navaja de Guillermo. El título procede de un refrán de la soldadesca española del siglo XVI, ‘España, mi natura; Italia, mi ventura; Flandes, mi sepultura’. He sido muy feliz en Lille, capital del Flandes francés donde me siento un poco como en mi casa, soy miembro de la Academia de Bellas Artes de Bélgica y voy a menudo a Italia. La palabra Natura tiene también una connotación menos confesable, pues designaba en el siglo XV el sexo masculino”. En esta partitura de un cuarto de hora de duración, fruto de un encargo de la Orquesta de París y el Festival de Granada al más parisino de los compositores españoles vivos, sólo ha de lamentarse que las ideas no estén más desarrolladas. Los efectivos de la obra, dignos de los “fastos de Diaghilev” (De Pablo) —maderas y metales a cuatro, dos arpas, piano, y figuras rítmicas cortantes. Josep Pons privilegia los aspectos colorista y armónico en detrimento del impulso rítmico. Pero el placer de escuchar a los músicos, que rivalizan en texturas más suaves y redondeadas desde su regreso a la sala Pleyel (en especial los vientos), compensa las carencias que el director catalán instila en las alianzas tímbricas fauves, por sus tiempos demasiado retenidos y rígidos, lo que redundó en perjuicio de Petruchka, bien es cierto que ofrecida en su versión de 1947, más sinfónica que dramática. En comparación, El sombrero, trepidante y sonoro a pedir de boca, resultó superior. tres percusionistas y cuerdas—, si bien permiten el despliegue de colores centelleantes, dan la impresión de líneas algo borrosas pese a las sutiles transiciones. ¿Será responsabilidad del director…? Particularmente mimados por la rica orquestación de De Pablo, que les empujó a dar lo mejor de sí mismos, los músicos de la Orquesta de París pudieron magnificar libremente sus sonoridades y su virtuosismo, tanto individual como colectivamente, en las dos partituras escritas para los Ballets Russes. Su identidad de escritura, derivada del principio de montaje que incita a la ruptura en planos secuencias, hace difícil la unidad del discurso, abundante en colores crudos Bruno Serrou Un Wagner juicioso REGRESO A TOULOUSE DE TRISTÁN E ISOLDA Para este regreso de Tritán a Toulouse, Andreas Reinhardt ha concebido una escenografía juiciosa. El decorado del primer acto evoluciona sobre un pavimento dividido en tres triángulos independientes cuyo movimiento evoca una majerada, teniendo como fondo una evocación de un cielo que parece provenir de Caspar David Friedrich. Pero las luces monocromas y el efecto hipnótico del balanceo tienden a edulcorar la intensidad del drama. Los dos últimos actos son tradicionales y prudentes, a excepción de las gafas de sol que luce Brangania bajo una estrellada bóveda nocturna y el esbozo de una atracción más o menos sáfica entre ella e Isolda. ¿Y por qué, una vez más, Marke y Melot con uniformes de oficiales de marina, demasiado vistos últimamente…? El acto final está muy conseguido, la agonía de Tristán y la amistad sin fisuras de su vasallo Kurwenal inspiran una dirección de actores que fluye con naturalidad. Janice Baird tiene todo para ser Isolda y se entrega sin restricciones. Pese a una ligera falta de estabilidad en la voz, la soprano se impone por la calidez de su timbre, notable proyección de los agudos y resplandeciente presencia. El Tristán de Alan Woodrow está perfectamente en fase con su pareja, su dicción sin tacha y claridad vocal aseguran una línea de canto inalterable. Menos Patrice Nin TOULOUSE Théâtre du Capitole. 18-III-2007. Wagner, Tristan und Isolde. Alan Woodrow, Kurt Rydl, Janice Baird, Oliver Zwarg, Christer Bladin, Janine Baechle. Coro y Orquesta Nacional del Capitolio. Director musical: Pinchas Steinberg. Director de escena: Nicolas Joël. Decorados y vestuario: Andreas Reinhardt. Janice Baird y Alan Woodrow vigoroso que Isolda en el segundo acto, realiza un tercero excepcional, literalmen- te poseído por el deseo inextinguible de Tristán. Como clemente Rey Marke sobresale Kurt Rydl, de timbre broncíneo, demasiado poderoso quizá. La Brangania de Janine Baechle es sólida; su canto ardiente no puede, sin embargo, compensar un exceso de vibrato. El Kurwenal de Oliver Zwarg es creíble pero sin brillo. En el foso, Pinchas Steinberg dirige con seguridad y firmeza, mostrándose más carnal y poético que de costumbre, pese a dos primeros actos demasiado prudentes. La Orquesta del Capitolio demuestra una gran homogeneidad, destacando en sus numerosos solos. Bruno Serrou 51 ACTUALIDAD GRAN BRETAÑA Programa desacostumbrado EMOCIÓN EN LA FARSA Royal Opera House. 30-III-2007. Ravel, L’heure espagnole. Puccini, Gianni Schicchi. Christine Rice, Christopher Maltman, Yann Beuron, Bryn Terfel, Elena Zilio, Joan Rodgers, Marie McLaughlin, Jeremy White. Director musical: Antonio Pappano. Director de escena: Richard Jones. LONDRES Para sentir grandes emociones no hay nada mejor que ver una nueva producción de Richard Jones. Después del éxito de su Lady Macbeth de Mtsensk, él y su equipo de escenógrafos —John Macfarlane, Nicky Gillibrand y Mimi Jordan Sherin— han vuelto al Covent Garden con una rutilante oferta doble: Ravel y Puccini. Christine Rice en el papel de Concepción encabezó un sólido reparto en L’heure espagnole, la exquisita farsa mecánica sobre un relojero y su mujer, una loca del sexo. El barítono Chris- topher Maltman, con bíceps como la copa de un pino, exudaba machismo en el papel de su forzudo amante Ramiro, con un aflautado y poético Yann Beuron como Gonzalve. La originalidad de la partitura de Ravel, con su glorioso colorido español, recibió una vida mágica gracias a la orquesta de la Royal Opera bajo la batuta de Antonio Pappano. Si hubo algo de desigualdad vocal en L’heure, Gianni Schicchi estuvo perfecta. El papel titular parecía hecho a la medida de Bryn Terfel, físicamente dominante y con una voz que se ele- vó por encima de la orquesta con una facilidad magnífica. Supo emplear lo cómico a la perfección, cada levantamiento de ceja rebosaba ingenio e intención. Estuvo astuto, patoso, divertido, listo en el momento preciso. El reparto del conjunto, que se movía con una unión bien ensayada, representó la perfecta familia infernal de los 1960, con Elena Zilio, Joan Rodgers, Marie McLaughlin y Jeremy White sobresalientes. La partitura de Puccini, casi surrealista en su anarquía, sólo se detiene un momento cuando los jóvenes amantes, el tenor alba- nés Saimir Pirgu en el papel de Rinuccio y la soprano rusa Dina Kuznetsova como Lauretta, cantan sus expansivas y sinceras arias, él a la ciudad de Florencia, y ella a su amado padre (O mio babbino caro). Siempre llega como una sorpresa nada esperada que en medio de esa locura cómica de repente uno se encuentre abrumado por la emoción. Y eso es lo que ocurrió aquí. Pappano, aunque dio rienda suelta a la expresión, mantuvo emoción y aspereza en un perfecto equilibrio. Fiona Maddocks Estreno europeo de la obra de Christos Hatzis ESTAMBUL, CONSTANTINOPLA Londres. Linbury Studio Theatre. 21-III-2007. Hatzis, Constantinople. Patricia O’Callaghan, soprano; Maryem Hassan Tollar, cantante oriental. Gryphon Trio. Directora de escena y coreografía: Marie-Josée Chartie. Diseño visual: Jacques Collin y Lionel Arnoud. Iluminación: Bernard White. Vestuario: Heather Macrimmon. Diseño de sonido: Anthony Crea. N 52 i Estambul, ni Constantinopla, o ambas ciudades imaginarias, ciudades imaginadas entre dos continentes, entre tres continentes, ciudad oriental para los europeos, ciudad europea para los asiáticos, ciudad soñada para los exiliados, los supervivientes, sus descendientes, y ahí las fotos (Olds Photographs) proyectadas por Jacques Collin sobre columnas de papel (y entre esas columnas, unos rinocerontes aprisionados, unos elefantes apisonados, apretados), sobre frontón de seda, sobre celosía oblicua en la trastienda, pantallas ni transparentes ni opacas, suficientemente opacas para recibir las imágenes, suficientemente transparentes para iluminar a los intérpretes, todo es doble, es triple, múltiple, todo es glauco, y todo es ambiguo, como las sonrisas de los todavía no exiliados y las miradas heri- das de los niños ennegrecidos, de las niñas de ojos claros, de los que intuyen su porvenir de exiliado, que viven su presente de futuro ex-ciudadano de su ciudad natal, y se lo quieren llevar todo, se la quieren llevar, la ciudad entera, mosaico a mosaico, su desorden, su agua bendita, las lámparas de sus iglesias y mezquitas, la belleza toda, de un gesto, de un brazo, de una mecha de pelo… y no pueden llevarse sino algunos sonidos, algunas voces, algunos recuerdos de esas voces, las de Maryem Hassan Tollar y Patricia O’Callagahn que acaban por no saber quién ha de cantar el Kyrie, quién el Eleyson, quién Ya lil ya aíni, Oh noche, oh mi ojo (¿quiénes gimen y exultan en la cinta grabada?) y mezclan sus cantos y sus lenguas con los soplos y resoplidos, aspiraciones y expiraciones sufíes como fue- lles de órgano, como olas interrumpiendo o propulsando los aleluyas… y no pueden sino soñar con llevarse la música, sus músicas, y es un desgarro, un derrame cuando se las arrancan de su tierra y las músicas ¿turcas? o ¿griegas o grecoturcas? ya no lo son, se convierten en un tango turbio al arribar del otro lado del mar al otro puerto, ¿cómo y por qué hablar de eclectismo para el estilo del compositor cuando ese amalgama es la coherencia misma? … del otro lado del mar al otro puerto, el barco va donde puede y en el exilio se confunden Vancouver y Buenos Aires o Valparaíso, ¡eso es! ¡idos de aquí! idos al paraíso, o al diablo, el infierno es el lote de los exiliados, pues los coroneles de gorra blanca y gafas de sol (Dance of the Dictators) están aquí tanto como allá, en Estambulconstantinopla y bailan el sirtaki tanto como la cueca o la milonga, y son grotescos, y obscenos, y otra vez, el gran arte del director de escena, del visual projection designer, de la coreógrafa, que nos prohíben toda sonrisa, y el Gryphon Trio, más allá de la excelencia, más allá de las excelencias, pues esos músicos se han frotado a todas las músicas, tocando en la final del Concurso de la Reine Elisabeth de Bélgica o en los bares de salsa con la misma libertad, por encima de los estilos, viajando de Schubert a Silvestrov y de Shostakovich a Christos Hatzis con la misma libido, la misma sed de descubrir (acaso saben que exilio y descubrimiento son la misma palabra en hebreo) y lo tocan todo como si se les fuera la música —y la vida— en ello. Pierre Élie Mamou ACTUALIDAD GRAN BRETAÑA Éxito de la ópera en sánscrito de Glass CANTO A LA NO VIOLENCIA C. Ashmore Londres. English National Opera. 5-IV-2007. Glass, Satyagraha. Alan Oke. Director musical: Johannes Debus. Director de escena: Phelim McDermott. Escenografía y vestuario: Julian Crouch. Escena de Satyagraha de Philip Glass en la ENO N o pierda el tiempo buscando una historia donde no la hay. Lo que pide Satyagraha, la obra de Philip Glass (1980), es que el espectador se sumerja en el teatro de la contemplación. Si se resiste a su hechizo y se empeña en descubrir una narración o algunos valores sensibleros, se marchará al final desconcertado e irritado, como ocurrió con más de uno en el estreno de la impecable producción de la ENO, obra de Phelim McDermott y la compañía de teatro Improbable, con decorados de Julian Crouch. Pero una ceguera así sería una pena, ya que Glass es una fuerza creativa generosa y original. Desde su explosivo aterrizaje en el mundo musical norteamericano en la década de setenta, sus vibrantes y oscilantes melodías han encantado a algunos y enfurecido a otros. Sin embargo, su música fue un catalizador del cambio y ahora, tres décadas más tarde, sigue siendo una voz fuerte y distinta. Satyagraha, cantada en sánscrito, examina la resistencia sin violencia. El punto de partida es Gandhi, magníficamente interpretado por Alan Oke, que, con cada humillación recibida, se hace cada vez más digno. También el reparto y el coro estuvieron soberbios. Johannes Debus dirigió la orquesta con una entusiasta claridad. A veces, durante esta larga tarde, algunos detalles pueden resultar un tanto confusos debido al cansancio, porque esta música exige una intensa concentración. Cualquiera que opine que es monótona debe intentar tocarla. La dominante metáfora visual es el periódico, que se va transformando en pantallas, estandartes y también en unas marionetas impresionantemente eficaces —unos silenciosos gigantes de unos dos metros. Y, en un golpe genial, unos rollos de cinta adhesiva fueron colgados de un extremo del vasto escenario a otro formando un pentagrama vibrante, que luego se acoplan para formar algo parecido a unas luminiscentes y pegajosas alas de insecto. Unos cuadros mágicos de esta categoría crean un lugar lleno de acontecimientos sobre el que la música medita. Unos fervorosos aplausos más grandes aclamaciones para el compositor demostraron que los escépticos son cada vez menos. Fiona Maddocks 53 ACTUALIDAD ITALIA Tríptico atípico SUEÑO E IRONÍA ROMA Teatro Nazionale. 12-IV-2007. Walton, Façade. Poulenc, Le bal masqué. Renosto, Le campanule. Andrea Snarski, Valeria Esposito, Federico Lepre, Rosa Ricciotti. Director musical: Dimitri Jurowski. Director de escena: Tito Schipa hijo. Escenografía: Michele Della Cioppa. Vestuario: Adriana Ruvolo. Coreografia: Manuel Paruccini. Iluminación: Patrizio Maggi. El Teatro de la Ópera se ha adentrado por el camino de la exploración del repertorio del siglo XX de rara o aun rarísima interpretación. Apenás pasada la ejecución de Marie Galante de Kurt Weill, ha llegado un atípico tríptico: Façade (1942) de William Walton, Le bal masqué (1932) de Francis Poulenc y Le Campanule (1981) de Paolo Renosto. Aunque las dos primeras piezas no sean de teatro musical, se han presentado escenificadas y además de forma particularmente acertada, junto a una dirección de escena centrada por completo en la ironía y la fantasía entre lo onírico y lo naíf, casi felliniana, con una coreografía vagamente expresionista en el gesto, pero al mismo tiempo con el estilo de un musical de Broadway, que ilustra cada uno de los cuadros exaltando el lado irónico del texto. Mientras que Edith Sitwell privilegia el sinsentido muy británico, casi neo-dadá con salsa inglesa, Max Jacob es hijo del surrealismo: obras cronológicamente cercanas pero lejanas en el sentir, expresiones de dos culturas elitistas, acaso un poco trivializadas a causa del acento burlesco. Otro discurso es el del acto único de Renosto sobre libreto de Bruno Cagli que, a pesar de la brillante escritura juego evocador en el segundo acto y su voz caló más de una vez. De todas formas, todos los cantantes se vieron involucrados en una interpretación de gran empeño. Un defecto: los sobretítulos proyectados sobre las blancas páginas de un libro gigante a la izquierda de la escena, hallazgo de efecto pero con el resultado de tener que escoger entre leer o seguir la acción. Rotundo fracaso de taquilla, sin embargo; ya se sabe que el público romano es muy tradicionalista… pero los escasos espectadores fueron entusiastas. musical, aparece envejecido y aburrido, bien que en el surco de la tradición de la cantabilidad italiana. El joven Jurowski, hijo de artista, a sus anchas en el repertorio del XX, dio una interpretación musical brillante y puntual, muy atenta a los claroscuros. La orquesta, de cristal y mágica sonoridad, sobre todo los vientos y las percusiones. Andrea Snarski se defendió mejor en inglés que en francés, a pesar de que el texto de Sitwell sea imposible, debatiéndose entre el sinsentido y los ritmos rapidísimos, casi hipnóticos, con habilidad. Por su parte, el inglés de Valeria Esposito fue olvidable, no logró el Franco Soda Decepciones COLORES SIN FUERZA 54 Sin pena ni gloria el Tristán representado en el Regio de Turín, musicalmente mediocre y escénicamente decepcionante. La dirección de Stefan Anton Reck era profesional y estuvo atenta a no tapar a los cantantes, pero casi siempre fue lenta y careció de tensión. Discontinuos los protagonistas, con momentos convincentes y otros en que parecían tener muchas dificultades (Johansson en el registro agudo, Treleaven con la entonación). Los otros tenían menos problemas, pero me pareció intolerable la agresividad de la interpretación de Kurt Rydl, un rey Marke bastante más cercano al compadre Alfio que a la doliente y noble figura wagneriana. La dirección de Stephen Pickover era inexistente y deplorablemnente torpe. Se sabe Ramella & Giannese TURÍN Teatro Regio. 11-IV-2007. Wagner, Tristan und Isolde. John Treleaven, Eva Johansson, Kurt Rydl, Albert Dohmen, Hermine May. Director musical: Stefan Anton Reck. Director de escena: Stephen Pickover. Decorados: David Hockney. Escena de Tristán e Isolda en el Teatro Regio de Turín que es difícil conseguir que un director de calidad acepte un espectáculo del que ya está preparada la escenografía, pero se podía y se debía haber encontrado algo mejor. Los decorados eran los creados por David Hoc- key para Los Angeles en 1987. Ignoro si ha sido retomada en Europa, desde luego no en Italia, pero en Estados Unidos tuvo esta escenografía notable éxito y difusión. En la producción turinesa, era potencialmente lo de mayor atractivo o al menos suscitaba viva curiosidad, porque un gran artista como Hockney ha sido autor de producciones geniales, empezando por la primera, el famosísimo Rake’s Progress (1975). En las coloristas escena del Tristán, Hockney retoma en cada acto variantes de una forma fundamental, una especie de promontorio que en el tercer acto es una roca desnuda, en el segundo el jardín con el castillo a la izquierda y en el primero la proa de la nave. Evoca una Edad Media, incluidos los motivos decorativos celtas, que hoy parece quizá ingenua y envejecida y es por lo demás simplificadora en relación con la densidad del significado de la obra maestra wagneriana. Paolo Petazzi ACTUALIDAD ITALIA Un vanguardista y un epígono ESPERANDO A FRANCESCA Teatro La Fenice. 16-III-2007. Schoenberg, Erwartung. Rachmaninov, Francesca da Rimini. Elena Nebera, Iano Tamar, Igor Tarasov, Sergei Kunaev. Director musical: Hubert Soudant. Director de escena: Italo Nunziata. Decorados y vestuario: Pasquale Grossi. VENECIA Si bien cronológicamente no están demasiado lejanas, la primera obra maestra teatral de Schoenberg, Erwartung (1909) y el más discontinuo de los tres actos únicos de Rachmaninov, Francesca da Rimini (compuesta en 1900 y 1904-5), pertenecen a mundos tan diversos que no son confrontables, y esto era lo que hacía tan interesante el insólito doblete veneciano, también porque esta obra de Rachmaninov nunca se había representado en Italia, sino que tan sólo había sido ejecutada en concierto. Comienza evovando el Infierno de Dante como un doloroso poema sinfónico (para coro y orquesta), con un lenguaje cromático vagamente scriabiniano. Tras el largo prólogo, con Dante y Virgilio, el texto de Modest Chaikovski pone de relieve los celos y el tormento de Lanciotto (Gianciotto) Malatesta y aquí Rachmaninov aparece felizmente influido por la declamación de Musorgski, mientras que el dúo de los amantes parece retomar el modelo de Chaikovski, con la obtención más bien de una edulcorada retórica. La dirección de Hubert Soudant subrayaba estos límites con trazos gruesos, mientras se distinguió más nítida y persuasiva en Erwartung, donde Elena Nebera controló bien la ardua vocalidad de la protagonista (aunque tal vez se dejaba notar un acento ruso). También en Rachmaninov se admiró a Igor Tarasov, magnífico protagonista en el doble papel de Lanciotto y Virgilio, junto a los excelentes Iano Tamar (Frances- ca) y Sergei Kunaev (Paolo y Dante). La producción era rica en ideas, pero también en cosas discutibles. En Erwartung no había ni rastro del bosque por el que la protagonista busca en vano a su amado; pero no por una elección de radical abstracción, como ocurría en el montaje de Bob Wilson: todo se desarrolla en el interior de una casa (un ambiente ideado con elegancia por Pasquale Grossi), donde el cadáver yace sobre un catre y la mujer pulula con una combinación ensangrentada. Nunziata presenta de esta forma a la protagonista como a una loca que ha asesinado a su amante, cortando toda ambigüedad en la situación de Erwartung (donde ésta es únicamente una posibilidad), y sustituyendo la imagen, esencial en Schoenberg, de una soledad radical, por la de una patología psíquica. El resultado no carece de sugestión, pero es gravemente reductivo. El bosque que falta en Erwartung es devuelto al comienzo de Francesca da Rimini bajo la forma de proyecciones de una poco convincente “selva oscura” dantesca. Luego descienden a la escena espejos cruzados, con la intención de crear un laberinto, donde se mueven condenados con una máscara de esgrima en el rostro. A confirmar la impresión de un montón no resuelto de elementos diversos contribuyeron luego aun las citas de imágenes de Jakob Kirkegaard no concebidas para el espectáculo, ambicioso e interesante, pero incoherente. Paolo Petazzi 55 ACTUALIDAD MÓNACO / PORTUGAL Kagel en la Ópera Garnier UN ICONOCLASTA EN MONTE CARLO MONTE CARLO Printemps des Arts de Monte-Carlo. 30 y 31-III-2007. Ensemble Modern de Francfort. Tam Theater de Krefeld. Cuarteto Diotima. Geneviève Strosser. Donatienne Michel-Dansac. Sylvie Sacoun. Sylvie Levesque. Obras de Kagel, Durieux, Harvey y Aperghis. Festival pluridisciplinar fundado en 1984 y abierto a la creación actual desde que en 2003 está a su frente el compositor Marc Monnet, la Primavera de las Artes de Mónaco confirma lo provechoso del trabajo emprendido. La diversidad del público es mayor cada año y sólo cabe felicitarse del éxito de una programación exigente, uno de cuyos ejes es la música contemporánea. Tras Pierre Boulez el año pasado, el Festival ha invitado a otra figura de la vanguardia, Mauricio Kagel. A sus 75 años, el compositor argentino se divierte como siempre parodiando las culturas del mundo. Iconoclasta de humor cáustico, se muestra sin embargo respetuoso con lo que parodia, otorgando a los objetos sonoros una fuerza extraordinaria a través del prisma de su propia imaginación. Así en Exotica (1972), que se presenta como “una ampliación del instrumentarium erigido en principio estético”, los músicos del Ensemble Modern de Francfort dirigidos por el compositor emplean un verdadero museo instrumental constituido por 200 piezas repartidas en seis atriles. Los instrumentistas cantan textos en idiomas inventados pero que el oyente cree identificar. Acustica (1969) es más radical, pues se trata de tocar objetos encontrados y no instrumentos musicales. La sorpresa es constante al escuchar sonoridades que parecen emanar del cuerpo sac, Sylvie Sacoun y Sylvie Levesque), que manejan cámaras de vídeo sentadas tras una mesa, expresándose por medio de fonemas. El primer fin de semana se presenció igualmente el estreno del cuarteto Here, not there de Frédéric Durieux (n. 1959), comenzado en 2004 pero aún incompleto, interpretado por el Cuarteto Diotima. Ejecutados dos veces, los ocho minutos acabados presentan la primicia de una obra de búsqueda; entre medias, el Cuarteto n° 4 (2003) de Jonathan Harvey (n. 1939), también concebido en el IRCAM, se abre en una atmósfera inmaterial para concluir en el lirismo más puro. de los intérpretes del Tam Theater de Krefeld, mientras detrás de ellos el compositor se divierte, como un Doctor Mabuse, en las palancas de una consola de magnetófono. En la misma Ópera Garnier, el “teatro de establo” constituido en 1976 para Bestiarium pone en juego a actores mudos del Tam Theater que manipulan una retahíla de animales hinchables, encadenando gags. El Festival ha presentado también una reposición de Machinations de Georges Aperghis (n. 1945), espectáculo concebido en 2000 en el IRCAM, uno de cuyos informáticos, deus ex machina de la escena, anima a las cuatro mujeres y sus voces (excelentes Geneviève Strosser, Donatienne Michel-Dan- Bruno Serrou Motezuma, una música sin suerte AMPUTACIÓN Y MANIQUEÍSMO LISBOA Alfredo Rocha Teatro San Carlos. 4-IV-2007. Vivaldi, Motezuma. Vito Priante, Mary-Ellen Nesi, Maite Beaumont y Laura Cherici. Il Complesso Barocco. Director musical: Alan Curtis. Director de escena: Stefano Vizioli. 56 El Teatro de San Carlos de Lisboa estrenó el 4 de abril Motezuma, la ópera de Vivaldi, considerada perdida desde hace mucho tiempo, en una versión terminada por Alessandro Ciccolini bajo la dirección de Alan Curtis. Curtis mismo dirigió musicalmente y la puesta en escena fue de Stefano Vizioli. El reparto incluyó a Vito Priante (Motezuma), Mary-Ellen Nesi (Mitrena), Maite Beaumont (Fernando), Laura Cherici (Teutile), Theodora Baka (Ramiro) y Gemma Bertagnolli (Asprano). La escenificación de Vizioli destacó demasiado el papel de la iglesia católica y su iconografía, y a la larga resultó ser simplista y manipulador, y fue poco más que una estra- Motezuma de Vivaldi en el Teatro San Carlos de Lisboa tegia para llenar el escenario durante las arias y las abundantes y largos recitativos. Pero lo que fue aún más desastroso, fue la amputación hecha a Motezuma, tanto por parte de Curtis como por Vizioli, para poner a prueba una versión escenificada de la ópera grabada (Archiv): se cortaron cientos de versos (más o menos una cuarta parte de la obra completa). Se eliminaron arias y recitativos o se los cortaba antes de llegar a la mitad. Incluso se destruyó la típica estructura del siglo XVIII de tres actos de la ópera seria italiana a favor de una primera y segunda parte. En cuanto a los cantantes, escuchamos grandes interpretaciones de Priante, Beaumont y Bertagnolli. Nesi, Baka y Cherici mostraron una carencia de fuerza vocal en sus papeles, aunque Nesi fue dramáticamente convincente. La dirección de Curtis no tuvo nada que ver con su grabación: le faltó mucha “sangre”, lo que se reflejó en la interpretación de Il Complesso Barocco y el público echó en falta una orquesta italiana. Bernardo Mariano ACTUALIDAD SUIZA Siempre es el año Mozart DÍA REALMENTE LOCO ZÚRICH El 250 cumpleaños de Mozart ha pasado ya, pero en Zúrich se sigue celebrando al maestro salzburgués. Apenas tres semanas después de su Flauta mágica (ver SCHERZO de abril) se ha representado Le nozze di Figaro. El mismo compositor, pero ¡qué diferentes sonidos e imágenes! En La flauta mágica, asistíamos a una consecuente, casi manierista profundización en la obra a través de Nikolaus Harnoncourt —una mirada en unas almas heridas, a lo que contribuía la fantasmagórica producción de Martin Kusej. Ahora, en el Figaro, hemos encontrado una visión musical rápida, incisiva (con un fuerte acento en los vientos) y a veces un poco superficial. Hasta el punto de que, en ocasiones, incluso la aplicada orquesta del teatro llegó al límite de sus posibilidades. El director musical de la Ópera de Zúrich, Franz Welser-Möst, pudo confiar plenamente en su reparto —todos ellos (a excepción del ascendente barítono Erwin Schrott como verdadero macho en el papel titular) pertenecen desde hace tiempo a la compañía. De manera consciente se eligieron voces ágiles y ligeras. Esto funcionó en la desenvuelta Susanna de Martina Jankova, pero supuso una fuerte exigencia para Malin Hartelius como la Condesa y planteó ocasionales problemas al juvenil Cherubino de Judith Schmid. Michael Volle fue un malhumorado Conde dedicado a sus hobbys, las cartas y los juegos de magia. Que todos estos personajes se parezcan entre sí, que las diferencias de clase se hayan eliminado, es algo premeditado. Porque no se mueven por un afán revolucionario, sino por el impul- Susanne Schwiertz Opernhaus. 11-III-2007. Mozart, Le nozze di Figaro. Michael Volle, Malin Hartelius, Martina Jankova, Erwin Schrott, Judith Schmid, Carlos Chausson. Director musical: Franz WelserMöst. Director de escena: Sven-Eric Bechtolf. Decorados: Rolf Glittenberg. Vestuario: Marianne Glittenberg. Escena de Las bodas de Fígaro so sexual, tanto los hombres como las mujeres, sin pausa y sin tregua. Todo ello ocurre en un espacio único (un salón ligeramente deteriorado), que nos evoca los años treinta del siglo XX —lo cual es una decisión puramente estética. Pues el contenido del montaje de Bechtolf es: tempo, movimiento, gags. Algunos de ellos resultan perfectos; el experimentado actor que es el director de escena sabe exigir a los cantantes desde el punto de vista teatral y mantenerlos constantemente en movimiento. Su versión se orienta claramente hacia el título original de la comedia de Beaumarchais que sirvió de base para el libreto de Lorenzo da Ponte, La folle journée, porque es un día realmente loco el que se desarrolla en escena. Todo es juego, como nos indica el final de la ópera en el parque del Conde, con sus caballos de cartón. Al público de Zúrich — al contrario que con la fuertemente abucheada Flauta mágica— pareció gustarle la producción, y se mostró visiblemente divertido por este carrusel erótico. Mario Gerteis 57 ENTREVISTA JEAN-CHRISTOPH SPINOSI “A LA LIBERTAD SE LLEGA TRABAJANDO DURO” E 58 Fotos: Serge Derossi / Naïve l Ensemble Matheus ha conseguido en pocos años destacarse como uno de los grupos dedicados a la música antigua más interesantes del panorama actual. Sus grabaciones de las óperas de Vivaldi han obtenido numerosos premios y el respaldo de la crítica internacional. Su fundador y director, Jean-Christoph Spinosi tiene claro lo que quiere de su grupo y de la música que interpreta. Tiene su corazón dividido entre la música y sus cinco hijos; entre su instrumento, el violín, y la dirección de orquesta. Este hombre activo para el que el día parece tener más de veinticuatro horas se encuentra en un momento espléndido de su carrera: su reputación y la de su grupo están fuera de duda, y cada vez son más las orquestas y los teatros de ópera que lo invitan a dirigir. Y todavía le queda tiempo libre para hacer arreglos, poner música a obras de teatro o grabar bandas sonoras. ENTREVISTA JEAN-CHRISTOPH SPINOSI Usted comenzó como violinista y todavía sigue dedicado al instrumento. ¿Cómo combina estas dos facetas de solista y director? Bueno, todo es cuestión de organizarse. Cuando tengo que tocar un concierto intento dejar vacíos, fechas libres en el calendario, para poder de verdad estar concentrado en ese objetivo. Si no, al preparar otros programas, como por ejemplo un recital con un cantante, intento dejar siempre algo para el violín. Así que dirijo con la batuta y en un determinado momento cojo mi violín y toco el solo de Venti turbini, de Rinaldo, por ejemplo. Algo parecido he hecho también en Heroes, el disco que hemos grabado con Jaroussky, en él hay un aria con un solo de violín. De este modo, cuando estoy dedicado a la dirección no dejo de guardar un contacto escénico importante con el instrumento. Puedo practicar y estudiar el violín en casa, eso es evidente, pero me parece esencial preservar el contacto real con el escenario. Cuando estoy sumido durante dos meses en una producción de ópera intento mantener una regularidad en el estudio del instrumento en casa, pero no poder tocar sobre un escenario durante un periodo de tiempo prolongado es peligroso. Así que siempre que puedo, incluso si se trata de un pequeño solo de quince minutos en un aria de una ópera, intento tocarlo para seguir sintiéndome también violinista. En cualquier caso, siempre intento guardar periodos que dedico al violín. Son periodos en los que digo no a otras ofertas como director invitado, no porque no me interesen; debo rechazarlas a veces por mis hijos, a veces por el violín. Es cierto que en estos cuatro últimos años he dado total prioridad a la dirección y ahora me gustaría regresar un poco al instrumento. Tengo muchos proyectos como director y como director invitado, pero también como solista. Por ejemplo, el año que viene haremos la Sinfonía concertante de Mozart. Es difícil, de todos modos, combinar una cosa con la otra, ya que el violín es un instrumento que exige mucha dedicación para no perder la forma. Tras el violín, llegó la música de cámara. No pocas veces un instrumentista de cuerda siente la necesidad del cuarteto. ¿Cómo llegó en su caso el momento de fundar el Quatuor Matheus? En mi caso el cuarteto llegó por el amor a la música en grupo y el cuarteto en su concepción es una forma extraordinaria de equilibrio en el diálogo. Hay también en él una perfección formal y, además, como punto de partida, es mucho más fácil formar un cuarteto que una orquesta. Así que para poder hacer música de conjunto la forma más evidente era el cuarteto por razones prácticas; y por razones afectivas también, porque fundé el cuarteto con mi mujer y con su hermana. Las dos son violinistas y mi cuñada toca también la viola. Existen también motivos musicales en la formación de un cuarteto, porque ese cuadrado mágico permite estructurarse musicalmente y armónicamente. En sus grabaciones, en sus interpretaciones todas las partes se distinguen con gran claridad. ¿Cree usted que estos comienzos con el cuarteto, en el que sus integrantes deben escucharse unos a otros a la perfección ha condicionado su trabajo como director? Es un hermoso cumplido, gracias. Creo que en su pregunta está también su respuesta. Es absolutamente cierto que cuando se comienza por un trabajo de cuarteto hay una serie de hábitos que se adquieren y que perduran incluso aunque el número de músicos aumente. Yo, de alguna manera, cuando estoy al frente de una orquesta, tengo siempre la impresión de estar delante de un enorme cuarteto, de un cuarteto gigante. Es verdad que la escucha vertical, la sensación vertical, armónica, está siempre presente en el momento de trabajar una partitura; puedo escucharla tanto en sentido vertical como en horizontal, tanto armónica como rítmica o melódicamente. Así que, sí, creo que siempre queda una base cotidiana de acercamiento a la música, una visión camerística. Es curioso lo que sucede también con la ópera, que yo siempre he adorado. Cuando trabajábamos los cuartetos yo veía en ellos óperas y hablábamos de ello; tomábamos referencias, por ejemplo, al montar un cuarteto de Haydn o Mozart, del aria de la Condesa de Las bodas de Fígaro, o de partes de Don Giovanni o de la Flauta. Encontrábamos también referencias de las Sinfonías de Beethoven en sus cuartetos… Tantas cosas que eran evidentes también en este sentido. Siempre he ligado casi toda la música a la ópera, porque la música clásica, de cuarteto y concertante de finales del siglo XVIII está inmersa en un mundo operístico de tal magnitud que las referencias funcionan también en sentido contrario. Hoy en día, yo busco y me aproximo técnicamente a la música desde mis sensaciones y reflejos de cuartetista, y sin embargo al trabajar en cuarteto veía a menudo referencias a la ópera o a la música sinfónica. ¿Son estos reflejos de cuartetista los que le han llevado en algunos conciertos para flautín de Vivaldi a reducir la orquesta a un cuarteto de cuerda? Es verdad que hay un instrumento por parte en el Gardellino o en La tempesta. Cuando grabamos este disco a uno por parte acabábamos de tocar en cuarteto juntos obras de Haydn, Mozart, Schubert y Shostakovich. Existía una complicidad evidente y resultaba bastante divertido. Después de tocar juntos Shostakovich pasar a un universo tan diferente era como ir a visitar con unos amigos un continente diferente. Encontrábamos el placer de descubrir algo nuevo y la seguridad de las reacciones comunes que son tan importantes. En ese disco Vivaldi usted ha escrito, junto con Sébastien Marq, lo siguiente: “El mundo barroco, mundo de maquinarias, de transformaciones, de teatralidad y de pretensiones, nos abre un campo ilimitado de adaptaciones de todo tipo. ¿Hasta dónde?” Y ésa es mi pregunta, ¿hasta dónde? Ilimitado como los sentimientos que todos tenemos, como los afectos y las emociones humanas. Ilimitado como expresión del ser humano, pero limitado por los instrumentos… humanos. Hay compositores como Biber, Vivaldi o Paganini que nos han enseñado todas las posibilidades del instrumento de cuerda, de sus diferentes sonoridades. Hoy día además podemos comparar las diferencias entre los instrumentos antiguos y modernos, y el campo de posibilidades se abre; pero aun así un instrumento, que en sí mismo es todo un universo, siempre es más limitado de lo que puedan serlo nuestra imaginación o nuestras emociones. También el vocabulario, la retórica, todo lo que podemos saber acerca de un compositor nos pone unos límites. Yo me permito salir del camino balizado del instrumento y de la partitura a partir del momento en que conozco de verdad tanto el instrumento, como la partitura y del compositor; a partir del momento en que he realizado el trabajo de investigación y me he acercado a la música rigurosamente desde el plano organológico y musicológico. A partir de ese momento puedo dejar hablar a mi corazón. Quiero decir que no improviso, no dejo nada al azar; sé que hoy en el estudio de la musicología encontramos gran información sobre el vocabulario, la gramática, la retórica del discurso musical de uno u otro compositor y sobre el uso de los instrumentos de cada época. Así que hago todo este trabajo que me proporciona un cierto número de balizas, pero en ningún caso limito mi imaginación a los datos musicológicos. Es decir, mi imaginación me llevará a veces a resultados que incluso me sorprenderán, pero pienso que, por ejemplo, Vivaldi en el momento de tocar alguna de sus obras no tenía en mente todo el mundo barroco; en el momento de hacer una 59 ENTREVISTA JEAN-CHRISTOPH SPINOSI frase no creo que pensara en cómo su profesor le había enseñado o en los tratados que hubiera leído. Existen al mismo tiempo oposición y equilibrio entre el conocimiento de la música y el abandono que se puede alcanzar en el momento del acto musical, como seres humanos que somos. En efecto, somos seres humanos y el acto musical no puede dejar de ser algo vivo, ¿no? 60 Exacto. No hay que olvidar que la música es siempre contemporánea, que no hacemos un trabajo de conservador de museo. Nuestro trabajo es el de intérpretes… vivos, de momento [ríe]… el mayor tiempo posible. La obsesión, el objetivo, es que nuestros conocimientos musicales, nuestro trabajo técnico riguroso sobre el instrumento nos ayude a expresar libremente nuestros sentimientos. Este trabajo es una paradoja: ¿cómo construir una prisión de conocimiento para que nos ayude a adquirir la libertad de expresión de los sentimientos? Esos conocimientos no pueden ser nunca ataduras, sino la puerta hacia la libertad. Y esto es un peligro en el que es muy fácil caer en la música antigua, porque en este campo hay un importante trabajo que hacer para conseguir un nivel de conocimiento que nos permita comprender y respetar la composición de un autor de hace trescientos años, y este trabajo puede vampirizarnos y convertirse en un fin en sí mismo. El fin no es el conocimiento en sí, sino el uso de ese saber para obtener la libertad del intercambio de emociones entre músicos y de éstos con su público. Es complejo, pero creo que es algo sobre lo que todo el mundo está de acuerdo hoy por hoy. A veces por respetar las palabras de la ley, traicionamos el espíritu de la ley. No soy yo quien dice esto, es una frase que Jesús utilizaba para dirigirse a los integristas, por nombrarlos con un término actual. La dificultad, la relatividad, la fineza que debe encontrarse en el trabajo que se hace con la música antigua reside ahí. No debemos perder la idea de que esta música fue contemporánea en su momento y debe seguir siéndolo, debe decirnos algo a nosotros, oyentes del siglo XXI. Pero paradójicamente no es la improvisación la que nos conduce a la libertad. A la libertad se llega trabajando duro sobre los instrumentos y las fuentes musicológicas. Si conocemos verdaderamente este universo, podemos considerarlo como un universo contemporáneo, entrar en él, hacerlo nuestro. Creo que esto es lo que hace que un concierto de música clásica pueda apasionar o aburrir. Hoy en día hay músicos que han alcanzado un alto nivel de virtuosismo técnico y de conocimientos teóri- cos, pero se han quedado fuera de ese aspecto contemporáneo de la música. De hecho lo que se ve en las grabaciones que usted ha hecho para la Edición Vivaldi de Naïve es exactamente eso. Hay un musicólogo, se ha hecho una edición crítica de las partituras, hay un consejero musical, un consejero para la ornamentación de las arias da capo y la música que ustedes hacen está llena de vida. Sí, no deja de ser paradójico. Estamos al servicio de la música y debemos hacer todo lo necesario. Y entiendo por todo lo necesario también el poder abrir nuestro corazón. Es lo esencial en la música, aunque también y paradójicamente abrir el corazón signifique repetir un gesto tantas veces que al final resulte natural. Es evidente que la improvisación necesita un conocimiento enorme de aquello sobre lo que se improvisa y esto sucede siempre en la música: que la ciencia nos permite escapar de lo mecánico de las cosas, nos permite liberar nuestra alma. Son palabras opuestas, la ciencia y el alma, pero digamos que la ciencia nos permitirá alcanzar un estado de creación que en un momento dado ya no tiene nada que ver con la ciencia. Necesitamos la ciencia para poder prescindir de ella. Curioso ¿no le parece? Pero la música es el medio por el que se transmiten las emociones y nada hay más indefinible que una emoción íntima. La música nos permite generar, crear esa emoción en nosotros y transmitirla después. Nos encontramos ante una paradoja como la de un neurocirujano creyente, un neurocirujano que opera un cerebro y que cree que dentro de la persona que está en la mesa de operaciones hay un alma. Lo que siento es que existan clichés. Hay músicos que se dedican a la música antigua que están llenos de clichés porque han ido cerrando progresivamente los ojos y se han convertido en dogmáticos; rechazan por tanto todo lo que creen que no responde a lo que está escrito en los tratados y, sin embargo, tengo la certeza de que, siempre partiendo de un conocimiento serio musicológico y organológico, no hay límites en una interpretación siempre que el intérprete sea sincero. ¿Se interpreta como se es? Sí, eso es. Y si somos reprimidos, no podemos expresarnos libremente y nos escondemos tras la musicología. Mientras que si podemos abrir nuestra alma, la mostramos al tocar con los defectos que posee. Y eso es un riesgo… Sin duda. Y es además muy duro. Puedo asegurarle que cuando se da todo lo que uno lleva en el corazón, cuando se muestra la intimidad de uno mismo, cuando se da lo mejor de sí, uno se arriesga a ser criticado, tildado de títere o de vulgar. Es casi como un fracaso amoroso; es casi como decirle a una persona desde el fondo del corazón que la amas y que ella te rechace. Al mostrarse así, se es más vulnerable. Se es más vulnerable, sí, pero afortunadamente la mayor parte de las veces nuestra música es bien recibida. Volvamos a la Edición Vivaldi. ¿Ha elegido usted personalmente las óperas que quería grabar o ha sido Naïve quien le ha propuesto los títulos? La elección ha sido mía. Naïve se puso en contacto conmigo y me invitaron a participar en la Edición. Yo dije que sí, a condición de poder elegir las óperas que quería grabar. Así que me quedé con Orlando furioso, La verità in cimento, Griselda y La fida ninfa, que grabaremos en 2008. ¿Y es usted también quien hace el reparto de cantantes para las óperas? Para el reparto se discute también con el editor, pero la elección es mía. Me gusta trabajar con cantantes que son de mi agrado. A veces tengo dudas, otras no puedo contar con ellos porque sus agendas no se lo permiten, pero sí, es algo de lo que me ocupo personalmente. En estos repartos sorprende a veces la mezcla de cantantes especializados en la música antigua, como Guillemette Laurens, junto a otros de repertorio mucho más extenso como Anthony Rolfe-Johnson o Nathalie Stutzmann. Sin embargo, la mezcla funciona perfectamente. Intento siempre personalizar muy bien los personajes. Intento encontrar el carácter, saber que la expresión de un cantante puede hacer creíble ese personaje. Y evidentemente esto hay que poder hacerlo con cantantes que sepan cantar bien. No vamos a contratar a un gran actor que no sepa en absoluto cantar. Sin embargo, sí que hace falta, en los cantantes con los que cuento, que también sean actores; necesito que hagan que se crea en el personaje, que se metan en su piel, que no se queden sólo con la dificultad vocal. Su personaje debe adaptarse a ellos no sólo vocal, sino también dramáticamente. Después un reparto no se elabora con cantantes aislados. Tomamos un cantante que se adapta totalmente al personaje, pero que también está dentro de ese reparto, se adapta también al resto de personajes, al resto de cantantes. Por ejemplo, cuando decidimos contar con Anthony Rolfe-Johnson fue porque para mí es un grandísimo cantante, expresivo; él en ese momento se encontraba al final de su carrera y podía aportar algo de emocionante, de expresivo, de herido en el papel de Mamud. Para el Orlando furioso, por ENTREVISTA JEAN-CHRISTOPH SPINOSI ejemplo, había distintas contraltos que podían hacer el papel protagonista, pero al final me decidí por Marie-Nicole Lemieux porque ella es a la vez fuerte y frágil, y para mí Orlando en Ariosto es también un personaje frágil, el más poderoso de los caballeros, pero un caballero vulnerable. Es el único que consigue escapar de Alcina, pero por una traición amorosa va a pasar de héroe a débil, va a perder su poder. Históricamente el gran Orlando ha sido Marilyn Horne, pero este Orlando era el Orlando fuerte, el caballero poderoso. A mí me interesaban sus dos estados para comprender por qué después entra en su estado de furia, de locura. Yo necesitaba a alguien que fuera a un tiempo extrovertido y poderoso, excepcionalmente carismático como Marilyn Horne, una de las grandes cantantes de la historia, o Marie-Nicole Lemieux. Con Marie-Nicole tuve la ventaja de la fragilidad humana, porque ella sabe llorar cuando canta. Durante las grabaciones lloraba realmente en el momento de la traición. Es una gran, gran artista, entra completamente en el personaje, deja que éste se apodere de ella. Así que para mí es muy importante que los personajes sean creíbles, que los cantantes sepan transmitir sus personalidades y que la combinación de los diferentes papeles sea también creíble. Philippe Jaroussky ha colaborado con usted en todas sus óperas y además han grabado juntos un disco de arias. ¿Por qué él? Jaroussky casi comenzó su carrera conmigo. Es un cantante que me gusta mucho y en sus comienzos estaba disponible para poder trabajar con él la interpretación. Es un placer sentir que de alguna manera he colaborado en su lanzamiento. Posee un material de altísimo nivel, y cuando digo material quiero decir que su voz es de gran calidad. Claro que me gustaría también poder trabajar con otros cantantes, pero muchas veces las fechas no coinciden. La disponibilidad no siempre es tan fácil cuando se trata de una ópera y es aún más difícil cuando los cantantes son muy buenos. Marie-Nicole y yo hemos trabajado juntos siempre que hemos podido, pero ella vive en otro continente y no es tan evidente, no ha sido posible trabajar con ella tanto como los dos hubiéramos deseado. Con Jaroussky comienza a pasar algo parecido. Antes era más fácil encontrar fechas comunes, él estaba más disponible, pero ahora lo llaman de muchos teatros y la regularidad en el trabajo conjunto será más complicada. Hemos hablado del integrismo en la música. Usted ha desafiado a todos los defensores de la música italiana hecha por italianos al obtener el enorme éxito que sus óperas de Vivaldi han logrado con cantantes como Lemieux, Jaroussky, Rolfe-Johnson o Larmore. Sí, bueno, si se piensa desde fuera puede parecer lógico, pero creo que, especialmente en la ópera, con todos los problemas de idioma que se puedan plantear, va a transmitir mejor el carácter de un personaje un cantante que pueda penetrar vocal y teatralmente en su psicología. Le he hablado antes de la adecuación de Lemieux para Orlando o de Rolfe-Johnson para Mamud. También, por ejemplo, Larmore es la Alcina ideal, es una cantante que tiene ya una carrera hecha, es una gran amiga y una mujer bellísima y carismática, que puede darle al personaje la magia por la que consigue tener a todos los hombres a sus pies. Sabe captar la falsa belleza de Alcina, que sólo es hermosa gracias a su magia, sabe transmitir de alguna manera, ese miedo tan femenino de no ser capaz de volver a seducir, de no ser ya atractiva, y repito que Jennifer es definitivamente una mujer muy bella, pero creo que hay un momento en la vida de toda mujer en el que siente ese temor. Por eso ella era ideal para ese personaje, porque aportaba ese matiz tan importante. Era capaz de reflejar la histeria de Alcina con los hombres y en un momento dado transmitir la nostal- 61 ENTREVISTA JEAN-CHRISTOPH SPINOSI gia, el deseo de encontrar al alguien que la ame de verdad. Nos hace comprender por qué Alcina es tan cruel con los hombres y nos muestra ese problema de la apariencia de juventud que hoy está tan presente en la sociedad, sobre todo en las mujeres. No quiero decir con esto que Jennifer tenga algo que ver personalmente con el carácter de Alcina. Ni mucho menos. Lo que quiero decir es que Jennifer por su experiencia y su andadura profesional era capaz de darle al personaje todos estos matices. Todo esto para decir que creo que es fundamental la adecuación total de un cantante con el personaje al que debe dar vida, más allá que quedarse constreñido a los problemas de un idioma o a su pronunciación. Para mí, Marie-Nicole Lemieux describía mejor a Orlando que muchas de las cantantes italianas actuales, por otro lado excelentes. Estoy muy orgulloso de haber podido trabajar con esta nueva generación de cantantes, como Lemieux o Jaroussky, de haberlos elegido yo mismo. Hubiera sido más fácil tal vez contar con artistas más conocidos o consagrados, pero asumí el riesgo de mi elección y esto muy contento de cómo ha funcionado además la mezcla de cantantes de diferentes generaciones. Usted ha colaborado en la película María Antonieta de Sofia Coppola. ¿Cómo le llegó la posibilidad de dirigir la banda sonora? La oferta llegó a través de Naïve. Era algo divertido y de hecho salgo en la película de lejos, disfrazado y dirigiendo. Pero lamento que finalmente el uso que se hizo de la música fuera tan accesorio. En una entrevista leí que Sofia Coppola había opuesto la música clásica al rock para mostrar los dos lados de la vida de María Antonieta, que era una joven llena de vida. Así que el rock representaba la libertad y la música clásica las ataduras de la vida en la corte, el protocolo rígido y tedioso. Es una pena que esta entrevista llegara a mis manos después de haber grabado la banda sonora, porque de otro modo habría rechazado la oferta. Es triste que usaran la música clásica según un cliché de rigidez, sobre todo cuando María Antonieta adoraba la música e hizo que los mejores músicos, los mejores compositores italianos estuvieran en su corte. La música para ella no era precisamente rigidez, sino todo lo contrario y es una lástima que Sofia Coppola pasara por alto este aspecto de su vida. Pero, en cualquier caso, no hay que ser negativo y fue divertido participar en esto. Y ya para terminar, ¿cuáles son sus proyectos futuros? 62 A primeros de mayo tenemos una Flauta mágica en Bilbao. Queremos grabarla también después. A principios de la próxima temporada estaré en la Opera Garnier, en París, para hacer Alcina, de Haendel, con una puesta en escena de Robert Carsen y Kasarova en el papel protagonista. En enero de 2008 estaré de nuevo en París, en Châtelet, con Véronique, una ópera de André Messager, un compositor de finales del siglo XIX al que Debussy admiraba mucho. En febrero estaremos en Nueva York, en el Carnegie Hall, con Jennifer Larmore y en marzo vuelvo a Francia para dirigir la Orquesta del Capitole de Toulouse. De ahí, me marcho a Nápoles para hacer un Orfeo de Gluck, con Daniela Barcellona. Después tenemos una gira con La fida ninfa, creo que con algún concierto en España. Ésta será la última ópera que grabaré para la Edición Vivaldi. Y, de esto estoy muy orgulloso, en julio del 2008 dirigiré La flauta mágica en Viena, con la Wiener Symphoniker, en el Theather an der Wien, el mismo teatro en que Mozart la estrenó con Schikaneder. La temporada 2008-2009 tengo un Così fan tutte en el Teatro de los Campos Elíseos y después debo dirigir la Orquesta Nacional de Francia. Ana Mateo DISCOGRAFÍA SELECCIONADA DE LHOYER: Dúos y Concierto para guitarra. DÚO SPINOSI. Naïve. VIVALDI: Griselda. LEMIEUX, CANGEMI, KERMES, JAROUSSKY, FERRARI, DAVIES. Naïve. — Orlando furioso. LEMIEUX, LARMORE, CANGEMI, JAROUSSKY, REGAZZO, HALLENBERG, STASKIEWICZ. Naïve. — La verità in cimento. BERTAGNOLI, LAURENS, MINGARDO, STUTZMANN, JAROUSSKY, ROLFEJOHNSON. Naïve. — Concerti per flautino. La notte, La tempesta di mare, Il gardellino. SÉBASTIAN MARCQ, flautín. Naïve. D I S C O S EXCEPCIONALES LOS DISCOS XCEPCIONALES DEL MES DE MAYO DE 2007 La distinción de DISCOS EXCEPCIONALES se concede a las novedades discográficas que a juicio del crítico y de la dirección de la revista presenten un gran interés artístico o sean de absoluta referencia. BACH: Sonatas para violín y clave BWV 1014-1017. MIRA GLODEANU, violín; FRÉDÉRICK HAAS, clave. AMBRONAY AMY009 Hay que saludar con alborozo el logro de versiones tan impecables. Una referencia absoluta dentro del catálogo bachiano. A.B.M. Pg. 82 BACH: La Pasión según San Juan BWV 245. EQUILUZ, HOLL, MOSER, SCHARINGER. CONCENTUS MUSICUS WIEN. DIRECTOR: NIKOLAUS HARNONCOURT. DEUTSCHE GRAMMOPHON 00440 073 4291 Esta sobresaliente lectura de vibrante modernidad y dramatismo se erige en referencia. R.O.B. Pg. 106 BRITTEN: Guía de orquesta para jóvenes. e.a. ELGAR: Variaciones “Enigma”. ORQUESTA SINFÓNICA DE CINCINNATI. Director: PAAVO JÄRVI. TELDEC CD 80660 La ejecución de las “Enigma” se encarama orgullosa a la cima de la discografía. C.V.W. Pg. 84 MIJANOVIC, PRIANTE, DIDONATO, INVERNIZZI, ROSTORF-ZAMIR. IL COMPLESSO BAROCCO. Director: ALAN CURTIS. 3 CD ARCHIV 00289 477 6566 Curtis dirige con exquisito gusto, honda sensibilidad y fluidez dramática a este magnífico elenco. R.O.B. Pg. 89 MITTERER: Mixture V. Die Zeit spielt keine rolle. Vox acuta. bwv.org. WOLFGANG MITTERER, órgano y electrónica. COL LEGNO WWE 20615 Volver sobre esta música llevará seguramente a admirar una de las más inesperadas y arriesgadas propuestas de la contemporaneidad. F.R. Pg. 72 MYSLIVECEK: Sinfonías. CONCERTO KÖLN. Director: WERNER EHRHARDT. ARCHIV 477 6418 Unas versiones chispeantes y enérgicas, pero sin las asperezas presentes en otros conjuntos alemanes de instrumentos originales. S.R. Pg. 94 CHAIKOVSKI: Cuarteto de cuerda nº 3. SCHUBERT: Cuarteto “La muerte y ROPARTZ: Cuartetos de cuerda nºs 4, 5 y 6. CUARTETO STANISLAS. la doncella”. CUARTETO KOPELMAN. TIMPANI 1C11115 WIGMORE HALL LIVE WHLive 0010 Pocas veces escucharemos un Chaikovski como éste. El Cuarteto Kopelman está aquí sencillamente sensacional. S.M.B. Pg. 84 De nuevo, el Cuarteto Stanislas realiza unas lecturas impecables, densas y equilibradas. Unas excelentes interpretaciones para unas excelentes obras. S.M.B. Pg. 97 COUPERIN: Música para clave. WAGNER: El ocaso de los dioses. MICHAEL BORGSTEDE, clave. VARNAY, WINDGASSEN, UHDE, BROUWENSTIJN, NEIDLINGER. CORO Y ORQUESTA DEL FESTIVAL DE BAYREUTH. Director: JOSEPH KEILBERTH. 11 CD BRILLIANT 93082 Casi 12 horas de música sugerente, expresiva y refinada en una interpretación formidable. Al precio de Brilliant, por completo irresistible. P.J.V. Pg. 85 4 CD TESTAMENT SBT4 1393 Un soberbio colofón de un Anillo que podemos situar sin lugar a dudas al lado de los más grandes. E.P.A. Pg. 103 COUPERIN: Tic Toc Choc. LA SEMANA MÍSTICA. Cantos ALEXANDRE THARAUD, piano. devocionales del reino de Luis XIII. FAENZA. Director: MARCO HORVAT. HARMONIA MUNDI HMC 901956. Versiones altamente refinadas que destilan interiorización, trabajo detallista y un compromiso sonoro resuelto con extraordinaria soltura. E.B. Pg. 85 FUX: Composiciones para orquesta. ORQUESTA BARROCA DE FRIBURGO. Director: GOTTFRIED VON DER GOLTZ. CARUS 83.308 64 HAENDEL: Floridante HWV 14. Una interpretación soberbia. Va ser difícil que en el futuro cualquier grupo pueda igualar el logro de la Orquesta Barroca de Friburgo. P.J.V. Pg. 87 ALPHA 103 Un tratamiento de delicadeza, equilibrio y transparencia impecables. Una maravilla de disco. P.J.V. Pg. 105 DISCOS CUARTETO ARTEMIS Mitch Jenkins CUARTETO EMERSON F. Maquet Año XXII – nº 219 – Mayo 2007 TRÍO WANDERER Thomas Rabsch Novedades de cámara CUMPLEAÑOS BRAHMSIANO E SUMARIO ACTUALIDAD: Cumpleaños brahmsiano . . . . . . . . . . . . . . . . 65 REFERENCIAS: Stravinski: La consagración de la primavera. S.M.B. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66 ENTREVISTA: Lang Lang. P.G. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68 ESTUDIOS: Ciertos aromas verdianos. A.R.. . . . . . . . . . . . 69 Dusapin y Fausto. S.M.B. . . . . . . . . . . . . . . . . 70 Dos Quintas mahlerianas. J.L.P.A. . . . . . . . . . 71 Wolfgang Mitterer. F.R. . . . . . . . . . . . . . . . . . 72 REEDICIONES: Tahra. E.P.A. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72 Music & Arts. E.P.A. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74 Membran. B.M. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76 EMI Gemini. C.V.N. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76 DG Originals. D.A.V. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 Naxos Historical. R.A.M. . . . . . . . . . . . . . . . . 78 Philips Originals. A.V.U. . . . . . . . . . . . . . . . . 78 DISCOS de la A a la Z . . . . . . . . . . . . . . . 80 DVD de la A a la Z . . . . . . . . . . . . . . . . . 106 NEGRO MARFIL. P.E.M.. . . . . . . . . . . . . . . 111 ÍNDICE DE DISCOS CRITICADOS . . . . . 112 l Cuarteto Emerson ha querido celebrar un doble cumpleaños (el trigésimo aniversario de su creación y las dos décadas de colaboración con Deutsche Grammophon) en compañía de Johannes Brahms. Los tres Cuartetos de cuerda del hamburgués, obras muy habituales en su actividad de conciertos pero hasta ahora inéditas en la discografía del grupo estadounidense, han sido las elegidas. El veterano pianista Leon Fleisher se ha unido al conjunto para acompañarles en el Quinteto con piano. Esta misma página brahmsiana protagoniza también el próximo registro del Cuarteto Artemis que, en compañía del pianista noruego Leif Ove Andsnes, edita en Virgin su versión de la obra, a la que sirve de complemento el Quinteto con piano de Schumann. Y más Brahms, esta vez en Zig Zag; para el sello francés, el dúo formado por Anthony Leroy y Sandra Moubarak acaba de registrar las dos Sonatas para violonchelo y piano. Otras estrellas de Virgin, los hermanos Renaud y Gautier Capuçon, añaden a su ya abundante discografía los Tríos nºs 1 y 2 de Schubert —más el Sonatensatz y el Notturno— para los que han contado con la colaboración del pianista Frank Braley. Praga (Harmonia Mundi) se sube al carro camerístico con interesantes novedades. Además del álbum recién editado con los Cuartetos nºs 1 a 7 de Dvorák interpretados por el Cuarteto Zemlinsky, añade a su catálogo un recital en torno al brahmsiano Ernö Dohnányi —Serenata para trío de cuerdas, Cuarteto nº 2 y Sexteto con piano— a cargo del Cuarteto Kocian y el Trío Beethoven y un nuevo volumen de la integral en marcha de los cuartetos de Bartók por el Párkányí (tras el Quinto y Sexto, ya editados) que incluye los dos primeros de la serie. También de Bartók, aparecen los Cuartetos nºs 1, 2 y 3 por el Ebène (Mirare) y los Quinto y Sexto a cargo del Cuarteto Arcanto (con dos solistas de la talla de Tabea Zimmermann y Jean-Guihen Queyras en sus filas). Publica este último disco Harmonia Mundi que asimismo hará lo propio con un recital para chelo y piano de SaintSaëns (por el dúo Emmanuelle Bertrand-Pascal Amoyel) y los Tríos con piano de Mendelssohn en lecturas del Trío Wanderer, que ya los grabara hace una década en su debut discográfico para Sony. Finalmente, Analekta publica tres Cuartetos de cuerda del coetáneo de Mozart Joseph Eybler por el Cuarteto Eybler, integrado en parte por miembros del grupo canadiense Tafelmusik; Naïve recupera al Mosaïques en los Cuartetos Op. 18 nºs 2 y 3 de Beethoven; Claves edita la integral para violín y piano beethoveniana (Corey Cerovsek-Paavali Jumppanen); Timpani cierra su estupenda edición Pierné con un segundo álbum, doble como el anterior, a cargo de los solistas de la Filarmónica de Luxemburgo; el sello belga Cyprès publica en 2 CDs la obra para violín de Prokofiev por Tatiana Samouil, Boris Brovtsyn y Plamena Mangova y Antoine Tamestit ofrece en Ambroisie un recital para viola sola que contiene la Partita BWV 1004 junto con la Sonata de Ligeti. 65 D D I SI CS O C O S S REFERENCIAS Igor Stravinski LA CONSAGRACIÓN DE LA PRIMAVERA Sólo seis U 66 na selección de seis referencias insuperables de La consagración de la primavera me mandan hacer en Scherzo, y aunque en mi vida me he visto en aprietos considerables, éste tiene tela marinera. Cien referencias recogí en la discografía de La consagración de la primavera (Le sacre du printemps) de mi libro sobre Stravinski para Scherzo/Península. Cien justas. Y, desde entonces, año 2001, hemos recibido algunas más. Desde luego, estaban aparte las interpretaciones de la reducción para dos pianos; ahora prescindimos de ellas, sólo faltaría eso en tan nutrido panorama. Señalaba allí interpretaciones buenas, estupendas, magníficas, superiores e inalcanzables. Qué puedo hacer ahora. Las cosas no han cambiado esencialmente desde 2001. Las referencias nuevas no han hecho que el panorama cambie ni mucho ni poco. Sigue igual, porque ya había llegado muy lejos. Ni siquiera Salonen se supera a sí mismo (antes, con la Orquesta Philharmonia; ahora con la Orquesta de Los Angeles); se iguala, pero no se supera, no era sencillo. Pese a su dignidad e innegable nivel, tampoco ha cambiado el panorama gracias a Eötvös, Gergiev o Paavo Järvi. Con cierto dolor por lo que falta, pero no sin sentido de la justicia, proponemos a los lectores las seis referencias que indicamos. Atención, todos esos directores han repetido o triplicado grabación de esta obra; bueno: todos, menos Ancerl, del que sólo conocemos la de 1963; y Monteux grabó la obra cuatro veces: fue él quien la estrenó en el Teatro de los Campos Elíseos, y ya había estrenado Petrushka en 1911. De Boulez elegimos la segunda de tres; de Craft, la tercera de otras tres. Monteux y Markevich son contemporáneos de Stravinski, éste más joven, mientras que aquél estrenó Petrushka. Lamentamos no incluir a Ansermet, gran stravinskiano y amigo del compositor, pero su espléndida propuesta no puede entrar entre seis, y es una vanni y otros títulos propicios al lugar común). Nos prohibiremos otras más. Pero hay palabras clave, como violencia, como ritmo, como chirriante, que resultan impres- brado, con una rítmica poderosa, sí, con una relativa violencia y considerable desasosiego, pero lo que nos sorprende ahora es que echamos de menos “más caña”, más rotun- pena. Tampoco entra el propio Stravinski, cuya lectura con la llamada Orquesta Columbia es excelente, pero hay quien le supera… pese a lo que dijera él mismo de otros registros ajenos. El compositor más los veteranos Monteux y Ansermet son, junto con Markevich, más joven que ellos y rival de Stravinski en los años anteriores a la muerte de Diaghilev, los testigos de aquella manera de hacer de la que pueden prescindir sin remordimientos tanto Boulez como Salonen, sin dejar de ser fieles al viejo abuelo Igor. cindibles. Intentaremos no repetirnos: violencia, pavor incluso, ritmo riquísimo, chirridos de metales y otros instrumentos, eso lo hay en estas seis lecturas y en otras muchas que desearíamos proponerles. ¿Y cuáles son ésas que hemos tenido que dejar fuera? Esas otras referencias excelentes (¡ay!) serían: Maderna, Frühbeck, Bernstein con la Sinfónica de Londres, Karajan, Chailly, Temirkanov, Rozhdestvenski, Solti, Haitink con Berlín… Y sin duda otras. Pero todo tiene un límite, queridos lectores. da violencia. Nos hemos acostumbrado a algo que no podían soñar en 1913, y tampoco todavía en la década de los cincuenta. Bueno… no del todo. Monteux, 1951 Palabras, conceptos Palabras prohibidas para referirse a una lectura La consagración: fascinante (porque esta obra no fascina, sino que objetiva la fascinación imaginaria de una civilización lejana; no hipnotiza, llama a la razón); salvaje (y otras palabras obvias, hay muchas); interpretación tradicional (nada es tradicional al enfrentarse con Le sacre, desde el mismísimo mayo de 1913); lectura sinfónica (imposible en una obra así, posible en otros ballets del propio Stravinski y sus contemporáneos); demoníaco (el demonio es un invento demasiado tardío y propio de las religiones del libro, estamos en la Rusia pagana, o al menos así lo fingen Stravinski y sus amigos; además, se ha abusado mucho de este término o concepto en los Don Gio- De estas seis referencias, la que resulta testimonio más cercano de lo que debió de ser “aquello” (mayo de 1913 en adelante) es la de Monteux con la Sinfónica de Boston para RCA, de 1951, monoaural pero con buen sonido; debía de ser la tercera vez que la grababa; aún lo haría de nuevo con la Orquesta del Conservatorio de París, otra lectura excelente. Violenta, desde luego, porque esta partitura no puede dejar de serlo. Nunca clasicista, pese a lo que se diga, porque esta obra nunca puede aspirar al modelo clasicista, que es apolíneo, mientras que Le sacre rebosa Dionisos por todas partes. Desde nuestra perspectiva, acostumbrados a la violencia explícita pero objetivista de la tradición que se va a imponer hasta nuestros días, Le sacre de Monteux para RCA es equili- Markevich, 1959 No del todo, porque en los cincuenta Markevich paseaba su Sacre con Philharmonia, y lo grababa dos veces. Sólo que la lectura de 1951 quedó archivada, hasta hace poco. Mientras que la de 1959 (EMI y Testament) ha sido y quién sabe si no sigue siendo la gran referencia de todos los tiempos. Porque el equilibrio de Monteux (si lo era) queda deshecho, forzado por una danza salvaje que Markevich es el primero en violentar de este modo. No hay que exagerar si decimos que Boulez vendrá de la tradición que llega desde aquella velada de los Campos Elíseos, pasando por el propio Stravinski; pero que ese camino tiene una parada imprescindible en la lectura sobrecogedora de Markevich. En él, con estar a mitad de camino entre el estilo antiguo y el moderno (por entendernos, eso de los estilos), no echamos de menos a los posteriores niños terribles. Quien tiene un amigo, tiene un tesoro; quien tiene Le sacre de Markevich, tiene Le sacre. Ancerl, 1963 Ancerl graba Le sacre en Praga con la Filarmónica Checa unos meses después de la D D I SI CS O C O S S REFERENCIAS Salonen, 1989 metales, ataques, ostinatos… no hay especial agresividad, pero aquí todo es ominoso, inquietante. La violencia no desaparece, porque no es posible; pero hay algo especialmente turbador más que agresivo. ¿Regresa Ancerl a Monteux y la pléyade de los Ballets Rusos? No, es su propia opción, la del que no necesita explicitar lo infernal porque lo ha conocido y sabe darlo con matices propios, los matices de quien ha pasado por Theresienstadt y hasta por Auschwitz. Una Sacre distinta dentro de lo superior. El País sacó esta Sacre y un Petrushka maravilloso en su edición Clásica. Todavía se encuentra en algunos quioscos, a muy buen precio. Petrushka incluso que de la (paseó Jeu de cartes por todas Sacre, pero también de su partes) y le dio a Sony un Pelléas, de su Ravel, de su ciclo parcial y muy variado Debussy… Boulez volvió a que nos supo a poco. Es el grabar con la Orquesta de Cle- responsable de la excelente veland una Sacre en 1991. base sonora de un Rake’s prosueco que en cuanto a Excelente también, no hay que gress 10:49 pub_scherzo_mars 30.3.2007 Page 1 imágenes era bonito y pastedecirlo. Boulez, 1969 Boulez nunca quiso saber nada de cierto Stravinski: el griego. Pero sí del otro, de éste. Y su lectura de Petrushka fue tan renovadora que desde ahí cambió todo en la visión del muñeco. Fue una sacudida ese Petrushka de 1971 con Nueva York. Dos años antes, en mayo de 1969 y en Cleveland, Boulez firmaba y afirmaba con la orquesta de George Szell (que fallecía un año después) una Sacre violentísima (Sony), pero también objetivo, que corregía en parte su ya excelente lectura de seis años antes con la Nacional de Francia. Al escuchar las danzas culminantes de esta versión (las finales de cada una de las dos d i re c t i o n g é n é ra l e j e a n - m a r i e b l a n c h a rd partes; mas no sólo esas danzas, claro) sentimos que algo nos toca, penetra en nosotros con la intensidad de lo subconsciente, lo arcano; y no a pesar, sino gracias a lo diáfano de eso que podemos llamar contundencia. En adelante, las cosas ya no pueden ser lo mismo. Es curioso de cuántos registros de Boulez se puede decir lo mismo: más de g ra n d t h é â t re d e g e n è v e visita de Stravinski a la URSS. ¿Se levantaba el veto? En cualquier caso, Praga no era Moscú; pese a intentos, nunca lo fue. El caso es que de los seis directores que ahora revisamos en otras tantas lecturas, Ancerl es el único que, siendo tan magistral como el que más, tiene además una biografía durísima. Ritmos, tempi nada acelerados, chirriantes Damos un salto de veinte años, nada menos. No nos engañemos: no es que los setenta no dieran nada, es que hay que escoger. EsaPekka Salonen es un magnífico director que siempre ha sido un stravinskiano excelente. Explota a menudo el repertorio menos conocido recrute pour son chœur d i re c t i o n : C h i n g L i e n Wu 1 s o p ra n o I I 1 alto I 1 ténor I entrée en fonction à convenir l ’ a u d i t i o n a u ra l i e u l e 25 juin 2007 dès 13h a u g ra n d t h é â t re d e g e n è v e L a l i m i t e d ’ â g e e s t f i x é e à 4 0 a n s. L’ a u d i t i o n s e f e ra s u r l a b a s e d ’ u n e p r é s é l e c t i o n . L e s p e rs o n n e s re t e n u e s re c e v ro n t u n e i n v i t a t i o n . L e r è g l e m e n t d é t a i l l é d e s a u d i t i o n s s e t ro u v e s u r l e s i t e w w w. g e n e v e o p e ra . c h I l p e u t é g a l e m e n t ê t re d e m a n d é à c e t t e a d re s s e : g ra n d t h é â t re d e g e n è v e a d m i n i s t ra t i o n d e s c h œ u rs 1 1 b d d u t h é â t re ch 1211 genève 11 t +41 22 418 30 24 f +41 22 418 30 01 o. g a r r i d o @ g e n e v e o p e ra . c h p o u r t o u t a u t re re n s e i g n e m e n t t +41 79 637 34 39 lón; ya lo hemos reseñado en estas páginas. Si Boulez es la fidelidad a Stravinski mediante el objetivismo y el arrebato controlado, Salonen, con la Orquesta Philharmonia, es la renovación del equilibrio mediante un juego de tensiones que no sabemos si llamar abrumador, conmovedor o de nuevo “inquietante”. Como cualquiera de las otras referencias aquí reseñadas, esta Sacre vale por sí mismo. Pero es una Sacre distinta. Lo comprenderá el aficionado en seguida, porque tiene otro sabor, otro color; y hay una increíble serenidad de batuta en el nerviosismo de la acumulación de ritmos, ataques y (claro) violencias de esta hermosísima lectura. No es contradicción. Craft, 1995 Tres lecturas de Craft para la posteridad. La primera, durante el viaje de Stravinski a la URSS (1962). Craft era su mano derecha, su secretario, mas también su mentor pese a ser tan joven. Influyó tanto sobre Stravinski que se corrió la leyenda de que Vera y él tenían secuestrado al compositor. Demasiado y demasiado pronto: Craft pagaría con el tiempo tanta influencia. Algunos rivales, como Boulez, no han sido ajenos a la caída en desgracia y ostracismo de décadas de este artistazo. Elegimos su tercera Sacre, la de 1995 para Koch, ahora en Naxos, con la Sinfónica de Londres. Craft se niega a seguir el camino de Boulez, lo cual no sólo es lógico y coherente, sino una opción que permite buscar lo penetrante, lo emotivo, lo objetivista en otra parte. Craft también nos inquieta. A Craft se le nota cuando trabaja con una orquesta de primer orden, como en este caso: es una lectura superior a la que hizo con St. Luke’s cuatro años antes, para la edición Stravinski de Music Masters (que ahora está pasando a Naxos). Ahí está esta Sacre londinense de Craft, magistral, en un CD a precio económico. No hay que dudarlo. Santiago Martín Bermúdez 67 D D I SI CS O C O S S ENTREVISTA Lang Lang y Christophe Eschenbach COMPARTIENDO A BEETHOVEN Aparece estos días la grabación que el pianista Lang Lang y el director de orquesta Christophe Eschenbach han realizado para Deutsche Grammophon, con la Orquesta de París, de los conciertos para piano y orquesta Primero y Cuarto de Beethoven. Una ocasión para hablar con dos músicos que parecen comunicarse con una sintonía muy especial. 68 cabo de muchos años en una sólida amistad. “Seguí tocando el piano durante dos horas, Christoph se olvidó por completo de su ensayo, así que cuando abrió la puerta de la sala donde estuvimos trabajando se encontró con los cantantes que llevaban una hora esperando fuera”. Eschenbach quedó tan impresionado por el joven pianista que le presentó inmediatamente a Zarin Mehta, el director ejecutivo del festival. Pero el destino ordenó que el joven virtuoso y el director, que ya tenía una larga carrera a sus espaldas, no fueran a separarse en un futuro inmediato. Lang Lang me contó que “Dos días más tarde recibí una llamada de la Orquesta Sinfónica de Chicago, preguntándome si estaría dispuesto a sustituir al pianista André Watts que se había puesto enfermo”. Cuarenta y ocho horas más tarde su brillante interpretación de Concierto para piano nº 1 de Chaikovski resultó ser únicamente el primero de muchos encuentros musicales con Christoph Eschenbach. Con el tiempo, el director se ha convertido en algo más que un acompañante musical, es también el genuino mentor del pianista. Es una relación que Eschenbach define de la siguiente forma: “Por supuesto que damos conciertos juntos, pero nuestra relación musical va más allá de los conciertos. Es un verdadero diálogo musical de gran profundidad”. Esta profundidad surge sin duda en parte del hecho de que no sea una relación sin más entre un joven concertista y un director con muchos años de experiencia encima que le apoya. Más bien la relación es entre dos pianistas. Eschenbach explica que los dos tocan juntos el piano regularmente. “Gary Graffman no puso reparos a que Lang Lang me visitara cada tres meses para que yo trabajara con él en su nuevo repertorio. Y sigue haciéndolo. Nos encontramos periódicamente para tocar, hablar de las cosas y compartirlas”. Hace falta añadir que a Eschenbach también le gusta compartir sus experiencias con otros jóvenes de talento que no sean Lang Lang: por ejemplo con Julia Fischer, y antes con Tzimon Barto. “¿Por qué voy a guardar todos mis conocimientos para mí mismo? También aprendí todo lo que sé de mis mayores —en 1964, grabé el Primer Concierto para piano de Beethoven con Herbert von Karajan, que fue uno de mis mentores al principio de mi carrera”. George Szell es otro director que animó al joven pianista de talento excepcional cuando estaba empezando y que luego se convirtió en uno de los directores de más éxito. ”Me enseñaron mucho y es mi deber transmitir este legado a otros”. Las obras para piano de Beethoven forman una parte esencial del proceso. Lang Lang había trabajado con Eschenbach en el Concierto para piano nº 4 mucho antes de que llegara a ser una de sus piezas de la suerte, y la que mejor demuestra el grado de ósmosis que existe entre los dos artistas. La idea de grabar juntos el concierto les llenó de entusiasmo. “Cuanto más escucho a Lang Lang” —dice Eschenbach—, “más convencido estoy de que nació para tocar a Beethoven”. El movimiento lento del Concierto nº 1 fascina sobre todo a Lang Lang. “Aunque esté hecho con una forma clásica, este Largo es ya romántico en carácter” sostiene. Es una visión compartida por Eschenbach, que mantiene que “ya mira hacia Chopin”. Lang Lang se siente especialmente atraído por este Largo, cuya intensidad expresiva tiene sus dificultades: “A menudo, Beethoven exige una extrema precisión y no tolera Félix Broede C hristoph Eschenbach tiene dos razones para sentirse satisfecho: como director de la Orquesta de París desde 1999, acaba de hacer su primera grabación con la orquesta en la “nueva” Salle Pleyel, cuya acústica ha sido totalmente transformada después de varios años de trabajo y cuyos resultados Eschenbach encuentra espléndidos. Pero por encima de todo está encantado de trabajar con Lang Lang, un pianista cuyo ascenso artístico él mismo inició y es su acompañante predilecto a la hora de hacer música. Christoph Eschenbach conoció por primera vez a Lang Lang en 1999, en el Festival de Ravinia, la sede de verano de la Orquesta Sinfónica de Chicago. Era entonces director del Festival. Su encuentro no iba a ser más que una audición para un joven y entonces desconocido pianista chino, que hacía poco había terminado en el Conservatorio Central de Beijing y aún estaba en la clase que Gary Graffmann daba en el Curtis Institute of Music en Filadelfia. Sin embargo, tal como salieron las cosas se transformó en un autentico recital. “El límite tocar era de veinte minutos” —recuerda Lang Lang— “pero me pidió que tocara esta pieza o aquella de Haydn o de Brahms, y luego empezamos con Chopin, Rachmaninov y Beethoven”. Por su parte, Eschenbach se preguntó y sigue preguntándose “cómo podía un muchacho de apenas diecisiete años comprender con tanta profundidad no sólo las obras puramente virtuosistas sino también piezas como los Intermezzos de Brahms. Me fascina su talento. Es un músico íntegro, no solamente técnicamente dotado, como muchos jóvenes artistas de Asia, sino que es sobre todo inmensamente musical. Aquel improvisado recital de Lang Lang echó los cimientos de una intima colaboración que se ha transformado al la aproximación. Lo que es tan maravilloso en Christoph es que tiene un sentido del verdadero rubato y lo puede realizar sin perjudicar a la estructura global, dándome así libertad y espacio suficientes para que no me sienta como si me limitara”. “Un 80% de mis colegas”, dice Lang Lang, “opina que el Concierto en sol mayor es el concierto para piano y estoy de acuerdo”. Mientras el Primer Concierto no había roto con la tradición de Haydn y de Mozart, el Cuarto encuentra a Beethoven inventando una nueva forma, sobre todo porque la obra empieza con una entrada para piano solo y señala una interpretación “dolce”. “Es casi imposible para un pianista encontrar el sosiego necesario para tocar este tema —se encuentra tan solo e impotente al comienzo de la obra”, confiesa Lang Lang. ¿Y qué se puede decir del movimiento lento, en el que el piano parece pedir compasión al tener que enfrentarse con los acordes inflexibles de la orquesta? Es una auténtica escena operística, es Orfeo que ha descendido al infierno para implorar que le devuelvan a Eurídice”. Pablo Galonce D D I SI CS O C O S S ESTUDIOS Daniele Gatti, Zubin Mehta CIERTOS AROMAS VERDIANOS VERDI: Simon Boccanegra. THOMAS HAMPSON (Simon), CRISTINA GALLARDO-DOMÂS (Maria-Amelia), FERRUCCIO FURLANETTO (Fiesco), BOAZ DANIEL (Paolo), DAN PAUL DRUMITESCU (Pietro), MIROSLAV DVORSKY (Gabriele Adorno). CORO Y ORQUESTA DE LA ÓPERA DE VIENA. Director musical: DANIELE GATTI. Director de escena: PETER STEIN. Director de vídeo: ANTON REITZENSTEIN. TDK DVWW-OPSIBOW (JRB). 2002. 137’. N PN Falstaff. RUGGERO RAIMONDI (Falstaff), MANUEL LANZA (Ford), DANIIL SHTODA (Fenton), BARBARA FRITTOLI (Alice), MARIOLA CANTARERO (Nannetta), ELENA ZILION (Mrs. Quickly). CORO Y ORQUESTA DEL MAGGIO MUSICALE FIORENTINO. Director musical: ZUBIN MEHTA. Director de escena: LUCA RONCONI. Directora de vídeo: PAOLA LONGOBARDO. TDK DVWW-OPFALF (JRB). 2006. 128’. N PN D os Verdi de pura cepa, dos obras que pueden considerarse prácticamente de vejez, una de ellas la última de su catálogo operístico, una partitura magistral y definitiva, un sorprendente logro de carácter bufo; de una comicidad trascendente y crepuscular. Ante nosotros interpretaciones de altura, bien servidas sobre todo en lo orquestal. La de Simon Boccanegra, según la revisión de 1881, está protagonizada por un entonado y generalmente musical Hampson, que se mete cada vez más en este tipo de labores, aunque la suya no sea, ni mucho menos, la voz que necesita un personaje como el antiguo corsario genovés, que pide un instrumento robusto, sólido, anchuroso —esa soberbia escena del Consejo…—, prieto y fornido. El barítono americano es un lírico que se encuentra no pocas veces desguarnecido. Pero su canto es refinado, sabe matizar, hacer fáciles medias voces y falsetes. Sus mejores momentos están en la escena de la muerte, en la que se muestra transido y débil. El papel principal de Falstaff está a cargo de un Raimondi en la recta final de su carrera, cuando ya ha pasado con creces los 65 años. Si su voz nunca fue bella, si casi siempre estuvo emitida de manera poco ortodoxa, esten- tórea y destemplada, con abuso de sonoridades nasales, esos defectos se acentúan ahora, como es lógico. El centro y sobre todo los graves están seriamente dañados, aunque todavía pesca algún agudo decoroso. Declama más que canta en muchos instantes y no posee la finura de fraseo, la flexibilidad y la gracia vocal requeridas, bien que escénicamente mantenga una personalidad indiscutible. Ambos cantantes aparecen rodeados de equipos vocales solventes. La chilena GallardoDomâs, no siempre templada y afinada, muy nasalizada de emisión, logra una convincente Amelia, con agudos algo estridentes y centro bien apoyado y varios momentos de alta intensidad lírica, a los que intenta plegarse el tenor Dvorsky —por cierto, hermano menor de Peter Dvorsky, que alcanzara fama en los años ochenta—, bastante rudo pero valiente y de agudo brillante. Tan opaco, pero también tan cumplidor como en él es habitual, Furlanetto, un Fiesco con autoridad y presencia. Por encima de la media en este tipo de papeles el israelí Daniel, barítono de alguna prestancia. En el reparto de Falstaff destaca sin duda la Nannetta de la granadina Mariola Cantarero, que, desde su fácil emisión y su timbre de lírico-ligera, consigue hermosos pianos y notas mantenidas de notable factura, con algunas irregularidades poco relevantes. Muy aplaudida. Su pareja es el joven tenor Shtoda, de voz interesante, pero no pocas veces vicino al tono. Frittoli, lírica de buen volumen y espectro, con un vibrato no desagradable, hace una convincente Alice, puede que con falta de luminosidad, de brillo y de tersura en el agudo. Su marido es otro español, Manuel Lanza, que viste un Ford muy meritorio y bien fraseado, de apostura evidente, que no acaba de resolver una problemática zona aguda. Sorprende ver a la muy veterana Zilio en Quickly: su voz fue siempre pequeña y lírica, por lo que, ya deslucida, no cumple vocalmente con las cavernosas exigencias, propias de una contralto o una mezzo más consistente. Pero está graciosa y, con el atuendo que le proporciona el figurinista, se parece mucho a Jean Simmons. Los secundarios —Bosi, Floris, Ron y Polverelli— hacen buen juego, llevados de la ágil y muy medida batuta de Mehta, que ofrece una visión musical alegre y desenfadada, justa de tempi y fluida de exposición, vigorosa y con tramos líricos bien vistos, correctamente acentuada. Los pasajes más comprometidos, como ese que desarrolla una superposición de compases poco antes del cierre del segundo acto, están resueltos con autoridad. Queda por debajo en este caso creemos, la dirección, sin duda algo más átona, de Gatti, al que nos parece le falta amplitud en las escenas dramáticas y mayor claridad en los números corales, aunque su concertación acabe revelando su tradicional buen pulso, servido por unos coros pasables y, eso sí, una orquesta fantástica. La dirección escénica de Stein, estilizada, ucrónica, de colores fríos, nada localista, es inteligente en los cambios escenográficos, pero más bien desangelada en las escenas de masas. Ese sabor marino que respira la música en algunos momentos, el furor melodramático de otros, las pasiones primarias que envuelven la imposible trama se nos dan bastante diluidos; y la batuta de Gatti, no exenta de nervio y fogosidad, no lo remedia. Nos parece mucho mejor, más bella, la propuesta de Ronconi, que sitúa la acción en una Inglaterra provinciana de los tiempos modernos, con escenografía un poco de postal, con huecos practicados en las paredes que dejan ver interiores, con la casi constante presencia de unos toneles y con la pintura, excesivamente apayasada, del personaje central, al que da poco creíble cuerpo el bien rellenado Raimondi. Los trajes, floreados, de estampados diversos, son voluntariamente cursis y proporcionan una restallante y muy apropiada nota de color. El movimiento está bien armonizado y el espectáculo se ve con gusto y una sonrisa. Buena idea la de realizar sin solución de continuidad la transición del primer al segundo cuadro del tercer acto: el borrachín se ha quedado dormido, acunado por Quickly, y la cama —ese artilugio en el que el amor y el sexo alcanzan su plenitud— permanece en escena y en ella se despierta Falstaff cuando están a punto de dar las doce y empieza el falso aquelarre. A ese lecho terminarán por acceder al final, durante la impresionante fuga, bien marcada por la batuta, Nannetta y Fenton. Arturo Reverter 69 D D I SI CS O C O S S ESTUDIOS Jonathan Stockhammer TIENES QUE VOLVER A NACER DUSAPIN: Faustus, the last night. GEORG NIGL (Faustus), URBAN MALMBERG (Mefistófeles), CAROLINE STEIN (El Ángel), ROBERT WÖRLE (Sly), JACO HUIJPEN (Togod). ÓPERA DE LYON. Director musical: JONATHAN STOCKHAMMER. Director de escena: PETER MUSSBACH. Director de vídeo: YVON GÉRAULT. NAÏVE MO 782177 (Diverdi). 2006. 139’. N PN L 70 eemos al concluir la filmación de la ópera: “Todo parecido de esta ópera con el mundo pretendidamente real es tan sólo un equívoco”. Una ópera que se define como “ópera en una noche y once números”. Habrá quien diga que esto no es una ópera. Pero después de lo que hemos visto en las últimas décadas, esto se parece a una ópera muchísimo. Yo diría que lo es. Hay canto continuo, hay un paisaje sonoro permanente (más que un acompañamiento), tipos que no son exactamente personajes, hay vocalidad, hay referencias tonales y de las otras, hay una orquesta impresionante y un conflicto manifiesto desde el principio entre el Fausto que tan mal le cae a Dusapin (“Mi Fausto es la metáfora de lo peor”, declara el compositor en la entrevista complementaria) y el Mefisto que le cae muy bien al compositor y se diría que no tan bien a Mussbach, autor de la puesta en escena. Fausto y Mefisto mantienen un conflicto, pero son “colegas”, son amigos, son poco menos que una pareja… o acaso más. No hay una auténtica acción dramática, sino una situación dramática, la del enfrentamiento, mientras Fausto agoniza (o quién sabe) junto a Mefistófe- les, el ángel y esos dos invitados tardíos. Mussbach viste y diseña de manera muy semejante a los protagonistas, mon semblable mon frère, o acaso el otro el mismo. Más tarde se ve que Mussbach pretende definir a todos los personajes, menos al ángel, con el mismo look, aunque el clown Sly es grueso como Falstaff, y menos calvo que los otros. Es el personaje que bordea lo humano; los otros, no. Pero no, no hay crisis, no hay catástrofe, porque la catástrofe es la situación de partida. Y la crisis se producía antes de levantarse el telón. Aunque en inglés, es una obra francesa hasta el extremo. Por su carácter esencialmente intelectual. No es una obra “fascinante”, ni mucho menos. Tampoco es lo contrario: no es una obra para “pensar”. Es una pieza que plantea incertidumbres, inquietudes y angustias. Mas las inquietudes y todo eso son más propicias a pensarlas, leerlas y escucharlas que a verlas. Mussbach hace gesticular demasiado a Mefistófeles, y de paso a Fausto. No digamos al pobre ángel angustiado, que le repite a Fausto una y otra vez: “Tienes que volver a nacer”. Y los coloca en un escenario que es un reloj enorme en el que se mueven los personajes; y, a menudo, también las agujas. En plano inclinado, desde luego. No es que haya especial contradicción entre ópera y puesta en escena, pero a menudo se contradicen. La música es de una modernidad incuestionable que en ocasiones es de gravedad excesiva. Pero esa modernidad es posterior a la vanguardia. La imagen, por su parte, sí se pretende a veces fascinante, aunque la ópera de Dusapin vaya por otro lado. No es contradicción; es una especie de lucha, de agon, de doble propuesta. No es la puesta del epatante director divo, sino la del director divo desentrañador de textos que consigue desentrañarlos en ocasiones. “Intelectual”, nos decía Fernando Savater en alguna ocasión, es el que trata a los demás como intelectuales, esto es, se dirige a su público como si fuera intelectual, como si pusiera su mente en marcha cuando se le hiciera una propuesta. Así, Dusapin. Así, a veces, casi siempre, Mussbach. Si Mussbach nos fascinara siempre, estaría traicionando a Dusapin. Si Dusapin nos hiciera propuestas intelectuales siempre, estaría en contra del espíritu del teatro lírico, que quiere a veces lo contrario a sí mismo: sinfonismo, por ejemplo, intermedios o interludios instrumentales y orquestales que permiten transiciones, suspensiones, sugerencias de angustias amplias como la vida para la muerte. Vida para la muerte que es esta noche final de Fausto, cuyos fantasmas le atormentan lo imprescindible; es la muerte y la falta de sentido y el miedo y las preguntas lo que le rodean y aprisionan. Sorprende la comicidad de Sly, de origen shakespeareano, porque aquí queda como comicidad siniestra. Sorprende el cinismo de Togod, de diversos orígenes, un “Hacia Dios” un “A Dios”, una especie diablo-dios para Dusapin; sorprende porque aquí queda afirmativo en su negación (“Repite conmigo: no hay nada”). No sorprenden, porque sólo a veces se captan, las muchas referencias literarias de este libreto, francés hasta el extremo, intelectual, no pedante, sino respetuoso con un público al que no quiere sorprender, sino al que considera capaz; no ya culto, sino capaz. Capaz de preguntarse las preguntas, al menos las esenciales. Puede sorprender la opción de Mussbach: todos los personajes masculinos son calvos; no el ángel, que es femenino, y muy femenino, no es casual la opción de maximizar el tipazo de la soprano Caroline Stein: no hay aquí discusión posible sobre el sexo de los ángeles. Con Mussbach, pero apoyadísimo en la línea de Dusapin, este Ángel es una Lulu. Faustus, la última noche, es una ópera para verla dos o tres veces antes de nada. No para comprenderla, sino para situarse en su imaginario sonoro. El visual de Mussbach es otra cosa; a partir de determinado momento, ayuda. Antes, despista un poco. Sólo cinco personajes, y sin embargo hay efectos masivos realmente impresionantes. Hay una gran orquesta, desde lue- go, pero los solistas pelean en momentos sonoros colectivos que no se podrían sospechar en un elenco tan reducido. “Quiero saber. No creer ni suponer”. Eso dice Faustus. “Tienes que volver a nacer”, le dice el ángel antes y después, sobre todo cuando el ángel se pone histérico (en la música, no sólo en la puesta). Saber no es saber. Saber es hacerse preguntas. Exactamente eso rodea esta ópera, este libreto, esta propuesta; incluso esta escenografía. Otras cosas que oímos cantadas: A nadie acuso. Ni siquiera a Dios. Quién soy yo. Acaso nadie. Resumiríamos a Dusapin en la siguiente secuencia, no literal: “No he querido saber nada de Goethe. He partido de Marlowe, pero yo no quería hacer una ópera del texto de Marlowe, y le he introducido múltiples elementos de intertextualidad. Ahora bien, he inventado el texto al mismo tiempo que la música, permanentemente”. Pero, además de la obra de Dusapin, hay unos intérpretes y un director musical y un director de escena. Y, atención, una sensacional filmación de Yvon Gérault. Stockhammer dirige con precisión y energía esta orquesta que a veces estalla y a veces guarda significativo (que no discreto) silencio. Los cinco solistas están espléndidos en esos cometidos de tan escasa raíz humana. Pero hay que destacar la proeza de Georg Nigt en el cometido titular. “Nunca me he sentido tan… tan deportivo”, dice Nigt. Eso aproxima un poco. Canta y brinca, y no para. No hay títulos en español, sólo en francés, inglés y alemán. Por alguna razón, esta ópera y estos intérpretes me recuerdan mucho The visitors, de Carlos Chávez, y la puesta en escena de Sergio Vela que pude ver en Guanajuato hace algo más de siete años. Despojamiento, símbolos (no simbolismo), expresión, abstracción. Propuesta intelectual, y sin embargo sensitiva. Musicalidad arisca y ardua, pero raras veces agresiva, y nunca extemporánea. Una belleza de los tiempos post que no se resignan a rendirse a la cultura de masas. Santiago Martín Bermúdez D D I SI CS O C O S S ESTUDIOS James DePreist, Roger Norrington EL QUE DURMIÓ A LAS OVEJAS Y EL QUE ASÓ LA MANTECA MAHLER: Sinfonía nº 5. ORQUESTA SINFÓNICA DE LONDRES. DIRECTOR: James DEPREIST. NAXOS 8.557990 (Ferysa). 2005. 73’. DDD. N PE Sinfonía nº 5. ORQUESTA SINFÓNICA SWR DE LA RADIO DE STUTTGART. Director: ROGER NORRINGTON. HÄNSSLER CD 93.165 (Gaudisc). 2006. 68’. DDD. N PN D ada la muy conocida política de Naxos de evitar repeticiones en su catálogo, a menos que sea para sustitución del registro más antiguo por el moderno, sorprende un poco que, apenas completado el ciclo Mahler de Wit/Halasz (su último jalón, la Octava Sinfonía a cargo de Antoni Wit, fue comentado en estas páginas, SCHERZO, nº de julio de 2006), la firma de Klaus Heimann difunda una nueva grabación de la Quinta Sinfonía. Cierto es que la previa versión de Wit data de 1990 —aunque interpretación y sonido siguen siendo notables—, pero no queda claro si este nuevo trabajo debido al director americano James DePreist (Filadelfia, 1936) es un producto aislado o inicia una nueva serie. La grabación de Naxos, realizada en el estudio londinense de la EMI en Abbey Road (29-30 de abril de 2005), se produjo inmediatamente después del debut en el Barbican (28 de abril) de James DePreist con la London Symphony, y es que a los 68 años el artista dirigía por vez primera al conjunto británico. El músico estadounidense, que ha hecho buena parte de su carrera en Escandinavia, traduce correctamente una obra que, como todo Mahler, la LSO lleva en la sangre, y poco más. No hay nada negativo en el trabajo de referencia, como tampoco hay nada excepcional. Al llegar al Scherzo, DePreist parece entrar en una suerte de letargo invernal — aunque era primavera— con un tempo, ya no amplio, sino hinchado. El Adagietto está al borde lo plañidero —extraña canción de amor— y el Finale resulta, en su mayor parte, huérfano de humor y sorna, y DePreist entra en el movimiento como pidiendo perdón por molestar. Para dormir a las ovejas… Aunque la Quinta no es uno de los puntales del recorrido mahleriano de Antoni Wit, la comparación entre ambas realizaciones es instructiva. La London Symphony es, qué duda cabe, una formación rotundamente superior a la Sinfónica de la Radio Nacional Polaca, y la moderna grabación londinense es (levemente) mejor que la de Katowice. Y ahí concluyen las ventajas del nuevo registro. Wit es definitivamente más intenso y musical compás a compás, su Scherzo —¡con minutación virtualmente idéntica a la de DePreist!— posee ironía, ritmo, angulosidad y energía — su trío de violines y viola, al empezar el Trío, es paradigma de acentuación, frente a la apatía de DePreist—, y su Finale es una creciente progresión en pos del coral en re mayor que fuera abortado en el segundo tiempo de la pieza. Del mismo modo, completado el ciclo —atrevido y excelente— de Michael Gielen con la Sinfónica de la Radio de Baden-Baden y Friburgo, Hänssler se ha lanzado (aquí sí es manifiesto el propósito) a una nueva aventura mahleriana con otra agrupación de la SWR (Südwestrundfunk) alemana, la de Radio de Stuttgart, con su titular desde 1998, el británico Roger Norrington (Oxford, 1934), al frente del proyecto. Lo que Norrington viene a proponer es, no Mahler con instrumentos originales —esto habría bordeado la trapisonda—, sino Mahler con “sonido original”, que el maestro británico centra en dos opciones, la ausencia de vibrato en la cuerda y la recolocación de los instrumentistas. Sobre lo primero, la afirmación de Norrington de que “el vibrato era desconocido por las orquestas de la Viena de Mahler” es tan peculiar como objetable, ya que el mayor o menor uso del vibrato ha estado en juego desde los tiempos de Tartini; en cuanto a lo segundo, la ubicación “estereofónica” de los violines y de los metales, y la de los contrabajos como “batería de fondo”, la han empleado, después de Mahler, con matizaciones, desde Kubelik hasta Barenboim. Otra afirmación, la de que desde Walter no se había escuchado “sonido libre de vibrato” en una grabación, debe entenderse, imagino, a sensu contrario, esto es, que hasta en Walter se oye vibrato, porque lo otro es auditivamente indefendible. En fin, si Norrington quiere irse a las interpretaciones más “auténticas” de la música de Mahler, basta con que escuche las lecturas —todas las que van a citarse actualmente localiza- bles en CD— de Mengelberg (Adagietto de la Quinta, 1926, Cuarta Sinfonía, 1939; Canciones de un camarada errante —con Hermann Schey—, 1939), Oskar Fried (Segunda Sinfonía, 1924), Horenstein (Kindertotenlieder —con Heinrich Rehkemper; 1928), Hidemaro Konoye (Cuarta Sinfonía; 1930) y, desde luego, Bruno Walter (La canción de la tierra, 1936; Adagietto de la Quinta, 1938; Novena Sinfonía, 1938), todas ellas realizadas en un lapso temporal que está entre los 13 y los 28 años transcurridos desde la muerte del autor y por varios artistas (Mengelberg, Fried, Walter) que tuvieron contacto directo con el compositor. Por cierto, en todas estas interpretaciones hay, en mayor (Mengelberg) o menor (Walter) grado, vibrato. Asar la manteca… Con todo, lo más cuestionable es la no menor falta de interés musical de la propuesta de Norrington, paralela en tedio a DePreist, y que sólo parece elevar vuelo en el Finale; quizá, por ello, el público premie —como en las previas ediciones de las Sinfonías Primera y Cuarta— la interpretación con entusiasta acogida. Pero, como en el caso del disco precedente, vayamos a la misma compañía, a la grabación de Michael Gielen de 2003 (Hänssler Classic 5.0875), 68:54 de duración, no especialmente distante en ese aspecto de la de Norrington, pero todo un mundo de diferencia a la hora de atrapar al oyente — con vibrato, tampoco mucho— y de exhibir sapiencia mahleriana. Un maestro habla, dicta clase magistral y sienta cátedra. Sólo eso. Curiosidades adicionales: en DePreist el la del cuarteto de trompas, primer compás del Scherzo, blanca en 3/4, suena como si se hubiera producido un editing o uno de los trompas se hubiera acordado a destiempo de entrar; en Norrington, el primer movimiento se cierra, curiosa “corriente” de última hornada, sin pizzicato ni sforzando de la cuerda grave, sino con arco y en pp. ¡Qué le vamos a hacer! José Luis Pérez de Arteaga 71 D D I SI CS O C O S S ESTUDIOS / REEDICIONES Wolfgang Mitterer TRIUNFO DEL SONIDO MITTERER: Mixture V. Die Zeit spielt keine rolle. Vox acuta. bwv.org. WOLFGANG MITTERER, órgano y electrónica. COL LEGNO WWE 20615 (Diverdi). 2004. 69’. DDD. N PN E l sello Col Legno ha optado en las dos últimas temporadas por presentarnos la selección de los festivales de Donaueschingen y Darmstadt en forma de monográficos. Así, el compositor austriaco Wolfgang Mitterer (n. 1958) ocupa la totalidad del registro que cubre algunas de las obras que se dieron en Darmstadt en el verano de 2004, dentro de los Internationale Ferienkurse für Neue Musik, los famosos cursos de nueva música en los tiempos de posguerra y que aun hoy, ya en el siglo XXI, no deja de ofrecer páginas para la reflexión, aunque el marchamo de vanguardia sea algo que parece pertenecer a otra época. Sin embargo, habría que preguntarse, escuchando el contenido de este CD de Mitterer, consagrado a obras para órgano solo y órgano y electrónica, si de verdad estas sonori- dades no deberían corresponder a una vanguardia presente y solamente el devenir del tiempo dictará o no sentencia. Se sabe que, si bien en el campo de la música instrumental pura los posicionamientos de ruptura hace años que han pasado a ocupar un lugar secundario, es en el ámbito de la electroacústica, del arte sonoro, en definitiva, donde el compositor se puede permitir aún enarbolar, en estos inicios de centuria, la bandera de la transgresión y la innovación. El afán experimentalista no ha cesado, por fortuna y no son pocos los autores (artistas sonoros) que continúan desvelando nuevas formas de expresión. Y Mitterer es un caso particularmente interesante en este estado de cosas. Como no podía ser de otra manera, Mitterer no procede del exclusivo campo de la música instrumental. Ya conocíamos de él alguna obra anterior (Concierto para piano y electrónica, en Donaueschingen 2001) y se sabe que en su trayectoria se combinan las obras para orquesta (presencia en festivales como Wien Modern) y para medios electrónicos o mixtura. Hay en Mitterer un interés cierto por tratar el material sonoro desde la improvisación y la componente ruidista, lo que conecta totalmente su estética con la de otros autores de ese ámbito geográfico, como Bernhard Lang. Lo sorprendente y verdaderamente atractivo de un programa como el que contiene el presente CD es observar que las inquietudes de Mitterer, como confrontar sonoridades tan opuestas como las del órgano y la electrónica, dan como resultado unas composiciones que están a contracorriente y que, además, son, en algún caso, auténticos tours de force. Una pieza como Die Zeit spielt keine rolle, para órgano solo, de 1980 (la más veterana del ciclo) asombra por conservar y fortalecer todos aquellos signos que hicieron de Charles Tournemire o del primer Olivier Messiaen unos compositores para órgano de carácter visionario. Simplemente basta con escuchar cualquiera de las planicies sonoras del primer volumen de L’orgue mystique, de Tournemire o los momentos extáticos del primer período de Messiaen (Apparition de l’église éternelle) para comprobar cómo aquellas masas sonoras pueden confluir, por así decir, en una pieza como Die Zeit spielt keine rolle. El empleo sistemático del cluster por parte de Mitterer y la profundidad alcanzada por el material (catedral de sonidos) obra el milagro de presentar como modernas técnicas que parecían solamente detalles de ingenio en manos de un Tournemire. Mitterer es consciente de que arsenales como el del órgano y los medios electrónicos pueden servir al compositor para agitar el propio lenguaje. Son timbres que propician un nuevo campo de exploración e invita a un estado de escucha expectante. El número de objetos sonoros se multiplica en piezas como la que cierra el disco, bwv.org, de 2000, un fragor de sonoridades que sitúa la propuesta de Mitterer muy cerca de la que promueven artistas como Alvin Curran (el autor de Maritime rites). Esta apertura a mundos heterogéneos, al sampler y al sonido fijado (concreto), al collage y la inserción de voces, es muy típica de alguien como Curran, que, en algunas de sus obras, gusta de ensamblar objetos sonoros dispersos que sólo se vertebran por medio de la aparición recurrente de un canto popular. El propio Mitterer defiende en el reducido texto que acompaña al disco la idea de que estamos, en realidad, ante obras de tipo “tonal”. Es el caso de la primera pieza, Mixture V, quizás la menos expansiva, o la extraordinaria Die Zeit…, en donde la explosión de los sonidos, esa aglomeración de acordes son realmente tonales, por cuanto, dice el autor, la palabra atonal “sólo sería aplicable a ciertas técnicas de composición, pero no a los sonidos en sí mismos”. La vieja lucha (atonal versus tonal) queda obsoleta en el mundo de los sonidos en libertad. Ese triunfo del sonido queda suficientemente expuesto en una pieza como Vox acuta, para órgano solo, suerte de improvisación salvaje que parece diluir la frontera entre sonido y ruido. No es fácil la escucha de este CD, defendido en los conciertos de Darmstadt por el propio autor de un modo huelga decir que abrasivo. Volver sobre esta música repetidas veces, degustarla paso a paso, llevará seguramente a admirar una de las más inesperadas y arriesgadas propuestas de la contemporaneidad. Francisco Ramos Tahra KNAPPERTSBUSCH Y COLEGAS H 72 omenaje a Knappertsbusch (4 CD Tahra 606/09). El sello francés Tahra (distribuido por Diverdi) nos trae, entre otras cosas que también comentamos, el esperado homenaje a Hans Knappertsbusch en un álbum de 4 CDs en el que prácticamente todo son reediciones ya comentadas desde estas páginas, y aunque se incluyen ensayos y una corta entrevista con el maestro, la publicación no ha superado a nuestro juicio las expectativas creadas. El Cuarto de Beethoven con Backhaus y la Filarmónica de Viena (17-1-1954) es distinto del publicado en DVD por TDK, ya que aquél llevaba fecha 31-5-1962. Nada que añadir a la paladeada y romántica versión con un pianista infalible y un cuidadoso y sobrio acompañamiento (esta versión creo recordar que también fue publicada en algún sello pirata italiano). El resto, como apuntábamos, es ya conocido: Idilio de Sigfrido y Cuarta de Brahms (Colonia, 1953), Quinta de Beethoven y Kindertotenlieder de Mahler con Lucretia West (Berlín, 1956), Cuarta de Schumann (Dresde, 1954) y fragmentos de Parsifal (Bayreuth, 1954) en el que destaca el impactante dúo del acto segundo entre Mödl y Windgassen y el Encantamiento del Viernes Santo del acto tercero con Josef Greindl. Las estrictas novedades del álbum son los ensayos de la Octava de Bruckner con la Filarmónica D D I SI CS O C O S S REEDICIONES de Viena y la entrevista a Knappertsbusch (sin fechas), que apenas pasan de los siete minutos en total y tampoco son significativos del quehacer de un director que ni le gustaba ensayar ni le agradaba que le hiciesen preguntas (en el libreto vienen traducciones inglesa y francesa de ensayos y entrevista). Por lo demás, buen homenaje, aunque con retraso, al cuadragésimo aniversario de la desaparición del maestro, teniendo que recordar a Tahra que existen en los archivos de las radios europeas muchas grabaciones de conciertos de Kna que todavía esperan su publicación y que hubiese sido el momento idóneo para publicarlas como novedad absoluta en la fonografía de este director. El álbum se completa con un buen perfil biográfico de autor anónimo y una serie de fotografías facilitadas por la familia Knappertsbusch. Schwarzkopf/Fischer (Tahra 617. Recital de Lieder en los estudios de la RAI de Turín el 11 de febrero de 1954). No sabíamos que existiesen más testimonios fonográficos de este dúo legendario, cuya grabación comercial de 12 Lieder de Schubert para EMI (1952) es uno de los pilares fundamentales en la historia de la canción de cámara. Ahora nos llega este espléndido regalo de Tahra con la publicación del recital turinés de 1954 con 3 Lieder de Beethoven, 8 de Schubert y 11 de Brahms, en los que estilo, dicción, control, colorido, emisión y refinamiento presiden estas 22 canciones en un registro que no dudamos en calificar como esencial; se amplía el programa schubertiano de EMI con dos autores más y se mantiene el nivel de calidad y exigencia en estos dos músicos excepcionales. Algún sector de la crítica reprochó a la soprano cierta distancia expresiva (comparada sobre todo con Seefried o Grümmer en estas mismas canciones), pero emoción, ímpetu y vehemencia también están presentes. Además, voz y piano gozan de un equilibrio admirable, y Edwin Fischer no se limita a acompañar, como ya habrán adivinado, sino que se integra en las obras en un plano de absoluta igualdad con la voz. El sonido no es, como el propio libreto dice, de altas cualidades técnicas; hay ruidos de acetatos y distorsiones, pero la restauración es impecable y el resultado final es una toma de BEETHOVEN, SCHUBERT, BRAHMS: Lieder. ELISABETH SCHWARZKOPF, soprano; EDWIN FISCHER, piano. TAHRA TAH-617 (Diverdi). 1954. ADD. H PM estudio clara, natural y precisa que no sorprenderá a ninguno de los aficionados a los registros históricos. Las notas del libreto son alarmantemente breves y la fotografía de la portada del CD de la bella señora Schwarzkopf parece la de una modelo de un anuncio de joyería. Realmente, nimiedades sin importancia, ya que la verdadera joya es este recital imprescindible. Scherchen (2 CD Tahra 599-600. Archivos Hermann Scherchen). La importancia documental de este álbum radica en la grabación del estreno mundial de Déserts, de Varèse, obra dirigida por Scherchen a la Orquesta Nacional de Francia el 2 de diciembre de 1954 y cuya tumultuosa première en el parisino teatro de los Campos Elíseos pueden oír aquí. La intervención interactiva del público en la velada, con toda suerte de silbidos, risas, pateos, murmullos, cuchufletas, aplausos y abucheos sin fin, acompaña la inconmovible dirección de Scherchen, que al igual que Monteux cuarenta años antes en este mismo teatro con La consagración de la primavera, llega al final sin desmayo aparente. Al término, la lacónica voz del locutor se oye en el CD por encima del tumulto general: “Mesdames, Messieurs, Déserts de Varèse a été présenté aujord’hui en première audition sous la direction de Hermann Scherchen”. La obra, como todas las de su autor, no es fácil de asimilar, y esa especie de anticonformismo vanguardista que le ha caracterizado siempre, hace que sus composiciones sean conflictivas incluso para los públicos de hoy (recuerdo un concierto de Claudio Abbado en Madrid dirigiendo Arcana hace pocos años, y la huida del público no fue masiva, pero sí el descontento, que se manifestó en una fría cortesía al final del concierto). Como quiera que sea, su escritura orquestal tan avanzada y la presencia paralela de sonidos en bandas magnéticas no hacen de Déserts una obra fácil, aunque en nuestros días la discografía de Varèse sea más amplia, sus obras más conocidas y el público esté más acostumbrado a cualquier obra experimental. En fin, el álbum se completa con dos sinfonías de Schubert, Quinta y Sexta (1950, 1951), fragmentos de la música de Purcell para El sueño de una noche de verano y la Sinfonía nº 29 de Mozart (1954). In Memoriam Hermann Abendroth (2 CD Tahra 604605). Con la Séptima de Bruckner, el Tema y variaciones de la Suite nº 3 y la Sinfonía “Patética” de Chaikovski (Radios de Leipzig y Berlín, 1956, 1951 y 1950, nunca publicados anteriormente), va completando Tahra poco a poco la discografía en vivo de este director de la vieja escuela ya conocido por sus registros de estudio en Berlin Classics, bruckneriano notable y artista de los eminentemente subjetivos que no dudaba en modificar cualquier aspecto de la partitura si ello convenía a su particular concepción de la misma o a algún momento de significado especial que él consideraba que había que resaltar. Grabó unos 270 registros entre 1922 y 1956, año de su muerte, de los que solamente conocemos una pequeña parte gracias a los dos sellos citados. Las obras aquí recogidas revelan a un músico enérgico, exaltado y viril, técnicamente impreciso y a veces exuberante en exceso, pero muy cálido y expresivo (muy bellos Adagios de Bruckner —sin platillos— y Chaikovski), que logra un sonido personal y muy apropiado a sus exigencias en ambas obras. Estos registros se recomiendan sobre todo para estudiosos o aficionados al mundo de la dirección de orquesta, poseen un sonido monofónico bien restaurado y no supondrán ningún impedimento importante para los expertos en grabaciones históricas. El álbum viene con un documentado y sobresaliente texto anónimo (Abendroth ou les délices de l’excès) que informa ampliamente sobre la vida y características esenciales de este hoy olvidado director. Archivos de piano I (Tahra 591). Tres importantes pianistas franceses, Yves Nat, Lazare-Lévy y Marcelle Meyer, abren esta nueva colección de Tahra que contará con diez volúmenes de importantes pianistas en interpretaciones en vivo. Basta con el enunciado del nombre de algunos de ellos para darse cuenta de la importancia de esta serie: Fischer, Cortot, Kempff, Gieseking, Casadesus, Serkin, Perlemuter, Haskil y un variado etcétera que veremos en sucesivas entregas los próximos meses. Este primer volumen de la colección cuenta con los tres citados pianistas franceses no muy conocidos en España. Yves Nat se arriesga por completo en una expresiva, fogosa y contundente Segunda Sonata de Chopin en vivo en el Teatro de los Campos Elíseos el 17 de marzo de 1953, sin trampa ni cartón, de ahí que los roces sean abundantes y su imprecisión mecánica notable; ya es sabido que la perfección técnica era algo secundario para según qué artistas. Lazare-Lévy interpreta unas preciosas Piezas fantásticas de Schumann en otro concierto en vivo, esta vez en la Filarmónica de Varsovia en febrero de 1955, con idioma y sutileza de matices propios de los mejores traductores schumannianos. También recrea uno de sus propios preludios, el nº 1, obra parecida a Masques de Debussy que igualmente toca en esta selección por los intervalos repetidos hasta la obsesión, incesante alternancia y cruzamiento de manos, desplazamientos peligrosos y rítmica implacable. Finalmente, Marcelle Meyer interpreta Nueve piezas de Chabrier en grabaciones de estudio de la RAI de Roma hechas el 31 de mayo de 1955, un buen complemento a sus grabaciones en EMI y que nos aleccionan sobre su delicado, colorista y luminoso pianismo, eminentemente francés. Las tomas sonoras están impecablemente restauradas. Interesante artículo (francés e inglés) sobre la 73 D D I SI CS O C O S S REEDICIONES colección que Tahra publicará próximamente así como sobre los tres protagonistas de este CD. En suma, cinco álbumes de grabaciones históricas destinados a los aficionados más diversos. El protagonizado por Knappertsbusch no aporta nada nuevo a sus seguidores pues son reediciones ya conocidas; de todas formas, imprescindible para los que no lo conozcan. El recital de Sch- warzkopf es fundamental. El de Scherchen nos da a conocer un hito importante en la música contemporánea. El de Abendroth recupera grabaciones inéditas de este olvidado director y, finalmente, el pri- mer volumen de Archivos de piano nos da a conocer testimonios de tres célebres pianistas franceses prácticamente desconocidos en España. Enrique Pérez Adrián Music & Arts Programs of America VUELVE MUSIC & ARTS N 74 o sabíamos nada de este sello americano desde hace más de dos años; entonces nos llegaron algunos excelentes álbumes dedicados a Jascha Horenstein, Bruno Walter y Guido Cantelli, comentados con evidente entusiasmo desde estas páginas, pero éstos no tuvieron ninguna continuidad. De hecho pensábamos lo peor, es decir, que también esta marca tan querida para los amantes de las grabaciones históricas había pasado a mejor vida, es decir, había desaparecido. Pero afortunadamente no ha sido así, y aquí tenemos otra vez a Music & Arts Programs of America (distribuido por Harmonia Mundi) con memorables publicaciones de cuyo contenido informamos en las líneas que siguen. Stokowski/ Orquesta de Filadelfia (4 CD 1173. Primeros CDs basados en sus más raras grabaciones de 78 rpm). El álbum se compone de una treintena de obras protagonizadas por este binomio legendario e interpretadas entre finales de los veinte y toda la década de los treinta en la Academia de Música y en los Trinity Church Studios de Filadelfia. La mayoría de ellas son transcripciones y arreglos del propio Stokowski indicados para que el oyente, sin ninguna pretensión historicista, admire el sonido suntuoso y el virtuosismo de esta orquesta excepcional. Evidentemente, las páginas de Vivaldi, Palestrina, Frescobaldi, Lully, Bach, Byrd, Haendel, Boccherini y otros muchos, interpretadas y arregladas para la técnica y el colorido específico de una gran orquesta sinfónica, no son aptas para todos los gustos; es más, seguramente hoy serán muy pocos los interesados en esta peculiar concepción de la música antigua, barroca y clásica, obras concebidas por Stokowski seguramente como divulgación de páginas poco conocidas, aunque uno no puede dejar de admirar la maestría en el manejo de los colores orquestales de este verdadero mago del sonido. Además de los arreglos citados (un ochenta por ciento del álbum), también encontramos tres magníficas versiones de la Quinta de Beethoven, la Cuarta de Brahms y la Sinfonía de Franck, esta última con una introducción hablada del propio Stokowski explicando los temas de la obra con la colaboración al piano de su asistente Arthur Rodzinski. Dos valses de Strauss (Cuentos de los bosques de Viena y El Danubio azul), más la Danza de los siete velos de Salomé y dos marchas de Sousa (El capitán y Barras y estrellas) cierran este peculiar álbum. Todas las cuidadísimas restauraciones sonoras han sido hechas por el experto ingeniero Mark Obert-Thorn. El libreto cuenta con un extenso y documentado artículo de Richard Freed en el que analiza (sólo en inglés) todas las interpretaciones del álbum. En fin, recomendable sobre todo para seguidores de este gran director y para músicos orquestadores o arreglistas de cualquier procedencia. Monteux/ OrquestaNacional de Francia (8 CD 1182. Interpretaciones en conciertos públicos hechos entre 1952 y 1958). Otra publicación dedicada a Pierre Monteux tras el álbum Decca de grabaciones en estudio comentado no hace mucho desde estas páginas (SCHERZO nº 216). Si cabe, el interés ahora es mayor por el impacto que supone el concierto en vivo a pesar de roces, desajustes y el destemplado aunque convincente coro en la Novena de Beetho- ven, causas que de todas formas algunos preferimos a las perfectas y a veces algo artificiosas grabaciones en estudio. El repertorio es el habitual de este director, con magníficas versiones de Stravinski (Petrushka, Consagración), Debussy (Imágenes, Juegos), Ravel (Schéhérazade), Elgar (Variaciones Enigma) y grandes sinfonías clásicas: Segunda, Séptima y Novena de Beethoven, Quinta de Chaikovski, Sinfonía en re de Franck o la Clásica de Prokofiev, todo ello acompañado por conciertos de Mozart y páginas de Wagner, Strauss, Respighi y otros. Las grabaciones radiofónicas tienen buen nivel de calidad (un sonido monofónico claro y contrastado sin ningún problema para los ingenieros de sonido, que con este director se limitaban a poner dos o tres micrófonos encima de la orquesta con resultados excelentes). A Monteux no le gustaba trabajar con orquestas francesas, ya que a su conocida indisciplina sumaban el infame “deputy system” (cualquier músico podía ser contratado para un concierto específico, pero si obtenía compromisos mejor pagados durante las fechas de ensayos, podía enviar un sustituto para reemplazarle en dichos ensayos con todo lo que ello suponía para el resultado final del concierto). Sin embargo, la Orquesta Nacional de Francia era (y es) un conjunto permanente financiado por el Estado que no permitía ningún cambalache y con la que Monteux colaboraba especialmente a gusto. Aquí tienen para demostración estas impactantes versiones, vibrantes, coloristas, inspiradas, formalmente impecables, de exquisitas traducciones que fascinarán a los buenos catadores que se acerquen a ellas. El libreto cuenta con un amplio estudio del crítico norteamericano John Canarina, gran experto en Monteux (de nuevo sólo en inglés), que analiza extensa- PRIMERAS GRABACIONES PARA LA RADIO ALEMANA. ELISABETH SCHWARZKOPF, soprano; MICHAEL RAUCHEISEN, piano. 2 CD MUSIC & ARTS 1195 (Harmonia Mundi). 1941-43. ADD. H PM mente todas las interpretaciones de las obras citadas. Schwarzkopf/Raucheisen (2 CD 1195, primeras grabaciones para la Radio Alemana). Este doble álbum recoge las primeras canciones grabadas por Elisabeth Schwarzkopf para la Radio del Reich a principios de los cuarenta (entre 1941 y 1943), acompañada en todos los casos por Michael Raucheisen, máximo responsable en esos años de la división de música clásica de la citada organización, primer mentor importante de la soprano alemana, marido de Maria Ivogün (profesora de Schwarzkopf) y también amigo de Goebbels (amistades peligrosas, sin duda), quien le ayudó decisivamente en el proyecto de grabación de toda una historia de la canción alemana con los cantantes más significativos de entonces (recordemos que Anders, Peters, Dermota, Hotter, Schlusnus, Leider, Lemnitz, Patzak, Rethberg y numerosos más estuvieron involucrados y participaron en el proyecto, como ya vimos en la monumental Raucheisen Edition comentada no hace mucho por Blas Matamoro desde estas mismas páginas). Esta publicación de Music & Arts nos trae un total de 47 arias y lieder de los autores más D D I SI CS O C O S S REEDICIONES diversos, desde Bach hasta Busoni y Reger pasando por Mozart, Beethoven, Weber, Schubert, Schumann, Wolf y muchos otros, donde su radiante voz de soprano lírica, su absoluto conocimiento del estilo de cada autor, su sutileza y matices interpretativos, su vitalidad y aparente espontaneidad, por no hablar de su solidísima técnica en una persona todavía tan joven (ya entonces algún crítico habló de “perfección prusiana” en uno de sus recitales), deslumbrarán y fascinarán a cualquiera que se acerque a este documento protagonizado por una de las sopranos líricas más importantes del siglo XX. El álbum viene acompañado por un excelente artículo reproducido por cortesía del New York Times (publicado con ocasión de la reciente desaparición de la soprano) en el que se nos cuenta sin ningún tapujo ni circunloquio muchos aspectos poco conocidos de la vida de Schwarzkopf, sus devaneos con el régimen nazi, su pertenencia al Partido Nacional Socialista, su aparición en numerosos films del Ministerio de Propaganda, sus recitales para las Waffen SS y otros hechos que hasta ahora se ocultaban cuidadosamente (o no era políticamente correcto citarlos) en sus discos y recitales europeos. Pero lo que ahora y siempre ha contado es su legado artístico, y estas arias y canciones con su inmaculado y juvenil estado vocal, son razones más que suficientes para dar la máxima importancia a esta publicación, que además cuenta con el extracto de una entrevista en inglés en la que Schwarzkopf habla del arte de cantar lieder. Indispensable para cualquiera con la mínima sensibilidad para la canción de cámara. Stravinski (2 CD 1184. Dirige sus p r o p i a s obras). Este doble álbum contiene seis obras de Stravinski dirigidas por él mismo en la WDR de Colonia (1951) y en la SWF de BadenBaden (1954). Las de Colonia (Apolo y Edipo rey) ya habían sido publicadas en los tiempos del LP, mientras que las de Baden-Baden (Sinfonías para instrumentos de viento, Capricho, Juego de cartas y Sinfonía en tres movimientos) no habían sido editadas anteriormente en ningún soporte, o sea que son novedad absoluta (nos falta comprobar los recientes álbumes históricos del sello Andante, donde es posible que ahí hayan sido publicadas). El problema de estas interpretaciones es que fueron desbancadas por las del propio Stravinski en grabaciones de estudio en estéreo para la Columbia americana, esto es, la CBS (actualmente disponibles en Sony), mejores en cualquier aspecto a considerar, pues Stravinski lograba destacar más en estudio que en vivo (su inseguridad como director era legendaria y sólo en contadas ocasiones levantaba la cabeza y la mirada de la partitura, de ahí que, sabiendo que se podían rectificar errores, conseguía salir a flote en los estudios de grabación como experimentado director de orquesta). Por otra parte, él era el primer seguidor de su descabellada teoría (“el director es como un campanero, se tiene que limitar a tirar de la cuerda”), por lo que no hay ninguna diferencia de aproximación entre estas versiones y las posteriores en CBS, salvo la superioridad técnica de estas últimas. Por tanto, poco más que añadir, a no ser que se quieran conocer los periplos de Stravinski como director de orquesta en las radios europeas de los años cincuenta. Buen sonido monofónico y documentado y entretenido estudio en inglés de Frederick J. Maroth sobre el autor ruso como compositor y director. Casals/Festival de Prades, Vol. 2 (12 CD 1187. Interpretaciones de conciertos en vivo, 1953-1962). Harmonia Mundi, distribuidor en España de Music & Arts, nos hace llegar el segundo volumen del Festival de Prades con Casals y muchos músicos importantes que colaboraron con él y que detallamos seguidamente, pero no sabemos nada del primero (Music & Arts, 13 CD FESTIVAL DE PRADES, Vol. 2. PAU CASALS Y OTROS. 13 CD MUSIC & ARTS 1187 (Harmonia Mundi). 1953-62. ADD. H PM 1113) que, salvo error, nunca ha sido distribuido en España. A pesar de ello, este segundo álbum que comentamos tiene una importancia decisiva en la fonografía de Casals y en la historia de este Festival, como es sabido un símbolo de resistencia antifranquista en la Europa de los años cincuenta y sesenta, y también y más importante, un Festival que contó con músicos de primera fila que peregrinaban cada verano para participar en él: Menuhin, Serkin, Kempff, Stern, Ferras, Schneider, Horszowski, de los Ángeles, Fuchs, Tortelier, el Cuarteto Végh, Steber, Peerce y el propio Casals, además de muchos otros, colaboran en los testimonios sonoros de este álbum. En 1950 se celebró el segundo centenario de la muerte de Bach, y el Festival fue desde entonces un fiel exponente de su música: quince obras del total de treinta y ocho que contiene el álbum que se comenta son de Bach; el resto lo forman composiciones de Mozart, Beethoven, Mendelssohn, Schumann, Brahms y el propio Casals, cuya canción popular catalana El cant dels ocells (El canto de los pájaros) toca al violonchelo acompañado al piano por Horszowski. A destacar, dentro del altísimo nivel musical de todos estos testimonios, las intervenciones de Menuhin en varias Sonatas y Partitas de Bach, de Casals en dos Suites para chelo solo del mismo autor, así como en la dirección de páginas de Bach, Mozart y Beethoven, con una memorable intensidad romántica que cautivará a cualquier oyente sensible (nada de exhumaciones historicistas, como ya habrán adivinado). También hay que hacer hincapié en algunas obras de cámara particularmente conseguidas: el Divertimento K. 563 de Mozart por Joseph Fuchs, Lilian Fuchs y Paul Tortelier, el Trío nº 2 de Mendelssohn por Kempff, Ferras y Casals, el apasionadísimo primer Cuarteto op. 51, nº 1 de Brahms por el Cuarteto Végh o, en fin, varios Lieder de Schubert y el aria de Mozart (recitativo y rondó) Ch’io mi scordi di te con Victoria de los Ángeles, sin olvidarnos de la Sonata nº 30 de Beethoven y de los Estudios sinfónicos de Schumann por Rudolf Serkin. En fin, álbum fundamental protagonizado por varios de los músicos esenciales del siglo, para escuchar y degustar sin prisas, serenamente, disfrutando plenamente de sus soberanas aproximaciones musicales y dándoles la importancia que todos se merecen. El sonido monofónico está bien para esos años (cuidadosamente restaurado por Maggi Payne) y en el extenso artículo en inglés de Harris Goldsmith se analizan pormenorizadamente cada una de estas recreaciones. En suma, importante lanzamiento de grabaciones históricas destinadas para todos los públicos, es decir, para cualquiera de los gustos de los buenos catadores de estos registros. Los aficionados a las transcripciones (Stokowski), a la música sinfónica (Monteux), a los lieder (Schwarzkopf) o a la música instrumental y de cámara (Casals), tienen un amplio abanico donde elegir. Únicamente el álbum Stravinski tiene el inconveniente de estar superado por grabaciones del propio compositor en registros de mejores cualidades técnicas. Como novedad, los dedicados a Schwarzkopf y a Casals merecen atención especial. Enrique Pérez Adrián 75 D D I SI CS O C O S S REEDICIONES Membran VIBRA LA MEMBRANA E l sello Membran (distribuidor: Cat Music) sigue rescatando clásicos de la discografía, las llamadas grabaciones históricas y que, para muchos, son evocaciones de infancia y adolescencia. La ya canónica y referencial La bohème de Puccini dirigida por Thomas Beecham en 1956 (3 CD SET 113247) es una de las piezas que más ha circulado en su género. El director inglés dota de una infinita variedad tímbrica, un señorial sentimentalismo y un recatado dramatismo a la partitura pucciniana, donde Victoria de los Ángeles hace levitar a su Mimí junto a la opípara presencia vocal y el sólido lirismo de Jussi Björling. Como bonus, Victoria encara a Respighi y españoles en la mejor época de su carrera como soprano de cámara. La brasileña Bidú Sayao fue una figura de primera magnitud en las décadas de 1930 y 1940, tanto como su avara discografía, casi toda en vivo. Este Elisir d’amore donizettiano (224108) captado en el Metropolitan en 1949 bajo la sabia conducción de Giuseppe Antonicelli, la muestra en una pimpante y rica Adina junto a un reparto ejemplar: Tagliavini, Valdengo y Baccaloni. Caso opuesto es el de Beniamino Gigli, cuya carrera en los estudios, más sus películas y rescates en vivo, suman una enciclopedia. Dos de sus registros formales son exhumados aquí: la dupla Cavalleria rusticana (dirige Pietro Mascagni en 1940) e I pagliacci (dirige Franco Ghione en 1934), y la pucciniana Tosca (dirige Oliviero de Fabritiis en 1938). Aquéllas, con más un suculento bonus donde el tenor de Recanati interpreta páginas veristas, lleva el número 220834-349 en un caja de tres compactos. Ésta está signada 224104-311. Gigli, obvio es decirlo, deja unos trabajos de referencia, mostrando su lirismo natural y su capacidad melodramática servida por una voz de incontables recursos y hermosísimo terciopelo. Maria Caniglia hace una Tosca vibrante y de eficaz presencia, más allá de sus ocasionales deficiencias de afinación. Comparable vigencia tiene el Scarpia de Armando Borgioli. Mascagni, dirigiendo su obra maestra en ocasión del cincuentenario, opta por la solemnidad y el monumentalismo, acaso no la mejor solución. Fuerte e imperial es la Santuzza de Lina Bruna-Rasa y perfecto el Alfio pre- potente y siniestro de Gino Becchi. En Mamma Lucia, la joven Giulietta Simionato anuncia con modestia su espléndida carrera posterior. En la obra de Leoncavallo, Iva Pacetti no pasa de discreta, en tanto Mario Badiola brilla en su Tonio. En todos los casos, los elencos de comprimarios muestran su profesionalidad. Bajo la módica dirección de Alberto Erede, Renata Tebaldi grabó su primera Madame Butterfly en 1952 (221742-303). En el cénit de su privilegiada frescura vocal, la soprano de Pésaro muestra sus convenidas virtudes: canto mórbido, ligado impecable, sentimentalidad elegante, sensualismo contenido y bello. Giuseppe Campora es un correcto acompañante y Giovanni Inghilleri un probo cónsul. Blas Matamoro EMI Gemini ARCHIVOS A PRECIO DE SALDO E 76 l sello británico continúa tirando de su inmenso fondo de catálogo para nutrir sus series medias, entre las que figura Gemini, dobles CDs a precio de orillo entre los que nos podemos encontrar algunas gemas. Este último lanzamiento de diez referencias contiene algunas. Entre ellas figura el primer volumen de la obra orquestal de Debussy a cargo de Jean Martinon (3 65235 2), un clásico de la discografía con versiones aisladas quizás igualadas, pero nunca superadas. Una selección de obras que permiten apreciar la capacidad descriptiva del director francés y la magia que desprende su acercamiento al autor galo. Otro de los discos destacados es el dedicado a Schoenberg (3 71492 2) ya que contiene una de las mejores versiones jamás grabadas de Pelleas und Melisande, la interpretada por John Barbirolli al frente de la New Philharmonia. El británico desgrana con intensidad y un romanticismo desgarrado la partitura temprana del autor de La noche transfigurada, que en manos de Daniel Barenboim destila equilibrio y musicalidad, con las dosis justas de misterio. La Sinfonía de cámara y la trascripción del Primer Cuarteto para cuerdas de Brahms corren a cargo de un solvente y joven Simon Rattle. Barbirolli vuelve a ser protagonista en el volumen dedicado a Richard Strauss (7 71502 2) en el que dirige una soberbia versión de Metamorfosis. Intensa, de una claridad expositiva envidiable y de un halo romántico incomparable. Pero es que, además, Beecham se encarga de Vida de héroe y El burgués gentilhombre. Dos interpretaciones heterodoxas, pero llenas de vida. Son lecturas divertidas, muy contrastadas en lo orquestal y con un socarrón sentido del humor, lo que le va ni pintado a las dos piezas. Completa el álbum el honesto y poco brillante Don Quijote a cargo de Tortelier. Albert Roussel no tiene excesiva presencia en el mercado discográfico, por lo que este doble CD es una buena ocasión para revisitarlo (3 71487 2). Las versiones son más que solventes (a cargo de especialistas como Cluytens, Prêtre y Dervaux) y la selección es representativa de su obra: un ballet, Bacchus et Ariane, la Sinfonietta para orquesta de cuerdas y tres sinfonías, incluida la maravillosa Cuarta. Las lecturas, sin llegar al refinamiento de otros maestros, como Barbirolli, Tortelier, Munch o Karajan (en la citada Cuarta), reflejan la imaginativa obra de un autor que merece mejor suerte. John Ogdon es uno de esos intérpretes malditos, muy dotado pero cuya vida no le permitió explotar todo lo que tenía dentro. Del pianista británico hacen una selección de la obra de Scriabin, con las diez sonatas para piano y algunas piezas como preludios, estudios, morceaux… (3 65332 2). Una muestra lo suficientemente representativa para apreciar el arte del ruso y el de un intérprete que supo asimilar su música y estilo. Son lecturas con un punto de alucinadas, muy pasionales y de una personalidad muy definida. Ogdon imprime fuerza y tenacidad, al tiempo que puede ser sutil. Su amplio espectro expresivo nos lleva desde lo etéreo del Lento de la Primera Sonata hasta la musculatura del Prestísimo volando de la Cuarta, o la Octava al completo. Otro disco dedicado al teclado es el primer volumen de la música para piano a cuatro manos de Schubert a cargo de Christoph Eschenbach y Justus Frantz (3 65321 2). Son lecturas, en general, correctas en su planteamiento y ejecución, aunque echemos a faltar dosis más altas de fantasía. Ambos pianistas se manejan con solvencia y realizan un buen trabajo de acoplamiento, aunque a la postre dejen un cierto regusto de insatisfacción. Tienden a lo ampuloso (Gran marcha heroica, Tres marchas militares), pero no desgranan lo íntimo, la desolación de la Gran marcha fúnebre, por ejemplo, la filigrana de las Danzas alemanas, o el poderío del Gran Rondó. La música para teclado se completa con las Seis Partitas de Bach a cargo de María Tipo (3 71457 2), una opción de escasos atractivos por varias razones. Una de las más destacadas es su tendencia a ciertos dejes romantizantes y una obvia morosidad en el desarrollo. Sin embargo, son lecturas luminosas y brillantes, de fuerte influencia latina, capaces de crear climas sonoros muy contrastados a pesar D D I SI CS O C O S S REEDICIONES de sus desequilibrios y el poco interés que generan en su globalidad. Los Tríos con piano de Schubert llegan de la mano de Jean-Philippe Collard (piano), Augustin Dumay (violín) y Frédéric Lodéon (chelo), con el Gran Dúo D. 574 y el Nocturno D. 897 para completar (3 65295 2). Una asociación musical cuya principal virtud se encuentra en la musicali- dad, en la integración de sus componentes y en lo contagioso de su propuesta. El discurso musical en sí no decae en interés. Le falta, quizás, un mayor equilibrio en ciertos momentos en el que el piano tiende a ser excesivamente protagonista y se toma ciertas licencias discursivas. Y a todo ello hay que sumar la extraordinaria calidad de Dumay y la de sus compañeros. Divertido resulta el disco dedicado a oberturas y música de películas de George Gershwin, Jerome Kern y Cole Porter a cargo de John McGlinn al frente de varias orquestas (3 75879 2). Una selección que contiene alguno de los títulos más célebres de sus autores, como Girl Crazy, Oh, Kay! o A Damsel in Distress del primero, Anything Goes, Can-Can o Kiss me, Kate, de Porter, o Show Boat, The Cat and the Fiddle, Leave it to Jane o The Girl from Utah, de Kern. El director imprime un tono festivo a todas ellas sin descuidar los giros dramáticos y su carácter eminentemente teatral. Bajo esta apariencia, McGlinn se toma muy en serio su trabajo y defiende sus cualidades a capa y espada. Carlos Vílchez Negrín DG Originals EL REINADO DE MRAVINSKI L os fondos de catálogo de DG y de su sello de música antigua Archiv (Universal) siguen constituyendo una fuente inagotable de material discográfico que se utiliza, y se seguirá utilizando, en reediciones de lo más diverso; la llamada The originals, con la coletilla “the legendary recordings” ofrece unas versiones en general de nivel muy alto, cumpliendo también en ocasiones con el adjetivo de legendarias, que tan alegremente se emplea a veces. De los nueve CDs que nos toca comentar, si hay alguno que de verdad merece ese calificativo es el doble disco con las Sinfonías Cuarta, Quinta y Sexta de Chaikovski (477 5911) en las fabulosas grabaciones que en 1960 realizó la Filarmónica de Leningrado con Mravinski al frente; podemos definirlas como objetivas y vibrantes, lejos de cualquier efusión romántica, pero con una coherencia y una fuerza expresiva únicas; el virtuosismo orquestal y la riqueza tímbrica resultan admirables; sería complicado hacer distinciones entre las tres obras ya que en cualquiera de ellas el sello, tan inconfundible y personal de los intérpretes, está muy presente; un ejemplo en definitiva de voz propia y autorizada en un repertorio en el que discográficamente hablando puede encontrarse de todo; como esto desde luego, poco o nada. Sin llegar a esas cotas de excepcionalidad, pero también en el imaginario Olimpo, situamos a la Décima de Shostakovich (477 5909) en el conocido registro que en 1981 llevó a cabo la Filarmónica de Berlín dirigida por Karajan; la precisión y flexibilidad de la orquesta son extraordinarias; el clima desolado y profundo de la obra se refleja con sonido suntuoso y expresión seve- ra, y sin llegar a las profundidades de un Mravinski o un Mitropoulos, la calidad global es más que notable. También lo es el Mozart pianístico de Wilhelm Kempff (477 5907): Sonatas KV 310 y 331 y Fantasías KV 397 y 475, grabadas en un ya lejano 1962, y que tienen ese aroma de elegancia y sutileza máximas, habituales en Kempff; es cierto que el enfoque interpretativo es más romántico que clásico, pero, ante la vida interior, calidez y dramatismo que respiran, se trata de un detalle de segundo orden. Otro de los grandes solistas del siglo XX, en este caso el violinista Nathan Milstein, protagoniza un CD con el Concierto de Chaikovski y con un grupo de breves piezas y transcripciones de diversos autores (Geminiani, Schubert, Liszt, Stravinski, Kodály, Musorgski y el propio Milstein) agrupadas como encores (477 5914); en el Concierto (1973) le acompaña la Filarmónica de Viena y Claudio Abbado, y en lo demás, Georges Pludermacher al piano (1984); la edad del violinista estadounidense de origen ruso —nació en diciembre de 1903— no es obstáculo para que en la tardía grabación del 84 afronte con seguridad obras eminentemente virtuosísticas, aunque el interés del disco está en la reflexiva, enérgica e idiomática versión del popular Concierto; la compañía de Abbado y de la Filarmónica de Viena añade un fuerte soporte de solvencia y musicalidad. Seguimos con los nombres ilustres, ahora en los comienzos de un pianista que hoy se encuentra en plena madurez, Krystian Zimerman; junto a la violinista Kaja Danczowska registró en 1981 la Sonata para violín y piano de Franck, Mythes op. 30 y dos breves piezas de Szymanowski (477 5903); traducciones llenas de lirismo, técnicamente impecables, y con una magnífica compenetración entre los intérpretes. Para los discos con música barroca, se han recuperado de Archiv dos grabaciones con el protagonismo del clavecinista y director británico Trevor Pinnock; se trata de un doble CD con El Mesías de Haendel (477 5904), y de otro sencillo con las Variaciones Goldberg y el Concierto italiano de Bach (477 5902). En El Mesías intervienen Arleen Auger, Anne Sofie von Otter, Michael Chance, Howard Crook, John Tomlinson y The English Concert, coro y orquesta, con la dirección al clave del arriba citado; este registro, de 1988, cuenta pues con un elenco excepcional, y son conocidas sus virtudes: rigor historicista, perfección técnica, equilibrio y regularidad entre todos los intérpretes; es cierto que existen incontables opciones fonográficas de la obra, alguna como la muy reciente de Jacobs con mayor brío y calidez, pero esta figura por derecho propio entre las más estimables. Respecto a las Variaciones Goldberg, de 1980, la valoración, salvando las distancias es bastante similar: lectura impecable, rigurosa y coherente a la que pueden ponerse muy pocas pegas, aunque la competencia es especialmente dura: Gustav Leonhardt, Scott Ross, Kenneth Gilbert, Ton Koopman o Pierre Hantaï, limitándonos por supuesto al original clavecinístico; este disco incluye también el Concierto italiano, traducido en similares parámetros de calidad. El CD con extractos orquestales de Carmen de Bizet y varias Oberturas de Rossini (477 5908) es el que contiene registros más antiguos, realizados entre 1951 y 1957 por tres CHAIKOVSKI: Sinfonías 4, 5 y 6. ORQUESTA FILARMÓNICA DE LENINGRADO. Director: EVGUENI MRAVINSKI. 2 CD DEUTSCHE GRAMMOPHON Originals (Universal). 1960. ADD. H PM orquestas berlinesas: la Filarmónica de Berlín, Sinfónica de la Radio de Berlín y Sinfónica RIAS de Berlín, con la dirección común de Ferenc Fricsay; la batuta ágil, colorista y rica en matices del maestro húngaro ilumina un repertorio tal vez demasiado repetido en colecciones discográficas, que luce aquí lleno de encanto y vitalidad. Por último, encontramos un variado CD con R. Strauss (Danza de los siete velos y escena final de Salomé y diversos lieder) y Boito (Prólogo de Mefistófeles) (477 5910) en el que intervienen la Orquesta Nacional de Francia y Montserrat Caballé en Strauss, y la Filarmónica de Viena y Nicolai Ghiaurov en Boito, en ambos casos con la dirección de Leonard Bernstein; excepcionales intérpretes sin duda, aunque está claro que este no es el terreno natural de la Caballé; los registros son de 1977 (Boito) y 1978, y teniendo en cuenta también la mezcolanza del programa, el interés del disco es limitado. Daniel Álvarez Vázquez 77 D D I SI CS O C O S S REEDICIONES Naxos Historical EL ECO LEJANO L a colección histórica de instrumentistas formada por el sello Naxos (distribuidor: Ferysa) ha adquirido ya una dimensión que ni los más optimistas hubieran vaticinado cuando empezó a formarse. Pero si se ofrece calidad a buen precio, el éxito está garantizado. El quinto y último CD de la serie que Naxos ha dedicado a Ignaz Friedman (8.111114, grabaciones: 1933-36) ofrece, como los anteriores, una colección de piezas de duración corta o media, propicias para el despliegue de su arte, más cómodo en ese ámbito temporal que en la gran forma. Ya en los siete minutos de la Tercera Balada de Chopin la estructura se debilita por la falta de consistencia rítmica: apenas hay dos frases seguidas en tempo, tal es el uso y abuso del rubato, que empaña un trabajo muy atractivo en el aspecto tímbrico. La Invitación a la danza de Weber tolera mejor ese tratamiento libre, típico de los artistas de aquella época: el brillante juego de contrastes sonoros y de dinámica, unido a una vitalidad contagiosa, redondean una atractiva versión. Lo más destacable del resto son las cuatro piezas de Chopin, del que Friedman, polaco de nacimiento, llevaba la música en las venas. El CD se cierra con una entrevista sobre su célebre compatriota y tocayo Paderewski. Recomendable solo para entusiastas de los pianistas históricos. Benno Moiseiwitsch (18901963), espléndido de técnica y artista de gran categoría, nos ofrece un Beethoven que resiste la comparación con el de los más grandes en cualquiera de las tres Sonatas incluidas, Patética, Claro de luna o Waldstein (8.111115, 1941-1950). El estupendo CD, undécimo volumen de su serie, se completa con el Andante Favori, el Rondó op. 51, nº 1 y dos piezas breves de Weber y de Scarlatti-Tausig, esta última registrada en 1927. El volumen décimo está todo él formado por grabaciones acústicas (8.111116, 191625) que incluyen algunas pequeñas joyas de grandes autores románticos y otros de tercera fila (Leschetitzky, su profesor; Palmgren) en las que el arte de Moiseiwitsch sobrevive a las limitaciones de la grabación. Walter Gieseking (18951956) es reconocido unánimemente como uno de los grandes pianistas del siglo XX. De formación casi autodidacta, sus fantásticas dotes naturales le llevaban a menudo a descuidar su preparación, con lo que sus conciertos podían ser extraordinarios o muy imprecisos. Lo mejor de su arte se halla en sus excepcionales registros para EMI de los años 50: Mendelssohn, Grieg, Debussy y Ravel. El primer volumen de Naxos nos ofrece tres Conciertos, Primero de Beethoven, Noveno de Mozart y Primero de Liszt (8.111111, 1932-37). En este último faltan la calidad sonora y la embriaguez virtuosística que hallamos en los registros de Arrau, Berman o Richter y la colaboración de Sir Henry Wood no mejora las cosas. Tampoco Rosbaud en los otros dos conciertos demuestra toda su categoría: Mozart resulta grueso de sonoridad y solo el Beethoven, animado de tempi y transparente, tiene atractivo. En el otro CD escuchamos Cuarto y Quinto de Beethoven. En aquél, Böhm y Gieseking se lanzan a una absurda carrera que les lleva a despachar esta obra en menos de 29 minutos. El sonido de Gieseking, perlado, transparente, maravillosamente articulado, es muy hermoso pero no del todo apropiado. Lo mejor es el Emperador, con los Filarmónicos de Viena y Bruno Walter, a cuya concepción animada y heroica se pliega Gieseking con magníficos resultados. En conjunto, recomendable (8.111112, 1939 y 1934). Wanda Land o w s k a (1879-1959) exigiría por sí sola la extensión de todo este artículo. Pianista extraordinaria, fue, a partir de 1912, la promotora del resurgimiento del clave como instrumento idóneo para la música de teclado anterior a Mozart. Con independencia del hecho que su clave Pleyel, reforzado artificialmente en sonoridad y registros con medios nada históricos, suene hoy extraño, sus grabaciones de Bach tienen una energía y una musicalidad inmarcesibles, más allá de modas y estilos. Su recital Bach (8.110313, 1933-35) es admirable de principio a fin, tanto en las Variaciones Goldberg como en el Concierto italiano y, sobre todo, en su deslumbrante versión de la Fantasía cromática y fuga, visionaria y arrebatada, como cuadra a esta obra genial. El segundo CD, todo él formado por piezas breves, une danzas “de la antigua Polonia” a obras de Bach, Scarlatti, Couperin, Mozart (maravilloso Rondó K. 485) y otros. Pese a su mejor sonido, resulta menos recomendable (8.111055, registros de 1946 y 51). Brevísima mención para los discos de Menuhin y de Milstein. De aquél figura el Primer Concierto de Paganini con Monteux, que vale por sí solo el precio del disco, con un Menuhin veinteañero no perfecto pero deslumbrante. Magnífico también el Perpetuum mobile de Novacek, y bastante menos el Tercero de Mozart, con una plúmbea dirección de Enescu, y un Poema de Chausson con Boult, de 1952, técnica y musicalmente discutible (8.111135, grabaciones de 1934-35 y 1952). Soberbio el CD Beethoven-Brahms de Milstein (1904-1993) con una preciosa Sonata Primavera en colaboración con el estupendo pianista polaco Artur Balsam y apasionante versión de la Tercera de Brahms, de conocimiento obligado por la actuación de ambos: nadie, ni Katchen ni Richter, ha tocado la parte de piano como aquí lo hace Horowitz. Muy buen Doble Concierto de Brahms con Reiner, la Orquesta de Filadelfia y Piatigorski (8.111051, 1950 y 51). El mejor CD de esta entrega, junto con el Beethoven de Moiseiwitsch. linger. Arriba, Jess Thomas hace un Parsifal estupendo, lírico, vocalmente suficiente, en tanto la Kundry de Irene Dalis, acaso el punto de menor interés del reparto, palidece por cierta falta de misterio y sensualidad. Por supuesto, como se sabe, la batuta de Hans Knapperbusch está, como estuvo siempre, a la altura de la grandeza de este festival sacro, y el sonido es real- mente bueno, tanto que termina de convertir esta grabación en un hermoso milagro. Poco antes de inaugurar los setenta, Colin Davis se ponía al frente de la Sinfónica de Londres para explorar las partituras del Réquiem y la Sinfonía fúnebre y triunfal de Berlioz (2 CD, 475 7765). La entrega del director británico en estos repertorios queda fuera de duda, y aunque a Roberto Andrade Philips Originals AYER MISMO C 78 uando hablamos de la historia de la interpretación wagneriana no cabe discutir con quienes dicen que ya no hay cantantes como los de antes. Basta escuchar el Parsifal (4 CD, 475 7785) que rescata de sus fondos Philips en su serie The Originals (Universal) para darse cuenta de que, efectivamente, entre el Bayreuth de mediados de siglo y el de hoy median tantos uni- versos como años. Aquel 1962 reunió en las tablas a dos de los bajos-barítonos más importantes del siglo pasado, George London y Hans Hotter, doliente Amfortas el canadiense, sabio y venerable Gurnemanz el alemán, ambos inmensos, probablemente inalcanzados. En las profundidades también se mueven el imponente Titurel de Martti Talvela y el malvado Klingsor de Gustav Neid- D D I SI CS O C O S S REEDICIONES WAGNER: Parsifal. JESS THOMAS, GEORGE LONDON, HANS HOTTER, MARTTI TALVELA. CORO Y ORQUESTA DEL FESTIVAL DE BAYREUTH. Director: HANS KNAPPERTSBUSCH. 4 CD PHILIPS Originals 475 7785 (Universal). 1962. ADD. H PM veces puedan parecer lecturas algo contemplativas, lo cierto es que en la misa de difuntos se alcanzan ciertos momentos en verdad impresionantes, de una tensión casi agobiante, así en el Tuba mirum. Davis sigue en el podio en el siguiente disco, que acoge los Conciertos para piano de Grieg y Schumann (475 7773), hermanados en tonalidad y en mucho más, con Stephen Kovacevich, entonces Stephen Bishop, al piano. Apasionado pero pacífico, a veces poderoso, siempre sensible, las notas del pianista norteamericano se descubren con lucidez en la obra del alemán para perderse después en la bruma nórdica del noruego. Seguimos con dos enormes pianistas. Escuchar a Claudio Arrau en los Preludios y los Impromptus de Chopin (475 7768) es dar de inmediato con la esencia misma de estas músicas. La sobriedad y la elegancia que se reconocen en el pianista chileno negocian con unos dedos de una agilidad admirable para un hombre que contaba entonces más de setenta años y con la nobleza que lograba dar a cada obra, a cada frase, a cada nota. Más joven, aún en activo, de modales no muy distintos, analítico, un músico entregado a su profesión, es Alfred Brendel, y en su recital de obras de Bach (475 7760) hay sitio para el Concierto italiano BWV 971, expuesto como con una sonrisa, con un segundo movimiento extraordinario en su nitidez, para preludios, para fugas y para fantasías que son en sus manos precisamente eso, fan- tásticas. Allá quien cegado por el historicismo rechace estas soberbias interpretaciones. Casi en los ochenta damos un salto para adentrarnos en el universo postromántico creado por el primer Schoenberg en los Gurrelieder (475 7782), estrenados al poco de inaugurarse el siglo pasado, antes cercanos al impresionismo que a otra cosa, aunque en algunos momentos el expresionismo se asome con cierta cautela. La amplísima y atractiva paleta de timbres desplegada por Seiji Ozawa hace justicia a la belleza de estos pentagramas, mientras la impresionante voz de Jessye Norman, sin igual en los últimos tiempos, se adapta idealmente a la parte de Tove. Es cierto que los demás cantantes no están a la altura ni del director japonés ni de la soprano norteamericana, pero no por ello la versión deja de ser excepcional, diríamos que casi necesaria para ayudar a entender mucho de lo que pasó con la música las décadas que siguieron a la composición de esta fascinante obra. Volvemos a Bach con la lectura de La pasión según san Mateo, uno de los mayores monumentos que haya creado la mente humana, firmada en 1984 por Peter Schreier (3 CD, 475 7761), tal vez algo áspera y rígida, pero profunda, con pulso narrativo, matizada y, sobre todo, bendecida por el amor que el director alemán profesaba por esta música, a la que también sirve de manera magistral, aun con los medios algo alicaídos, como tenor en la parte del Evangelista. Theo Adam, tampoco en su mediodía vocal, es un sólido Jesús, la contribución de la Staatskapelle de Dresde es formidable y de entre la larga relación de cantantes destacamos a Lucia Popp, soberbia en todas sus intervenciones, redondeando una versión que demuestra, una vez más, que caben dispares puntos de vista para medirse con estos repertorios. Poco después, el Faust de Gounod llevado al disco por Colin Davis (3 CD, 475 7769) presenta indudables atractivos, como la inclusión del ballet o del Canto a Baco del quinto acto, la propia dirección del inglés, brillante, atenta y humana, o el satánico Méphistophélès de Evgeni Nesterenko. Entusiasma menos, aunque canta bastante bien el conocido Salut! Demeure chaste et pure, Francisco Araiza como Faust, y Kiri te Kanawa está fuera de estilo en su decepcionante Marguerite. Donde no cabe margen de error es en el Haendel de John Eliot Gardiner, y de ahí que su versión de El festín de Alejandro (2 CD, 475 7774) sea sensacional, tanto por el cuidado de cada detalle como por la claridad de las líneas, la vibrante respuesta orquestal, la variada expresividad o la idoneidad de los cantantes (sobresaliente Carolyn Watkinson en su aria), por no hablar del Coro Monteverdi, aquí en su más excelsa línea. Ya en los noventa, los miembros de I Musici demostraban que Albinoni merece entran en la historia por algo más que por esas notas que escribió para la línea del bajo de su famoso Adagio. Sus cuatro conciertos para oboe y otros tantos para dos oboes incluidos en los Concerti op. 7 (2 CD, 475 7757) fueron los primeros para dicho instrumento publicados por un compositor italiano, todos responden a esquemas formales similares (movimientos rápidos los extremos, lentos los centrales) y reivindican la notable inspiración melódica del autor; las lecturas, también las de las dos sonatas para cuerda que cierran el segundo disco, son deliciosas por las aportaciones de los solistas y por la labor de conjunto. Casi al mismo tiempo, la japonesa Mitsuko Uchida resolvía junto a Jeffrey Tate y la English Chamber Orchestra unas excelentes versiones de los Conciertos para piano Octavo y Noveno de Mozart (475 7777), extraídos de la famosa integral, en las que todo es naturalidad, transparencia, buen gusto, equilibrio y limpidez, en los momentos alegres y en los tristes, en los animados y en los melancólicos, en los optimistas y en los nostálgicos, pues todos caben en tan juveniles y sublimes partituras. Volvemos a Italia con la Messa di Gloria de Rossini a cargo de Neville Marriner y sus músicos de la Academy of St Martin in the Fields (475 7781). La partitura, dividida en dos partes (Kyrie y Gloria), no es la más inspirada de su autor, pero el director británico conoce como pocos estos territorios y se pasea por sus compases refinado, lujoso de matices y manejando con soltura las fuerzas orquestales y corales. Plegados a la batuta, los cantantes cumplen con la debida profesionalidad, si bien ese portento llamado Samuel Ramey impone la agilidad y la homogeneidad de su voz para elevarse sobre el resto y arrasar en su Quoniam tu solus sanctus. Pero el barroco vuelve a pedir paso al proponernos un viaje a la Francia de Rameau, donde nos espera Frans Brüggen con su Orquesta del Siglo XVIII para recorrer, en interpretaciones lucidísimas de una calidad fuera de discusión, la variedad de ritmos de danzas que recoge la suite de Les indes galantes (475 7780), erigidas sobre sólidos fundamentos armónicos, de una riqueza desconocida cuando la obra vio la luz y aun hoy sorprendente. Y para terminar, dos autores rusos. Del primero, Sergei Rachmaninov, Zoltán Kocsis proponía la Segunda Sonata, algunos preludios y algunos estudios (475 7779); imaginación, fuego y brillantez se daban cita en sus lecturas, pero estas páginas admiten una sensibilidad mayor, pues distan de ser las típicas obras de exhibición del compositor vulgar de turno; fue ésa un poco la imagen que nos dejaba el polifacético artista. Quien no falló en 1997 fue Valeri Gergiev, al frente de la Orquesta Filarmónica de Rótterdam y del Coro del Kirov, al dejar para la historia una soberana versión de Iván el Terrible (475 7778), una auténtica explosión de vivacidad, de energía y de barbarismo que daba un valor incalculable a cada una de las notas escritas por Prokofiev. Han pasado ya diez años y parece que fue ayer. Claro, lo mismo dirán los nostálgicos que conocieron aquel Bayreuth de hace cinco décadas. Media vida en el camino. Asier Vallejo Ugarte 79 D D I SI CS O C O S S CRÍTICAS de la A a la Z DISCOS ALWYN-BACH ALWYN: Danzas isabelinas. La danza innumerable. Concierto para oboe, arpa y cuerdas. Afrodita en Aulis. Preludio sinfónico “La isla mágica”. Marcha festiva. JONATHAN SMALL, oboe. REAL ORQUESTA FILARMÓNICA DE LIVERPOOL. Director: DAVID LLOYD-JONES. Angelica, por lo que este disco —que recoge en su totalidad primeras grabaciones absolutas—, muy bien interpretado por Lloyd-Jones y la Real Orquesta Filarmónica de Liverpool, interesará sólo a los muy adictos a la causa de la música británica. Claire Vaquero Williams NAXOS 8.570144 (Ferysa). 2006. 72’. DDD. N PE E sta quinta entrega de la obra orquestal de William Alwyn (19051985) se abre con una página muy alejada de la seriedad de sus excelentes sinfonías, las Danzas isabelinas, que presentan una curiosa alternancia entre la música de la época de Isabel I y la de Isabel II —una rumba, por ejemplo— en un ejercicio de frescura y sabiduría orquestal que es, sin duda, lo mejor de esta grabación. La danza innumerable se basa en unos versos del Milton de Blake y es una lírica evocación de la primavera y el paisaje del terruño que no en vano se subtitula Una obertura inglesa. El Concierto para oboe —en dos movimientos— fue escrito para Evelyn Rotwell, la mujer de John Barbirolli, y va de lo idílico de su primera parte a lo marcadamente rítmico de la segunda. Afrodita en Aulis se subtitula Égloga para pequeña orquesta y con eso está casi dicho todo, pues es pieza de fluir tranquilo y poco más. De mayor ambición resulta el Preludio sinfónico, que toma su pretexto de La tempestad de Shakespeare y se desarrolla con un buen pulso dramático. La Marcha festiva se escribió con ocasión del Festival of Britain de 1951 y posee todas las características propias del caso, es decir es afirmativa, pimpante y grandiosa a partes iguales. Ninguna de estas obras menores posee, ni de lejos, el interés de las sinfonías de Alwyn o de su Lyra ANDERSON: Khorovod. The Stations of the Sun. The Crazed Moon. Alhambra fantasy. Diptych. ORQUESTA SINFÓNICA DE LA BBC. LONDON SINFONIETTA. Director: OLIVER KNUSSEN. ONDINE ODE 1012 2 (Diverdi). 20002001. 77’. DDD. N PN Ya era hora de que nos llegara un disco con obras de Julian Anderson, aunque sea con retraso entre la fecha de grabación y de comercialización, como sucede con este. El compositor nacido en Londres en 1967, formado con John Lambert, Alexander Goehr y Tristan Murail, es una de las voces más interesantes del panorama mundial —actualmente es compositor residente de la Orquesta de Cleveland— y este disco, que reúne obras escritas entre 1984 y 2000, le hace justicia plenamente. Además de esas referencias formativas, hay que añadir la presencia mayor de Stravinski en Khorovod, la que le dio a conocer en su día, y que es un precioso ejercicio sobre temas populares bien enmascarados, pero más como actitud que como falsilla, como inspiración que como modelo. Todas las aquí reunidas son músicas de una enorme vitalidad, extraordinariamente comunicadoras, que parten de pretextos diversos: de las tradiciones ligadas al paso del tiempo en The Stations of the Sun a la grandeza de la arquitec- tura en Alhambra Fantasy; de un eclipse en The Crazed Moon al desarrollo de un material mínimo pero lleno de posibilidades en Diptych. Y todo embridado a través de un dominio orquestal literalmente apabullante. Hay en todas ellas una suerte de entusiasmo comunicador, de ganas de decir cosas que jamás cae en el hablar por hablar. Cada nota es pertinente, obedece a una voluntad creadora muy consciente de lo que quiere hacer y capaz de llevarlo a cabo con una brillantez arrebatadora, que sabe que la emoción no se da sin el dominio de sus argumentos sonoros. Las versiones de Oliver Knussen son extraordinarias, como merece esta música que también lo es. Claire Vaquero Williams BACH: Sonatas para flauta BWV 1030, 1032, 1034 y 1035. PHILIPPA DAVIES, flauta; MAGGIE COLE, clave; ALISON MCGILLIVRAY, violonchelo. AVIE 2101 (Gaudisc). 2005. 64’. DDD. N PN L a cronología de la música de cámara de J. S. Bach es, en gran medida, todavía hoy confusa. Durante largo tiempo se pensó que prácticamente toda su obra instrumental de cámara fue creada durante los años que pasó como Kapellmeister en la corte del príncipe Leopold en Cöthen (1717-1723). Posteriores investigaciones, que obligaron a reconsiderar esta clasificación, razonan que muy probablemente numerosas obras para conjunto de cámara fueron finalizadas en Leipzig, donde Bach pasó los últimos veintisiete años de su vida. De la clarificación de esta cronología depende el que tengamos una comprensión TIPO DE GRABACIÓN DISCOGRÁFICA N H R Novedad absoluta que nunca antes fue editada en disco o cualquier otro soporte de audio o vídeo Es una novedad pero se trata de una grabación histórica, que generalmente ha sido tomada de un concierto en vivo o procede de archivos de radio Se trata de grabaciones que ya han estado disponibles en el mercado internacional en algún tipo desoporte de audio o de vídeo: 78 r. p. m., vinilo, disco compacto, vídeo o láser disco PRECIO DE VENTA AL PÚBLICO DEL DISCO PN Precio normal: cuando el disco cuesta más de 15 € PM Precio medio: el disco cuesta entre 7,35 y 15 € PE Precio económico: el precio es menor de 7,35 € 80 D D I SI CS O C O S S ALWYN-BACH Paul Dombrecht CRUDO Y TRANSPARENTE ARRIAGA: Oberturas opp. 1, 20 y de Los esclavos felices. Sinfonía a grande orchestra. IL FONDAMENTO. Director: PAUL DOMBRECHT. FUGA LIBERA FUG 522 (Diverdi). 2006. 59’. DDD. N PN P ese a las deficiencias en el aspecto vocal, la anterior grabación de Dombrecht e Il Fondamento dedicada al compositor vasco nos había dejado buen sabor de boca. Esta sensación permanece, también con matices, tras la escucha de este segundo disco, grabado limpiamente, sin ecos indeseados. Los timbres algo crudos de la orquesta de época suenan con toda naturalidad. Y permite que sigamos con comodidad las muy claras interpretaciones de unas obras sinfónicas que avalan la categoría de aquel joven músico, servidor de estructuras sencillas de corte sonatístico, creador de unas melodías memorables y diestro instrumentador. No puede negarse por ello más fidedigna de cada estadio evolutivo de su música camerística. Esta nueva grabación presenta cinco sonatas, dos para flauta y bajo continuo y tres para flauta y clave obligado. Las obras son una constatación de la riqueza creativa y del deseo de evolución técnica y formal del gran maestro alemán. Entre ellas se encuentra la Sonata en si menor BWV 1030, la más larga de las cinco y considerada por muchos como una obra maestra de este género. En esta obra Bach utiliza la primera idea melódica a modo de ritornello, en un acercamiento estilístico al género de concierto vivaldiano (de lo que resulta la llamada sonata en estilo concertante), género por el que Bach sintió un profundo interés y con el que estuvo en cierta medida familiarizado ya desde 1713. Otra sonata en la que podemos también ver la experimentación con elementos de concierto dentro del marco formal de la sonata da chiesa es la Sonata en mi menor BWV 1034, cuyo Andante exhibe un lirismo y emotividad especialmente inspirada. La flautista Philippa Davies, solista de renombre y de especial savoir faire en música de cámara, lleva a cabo una interpretación de las obras muy el atractivo de estas obras sinfónicas, tocadas de indudable gracia, de una espumosa y aérea pátina que no desconoce los contrastes dramáticos de estratégicas modulaciones y coloraciones. Las sombras de Beethoven, Schubert, Rossini o Cherubini planean sobre ellas. Hay diseños, frases, figuraciones que nos traen el recuerdo del sordo, como ocurre en la Obertura op. 20 y volutas espirituosas que nos acercan al operista de Pésaro. Dombrecht sigue en estas recreaciones muy de cerca las últimas ediciones, que, con ligeras diferencias, coinciden con la que para el ICCMU ha realizado Christophe Rousset. De la obertura de Los esclavos felices usa la primera versión, la más extensa, que no es la que hasta hace muy poco se tocaba y que provenía de una edición abreviada hecha con materiales parisinos. Aunque de ello no nos dice nada Judith Ortega en su por otra parte ilustrativo artículo incluido en el CD. El oboísta y director belga ha practicado también aquí un excelente trabajo musical, apoyado en una estupenda orquesta, mejor que la que, al cambiar algunos instrumentistas, actúa con él en vivo. El criterio musical de la batuta es impecable y sabe construir, con respeto a lo escrito y estudiadas dinámicas, el discurso, en ocasiones frágil, de Arriaga. Todo suena vivo, estimulante, transparente, ligero y, en los momentos requeridos, con la necesaria gravedad, así en esas atmosféricas introducciones lentas. Hay, sin embargo, algunas motas, como el poco cuidado en la planificación de unos metales, no siempre agradables, un tanto rudos, que restan redondez a ciertos acordes y desequilibran. Asimismo se echa en falta de vez en cuando una mayor matización en los pasajes piano. Por otra parte, Dombrecht no es precisamente un dechado de expresividad, su arte es riguroso y pulcro, lo que le permite cantar adecuadamente, pero no posee esa fantasía que ha de llevar a una suerte de elevación en frases como esa tan bellamente lírica que conforma el segundo tema del Andante de la Sinfonía, ni la vitalidad y finura que mejoran el dibujo y el espíritu de pasajes rápidos. Cosas que encontrábamos en mayor medida en la muy refinada interpretación de López Cobos con la English Chamber, planteada desde otros derroteros y con menor criterio historicista desde luego. Arturo Reverter John Holloway LUMINOSO BACH BACH: Sonatas y Partitas para violín solo BWV 10011006. JOHN HOLLOWAY, violín. 2 CD ECM New Series 1909/10 476 3152 (Nuevos Medios). 2004. 133’. N PN En los dos últimos años se ha enriquecido notablemente la discografía de esta auténtica Biblia del violín. Una prodigiosa, por sensibilidad, imaginación, calor y fantasía, Hélène Schmitt para el sello Alpha; la joven Julia Fischer para Pentatone, con una interpretación de reposo, madurez y profundidad impropios en una niña de veinte años; el veterano Gidon Kremer para ECM, con un ímpetu y una despreocupación por la línea casi juveniles han sido algunos de los impulsores de esta reciente acometida a unas obras de complejidad extrema, que ahora se completa con la mirada limpísima, también en ECM, de John Holloway, uno de los grandes del violín barroco. Armado con un Ferdinan- do Gagliano de hacia 1760, Holloway brinda unas interpretaciones joviales y vivaces, por momentos casi fulgurantes, brillantísimas, resplandecientes en el registro agudo. La agilidad del arco, la precisión de la ejecución resultan impolutas incluso en los pasajes más comprometidos y otorgan una extraordinaria ligereza de trazo a los pasajes más densos, acompañados por una soberbia claridad de las texturas, que no se empañan nunca con ornamentaciones fuera de lugar ni de estilo. Claridad, concisión, luminosidad, esas parecen ser las claves que ha manejado el gran violinista británico. El revés de esta visión tan impetuosa, radiante y transparente es que las piezas más monumentales (la gran chacona de la Partita nº 2 y las fugas de las tres sonatas) resultan demasiado esqueléticas, sin esa profundidad expresiva que adquieren en versiones más reposadas, densas y hondas. No carece de coherencia estilística esta opción interpretativa, que aleja de sí cualquier riesgo de grandilocuencia pretendidamente trascendente, pero esta falta de robustez, de solidez constructiva incluso, termina provocando una falta de contraste expresivo que se echa de menos. Pero nada más hay que reprochar a una visión que hace del sonido en sí mismo una auténtica fiesta. Holloway dibuja un Bach solar y esplendente, dicharachero y juerguista, una invitación permanente al buen humor y a la danza. Pablo J. Vayón 81 D D I SI CS O C O S S BACH-BRITTEN expresiva y equilibrada. Su sonido consigue acercarse al del traverso barroco mediante un sencillo y comedido uso del vibrato, alejándose de la exageración romántica de algunas versiones, un timbre no demasiado brillante y una ligera y expresiva articulación del fraseo musical. Jaime Rodríguez Pombo Mira Glodeanu y Frédérick Haas BACH EN CUERPO Y ALMA BACH: Sonatas para violín y clave BWV 1014-1017. MIRA GLODEANU, violín; FRÉDÉRICK HAAS, clave. AMBRONAY AMY009 (Harmonia Mundi). 2006. 93’. DDD. N PN BACH: Cantatas BWV 41, 92 y 130. YUKARI NONOSHITA, soprano; ROBIN BLAZE, contratenor; JAN KOBOW, tenor; DOMINIK WÖRNER, bajo. BACH COLLEGIUM DE JAPÓN. Director: MASAAKI SUZUKI. BIS SACD-1541. 2005. 74’. N PN E l volumen 33 de la integral suzukiana de cantatas de Bach no resultará particularmente memorable. Las tres maravillosas páginas que contiene no reciben en esta ocasión la justicia merecida. Todas pertenecen a 1725, es decir, al segundo año del Cantor en Leipzig, cuando emprendió (y no completó) la composición para cada domingo y festividad religiosa de una cantata basada, no en el pasaje del Evangelio leído ese día, sino en un himno bien conocido por la feligresía. En las BWV 41 y 92, de tono más contemplativo, la orquesta y el coro aún sostienen con más prestancia que, por ejemplo, el Coro Accentus y el Coro Barroco de Limoges a las órdenes de Christophe Coin (véase SCHERZO, nº 106, pág. 74) unas líneas tendentes (aunque en determinados pasajes sólo de manera relativa) a lo contemplativo, aunque también es cierto que en la BWV 41 Yukari Nonoshita sí hace añorar el grado ni de belleza tímbrica ni de compromiso expresivo de Barbara Schlick. La BWV 130 es la que produce mayor decepción, pues aquí incluso falla la dirección de Suzuki, que queda también muy por debajo del ímpetu demandado por la lucha descrita entre las fuerzas del bien y del mal. Como Dominik Wörner (debutante en la serie) tampoco 82 Como gran parte de su música instrumental, las seis Sonatas para clave con violín obligado, BWV 1014-1019 fueron compuestas por Bach hacia el final de su período en Cöthen (1717-1723), lugar en el que la confesión calvinista oficial lo relevaba de tareas en el terreno vocal. Son una verdadera maravilla por la coherencia armónica de que aparece dotado el conjunto y por el enorme paso que, de una manera que no haya pleno reflejo en el título, supone en el camino hacia la sonata para dos instrumentos en sentido moderno, esto es, basada en el equilibrio, la independencia y el consenso desde la igualdad de ambos frente al papel de mero acompañante al que antes se veía reducido el teclado. Aunque a esta evolución no debieron de ser ajenos los progresos en el arte de la construcción de instrumentos, igual no, más importante aún resulta el avance que en estas obras se produce en la creación de una música cada vez más expresiva de sentimientos y emociones subjetivos, como corresponde a la época en que posee un instrumento precisamente avasallador, ni Jan Kobow se supera a sí mismo en el desempeño del mismo cometido para el Montreal Baroque de Eric Milnes (véase SCHERZO, nº 207, pág. 74), ni en todo el disco Robin Blaze acaba de producir un color tan brillante como en otras muchas ocasiones, y hasta las trompetas incluidas en la orquestación pecan de timidez, los resultados son muy poco recomendables. Alfredo Brotons Muñoz la burguesía ascendió al poder primero económico y luego político. Este aspecto nunca es evidente en Bach, que se encuentra sobre la misma línea divisoria entre un futuro cuyas múltiples vertientes hallan en él antecedente claro y un pasado que él también resume cabalmente y ante cuyos cánones formales muestra un respeto ya considerado regresivo por la miopía intelectual de muchos críticos… empezando por sus propios hijos. La combinación de sabiduría germánica y vitalidad italiana, los patrones tópicos pero descriptivamente certeros que marcan aquí el rumbo personal del genial compositor, se hallaba hasta ahora falta de una versión discográfica que le hiciera plena justicia, e incluso Van Dael y Van Asperen no alcanzan más que éxitos parciales en ese empeño (véase SCHERZO, nº 153, pág. 80). Por eso hay que saludar con tanto alborozo el logro de unas versiones tan impecables y completas como las que ofrecen la rumana Mira Glodeanu (n. 1972) y el holandés Frédérick Haas (n. 1969), capaces de construir un cuerpo tan hermoso como sólido y, además, insuflarle un alma desbordante de sensibilidad, esto es, de cumplir con todos los espinosos requisitos técnicos que plantean la partitura agregando una carga expresiva de insondable profundidad. Con BAUTISTA: Obertura para una ópera grotesca. Sinfonía breve. Suite de danzas de Juerga. Estrambote sobre un tema de Arbós. Suite all’antica. ORQUESTRA SIMFÒNICA DE BARCELONA I NACIONAL DE CATALUNYA. Director: SALVADOR BROTONS. AUTOR SA01247. 2001. 61’. DDD. N PN Poco a poco se van recuperando los compositores de la generación del 27 y de la diáspora provocada por la guerra civil. Lo que en cualquier otro país sería algo acontecido hace tiempo, en el nuestro, donde parece que lo único que importa es la bandera y donde el patrimonio es sólo cosa de “rojos”, pues no deja de ser sino una desconcertante anomalía. Porque resulta inconcebi- toda probabilidad, en el prodigio ha desempeñado un papel importante la perfecta belleza tímbrica de los instrumentos empleados, un violín construido por Marcin Groblicz en 1604 y un clave de Henri Hemsch datado en 1751. Al primero en especial se le extrae un sonido embelesador, levemente nasal sin mengua para el brillo y la redondez de toda la gama, y Glodeanu lo maneja con un virtuosismo que se olvida bajo el impacto de su exquisitez para el fraseo matizado, lo mismo en los pasajes de meditación hasta trágica como en los de más desenfadado alborozo. Por su parte, Haas, que firma unas notas de acompañamiento no por escuetas menos eficaces en la preparación del ánimo del oyente, aporta parejas dosis de exactitud y elocuencia a un disco al que las perfectas tomas acaban de convertir en una referencia absoluta dentro del catálogo bachiano. Alfredo Brotons Muñoz ble que un compositor como Julián Bautista (1901-1961) sea aún un desconocido. Y como él, una buena nómina de nombres… Bienvenido, pues, sea este disco, que ha llegado a las tiendas con un poco de retraso (se grabó hace seis años), aunque, como dice el adagio, “más vale tarde…”. La huella de Falla está detrás de estas páginas, sobre todo en la suite del ballet Juerga (1943), en el que resulta difícil no percibir el aroma de El sombrero de tres picos. Hay también pinceladas del Stravinski neoclásico, pero sobre todo sorprende encontrarse con un creador muy cercano en espíritu al checo Bohuslav Martinu. La misma fuerza motora y un color similar aproxima a ambos, si bien cada uno de ellos presenta una personalidad propia y reconocible. La música de Bautista, en todo caso, nos muestra a un com- D D I SI CS O C O S S BACH-BRAHMS BACH-BRITTEN positor apasionado por su arte, al que concibe como una fiesta de ritmos y sonoridades, sin olvidar un rigor constructivo de impronta clásica. No es un renovador, pero su música atrapa desde el primer instante. Salvador Brotons, una batuta todoterreno, la aborda destacando su lado más brillante. A veces, sobre todo en la Suite all’antica, parece dejarse por el camino parte de las sutilezas polifónicas y armónicas, pero a cambio ofrece unas lecturas rutilantes y entregadas, que la orquesta traduce admirablemente. Las notas de Jorge de Persia, un musicólogo dedicado en cuerpo y alma a la exhumación de este repertorio, acaban de redondear la edición. ¿Para cuándo más discos de Bautista? ¿Y de Pittaluga, Bacarisse, Remacha, los Halffter…? Juan Carlos Moreno BAX: Sonata para viola y piano. Pieza de concierto. Leyenda. Trío en un movimiento para viola, violín y piano op. 4. MARTIN OUTRAM, viola; LAURENCE JACKSON, violín; JULIAN ROLTON, piano. NAXOS 8.557784 (Ferysa). 2005. 61’. DDD. N PE B ax es un compositor de muchas caras. Y una de ellas es la camerística, en la que, como este disco demuestra, la viola ocupa un lugar importante, también por su amistad con el virtuoso Lionel Tertis, a quien están dedicadas unas obras hechas, además, pensando en él como intérprete. Seguramente a Bax el sonido de la viola le parecía especialmente capaz de traducir ese universo suyo hecho de evocación, amoríos, irritación por la injusticia y agitación política. La Sonata parece englobar casi todos los Bax posibles, pero sobre todo presenta un tiempo central con unas casi diríamos que turbulentas reminiscencias celtas y un Lento conclusivo de un tinte dramático muy especial. El resto —Leyenda y Pieza de concierto— no llegan a la altura de la Sonata aunque se oigan con agrado. El Trío es una obra de 1906, con elementos que recuerdan ya —su primera visita a aquella tierra se produjo cuatro años antes— a la música popular irlandesa. Excelentes versiones de Outram, Jackson —miembros los dos del Cuarteto Maggini— y el pianista Rolton. Claire Vaquero Williams BEETHOVEN: Sinfonías nº 1 y nº 4. ORQUESTA SINFÓNICA DE LA RADIO DE SAARBRÜCKEN. Director: STANISLAW SKROWACZEWSKI. OEHMS OC 521 (Galileo MC). 2005. 58’. DDD. N PM Sigue la integral sinfónica de Beethoven por Skrowaczewski al frente de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Saarbrücken para Oehms. En esta ocasión, y tras escuchar por ejemplo una Heroica realmente sublime, nos llegan dos de las sinfonías más supuestamente “ligeras” y “clásicas” en lecturas eminentemente tradicionales pero en absoluto pesadas. Skrowaczewski no teme a la “densidad” en fragmentos tan reveladores y revolucionarios como el inicio de ambas sinfonías —casi mahleriano el de la nº 4— pero se impone lo clásico sin obviar que Beethoven apuntó, desarrolló y hasta culminó el romanticismo. El maestro polaco no necesita justificar “su” Beethoven en las notas del libreto, cuya lectura podemos pasar por alto, y basta con escuchar la grabación, que es magnífica de principio a fin. En ambas sinfonías, lo primero que llama la atención son sus respectivos primeros movimientos, con esos adagios introductorios que tanto contrastan con el allegro posterior. Tensión versus vivacidad. Y llama la atención tanto en la partitura como en las versiones que optan por subrayar el contraste, algo que hace Skrowaczewski. En el caso de la Sinfonía nº 4, es evidente que Beethoven ya ha escrito la Heroica y que ese Allegro vivace no puede ser abordado como el Allegro con brio de la nº 1. No todos los directores lo tienen en cuenta; Skrowaczewski sí. De hecho, el director parece plantearse la interpretación de cada sinfonía como parte integrante de una obra mayor que es la integral, tal como antes lo hicieron otros. Así pues, una integral que promete ser de las buenas de verdad. Josep Pascual BRAHMS: Sinfonía nº 4. SCHOENBERG: Variaciones para orquesta. ORQUESTA SINFÓNICA ALEMANA DE BERLÍN. Director: KENT NAGANO. HARMONIA MUNDI 901884. 20042006. 61’. DDD. N PN Programa bien pensado a pesar de los cuarenta años que separan las dos obras de este disco y de su universo sonoro tan diferente; al fin y al cabo en ambas prevalece la voluntad de un cierto clasicismo con una misma afiliación: Bach. Kent Nagano pone en evidencia sus ya conocidos resortes analíticos con una claridad ejemplar en la página brahmsiana, cuya dinámica general queda más resaltada al colocar los segundos violines a la derecha del director, como los viejos maestros, ofreciendo de este modo una perspectiva sonora más clara. Sin embargo, la lectura es un punto aséptica y distanciada, y hay músicas (la de Brahms sobre todo) que soportan mal una aproximación exclusivamente analítica. La variedad instrumental y el color tampoco brillan especialmente y el discurso sonoro se nos antoja algo monótono. No obstante, la versión de la página que cierra el disco, las dodecafónicas Variaciones de Schoenberg, compensan con creces este Brahms tan exclusivamente fiel a la letra, ya que su interpretación, clarísima, virtuosa, intensa y convincente, las coloca al lado de los mejores traductores de esta singular obra maestra (nada que envidiar a los más conspicuos directores que han grabado la página: Mitropoulos, Rosbaud, Karajan, Solti, Boulez o Rattle, por citar a media docena de los más célebres). El control de Nagano es absoluto, su batuta disecciona y clarifica hasta el menor matiz, la unidad es férrea y la sobresaliente orquesta traduce brillante, refinada y convincente el principal trabajo orquestal dodecafónico de su autor. La grabación es mejor que la de Brahms, más clara y contrastada (quizá ayudada y resaltada por el poder analítico de la batuta). En fin, posiblemente el espíritu de la variación que preside este CD hubiese salido más reforzado con una versión más intensa y expresiva de la Cuarta de Brahms. Como no ha sido así, nos conformaremos con la excelente traducción de las Variaciones de Schoenberg, una de las mejores que hoy podemos encontrar en el maltrecho mercado del disco clásico. Enrique Pérez Adrián BRAHMS: Lieder. BERNARDA FINK, mezzossoprano; ROGER VIGNOLES, piano. HARMONIA MUNDI HMC 901926. 2006. 63’. DDD. N PN Fink es, seguramente, una de las principales cantantes de cámara de nuestro tiempo. Cada una de sus entregas corrobora su categoría y mantiene una línea de calidad que va asociada a su persona. En este caso, un vasto muestrario brahmsiano (treinta y una piezas) permite a la intérprete mostrar su ductilidad de lecturas dentro de la unidad de estilo, todo ello mediado por una voz de concentrada timbración, esmaltada y acariciante, una musicalidad infalible y una dicción minuciosa y de matizadas intenciones. Así resuelve, con parigual felicidad, la meditación de Oda sáfica, el tinte popular de El herrero, la gravedad de En el cementerio, el arrobo de Noche de mayo, el humor de Serenata interrumpida o la maternal ternura de Canción de cuna, para mostrar la amplitud de su talento imaginativo y no agotar el inventario. Vignoles acompaña con ritmos y velocidades justos, buen equilibrio y agradable sonoridad. Blas Matamoro BRITTEN: Cuarteto Fantasía op. 2. Cuarteto nº 3 op. 94. BLISS: Quinteto para oboe y cuarteto de cuerdas. ALEX KLEIN, oboe. CUARTETO VERMEER. CEDILLE CDR 90000 093 (LR Music). 2005-2006. 62’. DDD. N PN E ste disco ofrece juntas una excelente pieza de música de cámara inglesa —el Quinteto de Bliss— y una obra maestra de la música de cámara del siglo XX —el Cuarteto nº 3 de Britten. La primera —encargo de la mecenas americana Elisabeth Sprague-Coolidge— se estrenaba en Venecia en 1927 y la segunda, ligadísima a Venecia y a la ópera Muerte en Venecia, en Aldeburgh en 1976, dos semanas después de la muerte de su autor. La obra de Bliss no sólo demuestra oficio sino buena inspiración y el oboe circula con gracia por entre el cuarteto de cuerdas. La de Britten es como un testamento, un adiós a la vida y a sus bellezas ejemplificadas en esa Serenissima que nunca volvería a ver. Como aperitivo, el Cuarteto Fantasía para oboe y trío de cuerda, con el que Britten demostrara a los diecinueve años un talento ya más que en 83 D D I SI CS O C O S S BRITTEN-CHAIKOVSKI agraz. Excelentes versiones de Alex Klein y el Cuarteto Vermeer en un acoplamiento inédito hasta ahora en los catálogos. Claire Vaquero Williams CHAIKOVSKI: Concierto para violín. Serenata melancólica op. 26. ValseScherzo op. 34. Souvenir d’un lieu cher op. 42 para violín y piano. JULIA FISCHER, violín. ORQUESTA NACIONAL DE RUSIA. Director y piano: YAKOV KREIZBERG. PENTATONE PTC 5186 095 (Diverdi). 2006. 68’. DDD. N PN De nuevo hay que decir ¡atención a Julia Fischer! ¿Recuerdan ustedes el CD de Fischer y el mismo Kreizberg y la Nacional Rusa con los Conciertos de Glazunov, Prokofiev y Khachaturian? Pues bien, ahora acude el mismo equipo al Concierto de Chaikovski, con semejante, con idéntica inspiración, virtuosismo y gracia. Tiene Fischer 23 años cuando graba este CD en 2006, y no puede menos de dejarnos asombrados. Ya no es una niña, pero es un prodigio. Kreizberg la acompaña con respeto, con ocasional exaltación, con permanente inspiración y sabiduría. La cosa llega a tanto que nos atreveríamos a considerar que este disco es una de las referencias posibles de esta obra chaikovskiana, tan hermosa y tan registrada. Continúa Fischer con dos movimientos breves, la Serenata y el Vals, de nuevo con Kreiz- berg, y concluye con una bella pieza de cámara en tres movimientos, Souvenir d’un lieu cher, que comienzan con uno amplio y que es como un ensueño, la Méditation. La sala sinfónica deja paso a la camerística. Kreizberg batuta se convierte en Kreizberg pianista, que sigue acompañando embelesado a esta joven alemana que de manera tan virtuosa, ágil, elocuente y profunda sabe tocar los clásicos rusos para el violín. Sorprendente, además de bello y magistral. No olvidemos, sin embargo, que Fischer y Kreizberg también han hecho unos espléndidos Mozart para Pentatone, y que Fischer, para el mismo sello, se ha adentrado en otros terrenos camerísticos. Por si hay dudas. Santiago Martín Bermúdez CHAIKOVSKI: Concierto para piano y orquesta nº 1 op. 23. MUSORGSKI: Cuadros de una exposición. AYAKO UEHARA, piano. ORQUESTA SINFÓNICA DE LONDRES. Director: RAFAEL FRÜHBECK DE BURGOS. EMI 3 59606 2. 2005. 74’. DDD. N PN Concierto para piano y orquesta nº 1 op. 23. KHACHATURIAN: Concierto para piano y orquesta. BORIS BEREZOVSKI, piano. ORQUESTA FILARMÓNICA DE LOS URALES. Director: DIMITRI LISS. WARNER 2564 63074-2. 2006. 62’. DDD. N PN Aquí tenemos dos nuevas grabaciones del más célebre de los conciertos de Chaikovski. La de Berezovski nos presenta a un pianista excepcional que parece Paavo Järvi LECCIÓN DE INGLÉS BRITTEN: Guía de orquesta para jóvenes op. 34. Cuatro interludios marinos de “Peter Grimes”. ELGAR: Variaciones sobre un tema original “Enigma” op. 36. ORQUESTA SINFÓNICA DE CINCINNATI. Director: PAAVO JÄRVI. TELDEC CD 80660 (Indigo). 2006. 66’. DDD. N PN E l estonio-americano Paavo Järvi es uno de los mejores directores de su generación y lo demuestra en este disco — de formidable sonido, por cierto— con la formación que heredó de su anterior titular, Jesús López Cobos. De entrada nos da una grandísima versión de la Guía de orquesta para jóvenes —se agradece la división en 19 cortes—, trascendiendo su propósito pedagógico y haciendo de ella todo un alarde de virtuosismo atril a atril. Los Interludios marinos de “Peter Grimes” alcanzan una lectura extraordinariamente vívida, a la altura de la de Bernstein (Sony), en la que el clima expectante de su función en la ópera se mantiene a través de una tensión que no decae jamás —qué claridad expositiva, además, en la Tormenta— y apoyada, de nuevo, en una orquesta impecable, por ejemplo esa flauta límpida y expresiva de Domingo por la mañana o la trompeta que atraviesa la bruma en Claro de luna. Las Variaciones Enigma siguen la misma tónica de plenitud orquestal y, desde la preciosa exposición del tema inicial, Järvi aplica un cuidadosísimo trato al dibujo y a las texturas, sacando a la maravillosa música de Elgar no ya la sabiduría constructiva que atesora sino todos los guiños que propone al oyente en una lectura de una transparencia admirable. Es una ejecución precisa al máximo pero igualmente emotiva que se encarama orgullosa a la cima de la discografía a hacerle compañía a Jochum (DG) y Barbirolli (EMI). Un disco sensacional. Claire Vaquero Williams www.scherzo.es Cuarteto Kopelman SORPRESA CHAIKOVSKI: Cuarteto de cuerda nº 3. SCHUBERT: Cuarteto de cuerda en re menor “La muerte y la doncella” D. 810. CUARTETO KOPELMAN. WIGMORE HALL LIVE WHLive 0010 (Diverdi). 2006. 78’. DDD. N PN No debería sorprendernos. El Cuarteto Kopelman se ha convertido, nada más nacer, en uno de los grandes del mundo camerístico, del mundo de la música viva. Mijail Kopelman, primer violín del Cuarteto Borodin, fundaba hace unos años este conjunto y le 84 daba la impronta del anterior. Escuchamos este CD y no podemos sino quedarnos asombrados. Pocas veces escucharemos un Chaikovski como éste, en especial el crecimiento tensísimo del Andante sostenuto y el despliegue del Andante fúnebre e lamentoso (indicación que estos cuatro grandes músicos siguen no sólo al pie de la letra). Ahora bien, cuando escuchamos ese clásico insuperable que es La muerte y la doncella en los dedos, concepto e imagen del Kopelman asistimos a una especie de transformación. Sí, es ese cuarteto schubertiano de plena madurez, de la época final, con su dramatismo y sus sugerencias, con su abundancia de ideas cantabile o su densidad de texturas; pero hay algo que lo distingue. Suena de otro modo, con otras asperezas, con un toque diferente en cuanto a exposición, a secuencia, a trama. Un Schubert que es el mismo y que es muy distinto, al mismo tiempo; por ejemplo, el Andante es milagroso, sobre todo en el juego de las dinámicas. La toma en vivo en el Whigmore Hall ayuda mucho en cuanto al calor de la continuidad. El Cuarteto Kopelman está aquí sencillamente sensacional. No debería sorprendernos; y, sin embargo… Santiago Martín Bermúdez D D I SI CS O C O S S BRITTEN-CHAIKOVSKI Michael Borgstede IRRESISTIBLE COUPERIN COUPERIN: Música para clave. MICHAEL BORGSTEDE, clave. 11 CD BRILLIANT 93082 (Cat Music). 2004-2005. 712’. DDD. N PE D esde la antigua integral de Kenneth Gilbert para Harmonia Mundi, no conocía una grabación completa de la obra para clave de François Couperin: un universo perfectamente cerrado y de extraordinaria riqueza evocativa compuesto por más de doscientas piezas agrupadas en veintisiete órdenes que fueron publicados en cuatro libros entre 1713 y 1730, a las que se añaden los ocho preludios incluidos en el tratado El arte de tocar el clave. Es el joven clavecinista israelí Michael Borgstede quien ha afrontado el empeño para el sello económico Brilliant con resultados más que satisfactorios. Utiliza Borgstede dos instrumentos diferentes, una copia de un Ruckers de 1638 y otra de un Hemsch de 1754. Las interpretaciones son de extrema elegancia tanto en el tratamiento del fraseo como en la ornamentación. Si las piezas lentas resultan de una deliciosa expresividad pero en ningún caso se presentan desmayadas ni amaneradas (Les Regrets, orden tercero; L’Insinüante, orden noveno; Les Jumélles, orden duodécimo; L’âme-en peine, orden decimotercero; Le Rossignol-enamour, orden decimocuarto pueden servir como ejemplos), las rápidas están cuidadas con la misma delicadeza, y son expuestas con articulaciones claras, sin atropellos, y una agilidad y una precisión notabilísimas, incorporando pequeños detalles de color o de agógica que aumentan el sentido descriptivo allí donde la ocasión lo requiere (La Diligente, orden segundo; La Lutien, orden tercero; Le Petit-Rien, orden decimocuarto; L’evaporée, orden decimoquinto o L’Anguille, orden vigésimo segundo como ejemplos). Desconozco la secuencia en que se han grabado los discos, pero resulta curioso que si en los primeros órdenes la regularidad rítmica parece una constante, la agógica se va haciendo mucho más flexible a medida que avanza la integral, detalle que puede estar también condicionado por el hecho de que al principio los tiempos de danza son mucho más abundantes y así han querido ser marcados por el intérprete, que ofrece un tratamiento mucho más rapsó- dico de las piezas de carácter. Haru Kitamika al clave, Sophie Gent al violín y Joshua Cheatham a la viola da gamba colaboran puntualmente completando un álbum excelente. Casi 12 horas de música sugerente, expresiva y refinada en una interpretación formidable. Al precio de Brilliant, por completo irresistible. Pablo J. Vayón Alexandre Tharaud COUPERIN UNIVERSAL COUPERIN: Tic Toc tocar una obra que conoce a la perfección con cierta desgana: a ratos rutinariamente, y a ratos caprichosamente; como si se viera obligado a tocarla por fuerza, como si tuviera que mostrarse original de vez en cuando para esconder esa desgana al tiempo que debía tener en cuenta la tradición interpretativa de tan trillada composición. La orquesta que le acompaña tampoco es nada del otro mundo y su director, Dimitri Liss, que es muy bueno, hace lo que puede y termina por convertirse en el inesperado protagonista de una versión olvidable. Una lástima, pues Berezovski es un grandísimo pianista y aquí lo demuestra en algún momento como no podría ser de otra manera. La joven Ayako Uehara (n. 1980) protagoniza la otra versión apoyada en el buen hacer habitual de Frühbeck de Burgos al frente de la espléndida London Symphony Orchestra. Con un primer movimiento que arranca mucho más maestoso —casi lento de tan maestoso— que en la versión de Berezovski, la pianista japonesa nos convence de entrada y despliega su técnica segura y su asombrosa facilidad para tocarlo todo la mar de bien. Probablemente no último proyecto discográfico sobre la música barroca francesa. Mucho atrevimiento y convencimiento sobre la música clavecinística de Couperin que el pianista pasea sin apocamiento ni complejos. Esta serie de piezas de corta duración, gracias a la destreza interpretativa del artista, no recuerdan su origen instrumental. Obviamente son tantas las diferencias entre el piano y el clave que sería inútil nombrarlas ahora. Mas Tharaud consigue meter en costura las partituras, otorgándoles el sano privilegio de poder ser vivificadas con el piano. Su vocación inquieta le dispensa para poder ilustrar la música del francés con múltiples recursos que no necesariamente buscan imitar al instrumento originario, sino enriquecer las partituras y conferirles la categoría de universales. Tharaud ofrece un Couperin sentido, lírico con un cantabile muy dulce, impetuoso, muy potente en cuanto a extroversión y que con un meticuloso uso de las articulaciones (siempre bien delimitadas y dibujadas) provoca un resultado sorprendente que busca lo original (que no extravagante) y que consigue con naturalidad su objetivo. Al mismo tiempo estas versiones altamente refinadas, destilan interiorización y trabajo detallista, aprovechamiento del pedal en su justa mesura, y un compromiso sonoro resuelto con extraordinaria soltura. Cada pieza lleva un título que el pianista se encarga de plasmar descriptivamente; depen- sea una versión tan buena como parece, pero tras oír la de Berezovski nos sabe a gloria y resulta infinitamente mejor. Desde luego es una pianista excelente, de medios más que sobrados y así lo demuestra no sólo en el concierto sino también en los Cuadros de una exposición. De hecho, en esos “cuadros” está lo mejor del disco y resulta más convincente aún que en el concierto. Una gran pianista, quizá de carrera fugaz, no lo sabemos, pero que puede tener por delante un brillante futuro. El complemento del compacto de Berezovski es Choc. ALEXANDRE THARAUD, piano. HARMONIA MUNDI HMC 901956. 2006. 65’. DDD. N PN Alexandre Tharaud ofrece su diendo de él Tharaud se decide por un fraseo u otro. La gracia narrativa del pianista es buscada deliberadamente con ligereza y un sinfín de recursos. Las interpretaciones son lógicas y con un gran sentido de la unicidad. Colabora en el disco Pablo Pico, que con su momentáneo acompañamiento al tambor añade la guinda a un registro de por sí ya diferente y extraordinario. Emili Blasco el Concierto de Khachaturian, obra espectacular y de gran virtuosismo que permite mostrar al pianista su indiscutible destreza técnica a lo largo de una agotadora media hora. Y poco más. Josep Pascual 85 D D I SI CS O C O S S DEBUSSY-GOMBAU DEBUSSY: Cuarteto de cuerda en sol menor. STRAVINSKI: Concertino. Tres Piezas para cuarteto. Doble Canon. FAURÉ: Cuarteto de cuerda en mi menor. CUARTETO YSAŸE. WIGMORE HALL LIVE WHLive 0012 (Diverdi). 2005-2006. 69’. DDD. N PN E s conocida la excelencia del Cuarteto Ysaÿe, y esa excelencia se advierte en este disco. Sólo que hay tantas grabaciones y puntos de vista del Cuarteto de Debussy que no es posible destacar ésta por encima de las mayores. Intensidades, tempi, motivaciones: todo es de gran nivel. Salvo que, lógicamente, ya lo habíamos escuchado antes. El Fauré del Ysaÿe es acaso más íntimo de lo habitual; incluso sorprende en esta página un cierto toque tardorromántico que más de un aficionado considerará ajeno al compositor. La fugacidad de los movimientos stravinskianos está muy bien servida, con ese mordiente, esa distancia que le son tan necesarios, incluso en el despojamiento insólito del Doble Canon por Dufy. En resumen: un recital de gran interés, de una formación sólida y de gran altura artística; aunque hay demasiada competencia en este terreno como para no señalar su peso sobre nosotros a la hora de la escucha. Santiago Martín Bermúdez DUTILLEUX: Obra completa para piano. JOHN CHEN, piano. NAXOS 8.557823 (Ferysa). 2005. 61’. DDD. N PE 86 Los aficionados recordarán la integral pianística de Dutilleux a cargo de Anne Queffélec (Virgin). Hay una coincidencia considerable de títulos, como no podía ser menos. Pero la coincidencia no es total. Aparte de las miniaturas, Dutilleux es autor de obras pianísticas como la Sonata de 1948, los Tres Preludios de 1973, 1977 y 1988; y la serie de seis piezas para la radio (de miniaturas, esa es la verdad) titulada Au gré des ondes (1946). Queffélec incluía las Figures de résonances para dos pianos, con Christian Ivaldi, pero John Chen las excluye, en su recital sólo hay piezas para piano solo. En cambio, vemos cosas que no estaban en el álbum de Queffélec, como Petit air à dormir debout y Mini-prélude en éventail. John Chen, pianista de Malasia radicado en Nueva Zelanda desde antes de cumplir un año, no ha cumplido 21 cuando escribimos estas líneas. Tenía 19 al grabar este disco. Chen tiene una técnica impresionante. Esos dedos son pura magia, movimiento inaprensible, velocidades y diminuendos milagrosos. Pero también hay madurez, propuesta, sentido. Acaso Chen no daría aún la talla en ciertos repertorios, no podemos asegurarlo. Pero en el caso de la integral Dutilleux estamos ante una proeza que asombra al que escucha: esos saltos, esas gradaciones, ese retirarse, ese crecer, esos matices en la dinámicas… Dutilleux no considera su producción pianística como lo más destacado de su obra. Pero en interpretaciones así, quién sabe lo que diría. Santiago Martín Bermúdez FASCH: Tríos y Sonatas. EPOCA BAROCCA. CPO 777 204-2 (Diverdi). 2004. 71’. DDD. N PN Johann Friedrich Fasch sufrió el proceso típico de reconocimiento en vida —el mismo Bach copió algunas de sus Suites orquestales para interpretarlas con el Collegium Musicum de Leipzig— y olvido tras la muerte. El disco de Epoca Barocca demuestra el alto interés de su música de cámara, su inagotable invención temática y lo elaborado de sus desarrollos. Las lecturas nos revelan a un compositor de total avanzada, cuya tendencia poco menos que experimental, en términos de la época, se pone de manifiesto en la original utilización de formas y combinaciones instrumentales. En el Allegro final del Quadro en re menor para oboe, violín, fagot y bajo continuo se creería estar en un territorio estilístico limítrofe y hasta surge alguna semejanza con el arte de Zelenka. Oboe y violín están sensacionales en esta pieza. Admirable la línea cantable del fagot en el Largo de la Sonata en do mayor para este instrumento, que debe igualmente superar una prueba de agilidad en el Allegro subsiguiente. Especialmente sugerentes las mezclas tímbricas en el Trío en sol menor y el Qua- dro en fa mayor. Un disco que hace justicia a una figura indebidamente arrinconada. Enrique Martínez Miura FERRANDINI: Cantate per passione. ELISABETH SCHOLL, soprano. ECHO DU DANUBE. ACCENT ACC 24181 (Diverdi). 2005. 74’. DDD. N PN La música de Giovanni Battista Ferrandini (17101791) tiene como punto de partida al instrumento y como término último a la voz. Contratado por la corte de Múnich como oboísta con tan sólo doce años, allí quemó rápidamente etapas hasta convertirse en 1737 en Director de la música de cámara. En un ambiente monopolizado por el gusto italiano, Ferrandini mostró desde muy pronto un notable interés por la música vocal (dicen que él mismo tenía una hermosa voz y era un excelente cantante), lo que le llevó a escribir casi una ópera al año. Todo eso puede explicar la eficaz compenetración que en su obra se produce entre instrumento y voz, una fusión en la que a menudo el instrumento adquiere connotaciones vocales y viceversa. El programa de este disco se construye alrededor de tres piezas vocales sacras cuyo centro argumental es la Pasión de Cristo. De la “arietta sacra” Liebste Mutter voll der Schmerzen (la única que Ferrandini escribió sobre texto alemán) destaca la sencilla andadura vocal y la opulencia tímbrica del acompañamiento, formado por flauta travesera, oboes da silva (una especie de oboes da caccia de tamaño mayor), violas d’amore, violette con sordinas, viola de gamba, laúd y contrabajo. Las otras dos cantatas muestran enfoques y tratamientos dispares. Más intimista y sobria, de corte casi luterano, Oh spectaculo pur troppo funesto reúne una plantilla instrumental de dos violas de gamba, laúd y órgano, y cuenta con un aria tan intensa como espléndida: Del vostro Dio mirate. La otra cantata, Ecco quel tronco, apela en cambio a un virtuosismo brillante y operístico, compartido por la soprano y por la flauta solista. La flauta tiene de nuevo un papel protagonista en el Concierto en fa mayor, de rasgos preclásicos. Al carácter afirmativo de los movimientos rápidos se contrapone el lirismo pensativo del espléndido Adagio central: aquí la escritura de la flauta es casi vocal, y sin embargo el episodio no se configura como un aria instrumental, sino que sigue derroteros oblicuos, imprevisibles, nocturnos. El Cuarteto en sol menor rezuma vigor y un gusto armónico más elaborado. Óptima la interpretación de la soprano Elisabeth Scholl, bien acompañada por el conjunto con instrumentos originales Echo du Danube. Un monográfico que ratifica el buen hacer, la versatilidad y el indudable interés de la música de Ferrandini. Stefano Russomanno FRANCK: Sinfonía en re menor. CHAUSSON: Sinfonía en si bemol op. 20. ORQUESTA DE LA SUISSE ROMANDE. Director: MAREK JANOWSKI. PENTATONE PTC 5186 078 (Diverdi). 2006. 68’. SACD. N PN P artidarios los dos autores unidos en este disco de lo que se ha llamado germanización de la música europea, estas sinfonías son una muestra de la solidez de la forma cíclica, Janowski consigue un disco que testimonia su dedicación, su entrega apasionada al repertorio presente, y consigue dar unos planteamientos de estas sinfonías en los que destellan detalles infrecuentes de construcción, siempre dentro de unos discursos musicales que tienen fuerza, unidad y sentido. El academicismo que en tantas versiones deja un hueco en el peso musical de estas obras más formalistas que puramente inspiradas, especialmente la de César Franck queda relegado y el contenido se nos hace más directo. Aunque puede que no llegue el director alemán a episodios de contenido superlativo en el entramado sonoro como los señeros de Furtwängler, Klemperer o Giulini en la Sinfonía de Franck, su interpretación debe de ser atentamente escuchada por dar una traducción algo distinta y muy cuidadosa a estas obras, en las que logra impulso y contrastes instrumentales de gran claridad. El discurso es plenamente coherente, enérgicamente planteado y bien realizado, cuidándose mucho el desarrollo polifónico. Según estos parámetros, obtiene el director dos interpre- D D I SI CS O C O S S DEBUSSY-GOMBAU taciones con cuerpo, desarrollo y entidad. Cierto es que la Orquesta de la Suisse Romande no alcanza la excelencia de las orquestas europeas de primera fila, pero contribuye con todo celo a las determinantes que el director impone, y llega a resultados absolutamente respetables y sin fisuras. José Antonio García y García GESUALDO: Madrigales Libro III. QUINTETO KASSIOPEIA. GLOBE 5223 (Diverdi). 2004. 49’. DDD. N PN Carlo Gesualdo, príncipe de Venosa, es hoy uno de los grandes nombres del tardío Renacimiento musical europeo. El valor de su música, sin embargo, se ha reconocido con injusta tardanza. Ha sido gracias al relativamente reciente interés y reivindicación de estudiosos y creadores (como Stravinski ya en su día) que su obra ha ido ganando el merecido prestigio del que hoy goza, superando calificativos como los de “aberraciones técnicas” e “incongruencias de estilo” con los que algunos músicos y críticos la han despreciado durante muchos años. Hacía falta, quizá, que pasase el tiempo. Algunas de sus obras, que parten técnicamente del elaborado contrapunto imitativo propio de la época, alcanzan tan alto grado de experimentación cromática, de libertad en el uso de la disonancia, de inestabilidad tonal/modal, que nos parece poco menos que inverosímil que hayan podido ser escritas casi tres siglos antes de que Wagner y el postromanticismo inaugurasen el momento histórico de tal uso compositivo. El estilo creativo de Gesualdo sufrió un profundo cambio cuando en 1594 entra en contacto con la corte del duque Alfonso II, en Ferrara, concretamente con el compositor Luzzasco Luzzaschi. Este músico llevaba ya cierto tiempo experimentando con la semitonía musical a partir de la emotividad del texto en sus madrigales. Gesualdo quedó hondamente fascinado por sus obras y, consecuentemente, trató de asimilar tan notables conquistas semánticas para adaptarlas después a la particularidad, sensualidad y vehemencia de su carácter (no hay margen aquí para apuntes biográficos pero los hay de lo más escabroso e ilustrativo —violencia conyugal, homicidios, sadomasoquismo, bisexualidad—). Entre sus obras hoy día conocidas se encuentran seis libros de madrigales. Es en el quinto y sexto donde mejor podemos ver cómo el compositor italiano lleva a cabo ese profuso uso de la expresividad cromática que empezó a explorar en Ferrara. Pero también en las veinte composiciones que comprenden el libro tercero, el de esta grabación, existe ya algún inquietante y premonitorio momento de fluctuación y ruptura armónica. El conjunto vocal Kassiopeia Quintet, que según nos dicen tienen el proyecto de grabar para el sello los seis libros, nos presenta una buena y equilibrada versión de este tercer volumen. Por su buen empaste y afinación y, lo que es más, por su juicioso y sugestivo uso de la dinámica y de la agógica al servicio del contenido emocional del texto. Un uso que seguramente resulte más cercano a la intención original del pasional compositor italiano que esas otras versiones de su obra que acaban convirtiendo tan sugerente música en una confusa, inexpresiva y anodina sucesión armónica. Jaime Rodríguez Pombo GOMBAU: Texturas y estructuras. Música para ocho ejecutantes. Música 3 + 1. Alea 68. Paráfrasis sobre temas beethovenianos. Los invisibles átomos del aire. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ, soprano. TALLER DE MÚSICA CONTEMPORÁNEA DE SALAMANCA. Director: JOSÉ LUIS TEMES. VERSO VRS 2042 (Diverdi). 2006. 65’. DDD. N PN Las ideas preconcebidas… Si alguien que no sabe quién es Gerardo G o m b a u (1906-1971) se acerca a este disco y echa un vistazo a las obras que contiene, pronto reparará en una que hará saltar todas las alarmas: Músicas para NO-DO, sí, el famoso Noticiero Documental de la pasada dictadura… De ahí a exclamar, “¡bah!, un compositor franquista”, dista sólo un paso… El mismo que nos impediría conocer la obra de un creador absolutamente comprometido con la vanguardia musical de su tiempo, que supo alejarse de los fastos y oropeles de la “una, grande y libre” para crear unas partituras sin concesiones, labradas Gottfried von der Goltz FUX IMPERIAL FUX: Obertura en re menor N 4. Concierto Le dolcezze e l’amerezze della notte en re menor E 112. Intrada en do mayor E 62. Suite en do mayor N 83. Rondeau en do mayor E 111. ORQUESTA BARROCA DE FRIBURGO. Director: GOTTFRIED VON DER GOLTZ. CARUS 83.308 (Diverdi). 2006. 64’. DDD. N PN Salvo el breve Rondeau en do mayor, el resto de obras de este disco no se habían grabado con antelación y va a ser difícil que en el futuro cualquier grupo pueda igualar el logro de la Orquesta Barroca de Friburgo, puede que hoy el mejor conjunto barroco del mundo, al menos para este repertorio de música orquestal centroeuropea del siglo XVIII. Estas obras se presentan en el CD con el título genérico de La grandeza de la música imperial, pues casi con toda seguridad fueron escritas por Fux para la corte vienesa en torno a 1700. Son piezas en un número de movimientos variable (entre 4 y 7) que mezclan danzas con números descriptivos. Especial significación tiene el Concierto, escrito para un trío de vientos (dos oboes y fagot) que se enfrenta a un trío de cuerdas, con dos movimientos explícitamente programáticos (El sereno, Fantasía nocturna). según las enseñanzas de la Segunda Escuela de Viena. Como Roberto Gerhard en el exilio, Gombau empezó a cultivar el serialismo allá por la década de 1960. Y lo hizo con personalidad, con maestría y entusiasmo. No se quedaría ahí, sino que, llevado por una curiosidad innata, aun se atrevería con la electroacústica… Este excelente disco recoge la integral de las obras escritas por Gombau para conjunto de entre cuatro y dieciséis músicos. En él hay páginas extraordinarias, como las webernianas Texturas y estructuras (1963), para quinteto de viento, o Música 3 + 1 (1967), para cuarteto de cuerda. Y si bien otras han quedado irremediablemente envejecidas, como Los invisibles átomos del aire (1970), para soprano y cinta magnética, ello no resta interés alguno a esta La Intrada y el Rondeau están previstos para un violín piccolo, que tiene un destacado papel solista (que en el Rondeau comparte con un fagot), mientras que la Suite incluye trompetas y timbales. La música está llena de colorido, ligereza, frescura y gracia, perfiles que son convenientemente resaltados merced a una interpretación soberbia, que si atiende con especial cuidado a la claridad de las líneas y al refinamiento del fraseo no se olvida ni un instante de enfatizar los juegos tímbricos planteados por el compositor ni las imaginativas florituras ornamentales del violín en sus pasajes como solista. Todo suena con una delicadeza, una elegancia y una distinción que no compromete en ningún caso el carácter de divertimento cortesano de una música magnífica, que hasta ahora era por completo desconocida. Una gozada. Pablo J. Vayón edición. Como bonus, Experiencias electroacústicas (1968), un ensayo de las posibilidades del nuevo medio electrónico, y esas Músicas para NO-DO (1968), interpretadas por el propio Gombau: seis piezas de música “utilitaria”, que sorprenden por su tendencia modernista, como Metalúrgica, o por un kitsch deliberado, como Maestoso y Orientalismo. Las versiones del joven Taller de Música Contemporánea de Salamanca, bajo la dirección de José Luis Temes, son sencillamente fabulosas, realzadas aún más por una espléndida toma de sonido. Rigurosa, sí, pero sin dogmatismos, como la propia música. Lo dicho, las ideas preconcebidas… ¡Cuánto mejor nos iría si supiéramos prescindir de ellas! Juan Carlos Moreno 87 D D I SI CS O C O S S C.H.GRAUN-HAENDEL C. H. GRAUN: Te Deum. Herr, ich habe lieb die Stätte deines Hauses. Lasset uns freuen und fröhlich sein. Machet die Tore weit. MONIKA MAUCH, soprano; ELISABETH VON MAGNUS, mezzo; BERNHARD GÄRTNER, tenor; KLAUS MERTENS, bajo. L’ARPA FESTANTE. BASLER MADRIGALISTEN. Director: FRITZ NÄF. CPO 777 158-2 (Diverdi). 2005. 59’. DDD. N PN Contrastan en este disco tres motetes juveniles con un Te Deum de plena madurez compuestos por Carl Heinrich Graun (1703/04-1759). Los motetes datan de su época de formación en Dresde y fueron escritos entre 1721 y 1725. Los tres son con el exclusivo acompañamiento de continuo; Machet die Tore weit, para doble coro (a ocho), y los otros dos, a cuatro voces. El Te Deum fue compuesto en 1757, mientras el compositor vivía en Berlín como músico de la corte de Federico II de Prusia y director del nuevo teatro de la ópera (el mismo que hoy dirige Barenboim), que había sido inaugurado en 1742. Dividida en once números y escrita para solistas, coro y orquesta, la obra renuncia al empleo de trompetas y timbales, como era habitual en el género. La instrumentación de las partes corales incluye además de la cuerda y el continuo, flautas, oboes, fagotes y trompas doblados, mientras que las arias (y el dúo) se sustentan en las cuerdas. Graun consigue con ello un tono intimista y tierno que resulta uno de los principales alicientes, por poco habitual, de la pieza. Grandioso resulta el motete a doble coro, con su imponente fuga, que puede recordar a Bach, y simples, en la tradición del motete luterano antiguo, las dos piececitas a cuatro voces. Fritz Näf firma unas versiones discretas, sin desfallecimientos ni desequilibrios graves, pero poco contrastadas y detalladas. Sus Madrigalistas de Basilea parecen más cómodos en los motetes, que están bien perfilados por los extremos de la tesitura y resultan claros, que en un algo más espeso Te Deum, acompañado de forma aceptable por el conjunto L’Arpa Festante. 88 Entre los solistas, destaca la solvencia de Mertens y la intensidad de Mauch. Muy justo el tenor Gärtner tanto en su aria como en el dúo con una sosa von Magnus. GREENBERG: GRIEG: Sinfonía nº 5. ORQUESTA SINFÓNICA DE LONDRES. Director: JOSÉ SEREBRIER. Quinteto de cuerda. CUARTETO JUILLIARD. DARRET ADKINS, violonchelo. Pablo J. Vayón SONY 82876868452 (Sony-BMG). 2006. 53’. DDD. N PN Obras completas para piano. EVA KNARDAHL, piano; LOVE DERWINGER, piano. ROYAL PHILHARMONIC ORCHESTRA. ORQUESTA SINFÓNICA DE NORRKÖPING. Directores: KJELL INGEBRETSEN Y JUN’ICHI HIROKAMI. Estamos acos- 12 CD BIS CD-1626/28 (Diverdi). 19771980, 1993. 787’. ADD/DDD. R PM J. C. y C. H. GRAUN: Además de hermanos, Johann Gottlieb Graun (1703-1771) y Carl Heinrich Graun (17041759) compartieron carreras musicales. Ambos gravitaron alrededor de la corte de Federico II de Prusia junto con otros insignes músicos como Carl Philipp Emanuel Bach, Franz Benda o Johann Joachim Quantz. Sus perfiles se superponen hasta tal punto que a veces resulta difícil atribuir los conciertos que compusieron (¡cerca de 160!) a uno u otro hermano. A Johann Gottlieb se le puede reconocer la paternidad del Concierto para viola de gamba en la mayor, una pieza monumental que excede las habituales dimensiones del género. El concierto fue escrito ad hoc para Ludwig Christian Hesse, residente en la corte berlinesa y gran virtuoso de un instrumento en su ocaso. Pero la viola de gamba no hubiera podido desear un entierro más bonito y majestuoso. Los dos conciertos para oboe d’amore y para flauta —asignados a Carl Heinrich— son obras más livianas, conformes a los cánones del estilo galante: estos es: melódicas, brillantes y aladas. Hay en cambio disparidad de opiniones entre los estudiosos sobre la autoría del bello Concerto grosso para flauta, violín, viola de gamba, violonchelo, cuerdas y bajo continuo. Il Gardellino firma unas interpretaciones elegantes y enérgicas con un Marcel Ponseele y un Jan de Winne en gran forma. Lo mismo no puede decirse de Vittorio Ghielmi, bastante menos cómodo aquí que en otra versión del mismo concierto que realizó con la Wien Akademie de Martin Haselböck (CPO, 2005). Aunque no todo es culpa del solista; también Il Gardellino despliega en esta pieza un sonido más rígido y menos poético que el del conjunto austriaco. tumbrados a encontrarnos con cierta frecuencia con grabaciones de alguna joven estrella de la música; un grandísimo pianista que promete mucho, una violinista llamada ser la reina del instrumento en los próximos decenios, etcétera. En cuanto a los directores de orquesta la cosa ya no es tan habitual y en este ramo no abundan ni los niños prodigio ni los jóvenes muy jóvenes. Y menos todavía entre los compositores. Pues bien, ya tenemos aquí a alguien que nos presentan como casi un nuevo Mozart o, al menos, un nuevo Mendelssohn. Es un muchacho nacido en 1991 que es objeto de comentarios laudatorios que se mueven entre la admiración sincera hacia su talento y la mera publicidad —algo bastante sospechoso. Desde luego, no vamos a restar méritos al joven, que en las dos obras que escuchamos en este compacto se nos aparece como un creador muy dotado, buen conocedor de su oficio y con ideas propias. Su lenguaje es, en lo fundamental, romántico, con influencias más o menos explícitas, como la de Shostakovich, pero que suponemos que deben ser bastante indirectas dado que, obviamente, todavía está en proceso de formación. Lleva años componiendo, dicen que desde los seis, y aquí tenemos la que parece ser su obra cumbre entre su producción orquestal, nada menos que una Quinta Sinfonía —suponemos que antes debe haber escrito otras cuatro. El muchacho se muestra ambicioso en la escritura pero no puede negarse su seguro oficio, aunque tampoco esconde unas evidentes ganas de impresionar, o, al menos, de demostrar todo lo que es capaz. Y abruma un poco, la verdad. Pero sin duda estamos ante un músico prometedor si no se estropea por el camino. De momento, que no le pase como al pobre Mascagni, que tuvo la desgracia de triunfar demasiado joven y vivió toda su existencia lamentándolo. Aun así, repetimos, atención a este joven, especialmente dentro de unos años. Stefano Russomanno Josep Pascual Concerti. JAN DE WINNE, flauta; MARCEL PONSEELE, oboe y oboe d’amore; VITTORIO GHIELMI, viola de gamba. IL GARDELLINO. ACCENT ACC 24166 (Diverdi). 2005. 68’. DDD. N PN Un clásico de la fonografía escandinava: la grabación de la obra integral para piano de Edvard Grieg, reeditada justo cuando se cumple el centenario de la muerte del gran maestro noruego. Eva Knardahl la llevó a cabo entre 1977 y 1980, secundada en las partituras para piano a cuatro manos y en la dirección del Concierto en la menor por Kjell Ingebretsen. Los diez cuadernos de Piezas líricas, las Canciones y danzas noruegas, op. 17, las transcripciones pianísticas de las suites de Peer Gynt o de algunas de las canciones constituyen varias de las composiciones que podemos encontrar aquí, todas ellas miniaturas que dan cuenta de la habilidad de Grieg para captar en unos pocos compases una idea, un aroma, una impresión, o para dejarse seducir por un ritmo o una tonada popular. Cierto es que escuchadas de un tirón pueden provocar un considerable empacho, pero degustadas con mesura son todo un placer. Y más en la versión de esta pianista, cuyos dedos recrean con especial sensibilidad los distintos universos expresivos de las piezas, con una levedad de toque y una imaginación que resalta la calidad puramente tímbrica de las Piezas líricas y un brío y un empuje que descubre toda la fuerza de las danzas. En cambio, no acaba de convencer en la interpretación del Concierto, del que da una lectura que avanza con dificultad manifiesta, lastrada por una articulación seca e irregular que resta continuidad al discurso. Knardahl grabó todas las obras con número de opus de Grieg, pero la presente edición no se queda aquí, sino que presenta también aquellas otras no catalogadas, pero que han llegado hasta nosotros, además de la versión original del Concierto, todo ello a cargo de un competente Love Derwinger. Esa versión original no es que aporte gran cosa, y la interpretación, como la anterior, no es tampoco memorable, ni por la batuta de Hirokami ni por la prestación del solista, pero las piezas pianísticas D D I SI CS O C O S S C.H.GRAUN-HAENDEL incluidas tienen un gran interés. Hay arreglos de canciones y del Peer Gynt, pero hay sobre todo unos aforismos catalogados como EG 104, el más largo de los cuales apenas supera los dos minutos, que nos traen al Grieg más abstracto y moderno, técnicamente nada fácil. Buen sonido en todos los casos y notas internas de considerable interés, en inglés, noruego, alemán y francés, para una edición muy oportuna, dado el año en que estamos. Juan Carlos Moreno Guilmette, Scholl, Dantone ELEGANCIA Y SOFISTICACIÓN HAENDEL: Amarilli vezzosa (Il duello amoroso) HWV 82. Nel dolce tempo HWV 135b. Vedendo amor HWV 175. Mi palpita il cor HWV 132c. Sonata en trío op. 2, nº1. HÉLÈNE GUILMETTE, soprano; ANDREAS SCHOLL, contratenor. ACCADEMIA BIZANTINA. Director: OTTAVIO DANTONE. HARMONIA MUNDI HMC 901957. 2005. 62’. DDD. N PN HAENDEL: Concerti grossi op. 3. Sonata a 5 HWV 288. ACADEMY OF ANCIENT MUSIC. Director: RICHARD EGARR. HARMONIA MUNDI HMU 907415. 2006. 68’. DDD. N PN C omandada por el extraordinario clavecinista Richard Egarr, la Academia de Música Antigua abre con este disco un proyecto dedicado a la música de Haendel. No es mala forma iniciarlo con la colorista música de Nueva incursión del contratenor alemán Andreas Scholl en la música de Haendel. En este caso se trata de cuatro cantatas escritas en Italia, en una de las cuales (Il duello amoroso, que da título al CD) le da réplica la joven soprano canadiense Hélène Guilmette, cantante a seguir por la solidez de sus medios y la dulzura de su expresión. Scholl está espléndido. Su línea es tan musical y sofisticada como siempre, el control sobre las dificultades, el habitual (los reguladores son magníficos y los ornamentos están colocados con excelente gusto y realizados con portentosa facilidad), pero además el cantante resulta ahora mucho más cálido en el aspecto expresivo, sin esa frialdad mecánica que desprendían muchas de sus interpretaciones de hace unos años. Los recitativos pueden resultar por momentos demasiado enfáticos, pero los pasajes virtuosísticos fluyen con gracia y naturalidad y los más líricos son definitivamente tiernos (como en esa maravillosa primera aria de Nel dolce tempo). Acompañamiento delicadísimo del conjunto de Ottavio Dantone, que se suma a esa corriente de hacer un barroco de líneas mucho más sinuosas y elegantes, sin los ácidos contrastes de hace unos años, un estilo que aplica igualmente en la Sonata en trío op. 2, nº 1, en la que el violinista Stefano Montanari y el flautista Marcello Gatti lucen bellísimo y elegante sonido. Pablo J. Vayón www.scherzo.es Alan Curtis DE AMORES, TRAICIONES Y CELOS HAENDEL: Floridante HWV 14. MARIJANA MIJANOVIC (Floridante), VITO PRIANTE (Oronte), JOYCE DIDONATO (Elmira), ROBERTA INVERNIZZI (Timante), SHARON ROSTORF-ZAMIR (Rossane). IL COMPLESSO BAROCCO. Director: ALAN CURTIS. 3 CD ARCHIV 00289 477 6566 (Universal). 2005. 163’. DDD. N PN Dice bien Donna Leon en su introducción a la sinopsis de esta ópera, la decimotercera del músico de Halle: hay aquí violencia, amor, sexo, celos y traición, vívidamente traducidos por el inmenso talento teatral haendeliano. El compositor hubo de afrontar más de un contratiempo (especialmente la enfermedad de la soprano Margherita Durastanti, prevista Elmira, y su sustitución por la contralto Anastasia Robinson), lo que le obligó a reescribir parte de la música ya escrita para la primera. Contaba en otros papeles con los castratos Baldassari (Timante) y Senesino (en el papel protagonista del príncipe de Tracia). La obra se estrenó en 1721 con el cambio mencionado, y en esa edición se basó McGegan para su pionera grabación (Hungaroton). Curtis ha impulsado la realización, por parte de Hans Dieter Clausen, de una nueva edición de la partitura que recupera las intenciones iniciales de Haendel. Respecto a McGegan, el papel del castrato Senesino (que en la versión de McGegan canta el contratenor Drew Minter) es aquí asignado a una contralto, Marijana Mijanovic, y, por supuesto, el de Elmira es asignado a una soprano, Joyce DiDonato. Para quienes no conozcan la ópera, vaya por delante que estamos ante una obra en la que destaca la belleza de las arias más reposadas, como Notte cara, aquí cantada de forma soberbia por DiDonato. Ello no quiere decir que no existan arias donde Haendel exija el máximo de agilidad y tesitura a sus cantantes, como era característico en él. Lo hace en distintas ocasiones, muy especialmente en las arias de Timante, aquí admirablemente defendi- das por la siempre formidable Invernizzi (qué maravilla de soprano), pero también en las de DiDonato (magnífico su Barbaro, t’odio a morte del segundo acto) y Rostorf-Zamir, que también defiende con sobresaliente su papel de la hija natural de Oronte. Mijanovic, la protagonista, otorga gran credibilidad y color adecuadamente oscuro al protagonista, descendiendo con soltura a los inclementes graves prescritos por el compositor, y al tiempo siendo capaz de dar momentos de exquisita ternura. El aria Bramo te sola del segundo acto podría valer para mostrar la variedad de matices y expresión de la que puede ser capaz la contralto de Valjevo. Prionte, aunque con algún ligero apuro en los saltos — envenenados— a la zona más aguda de la tesitura, defiende con estupenda presencia el papel de Oronte, y Riccardo Novaro salva con sobresaliente su breve cometido como Coralbo. Alan Curtis dirige con exquisito gusto, honda sensibilidad y fluidez dramática a este magnífico elenco que no tiene fisuras, para construir una hermosísima interpretación, que debe recomendarse sin dudarlo a todos los haendelianos de pro. Hay que disfrutar plenamente de la hermosa música contenida en momentos como Ah, mia cara, se tu resti (dúo de Floridante y Elvira que cierra el primer acto) o el doliente Questi ceppi e quest’ orrore (aria de Floridante en el tercer acto). Y Curtis y su estupendo equipo nos lo ponen bien fácil. Magnífica toma de sonido y buena presentación. No se lo pierdan. Rafael Ortega Basagoiti 89 D D I SI CS O C O S S HAENDEL-MAHLER la Op. 3, seis obras tan irregulares como fascinantes, en la que el compositor maneja con maestría los colores orquestales y contrasta con desparpajo armonías y tempi. Las interpretaciones resultan de extrema claridad, con articulaciones bien marcadas, pero nunca extremas, y con un bajo continuo de gran presencia (a veces, demasiada). La rítmica es de extrema regularidad, pero el juego entre concertino y ripieno resulta siempre de elegante sinuosidad. Algunas decisiones dan variedad a la propuesta, como el empleo de la flauta en lugar del oboe en el nº 3, o la improvisación al órgano que Egarr introduce en el último concierto de la serie entre los dos únicos movimientos de la obra. La Sonata a 5 es una singular pieza de la época italiana del músico, en realidad un concierto para violín solista, que Pavlo Beznosiuk toca con más control y elegancia que desbocada exuberancia ornamental. tos de Higgingbottom no son óbice para que tanto la orquesta mantenga constante la tensión de las líneas y los coros transmitan un espíritu de sana exaltación. En He shall feed this flock el niño Otta Jones no desmerece de nadie en cuanto a afinación y expresividad, The trumpet shall sound resulta por el bajo Eamon Douglas y el trompetista David Blackadder con pareja brillantez, y no es menor el partido que el tenor Toby Spence extrae a Rejoice greatly. En cuanto al contratenor Iestyn Davies, el número de los que echarán de menos un mayor dramatismo en He was despised no diferirá seguramente mucho de quienes gustarán del tono más melancólico que desgarrado conferido a este pasaje. Tomas impecables por la combinación de espaciosidad, profundidad y detallismo. Alfredo Brotons Muñoz IVES: Pablo J. Vayón HAENDEL: Mesías. HENRY JENKINSON, OTTA JONES, ROBERT BROOKS, sopranos; IESTYN DAVIES, contratenor; TOBY SPENCE, tenor; EAMON DOUGLAS, bajo. CORO DEL NEW COLLEGE DE OXFORD. ACADEMY OF ANCIENT MUSIC. Director: EDWARD HIGGINBOTTOM. NAXOS 8.570131-32 (Ferysa). 2006. 142’. DDD. N PE 90 Es más que probable que ni el mismo Haendel llegara jamás a formarse una idea acabada del Mesías, pues cada vez que la interpretó (por lo general con fines de recaudación caritativa) reordenó números y reasignó partes según la cantidad y características de los contingentes de que en cada ocasión dispuso. En la carpetilla, Edward Higgingbottom recorre el camino contrario en la justificación de su elección como modelo de las ejecuciones celebradas en Londres durante los meses de abril y mayo de 1751: la circunstancia de que el New College cuenta con un equipo de niños tiples capaces de hacerse solventemente cargo de los pasajes colectivos y de intervenciones solistas normalmente encomendadas a sopranos. Los resultados son muy recomendables más allá de la circunstancia de ser la única opción discográfica disponible en su especie. Los tempi por lo general lentos y por momentos extremadamente len- Cuartetos de cuerda nºs 1 y 2. Scherzo para cuarteto de cuerda. CUARTETO BLAIR. NAXOS 8.559178 (Ferysa). 2004. 50’. DDD. N PE Este CD es una nueva entrega de Naxos en su ciclo Ives. Se trata de los dos Cuartetos de cuerda, obras poco grabadas y menos distribuidas. Se añade el breve Scherzo de 1907, corregido en 1914. El Primer Cuarteto es una pieza de juventud, de 1896, de la época de Horatio Parker, esto es, de cuando la Primera Sinfonía. El Segundo, en cambio, es una obra de madurez, de 19111913, una de esas piezas en las que Ives ya se oponía a la música y los recitales de su tiempo, una época en la que ya era consumado compositor de obras orquestales y de canciones, aunque su trascendencia tuviera que esperar décadas. El Blair String Quartet nos ofrece un disco muy contrastado, con un Primer Cuarteto que explota el encanto de Coral, Ofertorio y otros motivos con un enfoque que está entre la ingenuidad y el encanto. El Segundo, en cambio, lo propone como una pieza a veces agresiva, otras deliberadamente chocante, siempre sorprendente, siempre tensa. En medio, la fugacidad del Scherzo, más cercana al espíritu del Segundo Cuarteto. Un disco de mucho interés, tanto por las obras como por las lecturas. Santiago Martín Bermúdez KAGEL: Szenario. Duodramen. Liturgien. MARGARET CHALKER, soprano; ROLAND HERMANN, barítono; MARTYN HILL, tenor. CORO GULBENKIAN. ORQUESTA DE LA RADIO DE SAARBRÜCKEN. Director: MAURICIO KAGEL. NAXOS 8.570179 (Ferysa). 1994, 2001. DDD. 60’. N PN E l disco que saca el sello Naxos con obras para grandes efectivos vocales e instrumentales de Mauricio Kagel tiene muy escaso interés. Se sabe del estilo particular del músico nacionalizado alemán, en el que caben todas las músicas sin que haya que hablar aquí de ninguna suerte de neoclasicismo; antes bien, se trata de una continua necesidad de comentar la obra de tiempos pretéritos incluso empleando un arsenal instrumental de la misma naturaleza que antaño. Y las obras reunidas en este disco gozan de estas características. Tanto Duodramen, que es un ciclo de lieder en la tradición expresionista, como Liturgien, que es otra pieza a gran escala, pertenecen de lleno a ese afán de Kagel por viajar al pasado desde una perspectiva más musicológica que conservacionista. El problema es que la inventiva brilla por su ausencia. No es ni el Kagel ingenioso de los juegos de lenguajes ni el Kagel que, desde el humor y con una paleta instrumental muy cuidada, plantea excitantes objetos sonoros (Música para instrumentos del Renacimiento, Stücke der Windrose), sino el Kagel más oscuro, sólo pendiente de la pulcritud de la forma. Estas dos obras se encuadran, sin duda, en la senda impersonal que el autor expusiera en la decepcionante SanktBach passio. El formalismo deja a Kagel desprovisto de su mejor arma, como es el refuerzo de las texturas. A diferencia de Windrose, la paleta orquestal en Liturgien (que ya apareció en disco en el catálogo inicial de Col Legno), es simplemente funcional. Se trata, por tanto, de dos obras de un estilo hinchado que nada añaden a lo que se conoce del autor. La pieza de apertura, Szenario, es una rareza, lo que no equivale necesariamente a decir que sea un logro. Concebida en un principio como obra independiente, Szenario se utilizará en lo sucesivo como banda sonora incorporada al film Un perro andaluz. La fuerte, casi grotesca expresividad de la pie- za, que recurre a sonidos onomatopéyicos, puede ser recibida como el único momento apetecible de este poco sustancioso programa. Francisco Ramos KOECHLIN: Chansons bretonnes para violonchelo y piano op. 115. Sonata para violonchelo y piano op. 66. DEBUSSY: Sonata para violonchelo y piano. PETERS BRUNS, violonchelo; ROGLIT ISHAY, piano. HÄNSSLER 98.258 (Gaudisc). 2006. 53’. DDD. N PN Los tres cuadernos del ciclo de Canciones bretonas op. 115 dominan este recital. Pero Peter Bruns y Roglit Ishay entreveran otras piezas para no dar las canciones para chelo y piano de un tirón. Primero, el Cuaderno I; después, la breve y sorprendente, bella y tensa Sonata de 1917; después los dos cuadernos bretones restantes; y, finalmente, la también breve y espléndida Sonata de Debussy. Bruns e Ishay consiguen un recital bello, sugerente, rico en canto no sólo en las piezas bretonas, sino también en las Sonatas. Hay virtuosismo y musicalidad de alto nivel por todas partes en este CD, de hermoso sonido y ricas sugerencias. Sensualidad francesa cien por cien, con un fondo de folclore que no se pone pesado en ningún momento. El aficionado encontrará belleza desusada en estos 53 minutos de miniaturas camerísticas. Santiago Martín Bermúdez LANZETTI: Sonates a violoncello solo e basso continuo. EMMANUEL BALSSA, violonchelo; ALIX VERZIER, violonchelo; BERTRAND CUILLER, clave. LINDORO MPC-0175 (Diverdi). 2004. 70’. DDD. N PN L a obra de Salvatore Lanzetti (17091780) está gozando en estos últimos años de un renovado y merecido interés. Hace dos años el sello Zig Zag publicaba seis de las excelentes Sonatas opus 1 en la vibrante interpretación de Gaetano Nasillo. Ahora Lindoro edita una D D I SI CS O C O S S HAENDEL-MAHLER selección de sonatas procedentes de los Opp. 1, 5 y 6. El protagonista es en todos los casos el violonchelo, instrumento del que Lanzetti fue extraordinario intérprete y del que supo resaltar tanto la vertiente lírica como la virtuosística con una habilidad igual e incluso superior a la del mucho más conocido Boccherini. Su estilo se encuentra a medio camino entre barroco y clasicismo. Sin embargo, las zonas fronterizas son territorios en los que uno puede construir casas igual de sólidas, con la ventaja de disfrutar de dos paisajes al mismo tiempo. Eso le ocurre a Lanzetti, quien hace navegar al oyente por hermosos movimientos lentos al más puro estilo operístico (Andante de la Sonata op. 5, nº 2), exquisitos paréntesis galantes (Grazioso de la Sonata op. 5, nº 2) y brillantes demostraciones de habilidad técnica (Chasse de la Sonata op. 6, nº 2). Emmanuel Balssa utiliza una copia moderna de un violonchelo barroco y firma una elegante versión, aunque Gaetano Nasillo —ayudado por una toma de sonido más clara— daba la impresión de llegar más que él al meollo de esta música. Pero, puesto que sus respectivos discos sólo tienen en común dos sonatas (Op. 1, nºs 9 y 11), pueden considerarse complementarios y contribuyen a ofrecernos una visión más completa de ese notable músico que fue Salvatore Lanzetti. Stefano Russomanno LIGETI: Cuartetos de cuerda nºs 1-2. Réquiem. Aventures et nouvelles aventures. Continuum. Volumina. Artikulation. Diez Piezas para quinteto de viento. Estudio para órgano. CUARTETO ARDITTI. KAMMERENSEMBLE DARMSTADT. ANTOINETTE VISCHER, clave. QUINTETO DE VIENTO DE BADEN-BADEN. KARLERIK WELIN, órgano. 3 CD WERGO 6925 2 (Diverdi). 1985, 1988. 147’. DDD. R PM De los nueve álbumes que Wergo publicara a lo largo de los años con obras de Ligeti, se han seleccionado tres CDs para formar parte de esta György Ligeti Special Edition con la que el sello alemán se suma a los homenajes al autor recientemente fallecido. Si el primero de los discos recoge una páginas que entroncan con el modelo impuesto por Bartók (los Streichquartette nºs 1 y 2), los otros dos discos contienen obras claramente experimentales. Los cuartetos de cuerda, si mantienen su frescura hoy día es porque el género posee la suficiente fortaleza por sí mismo como para que se mantengan estas piezas perfectamente vigentes, a pesar de que es precisamente la ausencia de cualquier atisbo de ”aventura” lo que se echa de menos en ellas: es un Ligeti que obedece a las reglas. No ocurre así con las obras de filiación experimental, incluso de provocación, que integran los otros discos. No en todas las piezas el material se conserva actualmente con la misma viveza. Una pieza como el Réquiem ha pasado todos los filtros del tiempo y asombra aún en ella el manejo de las masas y la capacidad de Ligeti por dotarla de un cuerpo dramático que no es nada habitual en su lenguaje. En cambio, las Aventures, que son de la misma época, pierden mucho en la escucha a través del disco, al ser una obra en donde la inventiva proviene justamente de la inclusión de elementos grotescos en una acción musical muy cercana a las experiencias Fluxus. Este teatro imaginario plagado de gemidos, cloqueos y expresiones varias, se inserta en un mundo sonoro de lo absurdo que Ligeti exprimió en unas cuantas obras que hoy son ya historia. El tercer disco es una miscelánea en la que se hallan piezas poco afortunadas (las compuestas para arsenal electrónico y el primer estudio para órgano) y otras que, como Volumina o Continuum, siguen figurando en la cumbre del pensamiento ligetiano, pues forjan, en un tiempo comprimido, secuencias de sonidos saturados que siguen teniendo el mismo valor de subversión y de transmisión de belleza que el día en que se estrenaron. Francisco Ramos LISZT: Una Sinfonía Fausto. De la cuna a la tumba. FILARMÓNICA DE LA BBC. Director: GIANANDREA NOSEDA. CHANDOS CHAN 10375 (Harmonia Mundi). 2005. 80’. DDD. N PN B asándose en un grabado del artista húngaro Mihály Zichy, el ya anciano Liszt compuso entre 1881 y 1882 el poema sinfónico De la cuna a la tumba. Poco común en grabaciones y conciertos, resulta una obra reveladora del último Liszt, con sus cromatismos premonitorios y sus armonías no muy lejanos del impresionismo pero tampoco del expresionismo. La instrumentación es prodigiosa y a menudo original, y el autor logró timbres tan peculiares como los que definen el primer movimiento, destinado únicamente a flautas, violines, violas y arpa. En más de un momento, los climas nos evocan Muerte y transfiguración de Strauss pero esto es del Liszt más auténtico y personal. La versión de Noseda es extraordinaria, wagneriana sin complejos, tristanesca incluso, sobre todo en la parte final. La intensidad expresiva, dramática y poética, propia de la partitura halla en Noseda a un intérprete poco menos que ideal. Sin duda, este algo más de cuarto de hora de De la cuna a la tumba, justifica todo el compacto y es su verdadero gancho por más que la grandiosa sinfonía que lo acompaña ocupe más de una hora de su duración. Wagner y Strauss también nos vienen a la mente al escuchar la ya célebre Una Sinfonía Fausto, netamente programática y bien conocida. Quizá precisamente por eso, no nos llama tanto la atención como el genial De la cuna a la tumba. Además, en la sinfonía ya existen referencias indiscutibles desde hace tiempo pero ello no disminuye en absoluto la validez del trabajo de Noseda, pues se trata, por supuesto, de una magnífica versión. Es evidente el afecto de Noseda por Liszt y queda patente, también, en esta grandiosa y algo grandilocuente sinfonía. Josep Pascual LISZT: Concierto para piano nº 1 S. 124. CHOPIN: Concierto para piano nº 1 op. 11. YUNDI LI, piano. ORQUESTA PHILHARMONIA. Director: ANDREW DAVIS. DEUTSCHE GRAMMOPHON 4776402 (Universal). 2006. 56’. DDD. N PN El mundo de la crítica ya se sabe que es del todo personal; es decir, nuestra opinión de un disco o de un intérprete puede no tener nada que ver con la del lector. La complejidad del ser humano es tanta que a veces puede resultar difícil ser objetivo, aunque sin duda es clara obligación de los que escribimos. En este caso, cae en nuestras manos el último CD de Yundi Li, en que el joven pianista interpreta los primeros conciertos de Chopin y de Liszt, y que tan buenas críticas ha cosechado en el continente americano. La opinión del que suscribe estas letras es clara y definida: estas interpretaciones no aportan absolutamente nada al repertorio; es más, el tocar de Li no tiene cualidades especiales o superiores que nos hagan pensar en algo extraordinario, más bien al contrario. Son éstas unas versiones que de no conocer al intérprete, no hubiera revisado hasta confirmarse la primera impresión. ¿Por qué? Yundi Li luce unas nítidas octavas y escalas, unos trinos eléctricos, y un preciso mecanismo que en el caso de tratarse de un informático seguro que le serían de gran valor, pero tratándose de un piano, pues como que no. O al menos no es lo que desde aquí se valora. Su precisión es sinónimo de frialdad, su frialdad es resultado de un tocar sin buscar lo que hay detrás del papel. En su haber no caben más que las emociones derivadas de la perfección técnica, sin tener en cuenta cosas tan elementales como el fraseo y el tratamiento del sonido. Su Liszt es poco amable, demasiado extrovertido, en absoluto cuidadoso con la música. En el Concierto de Chopin el pianista continúa siendo sincero y fiel a su manera de ver el mundo de la interpretación, forma que prima sobre todo la obsesión por la técnica, y la distancia con el espíritu de las obras. Tratándose de música romántica, queda bastante en evidencia todo lo comentado. Lo que es aún más sorprendente es que en el libreto el joven profesa que imprime en sus versiones dos características que forman parte de su personalidad: la poesía y la pasión. Juzguen ustedes mismos. Emili Blasco MAHLER: Sinfonía nº 9. STAATSKAPELLE BERLIN. Director: DANIEL BARENBOIM. WARNER 2564 64316-2. 2006. 77’. DDD. N PN Sigue Barenboim con su ciclo Mahler al frente de la Staatskapelle de Berlín. Después de una notable Séptima ya comentada no hace mucho desde estas 91 D D I SI CS O C O S S MAHLER-MOZART páginas, nos llega esta Novena tomada en vivo durante un concierto celebrado en la capital alemana el 15 de noviembre de 2006. La excelente grabación facilita mucho las cosas y disimula un poco, ya que la orquesta raramente baja del mezzoforte y la batuta peca de excesiva contundencia y poco refinamiento. A nuestro entender, esa fogosidad y exaltación no están bien encauzadas, aunque haya una vívida descripción de sentimientos y una cálida expresividad que le van particularmente bien a esta obra. De todas formas, el discurso musical sufre de un colorido en blanco y negro y de texturas demasiado compactas que a la larga producen cierto cansancio en el oyente (pese al disparate que supone decir que alguien se pueda cansar de esta obra). En fin, poco interés, a juicio del firmante; desde el viejo Bruno Walter en vivo en la Viena de 1938 (EMI), hasta las últimas versiones protagonizadas por Abbado (DG, Euroarts) o Chailly (Decca), hay infinidad de elecciones mejores que ésta. Recurran a ellas, a no ser que sean hooligans de Barenboim y esta versión les parezca el no va más de la interpretación mahleriana. Si es así (¡qué le vamos a hacer!), que la disfruten. Amén. Enrique Pérez Adrián MARAIS: Les Folies d’Espagne. Suite en mi. Le Labyrinthe. ENSEMBLE SPIRALE. Viola da gamba y directora: MARIANNE MULLER. poder disfrutar de más de una opción. Marianne Muller y sus colaboradores ofrecen aquí unas excelentes versiones de Les Folies d’Espagne y de la Suite en mi menor, dos obras contenidas en el II Libro de Piezas de viola. El célebre tema español, aunque a pesar de su nombre parece que su origen es portugués y que se hizo tan popular en la Europa del s. XVII, dio lugar a más de una obra maestra realizada a base de variaciones sobre el mismo, entre las que destaca la célebre sonata de Corelli denominada La Follia. Las 32 variaciones que constituyen la obra de Marin Marais no son menos magistrales y la interpretación les hace plena justicia, con un notable sentido rítmico y un gran dominio instrumental tanto de la solista como de los componentes del continuo. La Suite es otra excelente obra que finaliza con el solemne y emotivo Tombeau pour Monsieur de Sainte-Colombe, el un tanto misterioso maestro de Marais. El disco se cierra con Le Labyrinthe, obra componente del IV Libro y que es una notable muestra del ingenio del compositor, que va variando un motivo inicial utilizando distintas tonalidades al modo de caminos sin salida para, tras pausas de reflexión, llegar a una chacona final en la tonalidad inicial. Un rendido y merecido homenaje al gran compositor francés por unos intérpretes que completan las otras versiones que podemos tener de su obra y de las que no desmerece. José Luis Fernández ZIG ZAG TERRITOIRES ZZT0608801 (Diverdi). 2005. 61’. DDD. N PN 92 E l cumplimiento en 2006 de los 350 años del nacimiento de Marin Marais dio menos juego del que podía esperarse para un compositor tan prolífico aunque su obra esté muy mayoritariamente dedicada a un determinado instrumento. Menos mal que Jordi Savall ha cumplido y también lo hace en este disco Marianne Muller y su Ensemble Spirale, el segundo que dedica al gran violagambista francés. Lo malo es que costando los dos casi lo mismo, el de Savall es de Savall y encima es un CD doble. Pero, como es bien sabido, los monopolios no son buenos para los intereses del consumidor y en las manifestaciones artísticas no es que sean malos, pero sí que resulta conveniente MARAIS: Sémélé (obertura y danzas). MONTRÉAL BAROQUE. Director: WIELAND KUIJKEN. ATMA Baroque 22527 (Gaudisc). 2006. 54’. SACD. N PN Gérard Geay ha restaurado las partes intermedias de la música instrumental de Sémélé, la cuarta y última ópera de Marais (era costumbre que las ediciones francesas de la época sólo recogieran, por lo que hace a las cuerdas, la voz aguda y el bajo) y el conjunto canadiense Montréal Baroque, dirigido para la ocasión por Wieland Kuijken, la ha grabado. El interés de acceder sólo a la obertura y a las danzas de los divertissements puede no ser suficiente para muchos aficionados, a pesar de que la música de Sémélé abunda en momentos instrumentales felices, como la dramática y vibrante Obertura o la magistral chacona del acto II, y de que globalmente esta música así presentada pueda ser considerada como una gran suite al estilo de las muchas que Marais escribió para la viola. Montréal Baroque, que nutre su plantilla con algunos de los mejores instrumentistas europeos de viento (Bernardini, Grazzi, Borràs, Eklund…), hace una recreación muy contrastada, pero a la vez poniendo un exquisito cuidado en el fraseo más refinado y las articulaciones más precisas. La variedad de la tímbrica y la vivacidad de la rítmica terminan por dar un sentido profundamente vital, impetuoso y colorista a unas interpretaciones que de momento no tienen competencia. Pablo J. Vayón llo acompañante que estamos ante un artesano que conoce el oficio y compone obras de forma correcta, no ante un gran maestro como, por ejemplo, Guerrero, Morales o Victoria. La inventiva o la genialidad de éstos no se da, ciertamente, en Fray Martín de Villanueva, y lo que prevalece es la monotonía y la grisura. Ello, sin embargo, no tenía por qué impedir que la Escolanía del Escorial y la Real Capilla Escurialense, con su buen hacer, incrementaran el patrimonio rescatado, cuyo interés en este caso a buen seguro que habrá de afectar sobre todo a especialistas y oyentes informados. José Guerrero Martín MARTINU: Cinco piezas breves H. 193. Tríos H. 327 y H. 332. Dúo nº 2 para violín y violonchelo H. 371. TRÍO ANGELL. RESONANCE RSN 3075 (Diverdi). 1998. 60’. DDD. R PN MARTÍN DE VILLANUEVA: Positus Iesus in agonia. Lamentaciones de Jeremías. Miserere. Misa de Nuestra Señora o de Dobles Mayores. Christus factus. Pasión según san Juan. ESCOLANÍA DEL ESCORIAL. REAL CAPILLA ESCURIALENSE. Director: ROLANDO GARCÍA. DIES 200609 (Diverdi). 65’. DDD. N PN De Fray Martín de Villanueva, monje jerónimo, se sabe que falleció el 2 de junio de 1605 en el Monasterio de Nuestra Señora de Prado, de Valladolid, pero se ignora todo acerca de su infancia y juventud. Pudo nacer en alguna población de Granada, pues profesó en el Monasterio de San Jerónimo de esta ciudad. Y en 1586 llegó al Monasterio de El Escorial, que es lo que aquí nos interesa. Siendo organista, como fue, pudo componer para este instrumento, pero no se ha conservado ninguna obra para el mismo. El presente CD se basa fundamentalmente en la Misa de Nuestra Señora o de Dobles Mayores y en la Pasión según san Juan, a las que hay que añadir el motete para Jueves Santo Positus Iesus in agonia, Lamentaciones de Jeremías, Miserere y la antífona de Semana Santa Christus factus. No nos han llegado muchas obras más. Tras la correspondiente y atenta escucha, no cabe sino coincidir con Gustavo Sánchez cuando afirma en el libreti- Los tres tríos con piano de Martinu son obras distantes, de 1930 y de 1950 y 1951. Siempre hay encargo detrás, o algo por el estilo. En este disco se le añaden estos dos movimientos en dúo para violín y chelo de la época final, de 1958. Es decir, estamos ante obras de plena madurez, aunque una de ellas sea de esos tiempos algo bohemios, pero siempre dedicados al trabajo, del Martinu parisiense. Bohemio, por lo menesteroso; pero siempre en el tajo, caramba. El Martinu clásico cede en todas estas obras a la inspiración de matiz tardorromántico. No hay exaltación, no hay excesivo subjetivismo, pero sí se nos ofrece un lirismo entreverado por los dramáticos crecimientos que tanto le gustaban a nuestro buen amigo checo. El Trío Angell está formado por virtuosos de muy buen gusto, de elegante sentido de la proporción de estas obras exquisitas y densas. Acaso no sea el gran Trío de todos los tiempos, pero lee y recrea con intensidad y alcance unas piezas que no son ligeras, ni mucho menos sencillas. El Trío Angell consigue un bello disco de unas obras que no pretenden conmover, que acaso no pretenden nada, pero que son algo parecido a la música pura. Y el Angell da eso, pureza. Santiago Martín Bermúdez D D I SI CS O C O S S MAHLER-MOZART Ragna Schirmer y Elisabeth Leonskaia DOS VISIONES MENDELSSOHN: Conciertos para piano nºs 1 y 2. Capriccio brillante op. 22. Serenata y allegro giocoso op. 43. Rondo brillante op. 29. RAGNA SCHIRMER, piano. ORQUESTA SINFÓNICA DE LA RADIO DE SAARBRÜCKEN. Director: GÜNTHER HERBIG. BERLIN 0017752BC (Gaudisc). 2006. 78’. DDD. N PN Conciertos para piano nºs 1 y 2. Wiegenlied op. 67, nº 6. Trauermarsch op. 62, nº 3. Andante con moto op. 19b, nº 1. Volkslied op. 55, nº 5. Venetianisches Gondellied op.62, nº 5. Andante op. 102, nº 6. Venetianisches Gondellied op. 19, nº 6 y op. 30, nº 6. Frühlingslied op. 62, nº 6. ELISABETH LEONSKAIA, piano. CAMERATA DE SALZBURGO. Director: ILAN VOLKOV. MDG 343 1421-2 (Diverdi). 2005. 68’. DDD. N PN Leonskaia y Volkov ofrecen lecturas estupendas de los dos Conciertos de Mendelssohn, obras de evidente efusión romántica y resonancias webeMONTEVERDI: Libro VIII de madrigales. CONCERTO ITALIANO. Director: RINALDO ALESSANDRINI. 3 CD NAÏVE OP 30435 (Diverdi). 1997, 1998, 2005. 178’. DDD. R/N PM Naïve edita por primera vez en una sola caja los tres discos con el Libro VIII completo de Monteverdi interpretado por Rinaldo Alessandrini. De 1997 data la primera grabación, que incluía la Sinfonía de apertura, Altri canti d’amor, el Lamento de la Ninfa, Vago augelletto, Perchè t’en fuggi, Altri canti di Marte, Ogni amante è guerrier, Hor che ’l ciel e la terra, Gira il nemico, Dolcissimo uscignolo y Ardo, ardo, avvampo. Al año siguiente se registró Il combattimento di Tancredi e Clorinda e Il ballo delle ingrate, y el proyecto de integralidad se paralizó (presumiblemente por la escisión de Concerto Italiano que dio lugar al surgimiento de La Venexiana) para rianas, abiertamente virtuosas y vitales, aunque no alcancen la genialidad melódica (bien es cierto que ambas son más tempranas) del Concierto para violín op. 64. Leonsakaia cuida con mimo los matices y se desenvuelve con espontaneidad, ligereza y elegancia (momentos del Presto scherzando del Op. 40 que en muchas ocasiones recuerda El sueño de una noche de verano), pero también con pasión y alegría vital, secundada de forma impecable por un radiante acompañamiento de Volkov al frente de la Camerata salzburguesa. La selección de Romanzas sin palabras que completa el disco está interpretada con paralela riqueza expreser retomado en 2005 cuando, con un equipo ya diferente, Alessandrini completó el trabajo con un disco que ve ahora la luz por primera vez. Globalmente es ésta quizá la opción integral más recomendable. Mucho más homogénea (pese a los ocho años pasados entre el primer y el tercer discos) que las recientes aportaciones de Jacobs y Cavina, más intensa y teatral que la antigua de Rooley, aunque no faltan algunos detalles que rebajan la calificación global, como los efectismos agógicos algo vacuos de los ritornelli de Il ballo delle ingrate, que cuenta en cualquier caso con un Daniele Carnovich soberbio como Plutón y una gran Rosa Domínguez como Venus, o el Testo no del todo convincente de Roberto Abbondanza, algo rígido y poco delicado, en un Combattimento por lo demás coherente, dramático y muy atractivo. De otro de los puntos álgidos de la colección, el Lamento de la Ninfa, también hay interpretaciones sueltas preferibles. En ésta, Rossana Bertini canta con auténtica vehemencia, siva y elegancia, en una visión romántica pero en absoluto acaramelada. Buenas tomas sonoras (la de los Conciertos realizada en vivo) para un disco de indudable atractivo a cargo de la recientemente premiada (Midem) artista georgiana. Las tomas sonoras de Berlin Classics para la joven Ragna Schirmer (Hildesheim, 1972), en un disco dedicado a la música para piano y orquesta de Mendelssohn, tienen incluso más presencia y claridad. Y no le faltan a la alemana impulso y vitalidad, ni brillantez virtuosista, ni efusión romántica. Si acaso puede echarse de menos algo del refinamiento que posee Leonskaia, pero desde luego no se puede decir que en manos de esta joven pianista el Presto del Op. 25 no arrastre al oyente, ni que el canto inicial del Capriccio brillante no tenga tanta sencillez como genuina expresión lírica. Posteriormente la Schirmer construye una interpretación rotunda y vibrante del Allegro con fuoco, típica “pieza de concierto” también con muchas cosas que recuerdan a Weber. pero Alessandrini conduce la parte central a un tempo excesivamente rápido, que provoca una ligereza expresiva que anula buena parte de sus efectos más emotivos. Bien contrastados los grandes madrigales a seis y siete voces de 1997, muy marcados los pasajes en stilo concitato aunque los lentos resultan algo alicaídos. La novedad del tercer disco nos ofrece una ejecución instrumental superior a la de antaño, pero el estilo es muy parecido por lo que hace al énfasis sobre los pasajes más vibrantes y al contraste dramático. Mención especial para el lírico y refinado tenor Luca Dordolo en Volgendo il ciel, aunque los magníficos madrigales para dos tenores resultan algo irregulares, porque ni Vincenzo Di Donato ni Gianluca Ferrarini poseen la belleza tímbrica ni la agilidad y musicalidad de la línea de canto de Dordolo. En esos momentos se echa de menos a Giuseppe Maletto, que habría constituido con Dordolo una pareja monteverdiana formidable. Pablo J. Vayón También notable su interpretación del Op. 40, en cuyo Adagio molto sostenuto luce una envidiable línea de expresión. Herbig y la Sinfónica de la Radio de Saarbrücken acompañan con buena compenetración pero sin la vitalidad y tensión de Volkov para Leonskaia. En suma, dos discos apreciables, con música de grata escucha muy bien interpretada en ambos casos. Si son los dos Conciertos el objetivo fundamental, me inclinaría por Leonskaia, más contrastada y con mayor riqueza de expresión, sin merma de la vitalidad y con un brillante acompañamiento de Volkov. Rafael Ortega Basagoiti MOZART: Cuarteto para cuerda en la mayor K. 464. Cuarteto para cuerda en do mayor K. 465. CUARTETO KLENKE. PROFIL PH 04029 (Gaudisc). 2004. 59’. DDD. N PN Fruto de una elaboración, según se cree, inhabitual en Mozart para el primero de estos dos cuartetos, la obra terminada arroja resultados que no dejan advertir la convulsión creadora; parece fruto de una sabia fluidez. Quizá a labor de este Cuarteto Klenke se le puedan poner muy ligeros reparos y sea posible alcanzar un mayor sentido polifónico en el primer tiempo del Cuarteto para cuerda en la mayor K. 464 o nos guste su Menuetto más expositivo y algo menos saltarín, pero por encima de estas pequeñeces está una labor ejemplar de ajuste y afinación, que se desarrolla maravillosamente en las variaciones del tiempo tercero. www.scherzo.es 93 D D I SI CS O C O S S MOZART-RACHMANINOV Las cualidades del cuarteto alemán en cuanto a claridad y equilibrio en las voces, musical arrojo y empaste inatacable aparecen, para mí, más claras en un Cuarteto para cuerda K. 465 “Las disonancias”, imbuido de un solo impulso y un soplo que lo va haciendo progresar a base de colocar cada cosa en su sitio, con el peso y la voz más adecuados, con lo que se va creando una progresión irresistible que coloca la labor de estas cuatro mujeres en un lugar envidiable. Cada instrumento y cada intervención rebosan musicalidad y exactitud. Los registros son debidos, como se especifica en la ficha, a dos ingenieros de sonido distintos. La diferencia entre uno y otro no se aprecia, y queda un registro total de un soberbio y fiel rango sonoro. José Antonio García y García MOZART: Cuartetos dedicados a Haydn. Cuarteto con oboe K. 370. Quintetos K. 175 y 516. Divertimento K. 563. CUARTETO SMITHSON. MICHEL PIGUET, oboe; LISA RAUTENBERG, viola; JAAP TER LINDEN, violonchelo. 5 CD VIRGIN 00946 372778 29 (EMI). 1989-1990. 342’. DDD. R PM 94 Variado abanico de obras camerísticas mozartianas, cuyo epicentro recae en la sensacional colección de cuartetos de cuerda que el salzburgués dedicó a Joseph Haydn. El denominador común de todas ellas reside en la innovación lograda por Mozart en la complejidad y elaboración del material temático, y la audacia armónica, situándose, por ambos motivos respectivamente, como nexo evolutivo entre Bach y Beethoven. Los parámetros interpretativos del Smithson se fundamentan en la relectura de tan conocidas obras bajo el prisma de un historicismo técnico y conceptual. El primer disco —Divertimento y Cuarteto con oboe— nos ofrece, desde el autenticismo más radical, un clasicismo de fraseo cuidado y agógica juvenil pero sensata, cuyos principales logros se encuentran en los interesantes resultados obtenidos en la dimensión cuasi táctil que adquieren los estratos sonoros, así como en la hermosa intervención del oboe. Sin embargo, estos méritos pueden quedar empañados por el sonido ofrecido por la cuerda — innecesariamente incisivo y duro— y por la insegura resolu- ción de ciertos pasajes. En las obras y discos sucesivos —Cuartetos y Quintetos—, la mencionada radicalidad se atenúa, aun dentro de la exploración historicista y las acertadas grabaciones recogen, en texturas de extraordinaria transparencia, un sonido de mayor refinamiento, menos agresivo. Recurriendo con sutileza a un dosificado vibrato parcial y acentuando con desparpajo, embellecen el concepto global y ponen de relieve la genial modernidad de un Mozart chispeante. Juan García-Rico MOZART: Sinfonías nº 38 en re mayor K. 504 “Praga” y nº 41 en do mayor K. 551 “Júpiter”. ORQUESTA BARROCA DE FRIBURGO. Director: RENÉ JACOBS. HARMONIA MUNDI HMC 901958. 2006. 69’. DDD. N PN Tras las interesantísimas interpretaciones de algunas de las más frecuentadas óperas mozartianas, Jacobs se decide a afrontar el universo sinfónico del genio de Salzburgo, y comieza haciéndolo con arrojo, proponiendo su visión de dos de las últimas cimas del ciclo, la Praga y la Júpiter. En la primera despliega una majestuosa energía para la introducción lenta, nada caída pero dicha con grandeza. Luego se adentra con extrema viveza en un Allegro de extraordinaria fogosidad, en un Mozart extremo, vibrante y enérgico, con las aristas bien destacadas, intentando no perder la elegancia y la cantabilitá, aunque ésta hubiera agradecido un tempo algo más confortable en el Andante de la Sinfonía “Praga”. Sin embargo, más de uno encontrará algunos puntos singulares, por no decir que abiertamente discutibles, en su interpretación. El primero es la tendencia de Jacobs a utilizar, creo que con excesiva frecuencia, el esquema piano subito-crescendo-forte. Más allá de la sorpresa inicial, llega un momento en el que no sólo se vuelve previsible, sino en el que uno termina preguntándose el porqué de ese ir y venir permanente, un tanto exagerado y sin una lógica perceptible, al menos para quien esto firma, en cuanto a inflexión del discurso. El fraseo, especialmente en la cuerda, no es, pese a ese ánimo de contrastes, tan rico en detalles como el de Harnoncout (Teldec, con la Orquesta Werner Ehrhardt EFERVESCENTE MYSLIVECEK: Sinfonías. CONCERTO KÖLN. Director: WERNER EHRHARDT. ARCHIV 477 6418 (Universal). 2004. 67’. DDD. N PN Si exceptuamos un inevitable monográfico dedicado a Mozart, las grabaciones de Concerto Köln para el sello Archiv han estado marcadas hasta ahora por una serie de propuestas atípicas pero siempre sugerentes. Los dos primeros discos fueron el producto de una colaboración con el conjunto turco Sarband, lo que llevó a la exploración de las conexiones entre Occidente y Oriente en el repertorio clásico. Luego le tocó el turno a Johann Wilhelm Wilms, un casi contemporáneo de Beethoven. Ahora el conjunto alemán nos propone una selección de sinfonías de Josef Myslivecek (1737-1781), “il divino boemo”, cuya trayectoria existencial llegó a cruzarse en más de una ocasión con la de Mozart. La primera vez fue en 1770, cuando Myslivecek gozaba de una excelente reputación como operista (y nada menos que en Italia), mientras que Mozart era un joven compositor en plena formación y en busca de éxito. La amistad entre los dos fue inmediata y sincera, pese a las suspicacias de Leopold, quien veía por todas partes complots contra su hijo. El estilo de Myslivecek — fresco, impetuoso y expresivo— dejó una profunda huella en el lenguaje mozartiano de aquellos años, especialmente en el género sinfónico. El compositor checo escribió cincuenta obras entre sinfonías y oberturas (los dos términos en aquella época eran intercambiables). El disco de Concerto Köln recoge siete de ellas, escritas en diversos momentos de su carrera. La brillantez es el común denominador de estas piezas, pero Myslivecek del Concertgebouw y la Orquesta de Cámara de Europa, también en DVD con el Concentus Musicus). La soberbia Orquesta Barroca de Friburgo responde como un solo hombre a las exigentes demandas del director belga. Luce un empaste casi inverosímil para las velocidades y agresividad de Jacobs. Tanto la adereza con una escritura instrumental en donde los vientos desempeñan un papel destacado. En el Andantino de la bella Sinfonía en sol mayor, el oboe tiene incluso una amplia preeminencia, como si de un concierto se tratara. El Concertino en mi bemol se encuentra a medias entre los dos géneros: es una sinfonía “concertante” construida sobre la aportación solista de trompas, flautas, clarinetes y fagot. Aquí la amistad “musical” entre Myslivecek y Mozart alcanza su expresión más evidente en el acertado juego de las combinaciones tímbricas, en el lirismo de las melodías y en el virtuosismo efervescente de los movimientos rápidos. Concerto Köln demuestra toda su habilidad en este tipo de repertorio, al plasmar unas versiones chispeantes y enérgicas, pero sin las asperezas presentes en otros conjuntos alemanes de instrumentos originales. Una mención especial para las trompas, capaces de resolver con habilidad y soltura algunos pasajes verdaderamente diabólicos. Junto con el monográfico que le dedicó L’Orfeo Barockorchester (CPO, 2003), se trata del mejor disco dedicado a la producción sinfónica de Myslivecek. El único elemento que se nos antoja incomprensible es el diseño de la portada. ¿Habrán visto los de Archiv en la música o en la persona de Myslivecek algo que a nosotros se nos ha escapado? Stefano Russomanno que pese su formidable prestación el Presto final de la Praga se torna demasiado precipitado para entender bien el discurso. La ralentización del pulso en el pasaje cantable del primer tiempo de la Júpiter suena excesiva y, lo que es peor, nuevamente ilógica. Se pierde la línea principal del discurso. Y el Andante D D I SI CS O C O S S MOZART-RACHMANINOV cantabile de esta misma obra no termina de coger el lirismo que contiene, resultando algo intrascendente. Rapidísimo el Menuetto, con un tempo que parece excesivo para un Allegretto (más bien parece un scherzo beethoveniano marcado a uno), y sin proporción con el más lógico Molto allegro final, al que sin embargo, le falta grandeza. Tomas de sonido magníficas para un disco que despertaba muchas y buenas expectativas y que, sin embargo, a quien firma le ha decepcionado un tanto. Rafael Ortega Basagoiti PHILIPS: Obras para clave. ELIZABETH FARR, clave. NAXOS 8.557864 (Ferysa). 2005. 78’. DDD. N PE De las treinta y dos piezas para teclado conservadas de Peter Philips (1560/611628), este disco ofrece dieciséis entre intabulaciones de obras vocales (nueve, un madrigal del propio Philips, tres de Marenzio, uno de Alessandro Striggio, uno de Caccini y tres canciones francesas de Lasso), fantasías (dos) y danzas (cinco, dos dípticos pavana-gallarda y otra pavana suelta). En un clave italiano fabricado en 1658 por Jerome de Zentis y restaurado por Keith Hill, Elizabeth Farr las interpreta con una pausa y una flexibilidad rítmica muy sugerentes (algo atropelladas en cualquier caso las gallardas) y con elegancia y claridad más que suficientes, aunque el contraste dinámico es casi inexistente y las ornamentaciones de las piezas vocales intabuladas parecen siempre demasiado tímidas. Pablo J. Vayón POPPE: Interzone. OMAR EBRAHIM, voz. NEUE VOCALSOLISTEN. ENSEMBLE MOSAIK. Director: JONATHAN STOCKHAMMER. KAIROS 0012552KAI (Diverdi). 2004. 76’. DDD. N PN Holz. Knochen. Öl. KLANGFORUM WIEN. Director: STEFAN ASBURY. WERGO 6564 2 (Diverdi). 2005. 74’. DDD. N PN A diferencia de otros compositores contemporáneos, Enno Poppe (n.1969) no aclara, con el subtítulo de su pieza dramática Interzone, si se trata de una ópera o teatro musical. Para Lachenmann, La cerillera era “Música con imágenes” (“Musik mit Bildern”), mientras que para Furrer, su obra Fama es una pieza de “Hörtheater”. Poppe señala que Interzone es una colección de “Lieder und Bilder”. En estos dos discos que los sellos Kairos y Wergo lanzan casi al mismo tiempo con obras de Poppe, se observa la absoluta falta de retórica que ya llamaba la atención en el inaugural Música de cámara, el CD del sello Col Legno de hace dos temporadas. Se trata de un estilo de un laconismo que a veces resulta especialmente lacerante, como el expresado en las secciones más extensas de Interzone o en la pieza que cierra el segundo disco, el editado por Wergo, una larga y sinuosa Öl, para conjunto instrumental, de 2001. Con este gusto por un sonido que tiende hacia su apagamiento y que se funda en los registros graves de un cuerpo de instrumentos muy cuidadosamente elegidos (para Interzone, clarinete, saxos, acordeón, percusión, sintetizador; para Öl, flauta baja, clarinete bajo, trompas, tubas, chelos y contrabajos), estamos ante una de las personalidades más interesantes de la actual escena compositiva del área de lengua alemana. Interzone toma el título del manuscrito que sirviera a William Burroughs para escribir su célebre El almuerzo desnudo. Las referencias a la ciudad de Tánger y a la indeterminación que el visitante occidental observa en esa “zona internacional”, sirven a Poppe para elaborar una obra plagada de ambigüedad e inestabilidad sonora, en buena parte debido a la afinación de los instrumentos en cuartos de tono. El carácter hierático de los recitados y el dramático diálogo que mantienen voces y masa instrumental, dan como resultado una obra de gran tensión. Música de no fácil escucha la de Interzone, y también la de Öl, pieza muy superior a las que la preceden en el programa propuesto por Wergo. Poppe emplea en todos los casos, tanto si se trata del Ensemble Mosaik (gran descubrimiento para el disco) como del Klangforum Wien, como grupos que han de atender más a un universo claramente marca- do por la exploración del sonido que a un lenguaje ya perfectamente moldeado y es ahí donde radica el enorme interés de estas grabaciones. La impresión general, ante la propuesta de Poppe, es la de una evidente radicalidad, pero al mismo tiempo, la de una fuerte expresividad que no se halla muy lejos de la alcanzada, en su momento, y por distintas vías, por un Gérard Grisey. Tal vez, con Poppe estemos ante un autor llamado a aportar en lo sucesivo suficientes hallazgos como para poder hablar de él en unos términos parecidos a los que se concitaron en torno al francés. Baste decir por ahora, al respecto, que hay en Poppe un sentido del crecimiento orgánico en cada una de sus piezas instrumentales que bien puede hacer pensar en los procesos seguidos por un Grisey. Tomemos, por ejemplo, la obra Holz: a partir del sonido inicial del clarinete se concibe y desarrolla todo el conjunto de la pieza y, como en el autor de Les espaces acoustiques, se asiste a un aparato tímbrico que parece proceder del tratamiento electrónico. La arquitectura armónica se encuentra muy próxima a los procedimientos electrónicos. Gracias a la modulación de frecuencias, se obtiene una gran afinidad entre los intervalos, con lo que el timbre (y todo el conjunto) se vuelve áspero, rugoso. Música que resuena y que vibra. Poppe, por distintos caminos, retoma la lección de Grisey: ofrecer con los instrumentos convencionales una sonoridad muy cercana al ruido, al componente electrónico. Francisco Ramos PUCCINI: Tosca. MONTSERRAT CABALLÉ (Tosca), JOSÉ CARRERAS (Cavaradossi), INGVAR WIXELL (Scarpia). CORO Y ORQUESTA DE LA ROYAL OPERA HOUSE, COVENT GARDEN. Director: SIR COLIN DAVIS. PENTATONE PTC 5186 147 (Diverdi). 1976. 119’. ADD. R PN E sta grabación fue editada en su día por Philips y cuenta con el aliciente de la pareja protagonista. Montserrat Caballé no es Tosca por voz o estilo, pero su inteligencia le hace aprovechar todos los momentos amorosos, para resaltar la belleza de la obra, como se puede comprobar en el dúo del primer acto, canta con una delicadeza expresiva el aria y da relieve a su rol, remarcando sus aspectos más líricos. José Carreras nos muestra su voz bella, su canto apasionado, pero también un fraseo de una gran calidad, sobresaliendo tanto en las escenas más románticas, como en las más altivas, mostrando además estar en muy buena forma con un registro agudo seguro, en especial en el Vittoria! del segundo acto. Ingvar Wixell es un buen profesional, con técnica y sentido del texto, pero su voz queda algo limitada en expansión y su fraseo es suficiente, sin caer en falsas exageraciones. En otros personajes destaca la presencia de Samuel Ramey, como impecable Angelotti, el inefable Piero di Palma, como expresivo Spoletta y Ann Murray dando vida al pastor. La dirección de Colin Davis es equilibrada y coherente, con ciertos matices, pero le falta conseguir una mayor intensidad dramática. Albert Vilardell RACHMANINOV: Seis momentos musicales op. 16. MUSORGSKI: Cuadros de una exposición. LILIA ZILBERSTEIN, piano. HÄNSSLER 98.213 (Gaudisc). 2004. 65’. DDD. N PN L ilia Zilberstein ganó en 1987 el concurso Busoni de Bolzano despertando grandes sensaciones, lo que propició su despegue concertístico a nivel internacional. Desde entonces la pianista rusa ha cosechado muchos frutos: invitaciones a los festivales más importantes y colaboraciones con músicos del nivel de Martha Argerich y Maxim Vengerov. Su pianismo es meticuloso e introvertido, sentido, pensado, controlado. La artista sabiendo de sus condiciones y virtudes escoge el repertorio que mejor le va, y de esta manera ofrece lo mejor de sí misma. En este caso así es. Los Momentos musicales de Rachmaninov bajo su mirada adquieren valores contemplativos convirtiéndose en reflexiones hacia adentro iluminadas por una calidez sin exageración. Nostalgia y añoranza en estas versiones que también desprenden, por qué no decirlo, opacidad y neutralidad: en ocasiones el sonido de Zilberstein es demasiado plano, dando pie a estas versiones faltas del relieve necesario. Su Musorgski es parecido. Tiene destellos de bravura, mas el espíritu predominante es 95 D D I SI CS O C O S S RACHMANINOV-SATIE el de la lejanía. La pianista, que narra cada escena de la partitura con aciertos descriptivos, imprime una interpretación detallista y escrupulosa, pero quedándose a las puertas de la emoción. Zilberstein raciona en demasía sus dotes expresivas, intercalando momentos amables con otros más atrevidos, no siempre en consonancia con la música. En fin, un disco para escuchar sabiendo de las comentadas reservas. Emili Blasco RAVEL: Sonata para violín y piano. Sonata para violín y violonchelo. Tzigane. Trío para piano, violín y violonchelo. RÉGIS PASQUIER, violín; ROLAND PIDOUX, violonchelo; JEAN-CLAUDE PENNETIER, piano. SAPHIR LVC 001065 (LR Music). 2001. 74’. DDD. N PN 96 Este CD resume el gran camerismo de Ravel, el de las obras de plena madurez para pocos instrumentos: las dos Sonatas y el Trío. Más la página de bravura para violinista, Tzigane. Junto a la modernidad animada, vitalista, algo saltimbanqui de la tardía Sonata para violín, tenemos los enigmáticos cuatro movimientos de la Sonata en dúo, para violín y chelo. Y, como cierre, la obra que antecede a todos, la única de preguerra, el Trío con piano. Son páginas tan espléndidas, que su sola existencia debería avergonzar la memoria de los entonces emergentes Seis, incluida la del séptimo (Cocteau). Pasquier es el responsable máximo de este monográfico, y su violín se torna lírico, áspero o virtuoso para satisfacer las demandas tanto clasicistas (Trío, sobre todo) como expresivas (Sonatas, especialmente) e incluso atléticas (Tzigane) que plantean estas páginas. Pasquier se presenta en este CD como gran artista, como solista poderoso y se diría que sin fisuras. Da gloria oírlo, vamos. Le acompañan dos excelentes músicos, que le arropan o le apoyan, y que en algún caso (Pidoux, al chelo, en la Sonata en dúo) son protagonistas con él de un diálogo posbélico trufado de amarguras. Atención a este CD, que puede colmar las exigencias mayores de un auténtico raveliano. En algunos momentos es el Ravel más ácido, el más duro, el menos complaciente. Esto lo comprende Pasquier y llega a darlo incluso en una página que parece hecha con otro objetivo, como Tzigane. Y lo deja asomar en el verbo prebélico, todavía cargado de ciertas inocencias, del Trío. Pasquier sale victorioso en esta monografía por capítulos que se suman en un solo capítulo. El resultado es un regalo de muy alto nivel, y no sólo para ravelianos. Santiago Martín Bermúdez RAVEL: Daphnis et Chloé. CORO DE LA ÓPERA DE BURDEOS. ORCHESTRE NATIONAL BORDEAUX AQUITAINE. Director: LAURENT PETITGIRARD. NAXOS 8.570075 (Ferysa). 2006. 59’. DDD. N PE U na sorpresa bastante agradable. Le toca el turno a la Orquesta de Burdeos Aquitania, con Petitgirard, de registrar un Dafnis íntegro. Petitgirard, excelente director y gran compositor (recordemos su ópera Elephant Man, en CD y en DVD), planifica con acierto, con rigor, con inspiración esta obra rica en timbres, que precisa de un pulso sutil y exacto para los continuos ascensos y descensos dinámicos, que abunda en sugerencias, que parece descreer de lo rotundo, aunque los crescendos nos lleven a veces al fortísimo. No es fácil elegir entre la cantidad ya considerable de versiones íntegras de este ballet. No era de esperar una nueva referencia que se acercase tanto al ideal raveliano, a las mejores realizaciones para el sonido grabado de esta hermosa partitura. La calidad del sonido es esencial para toda partitura, pero en especial para ésta, con su amplia y rica gama de colores, con su abundancia en pianissimos que crecen o se retiran para dar una riqueza de matices nunca oída. Es la propuesta de Ravel, que encuentra en Petitgirard y la Orquesta de Burdeos Aquitania unos excelentes intérpretes de tanto caudal sonoro. Santiago Martín Bermúdez REICH: Different trains. Piano phase. MELLITS: Cuarteto nº 2. CUARTETO DUKE. ANDREW RUSSO, MARC MELLITS, pianos. BLACK BOX BBM 1097 (Diverdi). 2006. 62’. DDD. N PN P or fin llega ROSSINI: al mercado una grabación de Different Trains, el clásico de Steve Reich, que pueda competir con la versión del Cuarteto Kronos, que ha sido durante todo este tiempo, desde el verano de 1989, la única referencia fonográfica de esta página deslumbrante del Reich maduro. Quizás no sea casualidad el que tanto ElectraNonesuch, donde se publicara el disco de Kronos, como esta Black Box (que pertenece a Sanctuary Classics), sean casas independientes, sin reparos a la hora de integrar en sus catálogos estéticas que se aparten del canon. El problema con el que se enfrenta, de inicio, esta nueva versión es que el aficionado tiene ya muy asimilado el sonido del Kronos, gracias a una extensa lista de discos (y conciertos) en donde el cuarteto ha impuesto un estilo particular. De hecho, en la interpretación que hacían del Trains, las partes acústicas de la pieza se solapaban de tal manera con el material grabado que casi desaparecía la noción de cuarteto, y es esto, precisamente, lo que se privilegia en la versión del Duke. Muy equilibrada la pieza en cuanto a espacialidad, esta nueva lectura se define por un tono menos punzante, con una sensación global de ser menos insistente en lo repetitivo. Las cuerdas se recrean a modo de comentarios sobre los distintos motivos que expresan las voces. Tal vez es ésta una versión más apta para un público amplio. El disco se completa con una soberbia interpretación de un Reich del primer período, Piano phase, en donde la técnica de desfase gradual queda perfectamente entendida por Andrew Russo y Marc Mellits. La abstracción que se desprende de este juego de líneas que se suceden y cambian casi imperceptiblemente, es subyugante. Lástima que el CD concluya con un pastiche, una pieza lamentable de Mellits, pianista en Piano phase y ex alumno del mismo Reich. En el Cuarteto nº 2, de 2004, Mellits encadena de modo funcional cuatro secciones de tono tan melancólico como fuera del contexto repetitivo impuesto por las anteriores piezas de Reich. Mellits evidencia lo que es ya común a muchos de estos músicos adscritos a la oleada de posminimalismo: una alarmante pobreza de ideas. Francisco Ramos Adelaide di Borgogna. MAJELLA CULLAGH (Adelaide), JENNIFER LARMORE (Ottone), BRUCE FORD (Adelberto), MIRCO PALAZZI (Berengario). CORO Y ORQUESTA DE CÁMARA ESCOCESES. Director: GIULIANO CARELLA. 2 CD OPERA RARA 0RC 32. (Diverdi). 2005. 129’. DDD. N PN En 1817 se estrenó en Roma Adelaide di Borgogna y, después de su paso por Milán, cayó en el olvido hasta que el Festival de Martina Franca la recuperó en 1984, interpretación de la que circuló un registro discográfico, pero es una obra infrecuente en los escenarios, por ello es muy interesante esta grabación, con un libreto muy bien documentado y con un nivel de interpretación elevado, que realza las cualidades de la obra. Es una ópera donde surge el genio de Rossini, con momentos muy inspirados, pero no acaba de alcanzar el nivel medio del compositor, aunque páginas como el coro Salve Italia, de un cierto nacionalismo, las cavatinas de Ottone y Adelaida o el duetto entre ambos y el final del acto primero y el aria de Adelaide y el coro de la escena final del segundo, están llenas de aciertos. Jennifer Larmore, en un papel travestido, es un brillante Ottone, por estilo y musicalidad, Majella Cullagh es una cantante segura y expresiva, Bruce Ford es el profesional siempre atento y Mirco Palazzi, al que quizá falta algo de densidad, canta con profesionalidad. La dirección musical de Giuliano Carella tiene cierta profundidad y sabe reflejar el estilo de la obra. Albert Vilardell SAINT-SAËNS: Oratorio de Navidad op. 12. ANTONIA BOURVÉ, soprano; GUNDULA SCHNEIDER, mezzosoprano; SABINE CZINCZEL, contralto; MARCUS ULLMANN, tenor; JENS HAMANN, barítono; ROMANO GIEFER, órgano. VOCALENSEMBLE RASTATT. ORCHESTRE LES FAVORITES. Director: HOLGER SPECK. CARUS 83.352 (Diverdi). 2006. 63’. SACD. N PN S ólo a la inercia y a la rutina que suelen presidir la vida musical se nos ocurre achacar la escasa difusión de una obra como el Oratorio de Navi- D D I SI CS O C O S S RACHMANINOV-SATIE dad, op. 12 que Camille SaintSaëns compuso a sus veinticinco años. Otras posibles razones se nos escapan. Estamos ante una obra de notable hermosura, en la que tanto el acompañamiento con órgano, como con arpa, como con distintas combinaciones camerísticas ofrecen un melodismo de rara y seductora belleza. Ya el Preludio al estilo de Bach, al órgano, es toda una declaración de intenciones, en perfecta sintonía con la denominación que posteriormente se adjudicaría a este compositor francés: “un clásico en una época moderna”. Otras composiciones vocales, asimismo pertenecientes a la música religiosa, acompañan a la obra principal motivo del presente CD, que cuenta con una magnífica toma de sonido, aprovechando al máximo la acústica de la Evangelische Stadtkirche de Rastatt y aplicando la técnica digital SACD, francamente brillante. El conjunto de voces es más que notable. Solistas y conjunto coral, perfectamente compenetrados con el repertorio que tienen entre manos, potencian con su sensibilidad y su arte cuanto de lírico, cantabile, dulce y envolvente tienen las partituras que nos ocupan, que es mucho. ción como padre de la sinfonía. Su producción sacra, sin embargo, no fue escasa, pues durante prácticamente toda su vida activa fue maestro de capilla de la iglesia de San Fedele. El segundo disco dedicado por Ferrari en Naxos a ese apartado de su catálogo confirma en las características apuntadas en el primero (véase SCHERZO, nº 198, pág. 96): voces operísticas y acompañamiento sinfónico para unos textos en forma de libreto, en los que personajes del Evangelio (San Pedro, San Juan y María Magdalena en el caso de Della Passione; las Marías en el de L’addolorata) conversan o, mejor dicho, expresan unos sentimientos muy en consonancia con los tiempos de Cuaresma para los que se compusieron las obras (estas dos en concreto para la de 1759). Como en la anterior entrega, las contribuciones interpretativas más valiosas las aportan los instrumentistas (del Capriccio Italiano Ensemble allí, del Symphonica Ensemble aquí), mientras que entre las voces vuelve a ser la tesitura de mezzosoprano (la vasca Ainhoa Soraluze allí, la búlgara Miroslava Yordanova aquí) la mejor servida. Alfredo Brotons Muñoz José Guerrero Martín SAMMARTINI: Cantata “L’addolorata Divina Madre”, J-C 123. Cantata “Della Passione di Gesù Cristo” J-C 124. SILVIA MAPELLI, soprano; MIROSLAVA YORDANOVA, mezzosoprano; GIORGIO TIBONI, tenor. SYMPHONICA ENSEMBLE. Director: DANIELE FERRARI. NAXOS 8.570254 (Ferysa). 2005. 73’. DDD. N PE L a fama de Giovanni Battista Sammartini (1700/011775) como organista y profesor de música no se limitó ni mucho menos a la ciudad de Milán (donde nació hijo de un oboísta francés, trabajó y murió) ni a Italia, sino que se extendió ampliamente por Francia y Alemania. De hecho, es su influencia sobre la siguiente generación de compositores en toda Europa la que impide verlo como una de las bisagras auténticamente clave entre el barroco tardío o la madurez de Bach y Vivaldi y el primer clasicismo o la emergencia de Haydn y el joven Mozart. Hasta ahora incluso, su importancia se reducía a la considera- SATIE: Obras para piano. MARJANNE KWEKSILBER, soprano; REINBERT DE LEEUW, piano. 3 CD PHILIPS + DVD 475 7706. 1980, 1994. 189’, 53’. ADD/DDD. R PM El excelente pianista y director Reinbert de Leeuw grabó tres discos de Satie a comienzos de los ochenta, y aquello causó una cierta conmoción en la peña. Nunca se habían escuchado tempi tan lentos, de manera que las notas de adorno de algunas piezas se convertían en notas de pleno derecho. Por entonces grabó también un disco de mélodies de Satie, acompañando a la voz de Marjanne Kweksilber. En esta reedición se incluye este recital, mas no aquellas sorprendentes propuestas, que se reeditaron en CD hace mucho tiempo. Son de las canciones menos conocidas, y el acompañante somete a la cantante a un auténtico de ejercicio de sostenimiento del sonido y de ralentización de los tempi. Se le añaden las Pièces froides, y queda un CD muy completito. Los otros dos CDs contienen registros de mediados de los noventa, que Cuarteto Stanislas UN CAMINO PROPIO ROPARTZ: Cuartetos de cuerda nºs 4, 5 y 6. CUARTETO STANISLAS. TIMPANI 1C11115 (Diverdi). 20052006. 60’. DDD. N PN T impani enriquece poco a poco su ciclo Ropartz, tras la bellísima ópera Le pays y una serie de obras camerísticas y orquestales. Está próximo el final del ciclo sinfónico, en 2007 tendremos la Tercera, la más compleja en cuanto a efectivos. Y con el CD que ahora comentamos, está a punto de concluir la serie de cuartetos de cuerda. Hace unos meses nos sorprendía de manera muy agradable la primera entrega, con los Cuartetos nºs 2 y 3. Ahora llegan los tres últimos, obras de 1933 a 1948; piezas no siempre amplias ni dilatadas, pero sí complejas, cada vez más lejanas al puro diatonismo, esencialmente cromáticas, pero sin nada semejante a disonancias emancipadas. Sin embargo, aquí, las disonancias cumplen un cometido no ya de matización o de defraudación del discurso, sino de densificación del mismo. Obras de 1933-34, de 1939-1941, de 1947-48, esa complejidad es progresiva, pero no se despliega de manera en exceso evidente. Es un discurso, como ya hemos dicho en varias ocasiones, ajeno a las vanguardias, pero también lejano ya del puro postromanticismo. Hoy no le escandalizará al beaterío han sido comentados aquí. El pianista ha renunciado ya a sus lentitudes excesivas, pero a cambio abraza buena parte del Satie “medieval”, el solemne, el rosacruz, el “místico”, que tiende por sí mismo a la lentitud. Son registros modélicos, con tal de que no los tomemos como modelo único, porque Satie permite cambios de tempo, permite libertades, en ocasiones consiente incluso el rubato. Y si estos tres CDs son excelentes, la reedición del film Satie & Suzanne, de Tim Southam, dejará asombrado a quien no lo conozca. También es de mediados de los noventa, y aparece como cuarto disco en este bello álbum. La imaginación de Southam y de la coreógrafa Debra Brown se desborda, se derrocha, modernazo que consideremos que obras como éstas son una de las vías de la modernidad sonora del pasado siglo. En la primera entrega invocábamos a Brahms, y la verdad es que sigue por ahí presente, allá detrás, pero en estas obras Ropartz va más lejos. De nuevo, el Cuarteto Stanislas realiza unas lecturas impecables, densas y equilibradas. Las lecturas de los Cuartetos nºs 2 y 3 eran tan espléndidas que escribimos entonces: “este ciclo no es prometedor, sino una auténtica obra de arte sonora; casi podría decir que para afirmarlo no necesitamos escuchar los otros dos CDs que faltan”. Al escuchar estos tres últimos cuartetos, y a la espera del Primero y de la Fantasía para cuarteto (que llegarán este año, según parece) podemos considerar que, por una vez, hemos acertado en un pronóstico. Unas excelentes interpretaciones para unas excelentes obras. Dos de ellas, los Cuartetos nºs 5 y 6, son primera grabación mundial. Santiago Martín Bermúdez crea y agita un encuentro entre Satie y la pintora Suzanne Valadon cuando ya son mayorcitos, en un café de Montmartre, años después de su tempestuosa ruptura amorosa: danzas, contorsiones, figuras imposibles, citas auténticas de Satie, miradas (muchas miradas). Y eso: imaginación, muchísima. Imágenes muy bellas en una película de unos cincuenta minutos que no puede dejar indiferente a nadie. Que acaso pueda irritar en algún momento, pero ante la que hay que rendirse, porque es una auténtica obra de arte visual y musical (fondo sonoro pianístico de Satie, por R. de Leeuw, claro), una fantasía biográfico de algo que pudo haber sido; y, si no lo fue, al menos Erik lo vivió así. Y quién sabe si ella no lo 97 D D I SI CS O C O S S SATIE-SKALKOTTAS imaginó también. Oímos en inglés, pero el libreto nos proporciona traducciones al francés y al alemán. No hay subtítulos, qué pena. Ahora bien, hay pocas palabras, casi todo es imagen, ¡y qué imagen! Santiago Martín Bermúdez SCHAFFRATH: Tríos y Sonatas. EPOCA BAROCCA. CPO 777 116-2. (Diverdi) 2003, 2005. 70’. DDD. N PN No es mucho lo que se sabe sobre la vida de Christoph Schaffrath. Se cruzó con Wilhelm Friedemann Bach en un concurso al puesto de organista de la iglesia de Santa Sofía de Dresde, pero hubo de ceder ante la mayor pericia de éste. Luego pasó varios años al servicio de la corte prusiana. Su música sigue un estilo barroco tardío, con cierta semejanza a la de Quantz, por ejemplo, pero asoma también en ella el nuevo idioma galante. Sus obras de cámara aquí grabadas tienen cierto interés y demuestran un total idiomatismo de la escritura para instrumentos como el oboe, el violín, el violonchelo, la viola da gamba y hasta el fagot. Epoca Barocca realiza interpretaciones de chispeante tímbrica —el oboe de Alessandro Piqué suena maravilloso en el Trío en sol menor—, elegante fraseo y, en su caso, juguetona vivacidad. Ilze Grudule solventa con habilidad los arabescos del violonchelo en el Duetto (o sonata) en do mayor. La Sonata para viola da gamba en sol mayor no carece de significación histórica, en tanto que perteneciente al canto del cisne de la literatura para este instrumento en Alemania. Aparece muy bien resuelta por Hartwig Groth. El Trío para violín, fagot y bajo continuo sobresale por su particularísimo mundo de colores. Un disco estupendo. Enrique Martínez Miura SCHEIDT: Grandes conciertos sacros. LA CAPELLA DUCALE. MUSICA FIATA. Director: ROLAND WILSON. CPO 777 145-2 (Diverdi). 2004. 80’. DDD. N PN 98 La figura de Samuel Scheidt aparece un tanto oscurecida por la de su gran contemporáneo, Heinrich Schütz. Sin embargo, su aportación fue capital para el desarrollo de la música vocal e instrumental, sobre todo por sus conciertos sacros con aplicación litúrgica, que representan los pilares de la futura cantata alemana, que desembocaría en Bach. Las interpretaciones de Wilson encuentran incluso raíces anteriores, en el arte antifonal veneciano, pero potencian obviamente la visión hacia la influencia posterior. La dosificación de semejanzas o divergencias con el arte de Schütz es otro de los parámetros estéticos. El grupo Musica Fiata está portentoso, con efectos tan poderosos como el producido en Kommt her, ihr gesegneten, donde además el juego tímbrico de los tres trombones y las cuatro violas resulta especialmente seductor. La concertación de voces e instrumentos está muy conseguida en general, pero sobresale en Nun dankent alle Gott, dicho, por otra parte, con contagiosa alegría. Un magnífico disco que contribuye a perfilar con más claridad la importancia de un compositor no demasiado interpretado en disco. Enrique Martínez Miura SCHUBERT: Cuarteto para cuerdas en sol menor D. 173. Cuarteto para cuerdas en sol mayor D. 887. CUARTETO MANDELRING. AUDITE 92.552 (Diverdi). 2005. 73’. SACD. N PN L a tercera entrega de la integral de cuartetos de Schubert a cargo del joven Cuarteto Mandelring mantiene la tónica de las dos anteriores (véase SCHERZO, nº 183, pág. 96, y nº 204, pág. 96): objetivismo la mayor parte del tiempo y falta de elocuencia expresiva casi siempre. En el D. 887, que en 1826 cierra cronológicamente el ciclo, la confusión entre fuerza dinámica y volumen sonoro, es decir, la mera limitación de aquélla a éste, es constante. De hecho, en el primer movimiento por ejemplo, sólo hacia 15’49” consigue Sebastian Schmidt insuflar algo de poesía íntima a la entrada del violín primero. El caso seguramente más grave, sin embargo, lo protagoniza su hermano Bernhard, violonchelo, cuando en 0’49” del Andante un poco mosso se limita a dar las notas de un tema que, así escan- ciado, con una acentuación tan seca del ritmo, queda desprovisto de todo significado emocional, o sea, musical. Con la importancia que en el último Schubert adquieren el staccato y el trémolo, conviene no incurrir en el error de aproximarlo a Mendelssohn, que es otro mundo, pero esa es la tentación a la que en el Scherzo se sucumbe sin que naturalmente (resultaría imposible) tampoco se haga con todas las consecuencias. Y en el Allegro conclusivo todo se queda en amagos de levantar el vuelo a cada nuevo incipit, pero resulta muy frustrante que la promesa no se cumpla ni en una sola ocasión. No tan complicado en su letra ni por supuesto en su espíritu, el D. 137, compuesto once años antes, aguanta mejor el planteamiento de atender solamente al primer respecto, pero sin que alcance para justificar una recomendación medianamente calurosa. Alfredo Brotons Muñoz SCHUMANN: Quinteto op. 44. Cuarteto op. 47. SCHUBERT ENSEMBLE. ASV Gold 4021 (Diverdi). 2005. 59’. DDD. N PN C ompuestas en 1842, estas obras contienen los elementos clave para erigirse en prototipos del romanticismo fulgurante que embargaba al compositor en ese periodo de febril creatividad personal. Aparte de compartir la tonalidad principal (mi bemol mayor) y una plantilla instrumental semejante —en la que el piano juega un papel conductor primordial—, ambas obras enmarcan un lenguaje profundamente romántico en una sólida estructura formal de herencia clásica. Las lecturas del Schubert Ensemble, correctas en afinación y encaje, técnicamente irreprochables, resultan sin embargo insuficientes por su falta de vuelo expresivo, de riesgo en el fraseo, así como por la parquedad dinámica en la que se mueven. Abren el Op. 44 con cierta falta de ímpetu en los acordes iniciales, en los que los poco incisivos ataques de arco merman el vigor brillante del tema. El excesivo apego a la literalidad métrica — acordes en síncopas bajo el segundo tema, por ejemplo— convierten la fantasía que subyace en el pentagrama, en una rutinaria secuencia donde el chelo canta tímidamente. El motor rítmico del Scherzo les ayuda a elevar el tono general del discurso, pero sin conseguir resaltar el carácter contrastante de los temas (ese omnipresente Eusebius vs. Florestán). El Finale, unificador estructural y temático de esta obra maestra, es enfocado con mayor diversidad en ataques y articulación, si bien requiere mayor convicción, pasión y fantasía, así como un tratamiento de las transiciones mejor planificado. Idéntica corrección técnica y carencia expresiva muestran en el Op. 47, otra joya que exige emocionarse y sentir a flor de piel su arrebatador lirismo poético, como ineludible peaje para transmutar su mera ejecución en auténtico arte interpretativo. Juan García-Rico SCHÜTZ: Magnificat de Upsala y otras obras sacras. TANYA ASPELMEIER, soprano; MONIQUE ZANETTI, soprano; ROLF EHLERS, contratenor; HENNING KAISER, tenor; BENOÎT HALLER, tenor; MARKUS FLAIG, bajo. LA CHAPELLE RHÉNANE. Director: BENOÎT HALLER. K617 191 (Harmonia Mundi). 2006. 69’. DDD. N PN H einrich Schütz (15851672), definido en los comentarios de acompañamiento como el “Monteverdi alemán o protestante”, no acaba de ser tan conocido entre nosotros como sin duda merece. Como introducción, esta panorámica de los cantantes e instrumentistas franceses de La Chapelle Rhénane resulta sumamente recomendable. En primer lugar, las diez páginas seleccionadas son razonablemente representativas de los diferentes períodos por los que pasó el compositor y las versiones son de una calidez que no traiciona las premisas estilísticas, más bien al contrario. Las intervenciones individuales son sin excepción encomiables, y si en O misericordissime Jesu el compromiso expresivo de la soprano compensa con creces un timbre de brillo no extraordinario, en los dos motetes para tenor (Erbarm dich mein y O Jesu, nomen dulce) el solista encaja a las mil maravillas con los acompañamientos respectivamente procurados por los metales y la tiorba. Pero un punto aún más fuerte de la grabación son los hermosos empastes que consiguen las voces entre sí y, sobre todo, con las cuerdas y D D I SI CS O C O S S SATIE-SKALKOTTAS los pares de cornetas y sacabuches. Por supuesto, no son ajenas a tales resultados unas tomas que controlan de manera impecable la resonante acústica de la iglesia de San Martin de Hoff en Sarreburgo: ni en los conjuntos se pierde profundidad de detalle ni en los solos se produce sensación de constricción sonora. Tampoco Benoît Haller, fundador en 2001 del grupo en el que él mismo desempeña una parte de tenor y al que dirige con acertado criterio para que cada línea encuentre su oportuno acomodo. En la pieza que abre el programa, Herr, der du bist vormals genädig gewest, la sección que se inicia en 7’37’’ es modélica en ese sentido, con los instrumentos graves proveyendo un fondo a la vez firme en el apoyo y muelle al “tacto”. Para no perdérselo. (hoy día ya muy conocidas), por estas miniaturas, por estas danzas. Y por las lecturas de Sloane y la Radio de Berlín. Júbilo, eso es todo; nada menos. Santiago Martín Bermúdez SIBELIUS: Kullervo. SATU VIHAVAINEN, soprano; JUHAN UUSITALO, bajobarítono. CORO MASCULINO KYL. STAATSPHILHARMONIE RHEINLANDPFALZ. Director: ARI RASILAINEN. CPO 777 196-2 (Diverdi). 2005. 73’. SACD. N PN Kullervo. CHARLOTTE HELLEKANT, soprano; NATHAN GUNN, barítono; CORO Y ORQUESTA SINFÓNICOS DE ATLANTA. Director: ROBERT SPANO. TELARC CD-80665 (Indigo). 2006. 72’. DDD. N PN Alfredo Brotons Muñoz SHOSTAKOVICH: Moscú Cherimushki op. 105 (suite orquestal en arreglo de Andrew Cornall). Suite para orquesta de jazz nº 1. Suite para orquesta de variedades. Tahiti Trot. ORQUESTA SINFÓNICA DE LA RADIO DE BERLÍN. Director: STEVEN SLOANE. CAPRICCIO 71 096 (Gaudisc). 2004. 59’. DDD. N PN El mismo sello que ofrecía hace algo más de un año la integral sinfónica de Shostakovich, con Kitaienko al frente de la Orquesta de la Radio de Colonia, nos trae ahora el Shostakovich medio bufo, medio ligero, de las dos Suites (¿de jazz una, de variedades otra?), del arreglo de Andrew Cornall de Moscú Cherimushki (cuatro movimientos de semejantes carácter) y la trascripción de Tea for two, de Vincent Youmans, esto es Tahiti Trot, tan temprana como de 1928. También esto es Shostakovich, y a menudo es tardío, o relativamente maduro; si es que Dimitri no fue siempre maduro como creador, puesto que su estilo auténtico es el mismo desde el principio. Es, en fin, un programa para el regocijo. Exigente, pero lúdico; serio, pero jamás grave, siempre divertido; con la ligereza de las cosas bien hechas, que por eso no pesan. Steven Sloane lo pasa en grande con la Radio de Berlín, y nos lo hace pasar en grande. No es el gran Shostakovich, pero es un gran Shostakovich, por las obras Si Sibelius levantara la cabeza, seguramente la volvería a bajar del susto, pues Kullervo, una obra que le valió sus primeros éxitos, pero de la que luego abominó e incluso prohibió sus interpretaciones, lleva camino de convertirse en una de sus composiciones más populares. Y es que la extraordinaria pujanza épica que atraviesa toda la partitura y su apuesta por un estilo operístico en algunos de sus episodios, le dan una fuerza, un empuje y un color especial a este poema sinfónico para soprano, barítono y orquesta, que hace que le perdonemos fácilmente algunas de sus flaquezas, en especial su tendencia a cierta hipertrofia. Coinciden ahora en el mercado dos versiones muy diferentes entre sí, la una con cantantes y batuta del país de los mil lagos, la otra con protagonistas norteamericanos, más una soprano sueca. Y, no es por nada, pero la balanza se inclina del lado de los primeros… Sobre todo por el brío que Ari Rasilainen sabe imprimir a su Kullervo. Desde los primeros compases, despierta el interés, la curiosidad, la sensación de que algo va a pasar. La música gana en inflexiones, los detalles instrumentales se escuchan con naturalidad dentro de un flujo musical dúctil, moldeado con inteligencia al mismo tiempo que con un sentido dramático innegable. Otra ventaja, unos cantantes, tanto el coro como los dos solistas, que actúan en su idioma, que lo cantan con naturalidad y que, a partir Pekka Kuusisto DEL SIBELIUS CONCERTANTE SIBELIUS: Seis humorescas opp. 87-89. Dos serenatas op. 69. Suite op. 117. Suite El cisne blanco op. 54. TAPIOLA SINFONIETTA. PEKKA KUUSISTO, violín y director. ONDINE ODE 1074-5 (Diverdi). 2006. 64’. DDD. N PN M agnífica música la de este compacto. Aparentemente, es uno más entre los muchos que aparecen en el mercado como novedad, pero éste, desde luego, es bastante especial. Y, además, ¡qué bien interpretado está todo! Ya sabemos que el justamente célebre Concierto para violín y orquesta de Sibelius es una obra genial, pero ello no debe hacernos creer que el resto de su producción concertante para “su” instrumento es menor. Y este compacto nos convence de ello a partir de versiones ejemplares. La cosa empieza con las Seis humorescas, de 1917, ni mucho menos una obra menor; al contrario, tan ambiciosa como un gran concierto, aunque ligera —o aparentemente ligera— si nos dejamos guiar por el clima festivo y alegre que crea en contraposición al denso y muy lírico concierto de todos conocido. Imposible entender sus partes sino como integrantes de un todo, de modo que la intención unitaria es más que evidente. La interpretación abunda en los ambientes cambiantes sugeridos por el autor y el virtuosismo no plantea mayores problede ahí, pueden ir más allá y expresar los claroscuros del texto. La propuesta de Spano es más monolítica. Los tiempos son un poco más vivos, pero el discurso es también más lineal, sin las inflexiones del que nos trae Rasilainen. El barítono se las ve y se las desea, aunque Charlotte Hellekant canta con una entrega que hace palidecer a la soprano de CPO, Satu Vihavainen. El coro demuestra haber trabajado concienzudamente la partitura y la dicción finesa, pero a pesar de eso, y a pesar también de que su calidad es mayor que la del KYL, éste se muestra más comprometido, más lleno de ardor guerrero. La toma de sonido de la interpretación de Rasilainen es también superior, por lo que la opción está clara. En definitiva, una gran lectura y otra que no está nada mas a un solista que se luce como tal a la vez que guía a la orquesta. Algo anteriores son las Dos serenatas, la segunda de las cuales tiene un inicio que recuerda mucho al famoso concierto y que continúa en una línea que evoca a Tapiola, de modo que tenemos aquí al Sibelius más poético. La breve Suite op. 117 es la última obra de Sibelius que entró a formar parte de su catálogo y la última composición orquestal que dejó terminada por completo —en 1929; es decir, veintiocho años antes de morir. Composición casi ligera, un punto neoclásica y hasta lúdica, es un magnífico y felicísimo ejercicio del autor que parece demostrarse a sí mismo que todavía está en forma y que es alguien —¡y vaya si lo era! Termina el festín sonoro sibeliano con la suite sobre una música incidental compuesta para una obra teatral de Strindberg, El cisne blanco, con la orquesta tocando a la perfección sin director. Josep Pascual mal, de una obra que, a pesar de lo que dijera su creador de ella, es una maravilla. Juan Carlos Moreno SKALKOTTAS: El país y el mar de Grecia. Imágenes isleñas. La doncella y la muerte. Procesión de Aqueronte. Eco. LORENDA RAMOU, piano. BIS CD-1564 (Diverdi). 2006. 63’. DDD. N PN Lo de BIS con Nikos Skalkottas sólo puede calificarse de pasión, pues es realmente excepcional que un sello sueco, o del país 99 D D I SI CS O C O S S SKALKOTTAS-VILLA-LOBOS que sea, ataque con este ímpetu la obra de un compositor perteneciente a una tradición musical tan desconocida como la griega, siendo él mismo un grandísimo desconocido, incluso en su propio país, donde su música apenas gozó de ninguna resonancia. El que, como nuestro Roberto Gerhard, hubiera sido alumno de Schoenberg sin duda puede haber llamado la atención, pero es que BIS, con éste, lleva ya no menos de diecisiete discos consagrados a este creador. Todo un hito. Dicho sin ambages, Skalkottas es capaz de lo mejor y de lo peor. Y casi siempre sin término medio. Su incontinencia creadora y que muchas de sus obras fueras puramente alimenticias hacen que su catálogo sea muy desigual, además de muy disperso, pues muchas partituras existen en versiones diferentes. Dicho lo cual, hay que reconocer que estos ballets para piano no están nada mal… Nos encontramos aquí con un Skalkottas tonal, muy enraizado en el folclore heleno, alejado del especulador que tanto irrita en otras obras o del músico dado a inacabables digresiones. Por el contrario, todo está perfectamente mesurado y llevado con aliento, brío y también con un lirismo muy atractivo. Lorenda Ramou acaba de poner el resto, con una interpretación entusiasta, contrastada y colorista. Buen sonido y, como siempre, notas muy completas e interesantes. Juan Carlos Moreno STRAVINSKI: Tres coros sacros rusos. Misa. Cantata. Babel. Sinfonía de los Salmos. THE GREGG SMITH SINGERS. SIMON JOLY CHORALE. ORCHESTRA OF ST. LUKE’S. MARY ANN HART, mezzo; THOMAS BOGDAN, tenor; FRED SHERRY, violonchelo; STEPHEN TAYLOR, oboe; MELANIE FIELD, corno inglés y oboe; MICHAEL PARLOFF Y BART FELLER, flautas; DAVID WILSON-JOHNSON, narrador. ORQUESTA PHILHARMONIA. Director: ROBERT CRAFT. NAXOS 8.557504 (Ferysa). 1992, 1995, 2001- 2002. 73’. DDD. R PE Ya lo sabe el 100 lector: los Stravinski de Craft para Music Masters y para Koch los reedita ahora Naxos, y gracias a eso los primeros dejarán de ser referencias marginales poco menos que inencontrables en casi toda Europa, y los segundos tendrán una más amplia difusión. Todo ello, al margen de otras consideraciones. El caso es que el espléndido director amigo de Stravinski hasta su muerte tiene mucho que decir sobre la obra de éste, y que esos fonogramas reaparecen ahora “con honores de estreno” y distribución generosa. Este CD contiene obras especialmente bellas, como la Cantata, de 1952, obra poco grabada, pero con unas cuantas referencias insuperables, como la de Colin Davis para Decca, y la del propio Stravinski para CBS; aquí sobresalen momentos espléndidos como Tomorrow shall be (tenor solo) y Westron Wind (mezzo y tenor), mágicos por momentos. Grandes piezas anteriores, como la Sinfonía de los Salmos o la Misa, refuerzan este CD vocal, que tiene dos obras breves a modo de propinas, Babel y los Coros sacros rusos. En la Misa consigue Craft un clima más viejo, más “ars nova”. Pero todo el programa, que proviene de fechas y tomas muy distintas, es un regalo para el aficionado. Por calidad, por nivel, por precio. Santiago Martín Bermúdez SWEELINCK: Salmos de Ginebra, obras para órgano. MASAAKI SUZUKI, órgano. BIS CD-1614 (Diverdi). 2005. 69’. DDD. N PN E ste disco contiene una serie de obras de Jan Pieterszoon Sweelinck grabadas en un órgano terminado de construir en 2002 en Kobe, acorde a los modelos de órganos alemanes del siglo XVII. El constructor del instrumento es Marc Garnier, a su vez productor y responsable sonoro de la presente grabación. Kobe es la ciudad natal de Masaaki Suzuki y, según parece, existe allí una amplia comunidad de fieles de la Iglesia Reformada calvinista, cuyo principal repertorio de música litúrgica es el Salterio de Ginebra, una recopilación versificada de 150 salmos realizada por Calvino y sus colaboradores en 1562, recientemente traducidos en su integridad al japonés para ser cantados por dicha comunidad durante los oficios. Sorprendente, ¿verdad? La fructífera colaboración de Suzuki con la editora BIS, que tiene su principal muestra en la integral de las Cantatas de Bach, puede ser la explicación de esta grabación de Kobe, que aunque recoge distintos tipos de obras de Sweelinck, lleva el título de Salmos de Ginebra. El compositor y organista holandés (1562-1621), discípulo de Gabrieli y Zarlino, tuvo que sufrir en su época la intransigencia de la calvinista iglesia reformada holandesa con la utilización de cualquier tipo de música instrumental en los oficios litúrgicos, que en un de sínodo celebrado en 1578 llegó a sugerir la conveniencia de desmontar los órganos de las iglesias, lo que afortunadamente se redujo a permitir su utilización exclusivamente antes de comenzar y después de finalizar los oficios, con un fin exclusivamente religioso. En cualquier caso, el arte de Sweelinck pudo vencer lentamente estas dificultades y convertirse en el gran iniciador de la música del período barroco para este instrumento, dado que tuvo una gran cantidad de discípulos, que expandieron sus enseñanzas por Alemania del Norte. Un disco interesante que permite conocer los primeros ejemplos de formas musicales que serían desarrolladas posteriormente por Buxtehude y J. S. Bach, por citar solamente los ejemplos más notables. José Luis Fernández TAKEMITSU: Réquiem para cuerdas. November Steps. Far Calls. Coming, far! Visiones para orquesta. Gémeaux. Dream/Window. Spirit Garden. KINSHI TSURUTA, biwa; KATSUYA YOKOYAMA, shakuhachi; YUZUKO HORIGOME, violín; MASASHI HOMMA, oboe; CHRISTIAN LINDBERG, trombón. ORQUESTA SINFÓNICA METROPOLITANA DE TOKIO. Directores: HIROSHI WAKASUGI Y RYUSUKE NUMAJIRI. 2 CD BRILLIANT 8188 (Cat Music). 1991. 117’. DDD. R PE E n estos dos compactos encontramos algunas de las obras orquestales más significativas de Takemitsu, empezando por su famoso Réquiem para cuerdas, de 1957. Esta obra llamó la atención de Stravinski acerca del compositor japonés, lo cual supuso que Takemitsu empezara a ser conocido en todo el mundo. Todavía hoy, es una composición que no deja indiferente y capta la atención de inmediato cuando nunca se ha escuchado antes. La interpretación que aquí se nos ofrece es estupenda, a cargo de músicos japoneses como casi todos los que participan en este par de discos. Des- pués, vienen dos obras concertantes mayores: la primera, November Steps, para biwa, shakuhachi y orquesta; y la segunda, Far Calls. Coming, far!, para violín y orquesta. Una y otra son magníficos ejemplos del punto de encuentro entre vanguardia y tradición que caracteriza el originalísimo lenguaje de Takemitsu —y vanguardia y tradición, entiéndanse en un sentido amplio. Con las genuinas sonoridades mágicas de Takemitsu, esa música a veces contemplativa y a veces agitada, su poder de seducción sólo puede parangonarse con su interés y su alto vuelo poético y expresivo. Los vínculos con Messiaen resultan a menudo tan evidentes como sorprendentes por situarse la música del japonés y la del francés en ámbitos distintos y por abordarse su creación desde perspectivas y desde premisas igualmente distintas. Más música concertante y más música puramente orquestal, y en algún momento con alguna participación de lujo —como la de Christian Lindberg en Gémeaux— que termina por convencernos ya por completo del altísimo interés de estos dos compactos que contienen dos horas de gran música debida a uno de los auténticos clásicos de nuestro tiempo. Versiones impecables. Josep Pascual VERDI: La traviata. ANJA HARTEROS (Violetta), PIOTR BECZALA (Alfredo), PAOLO GAVANELLI (Germont). ÓPERA ESTATAL DE BAVIERA. Director: ZUBIN MEHTA. 2 CD FARAO S108070 (Gaudisc). 2006. 121’. DDD. N PN Notable versión de la popular obra verdiana. La Harteros, cuyo debut discográfico tuvo lugar a través de un interesante disco dedicado a Mozart y Haydn, se pasa a un terreno tan resbaladizo para una soprano como es esta complicada Violetta verdiana. Sale airosa del desafío. La cantante alemana de origen griego presenta unos medios quizás más ligeros, algo distintos a los que se escuchan habitualmente en tan querible personaje, más por anchura que en la extensión, pero convenientemente homogéneos y capaces para poder afrontar sus diversas y complicadas exigencias, desde la coloratura del primer acto al dramatismo del D D I SI CS O C O S S SKALKOTTAS-VILLA-LOBOS Trío Arbós FORMAS CON EXPRESIÓN TORRES: Trío. Memento. Glosa. Presencias. Chacona. Variaciones para violonchelo y piano. Decem. TRÍO ARBÓS. AUTOR SA 01294. 2006. 69’. DDD. N PN Seis obras escritas entre 2001 y 2006, fruto de un compositor que ocupa ya una posición de privilegio en nuestro panorama musical. Sobre todo porque Jesús Torres (1965) es un maestro que sobre todo despierta el interés por la capacidad expresiva de su música. En ella, el pasado y el presente se dan la mano, las formas barrocas con el serialismo, apuntes melódicos con clusters, pero de una forma que sorprende por su carácter “necesario”, por la sinceridad que parece desprenderse de su mensaje. Además, no es sólo expresiva, es también bella y exultante, tanto para los intérpretes como para los oyentes. Obras como el Trío (2001), construido a partir de breves células melódicas y rítmicas, que le dan un aire obsesivo y dramático, o la Cha- cona para violín solo (2004), en la que se atisba la alusión bachiana, dan cuenta del talento de este creador. Los integrantes del Trío Arbós, primeros intérpretes de algunas de estas piezas, saben lo que se tienen entre manos, e interpretan esta música no sólo mostrando su virtuosismo puramente instrumental, sino también, y eso es lo más importante, su lado más poético y expresivo. Y lo hacen con convicción, entrega y pasión. Un disco extraordinario, que todo meló- mano interesado por la creación actual debería conocer. Juan Carlos Moreno Dimitri Mitropoulos UNA FELIZ RECUPERACIÓN VERDI: La forza del ésta poco importa que la obra sea un tremendo operón que desde luego no es del mejor Verdi, aunque los personajes, un tanto en blanco y negro, espontáneos y algo simples, estén tocados por el especial magisterio vocal de su autor. Esta representación del 23 de septiembre de 1960 fue la última dirección operística de Mitropoulos (fallecido en Milán cuarenta días después de esta velada ensayando la Tercera de Mahler con la Orquesta de La Scala), de un fuego, intensidad lírica y fuerza dramática imponentes: ya desde una obertura realmente impactante (tocada después del acto primero siguiendo una tradición inaugurada en el Met), se pone de manifiesto el nervio, poder de contraste e intensa expresividad de la batuta, que hace que el teatro casi se venga abajo de entusiasmo. Acompaña cuidadosamente a los cantantes, aunque jamás frena su discurso fogoso e impulsivo. El reparto vocal cuenta con una hoy olvidada Antonietta Stella de bello y expresivo timbre que recuerda en muchos momentos al de Renata Tebaldi; un di Stefano cálido y entregado (magnífico en Oh, tu che in seno agli angeli), que sin el insolente poderío segundo y al lirismo desgarrado del tercero con los importantes momentos recitados. Aunque la Harteros no acierte demasiado en la complicada (de matiz) lectura de la carta el resultado global es interesante, ya que la heroína aparece enteramente comprendida y expresada por la cantante con eficaz sobriedad en un retrato, al completo, positivo. En concreto sus mejores momentos, tras un inicial y plausible Ah forse lui y un mesurado Alfredo, di questo core, se concentran precisamente al final, con un certero Addio del passato y un convincente remate de la obra, incluyendo el segundo dúo con el tenor que ahora y aquí parece animarse un poco. Éste, Beczala, es un lírico que por colorido y entusiasmo, además del físico (tiene en vídeo otra Traviata con Eva Mei desde Zúrich, en cuya compañía milita), conviene perfectamente por todo ello a Alfredo, aunque podría vigilar un poco más la matización del canto y por ende del personaje. Excelente el Germont de Gavanelli, con frases llenas de intención y canto cuidadoso y preciso. Mehta da muestras de su veteranía y sensibilidad como era previsible (modélica la hondísima lectura del preludio del destino. ANTONIETA STELLA (Leonora), GIUSEPPE DI STEFANO (Don Álvaro), ETTORE BASTIANINI (Don Carlo), GIULIETTA SIMIONATO (Preziosilla), WALTER KREPPEL (Padre Guardiano). CORO Y ORQUESTA DE LA ÓPERA ESTATAL DE VIENA. Director: DIMITRI MITROPOULOS. 2 CD ORFEO 681 0621 (Diverdi). 1960. 151’. ADD. H PM Cuando llegan versiones como vocal de un del Monaco borda un papel que no frecuentó en demasía; un Bastianini extraordinario de suntuosa voz, posiblemente la intervención indiscutible de esa tarde; una Simionato de lujo para un personaje secundario; un Kreppel suficiente como Padre Guardiano, aunque sin la nobleza e idioma de un Siepi, y, en fin, un plantel de buenos cantantes de la Ópera de Viena para el resto, que a pesar de su discutible dicción acto III), al frente de una orquesta y un coro muy por encima de la media teatral. Fernando Fraga VILLA-LOBOS: Bachianas brasileiras nºs 7- 9. CORO Y ORQUESTA SINFÓNICOS DE SÃO PAULO. Director: ROBERTO MINCZUK. BIS CD-1400 (Diverdi). 2003. 68’. DDD. N PN Bach y el folclore brasileño son los dos polos que arropan, ya desde su mismo título, las Bachianas brasileiras de Heitor Villa-Lobos, nueve obras com- italiana salen airosos del empeño. La grabación de la ORF en stereo mejora sensiblemente otras publicaciones piratas de esta versión (recuerdo una en Melodram claramente inferior). En fin, aunque la otra versión conocida de Mitropoulos de esta ópera tomada en el Maggio Musicale Fiorentino (Foyer, 1953) tenga un reparto vocal mejor, exceptuado Bastianini, ésta que se comenta se lleva la palma por el equilibrio general conseguido y por la mejor calidad técnica de la grabación (proveniente de una minuciosa restauración de la banda original conservada en los archivos de la Staatsoper). Un gran acontecimiento verdiano felizmente recuperado que recomendamos a todos sin ninguna reserva. Enrique Pérez Adrián puestas entre 1930 y 1945 para distintas formaciones instrumentales, la más conocida de las cuales es la quinta, para voz y ocho violonchelos. Aquí se nos ofrecen las tres últimas, las orquestales Séptima (1942) y Octava (1944), y la Novena (1945), ésta en su doble versión, para cuerdas o para coro a cappella. Villa-Lobos consideraba a Bach como “una fuente folclórica universal, rica e intensa como lo son los materiales musicales 101 D D I SI CS O C O S S VILLA-LOBOS-RECITALES que emanan directamente del pueblo”. Bien, sin duda se trata de una afirmación sui generis, pero que expresa una admiración incondicional hacia el arte del kantor de Leipzig. Y esa admiración, en el plano musical, se plasma en las Bachianas nºs 7 y 8 en sus movimientos extremos, marcados por una expresión grave y por el predominio del contrapunto. Incluso hay momentos en los que nos parece escuchar la orquestación de un original de Bach… Los dos movimientos intermedios, en cambio, son de carácter más brasileño, según los ritmos de danzas populares del país, adaptadas a formas barrocas como la giga o la tocata. En dos únicos tiempos, la Bachiana nº 9 resulta fascinante por su inventiva sonora, sobre todo en su versión para “orquesta de voces”, tratadas de una forma completamente instrumental. Roberto Minczuk ataca con mesura estas composiciones. Aunque muy brillantes en determinados pasajes, la batuta prefiere mostrar aquellos aspectos más formales y poéticos, incidiendo más en lo “bachiano” que en lo “brasileiro”. El resultado es una lectura honesta, atractiva y sugerente, que nos trae a un Villa-Lobos menos pintoresco, pero más músico. Juan Carlos Moreno VIVALDI: Sonatas de Graz y Cantatas. MHAIRI LAWSON, soprano; ADRIAN CHANDLER, violín. LA SERENISSIMA. Director: ADRIAN CHANDLER. LINN CKD 281. 2006. 76’. SACD. N PN 102 El sonido de A d r i a n Chandler desagradará de entrada a quienes gusten de un Vivaldi al menos tirando a robusto, pero la delgadez aquí hallada debe sin duda de haber sido buscada por los intérpretes, los técnicos de sonidos o todos a la vez, pues caracteriza también al violonchelo anónimo que en la Sonata RV 83 abandona su puesto en el continuo para convertirse en coprotagonista. Por lo demás, lo que en todas las piezas que componen el programa de este disco resulta indiscutible es la musicalidad con que se trata un Vivaldi bastante alejado de los extremos de tempestad y bochorno a que se entrega en sus obras más populares. Las máximas expresiones de dramatismo se oyen en las tres cantatas Enrico Gatti VIVALDI SINUOSO Y ELEGANTE VIVALDI: Sonatas para violín y continuo op. 2, nºs 15, 7 y 9. ENRICO GATTI, violín. ENSEMBLE AURORA. GLOSSA GCD 921202 (Diverdi). 2005. 72’. DDD. N PN Frente a la popularidad extraordinaria de sus conciertos y de su música vocal (tanto religiosa como teatral), las sonatas tempranas de Vivaldi no parecen despertar el mismo entusiasmo entre intérpretes y aficionados. En este disco van siete buenas razones para cambiar de parecer. Las doce sonatas de la Op. 2 habían sido publicadas en Venecia en 1709 y sólo dos años después fueron reeditadas por Roger en Ámsterdam. Como bien cuenta Enrico Gatti en sus espléndidas notas al CD, la colección nace con el extraordinario peso de la influencia de Corelli encima, pero muestra su propia perso- nalidad, que apunta inequívocamente hacia el futuro. A partir del sonido brillante, aéreo, luminoso de su violín, Gatti construye unas sonatas elegantísimas, de líneas sinuosas y contrastes sutiles entre unos movimientos lentos tiernos, melancólicos, ornamentados con exquisito gusto (escúchense los preludios en general, pero sobre todo los prodigiosos de las Sonatas III y IX), y unos rápidos vigorosamente articulados, de líneas claras y vivaces, pero nunca atropelladas. El acompañamiento (Gaetano Nasillo, violonchelo; Monica Pustilnik, archilaúd y Guido Morini, clave) es soberbio por la forma de respirar con el solista, por el perfecto equilibrio y la sensualidad de la mezcla tímbrica. En las notas, Gatti arremete contra la visión de un Vivaldi demasiado seco y rectilíneo, exagerado en dinámicas, tempi y ataques, idea con la que puedo estar de acuerdo, pero que llega, desde mi punto de vista, algo tarde, pues hace años que esa opción interpretativa está bastante pasada de moda. Hoy la flexibilidad y la naturalidad del fraseo que hallamos en su aproximación a esta música son mucho más habituales de lo que él parece creer. Extraordinario disco, en cualquier modo. Pablo J. Vayón Simone Kermes y Andrea Marcon VITALIDAD EN COLORES VIVALDI: Amor Sacro. In furore iustissimæ iræ RV 626. Nulla in mundo pax sincera RV 630. In turbato mare irato RV 627. Sum in medio tempestatum RV 632. SIMONE KERMES, soprano. ORQUESTA BARROCA DE VENECIA. Director: ANDREA MARCON. ARCHIV 00289 477 5980 (Universal). 2004. 67’. DDD. N PN S iguiendo quizá la pauta del cuadro de Tiziano (Amor sacro y amor profano) aunque no hay mención alguna a él en el folleto, Archiv nos presenta un disco con cuatro motetes sacros de Vivaldi, titulado precisamente Amor sacro. A este, según parece, seguirá otro disco (Amor profano) con arias operísticas del músico veneciano. La hermosísima, colorista y vital música de estos cuatro motetes de Vivaldi está aquí servida de forma magnífica por la soprano alemana Simone Kermes y el conjunto veneciano que dirige Andrea Marcon. La Kermes, como anteriormente hiciera en la Rodelinda haendeliana o en la Andromeda liberata del propio Vivaldi, luce su exquisita coloratura e inverosímil agilidad, pero también su exquisita capacidad de matiz (Tunc meus fletus). Su voz es grande y su interpretación vibrante, enérgica y, con el estupendo soporte de Marcon y sus músicos, muy ricamente contrastada. Claro es que la discografía conoce alguna que otra incursión formidable en el campo, que merece, al menos, tantos elogios como la que se comenta, si no más. Tal es el caso, por ejemplo, del pasmoso In furore protagonizado por Sandrine Piau junto a Ottavio Dantone (Naïve). En todo caso, la presente recopilación no tiene, como tal, paralelo en la discografía, y la interpretación es en todo caso magnífica. La Kermes no sólo luce un virtuosismo extraordinario, sino una envidiable capacidad de matiz y colorido. Cierto que en algún momento (Alleluia de Nulla in mundo pax sincera) la precisión última de su ento- nación en las agilidades quizá no es tan absolutamente limpia como la de Piau o la de la también estupenda Anke Herrmann (en la obra citada, con De Marchi, Naïve). Pero en todo caso hay que ponerse ya muy quisquilloso para encontrarle objeciones a esta vibrante y arrebatada interpretación vivaldiana, que hará sin duda las delicias de los aficionados a la música del cura pelirrojo. Muy recomendable, aunque no conviene olvidar los discos de las artistas citadas, que son también magníficos. Rafael Ortega Basagoiti D D I SI CS O C O S S VILLA-LOBOS-RECITALES en que Fileno suspira por el amor de una Elvira que sólo en el último momento da su brazo a torcer. Forman un miniciclo dentro de un conjunto mayor alumbrado en Mantua en la segunda década del siglo XVIII, pero todavía en proceso de recupera- ción: la de Tremori al braccio data de 1699. Las ofrece la voz de Mhairi Lawson, tampoco precisamente grande pero sí muy grata por la frescura de su color y la exquisitez de su fraseo. Dos de las piezas puramente instrumentales que alternan con las vocales son aquellas de las cinco compuestas en Graz hacia 1726 cuya parte de bajo no se ha encontrado y Chandler se ha atrevido a reconstruir, por cierto que con encomiable verosimilitud. La tercera constituye el único ejemplo conocido de sonata vivaldiana para violín y violonchelo. Oferta, pues, de rarezas delicadas y delicadamente servidas que no debe pasar inadvertida, porque no dejará indiferente a ningún vivaldiano. Alfredo Brotons Muñoz Joseph Keilberth A LA ALTURA DE LA OBRA WAGNER: El ocaso de los dioses. ASTRID VARNAY (Brünnhilde), WOLFGANG WINDGASSEN (Siegfried), HERMANN UHDE (Gunther), GRÉ BROUWENSTIJN (Gutrune), GUSTAV NEIDLINGER (Alberich), JOSEF GREINDL (Hagen), MARIA VON ILOSVAY (Waltraute). CORO Y ORQUESTA DEL FESTIVAL DE BAYREUTH. Director: JOSEPH KEILBERTH. 4 CD TESTAMENT SBT4 1393 (Diverdi). 1955. 250’. ADD. N PM Magnífico resultado el de este Ocaso con el eficiente Keilberth dándonos su acertada visión general con sólida construcción e incluso con refinados detalles de orquesta propios de directores considerados acertadamente más inspirados y profundos que él (Furtwängler, Knappertsbusch, Walter, Clemens Krauss o cualquiera de los wagnerianos de primera fila); escuchen por ejemplo el interludio orquestal del primer acto o la Marcha fúnebre del tercero, por no hablar de la escena de Brunilda y Waltraute, o la fantasmal entre Alberich y Hagen al comienzo del acto segundo, con un tenebroso y matizado preludio. El acompañamiento a los cantantes es extraordinario, y como ya se ha dicho en alguna reseña pasada, a Keilberth le interesaba la voz y hacía de su dirección un motivo de comodidad y alegría para los cantantes (así lo cuenta también la Varnay en su autobiografía [Fifty-Five Years in Five Acts. Northeastern University Press, 2000]), sin el menor síntoma de cansancio o confusión en ninguna de las voces que aquí aparecen. Al principio, en la escena del prólogo con las tres Nornas, da la impresión de que la batuta no acaba de encontrar el misterio y el idioma para plasmar el fatum inexorable que preside la narración, pero desde el amanecer y dúo de Brunilda y Sigfrido las cosas cambian y la representación logra un excelente nivel con un bello sonido orquestal (Keilberth era un espléndido preparador de orquestas) y una progresiva intensidad dramática de la mejor ley. Sin embargo, esta edición tiene algún patinazo menor ya puesto en evidencia por nuestros colegas del Boletín de Diverdi y que Testament, al menos por ahora, no se ha dignado aclarar: la segunda escena del tercer acto pertenece a otro ciclo también de 1955 y asimismo dirigido por Keilberth pero con Hans Hotter como Gunther, voz inconfundible que cual- quier oyente familiarizado puede adivinar en su intervención. Las causas de este error todavía no se saben, pero como decíamos, un fallo (seguramente un arreglillo más bien por parte de Decca o Testament) que no afecta en nada al transcurrir general de la narración dramática ni al estilo de la misma. Los cantantes-actores rayan en lo excepcional y quizá alcancen aquí su plenitud técnica y expresiva en este año de gracia de 1955, todos actúan con una aparente espontaneidad, un sentido de la tragedia y un apasionamiento como pocas veces se ha visto, a no ser que se recurra a las tantas veces citadas versiones de Knappertsbusch en los años 1956, 57 y 58, aunque en aquéllas había a veces ciertos desa- cerca del pop o del new-age más exquisito que de lo que entendemos por “clásico” y con acercamientos más o menos “auténticos” y en algún caso bastante pintorescos a la llamada worldmusic, globalmente puede llegar a resultar convincente. Bonito es, desde luego, pero no añade mayor gloria a la soprano ni debe ser de lo más original de Jenkins —o sí, será cuestión de conocer mejor la música de este hombre— y hay alguna cosilla que es mejor pasar por alto como el indescriptible Allegrettango basado en el movimiento lento de la Sinfonía nº 7 de Beethoven que resulta realmente grotesco. Entre lo mejor están las deliciosas melodías de Guastavino en imaginativos arreglos de Jenkins. Quizá este disco no se dirige al público habitual de esta revista y sí a los habituales de la música de consumo con un punto de sofisticación, o a los aficionados al crossover. Tiene su gracia para escuchar al menos una vez, pero no mucho más, excepción hecha, como ya hemos dicho, de la música de Guastavino a pesar de justes e inseguridades en el aspecto vocal que aquí están, si no total, sí parcialmente ausentes, es decir, que posiblemente Keilberth mimase más a los cantantes que su soberano colega y éstos se sintiesen más cómodos con él. Nada que añadir pues a los arquetipos formados por Varnay, Windgassen, Uhde, Greindl o Neidlinger, servidos aquí además en unas condiciones técnicas insuperables, lo mismo que la claridad orquestal o el equilibrio conseguido entre foso y escena. Todo responde, y además con creces, a la leyenda imaginada. Deryck Cooke, recordemos, decía que el Anillo era el mayor exponente, la obra cumbre de nuestra cultura occidental. Pues bien, aquí tienen esta versión servida a su altura independientemente de que otros hayan profundizado más o hayan conseguido matices más refinados en la orquesta que el Kapellmeister Keilberth. Este Ocaso es un soberbio colofón de un Anillo que podemos situar sin lugar a dudas al lado de los más grandes. Imprescindible para wagnerianos y conocedores. Enrique Pérez Adrián RECITALES KIRI TE KANAWA. Soprano. Kiri sings Karl. Songs of Mistery & Enchantment. Obras de Jenkins, Ramírez, Fauré, Ginastera y Guastavino. Arreglos de Jenkins. JODY JENKINS, percusión; PAMELA THORBY, flauta; MARTIN TAYLOR Y CLEM CLEMPSON, guitarra; SEUNG-WOOK SEONG, barítono. CORO ADIEMUS. ORQUESTA SINFÓNICA DE LONDRES. Director: KARL JENKINS. EMI 3 53257 2. 2006. 61’. DDD. N PN Poético —y un punto decepcionante— recital de la gran Kiri con música original de Jenkins y con arreglos orquestales de éste de obras de otros autores. Quizá más que los arreglos que de ésta hace Jenkins, por muy atractivos que sean —que lo son— se presten a discusión. Josep Pascual LAURENT KORCIA. Violinista. Doubles jeux. Obras de Reinhardt, Grapelli, Portal, Ravel, Debussy, Wieniawski, Korcia, Bartók, Klein, Legrand, Massenet y Denza. FLORIN NICULESCU, NEMANJA RADULOVIC, violines; MICHAEL WENDEBERG, piano; MICHEL PORTAL, bandoneón, TATIANA 103 D D I SI CS O C O S S RECITALES-VARIOS VASILIEVA, violonchelo; CHRISTOPHE LARTILLEUX, guitarra; JEAN-PHILIPPE VIRET Y PIERRE BOUSSAGUET, contrabajos; JEAN-LOUIS AUBERT, voz. NAÏVE V 5066 (Diverdi). 2006. 57’. DDD. N PN E ste heterogéneo y estilísticamente variadísimo programa nos permite apreciar una vez más el talento del violinista Laurent Korcia. Las versiones “clásicas” cargan las tintas jazzísticas comprensiblemente —y como era de esperar— en piezas como el Blues de Ravel y en algunos momentos de la Sonata de Debussy, aunque tambiénb hay lugar para la ejecución “tradicional” al abordar obras de Wieniawski y Bartók, si bien la vitalidad y las muchas licencias — que resultan fresquísimas— pueden evocar en nosotros a Kennedy por poner un ejemplo conocido que puede ayudar al hipotético lector de estas líneas a saber por dónde anda la cosa. La voz de Jean-Louis Aubert en sendas piezas de Massenet y Denza no es lo mejor del disco, desde luego, pero no molesta y parece estar de acuerdo con la idea intimista del programa. Ahora bien, los intérpretes instrumentales ya son otra cosa, empezando, por supuesto, por Korcia. Todos son estupendos y nos transmiten su entusiasmo por hacer música más allá de etiquetas. Así pues, no es exagerado decir que el disco es, de principio a fin, una auténtica gozada. Una agradabilísima sorpresa con muchos momentos que podríamos considerar álgidos ya desde el principio con uno de esos standards jazzísticos por los que no pasa el tiempo: el Minor Swing de Reinhardt y Grapelli. Josep Pascual ELISABETH SCHWARZKOPF. Soprano. Canciones y arias de ópera. Obras de Schubert, Schumann, Brahms, Beethoven, Wagner y otros. Con diversas orquestas, directores y pianistas. 5 CD EMI 3 80273 2. 2006. 390’. ADD. R PE Un 104 cumplido panorama de la carrera ricamente, documentada por el disco, de la soprano alemana, entrega la EMI Laurence Equilbey RECREACIONES CORO ACCENTUS. Transcripciones 2. Obras de Vivaldi, Schubert, Prokofiev, Mahler, Wagner, Bach, Debussy, Ravel y Scriabin. Transcripciones de Krawczyk, Gottwald, Cornelius, Pesson y Machuel. BRIGITTE ENGERER, piano; SOLANGE AÑORGA, soprano. LES MONTS DU REUIL. Directora: LAURENCE EQUILBEY. NAÏVE V 5048 (Diverdi). 2006. 62’. DDD. N PN Seis años después del primer volumen de transcripciones corales de Accentus nos llega el segundo, tan interesante y serio como el primero. Y como aquél, nada de espectacularidad en el sentido más visceral. Aquí el espectáculo es el gran nivel del trabajo de todos los implicados: los transcriptores, la directora y, por supuesto, este coro que a estas alturas ya cabe considerar como uno de los mejores de la actualidad. Hay solos vocales y participaciones instrumentales puntuales, pero el protagonismo recae en el coro, que responde, como siempre, a la perfección. El programa empieza con los tres movimientos del invierno vivaldiano en una transcripción bellísima que no aspira a imitar la música coral de Vivaldi pero tampoco a desvirtuar la esencia del original. En este sentido, esta primera pieza da la clave de lo que vendrá después: transcripciones creativas, verdaderas composiciones a partir de un material de otro autor pero sin romper con él ni con su tiempo de un modo radical. Después, una de las más hermosas melodías de Schubert, la del lied Litanei auf das Fest Allerseelen D. 343, abunda en esa belleza esencial y contemplativa en que la transcripción vivaldiana nos había sumergido; y así hasta el final, con dos pequeñas joyas ravelianas procedentes de Ma mère l’oye. En medio, mucho y variado, y todo exquisito y un punto sobrio en su magnificencia. Un disco para escuchar una y otra vez. Josep Pascual David Oistrakh EL REY DAVID OISTRAKH. Violinista. Archivos Históricos de Rusia. Obras de Mozart, Rachmaninov, Martinu, Hindemith, Brahms, Schumann y otros. SVIATOSLAV RICHTER, LEV OBORIN, ALEXANDER GOLDENWEISSER, VLADIMIR YAMPOLSKI, FRIDA BAUER, piano. 10 CD BRILLIANT 8402 (Cat Music). 1947-1973. 724’. ADD. R PE En línea con lo que viene ofreciendo procedente “del frente ruso”, Brilliant nos trae otro álbum imprescindible: diez discos de Oistrakh haciendo un variado repertorio camerístico, por un precio total que no llega a los ¡treinta euros!, o lo que es lo mismo, apenas tres euros por disco. Es cierto que no todo el repertorio tiene el mismo interés, y que uno dejaría pasar tranquilamente las páginas de Pancho Vladigerov o Alexander Zarzicki, por ejemplo, y a cambio hubiera preferido más Brahms, Schubert, Beethoven o alguna obra de Shostakovich (una sorprendente ausencia en el álbum). A cambio, tenemos una perspectiva del repertorio violinístico desde el barroco (Leclair, Bach, etc.) hasta el siglo XX. Este álbum, a este precio, es casi un regalo, y el contenido justifica sobradamente la pequeña inversión. Sólo después de escuchar la Sonata nº 3 de Brahms (con Richter), la de Janácek (qué desgarradora intensidad la de esta obra en manos del Rey de los violinistas), la Sonata nº 1 para violín solo de Bach (qué lástima que no tengamos las Partitas y Sonatas íntegras grabadas por este descomunal artista), la tremenda Sonata nº 3 de Ysaÿe, el apabullante monográfico Prokofiev o el impresionante monográfico Beethoven (qué maravilla el Adagio molto expresivo de la Op. 30, nº 1), ya tiene uno la sensación de que los euros están más que bien pagados. Estamos, una vez más, ante grabaciones de un artista cuyo dominio técnico y musical es de tal categoría que todas sus interpretaciones aparecen impregnadas de un difícilmente discutible halo de autoridad. En este caso, además, con el valor añadido de la espontaneidad del vivo, dado que todas las grabaciones están realizadas en directo. Por supuesto, unas cosas deslumbran más que otras (¿se puede hacer un Prokofiev más desgarrado?) pero todo es de un nivel que va de lo sobresaliente para arriba, incluso cuando (repertorio barroco) se le puede discutir más la adecuación estilística. La calidad técnica de las grabaciones es notable habida cuenta su procedencia, aunque también es cierto que algunas fechas citadas podrían ser dudosas (así las de las Sonatas de Prokofiev). Pero por si no les ha quedado suficientemente claro a estas alturas lo repetiré una vez más: esto es, como el anterior de este artista, una verdadera joya, así que mejor no lo dejen pasar. Rafael Ortega Basagoitii D D I SI CS O C O S S RECITALES-VARIOS remasterizando los materiales archivados en los mejores años de Schwarzkopf, las décadas de 1950-1960. Canción, ópera, opereta y liturgia/oratorio proponen un menú donde puede juzgarse, por enésima vez, a la artista, hábil hasta el virtuosismo en gobernar un instrumento, si no privilegiado, sí personalísimo: una soprano lírica con un centro persuasivo de timbre y enjuto de tesitura, con un control eximio del volumen y una astucia notable para redondear los extremos del registro, no exactamente generosos, y valorizar sonidos velados en favor de la expresión intencionada e íntima. El Lied es el campo donde la intérprete circula a sus anchas, Strauss encuentra en ella a la que es, quizá, su máxima traductora. Le siguen Wolf y Mahler, es decir que estamos bien en el romanticismo tardío con todos sus vericuetos de manera y matiz decadentista. Le siguen los grandes nombres: Schubert, Schumann, Brahms, Beethoven y Wagner, estos dos con una pieza cada uno. Las virguerías de una miniaturista suprema se aquilatan en infrecuentes ciclos de Wolf-Ferrari y Gieseking. No faltan arreglos y nombres poco trajinados, como Arne, Gund, Weatherly y Quilter. Tampoco sobran Chaikovski, Martini, Hahn y Debussy, cada uno con su título. La soprano se expide siempre con taraceada dicción: alemán, inglés, francés, italiano. En opereta (Strauss, Lehár) lleva el agua a su molino, como también lo hace en Bach, a veces acompañada por la inmensa Kathleen Ferrier. En ópera, la selección incluye los dos grandes amores de Elisabeth: Richard Strauss (la Mariscala, Ariadna, la Condesa de Capriccio) y Mozart (Fiordiligi, la Condesa de las Bodas, Doña Elvira), captadas en las mejores tomas de su carrera discográfica. Volviendo a la orfebrería, a dúo con Elisabeth Grümmer en Hansel y Gretel de Humperdinck. Correcta, aunque en tierra evidentemente extraña, se la percibe en Puccini y Verdi (éste con su Réquiem). La lista de directores y pianistas sería fatigosa de completar. Quede apuntada la perfecta correspondencia entre ella y Karajan (especialmente en Richard Strauss, con las Cuatro últimas canciones) y la descontada maestría al teclado de Gerald Moore, Walter Gieseking y Geoffrey Parsons. Blas Matamoro VARIOS Cuarteto Casals CERCA DE LA PERFECCIÓN INFLUENCIAS. Ravel: Cuarteto de cuerda. Toldrà: Vistes al mar. Turina: Oración del torero. CUARTETO CASALS. HARMONIA MUNDI HMI 987072. 2006. 55’. DDD. N PN E l repertorio poético y lírico que conforma este hermoso disco permite al oyente apreciar influencias, evocaciones y homenajes entre tres compositores que tienen bastante en común. La idea de confeccionar un programa de este tipo no es nueva aunque de entrada pueda parecer que se trata de autores cuyos nombres uno no relacionaría de inmediato entre sí. La luminosidad mediteránea, un cierto impresionismo en las armonías que no puede esconder una tendencia neoclásica en la que caben también referencias a un folclore estilizado… entre Falla y Debussy; pero también con Stravinski paseándose por estos pentagramas y con el elemento popular siempre más o menos presente. Pero todo ello esencialmente tonal y muy muy exquisito. Las interpretaciones son magníficas, elegantes, probablemente perfectas y sin ninguna duda pletóricas de vida, quizá como las debieron concebir los respectivos autores o posiblemente mejores todavía. Tan sólo un “pero”: la inclusión de los versos de Joan Maragall que inspiraron a Toldrà antes de cada uno de los movimientos de Vistes al mar. Es innecesario, rompe la continuidad de este precisa obra, no aporta gran cosa y el rapsoda tampoco es nada del otro mundo. Hay una solución: saltarse los tracks 5, 7 y 9. Y si se desea disfrutar de los encantadores poemas de Maragall, mejor la lectura silenciosa al margen de la música. Josep Pascual Marco Horvat PIEDAD Y POESÍA LA SEMANA MÍSTICA. Cantos devocionales del reino de Luis XIII. FAENZA. Director: MARCO HORVAT. ALPHA 103 (Diverdi). 2005. 61’. DDD. N PN Marco Horvat es un músico singular. Poseedor de una de las voces de bajo más naturales, elegantes, flexibles y hermosas que se hayan escuchado en el repertorio anterior a 1700, Horvat es también laudista y director de proyectos tan originales como el que se recoge en este CD del sello Alpha, un recorrido por música francesa espiritual (no litúrgica) de finales del siglo XVI y principios del XVII, de inspiración profana en la mayor parte de los casos. Se incluyen obras de músicos relativamente conocidos como Pierre Guédron, Antoine Boesset, Etienne Moulinié, Giovanni Gia- como Gastoldi o Robert Ballard. Tras un bloque introductorio, las piezas van presentándose asociándose por grupos a los días de la semana. Son obras escritas mayoritariamente para una o varias voces, que se acompañan por un conjunto de instrumentos de cuerda pulsada. Las melodías son sencillas, presentando, en algunos casos, indudables puntos de contacto con la música popular, y la interpretación enfatiza tanto la claridad del texto poético como la belleza de la mezcla tímbrica entre las diferentes tesituras de voces, archilaúdes, guitarras, laúdes y tiorbas. Entre los miembros del conjunto Faenza destaca la presencia de la valenciana Olga Pitarch así como la del haute-contre Robert Getchell o la del tenor Marc Mauillon, que hace en solitario una muy emotiva recreación de Dans le lit de la morte de Mouli- nié. Otro momento de gran belleza nos lo brinda el propio Horvat con su expresivo acercamiento a Où va ce flambeau de ma vie? de Boesset. Las piezas para el conjunto de seis voces al completo reciben un tratamiento de delicadeza, equilibrio y transparencia impecables. El Ô heureuse nuitée de Gastoldi es, por ejemplo, una pequeña joya que no dejará indiferente a nadie. Una maravilla de disco. Pablo J. Vayón 105 D VDDV D CRÍTICAS de la A a la Z D V D BACH-CAGE Nikolaus Harnoncourt VIBRANTE MODERNIDAD BACH: La Pasión según San Juan BWV 245. KURT EQUILUZ, tenor; ROBERT HOLL, bajo; THOMAS MOSER, tenor; ANTON SCHARINGER, bajo. SOLISTAS DEL CORO DE NIÑOS DE TÖLZ, soprano y contralto. CORO DE NIÑOS DE TÖLZ. CONCENTUS MUSICUS WIEN. Director: NIKOLAUS HARNONCOURT. Director de vídeo: HUMPHREY BURTON. DEUTSCHE GRAMMOPHON 00440 073 4291 (Universal). 1985. 114’. N PN Esta filmación, realizada en 1985 en la catedral de Graz, la ciudad austriaca tan querida por Harnoncourt, estupendamente dirigida en lo visual por Humphrey Burton, sirve de marco a la segunda incursión del fundador del Concentus Musicus en la Pasión según San Juan, tras la pionera aproximación de los setenta para Teldec, seguida de otra, principios de los noventa, para el mismo sello, pero ya con coro mixto y voces femeninas en las partes solistas de soprano y contralto. Esta que ahora se comenta queda un poco a caballo entre ambas, con algunos ingredientes de la primera (coro de niños, voces blancas para las partes solistas de soprano y alto) y otros de la segunda (el propio brío e ímpetu dramático de la dirección, además de algunas voces, como las de Holl y Scharinger). Harnoncourt llegó aún más lejos en su tercera BACH: Suites para violonchelo BWV 1007-1009. WEN-SINN YANG, violonchelo. Directora de vídeo: RUTH KÄCH. 2 DVD + 2 CD ARTHAUS 101 419 (Ferysa). 2005. 175’, 147’. DDD. N PN 106 El violonchelista suizo de origen taiwanés Wen-Sinn Yang (Zúrich, 1965) se fue hasta la iglesia de San Servatius de Chiemgau, en plenos Alpes austriacos, para registrar unas estupendas Suites bachianas con un instrumento italiano fabricado por David Teckler en 1720. Allí, en medio de un paisaje idílico, resguardado por la arquitectura gótica de un grabación en lo que se refiere a contrastes y carga dramática, dibujando una versión sobrecogedora que probablemente es la cima de sus registros de esta obra. Sin embargo, ésta, como antes señalé, tiene momentos inolvidables, como el primer o el penúltimo número de la obra, las dos arias de contralto (con un chaval que canta como los ángeles, aun con todas las limitaciones técnicas que le ponen en evidente desventaja frente a un adulto; la segunda cuenta además con el lujo de Christophe Coin a la viola da gamba) o los recitativos del Evangelista, siempre magníficamente manejados por Equiluz, por no hablar de la magistral dirección de los corales en general. Excelentes las prestaciones de Scharinger, y, en menor medida, de Moser. A cambio, el coro no muestra la flexibilidad y precisión del Schoenberg (tercera grabación) y el soprano solista es bastante flojo, a años luz en entonación y belleza tímbrica del nivel evidenciado por el contralto. Con todo, el balance general es sobresaliente, y quien esto firma paga bien a gusto la tasa de estas limitaciones por disfrutar de una versión de fenomenal intensidad emotiva. Cleobury (DVD Brilliant) no tiene esa limitación en las partes solistas de soprano y contralto (su coro es enteramente masculino, igual que el de Harnoncourt), pero a cambio su lectura resulta baspequeño templo decorado con pinturas de mediados del siglo XV, Yang ofrece un Bach estilizado, muy elegante, que pone gran énfasis en la articulación del discurso, bien aprendida la lección historicista, sin que por ello renuncie a potenciar el flanco más expresivo de zarabandas y alemandas con una rítmica más flexible y un fraseo más relajado. El arco de Yang es ágil y preciso, incluso en los pasajes más comprometidos, como los de la zarabanda y la giga de la Suite nº 6, con dobles y hasta triples cuerdas resueltas con una claridad pasmosa. El contraste entre el carácter moderadamente meditativo de las danzas lentas y la jovialidad impulsiva de las rápidas (con bourrées y gavotas casi contagiosas en su impetuosa rítmica) se alza en uno de los puntales de unas versiones que se tante sosa y fría por comparación con la vibrante dirección de Harnoncourt. Suzuki (EuroArts) tampoco llega a alcanzar esta intensidad en su por lo demás notable lectura de la no muy escuchada versión de 1749, de forma que esta sobresaliente lectura de Harnoncourt, que resulta de una vibrante modernidad y dramatismo, alejada de cualquier frialdad de museo, se erige con cierta facilidad en la referencia en este formato, dado que la estupendamente cantada de Karl Richter (también DG), comentada recientemente por Enrique Pérez Adrián, queda notoriamente distante en cuanto a criterio interpretativo de los patrones manejados por el fundador del Concentus Musicus. Notable toma de sonido y resumen general claro: absolutamente recomendable. Rafael Ortega Basagoiti convierten en una opción interesantísima dentro del rico y variopinto panorama discográfico de estas obras. Arthaus ofrece el producto en doble formato. La filmación de vídeo es limpísima, sin vacuos virtuosismos ni paseos interminables por los recovecos del entorno, de lo que se abusa en ocasiones en grabaciones parecidas a éstas. En los DVD, a cada suite anteceden unos breves comentarios del propio intérprete sobre su carácter (incluye subtítulos en español). Pablo J. Vayón D V D BACH-CAGE BACH: Ofrenda musical BWV 1079. THE KUIJKEN ENSEMBLE. Director de vídeo: MICHAEL BEYER. EUROARTS Invitation 2050366 (Ferysa). 2000. 54’. N PN El 28 de julio de 2000 (esto es, el día exacto en que se cumplía el 250 aniversario de la muerte de Bach) los hermanos Kuijken (Barthold, traverso; Sigiswald, violín; Wieland, viola da gamba) ofrecieron, junto al clavecinista Robert Kohnen, una interpretación de la Ofrenda musical en un concierto celebrado en el antiguo Ayuntamiento de Leipzig, que es el que se recoge en esta filmación eficaz, aunque no especialmente imaginativa, debida a Michael Beyer. El cuarteto interpretó la gran obra bachiana según la siguiente secuencia: Ricercar a 3, Canon perpetuo sobre el tema regio, Serie de cinco cánones a 2 voces, Fuga canónica in epidiapente, Ricercar a 6, Serie de dos cánones del Quærendo invenietis, Sonata, Canon perpetuo. La versión es precisa, rigurosa y austera, incluso en la Sonata, aunque Barthold y Sigiswald encuentran en ella algunos momentos para ornamentar con cierta libertad la línea melódica, que adquiere así un vuelo imaginativo y una flexibilidad rítmica y de fraseo superior al resto de la obra, en la que todo está tan medido que termina resultando demasiado constreñido e inflexible. A reseñar el hecho de que el Ricercar a 6 sea interpretado por el conjunto y no por el clave en solitario, como es norma. Pablo J. Vayón BELLINI: Norma. EDITA GRUBEROVA (Norma), ZORAN TODOROVICH (Pollione), SONIA GANASSI (Adalgisa), ROBERTO SCANDIUZZI (Oroveso). BAYERISCHEN STAATSOPER. Director musical: FRIEDRICH HAIDER. Director de escena: JÜRGEN ROSE. Director de vídeo: BRIAN LARGE. DEUTSCHE GRAMMOPHON 073 4219 (Universal). 2006. 166’. N PN Tras la grabación discográfica en vivo y concierto de 2004, he aquí la primera interpretación escénica de Gruberova de tan deseado y complejo personaje. La cantante pone en juego sus muchos recursos, su rica experiencia y su dominio de medios para según los Franz Welser-Möst CLEVELAND EN SAN FLORIAN BRUCKNER: Sinfonía nº 5. Esta filmación de la Quinta de Bruckner por la Orquesta de Cleveland fue hecha en la basílica del Monasterio de San Florian durante dos conciertos en vivo dados en septiembre de 2006. La versión, muy notable, cuenta con una orquesta excelsa, posiblemente la más europea de las orquestas americanas, con un equilibrio admirable entre cuerdas, maderas y metales (éstos jamás tapan al resto) y un sonido especial, cultivado, intenso y refinado, con matices que todavía recuerdan al creador musical del conjunto y que WelserMöst ha sabido mantener y adoptar a su personalidad a lo largo de los cuatro años que dura su titularidad. La claridad dinámica es sobresaliente; la construcción, impecable (notable claridad expositiva en todas las fugas); los ligeros tempi no perjudican en nada el mensaje tanto técnico como expresivo; se evita siempre la grandilocuencia en los metales y hay matices idiomáticos (el estilo rústico del Ländler en el Scherzo) que Welser-Möst y su orquesta traducen como consumados brucknerianos. La luminosidad y virtuosismo de este conjunto espectacular, su sonoridad redonda y equilibrada, fascinarán a todos los que tengan oportunidad de ver esta película, aceptablemente filmada (sin especial imaginación en el manejo de las cámaras) y de buena toma sonora (aunque en nuestra opinión sin la calidad técnica de la versión de Günter Wand en TDK), y si bien Welser-Möst posiblemente logre más adelante alquitarar, madurar y diversificar todavía más el mensaje de la obra, se trata de una interpretación respetuosa a carta cabal con todo lo escrito, convincente y unitaria, protagonizada por un director que ama esta música y del que caben esperar muchas cosas interesantes en años venideros. El DVD contiene también una serie de interesantes observaciones en alemán (hay subtítulos en español) de este director sobre Bruckner y algunos de los intérpretes que le dejaron huella especial (Volkmar Andreäe, Karajan), con atinados criterios musicales y estéticos sobre el organista de San Florián y sus contradicciones (“sus raíces se hunden por un lado en la tradición católica austriaca, pero por el otro estaba fas- casos ocultar carencias, disimular defectos y potenciar virtudes. El resultado es una Norma creíble, interesante por secciones, más volcada a resaltar las partes líricas y atacando las dramáticas con una sobriedad cuya cierta distancia evita exageraciones o ridiculeces, en conjunto más cercana a un romanticismo moderado que a una opulenta o desmedida exhibición de bel canto, como podría pesarse en principio. La cuidadosa actriz hace el resto. Le ayuda la favorecedora concepción de Haider, como al resto del equipo: una Adalgisa de gran estatura, musical y dramática, como es Ganassi, una de las mezzos actuales más importantes y un Oroveso, el del experimentado Scandiuzzi, que si empieza algo tibio, un poco afectado por la tesitura centro-aguda del personaje, acaba imponiendo su veteranía y clase. Todorovich no tiene la voz que pudiera considerarse ideal para Pollione, pero es tal la energía del canto, la valentía del intérprete y la insólita exhibición de matices (que se les pasa a muchos colegas mejor o más convenientemente dotados) que el tenor acaba convenciendo. Además, en el aria no evita, como tantos y tantos que inventan un sinfín de componendas, el incómodo salto de octava al do agudo de Rapiti i sensi; al contrario lo da en la palabra “voluttade”. La producción de Rose define y mueve muy bien a los intérpretes, en un doble ambiente en el que arriba trascurren las escenas publicas y en la parte de abajo las privadas, en unos espacios y con un vestuario (todo responsabilidad suya) que evocan el original mundo druida con algunos toques de cierta actualidad. ORQUESTA DE CLEVELAND. Director: F RANZ W ELSER -M ÖST . Director de vídeo: FELIX BREISACH. EUROARTS 2055918 (Ferysa). 2006. 93’. N PN cinado por el espíritu de la filosofía romántica, por Nietzsche y Wagner”). En suma, excelente documento y atractiva versión que sin llegar a ese último punto de sabiduría constructiva y de transparencia polifónica de la magnífica versión citada de Günter Wand, supone una buena aproximación moderna a esta obra maestra del contrapunto. Los que vean la película, tanto por el sonido de la orquesta como por la musicalidad y convicción desplegadas por el director, quedarán gratamente impresionados, aunque la filmación sea opinable y, como ya se ha dicho, no especialmente imaginativa. De cualquier forma, versión muy recomendable. Enrique Pérez Adrián Tras la cámara capta el espectáculo con su habitual destreza Large. Fernando Fraga CAGE: One11 and 103. Film de John Cage. Director de vídeo: HENNING LOHNER. ORQUESTA DE LA WDR KÖLN. Director: ARTURO TAMAYO. ORQUESTA DEL FESTIVAL DE SPOLETO. Director: JOHN KENNEDY. MODE 174 (Diverdi). 1992. 166’. N PN Mode propone una experiencia estética de gran radicalidad: un film de 90 m i n u t o s (One11) elaborado por Cage al final de su vida, al que se acompaña la pieza orquestal 103. Hablar aquí en tér- 107 D VDDV D CAGE-VERDI 108 minos puramente cinematográficos no es pertinente, mas bien estamos ante un objeto sonoro o, como apunta José Luis Téllez, un “objeto audiovisual”. Lo que más llama la atención de esta propuesta es que Cage, en los últimos meses de su vida (One11 se concluyó a comienzos del verano de 1992, es decir, poco antes del fallecimiento del músico en Nueva York) aun mantiene encendida la llama de la experimentación y de la transgresión. Con esta One11, el norteamericano conecta directamente con los procedimientos más innovadores del arte de los años treinta (se piensa en obras como Week-end, de Walter Ruttmann: montaje estructurado según parámetros musicales y rítmicos sobre elementos diversos de la vida berlinesa de los primeros años treinta). Cage traza un arco con el afán por la novedad, la vanguardia, que ha marcado buena parte del siglo XX. Uno elevado a once, este film de noventa minutos en blanco y negro, realizado por Henning Lohner siguiendo al detalle las instrucciones de Cage, consiste en una serie de imágenes que retratan el impacto de proyectores de luz blanca sobre las, a su vez, blancas paredes de un estudio de televisión recogidas por una cámara en movimiento. Los infinitos matices de esa luz son acompañadas por una banda sonora que toma el nombre de 103, la obra de Cage cuyo título proviene del número de acontecimientos sonoros que se plantean en la partitura para orquesta. La abstracción es, pues, absoluta. Tal vez pocas veces nos haya podido llegar una obra con tal despojamiento de objetos. Es, por supuesto, un Cage genuino, pero también el de más difícil acceso, pues este vacío, esta nada que envuelve al film y el estatismo rotundo de la parte musical (puro zen) no son fáciles de asimilar. Aunque Cage procede por medios puestos a su alcance por la tecnología moderna, el resultado está a años luz del ritmo con que en nuestra época (estos inicios del siglo XXI) se transmite la información. Cage propone una obra radical, pero quedan dudas sobre si esa experimentación tiene en verdad que ver con el mundo de hoy, el mundo real. Tal vez One11 and 103 hubiera tenido más razón de ser entre las propuestas del cine de vanguardia que tuvo lugar en América en los años sesenta (Michael Snow, Stan Brackhage). El documento que acompaña al film (entrevista con el autor y “making off” de la obra, sin subtítulos en castellano) se vuelve indispensable a la hora de comprender mejor las intenciones que movieron a Cage a abordar este proyecto tan inusual como desconcertante. Francisco Ramos CARTER: A labyrinth of time. Director de vídeo: FRANK SCHEFFER. IDEALE AUDIENCE 9DS17 (Ferysa). 2004. 90’. N PN Ver a Elliott C a r t e r (n.1908) es contemplar un siglo entero de música. Es esto, prácticamente, lo que recoge el film documental de Frank Scheffer A labyrinth of time, sin duda uno de los más interesantes DVD de la colección Juxtapositions. De las manifestaciones que aquí se recogen de viva voz, el compositor norteamericano puede presumir de haber sido testigo de excepción de toda una cultura musical. Hay que hacer un esfuerzo de imaginación para comprender que este músico ha conocido personalmente a Charles Ives, a Edgar Varèse y a Nadia Boulanger (clases de composición en el París turbulento de los primeros años 40), tres nombres que sintetizan la oleada vanguardista de las primeras décadas del siglo y que para alguien como el entonces joven Carter suponía una apertura estética admirable. Escuchar al músico hablar de sus encuentros con el autor de Decoration day y con Varèse en las calles del Greenwich Village es casi transportarse en el túnel del tiempo. El Carter que aquí vemos, nonagenario, recuerda al punto todo el ambiente que halla en la Nueva York que acoge en aquellos años parte de la música del futuro. Pero la agilidad del músico no es sólo mental: hay que verlo en las escenas filmadas en París, ya en la década de 2000, subiendo escaleras casi como un adolescente y sugiriendo con entusiasmo cambios en las partituras de los conciertos para clarinete y piano que se están ensayando en esos momentos en la Cité de la Musique, para contemplar la inmensa energía que atesora este hombre. El documental, que empieza con una plasticidad extraordinaria, claramente evocadora de la época de principios del XX, recogiendo material de archivo y testimonios que hablan de los compositores y el ambiente musical de la América de aquel tiempo (excelentes intervenciones de Charles Rosen), se dedica en su tramo final (capítulos 10º al 14º), a presentarnos fragmentos de los ensayos de esas obras concertantes en París (discusiones con Boulez sobre partes de su Concierto para clarinete) y del estreno de la única ópera del autor, What next? No hay sentido de nostalgia en ningún momento en este documental, pues es sabido que en alguien como Carter este sentimiento parece desterrado: su obra avanza siempre en busca de la difícil conciliación entre la conservación del arte clásico y la integración de las nuevas formas, expresadas, entre otras cosas, por un empleo del tiempo y de la caracterización cuasi psicológica de las diferentes partes instrumentales, que son las que otorgan ese inconfundible sentido de plenitud a sus partituras más elaboradas. Francisco Ramos CZERNOWIN: Pnima… Ins Innere. RICHARD BEEK, PHILIP LARSON, ELIAS MAURIDES, voces. EXPERIMENTAL STUDIO HEINRCIH STROBEL. ÓRQUESTA DE CÁMARA DE MÚNICH. Director: JOHANNES KALITZKE. MODE 169 (Diverdi). 2000. 90’. N PN En la portada del DVD de Chaya Czernowin se lee: “Opera in three acts”. El receptor no avisado puede encontrarse frustrado no sólo ante la ausencia total de los elementos que forman parte normalmente de una ópera (lo que, a estas alturas, quizás no sorprenda demasiado), sino ante el mensaje críptico que la compositora israelí nacida en 1957 propone en esta Pnima… Ins Innere, estrenada en Múnich en 2000. El problema que lastra a esta obra es que se pretenden expresar demasiadas cosas con un material reducido drásticamente (casi se piensa en la brutal desnudez del cortometraje mudo de Samuel Beckett Film, interpretado por Buster Keaton). Solamente la lectura del texto que acompaña al DVD, en donde la autora expone brevemente sus intenciones, y la entrevista de veinte minutos que Czernowin mantiene con Brian Brandt (el responsable de Mode), consiguen transmitirnos tanto la fuen- te de la que parte la obra (la narración de David Grossmann See Under: Love) como el mensaje último. Y es que Pnima…Ins Innere plantea un asunto mayor, lo suficientemente importante como para que la autora hubiera hecho un esfuerzo (en la escenografía, en la propia música) por dotar a la pieza de una mayor información. La obra trata de la imposibilidad de comunicar una experiencia personal de gran trascendencia, un traumatismo. El texto de Grossmann afronta el tema del Holocausto judío desde el punto de vista de la “segunda generación”; es decir, desde la perspectiva de los hijos de los supervivientes, los que no conocieron el horror directamente, pero que han sido testigos durante mucho tiempo del dolor que han guardado sus familiares. A esta última generación se le ha venido ocultando parte de aquella experiencia vivida en los campos. Y ese es el eje central sobre el que gira la obra de Czernowin: la ópera (o teatro musical, o acción con imágenes…) es un intento de penetrar en la mente de un joven que se enfrenta a su abuelo, un superviviente del exterminio, pero del que no obtiene jamás explicación alguna, ninguna expresión verbal. El personaje del abuelo, ensimismado, se niega rotundamente a hablar de aquella experiencia. Esta imposibilidad de comunicación viene expresada en la parte instrumental de la obra y en el arsenal electrónico preparado por los técnicos del Estudio Experimental de Friburgo, junto a los raros timbres extraídos de las percusiones, de una forma harto dolorosa. Todo el tejido sonoro está trabajado sobre dinámicas muy bajas, como un sonido lejano pero acechante. Los fogonazos del aparataje electrónico son extraordinariamente hirientes, alcanzando así la compositora momentos de gran intensidad, que completan una estética de gran extrañeza en la escenografía, dispuesta como si de un plató cinematográfico se tratara. El minimalismo de la puesta en escena, el empleo de voces que no declaman ningún texto, el tenebroso juego de luces, colaboran para hacer de Pnima… una experiencia extrema, muy poco usual en el teatro musical actual, que merece la pena conocer, pero de recepción muy difícil, ya no tanto por el alto calado argumental como por la escasa claridad expositiva de la obra. Francisco Ramos D V D CAGE-VERDI DVORÁK: Réquiem op. 89. GABRIELA BENACKOVÁ, IDA KIRILOVÁ, JOSEF PROTSCHKA, LUDEK VELE. CORO Y ORQUESTA FILARMÓNICA CHECA. Director: VÁCLAV NEUMANN. Director de vídeo: FRANZ KABELKA. ARTHAUS 102 063 (Ferysa). 1988. 97’. R PN Se reedita en DVD lo que se vio en muchas televisiones y se comercializó en VHS, la espléndida Misa de Réquiem de Dvorák dirigida en la Catedral de San Vito de Praga por Václav Neumann en 1988, un año antes de la Revolución de terciopelo. Este Réquiem es otra catedral, comparable a los grandes registros de Ancerl o Sawallisch, pero además lo vemos. Y lo vemos en detalle gracias a la excelente filmación de Franz Kabelka, que acude a los solistas, al coro, al tutti, a los momentos camerísticos, sobre todo a éstos, cuando unos pocos instrumentos acompañan a los cantantes. Neumann dirige con fiebre contenida, con delicadeza dramática, con exactitud y libertad una partitura bella como pocas. Los detalles son tantos que nos desbordan, y además se trata de una película conocida por muchos aficionados. Hay que recomendar esta reedición como se recomiendan las de los grandes clásicos, aunque este registro todavía no haya cumplido los veinte años. Por la batuta, desde luego, mas también por esos cuatro solistas que, sin ser sublimes, saben colocarse a la altura de la propuesta de Neumann; Gabriela Benacková tiene y retiene en esta obra que tan bien conocía, en el repertorio dvorákiano que dominó durante toda su carrera. El Coro de la Filarmónica y la propia orquesta están a esa misma altura, de nivel medio alto, y el todo es de una grandeza y una dulzura, mezcladas y potenciadas mutuamente, que sitúan este registro entre lo más interesante de las reediciones recientes. Además, la secuencia puede seguirse con subtítulos en español. Un detalle: ni un aplauso al comienzo ni al final; estamos en una catedral, es un concierto pero es casi un oficio. Un respeto, que añade solemnidad al acto, al recital, a la obra de arte. Santiago Martín Bermúdez James Levine NO HAY ADJETIVOS ROSSINI: L’italiana in Algeri. MARILYN HORNE (Isabella), DOUGLAS AHLSTEDT (Lindoro), PAOLO MONTARSOLO (Mustafà), ALLAN MONK (Taddeo). CORO Y ORQUESTA DEL METROPOLITAN DE NUEVA YORK. Director musical: JAMES LEVINE. Director de escena: JEAN-PIERRE PONNELLE. Director de vídeo: BRIAN LARGE. 2 DVD DEUTSCHE GRAMMOPHON 00440 073 4261 (Universal). 1987. 157’. R PN Pese a las dos décadas transcurridas desde su concepción, este montaje de Ponnelle mantiene sus magníficos resultados. Autor asimismo de los decorados y vestuario (funcionales y elegantes, por más que apropiadísimos) es una producción que surge natural y fluida al compás de la música, con un sentido del humor fino e ingenioso, con algún que otro gag inolvidable, como el de Isabella molesta con Elvira por los agudos que la destacan imprevistamente con tan singular protagonismo al final del primer acto. Montarsolo fue un grandísimo bajo buffo y VERDI: Rigoletto. INGVAR WIXELL (Rigoletto/Monterone), LUCIANO PAVAROTTI (Duque de Mantua), EDITA GRUBEROVA (Gilda), FERRUCCIO FURLANETTO (Sparafucile), VICTORIA VERGARA (Maddalena), FEDORA BARBIERI (Giovanna). CORO DE LA STAATSOPER DE VIENA. ORQUESTA FILARMÓNICA DE VIENA. Director musical: RICCARDO CHAILLY. Director de vídeo: JEAN-PIERRE PONNELLE. DEUTSCHE GRAMMOPHON 00440 073 4166 (Universal). 1982. 116’. N PN E l Rigoletto dirigido por Jean-Pierre Ponnelle en 1982 es una de las más famosas realizaciones cinematográficas de una ópera. Filmado magníficamente en escenarios naturales de Italia por el oscarizado director de fotografía Pasqualino de Santis, se abre con una orgía montada en el Teatro Farnese de Parma Mustafà está escrito para un buffo sí, pero de cierta nobleza (para Filippo Galli, también Maometto y Assur); ello propicia que el papel, por secciones, le quede algo grande, inconveniente que el muy efectivo actor suple con su pericia y experiencia. Tenor ligerísimo, Ahlstedt, sabe de estilo y maneras rossinianas, lo que le permite sacar con comodidad el a menudo cortado Concedi amor pietoso; mientras que el Taddeo de Monk, vocalmente modesto, resulta teatralmente disfrutable. Spiro Malas como Haly, Myra Merritt en Elvira y Diane Kesling en juvenil Zulma aportan un provechoso complemento. Pero es la Horne la que domina el conjunto. No se puede cantar mejor a Rossini ni perfilar una Isabella de tamaña presencia escénica. Es un placer, desde su aparición con un Cruda sorte que ya pone en alerta al oyente de que algo mágico se aproxima, asistir a esta milagrosa ósmosis entre personaje e intérprete, con especial relevancia, que nos recuerda al Calígula de Tinto Brass o el Satiricón de Fellini, y en la que Luciano Pavarotti nos brinda un Duque de Mantua entregado a los más sensuales y lujuriosos placeres. El tenor de Módena ha perdido algo de frescura con respecto a su primer registro con Richard Bonynge (la grabación fue realizada en Viena en 1981), pero sigue siendo vocalmente exuberante, y además ha profundizado en el personaje, haciéndolo más lascivo. Ingvar Wixell posee un timbre quizá excesivamente claro para Rigoletto, pero logra conmovernos con su capacidad expresiva y sus dotes actorales. Edita Gruberova ofrece una de sus mejores prestaciones en una Gilda muy dramática y entregada, aparte de esplendorosa en el canto. Ferruccio Furlanetto hace un Sparafucile realmente desagradable, y Victoria Vergara (¡qué poco duró esta chica, con las buenas cualidades que tenía!) una muy seductora Maddalena. Marullo tiene el lujo de la voz de Bernd Weikl (doblado por supuesto, en un Per lui che adoro modélico y en un Pensa alla patria contundente. Simplemente insuperable. Levine aporta el ritmo, el color y la gracia rossinianas con una orquesta que suena en todo momento perfecta de climas y segura en el acompañamiento. Rossini en su jugo. Como es habitual en el sello, hay subtítulos en castellano y un bonus de 24’ donde es entrevistada la heroína de la velada operística. Fernando Fraga en la película por Louis Otey) y la histórica Fedora Barbieri hace una autentica creación de Giovanna, presentada aquí como una repulsiva celestina. Precisamente, la puesta en escena del artista suizo incide especialmente en el lado sórdido de la historia, mostrando sin ninguna piedad toda la podredumbre que se esconde tras los salones palaciegos. La puesta en escena es a veces algo teatral, y se ve la mano del director de escena antes que del cineasta, pero el resultado es de una extraordinaria eficacia y, sin duda, uno de los mejores trabajos de Ponnelle, superior posiblemente a su Butterfly con Karajan, y a la altura de sus Monteverdis o Rossinis. La dirección musical de Riccardo Chailly, con el aliciente de una Filarmónica de Viena llena de registros y claroscuros, propone asimismo una versión implacable, muy ligada al drama que se está relatando en la pantalla. Rafael Banús Irusta www.scherzo.es 109 D VDDV D RECITALES-VARIOS RECITALES MONTSERRAT CABALLÉ. Soprano. MARILYN HORNE. Mezzosoprano. Evviva Belcanto y Le Grande Primadonne. Páginas de Bajazet, Les huguenots, Le due illustre rivali, Tancredi, Semiramide, Rodelinda, Giulio Cesare, La donna del lago, Gianni Schicchi y Les contes d’Hoffmann. ORQUESTA DE LA RADIO DE MÚNICH. Director: NICOLA RESCIGNO. Director de vídeo: HELMUT ROST. NVC ARTS 50-51011-2772-2-1 (Warner). 1990. 88’. R PN E xtractos 110 de unos recitales muniqueses, al servicio de dos divas cuyo público aclama en un triunfo de antemano anunciado. Complaciente la batuta de Rescigno, quien sigue afectuoso y seguro el juego de las damas, sobre todo el de la soprano, una Caballé que canta a su manera todo lo que se le pone delante, amparada en unos medios (los centrales especialmente) aún ricos de contenido y poderosos de volumen, dando testimonio, muy mañosa, de su musicalidad y de su experiencia. Luego, las lecturas allá van, salga lo que salga. La diferencia en este sentido con el arte depuradísimo, cuidadosísimo, estilista de la Horne es hiriente. Bastan para probarlo los dos dúos de Semiramide: la mezzo canta Rossini; la soprano, Dios o Euterpe saben a quién. La parte central del segundo (que aquí cantan primero), Giorno d’orrore nos recuerda con nostalgia el interpretado en vivo en el Met ese mismo año donde Horne encontraba una compañera más a su altura en la tan a menudo anodina June Anderson. Dicho esto, los mejores momentos del recital llegan con el rondó del meyerbeeriano Urbain, donde la Horne evoca las glorias de su destinataria original la mítica Alboni o el Dove sei? de Rodelinda, en el que la norteamericana da una lección de sapiencia barroca, iniciándolo con una regulación magistral y desgranándolo con una intensidad propia del genio. Caballé se recupera un poco con el Se pietà di me non senti de la Cleopatra haendeliana, aunque no acaba del todo la construcción global, cayendo de pronto en las mismas superficialidades y diversas afectaciones que en el resto del recital, en especial con una vivaldiana Sposa son disprezzata francamente insoportable. La Horne no es la de los mejores días, pero en 1990 su cavatina de Tancredi sigue siendo un modelo de asimilación y ejecución rossinianas. Valga por ella, en suma, la adquisición de esta velada. Fernando Fraga ALFREDO KRAUS. Tenor. Canciones, arias y romanzas. EDELMIRO ARNALTES, piano. VAI 4397 (LR Music). 1990. 83’. N PN Un mes después de haber ofrecido un recital en Viena, se traslada el tenor al Festival de Salzburgo, en cuyo Gro‚e Festpielhaus ofrece este ramillete de canciones francesas, italianas y españolas de su repertorio particular. Un capítulo en el que Kraus fue tan fiel a habituales compositores y páginas y tan parco o inteligente en la elección como en el repertorio operístico. Aunque aquí aparece el compositor vasco Otaño con su Ya no va la niña, dicha con mucho encanto e intención, como una inesperada excepción a esa regla. Un capítulo, por cierto, donde pese a sus orígenes faltó, salvo algunos ejemplos de Richard Strauss y en contadísimas ocasiones, el lied. El maestro sigue impartiendo sus modelos de musicalidad, trátese de Massenet (la popular Elégie), Respighi (Stornellatrice), Bizet (Ouvre ton cœur), Falla (por supuesto la Jota que tan originalmente hacía, en un mezcla de contención y desenvoltura), Obradors (el asi- mismo inevitable y socorrido Del cabello más sutil, casi siempre unido a las Coplas de Curro Dulce), Tosti (Tormento frente a la más manoseada L’alba separa dalla luce l’ombra) o Mompou (la muy bonita Pastoral, a menudo escuchada a colegas femeninas), además de su dicción límpida en el idioma que sea, con una voz que surge con la naturalidad y fluidez de una cascada sonora. Ahora bien, Kraus es un cantante de raza operística, de escenario, y lo mejor de la velada aparece en las propinas, por muchas veces que se las hayamos escuchado y disfrutado: el lamento cileano de Federico y La donna del de Mantua, lo mismo que en el No puede ser del Leandro de Sorozábal. Arnaltes complementa especialmente inspirado el siempre extraordinario mensaje del tenor y se luce en solitario con Turina, en Poema en forma de canciones. Fernando Fraga VARIOS Guy van Wass SIN GENIO PERO CON INGENIO LA PEQUEÑA MÚSICA DE MARÍA ANTONIETA. Obras de Gossec y Grétry. SOPHIE KARTHÄUSER, soprano; PIERREYVES PRUVOT, barítono. LES AGRÉEMENTS. Director: GUY VAN WAAS. Director de vídeo: OLIVIER SIMONNET. ARMIDE ARM010 (Harmonia Mundi). 2006. 125’. N PN La recuperación arquitectónica y funcional del conjunto monumental de Versalles ha incluido en la última década al Trianon, el coquetón teatro que hoy llamaríamos de cámara donde la reina y sus allegados se refugiaban de la estricta etiqueta impuesta en palacio para disfrutar de sus piezas dramáticas y musicales preferidas. Estos y otros datos sobre la historia y la restauración del edificio se explican en los documentales que en este DVD complementan a un concierto de programa integrado por arias operísticas (y un dúo) y sinfonías escritas por François-Joseph Gossec y André-Ernest-Modeste Grétry, dos compositores cuyas biografías atravesaron con éxito casi milagroso los mil y un escollos que sucesivamente les fueron saliendo al paso durante el Antiguo Régimen, la Revolución, el Imperio y más allá. Olivier Simonnet, un especialista en el género, esta vez no se limita a filmar un espectáculo, sino que crea el suyo propio para la televisión (y afines). En realidad, lo que hace es intercalar en un concierto con público números de otro con la sala vacía (salvo algunos palcos en los que se sitúan instrumentistas obbligato) u ocupada por la misma orquesta que en otro momento (al comienzo) abandona el estrado para situarse en el foso. Pero lo más importante es la evidente intención de subrayado con que las cámaras, lejos de simplemente registrar imágenes, se mueven, enfocan y hasta producen efectos visuales con sus propios recursos técnicos (el zoom, por ejemplo). Ni Gossec ni Grétry parecen haber producido jamás una página de genio; sí muchas agradables, como todas las que aquí se pueden disfrutar en las frescas voces de Sophie Karthäuser y Pierre-Yves Pruvot. La de la soprano afronta pasajes de coloratura particularmente exigente con solvencia sobrada y una presencia escénica de la que se adivina que dará mucho juego en producciones operísticas íntegras. La orquesta, en cuyo puesto de concertino se reconoce a Patrick Cohen-Akenine, líder a sus horas de Les Folies Françoises, responde con virtuosismo tímbrico y de ajuste a las órdenes de Guy van Waas, que también combina adecuadamente precisión con flexibilidad. El único punto flaco lo constituye la limitación de los subtítulos al idioma inglés. Seguro que incluso el público de habla francesa habría agradecido, y por tanto se convierte en exigencia mínima siquiera desde el punto de vista comercial, la subtitulación en ese idioma de los textos cantados. Alfredo Brotons Muñoz NEGRO MARFIL ALREDEDOR DEL LÍMITE, DONDE EL LÍMITE IMITA EL LÍMITE (2) Si tienes el pico fino, si necesitas vino de primera clase, el néctar de aquí te sobrepasa. Pero, si tienes un gaznate de acero, prueba esa pana, ese tinto cargado de amenazas. Georges Brassens Luego, al final de la canción, Brassens, reconoce que no es ligan, y como los hooligans (y mejor si en Old Trafford para tanto la bondad del vino lo que interesa, sino la belleza de la una final Chelsea-Manchester), cantan de una manera algo camarera. En realidad, quiero decir, en el poema de Brassens turbulenta (la tiza otra vez, y la cerveza quizá), pero a cuatro no se sabe muy bien dónde está el límite, entre la belleza de la voces, afinados y a compás. camarera, el ambiente del bar, el sabor del vino o la poesía del En cuanto al estilo: Karamazov, excelente laudista, colabarrio periférico en el bulevar exterior, donde París se confunbora habitualmente con los mejores cantantes de música antide con su suburbio… Con el DVD de Sting, tampoco se sabe gua; y aquí toca con Sting como si acompañara, por ejemplo, muy bien si los rockeros se pondrán a escuchar a Dowland o a Scholl. Y maravilla que esa manera de tocar le encante a si un oyente clásico querrá escuchar a Sting cantando su reperSting, quien canta sin preocuparse por “el” estilo: en cambio, torio habitual. Gran dilema, las fronteras entre los estilos e parece preocuparse por lo que no está escrito en la partitura, incluso las músicas son cada vez más difusas, eso no es nuevo, por lo que no puede estar en la partitura; es decir, quizá, la ya lo decía Bob Dylan, las cosas no son lo que solían ser, y esa vida sin renglones, la alegría y el dolor, como dos niños abrasituación empeora en un mundo en el que el mejor rapero es zados. Sting parece saber que las cosas no llegan sólo porque blanco y el mejor jugador de golf es Tiger Woods. se les llama por su nombre: el cuerpo está aquí, es la partituEn fin, Sting es, dicen, un cantante de rock; Edin Karamara, es Sting en el laberinto de su jardín, Sting el millionario; el zov aprendió, dice él, su profesión (laudista) tocando en los cuerpo funciona, los dedos tocan bastante bien (ese instrucircos la música de Mozart con guitarra eléctrica, acompañado mento raro con muchas cuerdas), los labios pueden cantar, por trompeta y batería. Y fue en un circo dónde se conocierecitar cartas escritas por Dowland en sus viajes, en sus exiron Sting y Karamazov: el matrilios, e incluso los ojos pueden monio Sting quiso alquilar al trío llorar… pero Sting se pregunta y Karamazov rechazó con altacómo alcanzar lo que huye, acanería la oferta con un “no soy un so esa luz de verano que pesa payaso para tocar en el cumpleasobre sus rosales, acaso el alma ños de un rockero y señora”. de la música o su sabor. Veo el Años más tarde, grabaron el CD DVD, y conozco o reconozco a dedicado a Dowland con “ese un Dowland posible, quizá porinstrumento” dice Sting, “que tieque Sting no habla con el comne muchas cuerdas…”. Aquí en positor, sino con un descendienEspaña: escándalo, risas, risite, viviente, que camina por la tas… En Inglaterra fue diferente gran ciudad; un paseante como (el humor, ya se sabe, no es el cualquier otro, en la incertidummismo): David Pinto y Anthony bre y el temblor de su vida. Rooley, estudiosos de Dowland ¿Qué quiere decir “gran intérprepor encima de toda sospecha, te” o “gran artista”? Quizá aquél hasta la fecha por lo menos, que conserva con él un resto, colaboraron en el proyecto y una migaja, de la vida amorosa aparecen en el vídeo. Evidenteque es la única vida. No sé bien mente, la voz y el estilo de Sting si Sting habla de Dowland o de no son los de Deller, ni los de él, pero habla sin recurrir a ese Peter Pears (criticado, él tam“tono general” que sirve para las bién, al igual que Julian Bream) ideas de los demás, para el cacani los de Paul Agnew y un largo reo de los demás. Hablando de etc… La voz de Sting tiende más él (o de Dowland), Sting presenbien hacia la tiza, y si se quiere, ta a un Dowland (quizá llamado tiza contra pizarra, y también, si Sting) que tiene una presencia uno insiste y le gusta la tiza, verdadera, no la única posible: puede que esa tiza no sea muy un compositor algo raro, que no diferente de la de acantilados de se encuentra muy cómodo allá la costa cuando se confunden donde esté, un compositor alejaEL VIAJE Y EL LABERINTO. Música de John con la bruma y el mar. ¿Y los do del retrato que hacen de Dowland, Robert Johnson y Sting. STING, voz; EDIN coros, el wapduwap, de la priDowland (y de Sting) los perioKARAMAZOV, laúd. STILE ANTICO CHOIR. Directores de vídeo: JIM mera canción del disco y tercer distas musicales o los musicóloGABLE Y ANN KIM. corte del DVD Can she excuse gos: es un Dowland que parece DEUTSCHE GRAMMOPHON 172 3118. (Universal)2007. DVD+CD. my wrongs? (¿Podréis disculpar no pertenecer a nadie. 54’+28 mis errores? todo un programa)? Tienen una cierta tendencia hooPierre Élie Mamou 111 ÍNDICE ÍNDICE DE DISCOS CRITICADOS Albinoni: Conciertos op. 7. I Musici. Philips. . . . . . . . . . . . . . 79 Alwyn: Danzas. Lloyd-Jones. Naxos.80 Anderson: Stations. Knussen. Ondine. . . . . . . . . . . . 80 Archivos de piano I. Tahra. . . . . . 73 Arriaga: Sinfonía. Dombrecht. Fuga Libera. . . . . . 81 Bach: Cantatas 33. Suzuki. BIS. . . 82 — Obras para tecla. Brendel. Philips. . . . . . . . . . . . . 79 — Ofrenda musical. Kuijken. Euroarts. . . . . . . . . . . 107 — Partitas. Tipo. EMI. . . . . . . . . . 76 — Pasión según san Juan. Harnoncourt. DG. . . . . . . . . . 106 — Pasión según san Mateo. Schreier. Philips.. . . . . . . . . . . . 79 — Sonatas para flauta. Davies/Cole. Avie. . . . . . . . . . . 80 — Sonatas y Partitas. Holloway. ECM. . . . . . . . . . . . . 81 — Sonatas para violín y clave. Glodeanu/Haas. Ambronay. . . . 82 — Suites para violonchelo. Yang. Arthaus. . . . . . . . . . . . . 106 — Variaciones Goldberg. Pinnock. DG. . . . . . . . . . . . . . . 77 Bautista: Sinfonía. Brotons. Autor. 82 Bax: Sonata para viola. Outram/Rolton. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . 83 Beethoven: Sinfonías 1, 4. Skrowaczewski. Oehms. . . . . . . . . . . . . 83 Bellini: Norma. Gruberova, Scandiuzzi/Haider. DG. . . . . . 107 Berlioz: Réquiem. Davis. Philips. 78 Bizet: Extracto de Carmen. Fricsay. DG. . . . . . . . . . . . . . . . 77 Brahms: Lieder. Fink/Vignoles. H. Mundi. . . . . . 83 — Sinfonía 4. Nagano. H. Mundi. 83 Britten: Cuarteto 3. Vermeer. Cedille. . . . . . . . . . . . 83 — Guía de orquesta. Järvi. Teldec. 84 Bruckner: Sinfonía 5. Welser-Möst. Euroarts. . . . . . . 107 Caballé, Montserrat. Soprano. Obras de Vivaldi, Rossini y otros. NVC. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110 Cage: One11. Tamayo. Mode.. . . 107 Carter: A laberynth of time. Scheffer. Ideale. . . . . . . . . . . . 108 Chaikovski: Concierto para piano 1. Uheara/Frühbeck. EMI. . . . . . . . 84 — Concierto para piano 1. Berezovski/Liss. Warner.. . . . . . 84 — Concierto para violín. Fischer/Kreizberg. Pentatone. . . 84 — Concierto para violín. Milstein/Abbado. DG. . . . . . . . 77 — Cuarteto 3. Kopelman. Wigmore. . . . . . . . . 84 — Sinfonías 4-6. Mravinski. DG. . 77 Chopin: Preludios. Arrau. Philips. 79 Coro Accentus. Obras de Vivaldi, Schubert y otros. Naïve. . . . . . 104 Couperin: Obras para clave. Borgstede. Brilliant. . . . . . . . . . 85 — Tic Toc Choc. Tharaud. H. Mundi. . . . . . . . . . 85 Cuarteto Casals. Obras de Ravel, Toldrà y Turina. H. Mundi. . . . 105 Czernowin: Pnima. Kalitzke. Mode.. . . . . . . . . . . 108 Debussy: Cuarteto. Ysaÿe. Wigmore. . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 — Obras para orquesta 1. 112 Martinon. EMI. . . . . . . . . . . . . . 76 Donizetti: Elisir d’amore. Sayao, Tagliavini/Antonicelli. Membran. 76 Dusapin: Faustus. Nigl, Stein/Stockhammer. Naïve.. . . . 70 Dutilleux: Obra para piano. Chen. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . 86 Dvorák: Réquiem. Neumann. Arthaus. . . . . . . . . 109 Fasch: Tríos y sonatas. Epoca Barocca. CPO. . . . . . . . . 86 Ferrandini: Cantate per passione. Scholl. Accent. . . . . . . . . . . . . . 86 Festival de Prades 2. Casals. Music & Arts. . . . . . . . . 75 Franck: Sinfonía. Janowski. Pentatone. . . . . . . . . . . . . . . . . 86 — Sonata para violín. Danczowska/Zimerman. DG. . . 77 Friedman, Ignaz. Pianista. Obras de Chopin, Weber y otros. Naxos.. 78 Fux: Suites. Von der Goltz. Carus. 87 Gershwin: Música de películas. McGlinn. EMI. . . . . . . . . . . . . . 77 Gesualdo: Madrigales. Kassiopeia. Globe. . . . . . . . . . . 87 Gieseking, Walter. Pianista. Obras de Beethoven, Mozart y otros. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . 78 Gigli, Beniamino. Tenor. Obras de Puccini y otros. Membran. . . . . 76 Gombau: Texturas. Temes. Autor. 87 Gounod: Fausto. Nesterenko, Araiza/Davis. Philips.. . . . . . . . 79 Graun, C. H.: Te Deum. Näf. CPO. 88 — y J. C.: Concerti. Gardellino. Accent. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88 Greenberg: Sinfonía 5. Serebrier. Sony. . . . . . . . . . . . . 88 Grieg: Concierto para piano. Kovacevich/Davis. Philips. . . . . 79 — Obras para piano. Knardahl. BIS. 88 Haendel: Duello amoroso. Guilmette, Scholl/Dantone. H. Mundi. . 89 — Concerti grossi op. 3. Egarr. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . 89 — Festín de Alejandro. Gardiner. Philips. . . . . . . . . . . . 79 — Floridante. Mijanovic, Priante/Curtis. Archiv.. . . . . . . . 89 — Mesías. Jones, Brooks/Higgingbottom. Naxos. . 90 — Mesías. Auger, Chance/Pinnock. DG.. . . . . . . . 77 Homenaje a Knappertsbusch. Tahra.72 In memoriam Hermann Abendroth. Tahra. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73 Ives: Cuartetos. Blair. Naxos.. . . . 90 Kagel: Szenario. Kagel. Naxos. . . 90 Kanawa, Kiri Te. Soprano. Obras de Jenkins, Fauré y otros. Naïve. . 103 Koechlin: Chansons. Bruns. Hänssler. . . . . . . . . . . . . 90 Korcia, Laurent. Violinista. Obras de Portal, Ravel y otros. EMI.. . . . 103 Kraus, Alfredo. Tenor. Canciones y arias. VAI.. . . . . . 110 Landowska, Wanda. Clavecinista. Obras de Bach, Couperin y otros. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78 Lanzetti: Sonatas. Balssa. Lindoro. 90 Ligeti: Antología. Varios. Wergo. . 91 Liszt: Concierto para piano 1. Li/Davis. DG. . . . . . . . . . . . . . . 91 — Sinfonía Fausto. Noseda. Chandos. . . . . . . . . . . 91 Mahler: Sinfonía 5. DePreist. Naxos.71 — Sinfonía 5. Norrington. Hänssler. 71 — Sinfonía 9. Barenboim. Warner. 91 Marais: Folies. Muller. Zig Zag. . . 92 — Sémelé. Kuijken. Atma. . . . . . . 92 Martín de Villanueva: Pasión. García. Dies. . . . . . . . . . . . . . . 92 Martinu: Tríos. Angell. Resonance. 92 Mendelssohn: Conciertos para piano. Schirmer/Herbig. Berlin. 93 — Conciertos para piano. Leonskaia/Volkov. Berlin. . . . . . 93 Menuhin, Yehudi. Violinista. Obras de Mozart, Paganini y otros. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78 Milstein, Nathan. Violinista. Obras de Beethoven y Brahms. Naxos. 78 Mitterer: Mixture V. Mitterer. Col Legno. . . . . . . . . . 72 Moiseiwitsch, Benno. Pianista. Obras de Beethoven, Weber y otros. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . 78 Monteux, Pierre. Director. Obras de Beethoven, Stravinski y otros. Music & Arts. . . . . . . . . . 74 Monteverdi: Madrigales VIII. Alessandrini. Naïve. . . . . . . . . . 93 Mozart: Conciertos para piano 8, 9. Uchida/Tate. Philips. . . . . . . . . 79 — Cuartetos K. 464, 465. Klenke. Profil. . . . . . . . . . . . . . . 93 — Cuartetos dedicados a Haydn. Smithson. Virgin. . . . . . . . . . . . 94 — Sinfonías 38, 41. Jacobs. H. Mundi.. . . . . . . . . . . 94 — Sonatas y fantasías. Kempff. DG. 77 Myslivecek: Sinfonías. Ehrhardt. Archiv.. . . . . . . . . . . . 94 Oistrakh, David. Violinista. Obras de Mozart, Rachmaninov y otros. Brilliant. . . . . . . . . . . . . 104 Pequeña música de María Antonieta. Obras de Gossec y Grétry.. 110 Philips: Obras para clave. Farr. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . 95 Poppe: Holz. Asbury. Wergo. . . . 95 — Interzone. Sockhammer. Kairos. 95 Prokofiev: Iván el terrible. Gergiev. Philips. . . . . . . . . . . . . 79 Puccini: Bohème. De los Ángeles, Björling/Beecham. Membran. . . 76 — Madama Butterfly. Tebaldi, Campora/Erede. Membran. . . . . 76 — Tosca. Caballé, Carreras/Davis. Pentatone. . . . . . . . . . . . . . . . . 95 Rachmaninov: Momentos. Zilberstein. Hänssler. . . . . . . . . 95 — Sonata 2. Kocsis. Philips. . . . . 79 Rameau: Indes galantes. Brüggen. Philips. . . . . . . . . . . . 79 Ravel: Dafnis y Cloe. Petitgirard. Naxos. . . . . . . . . . . 96 — Sonatas. Pasquier/Pidoux. Saphir. 96 Reich: Different trains. Duke. Black Box. . . . . . . . . . . . 96 Ropartz: Cuartetos 4-6. Stanislas. Timpani. . . . . . . . . . . 97 Rossini: Adelaide di Borgogna. Cullagh, Larmore/Carella. Opera Rara. . . . . . . . . . . . . . . . 96 — Italiana en Argel. Horne, Montarsolo/Levine. DG. . . . . . 109 — Misa. Marriner. Philips. . . . . . . 79 Roussel: Obras para orquesta. Cluytens e. a. EMI. . . . . . . . . . . 76 Saint-Saëns: Oratorio de Navidad. Speck. Carus. . . . . . . . . . . . . . . 96 Sammartini: Cantatas. Mapelli/Ferrari. Naxos. . . . . . . . 97 Satie: Obras para piano. De Leeuw. Philips. . . . . . . . . . . 97 Schaffrath: Tríos y Sonatas. Epoca Barocca. CPO. . . . . . . . . 98 Scheidt: Conciertos sacros. Wilson. CPO. . . . . . . . . . . . . . . 98 Scherchen, Hermann. Director. Obras de Varèse, Schubert y otros. Tahra. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73 Schoenberg: Gurrelieder. Ozawa. Philips. . . . . . . . . . . . . 79 — Pelleas und Melisande. Barbirolli. EMI. . . . . . . . . . . . . . 76 Schubert: Cuartetos D. 173, 887. Mandelring. Audite. . . . . . . . . . 98 — Obras para piano a 4 manos. Frantz/Eschenbach. EMI.. . . . . . 76 — Tríos. Collard, Dumay, Lodéon. EMI. . . . . . . . . . . . . . . 77 Schumann: Quinteto y Cuarteto con piano. Schubert. ASV.. . . . . . . . 98 Schütz: Magnificat. Haller. K 617. 98 Schwarzkopf, Elisabeth. Soprano. Obras de Schubert, Schumann y otros. EMI. . . . . . . . . . . . . . . . 104 — Lieder. Tahra. . . . . . . . . . . . . . 73 — Lieder. Music & Arts.. . . . . . . . 74 Scriabin: Sonatas. Ogdon. EMI. . . 76 Semana mística. Horvat. Alpha. 105 Shostakovich: Moscú. Sloane. Capriccio. . . . . . . . . . . 99 — Sinfonía 10. Karajan. DG. . . . . 77 Sibelius: Kullervo. Rasilainen. CPO. 99 — Kullervo. Spano. Telarc. . . . . . 99 — Obras para violín y orquesta. Kuusisto. Ondine. . . . . . . . . . . . 99 Skalkottas: Obras para piano. Ramou. BIS. . . . . . . . . . . . . . . . 99 Stokowski, Leopold. Director. Obras de Bach, Beethoven y otros. Music & Arts. . . . . . . . . . . . . . . 74 Strauss: Lieder. Caballé/Bernstein. DG. . . . . . . . 77 — Vida de héroe. Beecham. EMI. 76 Stravinski: Apolo. Stravinski. Music & Arts. . . . . . . 75 — Consagración de la primavera. Varios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66 — Misa. Craft. Naxos. . . . . . . . . 100 Sweelinck: Salmos. Suzuki. BIS. 100 Takemitsu: Réquiem. Wakasugi. Brilliant. . . . . . . . . 100 Torres: Trío. Arbós. Autor. . . . . . 101 Verdi: Falstaff. Raimondi, Lanza/Mehta. TDK.. . . . . . . . . . 69 — Forza del destino. Stella, Di Stefano/Mitropoulos. Orfeo.101 — Rigoletto. Wixell, Pavarotti/Chailly. DG. . . . . . . 109 — Simon Boccanegra. Hampson, Gallardo-Domâs/Gatti. TDK. . . 69 — Traviata. Harteros, Beczala/Gavanelli. Farao. . . . . 100 Villa-Lobos: Bachianas 7-9. Minczuk. BIS. . . . . . . . . . . . . . 101 Vivaldi: Amor sacro. Kermes/Marcon. Archiv. . . . . . 102 — Sonatas de Graz. Chandler. Linn. . . . . . . . . . . . 102 — Sonatas para violín. Gatti. Glossa. . . . . . . . . . . . . . 102 Wagner: Parsifal. Hotter, London/Knappertsbusch. Philips. 78 — Ocaso de los dioses. Varnay, Windgassen/Keilberth. Testament. . . . . . . . . . . . . . . . 103 D O S I E R Fotocomposición: Iván Pascual FESTIVALES DE VERANO ALEMANIA Bayreuth . . . . . . . . 114 Múnich . . . . . . . . . 114 Schleswig-Holstein 115 AUSTRIA Bregenz . . . . . . . . . 116 Innsbruck. . . . . . . . 116 Salzburgo. . . . . . . . 118 Schubertiada . . . . . 117 Viena . . . . . . . . . . . 118 ESCANDINAVIA Drottningholm. . . . 120 Kuhmo . . . . . . . . . . 120 Savonlinna . . . . . . . 121 ESPAÑA La Coruña . . . . . . . 122 Granada. . . . . . . . . 124 Peralada. . . . . . . . . 126 San Sebastián. . . . . 127 Santander . . . . . . . 128 Santiago. . . . . . . . . 129 Torroella de Montgrí128 ESTADOS UNIDOS Santa Fe . . . . . . . . . 130 Tanglewood . . . . . . 130 FRANCIA Aix-en-Provence . . 132 Montpellier . . . . . . 132 Orange . . . . . . . . . 133 Saintes . . . . . . . . . . 133 GRAN BRETAÑA Edimburgo . . . . . . . 134 Glyndebourne . . . . 134 IRLANDA Wexford. . . . . . . . . 135 ITALIA Florencia . . . . . . . . 137 Pésaro . . . . . . . . . . 136 Verona . . . . . . . . . . 137 SUIZA Gstaad . . . . . . . . . . 138 Lucerna . . . . . . . . . 138 Verbier. . . . . . . . . . 139 Zúrich . . . . . . . . . . 139 113 D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 Bayreuth ASENTAMIENTO valentía esta parte en Oviedo hace un par de temporadas. Elisabeth estará de nuevo en la garganta de Ricarda Merbeth y Venus en la de Judit Nemeth. Se abre la puerta a Maestros cantores, en una producción de la ya polémica Katharina Wagner, nieta de Wolfgang —por tanto, tataranieta de don Ricardo— y novia de Wottrich, cuyas experiencias anteriores en otros teatros no han sido muy bien recibidas. La batuta la empuña el siempre solvente Sebastian Weigle, bien conocido en las Ramblas. Franz Hawlata, un bajo de pequeño estuche, hasta hace poco encajado en partes cómicas, es Sachs, mientras que Walther es el digno y decoroso Robert Dean Smith, un tenor que nunca defrauda; un lírico de correcta emisión y arte discreto. Amanda Mace es Eva y su padre, Pogner, el veterano Artur Korn (70 años). EL ORO DEL RIN de Wagner en Bayreuth SIGFRIDO de Wagner en Bayreuth Arturo Reverter Wilfried Hölst Segunda travesía para la Tetralogía de Thielemann/Dorn, estrenada el año pasado, que no causó especiales entusiasmos, aunque sí el reconocimiento de la en general atinada dirección musical, bien orientada, en camino de alcanzar una mayor plenitud. La puesta en escena, un intento de profundización en los significados más ocultos del ciclo, desarrollada en una suerte de duermevela, es inteligente aunque deja demasiados cabos sueltos. El reparto vocal, globalmente no muy lucido, cambia muy poco respecto al del verano anterior y se cuenta de nuevo, tristemente, con Endrik Wottrich como Siegmund. Lo más significativo es la sustitución del sólido y vigoroso —ya que no efusivo— Wotan de Struckmann por el menos fornido, de temple más diluido y sonoridad menos penetrante, de Albert Dohmen. Se mantiene el discutido y poco atractivo Parsifal visto por el truculento Schligensief, igualmente con Adam Fischer en el foso. Se repite Tannhäuser en las manos de Fabio Luisi, un director que sin alharacas ha sabido situarse, y de Philippe Arlaud. El pecador es Wolfgang Milgramm, que defendiera con RICHARD WAGNER FESTSPIELE. Del 25 de julio al 28 de agosto de 2007 www.bayreuther-festspiele.de Wilfried Hölst ALEMANIA DAS GEHEGE de Wolfgang Rihm (Izquierda) y Edita Gruberova en NORMA en Múnich Múnich PARA TODOS LOS GUSTOS (O DISGUSTOS) S 114 i el pasado ciclo el opulento festival bávaro (19 títulos este año) se distinguió por su vocación haendeliana, el presente se destaca por la variedad de compositores, estilos y estéticas. Comienza con un estreno mundial: Alice in Wonderland, es decir, el irrepetible cuento de Lewis Carroll al que ahora ha puesto notas, tras Giampaolo Testoni en 1993 para Palermo y Alexander Knaifel en 2001 en Ámster- dam, Unsuk Chin. Esta compositora coreana, nacida en Seúl el 14 de julio de 1961 (o sea que cumplirá 36 años a los pocos días de estrenar su primera ópera), fue alumna de Ligeti, lo que hace suponer por dónde irán sus tiros. De momento se cuenta con el protagonismo de la encantadora Sally Matthews y de Dietrich Henschel como Sombrerero Loco, además de Kent Nagano y Achim Freyer, musical y escénicamente hablando. Wolfgang Rihm y su Das Gehege (algo así como El cerco) junto a la Salome straussiana del pasado año, con el mismo reparto, se alían a Mozart (Così fan tutte, Las bodas de Fígaro), Musorgski (Khovanchina), Donizetti (Roberto Devereux), Bellini (Norma), Verdi (Luisa Miller, Rigoletto), por supuesto Haendel (Orlando, Alcina), Wagner (Parsifal, Los maestros), Beethoven, Massenet, Schleswig-Holstein LA WALKYRIA en Bayreuth SABOR HÚNGARO E SCHLESWIG-HOLSTEIN otros Strauss (Rosenkavalier)… Para cubrir tan enorme repertorio he ahí algunos reclamos: Edita Gruberova (Norma, Elisabetta donizettiana), Angela Denoke (Salome), Ramón Vargas (Rodolfo verdiano), Simon Keenlyside (Fígaro), David Daniels (Orlando), Carlos Álvarez (Rigoletto), Waltraud Meier (Kundry, cómo no), Joseph Calleja (Duque de Mantua), MÜNCHNER OPERN-FESTPIELE. Del 30 de junio al 31 de julio de 2007. www.muenchner-opern-festspiele.de l Festival de SchleswigHolstein, el más septentrional de cuantos se celebran en Alemania, acostumbra a dedicar cada una de sus ediciones a un país diferente. Este año, en el que se han preparado más de 135 conciertos en 75 lugares, se escuchará la música de Hungría, con algunos de sus más destacados intérpretes como Iván Fischer y la Budapest Festival Orchestra (que traerán una sugerente actuación en torno a la influencia magiar en la obra de Brahms, con presencia de instrumentos autóctonos), András Schiff, Márta Sebestyén, Miklós Perényi, András Adorján, la Klezmer Band, Roby Lakatos, el Ensemble Muzsikás, el Cuarteto Takács, la Orquesta de Cámara Franz Liszt y muchos más. También estarán presentes otros grandes nombres como Lang Lang, Renée Fleming, Grace Bumbry (con una gala en el castillo de Kiel, con motivo de su 70 cumpleaños) James Levine (que dirigirá a la Sinfónica de Boston en El castillo de Barba Azul de Bartók —con Michelle DeYoung y Albert Dohmen como solistas— y la Primera de Brahms), Bobby McFerrin, Christoph von Dohnányi, Andreas Scholl, el Huelgas Ensemble, Sandrine Piau, Maite Beaumont, Janine Jansen o Gustavo Dudamel con la Orquesta Simón Bolívar, así como una divertida Guerra de prima donnas en torno a arias de Haendel y Pepusch, a cargo de las sopranos Carolyn Sampson y Lynne Dawson, acompañadas por la Orquesta Barroca de Friburgo, un concierto de opereta con Michaela Kaune. Nikolai Shukoff y la Orquesta del Festival al mando de Christoph Eschenbach y una versión de concierto de El paciente Sócrates de Telemann por René Jacobs, en coproducción con el Festival de Innsbruck. Budapest F.O. EL OCASO DE LOS DIOSES en Bayreuth Bayreuther Festspiele GmbH/Jochen Quast D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 IVAN FISCHER Paata Burchuladze (Ivan Khovanski) y muchas estrellas (o en camino de serlo) más. Il turco in Italia rossiniano es la nueva producción a cargo de Maurizio Barbacini y con Simone Alaimo, la Pendatchanska y Chausson como prometedor terceto. Christof Loy es su regista, muestra clara de por dónde van las cosas en este capítulo: la Dörrie, Achim Freyer, Peter Konwitschny, Klaus Guth, Dieter Dorn, Peter Mussbach. Que nadie se venga luego a engaños, si decide viajar a la bella ciudad alemana. Fernando Fraga Rafael Banús Irusta SCHLESWIG-HOLSTEIN MUSIKFESTSPIELE. Del 14 de julio al 2 de septiembre de 2007. www.shmf.de 115 D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 Bregenz TOSCA SOBRE EL LAGO Siguiendo el éxito obtenido en las ediciones de 2001 y 2002 con La bohème, el Festival de Bregenz presentará en su monumental escenario sobre el lago Constanza otra ópera de Giacomo Puccini: Tosca. La puesta en escena ha sido confiada al director alemán Philipp Himmelmann, y la dirección musical a un habitual por estas tierras, Ulf Schirmer, que estará al frente de la Orquesta Sinfónica de Viena. Las tres seductoras sopranos que darán vida a la artista Floria Tosca son la germana Nadja Michael, la italiana Amarilli Nizza y la rusa Tatjana Serjan, mientras que al pintor Mario Cavaradossi se lo repartirán equitativamente los norteamericanos Brandon Jovanovich y Andrew Richards y el serbio AUSTRIA Zoran Todorovich. Habrá también dos títulos de Benjamin Britten: Death in Venice, sobre la célebre novela de Thomas Mann, en un montaje del nipón Yoshi Oida (en coproducción con el Festival de Aldeburgh y la Ópera Estatal de Praga), con Paul Daniel en el podio y protagonizado por Alan Oke y Peter Sidhom, y la mucho menos conocida opereta de tema americano Paul Bunyan, en unión con la Volksoper de Viena y los Teatros de Lucerna, con dirección musical del que fue colaborador del compositor inglés durante BREGENZER FESTSPIELE. Del 18 de julio al 19 de agosto de 2007. www.bregenzerfestspiele.at muchos años, Steuart Bedford, producción de Nicholas Broadhurst y con Gillian Keith y James Martin entre los solistas. Además de los tradicionales conciertos sinfónicos de la orquesta titular, la mencionada Sinfónica de Viena, en esta ocasión dirigida por Kirill Petrenko, Lothar Koenigs y Thomas Sanderling, que girarán en torno a composiciones de Britten y Shostakovich. Como agrupación invitada acudirá la Sinfónica de la Radio Bávara con su titular, Mariss Jansons, y el violinista Frank Peter Zimmermann, completando el cartel una actuación del reconocido Coro del St. John’s College de Cambridge, que interpretará a Purcell y Britten. Rafael Banús Irusta Innsbruck LAS DOS CARAS DE TELEMANN E l Festival de Música Antigua de la capital tirolesa llega este verano a su trigésimo primera edición con Telemann y Haendel como referentes operísticos. Para esta ocasión René Jacobs ha recuperado —y revisado por completo— la partitura de la olvidada ópera cómica telemanniana Der geduldige Sokrates (El paciente Sócrates), una partitura de 1721 que, con el Coro del Festival de Innsbruck y la Akademie für Alte Musik a sus órdenes, Markos Fink en el papel titular y el mismo tándem escénico anglo-iraní responsable del controvertido Rinaldo haendeliano de 2002 (Nigel Lowery y Amir Hosseinpour), disfrutará de tres representaciones en lo que se anuncia como coproducción con la Deutschen Staatsoper de Berlín. El danés Lars Ulrik Mortensen y su grupo Concerto Copenhagen, debutantes ambos en este festival, protagonizan la otra apuesta escénica de la cita austríaca: Acis y Galatea de Haendel, que se escenifica en su versión revisada de 1739 como pastoral en dos actos. La producción —con dos sesiones programadas y decorados y vestuario de Gideon Davey— corre a cargo de Stephen Lawless. Como ya es habitual, los conciertos de este año albergan programas de enorme interés. A modo de muestra, la música de corte del Renacimiento francés (pavanas, gallardas y canciones de Stockem, Sermisy, Certon y Guédron) por la soprano Véronique Bourin y el ensemble Doulce Mémoire que dirige Denis Rasin Dadre; la velada francesa de inspiración romana del Huelgas Ensemble (Mouton, Sermisy, Sandrin, de la Farge, de Villiers); el recital del Trío Hantaï con piezas de Marais, Rameau, Leclair y Bach; la confrontación maestro-discípulo a través del legado coral de Gabrieli y Schütz (al que se suman Cavalli y Rosenmüller) por el Coro del Festival y el Marini Consort dirigidos por Konrad Junghänel o la otra cara de Telemann, la más seria, que desvelará René Jacobs dirigiendo la Brockes-Passion que el músico de Magdeburgo compuso en 1716. En el rol de Cristo, el bajo Johannes Weisser, Don Giovanni mozartiano del pasado verano. A modo de complemento, el Castillo Ambras da cabida a conciertos no menos atractivos: Musica Fiorita, L’Assemblée des Honnestes Curieux, The Sirius Viols y el Consort Barroco de Friburgo son algunos de sus intérpretes. INNSBRUCKER FESTWOCHEN. Del 12 al 26 de agosto de 2007. www.altemusik.at 116 Juan Manuel Viana LAWLESS, MORTENSEN y DAVEY preparando Acis y Galatea en Innsbruck D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 Schubertiada DESMADRE A LA ITALIANA Maisenberg, Elisabeth Leonskaia, Anne Sofie von Otter (que presenta una velada nórdica con el violinista Pekka Kuusisto y el pianista Bengt Forsberg), Bernarda Fink, Alfred Brendel, Till Fellner, Peter Schreier (que dirigirá a la Orquesta de Cámara de Chemnitz en la integral de los Conciertos de Brandemburgo de Bach) o nuestro grupo de cámara más internacional, el Cuarteto Casals, que ofrecerá un programa estrictamente centrado en obras de Schubert. Muchos de ellos, al igual que los hermanos Capuçon, volverán en la última tanda, en la que además se incorporarán otros nombres de relieve como Thomas Quasthoff, Diana Damrau, Angelika Kirchschlager o Ian Bostridge. Los recitales de lied estarán protagonizados por el, al parecer, recuperado Uwe Heilmann. Aunque el grueso de la Schubertiade se sigue desarrollando, en dos secciones, en la localidad de Schwarzenberg. En junio desfilarán por la sala Angelika Kauffmann intérpretes tan prestigiosos como Andreas Scholl, Annette Dasch, Christoph Prégardien, el Cuarteto Artemis con el pianista Oleg SCHUBERTIADE HOHENEMS. Del 28 de abril al 20 de mayo. SCHUBERTIADE SCHWARZENBERG. Del 14 al 24 de junio y del 24 de agosto al 9 de septiembre de 2007. www.schubertiade.at PHILIPPE JAROUSSKY en Hohenems Rafael Banús Irusta Construcción del escenario para TOSCA en Bregenz EL PACIENTE SÓCRATES de Telemann en Innsbruck Rupert Larl C omo viene siendo habitual, la Schubertiade se divide en una primera parte en primavera y otra al final del verano. La avanzadilla tiene lugar en Hohenems, donde la estrella de este año es el conjunto L’Arpeggiata, que lidera Christina Pluhar, con el contratenor francés de moda, Philippe Jaroussky, quienes tendrán a su cargo un desenfadado repertorio de música italiana antigua. Además, la clarinetista Sabine Meyer y sus amigos nos proponen un delicioso viaje a París, con composiciones, entre otros, de Poulenc, Satie, Françaix, Stravinski y Milhaud, y tendrá también una presencia importante el Cuarteto Hagen, con tres sesiones en las que abordará páginas de Mozart, Wolf, Haydn, Schubert, Beethoven y Dvorák. 117 D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 Salzburgo NUEVAS ÉPOCAS, ANTIGUOS MODOS haler ha ideado un espectáculo muy prometedor, una especie de elucubración, titulada Sauser aus Italien, en torno al artista. Relevante nos parece también el ciclo de conciertos titulados Schumann-Szenen, que ofrecen una SALZBURGER FESTSPIELE. Del 27 de julio al 31 de agosto de 2007. www.salzburgfestival.at variopinta mirada sobre los diversos aspectos de la creación del músico. Y ya sabemos cómo se las gasta este poderoso festival a la hora de fichar nombres. Dado el espacio de que disponemos excusamos de citarlos. Piensen ustedes en los más grandes del firmamento actual y acertarán. Se le hace un sitio a Barenboim y a su proyecto Weast-Eastern Divan Orchestra. Arturo Reverter Maqueta de Martin Zehetgruber para la nueva producción de EVGENI ONEGIN en Salzburgo Ensayo de BENVENUTO CELLINI de Berlioz en Salzburgo KLANGFORUM WIEN en Salzburgo y Viena Viena LA GRAN MAREA L 118 a Wiener Festwochen ha sido por tradición una muestra ecléctica, aunque de vez en cuando haya dirigido su mirada hacia puntos muy concretos, que se han constituido en epicentro del conjunto si se contempla éste desde una perspectiva global, en la que se integran las distintas artes. Este año, por ejemplo, dentro de lo teatral, se dirigen muchas miradas hacia Shakespeare. En lo meramente musical apreciamos cierta proclividad a resaltar la figura de Leos Janácek, que es protagonista de tres conciertos del excelente Klangforum Wien, en el que composiciones del moravo se combinan con las de Schoenberg, Mahler y Ligeti. Una oportunidad de ver en acción al ya muy veterano Friedrich Cerha, que se sitúa al frente del grupo en uno de los programas. Fuera de ese anclaje lo que vemos son magníficos conciertos en los que se reúnen los mejores conjuntos: Filarmónica de Viena con Harnoncourt y Gatti, Filarmónica de Nueva York con Maazel, Sinfónica de San Francisco con Tilson-Thomas, Sinfónica de Viena con Dudamel (el nuevo ídolo venezolano) y Luisi (Octava de Mahler), Radio Húngara con Adam Fischer y Radio Austriaca con De Billy (Turangalila de Messiaen). Los Cuartetos Hagen, Belcea o WIENER FESTWOCHEN. Del 11 de mayo al 19 de junio de 2007. www.festwochen.at Mosaïques penetran en el repertorio para esa formación, mientras que el inquieto András Schiff, con el grupo Microcosmos, da un triple repaso al catálogo de Bartók. En medio de la gran marea musical acertamos a divisar a Savall, Rolf Lislevand, y Michael Beringer (Marais, François Couperin, Monsieur de SainteColombe, De Visée) y al Österreichisches Ensemble für Neue Musik, que ofrece un monográfico Birtwistle. También a Barenboim, que hace una sesión Bach y que colabora desde el teclado con el tenor mexicano Rolando Villazón, que se mete en el romanticismo alemán: Amor de poeta de Schumann. Una curiosidad, sin duda. Arturo Reverter Claudia Prieler P asó un nuevo año Mozart y Salzburgo sigue su marcha. Tras la demostración del verano precedente, en el que se aglutinaron todas las óperas del compositor, llega otra época, ahora con Jürgen Flimm como intendente. Y se proponen manjares también exquisitos en forma de producciones operísticas. Se anuncian: Armida de Haydn a cargo del dúo Ivor Bolton/Cristof Loy, con Annette Dasch en la parte protagonista; Evgeni Onegin de Chaikovski, en las manos de Barenboim y Andrea Berth, con Anna Samuil y Peter Mattei; Der Freischütz de Weber, dirigida musicalmente por Markus Stenz y escénicamente por Falk Richter, con el matrimonio Seiffert, Petra Maria y Peter, en los papeles estelares; Benvenuto Cellini de Berlioz con el nervudo Gergiev en el foso y Philipp Stolz en la escena y Schicoff y Burkhard Fritz alternándose en la parte del orfebre. Se repite el montaje de Claus Guth y Harding de Bodas de Fígaro. De la multitud de propuestas sinfónicas, vocales y camerísticas, espigaremos unos cuantos datos. En primer lugar lo que se llama Kontinent Scelsi, una serie de sesiones con la evanescente música del compositor italiano (1905-1988) como base de operaciones, en las que actúan la Basel Sinfonietta, el Ensemble Dissonanzen, Klangforum Wien y distintos solistas y en donde se reciben asimismo músicas de Grisey, Ribot, Murail y Ligeti entre otros. Mart- II Festival de Msica de Compostela y sus Caminos 4BOUJBHPEF$PNQPTUFMB KVMJP NBSUFT JOBVHVSBDJØO 4*.0/&,&3.&4 3&"-'*-)"3.0/¶"%&("-*$*" 3*/"-%0"-&44"/%3*/* "VEJUPSJPEF(BMJDJBI NJÏSDPMFT -&10&.&)"3.0/*26& 7*/$&/5%6.&453& 0SGFP%PMFOUFØQFSBEF%PNFOJDP#FMMJ WFSTJØODPODJFSUP &TUSFOPFO&TQB×B 5FBUSP1SJODJQBMI KVFWFT $)3*4501)&%6."69 7FEFOEPBNPS$BOUBUBTEF)BFOEFM *HMFTJBEF4BO%PNJOHPTI WJFSOFT ."9&."/6&-$&/$*$ %PNFOJDP4DBSMBUUJDBOUBUBT 4BMØO5FBUSPI TÈCBEP $PNQPTJUPSFTHBMMFHPT0$5"7*07«;26&; 5FBUSP1SJODJQBMI EPNJOHP +6"/$"3-043*7&3" *HMFTJBEFMB6OJWFSTJEBEI "$$"%&.*"#*;"/5*/" 4BMØO5FBUSPI NBSUFT *-(*"3%*/0"3.0/*$0("/50/*/* 5FBUSP1SJODJQBMI KVFWFT NJÏSDPMFT 5)&&/(-*4)#"3026&40-0*454 5)&.0/5&7&3%*$)0*3 +0)/&-*05("3%*/&3 $0.1"º¶"%&%"/;"30644"5-6#&, .FTTFEFT.PSUT EF$BNQSB *HMFTJBEF4BO%PNJOHPTI 3BNFBV&TQFDUBDVMBS "VEJUPSJPEF(BMJDJBI ."3$0#&"4-&:(6*%0.03*/* *HMFTJBEFMB6OJWFSTJEBEI WJFSOFT WJFSOFT 0326&45"4*/'»/*$"%&("-*$*" 7¶$5031"#-01²3&; *HMFTJBEF4BO%PNJOHPTI TÈCBEP 401)*&%"/&."/+6-*64%3",& 5FBUSP1SJODJQBMI -"655&/$0.1"(/&:#&3-*/ 80-'("/(,"54$)/&3 ,JOH"SUIVSØQFSBEF1VSDFMMDPODJFSUP "VEJUPSJPEF(BMJDJBI KVFWFT -"1&5*5&#"/%&4*(*48"-%,6*+,&/ #²"53*$&$3".0*9FTDFOB -BWFEPWBJOHFHOPTBJOUFSNF[[POBQPMJUBOP DPOEBO[BEF4FMMJUUPTFNJFTDFOJmDBEP "VEJUPSJPEF(BMJDJBI -&4'0-*&4'3"/±0*4&4 1"53*$,$0)´/",&/*/& *HMFTJBEFMB6OJWFSTJEBEI TÈCBEP -"(3"/%&$)"1&--&«/(&-3&$"4&/4 (&/4#*$$*3&."35*/4 #SJTFJEB[BS[VFMBCBSSPDBEF3PESÓHVF[EF)JUB DPODJFSUP &TUSFOPFOUJFNQPTNPEFSOPT 5FBUSP1SJODJQBMI MVOFT *-$0.1-&440#"30$$0"-"/$635*4 )"--&.#&3(4$)8"35;*/7&3/*;;* 7&/*$&#"3026&03$)"/%3&"."3$0/ 5PMPNFPF"MFTTBOESPØQFSBFODPODJFSUP 30#&35"*/7&3/*;;*30.*/"#"440 BOJWFSTBSJP%PNFOJDP4DBSMBUUJ %ÞPTZBSJBTEF)BFOEFMZ7JWBMEJ *HMFTJBEF4BO%PNJOHPTI *HMFTJBEF4BO%PNJOHPTI MVOFT KVFWFT NBSUFT 7*7*$"(&/"69 -&47*0-0/4%630:#&3/"3%-"#"%*& "SJBTEF)BTTF-PTFMFNFOUPTEF3FCFM "VEJUPSJPEF(BMJDJBI XXXWJBTUFMMBFFT .ÞTJDBZ"SUF 5BSEFTEFNÞTJDBFOFTQBDJPTTJOHVMBSFTWJTJUBTHVJBEBT .0/"45&3*0%&40#3"%0%04.0/9&44ÈCBEP "3.0/*04*$0/$&35*."3¶"&41"%"I "//"."3(6-&44"/5*.*3»/."/6&-7*-"4I .0/"45&3*0%&$"3#0&*30%PNJOHP *4"#&-.0/"3."/6&-7*-"4I 5"45040-0It3&40/&5I "//&401)*&70/055&3 -&4.64*$*&/4%6-0673& ."3$.*/,084,* "VEJUPSJPEF(BMJDJBI $PODJFSUPT&YQSFTT NJOVUPTEFNÞTJDBFODMBVTUSPTEF4BOUJBHP )045"-%&-043&:&4$"5»-*$04t4."35*º01*/"3*0 4"/%0.*/(04%&#0/"7"-t$0-&(*0%&'0/4&$" 4"/3026&t$0-&(*"5"%&4"/5"."3¶"%&4"3 NÈTEFT DPODJFSUP $BNJOP 1SJNJUJWP t $BNJOP 'SBODÏT t 3VUB EFM .BS EF "SPVTB3ÓP 6MMB t $BNJOP 1PSUVHVÏT t $BNJOP 'JTUFSSB.VYÓB t 7ÓB EF MB 1MBUB t $BNJOP *OHMÏT t $BNJOP /PSUF 4BOUJBHP EF $PNQPTUFMB t -VHP t 1BMBT EF 3FJ t .FMJEF t "S[ÞB t 3JWFJSB t 1PCSB EP $BSBNJ×BM t #PJSP t 3JBOYP t 0 (SPWF $BNCBEPT t *MMB EF "SPVTB t 7JMBHBSDÓB t 1BESØO t 5VJ t 3FEPOEFMB 1POUFWFESB t $BMEBT EF 3FJT t 'JTUFSSB t $FF t .VYÓB 7FSÓO t "MMBSJ[ t 0VSFOTF t -BMÓO t 4JMMFEB t 'FSSPM t 1POUFEVNF t #FUBO[PT t " $PSV×B t $BNCSF t 4PCSBEP EPT .POYFT t 3JCBEFP t (VJUJSJ[ D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 Drottningholm CELEBRANDO NACIMIENTO El festival sueco, que se desarrolla en el precioso además de acogedor teatrito barroco que la Unesco ha destacado con el preciado reconocimiento de “patrimonio de la humanidad”, tiene a bien en esta oportunidad celebrar los 400 años del nacimiento de la ópera, al programar L’Orfeo monteverdiano, estrenada como se debe saber en Mantua en febrero de 1607. Con ello, los de Drottningholm se ponen de parte de otros muchos que dejan de lado como punto de partida del género a la Euridice de Peri y Caccini, dada a conocer en el Palacio Pitti de Florencia siete años atrás, inclinándose por darle la palma de inventor del cotarro al compositor cremonés. En el teatro del rey Gustavo, su recientísimo director musical del Festival, Mark Tatlow, será quien concierte a un equi- ESCANDINAVIA po muy escandinavo encabezado como La Música por Susanne Rydén, muy activa ella como haendeliana en el Teatro de Göttingen. El director escénico es el holandés Michiel Dijkema. Tatlow igualmente se encargará de poner en pie el Serse de Haendel, ahora escenificado por William Relton. El reparto — se da completo para servirles un poco de propaganda a los jóvenes cantantes, que no se va a publicitar siempre a los mismos— es el siguiente: Karolina Blixt (Serse titular), Matilda Paulsson (Amastre), Joa Helgesson (Arsamene), Sara Sandström (Romilda), Sara Andersson DROTTNINGHOLMS SLOTTSTEATER. Del 26 de mayo al 11 de agosto de 2007. www.dtm.se Fernando Fraga Kuhmo ITINERARIOS MÚLTIPLES S 120 on muchos los itinerarios musicales —casi tantos como intérpretes reunidos— planteados a lo largo de las dos intensísimas semanas que abarca este verano la XXXVIII edición del Festival de música de cámara de Kuhmo. No sólo van a poder escucharse todos los cuartetos de cuerda escritos por Schubert en versiones debidas al Cuarteto Rosamunde. También numerosas páginas de repertorio ocuparán los atriles de los 72 conciertos programados: La bella molinera y el Viaje de invierno, Quinteto de cuerda y La trucha de Schubert; sonatas para violín, tríos, cuartetos con piano, quintetos y sextetos de Brahms; sonatas para violín, divertimentos, cuartetos y quintetos de cuerda de Mozart; Las siete últimas palabras de Cristo en la cruz de Haydn; cuartetos y quintetos de Beethoven; Recuerdo de Florencia de Chaikovski; Das Lied von der Erde y Lieder eines fahrenden Gesellen mahlerianos; la Sonata para dos pianos y percusión de Bartók o Scaramouche de Milhaud, entre las innumerables obras previstas. Pero la cita estival finlandesa gusta siempre de recuperar páginas de escucha infrecuente y los ejemplos no escasean: El vino de Schreker, Ständchen de Schubert, Funiculì-funiculà de Denza y Weil i a alter Draher bin de Sioly (todas en arreglos de Schoenberg), Berceuse élégiaque de Busoni, música para piano de Nietzsche, Serenata nº 1 de Brahms (Atalanta), Linus Börjesson (el cómico Elviro) y Anton Eriksson (Ariodate). Un programa sobrio pero muy en la línea de su filosofía programadora, que en estos últimos veinte años ha dado cabida a Mozart (especialmente), Gluck (con la poco frecuentada Paride ed Elena, entre otras), Haydn, Grétry, Martín y Soler (¡qué detalle!), Philidor, Rameau y rarezas como Soliman II de Joseph Martin Kraus o Elektra de Johann Christian Haeffner, así como Himmelske Haendel, que protagonizaron dos estrellas (allá en 1994 cuando aún no lo eran tanto: Barbara Bonney y Anne Sofie von Otter), una obra original de Ture Rangström que es un delicioso homenaje a Gustavo y al compositor anglo-alemán que aparece en el título. en reconstrucción de la versión original para noneto, Gallimathias musicum y Pantomima, K. 446 de Mozart, Andante y variaciones para mandolina y clave de Beethoven, Hoja inédita para ondas Martenot de Messiaen, Sexteto de cuerda de Raff, Rajok y Marcha de la milicia soviética de Shostakovich, Bosques silenciosos de Dvorák, Preludios de danza de Lutoslawski, L’abeille de François Schubert, Villanelle de Dukas, Les sirènes de Lili Boulanger o la Introducción y allegro de Ravel. Para calibrar la imaginación de los programadores bastaría con citar el concierto de temática húngara que incluye obras de Haydn, Schubert (Divertimento a la húngara), Brahms, Kurtág, Lehár, las Tres imágenes de la Reina de Hungría de Reynaldo Hahn, el Poema sinfónico para cien metrónomos de Ligeti y las Variaciones sobre “La húngara” de Arriaga. Junto a páginas recientes de Takemitsu, Brown, Penderecki, Hosokawa, Schnittke, Lindberg, Colasanti, Jokinen y Berio se producirán estrenos de Ralph Gothoni, Mikko Heiniö y Jouni Kaipainen. Juan Manuel Viana KUHMO CHAMBER MUSIC FESTIVAL. Del 15 al 28 de julio de 2007. www.kuhmofestival.fi Figurín de Claudia Damm para L’ORFEO de Monteverdi en Drottningholm D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 Savonlinna ENTRE TRADICIÓN Y ACTUALIDAD najes wagnerianos para adentrase en este oscuro mundo verdiano. Pero, probablemente, lo que despertará más atención de los medios serán dos partituras modernas, una por ser un estreno mundial; otra por el escándalo que la precede, porque para eso esto vende mucho más. El compositor, por supuesto finlandés Olli Kartekangas, (nacido en 1955) da a conocer su nueva ópera Isän tyttö (La chica de papá), cantada en su idioma patrio, y con la deliciosa Monica Groop como Anna al frente de un equipo completamente nacional, como corresponde. Desde el Teatro SAVONLINNA OPERA FESTIVAL. Del 29 de junio al 28 de julio de 2007. www.operafestival.fi Bolshoi de Moscú, donde consiguió levantar un escándalo referencial, llega Rosenthalin lapset (Los niños de Rosenthal), cantada en ruso. La música es de Leonid Desiatnikov y en Moscú se estrenó el 23 de marzo de 2005, con puesta escénica del renombrado director lituano Eimuntas Nekrosius, bien conocido por el público florentino gracias a sus, qué coincidencia, Macbeth y Boris Godunov. Con libreto del novelista, tachado entre otras lindezas de “pornógrafo” Vladimir Sorokin (en una de sus novelas, parece ser, hace copular a Stalin con Breznev, ¡qué morbo!), en el texto de la obra conviven como personajes Wagner, Chaikovski, Mozart, Verdi y Musorgski junto a otros de ficción. Ahí queda eso. Fernando Fraga Rupert Larl E ste año el Festival apuesta por lo seguro: con dos heroínas de lo más atractivo y popular, en extremos vocales de su cuerda (Carmen y Lucia di Lammermoor) y dos ambiciosos héroes (o antihéroes) igualmente bien conocidos (Macbeth y Boris Godunov). Eglise Gutierrez, que acaba de triunfar como El Hada en la producción de la Ópera de Santa Fe de Cendrillon de Massenet al lado de la fascinante Joyce DiDonato será Lucia y Carmen la polaca Malgorzata Walewska, ya bien bregada en el papel de la gitana y que ya fuera en Savolinna una aplaudida Santuzza. En la escena, una presencia oportunamente femenina, la de la directora Marianne Mörck. Boris será un ruso, Mikhail Kazakov, y Macbeth un lugareño, Juha Uusitalo, que deja aparcados de momento sus perso- LOS NIÑOS DE ROSENTHAL de Desiatnikov en Savonnlina DROTTNINGHOLM Timo Seppäläinen KUHMO Malgorzata Walewska en CARMEN en Savonnlina 121 D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 La Coruña ENSANCHANDO HORIZONTES Manteniendo siempre a Mozart como motivo central de su oferta, el programa de este año se extiende a la obra de compositores anteriores y sucesivos al salzburgués que da título al acontecimiento, como siempre en un amplia oferta que incluye conciertos, recitales (de canto y pianísticos), música de cámara, religiosa, matinées que amplían aún más aquel radio de acción con obras contemporáneas (entre ellas algunas del gallego Manuel Balboa, desaparecido inesperada y prematuramente), etc. La parte operística sigue manteniendo una presencia importante con dos títulos mozartianos de diversa consideración: Il re pastore dirigida por Jonathan Webb y Eduardo Vasco y la bonita producción de La flauta mágica de Daniele Abbado, hijo de Claudio, incluyendo en el equipo la Reina de la Noche de la grabación discográfica del padre del regista (Erika Miklósa). A estas dos obras escenificadas se suman en concierto Acis y Galatea (un lujo: con McCreesh y sus Gabrieli), Dido y Eneas de Purcell (en interpretación barroca muy hispana: el conjunto sevillano que dirige Monica Hugget) y la Adelaida di Borgogna rossiniana, llegada de Pésaro con Daniella Barcellona, la grandísima Patrizia Ciofi (protagonista asimismo de uno de los recitales) con Kenneth Tarver y Simón Orfila además, no podían ser otros, de la Sinfónica de Galicia y Zedda. Sigue la ópera con la versión FESTIVAL MOZART. Del 16 de mayo al 6 de julio de 2007. www.festivalmozart.com “familiar” de Tricile de El barbero rossiniano y con una velada concertística en base a fragmentos de la soberbia Semiramide del mismo compositor con un terceto vocal de ensueño: Iano Tamar, la Barcellona y Michele Pertusi. Si a vuela pluma se añade que están convocados los pianistas Dezsö Ránki y Buchbinder, Anna Caterina Antonacci y José Bros (para el Stabat Mater de Rossini en el milagroso concepto de Zedda), que Elisabete Matos propone un interesante programa de canción eslava frente al más europeo de Ainhoa Arteta, que la Camerata Salzburg acude con Bach y Haydn en atriles, que también estarán Ros Marbà y Víctor Pablo… el festival que estrena nueva dirección promete ser tan provechoso como en anteriores ediciones. Fernando Fraga Figurines de Lorenzo Caprile para IL RE PASTORE de Mozart DANIELA BARCELLONA Bofill ESPAÑA PATRICIA CIOFI PAUL McCREESH 122 D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 Granada ESPAÑOLES EN PARÍS E de Bagdad de Manuel García. Un acontecimiento que volverá a mostrar la importancia creadora del sevillano, que será servido por un especialista como Christophe Rousset, al frente de sus Talens Lyriques. Se prevén conciertos con obras inéditas o infrecuentes, que van desde el siglo XI hasta el XVIII, a cargo del Ensemble Organum/Marcel Pérès, Le Poème Harmonique/Vicent Dumestre y la Orquesta Barroca de Sevilla/Monica Huggett. En lo sinfónico se cuenta con la Orquesta de París, que hace tres conFESTIVAL INTERNACIONAL DE MÚSICA Y DANZA DE GRANADA. Del 22 de junio al 8 de julio de 2007. www.granadafestival.org ciertos con músicas muy significativas, uno dirigido por Josep Pons y dos por Christoph Eschenbach, y que estrena una obra de Luis de Pablo (presentada semanas atrás en París dentro de este toma y daca), Natura (a la memoria de Adolfo Salazar). Aparece también, como en los últimos años, para cerrar la muestra, la Staatskapelle de Berlín con Barenboim. Anotamos asimismo sendos conciertos de orquestas andaluzas, la de Granada y la de Sevilla. A destacar la presencia del siempre bienvenido Ballet de Béjart y los recitales del contratenor Philippe Jaroussky, de la mezzo Magdalena Kozená, voces muy de moda, y del veterano pianista Aldo Ciccolini (Debussy, Ravel, Falla). Arturo Reverter ORQUESTA BARROCA DE SEVILLA ste año el Festival de Granada, adelantándose a las celebraciones de la Guerra de la Independencia, plantea una fiesta franco-española. Se estudian las relaciones entre ambas naciones, con protagonismo singular de Manuel de Falla, que desde la encrucijada parisina dio vía libre a las influencias impresionistas y de los Seis sobre los músicos del 27. Está muy bien pensado el Simposio sobre Las relaciones internacionales musicales España y Francia desde la Edad Media hasta nuestros días, con especialistas de prestigio. Y los ciclos del Alhambra Palace, Les chemins de l’amour y Españoles en París. El propósito histórico se revela en otras propuestas, la primera planteada en la misma inauguración, el 22 de junio, con la representación de Il califfo CHRISTOPH ESCHENBACH Eric Larrayadieu CHRISTOPHE ROUSSET 124 D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 Peralada NUEVA ERA E l Festival inicia una nueva época tras la muerte de Luis Polanco, añorado asesor, hombre inquieto y arriesgado, y el cambio de director. Juan María Gual ha sustituido a Luis López de Lamadrid. Parece acusarse una mayor inmersión en el mestizaje, en lo ampliamente multidisciplinar, en el sentido cultivado, salvando distancias, por Edimburgo o Viena. SCHERZO es fundamentalmente una revista de música clásica y por tanto incidiremos en los aspectos que tocan tal acepción. La severidad sinfónica está presente de manera prácticamente exclusiva en la inauguración, el día 20 de julio, a cargo de la legendaria Filarmónica de San Petersburgo que, de la mano del magnético Yuri Temirkanov, se bañará en las aguas sentimentales de una suite de El lago de los cisnes y la Sinfonía “Patética” de Chaikovski. La ópera está representada por Los cuentos de Hoffmann de Offenbach, dirigida musicalmente por Miguel Ortega y escénicamente por Lindsay Kemp, en una coproducción con Cantabria y San Sebastián, y por una nueva puesta en escena de El barbero rossiniano del travieso Dimitri Bertman y su modesta pero rompedora compañía Helikon de Moscú. A mencionar la gala lírica con las buenas voces de la mezzo italiana Sona Ganassi y la soprano norteamericana Sondra Radvanovsky. El ballet anuncia dos actuaciones del Ballet de FESTIVAL CASTELL DE PERALADA. Del 20 de julio al 19 de agosto de 2007. www.festivalperalada.com Maqueta para la escenografía de LOS CUENTOS DE HOFFMANN YURI TEMIRKANOV 126 Boston —La sylphide y un espectáculo Balanchine—, otra de Julio Bocca con su propuesta Adiós hermano cruel y el Ballet Flamenco de Andalucía de Cristina Hoyos. A Polanco se le dedica una sesión flamenca a cargo del cantaor Miguel Poveda entre otros. Y Calixto Bieito no podía faltar, aquí con un espectáculo con texto de Esquilo denominado Los persas. Réquiem por una guerra. El jazz, Miguel Bosé, Sabina y Serrat tienen también su hueco. Hay también atención a la infancia y diversas manifestaciones de carácter popular, entre ellas una tan ancestral y mística como El misterio de Elche, que se brinda, con la dirección de Manuel Ramos Aznar, en una versión orquestada con voces mixtas. Arturo Reverter D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 San Sebastián PRESENCIA DE SCARLATTI L a ópera tiene gran espacio en esta Quincena nº 68. Se abre con una representación que festeja el 250 aniversario de la muerte de Domenico Scarlatti y que inaugura solemnemente el remozado Teatro Victoria Eugenia el 6 de agosto. En escena una rareza de 1703, L’Ottavia restituita al trono, primera ópera del compositor napolitano-español, exhumada y revisada por Antonio Florio, que la recreará, con dirección escénica de Francisco López, en unión de su famosa Capella dei Turchini. El papel de Nerón, previsto para un castrado, estará en la garganta de Vivica Genaux. En el Kursaal se escenifica Los cuentos de Hoffmann de Offenbach, coproducción con Cantabria y Peralada, según la concepción de Lindsay Kemp, con David Parry en el foso. Aquiles Machado, experto ya en estas lides, y María José Moreno son protagonistas. Los cuatro papeles diabólicos serán desempeñados por el joven bajo Felipe Bou. El tercer manjar operístico es el Otello verdiano, en versión concertante del férreo Semion Bichkov al frente de sus huestes de la Radio de Colonia. Las tres partes protagonistas se escucharán en las voces no especialmente dramáticas de Johan Botha, Nucia Focile y Carlo Guelfi. Hay buena cosecha sinfónica: Orquesta del Mariinski con Gergiev, Nacional de Rusia con Dutoit (Liszt en unión de su antigua esposa Martha QUINCENA MUSICAL DONOSTIARRA. Del 3 de agosto al 3 de sept. de 2007. www.quincenamusical.com Argerich) y Pletnev, París con Eschenbach, Radio de Colonia con Bichkov, Euskadi con Boreiko. Y un sinnúmero de ofertas de cámara: Capella Glinka de San Petersburgo (Bodas de Stravinski), Lausana con Zacharias, Mensa Harmonica (con el contratenor Carlos Mena), Ensemble Diálogos… La música antigua sigue estando bien servida: Kenneth Weiss, clave, Forma Antiqva con la soprano María Espada, Capilla Peñaflorida (con programas scarlattianos), The Tallis Scholars (Buxtehude). Se dedica, como siempre, amplio espacio a la música contemporánea y un ciclo al centenario del arpista donostiarra Nicanor Zabaleta. Además de las habituales series de órgano y de jóvenes intérpretes. Arturo Reverter ESTUDIO LANZAGORTA Bocetos para la escenografía de LOS CUENTOS DE HOFFMANN 68 Quincena Musical Musika Hamabostaldia ABUZTUAK 6 AGOSTO-IRAILAK 4 SEPTIEMBRE DONOSTIA 2007 SAN SEBASTIÁN DONOSTIAKO UDALA-AYUNTAMIENTO DE SAN SEBASTIÁN GIPUZKOAKO FORU ALDUNDIA-DIPUTACIÓN FORAL DE GIPUZKOA EUSKO JAURLARITZA-GOBIERNO VASCO LA SYLPHIDE TEATRO VICTORIA EUGENIA 127 D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 Santander LA VOZ, PROTAGONISTA C vinculado al certamen cántabro, el bajo Roberto Scandiuzzi, que intervendrá en el papel del Conde Rodolfo. Ottavio Marino dirigirá la Orquesta del Principado de Asturias en el foso. El segundo título es Tosca de PucciFESTIVAL INTERNACIONAL DE SANTANDER. Del 1 al 31 de agosto de 2007. www.festivalsantander.com ni, con un elenco encabezado por los sólidos Annalisa Raspagliosi y Alberto Gazale. Ambas producciones llevan el sello del regista Argentino Hugo de Ana, responsable de puestas en escena siempre muy cuidadas y normalmente bastante respetuosas con las obras. Habrá también un concierto a cargo de uno de los mejores contratenores de hoy, Andreas Scholl, junto a la Accademia Bizantina. Rafael Banús Irusta Rolando Paolo Guerzoni omo viene siendo habitual en las últimas temporadas, el Festival Internacional de Santander otorga una importancia cada vez mayor al repertorio vocal. Así, la LVI edición se abrirá con dos representaciones de la ópera de Vincenzo Bellini La sonnambula, en un montaje estrenado con considerable éxito en este mismo curso en el Teatro Filarmónico de Verona, y protagonizado por la joven soprano italiana Diletta Rizzo Marin, a la sazón hija de un artista muy JOAQUÍN ACHÚCARRO en Torroella Tres escenas de LA SONNAMBULA de Bellini en la producción de Hugo de Ana que irá a Santander OTTAVIO DANTONE en Torroella Torroella de Montgrí EL VALOR DE LO PEQUEÑO F 128 estival de menor relumbrón, el de Torroella se ha asentado por sus claros contenidos y su enjundia pedagógica. Alberga una bien medida y razonada programación de músicas étnicas servidas, entre otros, por la Orquesta Arab de Barcelona, dirigida por el polifacético Eduard Iniesta, que interpreta temas tradicionales e improvisa en torno a la música de raíces mediterráneas, por el conjunto Chot a Divana de Rajashtan, India, para enseñarnos cánticos que invocan la lluvia o festejan nacimientos y bodas, por Nidi d’Arac, que explora la fusión entre las músicas tradicionales de la Italia meridional y las nuevas tendencias musica- les, o por Coral La Bisbal Jove, que intenta establecer una suerte de cordón umbilical entre la sardana y la música independiente; estas dos últimas actuaciones en el llamado Festival OFF. Pero no se olvida la creación occidental clásica y se han dispuesto intervenciones de altura, como la del magnífico pianista polaco Piotr Anderszewski, que tocará cuatro Suites ingleFESTIVAL DE MÚSIQUES DI TORROELLA DE MONTGRÍ Del 14 de julio al 22 de agosto de 2007. www.festivaldetorroella.com sas de Bach, el Quinteto de Schumann (con el Belcea) y el Concierto nº 1 de Beethoven (con la Orquesta de Cámara de la Filarmónica Checa); o de dos sopranos hoy en boga, Ana María Sánchez y María Bayo, con sendos recitales de ópera y zarzuela; o de un pianista siempre seguro como Joaquín Achúcarro (Nin, Brahms, Debussy y Falla). No es menos importante la programación del oratorio Juditha triumphans de Vivaldi, a cargo de músicos de la tierra dirigidos por Ottavio Dantone, y de una misa de Dufay por Diabolus in musica. Arturo Reverter D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 Santiago de Compostela SANTIAGO ARDE EN MÚSICAS ólo alabanzas merece lo que en poco más de dos años se ha alcanzado en ese nuevo y refrescante festival que se llama Via Stellæ. Loado el día en el que desapareció, por mor de la nueva política cultural de la Xunta que gobierna ahora a Galicia, el antiguo Festival Internacional. Ahora hay una coherencia, que impone el firme y conocedor criterio de José Víctor Carou, un racional planteamiento que, eso sí, reduce el espectro temporal y estilístico a lo barroco. En esta programación pueden apreciarse, a lo largo del próximo julio, verdaderas y apetitosas ofertas. En el campo de los conjuntos especializados encontramos algunos tan relevantes como The English Baroque Soloists y Coro Monteverdi con Gardiner (Misa de difuntos de Campra, Rameau especta-cular), Orquesta Barroca de Venecia con Marcon (Dúos y arias de Haendel y Vivaldi), Le Poème Harmonique con Dumestre (Orfeo dolente de Domenico Belli, semiescenificada), La Petite Bande con Kuijken (intermezzo La JOHN ELIOT GARDINER vedova ingegnosa de Sellito, semiescenificada), La Grande Chapelle con Recasens (Briseida, zarzuela barroca de Rodríguez de Hita, versión de concierto), Il Complesso Barocco con Curtis (Tolomeo e Alessandro de Domenico Scarlatti en su 250 aniversario, versión de concierto), Les violins du Roy con Labadie y la mezzo Genaux, Les MARC MINKOWSKI Musiciens du Louvre con Minkowski y la mezzo Von Otter… Se prevén actuaciones de la Filharmonía de Galicia con Alessandrini, de Il Giardino Armonico con Antonini y de la Sinfónica de Galicia con Víctor Pablo Pérez, además de una serie de sesiones de cámara por distintos lugares de la geografía galaica. Se han ideado una serie de actos denominados Conciertos Express y se ha abierto un ciclo viajero bautizado con el nombre de Música y Arte. Todo contribuye a enriquecer una propuesta que viste a Galicia de las mejores galas musicales. Katja Lösönen S Arturo Reverter VIA STELLÆ Del 3al 26 de julio de 2007. www.viaestellae.es 129 D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 Santa Fe NOVEDADES Y AUSENCIAS La temporada 2007 de la Ópera de Santa Fe ofrecerá cinco óperas con treinta y ocho representaciones. Para asegurar los éxitos de taquilla, más de la mitad de las representaciones estará consagrada a obras de Puccini y Mozart: La bohème, en una nueva producción puesta algo más al día, y una reposición de Così fan tutte. Para rematar la temporada se dará el estreno americano de Tea: A Mirror of Soul de Tan Dun y dos nuevas producciones separadas por casi dos siglos de historia operística, Plateée (1745) de Rameau y Daphne (1938) de Strauss. Casi todos los repartos están formados por norteamericanos y la sorpresa de esta temporada no es quién viene sino todo lo contrario. No hay cantantes de renombre y las favoritas de la compañía como Susan Graham, Patricia Racette y la soprano de coloratura francesa Natalie Dessay destacan por su ausencia. Tampoco va a dirigir musicalmente el maestro Alan Gilbert, el director artístico de la compañía. La nueva producción de La bohème, dirigida por Paul Curran, está ambientada durante la Gran Guerra, y el maestro italiano Corrado Rovaris la dirigirá musicalmente. La reposición de Così fan tutte mostrará los enormes y lustrosos decorados de plata y damasco de Allen Moyer Cuando se estrenó en 2003, se consideró como una vanidad del escenógrafo. Todo el reparto y el director musical , William Lacey, son nuevos, pero James Robinson volverá para dirigir. La ópera de Tan Dun, Tea, EE UU una historia de amor conmovedora situada en Japón, ya ha sido estrenado en Japón, Europa y Nueva Zelanda. El equipo del montaje es japonés, y el director de escena es Amon Miyamoto. El barítono de origen chino Haijing Fu será el cantante principal. Rameau escribió su ópera cómica Platée en 1745. Aquí no hay nada de interpretación de época sino un estilo visual a la manera de Chantel Thomas, con SANTA FE OPERA. Del 29 de junio al 25 de agosto de 2007. www.santafeopera.org mucho color e imaginación, y el director de escena Laurent Pelly sin duda presentará un espectáculo lleno de ingenio y estilo. Pero si les gusta Strauss no se pierdan la producción de Daphne. De todas sus óperas, ésta fue su favorita. Debutará en el papel principal la soprano canadiense-estadounidense Erin Wall, famosa por su exquisito timbre y soberbia línea, precisamente lo que la partitura requiere. Y el hecho de que Kenneth Montgomery, un maestro irlandés de esmerada delicadeza, vaya a dirigirla realza enormemente las expectativas. William Wentworth Maqueta para TEA de Tan Dun en Santa Fe COSÌ FAN TUTTE de Mozart en Santa Fe JAMES LEVINE en Tanglewood Tanglewood FIESTA EN EL PARQUE C 130 omo una gran fiesta al aire libre podemos considerar el Festival de Tanglewood, que la Orquesta Sinfónica de Boston organiza a lo largo de todo el verano y que arrancará en 2007 con una nueva producción de la ópera de Purcell Dido y Eneas con coreografía de Marc Morris. La orquesta anfitriona estará dirigida por su titular, James Levine (con obras como El sueño de una noche de verano de Mendelssohn, Dafnis y Cloe de Ravel, la Tercera de Mahler o sendas versiones de concierto de Don Carlo de Verdi —con Patricia Racette, Luciana D’Intino, Johan Botha, Zeljko Lucic, James Morris y Paata Burchuladze— y La condenación de Fausto de Berlioz —con Yvonne Naef, Marcello Giordani y José van Dam—), Marc Elder, Hans Graf, Kurt Masur, André Previn, Edo de Waart o Rafael Frühbeck de Burgos (con varios programas en los que abordará, entre otras, la Missa in tempore belli de Haydn y la Novena de Beethoven). Otro de los momentos culminantes será sin duda la versión de concierto TANGLEWOOD FESTIVAL. Del 28 de junio al 2 de septiembre de 2007. www.tanglewood.org del musical Carousel de Rodgers & Hammerstein por los legendarios Boston Pops. Entre los artistas que debutan en el festival sobresalen Jordi Savall y su grupo Hespèrion XXI o la Orquesta del Siglo XVIII con Frans Brüggen. Y, en las alimenticias sesiones de cámara, destacan las que los Cuartetos Emerson y Juilliard dedicarán, respectivamente, a Beethoven y Bartók, o aquélla en la que Thomas Hampson estrenará su propia adaptación para conjunto instrumental de los Kindertotenlieder de Mahler. Rafael Banús Irusta D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 Aix-en-Provence SIGUE LA AVENTURA WAGNERIANA con escenografía de Miquel Barceló), con un nuevo reparto, salvo el Pedrillo de Loïc Félix, encabezado por Marlis Petersen (Konstanze) y Christoph Strehl (Belmonte). La nueva producción de Las bodas de Fígaro, en colaboración con el Gran Teatro de Luxemburgo, que de esta manera casi nos enteramos de que existe, será dirigida por Daniel Harding, ya un asiduo al festival, en montaje de Vincent Boussard, que no ha dudado en encargarle el vestuario a Christian Lacroix, y con un reparto donde destacan el Conde de Nathan Gunn, el Fígaro del más bien rossiniano Giorgio Caoduro (aunque ya resultó muy buen Fígaro mozartiano en MontFESTIVAL D’AIX-EN-PROVENCE. Del 29 de junio al 22 de julio de 2007. www.festival-aix.com pellier), la Condesa de Kate Royal, el Cherubino de Malena Ernman y la Susanna de Malin Christensson. Monteverdi estará doblemente presente, en año de celebración operística, por supuesto con L’Orfeo de Jacobs y Trisha Brown, la producción de 1998 que viene de La Moneda bruselense y con un concierto a base de madrigales, escenificados por Willy Decker y dirigidos musicalmente por Kenneth Weiss. Pero puede que el mayor reclamo de la edición sea la pareja Boulez-Chéreau, embarcados ahora en una obra, en principio, muy para ellos: Desde la casa de los muertos de Janácek. Han tirado la casa por la ventana, juzgando, en el amplio equipo, la presencia de figuras como Olaf Baer, Peter Straka, Heinz Zednik, Stefan Margita o John Mark Ainsley. Fernando Fraga Johan Jacobs Tras el éxito el pasado festival con El oro del Rin, incluida la conveniente localización de ópera de tales características en un teatro de las condiciones de L’Archevêché, continúa la magna odisea wagneriana, lógicamente con La Walkyria, también lógicamente a cargo de Rattle (¡con la Filarmónica de Berlín!) y Braunschweig, pero ahora en el Grand Théâtre de Provence, sin duda más adaptado a las necesidades. Sin sobresaltos en el equipo vocal, salvo el avance cualitativo y cuantitativo de la Brünnhilde de Eva Johansson: el Siegmund de Gambill, el Hundig de Petrenko, el Wotan oscuro de Willard White (igual que en El oro) y la Sieglinde de la Westbroek. Mozart, razón de ser y de permanecer de este acontecimiento veraniego francés, estará representado por la recuperación del Rapto de 2003 (Minkowski-Deschamps, FRANCIA Montpellier GERMANIA EN EL LANGUEDOC D 132 esde su nacimiento hace veintidós años, el Festival de Radio France y Montpellier ha mostrado una saludable curiosidad por alejarse de los senderos batidos, sobre todo en su faceta de recuperaciones líricas. Fiel a su merecida fama, la cita musical del Languedoc-Roussillon que dirige René Koering presenta Germania, drama lírico en un prólogo, dos actos y un epílogo con libreto de Luigi Illica, de Alberto Franchetti (1860-1942), del que ya se ofreciera en 1992 su ópera Cristoforo Colombo, en versión de concierto y con el Coro y la Orquesta de la Deutsche Oper de Berlín dirigidos por Renato Palumbo. Il duca d’Alba, abandonado a mitad de composición por Donizetti, reconstruido y completado por Matteo Salvi, uno de sus alumnos, y estrenado en Roma en 1882, es el otro gran atractivo para la afición belcantista que podrá escucharlo —por primera vez en Francia— en versión de concierto a cargo de Enrique Mazzola, la Nacional de Montpellier y las voces de Inva Mula y Franck Ferrari. Escenificado por Jean-Paul Scarpitta (responsable de la Juana de Arco de Honegger en 2006), el Don Giovanni mozartiano tendrá como protagonistas a Hervé Niquet y Le Concert Spirituel —que el año pasado presentaron Sémélé de Marais— y un reparto encabezado por el barítono americano Franco Pomponi, que aborda por primera vez en Europa el papel homónimo, y Rafaella Milanesi. Entre las resurrecciones dieciochescas suscita interés la que Fabio Biondi y Europa Galante ofrecen del oratorio Gesù sotto il peso della croce (1764) del napolitano Gian Francesco de Majo. Masur —recién cumplidos los ochenta años— y la Nacional de Francia, el joven Mikko Franck al frente de la Filarmónica Nacional de Francia en un programa Chopin (Segundo con Freire)-Sibelius (Lemminkainen), el original concierto de Friedemann Layer y el Coro de la Radio Letona (San Juan Damasceno de Taneiev, Cantata fúnebre a la muerte del emperador José II de Beethoven y un estreno de Pärt), el maratoniano concierto del octogenario Aldo Ciccolini (Cuarto de Saint-Saëns, Segundo de Rachmaninov y, junto a Carcano, el de Dos pianos de Poulenc, además de un ciclo de master classes y un monográfico Schumann), el recital del ya habitual Evgeni Kissin y un homenaje al cineasta Coppola con piezas de su padre Carmine y Puccini (acto IV de Manon Lescaut con Alagna) se suman a la variada oferta. Juan Manuel Viana FESTIVAL DE RADIO FRANCE ET MONTPELLIER. Del 11 al 28 de julio de 2007. www.festivalradiofrancemontpellier.com L’ORFEO de Monteverdi en Aix D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 Orange LA FIDELIDAD DE ALAGNA E l tenor, tan mediático por diversas razones, Roberto Alagna vuelve a las Chorégies de Orange, un espacio escénico al aire libre concebido para celebrar las victorias galas de César (con permiso de Astérix y compañía), donde suele el tenor dar cuenta, incluidas primicias, de su repertorio. Allí ha sido Alfredo Germont (con la Cassello), Duque de Mantua (id.), Roméo (en compañía de su Juliette más querida, la Gheorghiu), Don José (con la Uria-Monzon), Rodolfo (con la Gheorghiu de nuevo) y Radamès (con Indra Thomas). Ahora, recientito su debut con el mismo papel en el Teatro Real madrileño, será el Manrico verdiano al lado de una Leonora con bastantes garantías, ya que está destinado a la norteamericana Susan Neves, con la bregada Azucena de Larissa Diadkova (lo cantó en Madrid con José Cura) y el oriental Conde de Luna de Seng-Hyoun Ko, un barítono muy activo en el país vecino y que ya fuera compañero del tenor el año pasado como Amonasro. Gianandrea Noseda estará al frente de la Suisse Romande —el Festival ficha orquestas de nivel, al no tener una propia, pues también contará este verano con la Nacional de Francia y la Filarmónica de Radio Francia. El montaje es de Charles Roubaud, otro profesional bien asiduo a Orange. A Yutaka Sado, quizás por afinidaCHORÉGIES D’ORANGE. Del 7 de julio al 3 de agosto de 2007. www.choregies.asso.fr des territoriales, le han encargado dirigir una Butterfly con visos de éxito, dado el cómodo reparto: Verónica Villarroel, el sin duda ostentoso Pinkerton de Marco Berti y el buen profesional que siempre suele resultar Anthony Michaels-Moore, sobrado de medios y puede también que de matices para Sharpless. Un terceto que se enriquece, sin duda, con la Suzuki de Julia Gertseva y el Goro de Gilles Ragon. Y la escena corre a cargo de Mireille Larroche, muy ad hoc, ya que su nombre de pila es tan provenzal como la ciudad que va a disfrutar (se supone) de su trabajo: recuérdese la hermosa ópera Mireille de Gounod. Para cerrar la edición una incuestionable guinda: recital de la diva discreta René Fleming, en compañía de Kazushi Ono. Fernando Fraga Saintes CON BUXTEHUDE EN LA ABADÍA Jesús Martínez E SAINTES l tercer centenario de la muerte de Dietrich Buxtehude manifiesta su presencia en cinco de los treinta y cinco conciertos que, en sólo once días, ha programado este año el Festival de Saintes. Cinco conciertos encomendados al Collegium Vocale de Gante que, dirigido por Philippe Herreweghe, Christoph Siebert, Hans-Christoph Rademann —en dos ocasiones— y Joël Suhubiette, reúne diversas páginas corales del autor de Membra Jesu Nostri con otras de Bach y Palestrina (Stabat Mater). Con la Orquesta de los Campos Elíseos, Herreweghe afronta tres monográficos: uno beethoveniano (Pastoral y Concierto para violín con Patricia Kopatchinskaia) y dos centrados en Brahms, en los que las Sinfonías Segunda y Cuarta dialogan con ambos Sextetos de cuerda a cargo del Ensemble Explorations. El director de Gante y el, también belga, Cuarteto Danel clausuran el Festival con un programa vienés: Berg (Suite lírica, versión con soprano) y Mahler (La canción de la tierra). Otros invitados habituales, el HuelFESTIVAL DE SAINTES. Del 12 al 22 de julio de 2007. www.abbayeauxdames.org gas Ensemble con Paul van Nevel, tienen a su cargo dos recitales: La découverte de l’émerveillement, con polifonías de 800 a 1400, y la arrebatadora Missa “Et ecce terræ motus” de Antoine Brummel. El legado vocal e instrumental bachiano ocupa las dos sesiones de Le Concert Français dirigido por Pierre Hantaï, que aparece igualmente — como miembro del trío que lleva su apellido— en un programa de cámara con páginas de Bach y Couperin. Chanticleer y su Viaje americano, Les Basses Réunis con Bruno Cocset (Frescobaldi, Corelli, Rognoni, Gabrieli), el Ensemble Prometheus en un original programa de transcripciones (Purcell, Monteverdi, Weill, Beatles) y partituras originales de Luciano Berio (Sequenzas I y XIV), el Cuarteto Salagon (Beethoven, Schubert) y, nuevamente, el Danel (con obras de Webern, Prokofiev y Beethoven), el formidable dúo Queyras-Tharaud (Schubert, Berg, Poulenc), François Guerrier —clavecinista alumno de Hantaï y Rousset—, la organista Maude Gratton, Alain Planès en un monográfico Janácek y el también pianista Francesco Tristano Schlimé, que defiende un atípico programa con obras propias, de Frescobaldi y Berio, son algunos de los protagonistas de esta cita estival. Juan Manuel Viana 133 D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 Edimburgo MITO Y ALEGORÍA Para su primera temporada de director del Festival Internacional de Edimburgo, Jonathan Mills ha elegido temas relacionadas con la mitología y la alegoría, y toma como punto de partida el 400 aniversario del Orfeo de Monteverdi. Jordi Savall, La Capella Reial de Catalunya y Hespèrion XXI pondrán en escena una producción de Orfeo de Gilbert Deflo que fue estrenada en Barcelona en 2002, además de interpretar las Vísperas de 1610 de Monteverdi en la Usher Hall. Otros temas clásicos incluyen una compacta adaptación “basada en Monteverdi” de Poppea hecha por la Schauspielhaus de GRAN BRETAÑA Viena, además de Œdipus Rex de Stravinski (dirigida por Ilan Volkov) y el Dido y Eneas de Purcell en versiones de concierto. Una de las novedades de la temporada será Prima la musica, poi le parole de Salieri, que se representará junto con la ópera de Purcell (la Orquesta de Cámara y el Coro Escoceses, dirigidos por Nicholas McGegan interpretarán ambas). EDINBURGH INTERNATIONAL FESTIVAL. Del 10 de agosto al 2 de sept. de 2007. www.eif.co.uk Candide de Bernstein estrenará el Festival con los solistas y el coro del Festival de Edimburgo bajo la dirección de Robert Spano y habrá una producción nueva de Capriccio de Strauss de la Ópera de Colonia con Gabriela Fontana. También habrá recitales con Alfred Brendel, Evelyn Glennie, Christine Brewer, Olli Mustonen y Yuri Bashmet. La música antigua tendrá un papel más destacado este año, con los Tallis Scholars cantando música del Siglo de Oro español. Jonathan Mills ha ideado un programa lleno de atracciones para este veterano festival escocés. Fiona Maddocks L’ORFEO de Monteverdi en Edimburgo Glyndebourne SORPRESAS Y RECUPERACIONES Nina Stemme, Robert Gambill y René Pape en TRISTÁN E ISOLDA de Wagner en Glyndebourne Mike Hoban E l festival de ópera más importante de Gran Bretaña, situado en su casa de campo de Sussex, lanzará un nuevo Macbeth de Verdi producido por el director de escena más importante del Reino Unido, Richard Jones. Y se habla de que va a ser una producción muy polémica. Al menos, seguro que habrá mucha sangre. El reparto incluye a Sylvie Valayre, Svetlana Sozdateleva, Peter Auty y Andrzej Dobber. El director musical de Glyndebourne, Vladimir Jurowski, empuñará la batuta. La otra producción nueva sigue la moda de transformar las Pasiones de Bach en un drama escenificado. Katie Mitchell tiene un sólido reparto para su producción de la Pasión según san Mateo, con Mark Padmore como el Evangelista, y un especialista en música antigua, Richard Egarr, como director. Es una novedad sorprendente para Glyndebourne que veremos con gran interés. Otra vuelta de tuerca de Britten, que estaba de gira el pasado otoño, llega ahora al Festival en una producción del director teatral británico Jonathan Kent. Las reposiciones incluyen este año la inteligente puesta en escena hecha por Nicholas Hytner de Così fan tutte, con un joven reparto dirigido por una estrella ascendente y llena de talento, Robin Ticciati. Ha vuelto la producción de Peter Hall de La Cenerentola con Jaël Azzaretti, Lucia Cirillo, Ruxandra Donose y Maxim Mironov, dirigida por Jurowski (y Roberto Polastri). La obra cumbre, sin embargo, va a ser Tristan und Isolde con Nina Stemme, Robert Gambill y Nikolaus Lehnhoff dirigiendo la escena y Jirí Belohlávek, musicalmente. Es una elección de repertorio muy poco usual para Glyndebourne, pero cuando se estrenó en 2003 fue un gran éxito. Y en cuanto a la venta de entradas, no debe de quedar ni una. Fiona Maddocks GLYNDEBOURNE FESTIVAL OPERA. Del 19 de mayo al 26 de agosto de 2007. www.glyndebourne.com 134 Ruxandra Donose en LA CENERENTOLA de Rossini en Glyndebourne D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 Wexford CAMBIOS Wexford es un festival en transición. Ha sido hasta ahora un adorno otoñal, empezando después de que la habitual temporada de festivales haya terminado, pero este año se inaugura al final de la primavera, precisamente el último día de mayo, y termina a mediados de junio, poco antes del comienzo oficial del verano. Y no sólo hay cambio de fechas sino también de sitio. El Festival deja el centro del pueblo y se va, de forma algo exótica, a los jardines del castillo de Johnstown, una estructura del neogótico del siglo XIX, a unos trece kilómetros al sur. Aún no se ha terminado de construir el nuevo y modernísimo Teatro Royal que sustituirá al viejo en el mismo lugar, así que esta nueva temporada el Festival funciona un poco espontáneamente: el año pasado se celebró en la sala de la vieja parroquia Dun Mhuire —espléndidamente renovada por el diseñador Joe Vanek— y este año en un nuevo espacio en los jardines delante del castillo. De nuevo es Vanek quien está a cargo de la decoración y con más libertad que el año pasado, así que probablemente hará maravillas. Wexford también está experimentando una transición artística —la dirección musical ha pasado del italiano Luigi Ferrari al canadiense David Agler, que parece muy deseoso de imprimir su propio sello en la programación y las listas de artistas invitados. Este año las principales ofertas han subido a tres, una más que el año pasado, y también es bueno saber que no sólo hay más óperas sino que son de más valor musical. Se inaugura el festival con la poco conocida Der Silbersee de Kurt Weill y —desacostumbrado para Wexford— se canta en una nueva traducción al inglés y no en alemán… también, cosa rara (pero emocionante) la dirige el conocido veterano Keith Warner, que viene casi directamente de su ciclo del Anillo del Covent Garden. La siguiente tarde hay sesión doble: Arlecchino de Busoni y Pulcinella, el ballet cantado de Stravinski. La tercera tarde ofrece el cuento de hadas Rusalka de Dvorák — una rareza para Wexford estos días, pero con un castillo y fuente al fondo, ¿quién puede poner reparos? En el pueblo hay mucho que ver a diario. Se ha repuesto, después de un año de ausencia, un trío de obras cortas que se escenificará en el renovado Dun Mhuire: La voix humaine de Poulenc, Rita (con puesta en escena del divertido Roberto Recchia, el genio el año pasado del exitoso Don Gregorio) y —a lo mejor como un reconocimiento a la antigua serie Escenas de ópera— La tragedia de Carmen, la versión simplificada y modernizada de la ópera de Bizet, de Peter Brook, Marius Constant y Jean-Claude Carrier. También las iglesias, tanto la católica (Rowe Street) como la protestante (St. Iberius) ofrecerán al publico recitales vocales y corales a mediodía (vuelve el Coro de Cámara de Praga después de un año de ausencia) y una oportuna y oblicua Creación de Haydn. Desde las iglesias los verdes jardines de Johnstown están cerca en autobús —y en Wexford, por ser Wexford, el trayecto no cuesta nada, y muy probablemente, será un paseo muy agradable. Francesca di Modugno y Marco Alemanno en ARLECCHINO de Busoni en Wexford Primo Gnani IRLANDA Patrick Dillon WEXFORD FESTIVAL OPERA. Del 31 de mayo al 10 de junio de 2007. www.wexfordopera.com 135 D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 Pésaro EL RETORNO DE MERRITT Sin duda, uno de los atractivos de la nueva edición del festival rossiniano (la número 28) es el regreso de Chris Merritt. El tenor norteamericano, ya se sabe, reinventó allá por los ochenta, el baritenor a la manera de Andrea Nozzari, el que estrenara nueve de grandes personajes de la época napolitana del compositor, desde Leicester a Antenore, pasando por Otello, en la ópera del mismo título que este año precisamente propone el Festival. Obra que precisa tres tenores y Merritt, tras sus excursiones al repertorio moderno más representativo (Schoenberg y Berg, pero también Adès, Nono o Henze), como Yago se codeará con el Rodrigo del siempre esperado Juan Diego Flórez y el Otello de Giuseppe Filianoti. Pero Merritt, además de formar parte de tan atractiva trimurti tenoril, ITALIA dará un recital de bel canto para dar mayor validez a este retorno. La gazza ladra, esa importantísima muestra de la capacidad semiseria del pesarense, que reaparece tras el bonito montaje de 1989 de Michael Hampe, pone bazas especiales en la Ninetta de Mariola Cantarero, que se verá reforzada por Manuela Custer, Paolo Bordogna, Alex Esposito (el año pasado fue un vistoso Lindoro en la insoportable Italiana de Dario Fo) y el cada vez más grande Michele Pertusi. El tercer título operístico es la reposición del logrado Turco en Italia de Guido de Monticelli del verano 2002 con un nuevo reparto en el que se encuentra Elena ROSSINI OPERA FESTIVAL. Del 8 al 21 de agosto de 2007. www.rossinioperafestival.it Belfiore, Marco Vinco, el tenor Filippo Adami (que llega tocado por la barita mágica del haendeliano Alan Curtis), Andrea Concetti y Bruno Taddia. Precisamente Bruno Taddia junto a Paolo Bordogna, en un concierto de bel canto bufo a dúo, intentará emular el exitosísimo de hace unos años entre otros Brunos, de Simone y Praticò, en esta ocasión ausentes del Festival. Entre las veladas “de relleno” destaca una Petite messe solennelle, con Daniele Gatti y un cuarteto de ensueño: Iano Tamar, la Barcellona, Pirgu y Pertusi, y el programa doble Edipo a Colono (con Fabio Maria Capitanucci) y Las bodas de Tetis y Peleo, donde reencontramos con agrado a la Cantarero. Eva Mei, no hay que obviarlo, dará un recital, por supuesto también de bel canto. Fernando Fraga Amati Bacciardi IL TURCO IN ITALIA en Pésaro Boceto de Tramonti para la nueva AIDA en Verona 136 Bocetos de La Fura del Baus para LA TETRALOGÍA de Wagner en Florencia: Bruhnnilde (arriba), Gigante (arriba dcha.), Walhala (izquierda), el oro del Rin (derecha). los Nibelungos (abajo). D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 Florencia SETENTA PRIMAVERAS MUSICALES L a edición LXX del Maggio Musicale Fiorentino se ampara bajo el título Mito y Contemporaneidad y como mejor ejemplo de ello propone un estreno mundial: Antigone de Ivan Fedele. Fedele, que disfrutará igualmente de un concierto en exclusiva, nació en Lecce (como Tito Schipa) en 1953 y para la flamante muestra de su talento operístico contará con las direcciones de Michel Tabachnik (musical) y el espléndido, a juzgar por lo visto suyo en el Festival de Pésaro (Matilde di Shabran, Torvaldo e Dorliska), Mario Martone (escénica). La concienzuda Monica Bacelli se encarga de la parte titular, ayudada en el empeño por Chiara Taigi (Ismene) y Roberto Abbondanza (Creonte). Un lujo, Riccardo Muti, se pone al frente del Orfeo ed Euridice de Gluck, a cargo de Daniela Barcellona, Andrea Rost y Julia Kleiter, un buen equipo. Gabriel Garrido se adelanta al cuarto centenario (es en 2008) de La Daphne de Marco da Gagliano, con la selecta compañía en lo escénico del muy apropiado para estas lides, Davide Livermore. Garrido se mueve como pez en el agua en este capítulo lírico, como bien se sabe, y cuenta con intérpretes asimismo afines a él mismo y al repertorio, como en esta ocasión Roberta Invernizzi y Furio Zanasi. Como estaba previsto, El oro del Rin y La walkyria, como si los Borgia visitaran a los Médicis, viaja desde el Palacio de las Artes de Valencia, bajo MAGGIO MUSICALE FIORENTINO. Del 24 de abril al 30 de junio de 2007. www.maggiofiorentino.com el mando, por supuesto, del director musical común, Zubin Mehta, además del montaje de La Fura dels Baus y con un equipo vocal prácticamente idéntico: Seiffert, Salminen, Schnitzer, Larsson, Milling, Wilson, Uusitalo, Daszak, etc. Hay en esta edición varios conciertos, a cargo de Mariss Jansons, el propio Mehta y, especialmente, Daniel Barenboim que cuenta con un proyecto propio que lleva su nombre. Además de ballet, como el de la compañía de Maurice Béjart y el estreno de (otra) Daphnis et Cloé ahora a cargo de la Compañía de Lucinda Childs. La magnífica Fanny Ardant hará de Medea (la original de Eurípides, cuyo mito no podía faltar), siguiendo de nuevo los pasos de Callas. Fernando Fraga Verona EL LARGO Y CÁLIDO VERANO C uatro son nuevas producciones de los cinco títulos a disfrutar en el aprovechado, largo y cálido verano veronés, a cual más popular: Nabucco, Aida, La bohème, Il barbiere di Siviglia y La traviata. Nabucco, con el infaltable Daniel Oren, que ha hecho de esta obra su imbatible caballo de batalla, y en montaje de Denis Krief, que sustituye a los anteriores de Gregori, de Ana y de Bosio. El impresionante Leo Nucci, en una no menos impactante madurez, asume el rol titular, que compartirá con el joven Ambrogio Maestri, contratándose nada menos que a tres Abigailles (la Guleghina, la Neves y la Gruber), con Carlo Colombara o ¡Silvano Carrolli! como Zaccaria: ¡qué sorpresa! Oren también apechuga con Aida, en concepción de Giampiero Solari, con dobles o triples repartos en medio de los cuales se pueden destacar la Amneris de Marianne Cornetti, cada vez en más merecida alza, las Aidas de Amarilli Nizza o Hui He y el Radamès de Marco Berti o el más reciente Piero Giuliacci (ya avalado en representaciones de Toulon, Leipzig o Toulouse). El director nacido en Shangai, Lu Jia, ya aplaudido el pasado año y contratado por dos temporadas para la Arena se encarga ahora de la convincente Bohème de Bernard, con decorados, vestuario e iluminación de William Orlandi (ahí queda eso) con, entre otros, Marcello Giordani y Tamar Iveri en la pareja protagonista, a los que se une la siempre conveniente Musetta de Ainhoa Arteta. El barbero propone un reparto que casi le puede envidiar Pésaro, ya que muchos de sus cantantes han pasado y siguen pasando por su Festival: Annick Massis, Francesco Meli, Bruno De Simone, Leo Nucci (o Fabio Previati), Orlin Anastassov (o Giorgio Surjan) y la magnífica Berta de Francesca Franci. Dos veteranos con solera en lo musical, Gabriele Ferro y Claudio Scimone, y Hugo de Ana ofreciendo una esperada nueva producción teatral. En fin, La traviata suma un terceto de suficientes garantías: Inva Mula, Roberto Aronica y Franco Vassallo que en algunas representaciones será sustituido por ese hombretón que es Ambrogio Maestri. El montaje, ojo al dato, es de Graham Vick. Fernando Fraga ARENA DE VERONA. Del 22 de junio al 1 de septiembre de 2007. www.arena.it 137 D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 Gstaad VUELTA A LA NORMALIDAD El año pasado se celebraron las bodas de plata del festival fundado por Yehudi Menuhin, y en la presente edición se vuelve a una (festiva) normalidad, que según el director del certamen, Christoph Müller, debe ser “más refrescante y vital que nunca“. La oferta, que se extiende a lo largo de casi dos meses en el noble y feudal lugar de vacaciones del Oberland bernés, es muy variada, aunque puede agruparse bajo el motto de Música de las épocas revolucionarias. Debajo de este epígrafe podemos encontrar creaciones típicas del Sturm und Drang debidas a Carl Philipp Emanuel Bach o el joven Beethoven. A este último se le dedicarán varias sesiones a cargo de los Cuartetos de Leipzig, Emerson o Carmina o un trío SUIZA con piano formado por la violinista Patricia Kopatchinskaja, la chelista Sol Gabetta y el pianista Henri Sigfridsson. También otros insignes artistas como Alfred Brendel o Martha Argerich brindarán sus lecturas beethovenianas. Pero con ello no se agota en absoluto el Festival, que también incluye en espacios más íntimos sesiones de cámara a cargo de la Camerata Lysy o la Orquesta del Festival de Vilna liderada por el violinista Vadim Repin, así como un ciclo en tres partes con el flautista Emmanuel Pahud o una velada de música africana MENUHIN FESTIVAL GSTAAD. Del 20 de julio al 8 de sept. de 2007. www.menuhinfestivalgstaad.ch con Abdullah Ibrahim. Se ha vuelto a invitar a la Menuhin School Orchestra de London, que además de música Klezmer interpretará las Serenatas de Dvorák y Elgar. La amplia y sonoramente problemática tienda del Festival acogerá a la Filarmónica del Sur de Westfalia con el polifacético Bobby McFerrin (Prokofiev, Ravel, Mendelssohn, McFerrin), a Zubin Mehta y la Orquesta Filarmónica de Israel (Mozart, Bardanashvili, Dvorák), Charles Dutoit con la Orquesta Nacional Rusa (Glinka, Chaikovski), Herbert Blomstedt y la Orquesta de la Tonhalle de Zúrich (Sibelius, Berlioz), así como versiones de concierto de Porgy and Bess de Gershwin y el cuento infantil de Hans Werner Henze Pollicino. Mario Gerteis Lucerna BARENBOIM SUPERSTAR F 138 undado en 1938, el Festival de Lucerna es el más antiguo y, con mucho, el mayor festival de música clásica de Suiza, con más de un centenar de actividades que se desarrollan a lo largo de cinco semanas al final del verano. En el centro del mismo se ha erigido la Orquesta del Festival, fundada hace cinco años por Claudio Abbado, y que se ha convertido en el mejor objeto de exportación del certamen —en 2006 viajó a Japón, y este año, nada más terminar sus actuaciones en Lucerna, se presentará en el Carnegie Hall de Nueva York. El maestro italiano dirigirá cuatro conciertos (dos veces la Novena de Beethoven y otras dos la Tercera de Mahler). También la Mahler Chamber Orchestra (que forma la base de la Orquesta del Festival) intervendrá en dos ocasiones, al mando de Philippe Jordan y Pierre-Laurent Aimard, y, como siempre, sus prestigiosos primeros atriles actuarán en selectos programas con delicias camerísticas. A partir del 20 de agosto se sucederán los conjuntos invitados: Chamber Orchestra of Europe con Jirí Belohlávek (Mi patria de Smetana), Orquesta Sinfónica de la Radio Bávara con Mariss Jansons (Britten, Mahler, Strauss, Sibelius), Boston Symphony Orchestra con James Levine (Bartók, Carter, Brahms, Berlioz), Filarmónica de Berlín con Simon Rattle (Mahler, Stravinski y el estreno mundial del Concierto para violín de Gubaidulina con Anne-Sophie Mutter), Concertgebouw de Ámsterdam con Bernard Haitink (Bruckner, Debussy, Wagner), San Francisco Symphony con Michael Tilson Thomas (Mahler, Sibelius, Chaikovski, Ives, Shostakovich), London Symphony Orchestra con Colin Davis (Beethoven, Elgar, Dvorák). Daniel Barenboim ocupa un lugar privilegiado: en primer lugar, con la West-Eastern Divan Orchestra (Schoenberg, Chaikovski); después, en tres actuaciones con la Filarmónica de Viena (Schubert, Bruckner, Kodály y Bartók), y finalmente como solista del Primer Concierto de Bartók, asimismo con la Filarmónica de Viena y el joven y vertiginosamente ascendente director venezolano Gustavo Dudamel. Junto a estas grandes demostraciones orquestales hay una gran cantidad de exquisiteces intimistas a cargo de cantantes como Renée Fleming y Angelika Kirchschlager o el chelista Yo-Yo Ma, en una velada de música asiática. ¿De qué manera puede agruparse toda esta superabundancia? El lema de 2007 es Orígenes, y bajo este concepto pueden agruparse, según el intendente Michael Haefliger, “determinados aspectos de la historia de la música, en el sentido de una panorámica retrospectiLUCERNE FESTIVAL. Del 10 de agosto a 16 de sept. del 2007. www.lucernefestival.ch va, una puesta al día de los comienzos o también con la mirada hacia nuestro presente y el futuro”. El ejemplo más sorprendente es el Strang húngaro, que enlaza con unas poderosas raíces en la música popular. Esto está ligado con el compositor residente de esta edición, Peter Eötvös, que no sólo presentará sus propias obras sino también las de sus colegas magiares Béla Bartók, Sándor Veress o György Kurtág, con especial atención al recientemente desaparecido György Ligeti, en quien también estará centrado el concierto de clausura de la Academia del Festival, nuevamente dirigida este año por Pierre Boulez. Los “artistas-estrella” de 2007 están también muy vinculados, aunque no exclusivamente, a la música contemporánea: el pianista Pierre-Laurent Aimard y el director Jonathan Nott. El primero dirigirá a clásicos vieneses como Mozart y Beethoven junto a obras de Ravel y Ligeti. El segundo, por su parte, acudirá al frente de dos agrupaciones a las que está estrechamente ligado: el Ensemble Intercontemporain (Ligeti, Eötvös, Mundry) y la Orquesta Sinfónica de Bamberger (con una versión de concierto de Das Rheingold de Wagner y obras de Stravinski y Ligeti, además de un concierto nocturno de tema astronómico, con Los planetas de Gustav Holst y la música compuesta por John Williams para la película La guerra de las galaxias. 20. A Martha A Hendrick Lemalu / B Po Philhar Zü Mario Gerteis Ins_A3_CMYK_d.indd 1 D O S I E R FESTIVALES DE VERANO 2007 Verbier ENCUENTROS V Susesch Bayat Monika Rittershaus erbier es una localidad suiza del cantón de Valais, situada en el distrito de Entremont, en la comuna de Bagnes, y no sólo es conocida por sus famosas pistas de esquí sino también por uno de los festivales de música clásica más selectos del país, que este año, además de la presentación de la mezzosoprano sueca Anne Sofie von Otter (con un recital que culmina con la escena final de Los troyanos de Berlioz) y sendas cartas blancas a la pianista francesa Hélène Grimaud (apoyada por figuras de la talla de Renaud Capuçon, Janine Jansen o Mischa Maiski en el Quinteto con piano op. 44 de Schumann) y a la incombustible Martha Argerich (en un programa sorpresa en el que, además de compartir algunos artistas con su colega gala, reunirá también al violinista Leonidas Kavakos y el viola Yuri Bashmet), propone sorprendentes encuentros, como los Carmina Burana de Carl Orff en la versión con cuatro pianos —¡y qué cuatro!: Nelson Freire, Nelson Goerner, Gabriela Montero y Roland Pöntinen—, canciones de Broadway por el coro Chanticleer y René Pape, un concierto para violín y guitarra acústica por Hilary Hahn y Joshua Ritter, la actriz Marthe Keller recitando unos poemas puestos en música por Rodion Shchedrin o una velada de ragas indias por por Anoushka Sankar. La Orquesta del Festival estará dirigida por James Levine en una serie de fastuosos conciertos (que incluyen, entre otras cosas, un programa Brahms con el Concierto para violín tocado por Anne Sophie-Mutter y el Réquiem alemán con Miah Persson y Thomas Quasthoff como solistas; el VERBIER FESTIVAL & ACADEMY. Del 20 de julio al 5 de agosto de 2007. www.verbierfestival.com Rafael Banús Irusta Zúrich BAJO EL SIGNO DE SCHUMANN JULI – 8. SEPTEMBER 2007 U F B R U C H Argerich / Alfred Brendel / Sarah Chang / Charles Dutoit / Barbara ks / Abdullah Ibrahim / Katia und Marielle Labèque / Jonathan Bobby McFerrin / Zubin Mehta / Sergej Nakariakov / Vadim Repin/ orgy and Bess / Emmanuel Pahud & Solisten der Berliner rmoniker / Israel Philharmonic Orchestra / Tonhalle Orchestra ürich mit Herbert Blomstedt und weitere grosse Künstler Composer in residence: Rodolphe Schacher Vorverkauf: www.menuhinfestivalgstaad.ch / Tel. 033 748 83 33 22.3.2007 9:16:36 Uhr DANIEL BARENBOIM en Lucerna E MARTHA ARGERICH asistirá a Gstaad y Verbier Réquiem de Mozart con Renée Fleming —que antes habrá cantado algunos Lieder de Schubert con el propio Levine al piano— y los ya citados Von Otter y Pape), Esa-Pekka Salonen (con sus LA Variations, además del Primer Concierto de Beethoven con el pianista Evgeni Kissin y la Quinta de Sibelius), Mikhail Pletnev (Primer Concierto de Prokofiev con Argerich y Quinta de Chaikovski) y Zubin Mehta (Concierto para dúo de percusión del joven compositor israelí Avner Dorman y Fantástica de Berlioz) y Andrew Davis (El mar de Debussy, Concierto para dos pianos de Poulenc con las hermanas Labèque, Concierto para violín de Sibelius con Joshua Bell y Variaciones Enigma de Elgar). El Cuarteto Aviv interpretará la integral de los Cuartetos de Dimitri Shostakovich, y Heinrich Schiff las Suites para violonchelo de Bach. n Zúrich todo llega con un poco de retraso. En 2006 se conmemoró el 150 aniversario de la muerte de Robert Schumann, pero aquel año el interés estuvo puesto en Dimitri Shostakovich, y sólo ahora se va a celebrar al gran romántico alemán. La contribución indudablemente más interesante viene de la Opernhaus, con la representación teatral de las Escenas del Fausto de Goethe, una obra que el compositor había pensado inicialmente como ópera. No hay en ella una acción continua, sino una estática secuencia de tres extensos cuadros: la tragedia de Margarita, la aventura terrenal y la muerte de Fausto y la transfiguración del protagonista. El director titular del teatro, Franz WelserMöst, estará al mando de la que es, para él, la composición más importante de su autor. En el papel titular disfrutaremos del barítono Simon Keenlyside, que estará rodeado por Malin Hartelius (Margarita) y Günther Groissböck (Mefistófeles). Podemos esperar algo sorprendente del polémico artista plástico vienés Hermann Nitsch, quien se ha hecho muy popular a través de sus rompedoras orgías y misterios teatrales. A la obra concertante de Schumann se consagrará la Tonhalle con numerosas actividades. Se interpretarán, por supuesto, las cuatro sinfonías así como la Ober- tura, Scherzo y Finale con la orquesta de la casa al frente de Neville Marriner, Heinz Holliger y Christopher Hogwood, quien se encargará también del poema dramático Manfred, a partir de la obra literaria de Lord Byron. La orquesta de la Ópera, por su parte, ofrecerá la Cuarta Sinfonía en su segunda versión (junto a la Cuarta Sinfonía de Bruckner), bajo la batuta de Christoph von Dohnányi. La Orquesta de Cámara de Zúrich, con su nuevo director Muhai Tang, presentará dos piezas breves del compositor, y habrá tres veladas a cargo del pianista Lars Vogt y el violinista Christian Tetzlaff junto a una pléyade de amigos. También se escucharán los tres grandes conciertos: el de piano con Martha Argerich y Charles Dutoit al frente de la Staatskapelle de Dresde, el de violín con Julian Rachlin y el de violonchelo con JeanGuihen Queyras. Resulta muy apropiado que el recién creado Premio del Festival de Zúrich para excelentes prestaciones artísticas haya recaído en un reconocido fan schumanniano como Heinz Holliger. Mario Gerteis ZÜRCHER FESTSPIELE. Del 15 de junio al 8 de julio de 2007. www.zuercher-festspiele.ch 139 ENCUENTROS HENRI DUTILLEUX “LO IMPORTANTE ES ESCUCHAR ALGO QUE TE SORPRENDA” E l ciclo de la Orquesta y Coro Nacionales de España se enriquece en mayo con la Carta blanca a Henri Dutilleux que vendrá a recordarnos algunas obras suyas y a dar a conocer aquí otras que aún están inéditas para el público de conciertos. En especial la más reciente, Correspondances, obra para voz y conjunto de un compositor que, como veremos, ha compuesto poco para la voz. Henri Dutilleux, 91 años recién cumplidos, nos recibe en su estudio de L’Île St. Louis. Digo “nos recibe”, porque acudimos Javier Alfaya y yo ese día de finales de enero, para hablar con el maestro ahora que la Orquesta Nacional de España le va a dedicar ese ciclo. Nos dividimos el trabajo, no sólo en cuanto a preguntas, sino en cuanto a medios en que publicar las palabras del compositor. Tres pianos en una habitación no demasiado grande; sólo uno de ellos es vertical. Partituras, ediciones originales, discos, mucha obra sobre música vocal y ópera, algo curioso en este hombre que ha compuesto muy poco para la voz (La geôle, sobre poema de Jean Cassou, es partitura ya lejana) y que nunca escribió una ópera. Van Gogh está presente por todas partes, desde luego, en el estudio del compositor de Timbres, espace, mouvement ou La nuit étoilée (el cuadro del pintor holandés, Noche de estrellas). Primeras ediciones de Wagner que llegan a Dutilleux de su abuelo, “que era un gran músico, era pianista, amigo de Gabriel Fauré”. Hablamos un rato de su libro Mystère et mémoire des sons, una larga entrevista que le hizo Claude Glayman en 1993, puesta al día en 1997 (Actes Sud). Lógicamente, este Encuentro es menos ambicioso. Pero querría apartarse de aquel modelo inalcanzable. En cualquier caso, hay que recomendarle al aficionado ese libro como un estudio profundo, no técnico, de la personalidad y la obra, breve e intensa, de este compositor que nació en 1916. Atención al año: dos antes que Bernstein y Zimmermann, por poner dos ejemplos no opuestos, sino lejanos, lejanísimos. Y unos cuantos antes que la generación de la vanguardia, esos que nacieron entre 1923 y 1928 (entre Maderna y Stockhausen) y se comieron el mundo a expensas de los demás (hablaremos de esto en seguida). Los que nacieron antes que él fueron, entre otros, Olivier Messiaen (ocho años mayor) y los compositores del Grupo de los Seis, desde luego, que al nacer Dutilleux apenas si habían emitido algunos balbuceos. Pero con los que se encontró en su aprendizaje. Nos habla Dutilleux de un estudio que desconocíamos escrito por Dominique Jameux, una comparación entre Dutilleux y Boulez. Vidas poco paralelas, ¿no es así? Jameux me pidió autorización, y desde luego se la di. Qué es lo que acerca a estos dos compositores, qué es lo que los aleja. El resultado es de mucho interés. Jameux dice que a él no le interesan las guerras entre compositores. Las guerras, eso es mucho decir. Muchos músicos sufrieron el sectarismo de compositores que tuvieron mucho poder. Algunos, muy inteligentes y verdaderos músicos, como Stockhausen. O como Boulez, que me dio la espalda con virulencia cuando estrené mi Primera Sinfonía en 1951. Es cierto que veinte años después, en Cleveland, me saludó con cordialidad cuando mi estreno de Métaboles. El sectarismo estaba a la orden del día. Ya sabe usted a qué me refiero. Algunos lo han llamado el “terrorismo serial”. Creo que es una exageración aplicar el término terrorismo a cualquier cosa. Sectarismo está mejor. El objetivo es conseguir la atención de las instituciones, de algunos medios de comunicación, e incluso del público (¿por qué no “también” del público?). En detrimento de los que no pertenecen a la secta. 140 Pero algunos de los de la secta nunca fueron sectarios. Es el caso de Luciano Berio. Era de ese grupo generacional, cuyos miembros no compartían estética, sino actitud. Yo admiraba mucho a Berio, y su obra me sigue interesando mucho. Pero, ya ve, no se podía componer una sinfonía en 1951. Debussy ya había sido tajante: basta de sinfonías. Y en 1951, si había referencias tonales, menos todavía. Podemos imaginar la soledad de corredores de fondo de tantos compositores en aquellas dos décadas, o más. De un lado, los justos; del otro, los traidores. Dutilleux o Henze figuran entre los traidores. Durante años y años leías partituras y creías estar una y otra vez ante la misma obra. La mimesis es el resultado del sectarismo. Como jurado de concursos de música he sido testigo de este fenómeno. Que ha durado hasta entrados los años setenta. En la época de Marcel Landowski como Director General de Música se planteó la necesidad de hacer la guerra a los compositores sectarios, a la vanguardia. Yo no estaba de acuerdo en modo alguno. La vanguardia tenía cosas que decir. Bastaba con que eso no nos impidiera a los demás decir lo nuestro. La vanguardia venía a poner cierto orden en la música francesa, que había sido muy ligera durante un tiempo, aparte el caso de Ravel. Los Seis fueron muy ligeros en muchas ocasiones, o al menos empezaron así. Eso no impide que me guste mucho Darius Milhaud. A Arthur Honegger le conocí un poco, y lo suyo es realmente otra cosa, no se le puede acusar de ligero. También conocí a Poulenc, que cambió mucho con el tiempo. Germaine Tailleferre era una persona realmente encantadora. Louis Durey estaba muy politizado, y acaso eso influyó de manera no muy positiva en su música. Por quien tuve mucho aprecio fue por Georges Auric. Es una pena, porque nunca llegó a ser el compositor que podía haber sido, la suya no es en realidad una gran obra. Era muy interesante. Auric combatió mucho a Ravel en su época. La verdad es que hacía suyas las ideas de Jean Cocteau, y esto me lo dijo el propio Auric. Y lo hacía antes de que se formara el llamado Grupo de los Seis. Cocteau consideraba que ya teníamos bastante Debussy. Que no hacía falta otro Debussy. Y tomaba a Ravel por un Debussy, lo que desde luego es un error enorme, pero así fue como lo percibieron entonces. Es cierto que la estética, o al menos la técnica, eran cercanas, vistas con la perspectiva inmediata de entonces. Vistas hoy, no tanto, pero entonces, sí. Debussy era muy nuevo; y Ravel era muy nuevo también, pero en el mismo sentido, sobre todo en el sentido armónico, en la riqueza armónica; y en la tímbrica. En aquellos días podía uno equivocar- ENCUENTROS HENRI DUTILLEUX se, sin duda alguna. El propio Auric lo reconoció con el tiempo. Me lo dijo en varias ocasiones: sí, nos equivocamos, así es, pero entonces yo era un músico joven, y tenía que luchar contra los valores establecidos. La lástima es que Auric no trabajó demasiado como compositor. Fue director de la Ópera, fue muy benéfico para la SACEM, la sociedad de autores, por su presencia, por su inteligencia. Pero no trabajaba gran cosa como compositor, y a su esposa, Laura Auric, le gustaban mucho los honores, el figurar, todo eso, y ella lo conducía en otra dirección. Además, Auric escribió mucha música para el cine, porque tenía rendimientos inmediatos. Poulenc se lamentaba: soy su amigo, decía, pero también soy su mejor crítico. De Poulenc me gusta mucho su música vocal, pero bastante menos la instrumental. Por lo demás él era una persona agradable, encantadora. Hablamos de Poulenc, de la extraordinaria puesta en escena de Carsen que hemos visto en el Real. Hablamos de música de cine. A Dutilleux le gusta hablar del uso que Maurice Pialat hizo de un fragmento de su Primera Sinfonía en el film Sous le soleil de Satan. Pero a nuestro músico no le gusta componer para el cine, aunque lo hizo en su época temprana. Esto fue un caso distinto: Pialat utilizó un fragmento ya compuesto y lo introdujo en una película. No tiene nada que ver. Por otra parte, Dutilleux ya ha hecho declaraciones a favor de determinados compositores cinematográficos: le gusta la música de Nino Rota, de Maurice Le Roux, de Michel Fano… Y hasta le habría gustado trabajar para Bergman, cuyas películas, según Dutilleux, tienen un gran sentido musical en sus imágenes. La memoria del sonido, de la idea, de la referencia, del regreso, de la evocación. La idea fija de Berlioz. La temática recurrente de Franck y sus discípulos. La forma variación. La variación constante, tan querida de Schoenberg y sus discípulos Berg y Webern; menos de Berg que de los otros. Frente a ellos, Debussy, que no parece desear la variación, sino el cambio permanente de temas. ¿Dónde se encuentra usted, cerca de quién? Acaso de nadie. No puedo decir que siempre esté o haya estado en el mismo sitio. Hay obras muy distintas, hay obras mías que se escapan, como Mystère de l’instant, y el propio título ya sugiere algo. En realidad, estaría más cerca de Debussy, por el espíritu de los cambios temáticos. Pero en lugar de variación o de cambio de motivos, yo hablaría de progresión de temas y momentos. Progresión: es un término que le debo a uno de mis discípulos. De manera que estoy cerca de una tradición, y al lado de nadie… Hay en el estudio tres pianos, y él nos destaca uno. Ese piano me sirve sólo para el control. Me acerco con mi sillón con ruedas y controlo determinadas escalas sonoras, ciertas armonías. Es cuando quiero escuchar. Soy de esos compositores que necesitan oír mentalmente, no siempre realmente. Eso marca una separación con generaciones posteriores de músicos. Algunos no necesitan eso en modo alguno. Hay gente con una enorme fuerza creadora, como Xenakis; pero Xenakis no lo oía todo. Tenía una visión, y esa visión ya era de una gran originalidad, y en algunas obras suyas esto constituye un logro, como en Jonchaies. Algunas otras cosas suyas me gustan menos, porque me da la impresión de que no las oye. En relación con España, aparece y rea- parece continuamente el nombre de Maurice Ohana, su gran amigo, hispanófilo y de ascendencia española, dos años mayor que Dutilleux, pero desaparecido hace ya quince años (en 1992). Ohana, el compositor del Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, el compositor de una Celestina, una Fuenteovejuna… También nos habla de Félix Ibarrondo, de Cristóbal Halffter, de Luis de Pablo. Y lamenta conocer España muy poco, pese a Ohana. El timbre ocupa un lugar preponderante en la obra orquestal de Dutilleux. Nos habla, por ejemplo, del cimbalón en medio de los 24 instrumentos de cuerda de Mystère de l’instant, del color que crea a partir de la sorpresa, cuando aparece ese instrumento. Se sorprende (yo diría que gratamente) cuando le hacemos la siguiente propuesta: hay en sus obras, sobre todo en las orquestales, un especial sentido del crecimiento. Un esquema podría ser: Nocturno, crescendo, culmina- 141 ENCUENTROS HENRI DUTILLEUX ción, disolución. Cabrían otros crescendos, otras culminaciones, pero sólo le proponemos un esquema. Eso en cuanto a tempi y dinámicas; porque todo está rodeado de una tímbrica cada vez diferente, aunque siempre definitoria del fragmento, de la frase, del episodio. Le pido que no se tome esto como una pregunta. En cambio, me gustaría que hablara de su rechazo a interpretarse a sí mismo, a dirigir sus propias obras. No, no me gusta empuñar la batuta. Seguí cursos de dirección, desde luego, fue con Philippe Gaubert, en el Conservatorio. Gaubert era un gran músico. Dirigí una vez cuando me presenté por primera vez a Premio de Roma, en 1936, el año del Frente Popular. Me dieron el segundo por mi orquestación, y estaba muy contento con ello. [Dutilleux obtendría el Gran Premio de Roma dos años después, en 1938]. Pero creo que la orquestación de mi cantata carecía de presencia, de seguridad, así que durante las vacaciones de verano intenté mejorarla. Cambié aquello y a continuación lo dirigí. Esa una obra de veinte minutos, nada menos. En fin, al dirigir me di cuenta de que yo no tenía mucho sentido de la comunicación. No, no me veía dotado, y además me sentía intimidado por los músicos. En un oficio así, hay que ser lúcido y al mismo tiempo no ser tímido. Y yo era muy tímido entonces. ¿Y las obras que compuso para el Premio de Roma? No me gustaría que se interpretasen. No las considero realmente mías. Son obras de aprendizaje, de cimentación. En la obra que se llevó el Premio en 1938 había tal vez algunos buenos momentos, pero estaba demasiado cerca de Debussy, de Pelléas, de El hijo pródigo. También había algo de Chabrier, algo de Borodin. En fin, cosas sin verdadera personalidad propia. Incluso de Ravel. Fíjese, a Ravel el jurado le impidió ganar el premio, le cerró el camino en el concurso de 1905. El jurado era muy retrógrado, y además veía con malos ojos a Ravel, que por entonces ya había tenido algunos éxitos importantes: la Pavana, Jeux d’eau, el Cuarteto… Y cumplía treinta años, así que no le dieron nunca del Premio de Roma. El concepto de frase. ¿No rompe Dutilleux con el concepto tradicional de frase? Vanguardista en la frase, pero renuncia a las distancias interválicas. 142 La frase musical es algo que existe siempre, sea su línea la que sea. En ocasiones tomo prestados modos griegos, a veces confío en la memoria, pero lo que cuenta siempre para mí es la función armónica, el sentido, la consciencia armónica. Ser consciente, tener consciencia. Los músicos que no le dan importancia a eso no son verdaderos músicos, en mi opinión. Sí, claro, Stravinski dijo en algún momento: basta ya, ya no podemos descubrir nada nuevo. En aquellos tiempos, él, Ravel, Florent Schmitt, Falla, todos, se reunían sin duda, y se mostraban al piano sus últimos hallazgos e invenciones. Pero hoy las cosas ya no funcionan así. Creo que en lo armónico no se pueden hacer auténticos hallazgos. Si lo dijo Stravinski, que era un magnífico armonista ya antes de La consagración de la primavera… Pero ¿y el silencio? ¿No hay un miedo al silencio en Dutilleux? Su discurso está lleno, sobre todo de color, de timbre. No hay lugar para el silencio. No. Pero tengo maneras de jugar con el silencio. Lo que importa es la relación de sonidos en la que se inserta el silencio. Las estructuras y la forma imponen un discurso en el que el silencio puede cumplir un cometido más o menos relevante; más o menos notorio. Pero no, en general no le tengo miedo al silencio. En su Segunda Sinfonía hay dos grupos, uno pequeño y otro mayor. Pero usted ha sabido bordear, evitar el concerto grosso. Sí, quería esos dos grupos, pero también apartarme del género concerto grosso. No se trata de un diálogo permanente concertino-ripieno, todo lo contrario. Era más bien una cuestión de relación, algo así como un juego de espejos. El espejo refleja a dos personajes, como si se tratara de uno solo, por eso llamo a esta obra Le double. Lo que me interesa de esta obra es eso, la búsqueda del reflejo de un conjunto en otro. Para mí, el verdadero interés de esta obra está en ese personaje doble, acaso dos personajes que se miran… en fin, en ese reflejo. Cuando lo tocan bien se produce ese hallazgo de imágenes reflejadas, y no sólo en cuanto a temática, sino también en lo tímbrico. En relación con el concierto para violonchelo Tout un monde lointain, ha dicho usted que aunque el romanticismo tiene algo de “natural” en música, el violonchelo puede dar demasiado lirismo. Stravinski no compuso para el violonchelo; en cambio, otro clasicista, Martinu, compuso abundantemente para ese instrumento. Da la impresión de que llegó a un compromiso, o mejor, a un equilibrio en su concierto. Usted, por circunstancias (y sin tener una obra tan abundante como la de Martinu) también ha escrito a menudo para el violonchelo, pero siempre con mucho cuidado, con prudencia, por decirlo así. ¿Puede hablarnos sobre este equilibrio, sobre este salto adelante que supone prescindir del lirismo al que parece destinado ese instrumento? ¿Acaso por eso lleva usted el instrumento a su tesitura más aguda, de manera que a veces suena como un violín? Es cierto, el violonchelo es un instrumento con el que tendemos a un lirismo que puede ser excesivo. No encuentro para mí un instrumento ideal, pero el violonchelo me interesa mucho, aunque comprendo que algunos compositores lo eviten, precisamente por esa tendencia al lirismo. Ahora bien, es un instrumento que permite una gran variedad sonora. Usted se ha referido al agudo, y en efecto, puede llegar a un punto casi ilimitado de agudo. Además, ofrece más posibilidades tímbricas que el violín. Le confieso que me gustan más la viola y el violonchelo que el violín. Acaso porque trabajé mucho el violín a la edad de seis años. Y no duró mucho más allá. En fin, Tout un monde lointain tiene momentos de lirismo más allá de lo que un compositor como yo puede intentar, eso es cierto, pero lo expresé como quise a partir de múltiples componentes de variedad; hay pasajes en el período que llamo enigma que pueden evocar páginas de música puramente serial. Pero resulta que a Tortelier eso, precisamente eso, no le gustaba en absoluto. Toca espléndidamente, desde luego, pero ese período no le gustaba nada. Consideraba que aquello no venía del interior, consideraba que era demasiado “exterior”. En relación con su Primera Sinfonía, que contiene una superposición de discursos orquestales: ¿conocía usted por entonces la obra de Charles Ives? No, la conocí más tarde. No demasiado más tarde, debió de ser cuando compuse la Segunda Sinfonía. Un amigo de Estados Unidos me habló de Ives, pero no tuve demasiado interés en profundizar en ese mundo sonoro, me parecía demasiado extraño. Con el tiempo la cosa no ha mejorado para mí. Y, sin embargo, Ives me sorprendía. Y eso es lo importante, escuchar algo que te sorprenda porque no lo has oído nunca. Allí, en la Isla de San Luis, Dutilleux evoca algunos nombres del pasado, amigos y vecinos que iban y venían, como Marcel Mihalovici, que además era marido de Monique Haas; como Vladimir Jankelevitch, que vivía a dos pasos de allí, que era filósofo y músico, y además un hombre muy elegante, un dandy. También surge el nombre de Boris Vian, de su amor por el jazz, de cómo le introdujo a Dutilleux en el mejor jazz, en los años cincuenta. Se extiende sobre su admiración por Roussel, y sobre todo por Ravel, y también Debussy. En cambio (y esto “le duele” a quien firma este Encuentro) dice que Chausson no le gusta gran cosa. En fin… Santiago Martín Bermúdez OCTUBRE 2007 NOVIEMBRE DICIEMBRE ENERO 2008 FEBRERO MARZO ABRIL MAYO ORCHESTRE PHILHARMONIQUE DE LIÈGE Director: Louis LANGRÉE Solistas: Truls MØRK, violonchelo Anne GASTINEL, violonchelo Programa 1: Sinfonía nº 1 “Clásica”- S. PROKOFIEV Concierto para violonchelo N.1 - D. SHOSTAKOVICH Sinfonía N. 2 - J. BRAHMS Programa 2: Obertura trágica - J.BRAHMS Concierto para violonchelo - R. SCHUMANN Sinfonía en Re menor - C. FRANCK Fechas: 16 al 19 octubre 2007 con Truls Mørk 20 al 25 octubre 2007 con Anne Gastinel CUARTETO ENESCO Programa 1: Cuarteto op. 33, nº 2 - J. HAYDN Cuarteto op. 95 « Serioso » - L.v. BEETHOVEN Cuarteto 14 « La muerte y la doncella » - F. SCHUBERT Programa 2: Rapsodia Rumana (trans.Cuarteto Enesco) - G. ENESCO La Oración del torero, op. 34 - J. TURINA Cuarteto n. 1, en Do mayor , op. 49 - D. SHOSTAKOVICH Cuarteto en Fa mayor - M. RAVEL Fechas : del 26 de noviembre al 4 de diciembre THE HARMONY HARMONEERS (Atlanta, EE.UU.) Grupo de Gospel y negros Espirituales (Quinteto masculino a capella) Fechas: del 20 al 23 diciembre OPERA ESTATAL DE GDANSK “El CABALLERO DE LA ROSA”- R. STRAUSS Director musical: Eckart Manke Director de escena: Günter Mayr Escenografía: Jacek Mocny Vestuario: Malgorzata Sloniowska Fechas: 15 enero al 3 febrero 2008 KONZERTHAUSORCHESTER BERLIN (antes Orquesta Sinfónica de Berlín) Director: Lothar Zagrosek Solistas: Tanja Tetzlaff, violonchelo Severin von Eckartstein, piano Programa 1: Sinfonía N. 3 - F. SCHUBERT Concierto en Do mayor - J. HAYDN Sinfonía N. 6 - A. BRUCKNER Programa 2: Sinfonía N. 88 - J. HAYDN Capriccio para piano -I. STRAVINSKI Variaciones sinfónicas para piano - C. FRANCK Sinfonía N. 3 - R. SCHUMANN Fechas 5 al 15 febrero CAPELLA REGIA PRAGA Conjunto de música antigua (18 músicos y cantantes) Director: Robert Hugo Programa 1: Responsorio per Hebdomana Sancta - J.D. ZELENKA Sonata op.1, nº12 “La folia” - A. VIVALDI El Diluvio Universal - G. CARISSIMI Programa 2: Jesús, Alfa y Omega -V. ALBERICI Sonata op.1, nº12 “La folia” -A. VIVALDI Responsoria pro Hebdomana Sancta (selección) - J.D. ZELENKA El Diluvio Universal - G. CARISSIMI Fechas: 10 al 16 marzo TRÍO KUBELIK, trío de piano Programa 1: Trío en Si bemol mayor op. 11 nº 4 “Gassenhauer”- L.v.BEETHOVEN Trío en re menor nº 2 - B. MARTINU Trío en fa menor, op. 65 - A. DVORAK Programa 2: Trío en Do natural mayor op. 101, nº 3 - A. REJCHA Trío en re menor, op. 27 “Quasi una ballata” - V. NOVAK Trío en la menor, op. 114 - J. BRAHMS Fechas: del 6 al 16 abril SANZKONZERT, S.L. TEMPORADA 2007-2008 Pau Claris, 113, 1º2ª – 08009 Barcelona Telf. 934.873.833 - Web: www.sanzkonzert.es e-mail: [email protected] VIRTUOSI DI PRAGA, Orquesta de Cámara Director: Oldrich VLCEK Programa Dos valses-A. DVORAK Sinfonía concertante para violín y viola-W.A. MOZART ---Concierto para 4 violines- A. VIVALDI Sinfonía nº 45, “Los adioses”- J. HAYDN o Sinfonía Simple- B. BRITTEN o Serenata- B. MARTINU Fechas : del 12 al 24 noviembre BERLINER BACH AKADEMIE Director: Heribert Breuer Solistas: Simone Nold, soprano Adrian Strooper, tenor Erik Sohn, bajo Programa: Pastoral “Acis y Galatea”- G.F. HAENDEL Cantata dramática “Apolo y Dafne”- G.F. HAENDEL Fechas: del 12 al 19 diciembre SOLISTAS DE LA ORQUESTA DE CÁMARA CHECA Director artístico: Jana Vlachová Solistas: Petra Froese, soprano Nadia Hermanska, mezzo-soprano Programa 1: Gran Fuga en Si bemol mayor - L.v. BEETHOVEEN Quinteto de cuerda op. 97 - A. DVORAK Stabat Mater - G.B. PERGOLESI Programa 2: Meditación sobre un coral de St. Venceslao - J. SUK Verklärte Nacht - A. SCHÖNBERG Stabat Mater - G.B. PERGOLESI Fechas: del 20 al 27 de enero PHILHARMONIA QUARTETT BERLIN Programa 1: Cuarteto en la menor op. 13 - F. MENDELSSOHN Cinco Piezas op. 5 - A. WEBERN Microludios - G. KURTAG Cuarteto op. 41 nº 2 - R. SCHUMANN ó bien, Cuarteto nº 3 op. 67 - J. BRAHMS Programa 2: Cuarteto nº 6 - D. SHOSTAKOVICH Cuarteto nº 2 - K. SZYMANOWSKI Cuarteto op. 59 nº 3 - L.v. BEETHOVEN Fechas: del 23 al 28 de febrero EVA URBANOVA, soprano DAVID SVEC, piano Programa 1: Lied checo (DVORAK, JANACEK, MARTINU) Programa 2: Arias de ópera (PUCCINI, VERDI, CATALANI…) Fechas: del 1 al 6 abril HUNGARIAN SYMPHONY ORCHESTRA Director: Andras Ligeti Solistas: Andrea Melath, mezzo-soprano Peter Fried, bajo Programa 1: Sinfonia N. 104 “Dudlesack” - J. HAYDN El Castillo de Barbazul - B. BARTOK Programa 2: Obertura de Semiramis - G. ROSSINI Suite “El Mandarin Maravilloso”- B. BARTOK Sheherazade op. 35 - N. RIMSKY-KORSAKOVó bien Sinfonía nº 3 - J. BRAHMS Fechas: 14 al 24 mayo ANIVERSARIO WISTAN HUGH AUDEN (1907-1973) EL POETA Y LA MÚSICA El inglés americanizado Auden se integra en el conjunto de escritores que aportan, durante el siglo XX, sus textos a la música, en especial al teatro cantado. Algunas de las óperas decisivas de la centuria se asientan en textos literarios, dejando atrás el oficio instalado desde el barroco, el libretista. Debussy y Maeterlinck, Berg y Büchner, Strauss y Hofmannsthal, Puccini y Giacosa pueden acreditar altos ejemplos. En nuestra lengua, García Lorca y Valle-Inclán se incorporan al selecto club. E l caso de Auden está precedido por la irrupción teórica de Ezra Pound, americano a caballo entre el Nuevo y el Viejo Continente. En efecto, ya en su Tratado de armonía (1924) propone un retorno a lo que él consideraba la gran época de la música occidental: la Edad Media de sus queridos trovadores. La pureza del sonido, unida a la base rítmica de toda armonía y toda melodía, sustentó las bases del arte sonoro: verso y canto. Cuando esta coyunda se divorció, la decadencia se apoderó del panorama. Arriesgada tesis, en verdad, pero también provocativa. Hay que superar la disputa sobre la prevalencia de uno sobre otro. No casualmente Pound jaleaba el arte de Georges Antheil, que intentó reunir el sonido de la música con el ruido de la máquina y la fluencia de un cine aún mudo. Hasta llegó a proyectar una ópera con libro de James Joyce. Pica nuestra curiosidad pensar en qué podía haber salido de este encuentro y si se hubiesen conseguido unos cantantes dispuestos a aprenderse los textos babélicos del irlandés. La poesía de Auden llamó tempranamente al canto. Ya en sus Poemas reunidos (1945) hay 38 letras de posibles canciones. En la década de 1930 había colaborado con Benjamin Britten escribiendo guiones de películas con banda sonora de éste. También se asociaron en obras de teatro, programas de radio y hasta coplas de cabaret para Hedli Anderson (1938). Los más serios resultados fueron el ciclo sinfónico Nuestros padres cazadores (1936), la serie cancioneril En esta isla (1938) y la Canción para el día de Santa Cecilia (1941), donde aparece un personaje que puede encarnar a la música misma: una dama santa que pasea reverenciosa por un jardín como un negro cisne agónico, que se despide cantando de la vida. El efecto más divertido fue la opereta Paul Bunyan (1941), la letra de cuyas arias redactó Auden. Es el debut de Britten en el teatro lírico, una obra olvidada que conoció una tardía exhumación. Eran los tiempos de la guerra, la bohemia de los emigrantes, la reunión de los exilados que dieron lo suyo al mundo angloamericano: Bertolt Brecht, Klaus Mann, Kurt Weill, los antes citados. Otro encuentro esencial a la tarea de Auden en el ramo fue el de su amigo Chester Kallman (1921-1975), avezado en el mundo de la ópera como traductor al inglés de obras italianas (Monteverdi, Verdi) y del húngaro Bartók. Hasta compuso un libreto para una de las escasas incursiones de Carlos Chávez en el género: Los actores toscanos. Antes de Kallman, Auden, según propia confesión, no sabía nada del tema. A partir de él no sólo se interesó por la ópera sino que reconoció la inopinada y fuerte veta musical de su arte. Es lo que llamamos destino o, más modernamente, decisión inconsciente. Stravinski 144 Este dúo produjo la que se puede considerar la encomienda más importante de Auden para la escena cantable: The rake’s progress (La carrera del libertino) con música de Igor Stravinski, estrenada en La Fenice veneciana el 11 de septiembre de 1951. Según testimonio de Robert Craft, entonces joven colaborador de Stravinski, el descubrimiento por el compositor de los grabados de Hogarth, un pintor inglés del siglo XVIII, Cartel del estreno de Paul Bunyan (1941), opereta de Benjamin Britten con libreto de W. H. Auden que son la base de la ópera, data de 1947, cuando los vio en una exposición de pintura británica reunida en Chicago. Puede ser una ocurrencia de Craft, según el crítico JeanFrançois Labie, ya que no resulta verosímil que un hombre cultivado como Stravinski desconociera a Hogarth en fecha tan tardía. Más probable es que, en esa ocasión, advirtiese que la serie de escenas hogarthianas semejaban cuadros operísticos y proponían una historia factible de convertirse en una ópera propiamente tal. Fue el escritor Aldous Huxley quien sugirió a Stravinski el nombre de Auden. Lo conocía de renombre porque el poeta ya era parte de la primera fila de los suyos, aunque el músico no dominaba, aún, el inglés lo suficiente como para juzgarlo. Lo cierto es que, en la primera entrevista, Auden le pareció “un gran perro de caza rubio e intelectual”, con un aire de estudiante bohemio, vestido de cuero y con un pequeño portafolio en la mano. A pesar de este apunte, Wystan era ya una biografía: hombre de izquierdas, había participado en la guerra civil española del lado republicano, se lo conocía como poeta, podía dar explicaciones sobre Marx, Freud y la poesía inglesa del XVIII (años más tarde enseñó en Oxford) y, por lo que hace a la música, ya se anotó su colaboración con Britten. ANIVERSARIO WISTAN HUGH AUDEN No hay duda de que, en materia teatral, la intervención de Kallman fue decisiva, tanto en lo que hace a la estructura de la ópera como en la solución de muchos versos adecuados a las exigencias del canto. En todo caso, al igual que en otros ejemplos de colaboración, hoy es imposible deslindar la parte de cada socio. En cuanto a lo que Stravinski pudo pedir y sugerir, ya veremos lo suyo. Cabe ahora subrayar que La carrera del libertino constituye, con la breve, jocosa y lugareña Mavra (1922) la escueta producción operística stravinskiana, pues otras partituras escénicas con voces habladas y/o cantadas (Historia del soldado, El ruiseñor, Œdipus Rex, Renard, Las bodas) pertenecen a géneros mixtos. La escritura del libreto se extendió entre enero y marzo de 1948. La composición musical, desde el verano de ese año hasta abril de 1951. Respecto a los grabados de Hogarth, hay que distinguir entre lo que Auden conserva de ellos (época, lugar, nombre y parábola del protagonista, el personaje de la mujer que le es fiel hasta la muerte, el prostíbulo, el manicomio) de lo modificado y lo inventado. El personaje de Hogarth es un cínico lujurioso. En cambio, el de Auden tiene mucho de ingenuo, abúlico, pueril, perezoso y cobarde, con un matiz moral que impregna toda la obra y que en él se manifiesta como mala conciencia, facultad de arrepentimiento. La aldeana que en Hogarth queda encinta de Tom, el libertino, se convierte en Anne Trulove, muchacha casta y leal. La riqueza que cae de las nubes y es malgastada por Tom no le viene de su padre sino de un tío, real o supuesto. No se casa para reconstituir su fortuna sino para epatar a los burgueses con su pareja, la mujer barbuda. En cuanto a su locura, en la ópera es real, psiquiátrica si se quiere, y no un castigo equivalente a la cárcel. Ha perdido la razón en las mesas de juego, aunque salvando su alma, si cabe la conclusión. En el orden del argumento, lo más importante es lo que Auden introduce de su cosecha, especialmente con el personaje de Nick Shadow (sombrío como su apellido), suerte de figura diabólica que celebra con Tom una variante de pacto demoníaco, evocador de Fausto. En su nombre, intenta grandes planes que acaban en parodia: la riqueza que lo lleva a la ruina, el matrimonio con la barbuda como episodio de amor y el intento de convertir piedras en panes por medio de una máquina prodigiosa, para acabar con el hambre de la humanidad. Shadow, aparte de ser el mentor maligno de Tom, es el conductor de la trama, dentro y fuera de ella, porque en ocasiones se revela consciente de estar representando una ficción y se dirige al público como tal público, desde un afuera de la realidad escénica. Hogarth fue un hombre de teatro. Poeta de medio pelo, adaptó al inglés obras de otras lenguas, de modo que las pudieran recitar los actores de su tiempo. Esta experiencia teatral se nota en sus cuadros, que tienen mucho de escénico a la vez que trasuntan la teatralidad de la vida social inglesa del siglo ilustrado. No sólo en la serie que inspiró a Stravinski, sino también en otras (El matrimonio a la moda, La carrera de una prostituta) se advierte la huella histriónica. Auden, por lo mismo, tuvo aliviada su tarea por la precedencia citada, al tiempo que agravada por la adaptación al teatro de su época, los años treinta, sumado a lo cual va lo que el músico exigía para su concepción de la ópera. A ello conviene añadir que Auden se encontraba en la segunda fase de su vida como escritor. Si la primera tiene un signo político y social, la otra se escora hacia la moralidad con un tinte vagamente cristiano. No le faltan devaneos metafísicos y aun teológicos. Este plexo de inquietudes maduras —que no dejan de lado su vertiente crítica social— lo aleja de Hogarth, indiferente a lo ético y hasta complaciente con el espectáculo del vicio y la trapacería. Auden se preocupa por el destino individual de Tom, por su salvación o su condena. BOLETÍN DE SUSCRIPCIÓN c/ Cartagena 10, 1ºc - 28028 MADRID Tel. 91.356 76 22 - Fax 91.726 18 64 E-mail: [email protected] - www.scherzo.es Deseo suscribirme, hasta nuevo aviso, a la revista SCHERZO por períodos renovables de un año natural (11 números) comenzando a partir del mes de ………………… nº…… El importe lo abonaré de la siguiente forma: Transferencia bancaria a la c/c 2038 1146 95 6000504183 de Caja de Madrid, a nombre de SCHERZO EDITORIAL, S.L. Cheque a nombre de SCHERZO EDITORIAL, S.L. Giro postal. Rellene y envíe este cupón por correo, fax o correo electrónico. O llámenos por teléfono de 10 a 15 h. También está disponible en nuestra página en internet. Nombre…………………………………………… ………………………………………..…………… Domicilio…………..…………………………….. .......................................................................... CP………Población……………………………… Provincia……………………………..…………… Teléfono…………………………………………… Fax…………...……………………….…………… E-mail……………………………………………… VISA. 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Las versiones en disco y vídeo suman una docena, que no es del caso reseñar aquí. Henze W. H. Auden (dcha.) con Christopher Isherwood en 1931 146 La maldad del mundo lo es porque la mira alguien que conoce el bien y toma partido por él. Así se acredita el final edificante de la obra. En una emisión televisiva de la BBC (Hollywood, 1965), Stravinski explica por qué escogió a Auden como libretista. Quería a un buen versificador en inglés, a un poeta sensible a la melodía, siendo que ignoraba el talento teatral de Wystan y quería reiterar una coincidencia que admiraba: la del poeta y el músico, Dryden y Purcell, Boito y Verdi, Hofmannsthal y Strauss. Con sus demandas, descubrió el genio del escritor para el libreto de ópera: medida adecuada de cada verso, sonoridad cantable, vocabulario preciso. El compositor no podía escribir sino sobre versificaciones, nunca se le habría ocurrido musicalizar prosas, aunque fueran poéticas (las Historias naturales de Jules Renard con música de Ravel, por ejemplo). Auden acabó inspirando a Stravinski, no obstante las exigencias del músico en cuanto a los números: recitativos a secco, arias, conjuntos, coros. Hubo correcciones, desde luego, palabras que debieron alterarse para encajar en la música sin alterar la medida ni la acentuación de los versos. Auden vivió en Austria, la patria de Mozart. Esto tiene su importancia, porque la obra vuelve a Mozart, en especial a Così fan tutte. El molde es la comedia dieciochesca que prescinde de la reforma de Gluck, manteniendo los recitativos. Stravinski se aleja tanto del canto hablado y la continuidad wagnerianos como del simbolismo dramático, complejo y laberíntico de Alban Berg. Quiere sencillez, economía, claridad y números cerrados, incluidos los intermedios. Cierta crítica progresista censuró esta vuelta de Stravinski a los modelos clásicos, aunque ya en la década de 1920 había anunciado el retorno a Bach y a la melodía, probándolo con numerosas obras. No quiso hacer un pastiche mozartiano sino una evocación mozartiana pasada por su propia experiencia de innovador y rupturista. Amaba las convenciones y no las ocultaba, las creía propias de la ópera. Admiraba a Verdi y admitía que un personaje podía morir cantando fiorituras aunque estuviera desgajado a cuchilladas, o que otro pasara inadvertido con una simple máscara, sin que se lo reconociera por la voz, lanzada a todo volumen. La obra ganó sucesivos públicos y ha quedado en el repertorio. Circuló enseguida por Europa, pasó a América del Norte (Nueva York, 1953) y del Sur (Buenos Aires, 1959), La otra colaboración importante del tándem Aude-Kallman es con Hans Werner Henze (1926). De origen estético diverso al mundo stravinskiano, Henze viene tras el serialismo de Schoenberg, pero sin seguirlo dogmáticamente, en un uso libre del complejo atonal. Elegía para jóvenes amantes (estrenada en Schwetzingen en 1961, en traducción alemana, enseguida en Glyndebourne en el original inglés) nos lleva a un paisaje nevado en las alturas alpinas, donde seis personajes divagan rumiando sus interiores, cercanos e incomunicados, colindantes con la locura que afecta a uno de ellos. Henze pidió a los libretistas un texto que fuera congenial a una sonoridad de suaves y tiernos ruidos. El acompañamiento es leve: una orquesta de cámara, en la que destacan el xilófono, el vibráfono, el arpa, la celesta, el glockenspiel y un juego de campanas tubulares. Todo ello crea una atmósfera de timbración muy peculiar, afín al cojín nivoso del paisaje que aísla y protege. Hay arias y conjuntos, canto hablado y despliegues de brillante coloratura para la soprano que personifica a la demente y delirante enamorada que espera el retorno de su amante, muerto en la montaña décadas atrás. De muy distinto talante es Las Basáridas que conoció el éxito simultáneo al presentarse en Salzburgo en 1966 con las masas de la Ópera de Berlín. El compositor pidió un libreto para un drama complejo y se echó mano de Las bacantes de Eurípides, con un intermedio que evoca las pastorales del siglo XVIII francés. La demanda exigía un lenguaje tenso y de efecto inmediato, que pidiera una música expresiva, es decir una tragedia expresionista. Las estructuras formales están claras y tienen presente el modelo de Berg para su Wozzeck: un armazón de sinfonía en cuatro movimientos ligados por la continuidad. Se abre en forma de sonata, con la contraposición de los dos motivos preceptivos: el mundo austero, apolíneo y racional del rey Penteo y el trance furibundo y sensual de Dionisos. Luego hay un scherzo en trío que da lugar a las danzas de las bacantes, incluido un intermedio cómico, un movimiento meditativo (adagio) y un final imponente a modo de pasacalle. Es una obra compleja, que tanto echa mano del sinfonismo decadente y agónico de Mahler como de reiteradas rememoraciones del barroco francés (Rameau) y el polifonismo macizo de Bach. La atmósfera de éxtasis pesimista, como cierta crítica la ha definido, el predicamento inmediato y la rápida difusión de esta ópera, marcan una inflexión en el espacio que Henze viene ocupando desde entonces en las salas de concierto y los teatros de todo el mundo, donde ya es un clásico viviente y un nombre canónico en las temporadas, según hemos comprobado en Madrid en recientes fechas. También trabajó Auden para el ruso Nikolai Nabokov (1903-1978), primo del escritor Vladimir, que se formó en su país al que abandonó en 1920, pasando por Alemania y recalando en los Estados Unidos. Fue animador de organizaciones y festivales, en parte musicales y en parte políticas las primeras, así como de programas radiofónicos en ruso y en inglés. Es un compositor de rango más modesto que los anteriores y de obra relativamente breve. En su labor ha recurrido a fuentes literarias, como Milton (música incidental para Sansón agonista, 1938), Cervantes (Don Quijote, ballet, 1965, con coreografía de Georges Balanchine), Stephen Spender (El santo demonio conocida también en su versión alemana como La muerte de Grigori Rasputin, 1958 y 1959) y nuestros Auden-Kallman, que adaptaron para él la comedia de Shakespeare Trabajos de amor perdidos (1973). Blas Matamoro EDUCACIÓN Magistral lección de canto coral infantil CÁNTAME UN CUENTO Javier del Real El Teatro Real, en colaboración con la Universidad Carlos III de Madrid, presentó en el Teatro Auditorio “Padre Soler”, dentro de su ciclo de Conciertos Pedagógicos y Música en Familia, a dos de los coros infantiles más interesantes del panorama madrileño. Gracias por esta magnífica iniciativa. 148 Las agrupaciones. El Concierto. El Coro Infantil de la Comunidad de Madrid se creó en el año 2000 como sección del Coro de Niños para atender a los más pequeños, de entre seis y ocho años, que, una vez adquirida la formación musical inicial, pueden pasar a formar parte del Coro de Niños y, posteriormente, al de Jóvenes. Cuenta con 40 componentes pertenecientes a diversos centros educativos. El Coro Infantil tiene una programación de conciertos propia con un variado repertorio de canciones infantiles, folclóricas y clásicas; además, colabora en programas más complejos con otras agrupaciones de la Comunidad de Madrid. El Coro Infantil de la Universidad Carlos III de Madrid se creó en 1999 con el objetivo de llevar el canto coral a los colegios públicos de la zona Sur de Madrid. Cuenta con el patrocinio de los Ayuntamientos de Pinto, Parla, Leganés, Getafe y Alcorcón, sin cuyo apoyo y el de la Universidad este proyecto habría sido inviable. Desde hace cuatro años se ha ampliado el trabajo coral con el escénico, y los componentes de los siete coros que ahora forman el Programa Infantil de Música Escénica “Padre Soler”, de entre seis y dieciséis años, reciben una sólida formación musical y escénica. Hace poco pudimos apreciar su trabajo en Cenicienta, ópera de Maxwell Davies, interpretada en su totalidad por niños del Programa. Grupo instrumental de la Orquesta-Escuela de la Orquesta Sinfónica. Esta joven orquesta se creó en el año 2000 con el objetivo de que los jóvenes instrumentistas puedan culminar su formación y prepararse para el mundo laboral. El Coro Infantil de la Comunidad de Madrid realizó un recorrido musical a través del planeta, con canciones de autores diversos, con El globo azul. Su interpretación estuvo acompañada por imágenes de los países a los que hacía referencia la música mientras se narraba el viaje del globo guiado por los cantos de los niños. La calidad y cantidad del sonido del coro, el empaste y la estupenda dicción sorprendieron en niños tan pequeños. El trabajo corporal rítmico que acompañaba a la mayoría de las canciones despuntó en la inicial canción vasca en la que realizaron el típico paloteado con una precisión absoluta. Enhorabuena a Ana González, directora del coro; a Laura Sánchez, pianista acompañante; a los peques y a todo el equipo. La bruja Azafrán, con música de César Reda, interpretada por el Coro infantil de la Universidad Carlos III, contó la historia de María, una niña empeñada en ser bruja y que lo consigue gracias a la ayuda de la Bruja de papel. Excelente la interpretación del coro y extraordinarias las Brujas. Lo más sorprendente fue que el canto se realizase en continuo movimiento, con una escenografía, coreografía y puesta en escena espectacular. La estupenda actuación de los tres magos sirvió tanto de enlace entre los dos cuentos como de narrador del segundo. Enhorabuena a todo el equipo; a Nuria Fernández, directora del coro; a José Luis Arellano, dirección escénica; a José Luis Raymond, escenografía; a Rosa García Andújar, diseño del vestuario; a Marina Ayán, coreografía; y por supuesto a todo el coro y las solistas. Enhorabuena al grupo instrumental de la Orquesta-Escuela de la Sinfónica que tocó con una gran calidad. En el caso de ambos coros, enhorabuena a los padres y madres de los cantores ya que sin su colaboración e implicación ningún coro infantil sería posible. La importancia de fomentar el canto coral. Afortunadamente, van surgiendo por gran parte de la geografía española coros infantiles. La educación musical a través del canto es una de las actividades formativas que más huella deja a través de los años: puede iniciarse muy pronto y permite a los pequeños aprender música casi sin saber que lo hacen, porque cantar para los niños resulta un juego, al mismo tiempo que están desarrollando el oído, la entonación, el ritmo, etc.; permite aprender el lenguaje de la música haciendo uso de él, como se aprende el lenguaje hablado antes que el escrito. Grandes vocaciones musicales se han despertado cantando en un coro, y el uso de la propia voz, del cuerpo, es un factor que ayuda hasta extremos inimaginables al desarrollo de niños y adolescentes. Cantar en grupo, además, fomenta la educación en valores: el compañerismo, la responsabilidad individual frente al grupo, el afán de superación, el amor por el trabajo bien hecho, la integración, la atención, la concentración, el respeto por el trabajo de los demás… Un deseo: que nos canten más cuentos o lo que quieran, pero que nos canten más. Alicia Santos Santos EDUCACIÓN EL PROCESO ES EL RESULTADO Deutsche Bank acierta con un proyecto educativo de la Filarmónica de Berlín que recorre el mundo en forma de película (ahora en España), cosecha éxitos y pone alto el listón a los proyectos educativos de las instituciones artísticas del mundo entero. bilidad mirando a otros hacerlo y sin tocar, sentir, practicar o probar aquello mismo que se quiere aprender? En Esto es ritmo todo pasa de verdad y el valor del trabajo de algunos de los chavales, lógicamente apabullados en su primer encuentro con la orquesta, es que son ellos quien lo hace, y nadie más. A lo largo de varias semanas, jóvenes de barrios de Berlín, muchos de ellos zonas deprimidas, preparan una coreografía de La consagración de la primavera que estrenan con Simon Rattle a la batuta. Un punto para el patrocinio L a primera vez que vi Esto es ritmo estaba rodeado de directoras de departamentos educativos de teatros de ópera europeos. No puedo citar ninguna frase en concreto, pero el sentimiento general fue que aquello que habíamos visto era la bomba, y que lo era por dos motivos: el proyecto era bueno y además había quedado plasmado en una excelente película que lo iba a pasear por el mundo. No era un proyecto cualquiera, sino que lo defendía la simbólica Filarmónica de Berlín, dirigida por el carismático Simon Rattle, e implicaba a cientos de chavales berlineses no como espectadores, sino como protagonistas. Con todo, la película era el gran acierto, ya que retrata lo más hermoso de todo proyecto educativo: el cambio que viven los participantes a lo largo del proceso. En su paseo triunfal, Esto es ritmo llega a las salas de cine españolas en el mes de mayo como una de esas piezas preciosas que demuestran que en educación querer es poder. Aprendizaje participativo 150 Simon Rattle explica en una escena del documental cómo de pequeño tuvo malos profesores de dibujo o de música, pero la gran diferencia era que en dibujo, por lo menos dibujaba. Es una idea tan sencilla que pasa inadvertida: ¿quién querría aprender cocina, francés, hípica, bricolaje, patinaje o conta- Los responsables de patrocinio de Deutsche Bank todavía no deben dar crédito al filón que han encontrado con esta película, que asocia su nombre con un proyecto audaz en el que se mezclan felizmente ingredientes de platos muy diversos: nuevos públicos para la música clásica, democratización de organizaciones elitistas, jóvenes que encuentran en la perseverancia una salida a vidas rotas, integración social de inmigrantes, excelencia artística con responsabilidad social, exposición internacional prolongada a lo largo de los años y un largo etcétera. Es toda una invitación a la creatividad para esas empresas que apiñan sus logotipos de veinte en veinte en los programas de los ciclos de conciertos, festivales o exposiciones, sin que destaque ninguno en especial: al fin y al cabo, se limitan a poner dinero. Por necesario que sea ese tipo de patrocinio, alguien en alguna empresa tendrá, queremos suponer, la necesidad de inventarse su Esto es ritmo particular: no copiando el contenido, se entiende, sino inspirándose en la audacia y la visión social. La peli Hace días he vuelto a ver Esto es ritmo con mi hija de dieciséis años. El efecto me recordó en algo al de Operación Triunfo, si se le quitan a este último las tonterías del glamour y las falsedades de la celebridad, que son en mi opinión lo que lo deslegitiman. ¡Con qué atención escuchó todas las entrevistas y cómo se fijó en los debates sobre el exceso/falta de disciplina en los ensayos! Miraba todo: los leggins y los peinados, las caras de cansancio, las historias personales, los comentarios de los profesores, las caras de los músicos, la batuta de Rattle… Es un documental, pero presenta algo verdaderamente intrigante: ¿estos chicos, de los cuales muchos no han bailado en su vida, van a poder bailar La consagración de la primavera de Stravinski con una super-orquesta de primera? La distribuidora de la película, Karma Films, tiene en su página web www.karmafilms.es información amena y abundante sobre los distintos aspectos de la película, además de un trailer que da un buen aperitivo de lo que se va a ver. Esperemos que Thomas Grube y Enrique Sánchez Lansch, directores del documental, encuentren proyectos educativos tan interesantes como este sobre los que desplegar su buen hacer por estas tierras. Sólo que, quién sabe: tal vez la siguiente sorpresa no estará en un documental, sino en un juego de ordenador, un robot cibernético o una central de energía solar… Así debe ser el mundo de la educación: abierto, imaginativo y sorprendente, como aquellos a los que se dirige. Pedro Sarmiento [email protected] SOCIOS BENEFACTORES ANTENA 3 TELEVISIÓN CONFEDERACIÓN ESPAÑOLA DE CAJAS DE AHORROS F.TAPIAS Desarrollos Empresariales FUNDACIÓ PRIVADA DAMM FUNDACIÓN ALICIA KOPLOWITZ FUNDACIÓN CAJA MADRID FUNDACIÓN CAJASUR FUNDACIÓN TELEFÓNICA FUNDACIÓN WELLINGTON GRUPO PRISA SIDERURGICA AÑÓN TF EDITORES UNIÓN FENOSA VIAJES MUNDO AMIGO SOCIOS PROTECTORES Le invitamos a hacerse socio y amigo del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia y con e l l o l i g a r á s u e m p re s a a u n a institución que desempeña un papel activo en la vida cultural de nuestro país, al mismo tiempo que disfrutará de las ventajas especiales exclusivas para socios: viajes, cursos, visitas guíadas, talleres infantiles,etc. L a A s o c i a c i ó n re ú n e a t o d a s aquellas personas y entidades que quieren contribuir al enriquecimiento del Museo. Su colaboración permite enriquecer l a s c o l e c c i o n e s y d e s a r ro l l a r programas de difusión y apoyo para favorecer la experiencia del arte moderno y contemporaneo. ABERTIS INFRAESTRUCTURAS AIAF MERCADO DE RENTA FIJA ALCALIBER AMPER ANSORENA AON GIL Y CARVAJAL ARCELOR ESPAÑA ASEA BROWN BOVERI AXA ART VERSICHERUNG BANCO BILBAO VIZCAYA ARGENTARIA BANCO GALLEGO BANCO PASTOR BASSAT, OGILVY COMUNICACIÓN BERGÉ Y COMPAÑIA BLOOMBERG LP BODEGAS VEGA SICILIA BP ESPAÑA CAJA GRANADA CAJASTUR - OBRA SOCIAL Y CULTURAL CALYON, Sucursal en España CANDEA INDUSTRIAS PLÁSTICAS CASBEGA CHRISTIE'S IBÉRICA COMPAÑiA LOGÍSTICA DE HIDROCARBUROS CLH CROMOTEX DESARROLLO INMOBILIARIO PINAR DRESDNER BANK AG E.P. RADIOTELEVISIÓN ESPAÑOLA EBRO PULEVA EDICIONES CONDÉ NAST EDITORIAL SÍNTESIS, S.A. 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LÁPIZ, LOGGIA, MI CARTERA DE INVERSIÓN, PASAJES DE ARQUITECTURA Y CRÍTICA, PERIÓDICO EU-ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS, PYMES DE COMPRAS, REVISTA DE LIBROS, REVISTA DE MUSEOLOGÍA, REVISTART, SUBASTAS SIGLO XXI. JAZZ THE VIENNA ART ORCHESTRA: JAAZ IRREVERENTE, INTELECTUAL Y TREINTAÑERO D 152 esde su llegada a la primera línea del jazz continental, hace ya treinta primaveras, la Vienna Art Orchestra se ha convertido en una de las referencias más excitantes con que cuenta este género remitido por grupos de gran formato. Dirigida por el pianista, compositor y arreglista suizo Mathias Rüegg, la VAO dispone de una amplia discografía en la que se explica su iconoclasta, vanguardista y avanzada concepción jazzística, incluso cuando hecha mano de clásicos de Duke Ellington, uno de sus autores fetiche. En este sentido, a su particular catálogo fonográfico ahora se suma un triple álbum conmemorativo de sus tres décadas de existencia, en el que su agudeza jazzística se manifiesta nuevamente bajo los filtros de una intelectualidad bien entendida y altamente vivificante. El explícito título del lote, 3, alude a la vertebración de los tres discos sobre tres historias conceptuales; la primera está dedicada a trece grandes divas de la cinematografía estadounidense de la primera mitad del siglo pasado, American Dreams; la segunda, por su parte, nos acerca a otros tantos pensadores, creadores y filósofos euro- peos que han contribuido al desarrollo y progreso de la civilización a lo largo de los últimos mil años, European Visionaries; y la tercera es un compendio de las dos anteriores, Visionaries & Dreams, un relato musical inspirado en el encuentro imaginario y ficticio entre los personajes visitados en los dos primeros volúmenes. “Durante muchos años pensé en componer una obra con tres programas temáticamente relacionados para la Vienna Art Orchestra”, afirma estos días Mathias Rüegg. “Cada uno de ellos debería poder sostenerse por sí mismo como obra independiente. En marzo de 2005, después de que finalmente decidiera cuál sería la presentación adecuada, empecé a realizar muchas investigaciones y lecturas, sin saber exactamente en qué me estaba metiendo. El intensivo proceso de trabajo hizo que todos llegaran al límite de sus fuerzas, en especial a los ensayos y a las sesiones de grabación, que se realizaron en un período de veinte meses, hasta noviembre del año pasado”. Los resultados discográficos obtendrán justa traslación al directo este verano sobre escenarios tan lustrosos como el donostiarra Jazzaldia, donde además se podrán contrastar en vivo las diferencias que existen entre la VAO y otra gran formación con la que a menudo se la compara, la Lincoln Center Jazz Orchestra. Al margen de sus respectivas apuestas por los nuevos valores y la eficacia de sus programas educativos, lo que desde sus comienzos siempre quedó claro es que las bandas que dirigen Mathias Rüegg y Wynton Marsalis miran a horizontes radicalmente opuestos: la vienesa hacia delante y la neoyorquina hacia atrás. Todo ello se refleja en una discrepancia de conceptos, desarrollos y arreglos que se evidencia hasta de manera visual: los primeros tienen una puesta en escena vibrante, fresca y desenfadada, mientras que los segundos apuestan por un estilo más sobrio y de etiqueta. Rita Hayworth, Judy Garland, Lauren Bacal, Bette Davis, Ava Gardner, Marilyn Monroe, Josephine Baker, Grace Kelly, Jayne Mansfield… y así hasta un total de trece grandes actrices de la primera mitad del siglo XX conforman el primero de los argumentos que se incluyen en esta trilogía jazzística. El volumen American Dreams. Portraits JAZZ of 13 American Women intenta capturar la esencia artística de cada una de estas mujeres a través de los sonidos gozosos y exuberantes de una clásica big band de los años treinta, aunque empujada por una locomotora con maquinaria de hoy en día. Leonardo da Vinci, Voltaire, Kant, Einstein, Freud, Descartes, Newton, Galileo Galilei o Stephen Hawking son algunos de los grandes creadores y pensadores en el que se inspira el segundo registro, European Visionaries. Cada de una de estas piezas lleva el nombre de uno de estos genios, a quienes, según el propio Rüegg, se ha tratado de representar abstractamente en la música “con la mayor fidelidad posible, reduciéndolos a símbolos (indicados en los subtítulos) que hacen las veces de las bases de las composiciones individuales”. Musicalmente, el programa se orienta en torno a los logros más destacados de la música europea y, por lo tanto, el sonido de la VAO es más orquestal o sinfónico que lo habitual. Todos los temas se introducen con preludios, ejecutados por dúos de música clásica. La tercera historia, Visionaries & Dreams. Portraits of 13 couples, es, conceptualmente, la más interesante, por los emparejamientos surrealistas que se derivan de los protagonistas anteriormente retratados: Grace Kelly meets René Descartes, Rita Hayworth meets Isaac Newton, Katharine Hepburn meets Voltaire, Lauren Bacall meets Erasmus van Rotterdam, Josephine Baker meets Albert Einstein… Cada pieza contiene dos composiciones separadas que se yuxtaponen para crear una síntesis de los dos primeros programas. Así, los EE UU y Europa se reúnen y se mezclan en la música, produciendo una combinación de ambos mundos; de Andreas Bitesnich THE VIENNA ART ORCHESTRA MATHIAS RÜEGG sensualidad y abstracción; de estética americana y europea; de jazz americano y europeo. “En estos tiempos en que los europeos y los americanos son cada vez más incapaces o menos interesados en entenderse entre sí”, prosigue Rüegg, “la trilogía 3 intenta aportar un tono conciliador y promover el entendimiento entre estas dos culturas que son en gran medida la misma y, al mismo tiempo, tan diferentes”. Una historia de aires y desaires La VAO se asomó al jazz en 1977 gracias al pianista, director y compositor Mathias Rüegg y otros instrumentistas fundacionales como los saxofonistas Wolfang Puschnig y Harry Sokal, la vocalista Lauren Newton o ese maestro de la tuba que es Jon Sass. Ya en los ochenta la formación alcanzó la suficiente estabilidad como para plantear trabajos y discursos llamados a perdurar en el tiempo, echando mano de la audacia compositora de Rüegg y recreando de manera singular los idearios jazzísticos de autores de cabecera como Duke Ellington, George Gershwin o Charles Mingus y los muestra- rios musicales de iconos clásicos como Verdi, Wagner, Schubert o Satie. Igualmente, su extrovertida puesta en escena rompió con todos los moldes estéticos que, aun hoy, ofrecen buena parte de las orquestas de jazz, protagonizando numerosos aires y desaires que no siempre fueron bien acogidos por la prensa especializada más ortodoxa. La formación ha experimentado a lo largo de sus tres décadas de existencia dos grandes transformaciones en sus créditos, así como algún que otro pequeño periodo de obligado descanso. Actualmente, las líneas de la VAO están ocupadas por la vocalista Anna Lauvergnac; los trompetistas Tobias Weidinger, Matthieu Michel, Stephan Zimmermann y Juraj Bartos; los trombonistas Adrian Mears, Robert Bachner y Dominik Stöger; el intérprete de tuba Ed Partyka; los saxofonistas Joris Roelofs, Nico Gori, Harry Sokal, Andy Scherrer y Herwig Gradischnig; el guitarrista Martíin Koller; el contrabajista Hans Strasser; la percusionista Ingrid Oberkaninins y el baterista Mario Gonzi. Hoy la VAO ofrece un saldo de más de 800 actuaciones y un catálogo discográfico que supera treinta y cinco registros. A comienzos de 2000 el grupo recuperó la confianza discográfica de Universal Music, donde tiene editados sus discos más recientes: Art & Fun (2002), la segunda entrega de Duke Ellington’s sound of love (2003), Big Band Poesie (2004) y Swing & Affairs (2005). A finales de los noventa el realizador Tomar Schmiderer apuntó cinematográficamente algunas de las claves de esta feliz historia en la película: An echo from Europe: Vienna Art Orchestra on Tour. Pablo Sanz NIÑO JOSELE: UN FLAMENCO TRAS LAS HUELLAS DE BILL EVANS A l margen de la actualidad discográfica, siempre abundante, habitualmente recurrente, la gran noticia jazzística del mes la protagonizará el guitarrista flamenco Niño Josele, primo del también tocaor José Fernández Torres “Tomatito”. El joven intérprete almeriense presentará en el mítico Village Vanguard de Nueva York su última producción, Paz (Sony-BMG), inspirado en el pianista Bill Evans, otro personaje habitual del venerable club norteamericano. Su visita coincidirá con el lanzamiento estadounidense de este su tercer disco en solitario y acudirá acompañado de la contrabajista Esperanza Spalding y el baterista Horacio “El Negro” Hernández, antiguo escolta rítmico del pianista dominicano Michel Camilo. La noticia destaca, no sólo por la emoción que conlleva la presencia del guitarrista flamenco sobre el mismo escenario que en su día pisara el verdadero motor creativo de su álbum, el mencionado Bill Evans, sino porque será la primera vez que un intérprete español presente su música en esta catedral neoyorquina del jazz. Desde su apertura en 1935, el Village Vanguard ha sido testigo de las grabaciones de gigantes jazzísticos como John Coltrane, Dizzy Gillespie, Sonny Rollins, Keith Jarrett, McCoy Tyner, Gerry Mulligan, Stan Getz o el propio Bill Evans, que registró allí mucha de su obra. “Paz es la carta de amor de Niño Josele a Bill Evans y a todos quienes se acerquen a una música que no tiene otra ambición que la de conmovernos con su belleza”, asegura su productor Fernando Trueba sobre el nuevo álbum del guitarrista. Y no anda mal encaminado el cineasta, ya que el disco guarda unas formas jazzísticas más que correctas. Claro que a ello ayudaron invitados de lujo como el saxofonista Joe Lovano, los trompetistas Tom Harrell y Jerry González o los contrabajistas Marc Johnson y Javier Colina. 153 LIBROS Un hito en la musicología española LA ERA DE LAS POLÉMICAS S 154 e puede afirmar que la Ilustración está salpicada de continuas polémicas en todas las ramas de las ciencias y de las artes. Al igual que el resto de disciplinas, la música española del siglo XVIII permite observar dos bandos: el conservador y el renovador. El primer bando está representado por aquellos músicos que permanecen fieles a las normas del contrapunto imitativo y que defienden la tesis de que la música es un producto de la razón, y por lo tanto es una ciencia con reglas inalterables que han de respetarse en todo momento. Por su parte, el bando renovador opta por una mayor libertad e interpretación personal de las normas emanadas de la tradición así como por la introducción de nuevos géneros y técnicas musicales: para los compositores que sustentan esta teoría, el origen de la música es el arte y el sentimiento, en los cuales el placer y la emoción desempeñan un papel preponderante; opinan tales compositores que sólo el oído —y no las reglas científicas de carácter inamovible— es capaz de juzgar desde el punto de vista estético qué es bueno o malo en el arte musical. La prueba más significativa del antagonismo de ambas concepciones en la España del siglo XVIII es la apasionante polémica iniciada entre Francisco Valls, maestro de capilla de la catedral de Barcelona y Joaquín Martínez de la Roca, organista de la catedral de Palencia, a causa de la composición de la Misa Scala aretina del primero de los autores citados, en cuyo “Miserere nobis” del Gloria hizo entrar el tiple segundo sin preparación, produciéndose una disonancia directa. A raíz de dicha polémica entre ambos maestros, nuestro país se dividió en dos bandos y no menos de cincuenta y cinco compositores y teóricos de toda España tomaron parte en las discusiones, publicándose libros, artículos, réplicas, contrarréplicas, folletos, opúsculos, etc. Hasta tal punto llegó la situación que se decidió consultar a una voz autorizada, el célebre Alessandro Scarlatti, para intentar zanjar una polémica que ya duraba demasiado tiempo. Sin embargo, el compositor napolitano, muy diplomáticamente, no se inclinó por ninguna de las partes. Hasta el momento conocíamos la controversia de Valls de manera parcial. Uno de los primeros autores en JOSÉ LÓPEZ-CALO: La controversia de Valls. Vol. I. Textos (I). Ejemplar de Granada. Centro de Documentación Musical de Andalucía. Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Granada, 2005. 361 páginas. destacar la importancia histórico-musical de este hecho fue Menéndez Pelayo, al cual dedicó seis páginas en el volumen III de su Historia de las ideas estéticas en España. Posteriormente, en su Catalech de la Biblioteca de Música de la Diputació de Barcelona (1908), Felipe Pedrell precisó aún más los datos aportados por Menéndez Pelayo al describir tanto los escritos como los teóricos y compositores que participaron en la querella de Valls. Posteriormente, autores como Rafael Mitjana en su excelente La musique en Espagne (1920), traducida al español y editada por el Ministerio de Cultura en 1993, se limita a resumir las aportaciones de los dos eruditos citados con anterioridad. Sin embargo, en épocas recientes los musicólogos Lothar Siemens, Antonio Martín Moreno y José López-Calo contribuyeron de manera decisiva al mejor conocimiento de la querella: el primero de ellos dio a conocer en un artículo publicado en Anuario Musical (“Contribución a la bibliografía de las fuentes de la cuestión de Valls”, 1976) un importante fondo de manuscritos relacionados con la controversia de Valls que había adquirido en un anticuario. Por su parte, Antonio Martín Moreno, gran especialista en la música española del siglo XVIII, y especialmente en la teoría musical de aquella época (con toda justicia, López-Calo reconoce en la dedicatoria lo que debe la musicología española a los estudios del profesor Martín Moreno), publicó al mismo tiempo que Siemens otro artículo relacionado con nuestro tema en el volumen 31-32 de la revista Anuario Musical, titulado “Algunos aspectos del barroco musical español a través de la obra teórica de Valls (1665?-1747)”; asimismo en su libro El padre Feijoo y las ideologías musicales del XVIII en España (1976), Martín Moreno aborda con mayor precisión la controversia de Valls, cuestión a la que asimismo dedica gran atención en los siguientes libros: Historia de la música española. Siglo XVIII e Historia de la música andaluza, ambos publicados en 1985. Por último, pero no por ello menos importante, el autor del libro aquí reseñado, José López-Calo, catedrático emérito de Historia de la Música de la Universidad de Santiago, inició sus investigaciones sobre la querella de Valls en 1946. Durante los sesenta años transcurridos desde entonces, el padre Calo ha ido editando diferentes publicaciones relacionadas con el tema que nos ocupa: así por ejemplo, a partir de 1968 inició una serie de artículos sobre la controversia en la revista Tesoro sacro-musical, en los cuales se incluía, entre otros aspectos, la correspondencia de Mariano Soriano Fuertes con Barbieri y Saldoni referen- LIBROS te a la polémica, así como una descripción de la misa que había originado el problema. Diez años después, en 1978 la editorial londinense Novello publicó por primera vez la Misa Scala aretina de Valls, con estudio introductorio y transcripción del propio padre Calo, lo que constituyó un hito de primer orden para la recuperación del patrimonio musical español (es significativo que fuera una institución extranjera la que se interesara por el trabajo musicológico de José López Calo, pues indica el desinterés que predominó en épocas pasadas hacia nuestra historia musical). El propio Carl Orff había considerado la misa de Valls como “obra maestra producida por un genio de la música”, como López-Calo se encarga de recordar en la introducción del libro que estamos reseñando. A pesar de estos precedentes y de la evidente importancia de la misa de Francisco Valls y de la gran querella que provocó, hemos tenido que esperar sesenta años para que la prolija y extraordinaria investigación llevada a cabo por el padre López-Calo viese la luz en toda su plenitud, mérito atribuible al Centro de Documentación Musical de Andalucía y a su director, Reynaldo Fernández Manzano. El proyecto de la publicación de la controversia de Valls a cargo de José López-Calo está dividido en tres volúmenes: el primero es el reseñado en la presente recensión y reúne el estudio así como la transcripción del manuscrito conservado en el Conservatorio “Victoria Eugenia” de Granada, el cual presenta una compilación de algunos de los principales escritos sobre la querella de Valls, que incluyen las réplicas y contrarréplicas de autores como el propio protagonista, Joaquín Martínez, Santiso Bermúdez, Medina Corpas, Antonio de la Cruz Brocarte, Portero (el cual pudo haber llevado a cabo esta recopilación, según sospecha López-Calo), Ambiela, etc. El segundo volumen comprenderá los textos de los participantes en la polémica que no se conservan en el manuscrito de Granada, y por último, un tercero que incorporará las biografías de los controversistas y otros estudios. Así pues, se habrá dado un paso de gigante para recuperar y conocer un capítulo esencial de nuestra historia de la música. Que además sea una institución española como el Centro de Documentación Musical de Andalucía es un claro síntoma de una nueva sensibilidad en comparación a décadas anteriores. Por lo que se refiere a este primer volumen, López-Calo ha tomado una primera decisión acertada: no seguir el orden en que se compilaron los escritos sino atenerse al orden de redac- ción y publicación con el fin de lograr una mejor comprensión. Es de agradecer la segunda medida adoptada por el autor en el sentido de normalizar la puntuación y la ortografía del texto original, lo cual contribuye a facilitar una lectura ya de por sí compleja y en ocasiones farragosa, como era habitual en el lenguaje teórico de aquella época. Que además el padre Calo se haya tomado la molestia de transcribir a notación moderna los ejemplos musicales citados para defender una u otra postura, es algo que el lector asimismo agradecerá. López-Calo incluye un prefacio a cada uno de los escritos aportando información de gran interés sobre el origen, recepción y fuentes del texto respectivo así como los criterios editoriales. Le sigue el facsímil de la portada original y la transcripción propiamente dicha: cuando el editor lo cree necesario, opta por introducir corchetes o paréntesis para aclarar algún concepto o frase, con lo que en todo momento queda claro para el lector qué pertenece al texto original y qué partes han sido añadidas por el autor de este libro. Aunque los dos principales protagonistas de la polémica son Francisco Valls y Joaquín Martínez, la controversia llegó tan lejos que no dejaron de producirse discusiones y querellas de otros compositores entre sí, como lo demuestra este primer volumen. Sin embargo, ofrece un gran interés musicológico la defensa que hace Francisco Valls de la viabilidad y corrección de la entrada del tiple segundo en el “Miserere nobis” de su Misa scala aretina. Si en la primera respuesta (sin fecha) a Gregorio Portero, maestro de capilla de la catedral de Granada, el maestro catalán se limitaba a reproducir fragmentos de otros compositores que simplemente avalaban su opinión, en la segunda respuesta (1716), en esta ocasión a Joaquín Martínez, organista de la catedral de Palencia, Valls da un significativo paso adelante, pues además de replicar contundentemente a Martínez, añade los “pareceres” de otros compositores que él mismo había solicitado en apoyo de sus tesis: sin embargo muchos de estos autores no envían a Valls meras frases aprobatorias sino que escriben auténticos tratados teóricos, razón por la que esta segunda respuesta ocupa 82 páginas, y constituye sin duda alguna el más completo y sustancioso texto de toda la polémica. Entre los autores que avalan la postura de Valls cabe citar, entre otros, a Gregorio Santiso, Isidro Escorihuela, Francisco Hernández o José de Caseda. En algunos momentos Valls no duda en recurrir al humor y la iro- nía para refutar los argumentos esgrimidos por Joaquín Martínez: así por ejemplo (pág. 88) se pregunta el compositor barcelonés “qué censura hizo de lo que practicó aquel compositor tan conocido suyo en la entrada el salmo Miserere mei Deus, a 10 con violines y bajoncillos (cita el ejemplo musical)… viendo este montón de disonancias, con tan mal atadas ligaduras, que por no tener orden ni concierto forman una disonancia infernal (ya que él así habla), no de culpas que se perdonan, sino de irremisibles ofensas que se condenan, no cabe en la entereza de don Joaquín que la mucha voluntad que profesa a aquel compositor excusase la censura tan precisa a su buen entendimiento, a menos de admitir entre el entendimiento y la voluntad la mayor, y en un hombre recto menos tolerable, disonancia”. Valls se estaba refiriendo a una obra del propio Joaquín Martínez. Tanto en el primer escrito del organista de la catedral palentina (págs. 5971), impreso sin indicación de lugar y fecha, como en el segundo, titulado Elucidación de la verdad (1717), Joaquín Martínez, a quien el padre Calo dedicó una interesante serie de artículos en la revista Ritmo, hace gala de una sólida preparación técnica y de un buen conocimiento de las fuentes teóricas. No en balde se trata de uno de los más eximios compositores del siglo XVIII, cuya obra musical merecería una pronta recuperación y edición. Al igual que hiciera Valls y con el objetivo de reforzar sus tesis, en su Elucidación también recurre Martínez al apoyo de autores tan destacados como Antonio Yanguas, Francisco Portería, Manuel de Egüés, Francisco Zubieta o Antonio de la Cruz Brocarte, que no dudan en tomar partido por las opiniones defendidas por Joaquín Martínez. En definitiva, nos encontramos ante una obra crucial para el conocimiento de la historia y de la teoría musicales de nuestro país en una época de cambios trascendentales como fue el siglo XVIII. Por su gran preparación musicológica y experiencia, nadie mejor que José López-Calo para acometer esta tarea ingente después de cincuenta años dedicados a la recopilación de las fuentes y al estudio de la polémica y sus protagonistas. Sólo cabe felicitar de manera entusiasta al padre Calo por la publicación de su obra, así como al director del Centro de Documentación Musical de Andalucía, Reynaldo Fernández Manzano, por la feliz iniciativa de publicar esta obra en tres volúmenes que marcará un hito en la musicología española. Paulino Capdepón Verdú 155 GUÍA LA GUÍA DE SCHERZO NACIONAL ALICANTE SOCIEDAD DE CONCIERTOS 14-V: Deszö Ránki, piano. 22: Radu Lupu, piano. BARCELONA 1-V: Jan Willem Jansen, clave. Torre, Cabezón, Sweelinck. (Festival de Música Antigua. Auditori [www.auditori.org]). 2: La Real Cámara. Emilio Moreno. Scarlatti, Literes, Nebra, Conforto. (Auditori). — Cuarteto Juilliard. Mozart, Bartók, Schubert. (Ibercamera [www.ibercamera.es]. Palau de la Música [www.palaumusica.org]). 3: Ensemble Recherche. Mundry, Scelsi, Furrer. (Auditori). 4: Orchestra of the Age of Enlightenment. English Voices. Gustav Leonhardt. Wessel, Daniels, Harvey. Bach, Misas. (Auditori). 5: Ensemble Gilles Binchois. Cantigas. (Auditori). 7: Paul Lewis, piano. Beethoven. (Ibercámera. Auditori). 10: Cuarteto Casals. Webern, Schubert, Brahms. (Auditori). 11: Meltyn Tan, fortepiano. Mozart, Beethoven, Schubert. (Auditori). 12,13: Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña [www.obc.es]. Jacques Mercier. Alex Alguacil, piano. Charles, Prokofiev, Roussel. (Auditori). 15: The Harp Consort. Andrew Lawrence-King. (Auditori). 16: Les Folies Françoises. Patrick Cohên-Akenine. Rameau. (Auditori). 18,19,20: Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña. Vladimir Fedoseiev. Oleg Maisenberg, piano. Glinka, Rachmaninov, Shostakovich. (Auditori). 19: Dialogos. Sequentia. Gregoriano. (Auditori). 20: Orquesta Barroca de Friburgo. Gottfried von der Goltz. Mozart. (Auditori). 24: Le Concert des Nations. Jordi Savall. Haendel. (Auditori). 25,26,27: Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña. Eiji Oue. Jesús Riera, violín Chaikovski, Shotakovich. (Auditori). 28: Staatskapelle Weimar. Orfeón Donostiarra. Leopold Hager. Kermes, Sindram, Fritz, Jentjens. Beethoven, Novena. (Ibercamera. Auditori). 31: Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña. Ernest Martínez Izquierdo. Mischa Maiski, chelo. Dvorák, Revueltas, Montsalvatge. (Auditori). GRAN TEATRO DEL LICEO WWW.LICEUBARCELONA.COM 156 KHOVANCHINA (Musorgski). Boder. Winge. Ognovenko, Galouzine, Brubaker, Putilin. 15,18,21,24,26,29-V. LE VOIX HUMAINE (Poulenc). LE PORTRAIT DE MANON (Massenet). Nézet-Séguin. Ivars. Blancas, Rey, Croft, Gietz. 25,30-V. BILBAO ORQUESTA DE CÓRDOBA SINFÓNICA DE BILBAO WWW.BILBAORKESTRA.COM www.orquestadecordoba.org Telf. 957 491 767 17,18-V: Juanjo Mena. Joaquín Achúcarro, piano. Franck, Rachmaninov, Rimski-Korsakov. 24,25: Gunter Neuhold. Müller, Zorita, Morales. Beethoven, Schubert. 31: Jerzy Semkow. Stephen Hough, piano. Chaikovski, Brahms. SOCIEDAD FILARMÓNICA DE AMIGOS DE DIE ZAUBERFLÖTE (Mozart). Spinosi. Abbado. Youn, Lehtipuu, Chierichetti, Poblador. 5,7,9,11-V. CÁCERES ORQUESTA DE EXTREMADURA WWW.ORQUESTADEEXTREMADURA.COM 25,26-V: Jesús Amigo. Sergio Azzolini, fagot. Britten, Rossini, Walton. CASTELLÓ AUDITORI 4-V: Orquesta Barroca de Venecia. Andrea Marcon. Vivaldi, Pergolesi. 19: Orquesta Filarmónica Checa. Zdenek Macal. Smetana, Suk, Dvorák. 22: Orquesta de la Academia del Liceu de Barcelona. José Antonio Sáinz. Guridi, Orff. CÓRDOBA ORQUESTA DE CÓRDOBA WWW.ORQUESTADECORDOBA.ORG 17-V: Manuel Hernández Silva. Álvaro Marías, flautas. Franco, Marco, Shostakovich. EUSKADI ORQUESTA DE EUSKADI WWW.ORQUESTADEEUSKADI.ES 4,8-V: Cristian Mandeal. Polina Leschenko, piano. Kodály, Grieg, Sibelius (San Sebastián. 7: Pamplona. 9: Vitoria. 10: Bilbao). 25: Yakov Kreizberg. Julia Fischer, violín. Dvorák, Glazunov. (Pamplona. 26: Bilbao). GERONA Medea- Manolo Sanlúcar Manolo Sanlúcar, guitarra flamenca 3-V: Concerto Italiano. Rinaldo Alessandrini. Monteverdi, L’Orfeo (versión de concierto). 8: Leonidas Kavakos, violín; Peter Nagy, piano. Beethoven, Busoni, Bartók. 15: Cuarteto Takacs. Stephen Hough, piano. Dvorák, Shostakovich, Brahms. 29: Radu Lupu, piano. Schubert, Debussy, Brahms. ASOCIACIÓN BILBAÍNA LA ÓPERA WWW.ABAO.ORG Día 3 de mayo – 2007 XVIII Concurso Nacional de Arte Flamenco Gran Teatro de Córdoba – 20: 30 h. Orquesta de Córdoba Director: Carlo Palleschi Día 17 de mayo – 2007 10º Concierto Temporada de Abono Gran Teatro de Córdoba - 20: 30 h. Concierto en colaboración con las X Jornadas de Música Contemporánea En Córdoba Obertura en forma de variaciones M. Franco Vanitas con chaconas y folías - T. Marco Álvaro Marías, flautas Sinfonía nº 12 - D. Shostakovich Orquesta de Córdoba Director: Manuel Hernández Silva Día 18 de mayo – 2007 Xix Festival Internacional de Música y Danza Ciudad de Úbeda Auditorio del Hospital de Santiago – 21:00 h. Estreno absoluto: Jaén, memoria de los sentidos - J. Barroso Navarro/ J. Barroso Torres Rafael Carlos Padilla, narrador Sinfonía nº 12 – D. Shostakovich Orquesta de Cordoba Director: Manuel Hernández Silva AUDITORI WWW.AUDITORIGIRONA.ORG 30-V: Jordi Savall, viola da gamba; Rolf Lislevand, tiorba; Philippe Pierlot, viola da gamba; Xavier Díaz-Latorre, guitarra; Michael Behringer, clave. Marais, Sainte-Colombe, Couperin. GRANADA ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA WWW.ORQUESTACIUDADGRANADA.ES 11,12-V: Vladimir Fedoseiev. Daniel Hope, violín. Elgar, Bizet. 18: Kees Bakels. Haydn, Bach. 25: Jonathan Webb. Svetlin Rousev, violín. García, Chaikovski, Stravinski. JEREZ TEATRO VILLAMARTA WWW.VILLAMARTA.COM 3-V: Accademia del Piacere. Valls, Vivaldi, Haendel. DIE ZAUBERFLÖTE (Mozart). Pérez. López. Rosique, Bermúdez, Lee, Canales. 23,25,27-V. 31: Orquesta de los Campos Elíseos. Alessandro Moccia. Haydn, Mozart. LA CORUÑA FESTIVAL MOZART WWW.FESTIVALMOZART.COM 16-V: Sinfónica de Galicia. Coro Eric Ericsson. Víctor Pablo Pérez. Moreno, Casariego, Peña, Selig. Haydn, Mozart. IL RE PASTORE (Mozart). Webb. Vasco. Tarver, Marianelli, Bertagnolli, Martins. 17,20-V. 24: Gabrieli Consort and Players. Paul McCreesh. Lawson, Clayton, Stone. Haendel, Acis y Galatea. 30: Sinfónica de Galicia. Coro de Cámara del Palau de la Música Catalana. Graeme Jenkins. Mozart. SINFÓNICA DE GALICIA WWW.SINFONICADEGALICIA.COM 2-V: Víctor Pablo Pérez. Jorge Federico Osorio. Jean-Yves Thibaudet, piano. Balboa, Saint-Saëns, Berlioz. 5: Coros de la OSG. Víctor Pablo Pérez. Rosique, Doménech. Castro, Orff. LAS PALMAS FESTIVAL DE ÓPERA WWW.FESTIVALDEOPERA.COM ADRIANA LECOUVREUR (Cilea). Carminati. Stefanutti. Cedolins, Gipali, Pentcheva, Martínez. 13,16,19-V. MADRID 3-V: Rafal Blechacz, piano. Haydn, Beethoven, Chopin. (Ibermúsica [www.ibermusica.es]. Auditorio Nacional [www.auditorionacional.mcu.es]). 4: Cuarteto Arcanto. Mozart, Krenek, Dallapiccola. (Liceo de Cámara [www.fundacioncajamadrid.es]. A.N.). 4,5,6: Orquesta Nacional de España. Frank Ollu. Hannigan, Rodríguez Cusí. Sergei Teslia, violín. Dutilleux, Debussy, Ravel. [ocne.mcu.es]. A.N.). 10: Leonidas Kavakos, violín; Péter Nagy, piano. Messiaen, Ysaÿe, Busoni. (Liceo de Cámara. A.N.). — André Previn, piano; David Finck, contrabajo, Jazz. (Juventudes Musicales [www.juvmusicales-madrid.com]. (A.N.). 11: Yukiko Sugawara, piano. Lachenmann, Bermejo, Hidalgo. (musicadhoy [www.musicadhoy.com]. (A.N.). 11,12,13: Orquesta Nacional de España. Roberto Abbado. Jean-Yves Thibaudet, piano. Dutilleux. Liszt. A.N.). GGUUÍ A ÍA UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID Centro Superior de Investigación y Promoción de la Música XXXIV Ciclo de grandes Autores e Intérpretes de la Música Auditorio Nacional de Música Sala Sinfónica 11 de mayo de 2007 a las 22,30 horas OXALYS Programa Claude Debussy Preludio a la siesta de un fauno para quinteto de cuerdas, flauta, clarinete, oboe, arpa y harmonium Igor Strawinsky Concertino para cuarteto de cuerdas Sergei Prokofiev Quinteto opus, 39 para violin, viola, contrabajo, oboe,clarinete Max Reger Quinteto con clarinete, para cuarteto de cuerdas y clarinete opus 146 Venta de localidades Auditorio Nacional de Música de Madrid 913370200 Venta telefónica: 902332211 Información: 91/ 516 06 60. Venta Telefónica: 902 24 48 48. Venta en Internet: www.teatro-real.com. Visitas guiadas: 91 / 516 06 96. ÓPERA ORQUESTA Y CORO DE LA COMUNIDAD DE MADRID www.orcam.org Lunes, 7 de Mayo de 2007. 19, 30 horas Auditorio Nacional. Sala Sinfónica ORQUESTA DE LA COMUNIDAD DE MADRID Víctor Martín, violín Isaac Karabtchevsky, director L. Bernstein Serenata para violín y orquesta B. Bartók Concierto para orquesta ABONO 16 Lunes, 28 de Mayo de 2007. 19,30 horas Auditorio Nacional. Sala Sinfónica ORQUESTA DE LA COMUNIDAD DE MADRID Agustín León Ara, violín Gloria Isabel Ramos, directora S. Lanchares Cuatro escenas de Castor & Póllux (*) T. Bretón/R. Groba Concierto para violín y orquesta J. Brahms Serenata Nº1 en Re Mayor, op. 11 (*) Estreno absoluto ABONO 17 CENTRO PARA LA DIFUSIÓN DE LA MÚSICA CONTEMPORÁNEA AUDITORIO 400 MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFÍA Ronda de Atocha (esquina c/ Argumosa). Teléfonos: 91 774 10 72 / 73 Web: http://cdmc.mcu.es Lunes, 7 de mayo. 19.30h. EL VIAJE A SIMORGH de José María Sánchez-Verdú. Mayo: 4, 6, 7, 9, 10, 12, 13, 15, 17. 20:00 h., domingos a las 18:00 h. Director musical: Jesús López Cobos. Director de escena y escenógrafo: Frederic Amat. Figurinista: Cortana. Iluminador: Vinicio Cheli. Coreógrafo: Cesc Gelabert. Director del coro: Jordi Casa Bayer. Solistas: Dietrich Henschel, Ofelia Sala, Itxaro Mentxaka, José Luis Gómez, Arantxa Armentia, Josep Miquel Ribot, Carlos Mena, José Manuel Zapata, Marcel Pérez, Cesc Gelabert. Coro y Orquesta Titular del Teatro Real (Coro y Orquesta Sinfónica de Madrid). GRANDES VOCES ANGELA GHEORGHIU, soprano. Mayo: 20. 20:00 h. Orquesta Titular del Teatro Real (Orquesta Sinfónica de Madrid). Director: Jesús López Cobos. TEATRO DE LA ZARZUELA ORCAM CDMC TEATRO REAL Birmingham Contemporary Music Group Edison Denisov: Concerto Picolo Cristóbal Halffter: Espejos Tomás Marco: Paraíso Dinámico Sofia Gubaidulina: In Erwartung Director: Pierre-André Valade Solista: Quentin Hayes, barítono * Estreno mundial ** Estreno en España PROGRAMA Lunes,16 abril. 19.30h. Julian Anderson: Alhambra Fantasy ** John Woolrich: Going a Journey** Osvaldo Golijov: Last Round ** Mark-Anthony Turnage: The Torn Fields ** Ciclo Residencias (II) Trío Arbós . Neopercusión. (Alberto Bernal, compositor residente) Lunes, 21 de mayo. 19.30h. PROGRAMA Ensemble Court-Circuit Bernd Alois Zimmermann: Présence, Ballet blanc en cinq scénes Edison Denisov: Tres piezas para instrumentos de percusión Alberto C. Bernal: Through the wall*+ (estreno absoluto, encargo CDMC) Director: Jean Deroyer PROGRAMA Michel Galante: Watercolors** Fernando Villanueva: Variaciones del aire II** Allain Gaussin: L’Harmonie des sphères** Rolf Wallin: The Age of wire and strings** Tristan Murail: La barque mystique Lunes, 23 de abril. 19.30h. Solistas de la ORCAM. Coro de la Comunidad de Madrid Director: Jordi Casas Bayer. Monográfico Juan José Falcón Jovellanos, 4. Metro Banco de España. Tlf.: (91) 5.24.54.00. Internet: http://teatrodelazarzuela.mcu.es. Director: Luis Olmos. Venta localidades: A través de Internet (servicaixa.com), Taquillas Teatros Nacionales y cajeros o teléfono de ServiCaixa: 902 33 22 11. Horario de Taquillas: de 12 a 18 horas. Días de representación, de 12 horas, hasta comienzo de la misma. Venta anticipada de 12 a 17 horas, exclusivamente. El Rey que Rabió de Ruperto Chapí. hasta el 27 de mayo, a las 20:00 horas (excepto lunes y martes). Miércoles (día del espectador) y domingos, a las 18:00 horas. Dirección Musical: Miquel Ortega y José Miguel Pérez Sierra. Dirección de Escena: Luis Olmos. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro del Teatro de La Zarzuela. Entradas a la venta. Lunes, 28 de mayo. 19.30h. PROGRAMA Sax Ensemble Entre luz y tinieblas, Ibalia, Cum palmis et ramis, Salve Regina, Concomitancia/Estrellas radiantes *(estreno mundial), Destellos de lo hondo, Laten los corazones, Psalmus laudis. Director: José Luis Temes PROGRAMA ORQUESTA SINFÓNICA DE MADRID www.osm.es 91 532 15 03 AUDITORIO NACIONAL 24 de mayo a las 19, 30 hora Cristóbal Halffter, director I Concierto-Proyección. Miércoles 15 de mayo, a las 20 horas. Gösta Berlings Saga, de Mauritz Stiller. Música original de Carlos Galán. XIII Ciclo de Lied. Lunes 28 de mayo, a las 20 horas. Wolfgang Holzmair, Barítono. Trío Wanderer. Programa: L. V. Beethoven. Coproducen: Fundación Caja Madrid y Teatro de La Zarzuela. Variaciones Dortmund de C. Halffter Concierto para viola y orquesta de A. Oliver Julia Malkova, viola II Sinfonía nº 1, en do menor, op. 68, de J. Brahms 12: Orquesta Nacional de Francia. Kurt Masur. Anne-Sophie Mutter, violín. Previn. (Juventudes Musicales. (A.N.). 16: Matheus Ensemble. Jean-Christophe Spinosi. Mozart. (Cajamadrid. A.N.). 17: Proyecto Guerrero. Kurt Azesberger, tenor. Hans Zender. SchubertZender, Winterreise. (musicadhoy. (A.N.). 18,19: Kenneth Weiss, clave. Scarlatti, Essercizi. (Siglos de Oro. Monasterio de las Descalzas). 18,19,20: Orquesta Nacional de España. Kazushi Ono. Frank Peter Zimmermann, violín. Szymanowski, Schumann. (A.N.). 22: Alfred Brendel, piano. Haydn, Beethoven, Schubert, Mozart. (Grandes Intérpretes. Fundación Scherzo. [www.scherzo.es]. A.N.). 22,23: Orquesta del Festival de Budapest. Ivan Fischer. Schumann, Mozart, Beethoven. / Gidon Kremer, violín. Stravinski, Bartók, Beethoven. (Ibermúsica. A.N.). 23: Monika Mauch, soprano; Nigel 157 GGUUÍ A ÍA North, laúd. Dowland, Purcell, Bach. (Liceo de Cámara. A.N.). 25,26,27: Orquesta Nacional de España. Vladimir Fedoseiev. Nikolai Luganski, piano. Prokofiev, Chaikovski. (A.N.). 26: The Sixteen. Harry Christophers. Scarlatti. (Siglos de Oro. Monasterio de la Encarnación). 31: Sinfónica de Londres. Daniel Harding. Lang Lang, piano. Dvorák, Mozart. (Ibermúsica. A.N.). SEVILLA TEATRO DE LA MAESTRANZA www.teatromaestranza.com Teléfono: 954 223 344 Día 10 mayo Maestranza MESA REDONDA de Fidelio, de Nueva producción del Teatro de la Ludwig van Beethoven Maestranza En colaboración con la Asociación Sevillana de Amigos de la Ópera Ópera Actividades MÁLAGA ORQUESTA FILARMÓNICA DE MÁLAGA WWW . ORQUESTAFILARMONICADEMA LAGA.COM 11,12-V: Roberto Montenegro. Ginastera, Dvorák, Mozart. 18,19: Aldo Ceccato. Gerhard Oppitz, piano. Prokofiev, Rachmaninov, Shostakovich. 31: Juanjo Mena. Guridi, Ravel, Poulenc. MURCIA AUDITORIO WWW.AUDITORIODEMURCIA.ORG 4-V: Sinfónica de la Región de Murcia. Tan Lihua. Kejie, Strauss, Borodin. 25: José Miguel Rodilla. Ana María Sánchez, soprano. García Abril, Esplá, Montsalvatge, Mahler. 27: Staatskapelle Weimar. Orfeón Donostiarra. Leopold Hager. Kermes, Sindram, Fritz, Jentjens. Beethoven, Novena. PAMPLONA BALUARTE WWW.BALUARTE.COM 3,4-V: Sinfónica de Navarra. Robert Kinh. Radovan Vlatkovic, trompa. Mozart. 15: Sinfónica WDR de Colonia. Michail Jurowski. Rimski-Korsakov, Prokofiev, Grieg. 17,18: Sinfónica de Navarra. Orfeón Pamplonés. Ernest Martínez Izquierdo. Nikolai Luganski, piano. Ravel, Rachmaninov, Matalon. 21: The New London Consort. Philip Pickett. Monteverdi, L’Orfeo (versión semiescenificada). 31: Sinfónica de Navarra. Carl Davis. Joan Enric Lluna, clarinete. Barber, Copland, Gershwin. SANTIAGO DE COMPOSTELA Días 11, 14, 17 y 20 mayo FIDELIO de Ludwig van Beethoven Director musical Pedro Halffter Director de escena José Carlos Plaza Principales intérpretes Robert Dean Smith, Lisa Gasteen, Alan Held, Brindley Sherrat, Daniel Borowski, Elena de la Merced, Agustín Prunell-Friend… Real Orquesta Sinfónica de Sevilla Coro de la A. A. del Teatro de la TARRASA CENTRE CULTURAL CAIXATERRASSA WWWFUNDACET.COM LA CENERENTOLA (Rossini). Martínez. Lacambra. 17-V. TENERIFE ORQUESTA SINFÓNICA DE TENERIFE Orquesta Sinfónica de Tenerife Auditorio de Tenerife www.ost.es Información: 922 239 801 4-V: J. Judd/J. L. Steuerman. Obras de Schumann, Rajmaninov y Brahms. 11-V: James Judd. Mahler. 18-V: Lü Jia/Julian Bliss. Obras de Strauss, von Weber y Brahms/Schoenberg. 25-V: J. J. Mena/J. Lanis. Obras de Strawinski y Prokofiev. VALENCIA PALAU DE LES ARTS WWW.LES ARTS.COM Día 16 mayo DORANTES Flamenco Días 29 y 30 mayo, a las 20.30 horas COMPAÑÍA NACIONAL DE DANZA Director artístico: Nacho Duato Programa Wings of wax (Coreografía, Jirí Kilián) Herrumbre (Coreografía, Nacho Duato) Danza DAS RHEINGOLD (Wagner). Mehta. Fura dels Baus. Uusitalo, Villar, Salminen, Larsson. 3,7,12-V. DIE WALKÜRE (Wagner). Mehta. Fura dels Baus. Seiffert, Salminen, Uusitalo, Larsson. 5,10,14-V. DOBRE PLACENÁ PROCHÁZKA (Slitr). Pesek. Forman. 16,17,18,19-V. PALAU DE LA MÚSICA WWW.PALAUVALENCIA.COM 4-V: Coro y Orquesta de Valencia. Yaron Traub. Cano, Stabat Mater. 6: Concerto Italiano. Rinaldo Alessandrini. Piccinini, Zanusi, Simboli, Mingardo. Monteverdi, Orfeo (versión de concierto). 10: Hilary Hahn, violín; Valentina Lisitsa, piano. Janácek, Tartini, Mozart. 16: Cuarteto Takacs. Stephen Hough, piano. Shostakovich, Dvorák, Brahms. 19: Coro y Orquesta de Valencia. Josep Pons. De Pont, Ventris, Roocroft, Bronder. Britten, Peter Grimes (versión de concierto). 21: Orquesta del Festival de Budapest. Ivan Fischer. Gidon Kremer, violín. Stravinski, Bartók, Beethoven. 25: Orquesta de Valencia. Yaron Traub. Radu Lupu, piano. Rossini, Schumann, Bartók. 28: Julia Fischer, violín; Yakov Kreizberg, piano. Beethoven, Dvorák, Grieg. REAL FILHARMONÍA DE GALICIA 158 Auditorio de Galicia www.realphilarmoniagalicia.org www.auditoriodegalicia.org // Teléfono: 981 55 22 90 MAYO 2007 Jueves, 3 – 10:00 y 12:00 h Ciclo [Mozart, Weber] Umberto Benedetti MichelangeConciertos Didácticos li, director GS21 Sábado, 26 – 21:00 h Ciclo Sons da Alexandra Marianelli, Saimir Diversidade Pirgu… Sábado, 5 - 21:00 h Adriana Calcanhoto (Brasil) A Nosa Clave Il Re Pastore [Mozart] Jueves, 31– 21:00 h Concierto de Miércoles, 16 – 21:00 h Composjazz Abono Jueves, 24 – 21:00 h Concierto de Ciclo Real Filharmonía de Galicia Abono Ten Jazz Men (Big - Band) Frans Brüggen, director Real Filharmonía de Galicia Laurent Blaiteau, flauta Jean Jacques Kantorow, director Viernes, 18 – 21:00 h Concierto de Celine Landelle, arpa y violín James Dahlgren, violín Abono Real Filharmonía de Galicia [Bach, Henze, Bach] ZARAGOZA AUDITORIO WWW.AUDITORIOZARAGOZA.COM 8-V: Grupo Enigma. Juan José Olives. Trío Mompou. Elgar, Fernández Álvez, Stravinski. 29: Staatskapelle Weimar. Orfeón Donostiarra. Leopold Hager. Kermes, Sindram, Fritz, Jentjens. Beethoven, Novena. INTERNACIONAL ÁMSTERDAM DE NEDERLANDSE WWW.DNO.NL OPERA HERCULES (Haendel). Moulds. Bondy. Berg, Connolly, Lyon, Bohlin. 1,3,6,8,10-V. DIE GEZEICHNETEN (Schreker). Metzmacher. Kusej. Wegner, Hendricks, Schöne, Michael. 18,20,23,26,30-V. BERLÍN FILARMÓNICA DE BERLÍN WWW.BERLINER-PHILHARMONIKER.DE 5,6-V: Ion Marin. Martha Argerich, piano. Weill, Prokofiev, Shostakovich. 10,11,12: Mariss Jansons. Stravinski, Mahler. 18,19,20: Claudio Abbado. Kolja Blacher, violín. Weill, Brahms. 24,25,26: Seiji Ozawa. Yundi Li, piano. Prokofiev, Chaikovski. DEUTSCHE OPER WWW.DEUTSCHEOPERBERLIN.DE SEMIRAMIDE (Rossini). Zedda. Harms. Takova, Prudenskaia, Abdrazakov, Siragusa. 1,10,13,17-V. LA TRAVIATA (Verdi). Abel. Friedrich. Bonfadelli, Rojas, Brück, Kemp. 3-V. CAVALLERIA RUSTICANA (Mascagni). / I PAGLIACCI (Leoncavallo). Rizzo. Pountney. Komlosi, La Scola, Porretta, Stoyanova. 5-V. DER FREISCHÜTZ (Weber). Palumbo. Pfeil. Pauly, Bracci, Uhl, Montalvo. 6,9,18-V. LUCIA DI LAMMERMOOR (Donizetti). Arrivabeni. Rost. Vassallo, Rost, Rojas, Kang. 12,16,20,24-V. DIE ZAUBERFLÖTE (Mozart). Foremny. Krämer. König, Prieto, Carlsson, Beam. 26-V. DER TRAUMGÖRGE (Zemlinsky). Lacombe. Schloemer. McCarthy, Kaune, Wagner, Uhl. 31-V. STAATSOPER WWW.STAATSOPER-BERLIN.ORG LE NOZZE DI FIGARO (Mozart). Ettinger. Langhoff. Trekel, Schwanewilms, Queiroz, Müller. 1-V. MANON (Massenet). De Billy. Paterson. Netrebko, Villazón, Daza, Fischesser. 3,9,12,16,19-V. SALOME (Strauss). Jordan. Kupfer. Goldberg, Lang, Nylund, Rügamer. 4,20,28-V. LA FORZA DEL DESTINO (Verdi). Gielen. Herheim. Fantini, MichaelsMoore, Fritz, Semenchuk. 5,11,18,25-V. GGUUÍ A ÍA DON CARLO (Verdi). Carignani. Himmelmann. Pape, Richards, Trekel, Youn. 13,17,26,30-V. BRUSELAS LA MONNAIE WWW.LAMONNAIE.BE THE RAKE’S PROGRESS (Stravinski). Ono. Lepage. Claycomb, Castronovo, Shimell, Young. 6-V. IL RITORNO D’ULYSSE IN PATRIA (Monteverdi). Pierlot. Kentridge. Basso, Kobow, Rzepka, Milanesi. 11,12,13-V. DRESDE SEMPEROPER WWW.SEMPEROPER.DE LA DAMNATION DE FAUST (Berlioz). Albrecht. Warner. Koch, Giordani, Sigmundsson, Belobo. 1-V. DER ZAUBERFLÖTE (Mozart). Seibel. Freyer. Worting, Butter, Eder, Rasmussen. 3,5-V. TURANDOT (Puccini). Märkl. Homoki. Schnaut, Tanner, Moore, Eder. 4,6,22,26,29-V. LE NOZZE DI FIGARO (Mozart). Zanetti. Mouchtar-Samorai. Butter, Dasch, Eglitis, Vondung. 10,12,14-V. DIE ENTFÜHRUNG AUS DEM SERAIL (Mozart). Zimmer. Marelli. Mesgarha, Petersen, Klink, Oliver. 16,21-V. TANNHÄUSER (Wagner). Prick. Konwitschny. Dorn, West, Schnaut, Homrich. 20,28-V. CARMEN (Bizet). Delacôte. Lauterbach. Porretta, Vondung, Marquardt, Atanasov. 25,30-V. FRANCFORT OPER FRANKFURT WWW.OPER-FRANKFURT.DE LA TRAVIATA (Verdi). Morandi. Corti. Lascarro, Dunaev, Viviani, Marsh. 1,5,12,17,26-V. EINE FLORENTINISCHE TRAGÖDIE/DER ZWERG (Zemlinsky). Daniel. Samel. Lascarro, Mühleck, Plock. 4,6,11-V. JENUFA (Janácek). Aming. Knabe. Card, Aken, Secunde, Mayer. 13,19-V. SIMON BOCCANEGRA (Verdi). Carignani. Loy. Lucic, Szabo, Kränzle, Raspagliosi. 20,24-V. ARIODANTE (Haendel). Venanzoni. Freyer. Suguladze, Pini, Kang, Doneva. 25,28-V. GLYNDEBOURNE FESTIVAL OPERA WWW.GLYNDEBOURNE.COM MACBETH (Verdi). Jurowski. Jones. Valayre, Dobber, Shvets, Autry. 19,23,26,31-V. COSÌ FAN TUTTE (Mozart). Ticciati. Hyntner. Breslik, Degout, Antoniozzi, Harnisch. 22,25,27,30-V. LISBOA TEATRO SÃO CARLOS WWW.SAOCARLOS.PT L’ITALIANA IN ALGERI (Rossini). Renzetti. Servilio. Aldrich, Regazzo, Rumetz, Osborn. 2,3,4,5,6,8,9,10-V. LONDRES THE BARBICAN CENTRE WWW.BARBICAN.ORG.UK 4-V: Sinfónica de la BBC. Vasili Sinaiski. Sarah Chang, violín. Kancheli, Shostakovich, Scrabin. 9: Sinfónica de Londres. Daniel Harding. Rihm, Mahler. 12: Sinfónica de la BBC. Edward Gardner. Sarah Connolly, mezzo. Britten, Anderson, Walton. 13: Sinfónica de Londres. Valeri Gergiev. Bulicheva, Nikitin, Petrenko. Prokofiev, Debussy, Stravinski. 23: Sinfónica de la BBC. David Zinman. Julia Fischer, violín. Nicolson, Brahms, Beethoven. THE SOUTH BANK CENTRE WWW.SBC.ORG.UK 8-V: Haydn, Schoenberg, Beethoven. 10: Orquesta Philharmonia. Charles Mackerras. Viktoria Mullova, violín. Mendelssohn, Beethoven, Mozart. 13: Coro y Filarmónica de Londres. Vladimir Jurowski. Bach, Mozart, Bruckner. 14: The Sixteen. Harry Christophers. Rachmaninov, Stravinski, Tavener. 16: Nash Ensemble. Marc Minkowski. Felicity Lott, soprano. Debussy, Ibert, Poulenc. 17,20: Orquesta Philharmonia. Andrew Davis. James Ehnes, violín. Elgar. 18: Cuarteto Takács. Stephen Hough, piano. Dvorák, Shostakovich, Brahms. 19: London Sinfonietta. Martyn Brabbins. Ligeti, Reich. 24: Orchestra of the Age of Enlightenment. Rachel Podger. Schmeltzer, Muffat, Biber. 25: Ensemble Artaserse. Philippe Jaroussky, contratenor. Haendel. 31: Orquesta Philharmonia. Vladimir Ashkenazi. Maria João Pires, piano. Chopin, Dvorák. 13,14,15: Markus Stenz. Arabella Steinbacher, violín. Weber, Bruch, Haas, Zimmermann. BAYERISCHE STAATSOPER WWW.STAATSOPER.DE DER ROSENKAVALIER (Strauss). Schneider. Schenk. Pieczonka, Tomlinson, Koch, Schulte. 6,10,12-V. DER FLIEGENDE HOLLÄNDER (Wagner). Auguin. Konwitschny. Moll, Kampe, Gould, Grötzinger. 7,11-V. TOSCA (Puccini). Chaslin. Friedrich. Michael, Shicoff, Brendel, Humes. 13,15,18-V. ORPHÉE ET EURYDICE (Gluck-Berlioz). Bolton. Lowery. Von Otter, Mikolaj. 17,20,23,26-V. LUISA MILLER (Verdi). Zanetti. Guth. Colombara, Vargas, Zeppenfeld, Gavanelli. 28-V. LA TRAVIATA (Verdi). Armiliato. Krämer. Harteros, Aronica, Vassallo, Humes. 30-V. NUEVA YORK METROPOLITAN OPERA WWW.METOPERA.ORG IL TRITTICO (Puccini). Levine. Guleghina, Licitra, Pons. 1.4,7,10,12-V. ORFEO ED EURIDICE (Gluck). Levine. Milne, Murphy, Daniels. 2,5,9,12-V. TURANDOT (Puccini). Armstrong. Gruber, Hong, Margisson, Gradus. 3,8-V. IL BARBIERE DI SIVIGLIA (Rossini). Benini. Di Donato, Flórez, Mattei, Del Carlo. 5,11-V. PARÍS MÚNICH 3-V: Orquesta Nacional de Francia. Kurt Masur. Mahler, Novena. (Teatro de los Campos Elíseos [www.theatrechampselysees.fr]). 9: Cuarteto Alban Berg. Haydn, Schoenberg, Beethoven. (T.C.E.). 10: Orquesta Nacional de Francia. Yo Yo Ma, chelo. Schubert, Shostakovich. (T.C.E.). — Orquesta de París. John Axelrod. David Fray, piano. Stroppa, Mozart, Schumann. (Sala Pleyel [www.sallepleyel.fr]). 11: Mikhail Pletnev, piano. Mozart, Beethoven, Chopin. (T.C.E.). 12: Barbara Hendricks, soprano; Lowe Derwinger, piano. Fauré, Poulenc, Mahler. (T.C.E.). 16: Filarmónica de Nueva York. Lorin Maazel. Brahms, Stravinski, Ravel. (T.C.E.). 21: Arcadi Volodos, piano. Por determinar. (T.C.E.). 23: Al Ayre Español. Eduardo López Banzo. Genaux, Bayo, Rensburg, Rial. Haendel, Rodrigo (versión de concierto). (T.C.E.). 23,24: Coro y Orquesta de París. Jonathan Gilad. Mozart, Shostakovich. (S.P). 30: Orquesta de París. Paavo Järvi. Lisa Batiashvili, violín. Sibelius, Shostakovich. (S.P). FILARMÓNICA DE MÚNICH WWW.MPHIL.DE OPÉRA BASTILLE WWW.OPERA-DE-PARIS.FR 4,5,6-V: Christian Thielemann. Radu Lupu, piano. Beethoven, Matthus. VEC MAKROPULOS (Janácek). Zender. Warlikowski. Denoke, Work- ROYAL OPERA HOUSE COVENT GARDEN WWW.ROYALOPERAHOUSE.ORG STIFFELIO (Verdi). Elder. OWEN WINGRAVE (Britten). Macdonald. Hopkins. Imbrallo, Page, Walker, Tierney. 2,3,5-V. Moshinsky. Cura, Radvanovsky, Frontali, Miles. 2,5,8,10-V. PELLÉAS ET MÉLISANDE (Debussy). Rattle. Nordey. Lloyd, Wyn-Rogers, Keenlyside, Kirchschlager. 11,14,16,19,21,23-V. FIDELIO (Beethoven). Pappano. Flimm. Wottrich, Mattila, Stensvold, Lloyd. 27,30-V. MILÁN TEATRO ALLA SCALA WWW.TEATROALLASCALA.ORG JENUFA (Janácek). Koenigs. Braunschweig. Dvorski, Storey, Silja, Magee. 2,4,6,9,11,13,15-V. man, Le Texier, Kuebler. 4,8,11,13,16,18-V. SIMON BOCCANEGRA (Verdi). Conlon. Simons. Hvorostovski, Selig, Martínez, Alagna. 6,10-V. LOHENGRIN (Wagner). Gergiev. Carsen. Rootering, Heppner, Delunsch, Lafont. 15,19,23,26-V. PALAIS GARNIER WWW.OPERA-DE-PARIS.FR DA GELO A GELO (Sciarrino). Ceccherini. Brown. Radziejewska, Mayer, Uehlein, Hofmeister. 23,29,31-V. THÉÂTRE DE CHÂTELET WWW.CHATELET-THEATRE.COM CARMEN (Bizet). Minkowski. Kusej. Brunet, Schukoff, Rhodes, Gabriel. 10,12,15,17,20,22,26,28-V. VIENA MUSIKVEREIN WWW.MUSIKVEREIN.AT 11-V: Filarmónica de Viena. Daniele Gatti. Stravinski, Chiakovski. 13,14: Sächsische Staatskapelle Dresden. Fabio Luisi. Radu Lupu, piano. Beethoven, Bruckner. / René Pape, bajo. Martin, Strauss. 20,22: Angela Denoke, soprano; Matthias Veit, piano. Brahms, Wagner. 24: Sinfónica de la Radio de Viena. Bertrand de Billy. Christian Lindberg, trombón. Haydn, Lindberg, Stravinski. STAATSOPER WWW.WIENER-STAATSOPER.AT ELEKTRA (Strauss). Schneider. Baltsa, Polaski, Diener, Silins. 1,5-V. DER FLIEGENDE HOLLÄNDER (Wagner). Ozawa. Stemmne, Monarcha, Gould, Titus. 2,6,10,14-V. LUCIA DI LAMMERMOOR (Donizetti). Schnitzler. Gruberova, Daniel, Sabbatini. 3,7,11,15-V. DAPHNE (Strauss). Bichkov. Denschlag, Merbeth, Anger, Saccà. 4,8,12-V. TOSCA (Puccini). Sutej. Sümegi, Shicoff, Ataneli. 9,13,16-V. ARIADNE AUF NAXOS (Strauss). Soltesz. Salje, Damrau, Voigt, Moser. 20,27-V. ANDREA CHENIER (Giordano). Armiliato. Urmana, Licitra, Álvarez. 26,29-V. BORIS GODUNOV (Musorgski). Gatti. Borodina, Furlanetto, Holl, Forbis. 28-V. DON CARLOS (Verdi). De Billy. Tamar, Krasteva, Miles, Farina. 30-V. OTELLO (Verdi). Gatti. Frittoli, Botha, Struckmann. 31-V. ZÚRICH OPERNHAUS WWW.OPERNHAUS.CH FAUST (Gounod). Fournillier. Friedrich. Rey, Beczala, Scandiuzzi, Widmer. 1,6,13,15,17-V. L’ITALIANA IN ALGERI (Rossini). Carignani. Lievi. Kasarova, Kohl, Raimondi, Chausson. 2,6,9,11,19,23,29-V. MANON LESCAUT (Puccini). Santi. Asagaroff. Gallardo-Domâs, Shicoff, Davidson, Chausson. 18,20,22,24,26-V. 159 CONTRAPUNTO LOS GRANDES VENDEDORES L 160 a única forma de medir el valor musical es examinar su impacto global, y la única manera de hacer eso es comprobar las ventas. Pero es más fácil decirlo que hacerlo. Hasta ahora, los sellos han guardado bajo llave sus cifras de venta con más sigilo que el montante de los sueldos de sus ejecutivos, y por las mismas razones. Muchas grabaciones clásicas venden menos de quinientos CDs en todo el mundo, mientras que los hombres que se encargan de su producción ganan un mínimo de un millón de dólares sin salir de su despacho. Es difícil saber cuál de las dos verdades es más bochornosa. Hoy, sin embargo, debido a la tecnología de seguimiento que usan las tiendas y a los montones de despidos hechos por los diferentes sellos, muchos secretos han salido a relucir. El acceso tanto a la información de las tiendas como a algunos antiguos ejecutivos me ha permitido, mientras escribía una historia de la grabación clásica que acaba de publicarse*, reunir por primera vez una lista de los discos mejor vendidos de todos los tiempos. Armado con estos datos de fuentes internas y externas, persuadí a los sellos más importantes —salvo uno— que confirmaran sus discos más vendidos, y al que no quiso hacerlo —Deutsche Grammophon— que me contestara sí o no a unas sencillas preguntas. La lista final es exacta dentro de los márgenes normales de error y es bastante sorprendente, sobre todo con respecto a la modestia de las cifras. En un siglo entero de grabaciones, no hay más de veinticinco que hayan vendido por encima del millón de ejemplares, de las que la más antigua es “la pionera” de Enrico Caruso de 1903, y la más reciente una de 2002, de Sejii Ozawa, cuando debutó como director musical en el Concierto de Año Nuevo de Viena televisado a todo el mundo. Asombrosamente, las dos grabaciones clásicas más vendidas eran proyectos, que fueron rechazados una y otra vez por un montón de ejecutivos antes de llegar al estudio. Decca tenía tan poca fe en el éxito del Anillo de Wagner que exigía que el productor John Culshaw pidiera un nuevo permiso al consejo de administración por cada una de las óperas que grabara. Pero luego el éxito fue instantáneo. Rheingold, la primera grabación, entró en los índices de popularidad de Billboard en mayo de 1959, únicamente por detrás de Elvis Presley, y se la reconoce como importantísima para el aumento de la compra de equipos estéreo. Hoy, diez años después de la muerte de Solti y con veinte rivales en las tiendas, su Anillo sigue siendo el más vendido, destacándose como el mayor monumento de la producción clásica. La idea de juntar a tres tenores en un concierto al aire libre durante el Campeonato Mundial de Fútbol celebrado en Roma en 1990 fue recibida con un escepticismo similar. Cinco de las más grandes discográficas no creían que valiera la pena. La sexta, Decca, accedió con la condición de que Pavarotti, Domingo, Carreras y el director Zubin Mehta aceptaran un único pago de un millón de dólares y renunciaran a todos los derechos. Cuando las ventas resultaron ser astronómicas, los cantantes se subieron por las paredes. Pavarotti recibió el incentivo de un millón de dólares bajo cuerda pero los otros se fueron con las manos vacías a seguir en otra parte. A nadie le va a extrañar que Las cuatro estaciones de Vivaldi sea el número tres en los índices de popularidad, pero los artistas responsables de las grabaciones no son los que se podría esperar. El grupo italiano de música de cámara, I Musici, fundado en 1952, fue el primero en tocar a Vivaldi en estéreo y su versión se sigue vendiendo. La grabación de Nigel Kennedy de 1989 y otra de muy bajo precio de Takako Nishizaki, la mujer japonesa del dueño de Naxos, Klaus Heymann, han vendido más de un millón de ejemplares mientras la de Anne-Sophie Mutter casi llega a esta cifra. La ópera más vendida es Tosca con Callas y Tito Gobbi, el canto del cisne de la cantante. Glenn Gould, indiscutiblemente, es el número uno de los solistas, aunque dos terceras partes de las ventas de su Bach fueron (me han dicho) póstumas. Al igual que Callas y Jacqueline du Pré, Gould vende más muerto que vivo. El concierto más vendido es el de un héroe de la guerra fría, Van Cliburn, inmediatamente después de haber ganado el Concurso Chaikovski de Moscú de 1958. Herbert von Karajan, el director musical más prolífico de todos los tiempos con novecientas grabaciones a su espalda, sólo tiene una sinfonía que superara el millón de ventas: la Novena de Beethoven de 1962. Y el único gran éxito de un compositor vivo es la Tercera Sinfonía, de 1993, del modesto Henryk Mikolai Górecki. ¿Qué debemos concluir a partir de estas despiadadas estadísticas? Como cifras aisladas, muy poco. Pero cuando se las compara con las de la música rock las discrepancias son tan enormes que no se entiende cómo era posible que la grabación de la música clásica fuera dirigida por las mismas empresas y cómo pudo sobrevivir tanto tiempo. Por dos discos clásicos que vendieron diez millones de ejemplares hay nada menos que noventa y dos de rock, encabezados por The Eagles’ Greatest Hits (28 millones), Michael Jackson Thriller (26 millones) y Pink Floyd The Wall (23 millones), que siguen proporcionando unos incalculables beneficios. La atracción que ejercen las grabaciones clásicas para los departamentos de contabilidad es que, mientras que las carreras profesionales de los artistas del pop están llenas de altibajos, cada vez que un director o solista de renombre presenta una novedad se sabe que va a vender más o menos la misma cantidad que el disco anterior, y si hay un premio por medio la cifra, incluso, sube. Las ventas acumuladas de las grandes estrellas del clásico son bastante cercanas a los niveles existentes para el rock. Aparte de las ventas inalcanzables de miles de millones —Los Beatles y Elvis Presley— los que siguen son Abba y Cliff Richard con 260 millones, Madonna, Michael Jackson y Nana Mouskouri con 250 millones, y Celine Dion con 216 millones. Karajan vende unos 200 millones de discos, seguido por Pavarotti (100), Solti y Arthur Fiedler con los Boston Pops (50) y otros como Callas, Leonard Bernstein, Plácido Domingo y James Galway, con unos 30 millones. Si alguna vez se ha preguntado por qué los sellos siguen con veteranos de la música clásica que ya han dejado atrás sus mejores años interpretativos es porque siguen vendiendo a pesar de todo, generación tras generación. Todo eso pone en duda la sensatez de la industria discográfica durante la última década al reducir y eliminar sellos clásicos. Y jugarse su supervivencia durante los años noventa con figuras efímeras del mundo pop como Charlotte Church (10 millones) y Vanessa-Mae (3, 5) dejando de cuidar a los verdaderos talentos duraderos. Se cerró la lista de los mejores, un epitafio a la connivencia del arte y la industria que terminó con el milenio. Norman Lebrecht * El libro acaba de aparecer en el Reino Unido con el título de Maestros, Masterpieces and Madness, publicado por Allen Lane y, en Estados Unidos, con el título de The Life and Death of Classical Music, publicado por Random House. Musicalia 6 24/4/07 12:45 Página 1 MUSICALIA SCHERZO Novedad: BACH. LA CANTATA DEL CAFÉ La seducción de lo prohibido. Domingo del Campo Bach vivió a fondo el espíritu de su tiempo y lo reflejó, cuando su inspiración por ahí le conducía, hacia lo humorístico y lo burlesco. Domingo del Campo, experto en el mundo bachiano, nos transmite en este libro una imagen rica y plural de la obra de quien ha sido considerado por muchos como el genio más indiscutible de la historia de la música. Títulos anteriormente publicados en esta colección: EL VELO DEL ORDEN Conversaciones con Martin Meyer. Alfred Brendel EL FUROR DEL PRETE ROSSO La música instrumental de Antonio Vivaldi. Pablo Queipo de Llano Un libro revelador para los que les interese entrar en los aspectos técnicos y emocionales de la interpretación musical. Un estudio de la obra instrumental de Vivaldi, la parcela más revolucionaria y emblemática de su producción. J. S. BACH Una estructura del dolor. CANCIONES DE VIAJE CON QUINTAS BOHEMIAS Noticias biográficas. Josep Soler Hans Werner Henze Una reflexión sobre el sentido último de la obra del genial compositor alemán. Un acercamiento musical, existencial y metafísico. Un apasionado y fascinante recorrido en el tiempo, con episodios de su vida y claves de gran parte de su producción artística. donde se consagran las leyendas Hay lugares que transmiten algo mágico incluso a los intérpretes más famosos. Durante más de 200 años, los grandes de la ópera, de la danza y de la música han honrado con su presencia el escenario de la Scala de Milán. Solamente un teatro tan elegante, tan grandioso y tan cargado de historia, podría haber inspirado actuaciones tan legendarias. ROLEX.COM ROLEX ES EL RELOJ OFICIAL DEL TEATRO “LA SCALA” DE MILÁN. OYSTER PERPETUAL DATEJUST OYSTER PERPETUAL LADY-DATEJUST contraportada FILM.indd 1 TEL. 900 41 43 45 23/1/08 18:09:32