Paula Hitler

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Paula Hitler
En 1957 Paula Hitler, hermana menor del dictador,
publicó una declaración dirigida a la prensa alemana de
post-guerra- “controlada por los judíos” en apoyo a su
hermano.
“Caballeros – Nunca olviden esto: Sus nombres se
olvidarán por completo incluso antes de que sus
cuerpos se pudran en la tierra. Pero el nombre Adolf
Hitler seguirá siendo una luz en la oscuridad.
Ustedes no podrán ahogar su memoria con su
asqueroso dinero y no podrán estrangularlo con sus
asquerosos dedos entintados. Su nombre existirá para
siempre en cientos de miles de almas. Ustedes son muy
insignificantes para siquiera tocarlo.
Él amaba Alemania. Él se desgastó por Alemania. Cuando luchó por honor y
respeto, él luchó por el honor Alemán, por el respeto hacia Alemania, y cuando
no hubo nada más, él dio su vida por Alemania.
¿Qué han dado ustedes? ¿Cuál de ustedes daría su vida por Alemania? Lo único
que a ustedes les importa son las riquezas, el poder, y una vida de lujos
infinitos. Cuándo ustedes piensan en Alemania, piensan en complacer sus
sentidos sin responsabilidad y sin cuidados.
Por lo tanto a ustedes no les importa, ustedes seres insignificantes, si destruyen
la nación entera. El único pensamiento que los guía es y siempre será, ‘Yo
primero’, ‘Yo segundo’ ‘Yo tercero’. En su carencia de valor, ustedes jamás
pensarán en el bien de la nación. ¿Y con esa filosofía tan patética pretenden
impedir la inmortalidad de un gigante?”
Paula Hitler, Berchtesgaden, Mayo, 01, 1957.
Franz Stangl
Oficial nazi de las SS, fue comandante del Campo de exterminio de Sobibor y de Treblinka.En su gestión
industrializó eficazmente matanzas masivas. Después de la guerra, huyó de Europa, primero a Siria y luego a
Brasil. En 1967, fue localizado por el cazador de nazis Simon Wiesenthal y extraditado a Alemania. Admitió las
matanzas pero aseguró: "Mi conciencia está clara. Cumplía simplemente con mi deber…". El 22 de Octubre de
1970 fue encontrado culpable y condenado a cadena perpetua. Murió de un paro cardíaco en la prisión de
Dusseldorf (Alemania) el 28 de Junio de 1971
Franz Stangl fue entrevistado en 1970 y sus comentarios aparecieron más adelante
en el libro "Into That Darkness: An Examination of Conscience" (1983):
E: "¿Es correcto decir que usted se acostumbró a las liquidaciones?"
F.S.: "… la verdad, uno realmente se acostumbró a ello."
E: “¿Días?, ¿Semanas?, ¿Meses?"
F.S.: " Meses. Esto era meses antes de que yo pudiera mirar a uno de ellos a sus
ojos. Me evadía tratando de crear unos lugares especiales: jardines, nuevos cuarteles,
nuevas cocinas, todo nuevo, peluquerías, sastrerías, zapaterías, carpinterías.
Había cientos de modos de desviar la mente; y los usé todos."
E: “¿Aún así, usted se sintió fuerte, pero tuvo que haber ocasiones, quizás de noche,
en la oscuridad, cuándo no podía dejar de pensar en ello?"
F.S.: "Al final, el único modo de tratar con ello era bebiendo. Tomaba una copa grande coñac, y me la llevaba
a la cama, incluso algunas noches…".
E: Pienso que usted evade mi pregunta.
F. S: "No, no, desde luego que no, siempre había pensamientos al respecto. Pero trataba de resistir. Me
concentré en el trabajo, el trabajo y otra vez a trabajar."
E: "Podríamos decir que usted finalmente sintió que no eran realmente seres humanos."
F.S.: "Cuando años más tarde estuve de viaje en Brasil, viajé en tren y este se paró al lado de un matadero. El
ganado al oír el ruido del tren, trotó hasta la cerca y miró fijamente hacia el tren. Estaban muy cerca de mi
ventana. Pensé entonces, esto me recuerda a Polonia, de cómo miraba la gente cuando, iba en los vagones
como latas…"
"... Yo no podía comer la carne enlatada después de eso. Aquellos ojos grandes que me miraban no sabiendo
que en un abrir y cerrar de ojos estarían todos muertos. "Hizo una pausa. Su cara se desdibujó, parecía viejo y
desgastado."
E: “¿Entonces usted no sintió que ellos eran seres humanos?"
F.S.: "La carga," dijo monótonamente. "Ellos eran la carga". Levantó y dejó caer su mano en un gesto de
desesperación. Ambos nos habíamos derrumbado. Esta fue una de las pocas veces, durante aquellas semanas
de conversaciones, que no hizo ningún esfuerzo para encubrir su desesperación, y su pena desesperada
permitió un momento de compasión.
E: ¿Cuándo piensa usted que comenzó a pensar en ellos como "la carga"?
F.S.: "Pienso que comenzó el primer día que vi el Totenlager en Treblinka. Recuerdo a Wirth lo que soporta
allí, al lado de los hoyos llenos de cadáveres azules. Eso no era humano. Wirth dijo, ¿Qué haremos con esta
basura? Pienso inconscientemente que fue entonces cuando empecé a pensar en ellos como la carga".
E: "Había tantos niños, ¿Alguna vez le hicieron pensar en sus hijos, y como se sentiría usted en la posición de
sus padres?"
F.S.: "No", dijo despacio, "no puedo decir que alguna vez pensé así". Hizo una pausa. "Usted ve", siguió,
todavía hablando con esta seriedad extrema, "yo raras veces los veía como individuos. Era siempre una enorme
masa. A veces estaba de pie sobre la pared y los veía en el tubo, estaban desnudos, juntos como un rebaño,
conducidos a base de azotes…", decía con voz cada vez más apagada.
E: "¿Podía usted haber cambiado eso?" Pregunté. "¿En su posición, podía usted haber parado la desnudez, los
azotes, el horror de que se sintieran como ganado…?"
F.S.: "No, no, no. Esto era el sistema.”
Heinrich Himmler
Nació en una familia católica, conservadora y de clase media, en Munich, Alemania, el 7 de octubre de 1900. Fue
el líder del Reich (Reichsführer) de las temibles SS del partido nazi, de 1929 a 1945. Fue el funcionario principal y
de alto rango a cargo de concebir y supervisar la implementación de la denominada “Solución Final” (el plan nazi
para asesinar sistemáticamente a los judíos de Europa). El 23 de mayo de 1945, Himmler se suicidó mordiendo
una cápsula de cianuro.
Hay un principio que debe constituir una regla absoluta para los SS:
debemos ser honrados, correctos, leales y buenos camaradas ante
las gentes de nuestra misma sangre, pero con nadie más. Qué pasa
con los rusos, con los checos, me es completamente indiferente.
La sangre de buena calidad, de la misma naturaleza que la nuestra,
que los demás pueblos puedan ofrecernos la tomaremos y, si es
necesario, tomaremos a sus hijos y los educaremos entre nosotros.
Si las otras razas viven confortablemente o se mueren de hambre sólo me interesa en la
medida en que podemos necesitarlos como esclavos de nuestra cultura; aparte de eso, me son
indiferentes.
Nosotros los alemanes, que somos los únicos en el mundo que tenemos una actitud decente
con los animales, debemos también adoptar una actitud decente con estos animales humanos,
pero sería un crimen contra nuestra sangre preocuparse por ellos o darles un ideal.
Deseo mencionar aquí con la mayor claridad un capítulo particularmente difícil… Entre
nosotros debe ser mencionado una sola vez, con mucha claridad, pero en público nunca
hablaremos de ello. Me estoy refiriendo a la evacuación de los judíos, al exterminio del pueblo
judío. “el pueblo judío será exterminado”, dice cada camarada del partido. “está claro, está en
nuestro programa. Eliminación de los judíos, exterminio, y lo llevaremos a cabo”.
Y luego vienen 80 millones de buenos alemanes y cada uno de ellos tiene un “judío decente”.
Por supuesto, los demás son unos puercos, pero éste es un judío de “buena calidad”. Ninguno
de los que hablan así han visto los cadáveres, ninguno estaba presente.
La mayoría de vosotros sabéis lo que significa cuando hay tendidos 100 cadáveres, o 500, o
1.000. Haber pasado por eso y salvo las excepciones producidas por la debilidad humana
haber seguido siendo decentes, es lo que nos ha endurecido. Ésa es una página de gloria en
nuestra historia que nunca se ha escrito y que nunca se escribirá…
Extractos del discurso destinado a los SS Gruppenfürers.
Rudolf Hoess
Fue un militar y oficial nazi miembro de las SS (Schutzstaffel) y las Waffen-SS con el rango de SSObersturmbannführer (teniente coronel). Fue comandante del campo de concentración de Auschwitz.
Desde el 11 de Noviembre de 1943 pasó a supervisar las cámaras de gas de Birkenau. Tras acabar la
guerra logró escapar. Posteriormente trabajó como agricultor bajo el nombre falso de Franz Lang pero
tras 8 meses de vivir escondido, el 11 de Marzo de 1946, las tropas británicas lo apresaron.
Hoess tenía preparado un discurso tranquilizador para los
prisioneros recién llegados a Auschwitz:
“En nombre de la administración del campo les doy la bienvenida.
Esto no es un lugar de vacaciones, es un campo de trabajo. Al igual
que nuestros soldados arriesgan sus vidas en el frente para conseguir
la victoria del Tercer Reich, tendrán que trabajar aquí para el bienestar
de una nueva Europa. Cómo hacer frente a esta tarea es cosa de
ustedes. La oportunidad está ahí. Cuidaremos de su salud y se les ofrece un trabajo bien pagado.
Después de la guerra se evaluará a cada uno según sus méritos y serán tratados en consecuencia.
Ahora, le ruego que todos se desnuden. Cuelguen su ropa en los ganchos y por favor recuerden el
número del gancho. Cuando ustedes terminen su baño habrá un plato de sopa y café o té para
todos. Oh, sí, antes que me olvide, después del baño, por favor tengan listo los certificados,
diplomas, informes escolares y cualquier otro documento para poder emplear a todo el mundo de
acuerdo a su formación y capacidad”.
Nunca negó los hechos de la Acusación; es más, durante su tiempo en prisión redactó sus
Memorias entre las cuales destaca el siguiente párrafo:
“Por voluntad del Reichsfuhrer de la SS, Auschwitz se convirtió en la mayor instalación de exterminio
de seres humanos de todos los tiempos. Que fuera necesario o no ese exterminio en masa de los
judíos, a mí no me correspondía ponerlo en tela de juicio, quedaba fuera de mis atribuciones. Si el
mismísimo Fuhrer había ordenado la Solución Final del Problema Judío, no correspondía a un
nacionalsocialista de toda la vida como yo, y mucho menos a un Fuhrer de la SS, ponerlo en duda”.
En relación al número indeterminado de prisioneros asesinados en Auschwitz, Hoess realizó el 14
de Mayo de 1946 una Declaración Jurada tan sorprendente como increíble:
“Yo declaro bajo juramento por la presente que en los años 1941 a 1943, durante mi permanencia
en el cargo de Comandante del campo de concentración de Auschwitz, dos millones de judíos fueron
condenados a muerte por gaseamiento y medio millón más por otros medios".
Rudolf Hoess. 14 de Mayo de 1946.
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