Stalingrado - WordPress.com

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Stalingrado- antecedentes y sucesión
 La ofensiva alemana por el petroleo del Caucaso
 Plan de ofensiva alemana: la segunda oportunidad
 Los ejércitos alemanes se reorganizan
 Terrible equivocación: Hitler divide sus objetivos
 El führer dirige la ofensiva del Caúcaso
 Stalingrado: Flota el fantasma de la derrota alemana
 Cuerpo a cuerpo, casa por casa
1.- LA OFENSIVA ALEMANA POR EL PETROLEO DEL CAUCASO
En la primavera
de 1942, una vez
sofocado
el
contraataque
invernal soviético,
el frente de batalla
aparecía
profundamente
dentado, lleno de
entrantes
y
salientes.
Los
ejércitos
alemanes,
clavados en el
terreno,
habían
resistido
un
invierno atroz, y
ahora confiaban
resarcirse de sus
heridas.
En la primavera de 1942, Hitler comunicó las nuevas directrices de la campaña
rusa. Los frentes Norte y Central permanecerían estáticos, mientras todas las fuerzas
disponibles se lanzarían en una ofensiva en el Sudeste, para capturar los pozos
petrolíferos caucásicos. El grupo de Ejército del sur debía tomar Crimea, teniendo
como objetivo final Stalingrado, que abría las puertas del Caúcaso.
Pese a que el IV ejército alemán entró en la ciudad, los retrasos en su avance
dieron a los soviéticos la posibilidad de reforzar sus líneas defensivas y plantear una
durísima batalla.
2.- PLAN DE OFENSIVA ALEMÁN: UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD
Hitler ha de reconocer que su Ejército ya no es el mismo que arrasó las fronteras
soviéticas en junio del año anterior. En consecuencia, la nueva ofensiva, prevista para
los primeros días de mayo, ha de limitar sus objetivos a los flancos. En la adopción de
esta medida influyó decisivamente las presiones de los expertos económicos del führer,
quienes le informaron que Alemania no podría continuar la guerra a menos que
obtuviera suministros de petróleo, trigo y hierro del Caucaso. El 5 de abril de 1942,
Hitler comenzaba su instrucción numero 41 con estas palabras: «La campana de
invierno toca a su fin en Rusia. Merced a la extraordinaria bravura y al espíritu de
sacrificio de las tropas, la batalla en el frente del Este constituye para las armas
alemanas un éxito defensivo de muy alto significado.»
A continuación se fijaban los objetivos de la nueva ofensiva:
a) Conquistar la ciudad de Voronezh para amenazar tanto la Rusia central como
Stalingrado;
b) Cercar a las tropas soviéticas situadas entre el Don y el Donetz;
c) Tomar la ciudad de Stalingrado para después girar hacia el Cáucaso
conquistando las regiones petrolíferas de Maikop, Grozny y Baku;
d) Realizar una nueva tentativa para conquistar Leningrado.
Prisioneros
alemanes en su
avance sobre
Stalingrado
3.- LOS EJÉRCITOS ALEMANES SE REORGANIZAN
Para llevar a cabo este plan, y debido a que Hitler advertía ya una incipiente
escasez de hombres, las divisiones alemanas de infantería se agruparon sobre la base
de siete batallones en vez de nueve. Por otra parte fue incrementado el numero de
carros de combate, formándose dos nuevas divisiones blindadas y añadiendo algunos
efectivos de tanques a las divisiones de infantería motorizada.
A la izquierda soldado alemán en el frente de Stalingrado. A la derecha una pieza
artillería instalada en plena calle
4.- TERRIBLE EQUIVOCACIÓN: HITLER DIVIDE SUS OBJETIVOS
En la mañana del 28 de junio. el Grupo operativo «A» se puso en movimiento. El
IV Ejercito Panzer irrumpió entre Kursk y Belgorod, alcanzando el Don a la altura de
Voronezh, pero no pudo atravesar el río. En consecuencia, el II Ejercito húngaro
convirtió la posición en una cobertura defensiva y el IV Ejercito Panzer giró hacia el
Sur, por el pasillo entre el Don y el Donetz, seguido del VI Ejercito. Mientras tanto, en el
sector de Jarkov, el Grupo operativo «B» rompía el frente y se lanzaba por debajo del
pasillo Don-Donetz hacia Chertkovo. Fue entonces cuando Hitler desvió al IV Ejercito
Panzer para realizar una maniobra de tenaza sobre la ciudad de Rostov en
colaboración con el 1º Ejercito Panzer. Este cerco quiso revivir el éxito obtenido en Kiev
el año anterior.
La ciudad de Rostov fue conquistada, pero muchas unidades soviéticas
consiguieron escabullirse y concentrarse en torno a Stalingrado. Ni el numero de
prisioneros, ni el botín obtenido compensaron el retraso que esta maniobra produjo en
el avance alemán sobre Stalingrado.
El 23 de julio. Hitler firmaba su instrucción numero 45 en la que fijaba las
misiones de sus respectivos grupos de ejércitos: List progresaría hacia el Cáucaso y
Weichs hacia Stalingrado.
Esta división de objetivos acabó siendo fatal para el avance alemán, incapaz de
sostener dos direcciones simultaneas.
Soldados alemanes
contemplan uno de
tantos carros de
combate soviéticos
enterrados en el
suelo y que, con sólo
la torreta fuera,
sirvieron de defensa
en los alrededores
de la ciudad
Municionamiento germano
Calle de Stalingrado
5.- EL FÜHRER DIRIGE LA OFENSIVA DEL CAÚCASO
Tras cruzar la parte inferior del Don, el 1º Ejercito Panzer giro hacia el Sureste
abriendose en abanico en un amplio frente. Por su parte, el XVII Ejercito se dirigía a la
costa del Mar Negro para cerrar los puertos de Novorossisk y Tuase.
patrulla alemana en Stalingrado
El avance del grupo operativo «A» del mariscal Von List, se vio pronto frenado
por dos motivos: la desesperante escasez de suministros de petróleo para sus
blindados y la llegada a las abruptas laderas de las montañas del Caucaso.
Exteriores de la ciudad de Stalingrado
La lentitud del ataque enfureció a Hitler, que descargo su ira sobre sus
generales, Halder, jefe del Estado Mayor, fue sustituido por Kurt Zeitzler, y Von List era
destituido, pero no se le nombró sucesor. El mismo Hitler se encargo de dirigir
personalmente el avance sobre el Caucaso, acentuándose de este modo el proceso de
concentración de poder que sobre el Ejercito, el führer asumió durante la campana de
Rusia.
Los objetivos finales de la ofensiva sobre el Caucaso, Baturni y Buku, no
pudieron ser alcanzados y el frente quedo estabilizado. La barrera montañosa. bien
defendida por tropas naturales de la región, no pudo ser atravesada.
Una idea obsesionante centraba ahora toda la atención de Hitler: ocupar
Stalingrado. La ciudad se convirtió así en un símbolo efectivo para los rusos, y en un
proceso hipnótico para el führer, hasta el punto de hacerle perder la visión estratégica
del conjunto de la guerra.
Los "Panzer" alemanes avanzaron por Stalingrado, no tan rápidamente como Hitler
deseaba, con el apoyo continuo del fuego de la artillería que batía las posiciones
soviéticas
6.- STALINGRADO: FLOTA EL FANTASMA DE LA DERROTA ALEMANA
El avance directo sobre Stalingrado estaba encomendado
al VI Ejercito del general Von Paulus. El 28 de julio había llegado
a la gran curva oriental del Don, cerca de Kalach, pero tardo
muchos días en establecerse al otro lado del río.
A finales de agosto se organizó un ataque en pinza sobre
Stalingrado. El VI Ejercito avanzaría por el Noroeste y el IV
Ejercito Panzer desde el Suroeste.
Los alemanes completaron así un semicírculo de presión
sobre la ciudad, pero toparon con una defensa impresionante. El
lema pronunciado pon Stalin de que «el Volga solo tiene una
orilla», estaba siendo aplicado rigurosamente por los defensores.
Una sucesión interminable de ataques solo lograba ligeros
progresos y retiradas locales. Mas a menudo, los ataques
alemanes no lograban penetrar. Mientras tanto, la Luftwaffe
convertía la ciudad en un confuso montón de escombros.
A mediados de septiembre, los alemanes penetraron en
los suburbios y el sector industrial de Stalingrado. La defensa de
la ciudad, encomendada al LXII Ejercito soviético del general
Chuikov, y parte del LXIV Ejercito del general Shumilov, se hacia
desesperada.
El momento más crítico para los defensores se produjo el
14 de octubre, cuando el ataque alemán hubo de ser contenido
por la XIII División de Guardias. A continuación empezó a flotar
sobre el Ejercito alemán el fantasma de la derrota.
7.- CUERPO A CUERPO, CASA POR CASA
Asalto alemán con
granadas y subfusiles
Alemanes con los MP 40 de
9mm
Soldado soviético con el
subfusil PPsh
Stalingrado forzó a los alemanes a abandonar
su «blitzkrieg» -guerra relámpago- y las tácticas de
cerco, en las que se habían significado como
maestros indiscutibles, obligándoles a lanzarse a la
lucha casa por casa. En su terreno, los soviéticos
llevaban ventaja, conocían su ciudad.
La batalla más violenta empezó el 4 de octubre,
cuando el general Paulus conquistó la fábrica de
tractores y otras instalaciones industriales al norte de
Stalingrado. Combatiendo metro a metro, los soldados
de ambos bandos saltaban de sus posiciones sobre
cascotes de escombros y montañas de cadáveres,
Asalto alemán con granadas y subfusiles
entre el fuego de ametralladoras y el estallido
de granadas. Llegaron a estar tan cerca unos de otros
que terminaron por enfrentarse a bayoneta, con las
culatas de sus fusiles, palas y trozos de muebles
rotos.
En ocasiones, el agotamiento era tal que se
imponía una breve tregua, que duraba hasta que
algún francotirador entraba en acción. Ante la superior
precisión de los tiradores soviéticos, Heinz Thorwald,
jefe de la escuela alemana de tiradores de Zossen,
fue enviado a Stalingrado para contrarrestar esta
desventaja. Tuvo lugar un duelo encarnizado de
cuatro días de duración entre el alemán y un tirador
ruso de primera categoría.
La mayor parte del tiempo el alemán
permaneció tendido en terreno de nadie, oculto por
hojalata y escombros. Tras ser descubierto, el
ayudante del tirador soviético levantó ligeramente su
casco con la mano. El alemán disparó y elevó la
cabeza para comprobar si había alcanzado el blanco.
En ese momento cayó muerto instantáneamente,
alcanzado por su enemigo.
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