Iglesia Pentecostal Unida Hispana Inc. Pastor: Rey Narvaiz 16100 SW Farmington Rd. Beaverton, OR 97007 “Bajamar” Texto: Lamentaciones 3: 4 Hizo envejecer mi carne y mi piel; quebrantó mis huesos; 5 Edificó baluartes contra mí, y me rodeó de amargura y de trabajo. 6 Me dejó en oscuridad, como los ya muertos de mucho tiempo. 7 Me cercó por todos lados, y no puedo salir; ha hecho más pesadas mis cadenas; 8 Aun cuando clamé y di voces, cerró los oídos a mi oración; 9 Cercó mis caminos con piedra labrada, torció mis senderos. 10 Fue para mí como oso que acecha, como león en escondrijos; 11 Torció mis caminos, y me despedazó; me dejó desolado. 12 Entesó su arco, y me puso como blanco para la saeta. 13 Hizo entrar en mis entrañas las saetas de su aljaba. 14 Fui escarnio a todo mi pueblo, burla de ellos todos los días; 15 Me llenó de amarguras, me embriagó de ajenjos. 16 Mis dientes quebró con cascajo, me cubrió de ceniza; 17 Y mi alma se alejó de la paz, me olvidé del bien, 18 Y dije: Perecieron mis fuerzas, y mi esperanza en Jehová. Jeremías 20: 7 ¶ Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí. 8 Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día. 9 Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude. Introducción: Hace dos o tres años estuve en mi primer terremoto. No fue uno grande, y de todos modos me impacto. Empezó con un sentir de mareo. Como que me movía, y como no. Luego las cosas alrededor empezaron a vibrar suavemente. Saliendo para fuera, los postes de luz movían como árboles en el viento. Era alarmante y causa miedo. Creo que lo que impresiona mas es el sentir de estar sin poder hacer nada, y lo segundo el sentir de ver algo que siempre vemos como seguro, algo que vemos como inmovible, la misma tierra actuando literalmente como agua. Abre la puerta al pánico. Espiritualmente hay momentos en nuestro caminar con el Señor, que nos encontramos en un lugar donde no podemos entender la razón porque estamos allí. Lo firme que sentíamos, no es tan firme, y quiere invadir el pánico. Si te has sentido así, o estas pasando por algo semejante, estas en buena compañía. Los profetas, y los apóstoles experimentaron lo mismo. Es la experiencia de bajamar, la cual vamos estudiar en esta noche. Esta experiencia a veces ocurre antes o después de una gran victoria espiritual. También acompaña cuando hay una gran visión que uno 1 emprenda por dirección del Señor. Aun acompaña a los de gran valor. El gran predicador DL Moody, escribió que antes de una gran campaña, o antes de recibir una gran bendición, descendía en un valle oscuro espiritualmente donde por mucha oración y buscando al Señor salía después de muchos días. Es en esos momentos donde la Escritura se revela ser más que palabras, mas que poesía cuando dice: Cantares 2: ¶ Yo soy la rosa de Sarón, Y el lirio de los valles. Veamos la experiencia de Jeremías en Lamentaciones: I. II. Percepciones de Jeremías: a. Vs. 3-4: sentir de abandono de parte de Dios, y se le iban sus fuerzas. b. Vs. 5: sentir como si estuviera Dios sitiado en contra del. c. Vs. 6. sentir como que esta rodeado de oscuridad y empieza perder esperanza. d. Vs. 7: 9 el profeta se empieza sentir como que esta encerrado y atado, y sus esfuerzos de oración no tienen resultado e. Vs. 8- el sentir de que todos lo que antes servia de encontrar la respuesta no funciona. Esto es lo más frustrante. Entre mas oro, mas me hundo. Dios no contesta, o, sé que Él me escucha, pero no cambia la situación. Y aquí empieza el sentir de “Donde esta Dios”, que invade la fe, la estabilidad que conocíamos. f. Vs. 17 el sentir de dureza de corazón a lo que es bueno, falta de interés, el sentir de que todo es igual en todo lugar. La persona se hace cínico. Una mal actitud. g. Vs. 18: El último paso para Jeremías. En su desesperación, esta para perder su esperanza. h. ¿Es Jeremías menos profeta por su experiencia? ¿Es Dios menos Dios por lo que esta pasando Jeremías? La respuesta es no. De igual manera contigo. Hay una razón para todo esto, y mientras camino el profeta por allí, el Señor no lo abandona, estaba con él a cada paso. Y esta contigo a cada paso, a cada momento. Oración y Restauración de Jeremías: a. Jeremías 20: 7 ¶ Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí. b. 8 Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día. c. 9 Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude. d. Su oración es una mezcla de soledad, y quejas fuertes ante el Señor. Jeremías esta luchando con el llamamiento que él recibió, la justicia de Dios, y la falta de resultado en su ministerio. Mas lo que él estaba entendiendo por medio de esta experiencia era de que para esto Dios lo 2 llamo. Jeremías llega al punto de decir, “no hablare mas en su nombre “. Imagínate lo que esta diciendo. No es un neófito. No es un incrédulo. No es un infiel. Es un hombre de Dios en experiencia de bajamar. e. Vs. 9: de parte de Dios surge una unción y restauración que empieza de adentro para fuera. Todas las preguntas, las dudas, sentimientos, temores, pensamientos negativos, desesperación, fueron quemadas al todo en un fuego ardiente, una unción terrible. Una unción de poder diseñada para un Profeta que brillaba con palabra de Jehová a un pueblo inconstante y rebelde. f. Jeremías nunca hubiera conocido esa unción, sin primero pasar por la experiencia de bajamar. g. Jeremías obro bajo la presión de soledad. Su experiencia lo fortaleció para obrar con éxito hasta el final. Su éxito fue guardar la palabra de Dios sin cambiarla, su mensaje fue uno de juicio y calamidad para el pueblo en su rebeldía. Es tiempo de explicar bajamar. En tiempo cuando la luna se acerca, el mar sube. Y es cuando se sale uno a pescar. En tiempos de día que la luna se aleja, el mar baja. Y si usted pudiera estar en una bahía, donde hay barcos puestos en sus lugares. Usted viera en alta mar los barcos moviéndose con el agua. En tiempo de bajamar, literalmente, están sentados en el lodo. No importa el diseño, lo costoso, o la importancia de un barco al otro, todos están o en el agua o en el lodo. Porque no es el barco. Es el mar que los sostiene. No somos nosotros. Es el Señor que nos sostiene, y sin Él, no nos podemos mover. III. Los Apóstoles Y el Bajamar: Mateo 4: 18 ¶ Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 19 Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. 20 Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. 21 Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. 22 Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron. A. Era tiempo de bajamar. Estaban limpiando y remendando sus redes. a. En tiempo de bajamar. Ponle atención a tu vida, tu red. Usa este tiempo para limpiarla y remendarla. b. ¿De que la limpiaban? De basura que recogían mientras que pescaban. Hiervas. Peces que no servían para comer. Leña que había en el agua. En tiempo de bajamar, examina tu corazón. Límpialo de lo que se te ha enredado simplemente por lo diario vivir. 3 c. Por lo mismo de la basura, o por las rocas, las redes tenían roturas. Las roturas. Una red con roturas no pesca nada. Por allí se sale la bendición. En tiempo de bajamar, remienda la red. La examinaban, toda, pieza por pieza. Si estas perdiendo bendiciones, si no te rinde la bendición, no es el mar, no es el barco, es tu red llena de roturas. Usa el tiempo de bajamar para reparar, porque una cosa es segura, alta mar va venir. Y si te encuentras con redes rotas, no te será de provecho. d. Dale de comer a tu corazón la Palabra. Lee, estudia, busca. Filipenses 4: 6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. 8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. e. Ponte metas. Dite tu solo o tu sola, orar de esta manera, no perderé este culto, haré esto, no permitas que tu mente este sin hacer nada esperando que algo caiga del cielo. Y ponte listo porque en estos momentos donde parece que nada importa, nada pasa, son cuando lo más tremendo ocurre. f. Mientras que lavaban y remendaban sus redes. Llega Jesús a donde estaban, y los llamo que les siguieran. g. **NOTA BIEN: Jesús llama a los que lavan y remiendan sus redes. Estos están listos para pescar. Estos están listos para trabajar. Estos no están sentados lamentando la bajamar. No estaban en un grupo quejando por que el mar estaba bajo. Estaban usando el tiempo para lavar, remendar, preparar, porque sabían que el alta mar venia, y querían estar listos. h. En medio de la depresión, en medio del valle, en medio de la bajamar con el barco ladeado en el lodo, Jesús apareció para transformar sus vidas para siempre. IV. Pedro En Bajamar: Lucas 5: 1 ¶ Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. 2 Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. 3 Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. 4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. 5 Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. 6 Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. 4 7 Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. 8 Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. 9 Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, 10 y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. 11 Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron. A. Otra vez, en bajamar, Pedro estaba limpiando sus redes con sus compañeros. Su barco en la arena, en poco agua. Sabemos que habían trabajado con lo menos 12 horas, sin pescar nada. Y ahora Jesús enseña al pueblo, y le pide el uso de su barco. B. Pedro se quiere ir. Pedro esta cansado. Pedro esta frustrado. Pedro se siente como un fracaso. Pedro quiere quemar las redes, el barco, Pedro quiere ser mecánico, panadero, todo menos pescador. Lo que lo detiene es la Presencia de Jesús, y la Palabra. C. Hno. Pescador. En bajamar te sientes un fracaso. Quieres quemar el barco, las redes, y hasta te fastidia el sonido del agua. Y muchos solo la Presencia de Jesús, y la Palabra los mantiene en el barco. Pero en su mente, Pedro ya esta fuera del barco. Esta lejos del lago, lo último que quiere es un plato de pescado. Y por hábito se pone a lavar las redes. Y Jesús lo detiene. Que bueno que Jesús nos detiene en bajamar. D. Volteando le dice, “Boga mar adentro”. El Señor se ha tardado hasta la tarde, y el mar esta subiendo. El ánimo de Pedro era de que no quería salir otra vez. Romanos 8: 28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. E. De noche, Pedro había salido por su entendimiento, su habilidad, su confianza en lo que él podía hacer, pues era su oficio. F. Ese fue el problema y la lección del bajamar para Pedro. A veces hacemos ser cristianos, o ministros, un oficio. Yo se que hacer. Yo se como se hace. Yo puedo hacerlo, pues ya lo sé todo. Hasta que llega el bajamar, y estas con redes rotas, llenas de basura, manos hinchadas y raspadas, y la barca vacía de pesca, al lado del mar con el barco por un lado. Y Jesús te detiene, hasta que el mar sube otra vez. Y te dice “Vamos otra vez”. G. NOTE BIEN: 1. Vamos a mi Palabra. 2. Vamos a donde yo te guié. 3. Echa la red donde yo te digo. 4. El barco se hundía, y hubo para muchos más. 5 5. En el barco lleno de pesca, se arrodillo Pedro, y declaro que era un pecador. No un pescador. El que da el aumento. El que controla el mar, estaba con él. 6. Si no fuera sido por el bajamar, y que el Señor lo detuviera, Pedro hubiera continuado con un oficio, en lugar de ser un siervo. Sumario: Nadie es exento de la depresión o el bajamar. Los discípulos descubrieron que los momentos que cambiaron sus vidas para siempre no fueron cuando caminaban sobre el mar con telas llenas del viento, volando sobre el mar. Sino en bajamar con los barcos por un lado en la arena, sus redes en necesidad de limpieza y reparación. Apareció Jesús, con promesas e invitaciones. ¿Estas a la orilla tu en bajamar? Ocúpate en lo que sabes que es bueno, examínate, pero hazlo con ánimo, el alto mar viene, y Jesús camina por la orilla del bajamar, buscando corazones para llamar. 6