Finalista Textos académicos en la universidad: Factores que dificultan su comprensión y redacción Gustavo Adolfo Aguilar Papazetzi 3 “A” Los estudiantes, cuando llegan a la universidad demuestran poco interés por leer y escribir y en algunos casos presentan problemas de comprensión de textos académicos (Aguirre, 2008). En los contextos universitarios se considera tácitamente que los alumnos desde su ingreso y durante su trayecto formativo ya han sido alfabetizados desde la primaria: y que por tanto cuentan con las herramientas básicas, es decir, saben leer y escribir desde hace ya varios años y niveles escolares (Villaseñor, 2013). Esto se traduce de manera muy frecuentemente en la universidad, en la exigencia de tareas de lectura y escritura que habrá de mostrar que los estudiantes entienden los textos de disciplinas especializadas y que pueden escribir sobre, o a partir de ellos, para generar nuevas ideas (Villaseñor 2013) Así, la comprensión y producción de textos son actividades presentes en la formación universitaria por considerarlas actividades fundamentales para adquirir, elaborar y comunicar el conocimiento (Bermúdez y Caldera, 2007). En México y el resto de América Latina en el campo de los estudios sobre lectura y escritura académica existen investigaciones que comparten inquietudes sobre lo que significa saber leer y escribir en los niveles superiores de educación (Carrasco et al, 2013). En América Latina en lo que se refiere a aportaciones sobre comprender y redactar textos académicos, destaca el trabajo de Bermúdez y Caldera (2007), quienes exponen lo que significa comprender y redactar textos académicos, la importancia de manipular la información y el papel del docente como mediador de estrategias. Adicionalmente, Aguirre (2008) en su trabajo sobre lectura y escritura en estudiantes de formación docente, explica el desinterés de los estudiantes en cuanto a leer textos académicos y propone la idea de que mediante actividades de lenguaje se involucren a leer por iniciativa propia. En el ámbito mexicano de igual manera se han desarrollado aportaciones dedicadas a la lectura y escritura académica. Villaseñor (2013) comparte una investigación que realizó 1 en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en la cual se enfoca en la problemática de la lectura y escritura académica en la universidad, los niveles lingüístico-textuales en el proceso de escritura y en las competencias lingüísticas comunes para leer y producir textos. Por su parte, Carrasco et al (2013) diseñaron una convocatoria para que investigadores en el campo propusieran trabajos sobre aportaciones teóricas para comprender la alfabetización académica e investigaciones sobre prácticas de lectura y escritura académica. Estas propuestas se caracterizan por el interés de investigadores en identificar los problemas de literacidad o alfabetización académica ya que, los alumnos universitarios se enfrentan a comprender y redactar textos académicos durante su estancia en la universidad, los cuales exigen además de una buena redacción, el saber argumentar, sostener dichos argumentos, defenderlos etc. Es aquí donde se demuestra la incapacidad de hacerlo, debido a que distintos factores les dificultan detonar estas habilidades, razón por la cual cabe preguntarse ¿Cuáles son los principales factores que dificultan la lectura y escritura en la universidad? El presente ensayo pretende explicar los 3 principales factores que dificultan al estudiante universitario la lectura y escritura de textos académicos. Estos consisten en a) La imposibilidad de identificar la información central b) La falta de dominio del vocabulario en términos de precisión y c) El deficiente dominio de las estrategias argumentativas, los cuales son algunos de los que propone María Matilde Murga (cit. Por Nigro, 2006). La comprensión y redacción de textos son procesos que se practican en la mayor parte de la vida académica y que además son difíciles de dominar, según Bermúdez y Caldera (2007): Los alumnos presentan poco dominio de las estrategias cognitivas y meta cognitivas de comprensión y producción de textos escritos; situación que retrasa el proceso de aprendizaje y disminuye la autonomía del individuo en el uso eficaz del lenguaje como medio de comunicación (p.28) Debido a esto, los estudiantes en diferentes niveles educativos y principalmente en el nivel superior, donde son requeridas tareas de redacción, no son capaces de crear textos académicos de forma adecuada. 2 Cuando se nos presenta un texto académico, lo vital es comprender lo que el autor quiere trasmitir a los lectores e identificar las ideas centrales que nos permitan entender el propósito del texto que estamos leyendo. La comprensión de textos se define como la capacidad de extraer sentido de un texto escrito en el cual se encuentra la experiencia previa del lector con la información que se presenta en el texto dentro de un contexto determinado, Bermúdez y Caldera (2007, p.248) de esta manera, al lograr comprender las ideas centrales, tendremos menos dificultades al realizar la lectura de textos de esta índole. Por otra parte, en cuanto al segundo factor, el déficit en la comprensión ocurre al encontrarnos con un texto cuyo tema es desconocido para nosotros o tenemos poco conocimiento de este y por lo tanto, al no estar relacionados con el tema del cual el trata el texto seremos incapaces de comprender lo que estamos leyendo, Quintero (1995) menciona. La mayoría de las dificultades que los lectores experimentan en la comprensión de un texto suelen estar asociadas tanto a un conocimiento deficiente del tema objeto de lectura, como al conocimiento específico de los conceptos y terminología usada por el autor del texto. (p.81) Redactar textos académicos de manera adecuada permite a los estudiantes universitarios desarrollar conocimientos que han adquirido en su formación profesional y de esta manera usarlos para cualquier tipo de propósito comunicativo, de acuerdo con Aguirre (2008) “La lengua escrita debe dirigirse a lograr mayor acceso a niveles más altos de comprensión y apropiación del conocimiento, así como a desarrollar la lectura analítica y critica que influya en los procesos de producción escrita” (p.87). Debido a esto, es de suma importancia desarrollar habilidades de redacción en los alumnos de nivel superior. Además los textos que se leen y que se piden redactar a los alumnos en la universidad requieren el dominio de un lenguaje más desarrollado y de igual manera un alto grado de comprensión y análisis, es por esto que el estudiante universitario tiene que verse obligado a desarrollar estas habilidades. De acuerdo a Aguirre (2008). En el nivel universitario los lectores deben tener muy desarrollada la capacidad para leer, procesar y seleccionar grandes cantidades de información, lo que demanda 3 manejar conceptos teóricos de distintos niveles de abstracción para organizar los fenómenos que investigan y escribir de forma comprensible. (p.89). Como consecuencia de no haber sido enseñados en los niveles básicos de educación a usar un lenguaje más avanzado al redactar textos, no deberíamos esperar a aprender a escribir académicamente en un lapso corto, sino, desarrollar esta habilidad paulatinamente y no exigir demasiado a los alumnos al momento de escribir. Concuerdo con Nigro (2006) en: La escritura, como la lectura, es un proceso, es decir, que se va dando paso a paso y que requiere un tiempo de maduración para que se alcancen los objetivos comunicacionales del que escribe, para que el texto goce de claridad y de eficacia. (p.122). Además, cuando los estudiantes ingresan a la universidad muestran poca motivación respecto a leer y escribir textos académicos, puesto que no fueron acostumbrados desde los niveles anteriores de su formación básica a involucrarse en estas actividades, además de que la principal causa en no tener interés en textos académicos es el lenguaje que se utiliza en estos, ya que, la mayoría de los textos que se leen en la universidad contienen un lenguaje que es desconocido para los estudiantes, tomando en cuenta esto Aguirre (2008) menciona. Una propuesta válida para promover la lectura desde el aula tendría que partir de la toma de conciencia por parte de los docentes sobre la complejidad de los textos que asignan a los estudiantes y de estos que comprendan que leer materiales académicos exige leer, movidos por su propio interés, textos procedentes de distintos campos del saber que se den cuenta al leer si están comprendiendo o no (p.90). Por otra parte, el tercer factor a exponer, los textos académicos que se manejan en la universidad requieren habilidades para argumentar y que estos tengan coherencia y cohesión, siendo así, se enfrentan al reto de realizar argumentos dentro de sus escritos, puesto que, el realizar ensayos, tesis, tesinas o algún otro tipo de texto académico requieren estas características, por lo tanto es de vital importancia lograr detonar habilidades de argumentación en los estudiantes, para cuando sean requeridos a realizar tareas de esta índole no se muestren con déficit en dicha habilidad. Así, de acuerdo a Martínez (1999). 4 Argumentar consiste en provocar o aumentar la adhesión de los oyentes o lectores a lo que se defiende, denominado tesis. Se argumenta en casi todas las disciplinas del saber, en el discurso político y forense y, por supuesto en las exposiciones de clase y trabajos escolares. (p.258). Aunque pareciera que nos enfrentamos a argumentar solo al momento de redactar textos académicos no es así, puesto que desde siempre hemos usado argumentos en algún contexto de nuestra vida para algún objetivo, “La argumentación forma parte de la vida cotidiana y se manifiesta en las expresiones lingüísticas desde la más temprana edad, pues es inseparable el proceso de socialización de su desarrollo intelectual”(Martínez 1999, p.258) Por lo tanto, podemos decir que no estamos tan alejados de lo que significa argumentar. Sin embargo, cuando se le pide a un estudiante redactar algún tipo de texto argumentativo, muestra deficiencia en el dominio de estrategias para saber argumentar y por lo tanto no es capaz de producir estos correctamente. Bañales (cit. por Araujo et al., 2015, p.880) señala que sus principales dificultades tienen que ver con: a) entender los tipos de tareas y preguntas de indagación vinculadas a la argumentación disciplinar, b) reconocer las características de los argumentos en los textos académicos y c) regular los procesos de planificación, redacción y revisión implicados en la producción de los escritos argumentativos, especialmente en los ensayos a partir de múltiples fuentes. Es por estas razones que el estudiante muestra déficit al momento de encontrarse en el proceso de realizar argumentos en textos académicos, o al momento de realizarlos no cumplen con las convenciones lingüísticas necesarias para ser válidos. Finalmente, como se pudo observar el problema deriva de varios factores, entre ellos están que, las principales dificultades de los estudiantes al redactar y comprender textos académicos radican en no identificar la idea principal de un escrito, no dominar el vocabulario que se presenta en los textos y no dominar estrategias argumentativas al momento de producir sus propios argumentos, una vez identificados y expuestos los principales problemas de los estudiantes con respecto a la comprensión y redacción de textos académicos, en conjunto alumnos y profesores deben tomar la iniciativa en buscar alternativas para trabajar sobre estas dificultades y darles solución para acercar a los 5 alumnos a la producción de escritos académicos, ya que de acuerdo con Aguirre (2008) “Acercar a los estudiantes a la lectura es también responsabilidad de los profesores, acompañarlos en la comprensión de textos, es una manera de permitir que aflore el interés y el gusto por la lectura”(p.95) de esta manera, involucrándose los profesores en esta tarea se tendría éxito en fomentar alumnos con capacidades al momento de redactar y comprender algún escrito académico que se les presente. Referencias Aguirre, R. (2008). “Fomentar la lectura y la escritura en estudiantes de formación docente”, Acción Pedagógica, núm. 17, pp. 86-95. Araujo, N. Báñales, G. Reyna, A. Rodríguez, B. Vega, N. (2015). “La enseñanza de la argumentación escrita en la Universidad”, Revista Mexicana de Investigación Educativa, Vol.20, núm. 66, pp. 879-910. Bermúdez, A y Caldera, R. (2007) “Alfabetización Académica: Comprensión y Producción de Textos”, Educare: Revista Venezolana de Educación, núm.37, pp. 247-255. Carrasco, A. Castro, M. Encinas, P. López, G. (2013). “Lectura y escritura académica en la educación medio superior y superior”, Revista Mexicana de Investigación Educativa, Vol.18, núm. 57, pp. 349-354. Martínez, A. (1999). “Escribir Textos Argumentativos”, Contextos Educativos: Revista de Educación, núm. 2, pp. 257-272. Nigro, P. (2006). “Leer y Escribir en la Universidad: Propuesta de articulación con la escuela media”, Educación y Educadores, Vol.9, núm. 2, pp. 119-127. Quintero, A. (1995). “Un Programa de Intervención Para La Comprensión de Textos”, Comunicación, Lenguaje y Educación, núm. 28, pp. 77-90. Villaseñor, V. (2013). “Hacia una didáctica de la escritura académica en la universidad”, Reencuentro, núm. 66, pp. 90-101. 6