la letra mata, mas el espíritu vivifica 1

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LA LETRA MATA, MAS EL ESPÍRITU VIVIFICA 1
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LA LETRA MATA, MAS EL ESPÍRITU VIVIFICA 1
I. INTRODUCCIÓN
Hace poco alguien me dio un mensaje de parte de Dios, en el cual me dijo que la gente de la
iglesia está haciendo lo que le dice su pastor pero no están siguiendo al Señor.
Obviamente escuche, revise, y me pareció muy extraño porque de una manera continua insisto en
que la Biblia es la palabra de Dios, insisto en la sana doctrina, e insistido en que no hay que hacer
lo que digan los hombres sino lo que la escritura nos enseñe. Es decir a mi parecer la gente no
está haciendo lo que yo digo, la gente está haciendo lo que la escritura dice. Por lo tanto el
mensaje me pareció que no era acertado.
Sin embargo han pasado una serie de eventos en la iglesia que como todas las cosas que Dios
hace han traído bendición y me han hecho entender lo que está pasando con algunos, en la
iglesia.
Hace quince días les dije algo que algunos no lograron entender al menos no con claridad y lo voy
a repetir: dije, que lo importante no es hacer lo que dice la Biblia sino lo que Dios dice, que
lo importante no es hacer lo que diga su autoridad si no lo que Dios dice.
Aun mencioné que algunos dicen de forma un poco despectiva: la Biblia dice. Y otros respecto de
la autoridad dicen: mi Padre dijo, mi esposo dijo, pero aunque están haciendo lo que la Biblia dice
y lo que la autoridad dice, en realidad no están haciendo lo que Dios les ha dicho que hagan.
Y ahora entiendo, que los que están viviendo de esa manera, es igual a que estuvieran, como dijo
el mensaje de parte de Dios, viviendo por lo que yo les digo y no por lo que Dios dice. Así lo que
yo diga esté en la palabra de Dios.
Algunos se pueden enredar pensando: ¿Si yo estoy haciendo lo que dice la Biblia cómo es posible
que no esté haciendo lo que Dios me dijo? ¿Acaso no me han enseñado que cuando hago lo que
dice la palabra de Dios estoy obedeciendo a Dios?
Y la respuesta es, no. No siempre que haces lo que dice la palabra de Dios, estás haciendo lo que
Dios dice. Y no sólo me refiero a aquellos que por malinterpretar la doctrina, por aplicar cosas que
no son para este tiempo, aunque hagan lo que dice la Biblia no están haciendo la voluntad de
Dios. También incluyo a aquellos que aunque hacen lo que dice la Biblia estando está bien
interpretada, no lo están haciendo ni con fe ni lo están haciendo para el Señor.
Y eso que estoy diciendo es lo que dice el apóstol Pablo en el siguiente versículo en el cual está
tratando de explicar la diferencia entre el viejo pacto y el nuevo pacto. Diferencia que algunos no
logran entender obviamente por la mala actitud de su corazón, que no les permite entender que
aunque todo es palabra de Dios por no entenderla no la están aplicando como Dios dice y en lugar
de producir vida están produciendo muerte. El pasaje dice:
2 Corintios 3:6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino
del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.
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Tengamos en cuenta que en este pasaje al hablar de la letra que mata, se está refiriendo
a la palabra de Dios. Es decir está diciendo que la palabra de Dios escrita mata, mientras
que el Espíritu de Dios da vida.
La pregunta es: ¿Sí logramos discernir con claridad cuando estamos obedeciendo la Biblia,
y llevando a otros a obedecer la Biblia pero produciendo muerte en lugar de producir vida?
Esto que estoy diciendo, que la Biblia dice no debe parecernos extraño. Ocurre respecto de
muchas otras cosas por ejemplo: Las medicinas curan enfermedades… las medicinas mal
administradas matan. El alimento da vida… pero la mala alimentación puede matar. El ejercicio es
salud sin embargo hay jugadores de futbol que se han muerto en la cancha.
La palabra de Dios da vida… pero la palabra de Dios mal administrada mata. Y hoy hay
muchísimas personas, la mayoría de ellas no cristianas, no todas porque también a veces hay
cristianos que andan con la Biblia predicando muerte.
Es la palabra de Dios. Es Santa, pero es un instrumento de muerte cuando no entendiendo a Dios
se pretende servirle enseñando su palabra y llevando a otros a aplicarla.
¿Tenemos verdadera claridad en este asunto? Porque es un asunto supremamente serio.
Imagínese que sus enseñanzas su vida y su testimonio a su alrededor especialmente a los más
cercanos les esté produciendo muerte, es decir rechazo de las cosas de Dios. Cuando lo correcto
es que su vida le produzca a otros ganas de conocer a Dios por la forma en que vive. ¿Qué tal
que usted por su religiosidad este predicando muerte?
II. EL APÓSTOL PABLO
La persona que Dios usa para explicar esto en la escritura es el apóstol Pablo. Quien
indudablemente aparece como uno de los hombres más sabios y más usados por Dios para
enseñar el evangelio.
Y este asunto puede resultar bastante curioso pues el apóstol Pablo, no conoció al Señor
Jesucristo, no hay evidencias siquiera de que lo haya visto. Y además se opuso con toda
tenacidad a la predicación del evangelio llegando a perseguir y a matar cristianos por considerar
que ellos estaban yendo en contra de su Dios y su religión.
Podemos decir que era un hombre 100% convencido de lo que creía, pero 100% equivocado.
Pero gracias a su disposición de querer hacer la voluntad de Dios, el Señor mismo se le reveló, y
allí está una muestra de los milagros de Dios, que es capaz de coger aun a su peor enemigo y
usarlo para explicar el evangelio de Jesucristo, el cual combatía.
Pero el milagro se ve todavía más grande, cuando vemos lo que el apóstol Pablo era. El dice de sí
mismo:
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Filipenses 3:4 al 6…. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: 5circuncidado
al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley,
fariseo; 6en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley,
irreprensible.
Mire bien todo lo que él era y todo lo que él hacía. Él dice que tenía todos los privilegios de ser un
hebreo de hebreos y además un cumplidor de la ley desde la circuncisión, asunto que por
supuesto no dependió de él, hasta llegar a decir que era irreprensible en el cumplimiento de toda
la ley judía.
Sin embargo, y este punto es supremamente importante para entender la diferencia entre la letra
que mata y el espíritu que da vida, todo lo que él hacía, lo hacía en la carne.
Eso no es una especulación, no es un juicio, el apóstol Pablo está reconociendo que era un
hombre tremendamente poderoso en la carne, más que ningún otro. Ese poder era el que le
permitía hacer todo lo que hacía para Dios.
¿Qué es la carne? La carne es el poder humano, la capacidad humana, la inteligencia humana,
vivir en la carne representa al hombre con todo su poder viviendo su vida.
Sin embargo aclaremos lo siguiente; cuando en el medio cristiano decimos que una persona anda
en la carne, normalmente nos referimos a que esta persona anda de forma desordenada, en
borracheras, en fornicación, en vanidad, orgullo, prepotencia, robando a la gente, dando mal
testimonio o aun blasfemando de Dios, y muchísimas otras cosas más. Malas aún desde el
punto de vista de los seres humanos.
Pero esa es sólo la mitad de la verdad. Porque lo que el apóstol Pablo nos está diciendo es que
él vivía para Dios, con tal calidad de vida que era completamente irreprensible, y con un celo
tan enorme que se dedicó a combatir a cualquiera que dañara su religión. Es decir cualquiera que
fuera contra la ley de Dios establecida en el antiguo testamento, era su enemigo.
Y esto quiere decir, que sí es posible creer que se está viviendo con todo el poder de la carne para
obedecer a Dios.
Yo les aseguro, que en la actualidad hay muchísimos cristianos que con todo el poder de la carne
viven para Dios, y seguramente como el apóstol Pablo están convencidos de estar haciendo lo
correcto, sin darse cuenta, pensando que hacen lo correcto, están atacando y atropellando a
los que viven en el espíritu.
No porque tomen la decisión de hacerlo, es prácticamente una ley que cumplen por su
desconocimiento de la grandeza de Dios.
Hechos de los Apóstoles 22:3 al 4.… estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios,
como hoy lo sois todos vosotros. 4Perseguía yo este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando
en cárceles a hombres y mujeres;
Ahora cuando usted lee que este hombre era celoso de Dios… ¿Cómo cree usted que él hablaba
de las cosas de Dios? ¿Con cuánta pasión? ¿Con cuánto sentimiento? Pero a pesar de toda su
pasión y de todo su celo, la realidad era que con la escritura en la mano siendo muy estudioso,
estaba equivocado.
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La escritura nos muestra que esta actitud tiene su origen en el pasado cuando nos habla
de los dos pactos:
Gálatas 4:28 al 29 Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. 29Pero como
entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también
ahora.
Y así como hasta el día de hoy estos descendientes en la carne están enfrentados en una guerra
permanente. De la misma manera hoy hay una batalla espiritual entre los que pretenden vivir la
vida cristiana en la carne y los que la viven en el Espíritu.
Y esto mismo se puede reflejar en el interior de una persona que tiene una batalla donde la vida
en el espíritu es perseguida por el poder de la carne, por la concupiscencia de la carne.
¿Cuál fue la respuesta de Dios en aquella época?
Gálatas 4:30 Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de
la esclava con el hijo de la libre.
Y sí recuerdan la historia, era Abraham que con el dolor de su alma, le tocó echar a su hijo a quien
amaba, con quien vivía, porque había sido engendrado en el poder de la carne y no gracias a la
promesa de Dios.
Y ese es el otro milagro en la vida del apóstol Pablo, que es precisamente a él, al que Dios
más usa para defender la vida en el Espíritu, combatiendo y denunciando la vida en la carne. Pues
él mismo escribió lo siguiente:
Romanos 8:5 al 8 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del
Espíritu, en las cosas del Espíritu. 6Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu
es vida y paz. 7Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la
ley de Dios, ni tampoco pueden; 8y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
Por supuesto al leer todo esto es supremamente claro que la vida en la carne buscando agradar a
Dios es un completo engaño, engaño que está en cumplir con una serie de normas y prohibiciones
externas, que por supuesto tratarán de imponer a los demás.
La historia nos cuenta que cuando Constantino decreto en el año 300 que todos en su imperio
fueran católicos, cada una de las religiones existentes, todas en la carne, buscaron involucrar sus
normas, sus objetivos, sus mandatos, sus métodos, dentro de la religión católica. El resultado fue
una religión tan, pero tan extraviada que muchos consideran que nunca, ni en sus mejores épocas
ha sido parte de la iglesia verdadera.
En la época del apóstol Pablo no existía la religión católica, pero sí la religión judía, y es contra
estos religiosos judíos contra los que tiene que luchar pues éstos querían incluir dentro del
evangelio la leyes que ellos supuestamente guardaban que estaban en el antiguo
testamento.
Ahora: ¿Por qué éstos judíos querían involucrar las leyes del antiguo testamento dentro del
cristianismo?
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Sencillo… Porque eran judíos que se habían convertido o al menos decían haberse
convertido. Esto quiere decir que aceptaban a Jesucristo, pero querían meter las leyes del
antiguo testamento dentro del cristianismo.
Y esto quiere decir en otras palabras, que dentro de la iglesia cristiana aparecían y seguirán
apareciendo estos personajes, buscando que los cristianos cumplan con la ley. La escritura nos
cuenta:
Hechos de los Apóstoles 15:24 Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los
cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando
circuncidaros y guardar la ley
Los primeros cristianos tuvieron que luchar contra estos personajes, que sin habérseles ordenado
estaban enseñando cosas de la ley, perturbando las almas de los nuevos creyentes.
Es decir estaban usando la escritura para enseñar y mandar a obedecer cosas que están en la
palabra de Dios pero que ya no deben ser obedecidas.
Esto para un cristiano que comienza la vida cristiana puede sonar supremamente extraño que le
digan que hay cosas en la escritura, que es la palabra de Dios, y que aunque en ella dice que se
deben hacer, y en algunos casos lo ordena hacer de manera perpetua, de todos modos no se
deben hacer. No dentro del cristianismo.
Lo complicado para algunos es que no estamos hablando de una religión pagana que se quiere
involucrar dentro del cristianismo, sino de la religión judía que se origina en el pueblo de Dios con
la palabra de Dios dada a ellos.
Este cambio que debe ocurrir al conocer a Jesucristo es algo muy difícil de entender para los que
están acostumbrados a andar en la carne, además que son poderosos en la carne.
En lo personal este asunto me ha sido fácil, en mi vida antes de conocer al Señor nunca fui una
persona poderosa en la carne. Todo lo contrario, no era nadie, no había logrado nada bueno, era
un completo fracasado.
Por eso me ha sido muy fácil recibir la gracia de Dios. Por eso no lucho para ganar su amor,
mucho menos por medio de mi comportamiento. Ya en el mundo aprendí que no podía ganarme el
amor de los demás… Cómo se me va a ocurrir trabajar para ganarme el amor de Dios o su
aceptación.
Pero a los que han sido poderosos en la carne, normalmente de temperamentos fuertes, cuanto
trabajo les puede costar entender esta preciosa verdad.
Para los que son así. Y para los que también acostumbran echar mano del antiguo testamento
para agarrarse de todas las promesas, por qué aman el mundo con locura, la recomendación es
péguese sólo del nuevo testamento al menos hasta que supere esa mala actitud en su corazón.
Porque cuando con esa mala actitud se va al antiguo testamento, por la mala actitud se agarrara
precisamente de lo que no se debe apegar. Y no logra ver lo que debería ver.
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Y entonces los encontrará usted queriendo circuncidarse, queriendo cumplir el día de
reposo, poniéndole límites a la alimentación, en fin, llenándose y llenando a los demás de
prohibiciones y haciendo un énfasis equivocado en la obediencia…
También para los que en la carne apuntan hacia otro lado, creyendo que van a ser millonarios,
que serán cabeza y no cola, que serán dueños y no inquilinos y muchas otras cosas más que no
tienen nada que ver con el cristianismo. Deben pegarse sólo al nuevo testamento hasta que
supere esa mala actitud.
Alguna vez, a un par de jóvenes que estaban completamente enredados en su doctrina, les
aconsejé que para corregir todo el error que había en su mente producto de las malas
enseñanzas, y por supuesto de su mal corazón que las había recibido, lo que debían hacer era
dedicarse al nuevo testamento. Les dije: Hagan solo lo que dice el nuevo testamento y olvídense
por un tiempo del antiguo testamento.
Sin embargo debemos ser conscientes que esa tendencia de querer imponer normas del antiguo
testamento que no corresponden al cristianismo dentro del cristianismo. O de colocar una gran
cantidad de normas que consideramos buenas para que la gente viva un buen cristianismo,
es una tendencia que seguirá existiendo mientras siga habiendo personas que en la carne
busquen a Dios. El apóstol Pablo escribió:
Colosenses 2:20 al 22…. ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos 21tales como:
No manejes, ni gustes, ni aun toques 22(en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas
que todas se destruyen con el uso?
Aquí no está hablando de prohibiciones bíblicas, sino de esas prohibiciones que producto de
nuestra experiencia y nuestro razonamiento vamos imponiendo a los demás, para buscar que
vivan un buen cristianismo.
Por ejemplo: Prohibición respecto de la música, prohibición respecto de la televisión, prohibición
respecto de la ropa, respecto del baile, y muchas otras cosas más que nos inventamos. Y no sólo
nos inventamos prohibiciones, también nos inventamos responsabilidades para que vivan un buen
cristianismo.
Por supuesto cuando nosotros como padres o como líderes colocamos esas normas es porque las
consideramos buenas. Es decir nuestra intención es buena. Ahora la escritura también dice que
son buenas, pero…
Colosenses 2:23 Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en
humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.
Claro que es mejor escuchar música cristiana a escuchar música del mundo, claro que es mejor
que no vea la televisión y en lugar de eso estudie la palabra y ore, claro que es mejor que en lugar
de ir a bailar se vaya a evangelizar…
Pero déjeme preguntarle: ¿Qué pasa cuando usted les prohíbe escuchar música del mundo… Y el
Espíritu Santo no le dice a ellos que es malo escuchar esa música ni los motiva a escuchar música
cristiana?
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¿Qué pasa cuando usted le prohíbe la televisión pero el Espíritu Santo ni le muestra lo
malo de la televisión ni le muestra lo bueno de ir a orar pero usted lo obliga y el cumple?
¿Qué pasa cuando se le prohíbe el baile, o el juego, o los amigos… Y el espíritu Santo no actúa
en la vida de aquel que está obedeciendo a la brava?
Que dice la escritura en ese versículo: pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne
¿Cuánto valor tiene todas estas prohibiciones, disciplinas y normas para mejorar la vida
espiritual? Ninguna. No sirven para frenar la carne. No le quita el hambre a la carne. No le
acerca ni un centímetro a Dios. No le hacen más espiritual. Y peor aún es que estas
prohibiciones pueden represar de tal manera los apetitos de la carne, que el día que no lo vean, o
que tenga libertad no hay quien lo detenga.
Ahora. Si usted es una persona que tiene confianza en la carne y que no ha entendido la vida en
el Espíritu, esto que estoy diciendo lo va a confundir.
Seguramente pensará: “primero nos enseñan que somos autoridad y luego dicen que cuidado con
ejercer esa autoridad” Ciertamente tenemos autoridad, sin embargo Dios a través del apóstol
Pablo escribió:
2 Corintios 10:8 Porque aunque me gloríe algo más todavía de nuestra autoridad, la cual el Señor nos
dio para edificación y no para vuestra destrucción, no me avergonzaré;
Claro que usted es autoridad, pero ¿Ésta seguro que no la está usando para destruir la vida en el
Espíritu por sus imposiciones en la carne para la carne?.
Y ojo con los que al escuchar esto o piensan que están bien porque le dan libertad a sus hijos…
Cuidado porque también se peca cuando no se usa la autoridad para edificar.
Cuando yo comencé mi vida cristiana la triste historia de la mayoría de los hijos de los pastores es
que eran los peores, eran la vergüenza de sus padres, eran los más sinvergüenzas, borrachos,
homosexuales, de todo, porque crecieron con la represión de la prohibición, con la letra que mata
y no les enseñaron a vivir la vida en el Espíritu.
Hablando de este tema con mi hijo me dice, bueno y si el hijo dice: “me voy a fornicar entonces
¿Qué debe hacer un padre?”
Y le conteste lo que un día me dijo Camila cuando por cuidarla la estaba llenando de
prohibiciones. Me dijo más o menos: “papa hay niñas a las cuales los papás les ponen todas las
prohibiciones del mundo, las mantienen encerradas, les prohíben oír música pero a pesar de todos
los esfuerzos, ellas terminan fornicando en el baño del colegio”
En otras palabras… “Si yo quisiera hacer algo malo a pesar de todas la prohibiciones, lo hago”
Y entonces la pregunta importantísima es: ¿Qué es lo que hace que nuestros hijos y nuestros
discípulos caminen con Dios? Las prohibiciones. Las obligaciones. Las amenazas. Los chantajes.
O el conocimiento de Dios que los ama… ¿Qué está comunicando usted?
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¿Qué es lo único que puede detenernos a nosotros y a nuestros hijos de querer vivir en
pecado? Y la única respuesta válida es: Solamente el conocimiento del amor de Dios.
EL CELO EN LA CARNE ES PODEROSO Y APASIONADO.
Ese celo por hacer lo correcto delante de Dios, pero en la carne, es algo que debemos ver como
algo horrible a pesar de estar disfrazado de la búsqueda de Dios. No nos dejemos engañar.
Y así como es de horrible además puede resultar tan poderoso como lo fue en la vida del apóstol
Pablo. Y como lo fue en la vida de aquellos que persiguieron al apóstol Pablo, por considerar
que estaba rechazando a Dios y las escrituras.
Piense en esto: a usted le llegaran diciéndole Dios quiere que tú hagas esto. Y con ese celo que
ellos tienen por Dios si usted no está pegado del Señor le destruyen su vida espiritual y lo ponen a
vivir en la carne, y ni siquiera se dará cuenta. Pensará que está haciendo lo que Dios dice. Pero al
pasar los años su vida cristiana no funcionará.
¿Le da temor ser engañado de esta manera? Busque al Señor y estudie el nuevo testamento.
Miremos el celo de estos expertos en vivir en la carne. Nos cuenta la escritura:
Hechos de los Apóstoles 17:13 Cuando los judíos de Tesalónica supieron que también en Berea era
anunciada la palabra de Dios por Pablo, fueron allá, y también alborotaron a las multitudes.
Era tan encarnizada esta persecución que les llevó a tratar de matar al apóstol en más de una
ocasión. Y por eso leemos en el versículo que sigue:
Hechos de los Apóstoles 17:14 Pero inmediatamente los hermanos enviaron a Pablo que fuese hacia el
mar; y Silas y Timoteo se quedaron allí.
Según esto, al que querían era a Pablo, y una de las razones es porque él fue un fiel seguidor de
la ley y ahora enseñaba que eso no era necesario. Para ellos era un traidor de Dios y de las
escrituras.
No es lo mismo que alguien que nunca ha vivido y seguido la ley diga que no sirve, a que lo diga
una persona que ha sido irreprensible en cuanto a la ley. Eso sí tiene peso. Y como eso
precisamente era lo que hacía el apóstol Pablo, se ganó la fama de que iba en contra de la ley de
Dios.
Pero la verdad era que el que entendió el fin y el propósito por el cual la ley fue dada, la
usaba para hablar del cristianismo. Y los que no entendieron el propósito de la ley, la
usaban para pervertir el cristianismo.
La misma ley de Dios. La misma palabra de Dios puede ser usada para edificar o destruir.
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El asunto no ha cambiado mucho. Hoy vemos por todos lados que se usa la palabra de
Dios para destruir el cristianismo. Y en especial el antiguo testamento pues de allí sale
todas aquellas doctrinas torcidas de la iglesia profesante.
VA EN CONTRA DE DIOS Y LA LEY
Ahora. Cuando el apóstol comienza a enseñar la verdad, la fama de él que se extendió entre sus
enemigos es que iba en contra de la ley de Dios. Nos cuenta el libro de los Hechos:
Hechos de los Apóstoles 18:12 al 13 Pero siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se levantaron de
común acuerdo contra Pablo, y le llevaron al tribunal, 13diciendo: Este persuade a los hombres a honrar a
Dios contra la ley.
Piense bien en la acusación que hacían de él: ellos consideraban la ley Santa. Y lo es. Esa ley fue
dada por Dios para cumplirla. Y ahora aparece un traidor que dice que hay que honrar a Dios pero
no hay que guardar la ley. Por supuesto esto para ellos resultaba en una terrible abominación.
Sin embargo el apóstol estaba resuelto a defender la verdad del evangelio, y por eso se fue para
Jerusalén a pesar de haber recibido una clara profecía de que iba a ser amarrado y entregado a
manos de los gentiles.
El apóstol llega a la ciudad y les cuenta todo lo que ha hecho Dios entre los gentiles. Nos cuenta
la escritura:
Hechos de los Apóstoles 21:20 Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves,
hermano, cuántos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley.
Miremos bien lo que está sucediendo aquí. Ellos glorifican a Dios por los testimonios de los
muchos gentiles convertidos. Pero también le dicen que hay millares de judíos que han creído y
son celosos de la ley.
Y partiendo de ese testimonio, de judíos cristianos celosos de la ley le dicen:
Hechos de los Apóstoles 21: 21 Pero se les ha informado en cuanto a ti, que enseñas a todos los judíos
que están entre los gentiles a apostatar de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos, ni observen
las costumbres.
¿Qué hacen? Le advierten que los judíos ya se enteraron que él está enseñando a apostatar de
Moisés.
Es decir lo importante no era que se estaban convirtiendo al cristianismo. Lo importante para
éstos judíos es que no estaban cumpliendo con la ley.
Lo importante no es que habían obtenido la salvación y estaban conociendo el amor de
Dios. Eso no tenía ningún sentido para ellos si estaban apostatando de Moisés.
Para ellos lo verdaderamente importante es que guardarán la ley aunque siguieran sin Cristo.
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No les parece que eso es del demonio.
Apostatar significa rechazar completamente a Moisés, lo cual incluye rechazar completamente
todas las normas y leyes dadas por él.
Sin embargo aunque eso es lo que la gente decía que él estaba haciendo, lo que realmente
estaba haciendo, era que entendiendo la verdadera función de la ley, que no era cumplirla, estaba
a través de ella llevando a los hombres a Jesucristo.
¿Cómo? Lo primero que la ley hace es:
Romanos 3:19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda
boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios
Quiero que noten que dice todo, lo que la ley dice, no sólo algunas partes, sí no todo. ¿Todo lo
que la ley dice para quién es? Para los que están bajo la ley, no para los que no están bajo la ley,
para que cuando traten de cumplirla se den cuenta que son inmensamente pecadores y que por lo
tanto están bajo el juicio de Dios listos para ser condenados.
Fijémonos que el propósito no era que cumplieran la ley. Sin embargo en el antiguo testamento
encontramos que Dios dice que deben cumplir la ley. ¿Porque entonces el apóstol Pablo no dice
lo mismo?
Porque el apóstol Pablo, por la revelación que Dios le ha dado, entendió que Dios le dio la ley al
pueblo judío para que la cumplieran, sabiendo que no la podían cumplir, para que reconocieran
que eran pecadores y para que cuando llegan a Jesucristo, lo aceptarán.
Y por eso en la carta a los Gálatas escribe:
Gálatas 3:24 al 25 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que
fuésemos justificados por la fe. 25Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, 26pues todos sois hijos de Dios
por la fe en Cristo Jesús;
Por supuesto es muy común, pasó en aquella época y pasa ahora, que cuando usted le dice a
alguien que no hay que cumplir con la ley del antiguo testamento. Quienes no han entendido la
función de la ley, que seguramente tampoco han entendido bien la vida en el espíritu, se rasgan
las vestiduras porque creen que cuando se dice que no hay que cumplir la ley de Moisés entonces
se está dando autorización a que todo el mundo haga las barbaridades que se le ocurran.
Seguramente muchos entendieron eso por eso el apóstol escribe:
Romanos 6:15 al 16 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En
ninguna manera. 16¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de
aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?
Fíjese que el apóstol no lo plantea como si usted está infringiendo o está obedeciendo la ley.
Él a lo que le apunta es: ¿Usted a quién se le quiere someter? ¿Usted de quién quiere ser
esclavo?
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Y las preguntas que nos podemos hacer para qué dejemos hoy hasta aquí son:
¿Qué es más importante, que nuestros hijos guarden los mandamientos o que amen al Señor?
Yo sé que la escritura dice que el que ama a Dios guarda los mandamientos pero no todo el que
guarda los mandamientos ama a Dios porque puede guardarlos en la carne presionado por
personas que en la carne quieren que lo haga.
Aplique este mismo principio a muchas otras cosas. Acaso lo importante es que los discípulos
traigan las tareas a los cursos bíblicos. O que sean buenos estudiantes. O que sean obedientes a
los padres. O a los esposos. Ustedes creen que lo importante es que hagamos todas las cosas a
la perfección con orden con disciplina y que todas las cosas salgan bien. ¿Es esa la vida
cristiana?
Mateo 19:18 al 20 Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso
testimonio. 19Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 20El joven le dijo:
Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
¿Pero que dijo Jesús de este hombre a sus discípulos?
Mateo 19:23 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el
reino de los cielos.
Que a pesar de ser una persona correcta en todo sentido, y que a pesar de guardar los
mandamientos iba rumbo al infierno.
¿Qué estamos tratando de hacer con nuestra vida? ¿Qué estamos enseñando a nuestros hijos?
¿A hacer todas las cosas de manera correcta o a amar a Dios?
¿Que estamos haciendo con todas nuestras estas enseñanzas y todas nuestras imposiciones
hacia los demás? Enseñarles a obedecer o enseñarles a vivir la vida en el espíritu.
La Biblia, la vida como la vivimos, la forma como enseñamos el cristianismo… Es letra que mata o
Espíritu que da vida.
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