No se reconoce pensión por retiro voluntario, las partes

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No se reconoce pensión por retiro voluntario, las partes acordaron pago de bonificación. En
el expediente quedó demostrado que el vínculo entre las partes terminó por mutuo consentimiento, y
la pensión quedó cobijada con el pago de la bonificación acordada en el acta de conciliación, la cual
cubre todas las acreencias laborales presentes y futuras, motivo por el cual cualquier reclamación
derivada del vínculo contractual que ató a las partes queda cubierta por la cosa juzgada. No Casa
M.P. Fernando Vásquez Botero
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
SALA DE CASACIÓN LABORAL
Magistrado Ponente: Fernando Vásquez Botero
Radicación Nro. 19121
Acta Nro. 013
Bogotá, D.C., febrero veintiséis (26) de dos mil tres (2003)
Decide la Corte el recurso de casación interpuesto por JOSÉ ENRIQUE CÉSPEDES
HERNÁNDEZ contra la sentencia del 28 de febrero de 2002, proferida por la Sala Laboral del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá D.C., en el proceso promovido por el recurrente
al INSTITUTO DE FOMENTO INDUSTRIAL - IFI ANTECEDENTES
José Enrique Céspedes Hernández demandó al Instituto de Fomento Industrial en aras de la
prosperidad de estas pretensiones: que se condene a la demandada a pagarle, desde el 1º de
diciembre de 1992, la pensión de jubilación establecida en el literal a) del artículo 133 del
reglamento interno de trabajo, incluidas las mesadas adicionales de junio y diciembre, así como
las establecidas en el artículo 5º de la ley 4ª de 1976, con la aplicación, a la pensión de los
reajustes del artículo 1º del decreto 1160 de 1989; que se condene a la demandada a pagar la
indemnización moratoria del artículo 8º de la ley 10 de 1972, desde el 1º de diciembre de 1992;
que se le reconozcan y paguen los derechos establecidos en el artículo 7º de la ley 4ª de 1976,
así como la bonificación por retiro voluntario del artículo 127 literal C) del reglamento interno de
trabajo; que se le reconozcan las prestaciones médico asistenciales a los familiares.
En subsidio reclamó: que se le pague la pensión de jubilación del artículo 271 del código
sustantivo del trabajo o, en defecto de ésta, la pensión establecida en el artículo 8º de la ley
171 de 1961; que se condene a la demandada ultra y extra petita, así como a las costas del
proceso.
Como fundamento de las pretensiones expuso: que laboró para la demandada entre el 13 de
octubre de 1975 y el 30 de noviembre de 1992, desempeñando el cargo de hornero; que su
ultimo sueldo promedio mensual fue de $212.839,60; que la empresa le remitió documentos
referentes al plan de retiro voluntario y anticipo de pensión, así como formatos de aceptación
del plan y renuncia al cargo; que tal plan se adelantaría hasta el 1º de diciembre de 1992; que
ante la propuesta de la empresa, en octubre de 1992 manifestó que se acogía al plan de retiro
propuesto y presentó renuncia a su empleo desde el 1º de diciembre de 1992; que el plan de
retiro tiene las características de la oferta, reglada en el código de comercio; que el 4 de
diciembre de 1992, ante autoridades administrativas del trabajo en Villavicencio, suscribió el
acta de conciliación número 725; que por concepto de bonificación por retiro se le pagaron
$11.022.739,88; que al momento de su retiro cumplía con los requisitos para beneficiarse del
reconocimiento anticipado de pensión de jubilación, pues el 13 de octubre de 1992 cumplió 17
años de labor a favor de la demandada; que por convención colectiva de trabajo y,
exclusivamente para efectos de jubilación, se asimiló a trabajo en los socavones de mina
(artículo 270 del CST), las labores desarrolladas por los trabajadores en los hornos de las
salinas de Upín y Sachetá; que era parte integrante del contrato de trabajo el reglamento
interno de trabajo, cuyo artículo 133 inciso 5º consagra el monto de la pensión; que el literal c)
del artículo 127 del mismo reglamento consagra el evento que el trabajador se retire después
de 15 años de servicios, previendo el derecho a que perciba 50 días de sueldo o jornal diario;
que el literal f) del mismo artículo 127 establece el derecho a una bonificación de 110 días de
sueldo o jornal diario; que la demandada estaba obligada a reconocerle, desde el 30 de
noviembre de 1992, la pensión de jubilación estipulada en el pan de retiro voluntario; que se
beneficiaba del reglamento interno de trabajo y de la convención colectiva laboral, pues estaba
afiliado al sindicato que existía en la empresa; que por ser beneficiario del acuerdo colectivo
tiene derecho a las mesadas adicionales establecidas en el artículo 9 de la convención
colectiva de trabajo de 1960; que no estuvo afiliado al ISS, por lo que la empleadora es la
obligada a prestar asistencia y pagar las prestaciones derivadas de la seguridad social, según
el artículo 9 de la convención de 1960 (fls 6- 10).
La entidad llamada a responder en el proceso contestó la demanda con oposición a las
pretensiones; en relación con los hechos expresó que no son exactos, que son una deducción,
que no son ciertos, que se remite a documentos, que son aspectos jurídicos o que se atiene a
lo que se pruebe. Aceptó ser cierto lo de la conciliación, el pago de una bonificación
conciliatoria, los aducidos extremos de la vinculación laboral, así como las funciones de
hornero pero sólo al final del contrato. Propuso las excepciones de inexistencia de una de las
demandadas, inexistencia de la obligación, pago, prescripción, conciliación, cosa juzgada,
compensación, la genérica y buena fe (fls 27 – 33).
El conflicto jurídico lo dirimió en primera instancia el Juzgado Sexto Laboral del Circuito de
Bogotá D.C., que a través de sentencia del 14 de noviembre de 2001, absolvió a la demandada
de todas las pretensiones que se le formularon (fls 244 – 249). Recurrió en apelación el
accionante y la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá D.C., mediante
fallo del 28 de febrero de 2002, confirmó el de primera instancia.
En su providencia argumentó el Tribunal: que están cumplidos los presupuestos procesales;
que está demostrada la existencia de un contrato de trabajo entre las partes, desde el 13 de
octubre de 1975 y el 30 de noviembre de 1972 (fls 62 a 65, 91 a 93 y 169); que la
inconformidad del apelante estriba en la pensión por retiro voluntario del artículo 8º de la ley
171 de 1961 (fl 250), lo cual delimita su competencia; que revisada la demanda no se describe
un despido, sino que se hace alusión a un retiro voluntario y se menciona una conciliación, por
lo que se solicita en una de las súplicas subsidiarias la pensión del mentado artículo 8º de la ley
171 de 1961, por lo que en tal marco se debe examinar este pedimento; que es claro que el
vínculo entre las partes terminó por mutuo consentimiento, como se desprende de la
conciliación de folio 87, aspecto que no impide “entronizar” el retiro voluntario como supuesto
de la pensión que se estudia, según lo ha explicado la jurisprudencia; que para el 30 de
noviembre de 1992, fecha de la terminación del contrato laboral, regía el artículo 37 de la ley 50
de 1990, pero el mismo sólo es aplicable al sector privado, motivo por el que la norma aplicable
al caso es el artículo 8º de la ley 171 de 1961, no existiendo prueba de que la demandada
hubiera afiliado al actor al ISS; que la pensión por retiro voluntario no ha perdido aplicación y
vigencia por la puesta en marcha del sistema pensional del ISS, pues si este instituto no ha
asumido el riesgo en cada caso concreto, por no afiliación del demandante, como sucede en el
caso, el empleador “debe cubrirla”, tal como lo ha explicado la Corte en fallos como el del 24 de
octubre de 1990, radicación 3930; que como el reclamante no estaba afiliado al ISS ello supone
la operatividad de la pensión especial, con la aclaración que el requisito de la edad no ha sido
obstáculo para que prospere esa pretensión, pues la llegada a los 60 años únicamente se
traduce en la exigibilidad; que no obstante, en razón de la excepción de cosa juzgada, fundada
en la conciliación de folio 87, debe anotarse que el tema de la pensión quedó cobijado con el
pago de la bonificación acordada por el retiro, como se deduce de la lectura del escrito de
conciliación, que es reiterativo en que la bonificación recibida cubre todas las acreencias
laborales presentes y futuras, motivo por el cual cualquier reclamación derivada del vínculo
contractual que ató a las partes queda cubierta por la cosa juzgada, por expreso querer de las
partes, consecuencia del ejercicio de la autonomía de la voluntad; que como la conciliación
está revestida de la figura de la cosa juzgada, no hay posibilidad para debatir judicialmente lo
consignado en el acta en comento, pues la misma se realizó ante funcionario competente y con
el lleno de las formalidades legales, comprendiendo, por las razones ya explicadas, la
prestación pretendida por el demandante.
EL RECURSO DE CASACION
Fue propuesto por la parte demandante, concedido por el Tribunal respectivo, admitido por esta
Corporación, que procede a resolverlo, previo estudio de la demanda que lo sustenta y su
réplica.
El alcance de la impugnación lo fijó de la siguiente manera el recurrente:
“Pretendo con esta demanda de casación, que la Honorable Corte Suprema de Justicia (…),
case el numeral primero de la parte resolutiva de la sentencia proferida por el Tribunal Superior
del Distrito Judicial de Santafé de Bogotá D.C. (…) y una vez convertida en sede de instancia,
proceda a revocar la absolución que por concepto de la pensión especial de jubilación por retiro
voluntario, establecida en el art. 8º de la ley 171 de 1961, declaró el a quo (…) y en su lugar
condene a la demandada (…) al pago de la pensión especial de jubilación por retiro voluntario
(…), a partir del 14 de julio de 2005, fecha en que cumple el actor 60 años de edad, en monto
que no sea inferior al salario mínimo. Condenando en costas a la demandada.”
Contra la segunda sentencia de instancia, el recurrente formula los siguientes dos cargos:
CARGO PRIMERO
Se acusa la sentencia por violación indirecta, por aplicación indebida, de los artículos 8º de la
ley 171 de 1961, 14 y 15 del C.S. del T, en relación con los artículos 20 del código procesal del
trabajo vigente durante el trámite del proceso, 332 del código de procedimiento civil y 28 de la
ley 23 de 1991.
La infracción normativa que denuncia, la atribuye el recurrente a que el Tribunal incurrió en los
siguientes errores de hecho, que cataloga como evidentes:
“a. No dar por demostrado, estándolo, que en el Acta de Conciliación 725 suscrita entre las
partes, el 4 de diciembre de 1992 (…), no se hizo alusión directa ni indirecta al derecho
pensional del actor.
“b. No dar por demostrado estándolo, que al consignarse en el Acta de Conciliación, la
declaración de paz y salvo a la demandada por todas las acreencias laborales presentes y
futuras, sus efectos solo pueden darse respecto a los derechos inciertos y discutibles para la
fecha de la conciliación y particularmente sobre los allí determinados.
“c. No dar por demostrado estándolo, que el derecho a la pensión especial consagrado por el
art. 8º de la ley 171 de 1961 por retiro voluntario y sobre la que consideró el ad quem, el actor
para la fecha de la terminación del vínculo laboral cumplía con los presupuestos para acceder a
ella, constituía un derecho cierto e indiscutible del trabajador, sin que la edad sea un obstáculo
para el reconocimiento, pues de el (sic) solo depende la exigibilidad.
“d. No dar por demostrado estándolo, que en el Acta de Conciliación citada, en ninguna parte
se hizo alusión al derecho pensional del actor, no puede predicarse efectos de cosa juzgada
sobre este derecho, más cuando se estableció que durante su vínculo laboral de 17 años no
fue afiliado a una entidad aseguradora de riesgos de invalidez, vejez y muerte.
“e. No dar por demostrado estándolo, que las prestaciones que se derivan por no estar
protegido el trabajador por los riesgos que cubren su derecho a pensionarse, no pueden ser
conciliados ni transados, por tratarse de un derecho cierto e indiscutible a cargo del patrono
que no puede ser desconocidos (sic) y menos aún por una declaración genérica de paz y salvo
que hicieron las partes.
“f. Haber dado por demostrado, sin estarlo, que en el acta de conciliación referida, cuando se
consignó que la bonificación conciliaba todas las acreencias laborales adeudadas al trabajador
y que fueron imputables al patrono por cualquier concepto ahora o en el futuro, estaba allí
inmerso el derecho a pensionarse.”
A juicio de la acusación, el juzgador apreció erróneamente el acta de conciliación suscrita entre
las partes el 4 de diciembre de 1992, visible de folios 87 y 90.
DEMOSTRACIÓN DEL CARGO
Para el efecto, argumenta el impugnante: que el ataque parte de la base de que la decisión
desacertada del Tribunal es consecuencia de la evaluación del acta de conciliación firmada por
las partes el 4 de diciembre de 1992, lo que produjo la confirmación del primer fallo ordinario,
con violación de la ley sustancial que consagra el derecho pensional del demandante y la
irrenunciabilidad de los derechos consagrados en las normas laborales a favor de los
trabajadores, así como la invalidez de la “transacción” en asuntos laborales cuando versen
sobre derechos ciertos e indiscutibles, como es el caso de la pensión, al igual que la norma
procedimental de donde deriva su efectividad la declaratoria de cosa juzgada; que no discute
las conclusiones del Tribunal sobre el vínculo laboral entre las partes, sus extremos, la
terminación del mismo por retiro voluntario, formalizada por conciliación, y la no afiliación del
demandante al ISS; que comparte la conclusión del juez colectivo en el sentido que el
demandante cumple con los presupuestos para acceder a la pensión por retiro voluntario.
Asimismo, el censor, arguye: que el error de hecho deriva de la apreciación del acta de
conciliación de folios 87 a 90, pues de su tenor literal se extrae con claridad que en ella no se
consignó suma alguna por la pensión especial, ni se mencionó dentro de los derechos
conciliados, pues se precisó que la suma recibida por el ex trabajador, a título de bonificación
por retiro, cubría las acreencias laborales presentes y futuras que pudieran desprenderse de la
relación laboral, citando especialmente conceptos entre los que no está la prestación que se
debate; que de la forma como aparece redactada el acta no surge reparo alguno, pues los
derechos conciliados eran inciertos y discutibles, sin que pueda interpretarse que cuando el
trabajador declara a paz y salvo en forma genérica al empleador, o cuando se refiere a
cualquier acreencia laboral estaban las partes conscientes y por ello expresaron su voluntad de
conciliar, sin que por la suma recibida el trabajador renunció a la pensión vitalicia por vejez,
prestación a la que ya tenía derecho, estando sólo pendiente la edad; que en varias
oportunidades la Corte ha expresado que la declaración de paz y salvo que se haga en la
conciliación laboral, no puede entenderse en forma genérica respecto a todos los derechos que
pudiere tener el trabajador como resultado de la relación laboral, sino a aquellos que admiten
conciliación; que la Sala también se ha pronunciado sobre la imposibilidad de conciliar la
pensión de jubilación cuando el empleador no ha afiliado al trabajador al ISS; que la
apreciación equivocada del acta de conciliación llevó al sentenciador a extender los efectos de
la cosa juzgada decretados por la autoridad conciliadora sobre el derecho reclamado, en
contravía de la norma que la contiene, pues para dar aplicación a ésta la ley exige que la
identidad entre la causa petendi y las pretensiones del proceso o acto que se compara sea
evidente; que si el ad quem hubiera apreciado correctamente el acta de conciliación de folios
87 – 90 habría concluido que el demandante tiene derecho a la pensión especial por retiro
voluntario del artículo 8º de la ley 171 de 1961, y revocado el fallo del a quo.
LA RÉPLICA
El opositor enfrenta el cargo con estos argumentos: que el error es de la censura y no del
Tribunal, pues este se basó en el estricto sentido del acta de conciliación y le hizo producir los
efectos que contempla la ley; que debe concluirse que el verdadero sustento de la sentencia de
segundo grado está en que a juicio del Tribunal el actor, a través de la conciliación, acordó
solucionar todas las diferencias, conceptos, dudas y derechos inciertos y discutibles de carácter
laboral derivados de su relación, lo que supone que la pensión era solo una expectativa y no un
derecho cierto e indiscutible; que por ello esa prestación quedó sometida al imperio de la
conciliación, con todos los efectos que la ley le otorga a ese tipo de acuerdos; que no puede
ponerse en duda lo contenido en el acta y quizá quede para el futuro resolver lo
correspondiente a la condición suspensiva que traía aparejado el incierto y discutible derecho al
momento mismo de la conciliación.
SE CONSIDERA
El cargo objeta la decisión del Tribunal de no acceder a la pretensión de que se condene a la
demandada a reconocerle y pagarle al demandante una pensión por retiro voluntario después
de 15 años de servicios, como la prevista en el artículo 8º de la ley 171 de 1961, por asumir
dicho juzgador que esa reclamación está dentro de los derechos que el ex trabajador concilió
con la empleadora en el acta que suscribió ante autoridad administrativa del trabajo el 4 de
diciembre de 1992, según documento visible entre folios 87 – 90 del expediente.
De la probanza aludida, que incuestionablemente constituye el argumento fáctico principal del
fallo gravado, se colige que el actor, en uso de la palabra en esa diligencia, expresó:
“(…) que con la suma antes discriminada le quedan satisfechas todas sus acreencias laborales
presentes y futuras. Por ello mediante el pago de sus salarios, prestaciones sociales y la
bonificación por retiro declara al INSTITUTO DE FOMENTO INDUSTRIAL - IFI -, en su
condición de administrador de la entidad denominada INSTITUTO DE FOMENTO
INDUSTRIAL- CONCESION SALINAS (IFI – CONCESIÓN SALINAS) totalmente a paz y salvo
por todo concepto de orden laboral que pudiere desprenderse de la relación de trabajo que
existió entre las partes, especialmente por los conceptos de cesantía, intereses a la misma,
primas legales y extralegales, salarios, vacaciones, bonificaciones extralegales,
indemnizaciones y cualquier otra acreencia laboral”. (fl 89)
Trae a colación la Sala el anterior fragmento del documento que contiene el acuerdo
conciliatorio entre las partes, pues de él se desprende que el Tribunal no incurrió en
equivocación de hecho manifiesta, fruto de su aprehensión de dicha prueba, cuando dedujo
que la pensión génesis del litigio está comprendida dentro de los créditos laborales por los que
el actor declaró a paz y salvo a la demandada.
Ciertamente una comprensión semejante de la conciliación en comento deviene racional, si se
tiene en cuenta que, además, el demandante dejó consignado al comienzo de su intervención,
en el acto del 4 de diciembre de 1992, que con la suma que por bonificación se le reconoció
quedaron satisfechas sus acreencias laborales, no solo presentes, sino las futuras, pudiéndose
válidamente asumir que entre las últimas está comprendida la pensión de jubilación que
reclama se pague cuando cumpla 60 años de edad.
Del error de hecho capaz de desatar la anulación de una sentencia de segundo grado, ha dicho
la Sala que es el protuberante, esto es, el que desconoce lo que claramente enseñan las
pruebas calificadas, o el que les hace decir lo que evidentemente no indican; presupuesto que,
como se precisó, no se cumple en este asunto, pues, se repite, la conclusión fáctica del
Tribunal en relación con la prestación que se depreca, se atiene con visos de razonabilidad a lo
que expresa el acta de conciliación de folios 87 y 90 del expediente.
De otra parte, ningún pronunciamiento hace la Corte sobre el debate que el censor pretende
introducir en el cargo en torno al carácter de derecho cierto e indiscutible de la pensión
pretendida, el cual se observa en los denominados yerros fácticos de los literales b), c) y e) ya
que, como lo ha explicado la jurisprudencia, dilucidar el acierto del mismo es asunto
eminentemente jurídico, que resulta extraño a la vía de ataque por la que en este cargo se
optó, que fue la indirecta.
El cargo, por tanto, no prospera.
CARGO SEGUNDO
Dice que la sentencia del Tribunal viola por la vía directa, en la modalidad de infracción directa
por falta de aplicación, el artículo 14 del código sustantivo del trabajo, en relación con los
artículos 20 del código de procedimiento laboral y 28 de la ley 23 de 1991, lo que condujo a la
aplicación indebida de los artículos 8º de la ley 171 de 1961 y 332 del código de procedimiento
civil.
DEMOSTRACIÓN DEL CARGO
Con tal finalidad plantea el impugnante: que el Tribunal dejó de aplicar el artículo 14 del CST,
en cuanto los derechos y prerrogativas de carácter laboral son irrenunciables; que esta norma
por ser de carácter general es aplicable a todos los trabajadores, sin distinción; que lo anterior
condujo a la indebida aplicación del artículo 8º de la ley 171 de 1961, así como del artículo 332
del código de procedimiento civil, declarando probada la excepción de cosa juzgada decretada
por el acta de conciliación, sin tener en cuenta que del contenido de la misma no se evidencia
que la causa petendi estuviera comprendida en dicho documento; que la violación normativa a
la que se refiere se produjo por cuanto no obstante concluir el ad quem que el trabajador
cumplía con los presupuestos establecidos en la norma para acceder a la pensión especial de
jubilación por retiro voluntario, concluye que por existir acta de conciliación donde se incluyó
una bonificación, con la cual se cancelaban todas las acreencias laborales presentes y futuras,
ello impide declarar el derecho, por los efectos de la cosa juzgada; que por lo anterior la Corte
debe casar la sentencia del Tribunal.
LA RÉPLICA
El opositor cuestiona el ataque con estos argumentos: que debe entenderse, según el cargo,
que el censor está de acuerdo con el Tribunal respecto de las probanzas o piezas del proceso
sobre las cuales cimentó el fallo; que entre aquellas está el acta de conciliación que fue la que
determinó las razones de hecho y de derecho que tuvo el ad quem para edificar la providencia;
que el segundo juzgador partió de la existencia de un documento firmado entre las partes, ante
autoridad competente, denominado conciliación, lo cual es indiscutiblemente cierto, por lo que
no es posible deducir cómo pudo haber violado el artículo 8º de la ley 171 de 1961; que al
momento de la conciliación no existía derecho a la pensión de jubilación, sino una mera
expectativa o una circunstancia supeditada a una condición pendiente; que, no obstante, reitera
que el verdadero fundamento de la sentencia gravada reside en la validez del acta de
conciliación, sobre la cual no hay asomo de duda.
SE CONSIDERA
Por la vía del puro derecho, el censor disiente de la sentencia del Tribunal que absolvió a la
demandada de reconocer y pagar al actor la pensión de jubilación por retiro voluntario después
de 15 años de servicio, prevista en el artículo 8º de la ley 171 de 1961.
Sostiene el impugnante que el juzgador incurrió en “falta de aplicación” del artículo 14 del
código sustantivo del trabajo, en relación con el artículo 20 del código procesal del trabajo
actualmente denominado también “y de la seguridad social”, cuando, a pesar de concluir que,
para la fecha en que por mutuo acuerdo se dio por terminado el contrato de trabajo entre las
partes, el demandante reunía todos los requisitos del artículo 8º de la ley 171 de 1961 para
tener derecho a la pensión por retiro voluntario que depreca, decidió que no podía disponer tal
reconocimiento por existir un acta de conciliación, con efectos de cosa juzgada, en la que está
involucrada esa prestación.
En relación con todo lo anterior, hay que empezar por anotar que a pesar que dentro de los
conceptos de vulneración de la ley mencionados por el artículo 87 del código procesal de
trabajo y la seguridad social, no está previsto el de “falta de aplicación”, es lógico entender que
cuando el censor utiliza tal terminología, lo que aduce es que con el fallo recurrido el Tribunal
desconoció el artículo 14 del código sustantivo del trabajo; o sea, le imputa la infracción directa
de esa norma, pues esto es lo que se colige tanto de la demostración del ataque, como cuando
expresa que acusa el fallo por infringir “(...) por la vía directa, de la ley sustancial en la
modalidad de infracción directa por la vía directa, por falta de aplicación de la siguiente norma
de carácter sustantivo: artículo 14 del Código S. del Trabajo, en relación con el art. 20 del
Código Procesal del Trabajo, art. 28 de la ley 23 de 1991, lo que condujo a la aplicación
indebida del artículo 8º de la ley 171 de 1961 y 332 del C. de P. Civil”.
Asimismo, es de anotar que aunque el censor en la proposición jurídica del cargo no denuncia
como infringido el artículo 15 del código sustantivo del trabajo, que tiene incidencia en la
solución de la controversia por lo que se explicará más adelante, ello no impide el análisis en el
fondo del mismo, ya que tal requisito de la demanda de casación, al tenor del artículo 51 del
decreto 2651 de 1991, convertido en legislación permanente por la ley 446 de 1998, se
considera satisfecho con la enunciación de cualquier norma sustancial de alcance nacional que
“constituyendo base esencial del fallo impugnado o habiendo debido serlo, a juicio del
recurrente haya sido violada”. Y en este caso esto se cumple con las señaladas en el ataque.
Ahora bien, para la Corte el planteamiento del censor tendiente a demostrar la acusación, el
que inclusive está expuesto con aplicación exagerada de lo que manda el artículo 91 del código
procesal de trabajo y la seguridad social, no es de recibo.
Así se asevera porque si bien el Tribunal concluyó que el demandante cumplía los
presupuestos para que el empleador, en la oportunidad legal, asumiera el pago de la pensión
especial de jubilación por retiro voluntario reglada en el artículo 8º de la ley 171 de 1961, ello
no es sino aplicación de la jurisprudencia reiterada de la Corte que, desde vieja data, enseña
que el cumplimiento de la edad no es un requisito para la configuración del derecho a aquella.
Empero, la precitada deducción en ningún momento implica que desde el punto de vista legal,
el juzgador no pudiera admitir que la conciliación celebrada entre las partes cobijaba tal
derecho y, por ende, declarar probada la excepción de cosa juzgada, ya que, contrario a lo que
sostiene el ataque, con esa determinación en ningún momento se infringe el artículo 14 del
código sustantivo del trabajo que dispone: “Las disposiciones legales que regulan el trabajo
humano son de orden público y, por consiguiente, los derechos y prerrogativas que ellas
conceden son irrenunciables, salvo los casos expresamente exceptuados por la ley”.
Lo anterior porque las normas procesales del trabajo le asignan a la conciliación el efecto de
cosa juzgada, y también la jurisprudencia de la Sala ha precisado que como aquella es un acto
de declaración de voluntad para su validez y eficacia, es necesario que se cumplan los
requisitos generales del artículo 1502 del código civil; lo que en este asunto se da, y más
concretamente en lo que hace a la exigencia que echa de menos el recurrente, ya que el
artículo 14 del código sustantivo del trabajo antes trascrito, que es una norma aplicable a los
trabajadores oficiales por ser un principio general, tiene su complemento en el artículo 15
ibídem, que es extensivo a la conciliación, el cual reza: “Validez de la transacción. Es válida la
transacción en los asuntos del trabajo, salvo cuando se trata de derechos ciertos e
indiscutibles”.
De modo, pues, el punto a determinar es si no obstante que la pensión restringida de jubilación
del artículo 8o de la ley 171 de 1961 se configura por reunirse el tiempo de servicio y, según el
caso, el despido injusto o el retiro por mutuo acuerdo, tal circunstancia implica que se tenga un
derecho cierto e indiscutible que impida su conciliación.
Para la Corte si bien al cumplirse los presupuestos tantas veces aludidos hacen que el derecho
a la pensión restringida sea indiscutible, no ocurre lo mismo en relación que éste sea cierto,
pues la exigibilidad de aquel queda supeditada a un “acontecimiento futuro, que puede suceder
o no” (artículo 1530 del C.C.), es decir, a una condición, como es el cumplimiento de la edad
que para cada caso determina el artículo 8º de la ley 171 de 1961.
Al respecto es pertinente anotar que la Sala en sentencia del 3 de noviembre de 1983,
radicación 8990, precisó que el cumplimiento de la edad necesario para la pensión plena de
jubilación constituye una “modalidad condicional suspensiva”, criterio que cabe aplicar a la
pensión restringida en cuanto a su exigibilidad y disfrute, como también que los tratadistas de
obligaciones citan como ejemplo de condición que una persona llegue a determinada edad.
Por lo tanto, al ser incierto el derecho del demandante a la pensión restringida de jubilación, ya
que en este caso no es objeto de discusión, y tampoco podía serlo en razón a la vía por la que
se orienta el cargo, que cuando se celebró la conciliación su exigibilidad pendía del
cumplimiento de la edad a que alude la norma legal que la consagra, aquella, desde el punto
de vista legal, era conciliable y, por consiguiente, el Tribunal al declarar probada la excepción
de cosa juzgada no infringió el artículo 14 del código sustantivo del trabajo.
No prospera, entonces, el cargo.
A pesar que el recurso se pierde, no se condenará en costas por el mismo por la precisión
jurisprudencial que se hace.
En mérito de lo expuesto, la CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, SALA DE CASACIÓN
LABORAL, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley, NO
CASA la sentencia del 28 de febrero de 2002, proferida por la Sala Laboral del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Bogotá D.C., en el proceso promovido por JOSÉ ENRIQUE
CÉSPEDES HERNÁNDEZ al INSTITUTO DE FOMENTO INDUSTRIAL - IFI -.
Sin costas en casación.
CÓPIESE, NOTIFÍQUESE, INSÉRTESE EN LA GACETA JUDICIAL Y DEVUÉLVASE AL
TRIBUNAL DE ORIGEN.
FERNANDO VÁSQUEZ BOTERO
CARLOS ISAAC NADER EDUARDO LÓPEZ VILLEGAS
LUIS JAVIER OSORIO LÓPEZ LUIS GONZALO TORO CORREA
GERMÁN G. VALDÉS SÁNCHEZ ISAURA VARGAS DIAZ
LAURA MARGARITA MANORAS GONZÁLEZ
Secretaria
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