Breve Reseña y Medidas Útiles Introducción: El eccema atópico es una afección muy frecuente en la infancia que afecta a la piel en forma persistente. Es una entidad mejorable pero difícilmente curable. Su origen fue desconocido durante mucho tiempo. Hoy se sabe que son varios los factores que en conjunto provocan su aparición, o bien su agravamiento. Entre ellos se cuentan: 1. La predisposición alérgica. Algunos niños, por herencia, presentan la carga genética suficiente para desarrollar síntomas alérgicos. El hecho que algunos niños desarrollen síntomas de piel o respiratorios depende de mecanismos inmunológicos muy complejos. Lo cierto es que en los pacientes que presentan eccema atópico y tienen antecedentes alérgicos tienen una predisposición a tener síntomas más duraderos cuando están en contacto con alergenos específicos. 2. Inmunología particular de la piel. Las defensas cutáneas de estos niños presentan una actividad aumentada. Esto lleva a que los mecanismos inflamatorios que se producen en la dermis no puedan ser regulados de manera efectiva, lo que empeora la situación. 3. El rascado. El prurito intenso que se produce por la liberación de diversas sustancias a través de mecanismos alérgicos e inflamatorios. Provoca que el proceso eccematoso se prolongue en el tiempo como si se tratara de un círculo vicioso sin fin. 4. Las infecciones. Algunos gérmenes que normalmente están en nuestra piel pueden precipitar o empeorar el cuadro. Aún cuando no existan evidencias clínicas de infección, los gérmenes residentes pueden ser responsables de que el cuadro no se resuelva. Tratamiento: El tratamiento inicial que el médico indica está dirigido específicamente a controlar la inflamación de la piel mediante la utilización de cremas que contienen medicamentos, a controlar la picazón usando antihistamínicos, y las infecciones cutáneas si se sospecha que algún germen pueda provocar un agravamiento del cuadro. Sin embargo, si bien el tratamiento con remedios es fundamental para el mejoramiento del eccema, los cuidados diarios de la piel constituyen el pilar de la prevención para impedir que estos niños sufran infecciones, lastimaduras y lesiones persistentes. Para esto se deben evitar algunas cosas, tomar baños hidratantes y utilizar cremas emolientes protectoras. Se Debe Evitar: 1. El agua caliente durante el baño puede ser perjudicial para la piel de estos niños. Conviene que la temperatura del agua sea agradable teniendo la precaución de que no se utilice demasiado fría. 2. Los baños prolongados. Debido a que por los procesos descritos la piel no puede manejar correctamente su humedad, el contacto prolongado con el agua puede ser perjudicial debido a una maceración de las capas más superficiales de la piel y predisponer la aparición de infecciones. Recuerde: este no es un problema de limpieza o de higiene; exagerar con el agua y el jabón pueden empeorar la situación. Un baño prolongado constituye una situación de deshidratación para la piel. 3. Jabones, detergentes y solventes. Cualquier sustancia que provoque un deterioro por abrasión de la piel es contraproducente para el eccema. Prefiera los jabones con crema sin perfume (tipo Dove®). 4. El lavado frecuente de manos: Solo está permitido cuando sea estrictamente necesario, como antes de comer o luego de alguna actividad que haya provocado el contacto con elementos sucios, el lavado excesivo de manos puede traer síntomas de eccema de difícil resolución. 5. Lana, nylon, lycra, prendas oclusivas. Cualquier vestimenta o elemento que no permita que la piel se encuentre adecuadamente ventilada y que provoque irritación local similar al rascado (como la lana en Dr. Martín Bozzola – M.T. de Alvear 2320 5°”O” – 1122 – C.Aut. Buenos Aires +54-11-4961-4395 – [email protected] contacto directo con la piel) son perjudiciales en esta condición. Se deben preferir prendas de algodón. 6. Polvo y suciedad. El contacto con elementos sucios trae aparejado la presencia de mayor inflamación y una predisposición aumentada a padecer infecciones de la piel. 7. Coberturas plásticas de colchones y almohadas. Si bien estos elementos se indican para aquellos pacientes con problemas alérgicos respiratorios, están contraindicados en los niños que padecen de eccema atópico. Todo lo que dificulte la evaporación de la humedad de la piel puede repercutir en una falta de mejoría de la afección. 8. El sobrecalentamiento del ambiente y el sobreabrigo. Las situaciones que provoquen calor y transpiración son perjudiciales para el niño con eccema. En general, estos niños sufren mucho el calor y hay que respetarles que estén “livianos de ropa”. 9. Stress. Las situaciones angustiantes pueden provocar exacerbaciones del eccema. Problemas en la escuela, cambios de ambiente, pérdidas materiales o personales pueden provocar situaciones estresantes en los niños. A veces, eccemas que no se resuelven son la expresión de trastornos que está sufriendo el niño. Baños Hidratantes: El baño es la base del cuidado de la piel y de la prevención. El niño se debe bañar diariamente de la siguiente manera. 1. El baño puede ser por inmersión o ducha. Evitar Alimentos que Generan Picazón: Se ha intentado relacionar a esta dermatitis con la alergia alimentaria. Esto es cierto para un pequeño número de pacientes. En estos casos, en los que se conoce el alimento involucrado, se debe evitar su ingesta. No existe otro tratamiento por el momento. Sin embargo, algunos alimentos contienen sustancias naturales que pueden provocar o incrementar la picazón y por lo tanto empeorar el cuadro cutáneo. Esto no significa que el paciente sea “alérgico” a estos alimentos, sino que simplemente está ingiriendo sustancias que pueden agravar el cuadro. Siempre que exista una exacerbación de la dermatitis, conviene que no se abuse de su ingesta.. Entre ellos tenemos: chocolate, banana, frutilla, kiwi, cítricos, espinaca, tomate, quesos duros, manteca, huevo, carne de cerdo, embutidos (fiambres, chorizos, salchichas), achuras, pescados y mariscos. Si se sospecha de otro alimento, se debe comunicar al médico para su exclusión. Conclusiones: El tratamiento de esta afección crónica depende de un control médico estricto y de la colaboración permanente e incondicional del grupo familiar. Una estrecha relación entre el médico y su paciente y el conocimiento informado de la enfermedad por parte de los padres de estos niños favorecen la mejoría y la disminución de las recurrencias del eccema atópico. 2. Con agua tibia, agradable. 3. Corto, no más de cinco minutos. 4. El enjabonamiento debe ser mínimo y el indispensable para garantizar una buena higiene. 5. El secado debe ser suave, por contacto, sin frotar. 6. Las cremas indicadas deben ser colocadas dentro de los tres minutos de salir del agua. En este periodo, penetran mejor la piel y se disminuyen los efectos adversos de las medicaciones. Las cremas con medicamentos se deben colocar sobre las lesiones y luego los emolientes en el resto del cuerpo. Dr Cesar Martín Bozzola Servicio de Alergia Inmunología Pediátrica Hospital Británico de Buenos Aires Buenos Aires (Argentina) Última actualización: Abril de 2006 © 2006 Rincón de la Alergia Este folleto proporciona una visión general de este problema y puede no ser aplicable a todo el mundo. Para averiguar si los consejos de este folleto pueden aplicarse a usted y para conseguir más información de este tema, hable con su Médico de Familia o su Alergólogo. Dr. Martín Bozzola – M.T. de Alvear 2320 5°”O” – 1122 – C.Aut. Buenos Aires +54-11-4961-4395 – [email protected] Tiene permiso para reproducir este material cuando sea con un objetivo educativo y sin ánimo de lucro. Solicite permiso por escrito si lo requiere para otros usos, incluidos usos electrónicos. 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