Os hemos entregado unas hojas en las que está escrita toda la celebración que estamos empezando. En ellas podréis seguir si os habéis traído las gafas de leer, los que vamos a ir diciendo... y será un recuerdo que os podréis llevar. Las palabras que están escritas en negrita son las que diremos todos juntos. MONICIÓN Los cristianos nos reunimos siempre en torno al altar para celebrar los grandes acontecimientos de la vida: el nacimiento, el abandono de la niñez, la entrada en la edad madura, la formación de una nueva familia, la muerte... todos los pasos importantes que vamos dando, los celebramos con nuestro Dios. Y hoy nos reunimos aquí para dar gracias a Dios por la tía Benita y celebrar su vida y lo que supuso en las vidas de las personas que estuvimos con ella. PETICIÓN DE PERDÓN Vamos a iniciar esta celebración reconociendo nuestras faltas y arrepintiéndonos de ellas. (SILENCIO) Por nuestros fallos y olvidos. SEÑOR, TEN PIEDAD Porque a veces nos sentimos superiores a los demás. CRISTO, TEN PIEDAD Por refugiarnos en nosotros mismos y no darnos a los demás. SEÑOR, TEN PIEDAD (Peticiones de perdón libres). Padre, recoge estas peticiones de perdón y las que albergamos en nuestro corazón, y ayúdanos a levantarnos cada vez que caigamos. Por Jesucristo, nuestro Señor. AMÉN. GLORIA Gloria a Dios en el cielo Y en la Tierra, paz a los hombres que ama el Señor Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, de adoramos, te glorificamos. Te damos gracias, Señor, Dios, Rey celestial. Dios, Padre todo poderoso. Señor, hijo único, Jesucristo. Señor Dios, cordero de Dios, hijo del Padre. Tú, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Tú, que quitas el pecado del mundo, atiende nuestras súplicas. Tú, que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros. Porque sólo Tú eres santo. Sólo Tú, Señor. Sólo tú, altísimo Jesucristo. Con el espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. AMÉN. ORACIÓN Te bendecimos, Padre, Señor de la humanidad, porque te revelas ante las personas valiéndote de otras personas en las que vemos reflejado tu rostro. Te damos gracias por estas señales, que nos ayudan a reconocerte. Haznos capaces de ser signo tuyo allí donde estemos. Te lo pedimos por Jesucristo, Nuestro Señor. AMÉN. PRIMERA LECTURA Eclo. 30, 21-25 No te dejes vencer por la tristeza ni abatir por tu propia culpa: Alegría de corazón es vida del hombre, el gozo alarga sus años; consuélate, recobra el ánimo, aleja de ti la pena, porque a muchos ha matado la tristeza, y no se gana nada con la pena. Celos y cólera acortan los años las preocupaciones aviejan antes de tiempo. Corazón alegre es gran festín que hace provecho al que lo come. Es palabra de Dios. Te alabamos, Señor. SALMO Ved: qué dulzura, qué delicia convivir los hermanos unidos. Es ungüento precioso en la cabeza, que va bajando por la barba, que baja por la barba de Aarón hasta la franja de su ornamento. Ved: qué dulzura, qué delicia convivir los hermanos unidos. Es rocío del Hermón que va bajando sobre el monte Sión. Porque allí manda el Señor la bendición: la vida para siempre. Ved: qué dulzura, qué delicia convivir los hermanos unidos. SEGUNDA LECTURA Del poema Ser yo tu regalo (M. A. Mesa) Ser un regalo siempre, gratuito, alegre, festivo, Que sirva para algo, a alguien... Siempre ser detalle, caricia, escucha, entrega, en permanente búsqueda del bien y la felicidad para los demás (...) EVANGELIO Lucas, 21, 1-4 Alzando los ojos (Jesús) vio a los ricos que echaban sus donativos en el cepillo del templo; vio también a una viuda necesitada que echaba unos cuartos, y dijo: - Esa viuda, que es pobre, ha echado más que nadie, os lo aseguro, porque todos ésos han echado como donativo de lo que les sobra, mientras ella ha echado de lo que le hace falta, todo lo que tenía para vivir. Es palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor Jesús. COMENTARIO Y EVOCACIÓN Ahora, vamos a prepararnos para llorar un ratito. Es sanísimo y, al mismo tiempo, un buen homenaje. Quienes conocíamos bien a la tía Benita, sabemos que le costaba muchísimo trabajo desprenderse de su dinero... ¡Había pasado tanta necesidad “cuando la guerra”! Pero no le ocurría lo mismo con ella misma: se dio por entero a su familia. ¿Cuántas veces le oímos decir “yo no me casé con un coronel porque no quiso él”? Y en vez de casarse, se dedicó a hacer de madre de sus sobrinas. Y cuando, ya ellas mayores, volvía a tener su propia vida... el accidente de mis padres. Y le faltó tiempo para despedirse de su trabajo y venirse a criarnos a mis hermanos y a mí. De muchas cosas sólo puedo hablar de oídas... pero de otras puedo dar fe: Las lentejas que hacía, que no sabían a nada. El levantarse la primera para ir a por el vaso de agua que alguien pidió. Toda la ropa tendida, recogida, doblada... y mezclada una con otra. Era fácil encontrar unos calzoncillos en mis cajones. Esas fregadas ingentes de platos... incluso con una cadera rota. Incluso apoyada con los codos en el fregadero, porque no se tenía en pie. Esos tiestos regados... después de haber convencido, a fuerza de insistir, a alguno de nosotros para que lleváramos los cubos llenos de agua al balcón, cuando ya no podía casi andar. Según fue pasando el tiempo, cada vez podía hacer menos cosas... pero se ingeniaba para hacerlas. Y era bueno dejar que se sintiera útil. Estoy segura de que estáis pensando en alguna cosa más en la que se otorgó como un regalo. Un regalo un poco machacón, a veces. Otras cabezota como ella sola. Pero siempre convencida de que era lo mejor para nosotros. Le costaba mostrar su amor de la forma habitual. Como cuando ibas a darle un beso y te soltaba “No importa, el cariño es el mismo”. Y si hacía mucho tiempo que no te veía era “¿Te mueres, o vives?”. Había gente que se llevaba un susto cada vez que lo oía. Pero, como dijo Elena en una ocasión, hay pocas casas de las que actualmente se salga tan bendecido como cuando estaba la tía Benita. No te ibas sin que te deseara “La Madalena os guíe por buenos caminos”. Incluso, en algunas ocasiones, nos regalaba la versión completa: “que es la que guía a los enamoraos y a mí no me ha guiao”. Poseía, y nos intentaba inculcar, esa sabiduría que no se aprende en los colegios: “En habiendo pan pal día, lo demás es tontería”; “Esta vida es un fandango, y quien no lo baila es un tonto”, “Este golpe lo hemos dao, otro veremos” (se refería a la comida). Y se sabía muchas canciones. Aunque era casi imposible identificarlas por lo mal que las cantaba. Como aquélla que decía: Malhombre, lo que has hecho conmigo no tiene nombre... O ésta otra, más picaresca, que me hizo mucha ilusión escuchar cantar en un recital de música folclórica castellana: Pues estamos aviaos: tú preñada y yo en la cárcel; tú no tienes quién te meta Y yo no tengo quién me saque. Por no hablar de cuando destrozaba el Cara al sol... que se sabía de una forma muy peculiar. Cuando nos metíamos con ella... siempre tenía la respuesta a punto: Anda, candonga. Mú lista eres tú. Tú si que estás echa una repénsula. Anda, flamenca, que eres una flamenca. Con el paso del tiempo, cuando se fue encontrando peor, cambió el disco. Se le oía muchas más veces decir: Pues pa estar así, vale más morirse. Tira de la saya. Pasa la mano a ver, que paece que hay una arruga. Yo creo que lo que más le molestaba era que “daba guerra”. Y no poder ser autosuficiente. Aunque, por otro lado ¡qué alegría cuando salió del hospital y empezó a dar guerra otra vez! Eso era señal de que había recuperado los ánimos que se le habían ido por los suelos. Aunque se ponía muy pesada. ¡Claro! Era su manera de llamar la atención... en la vejez nos volvemos niños de nuevo. Y no quería comer, porque todo le sabía “a na”. Y no quería beber agua, porque era mucha... Ya estaba muy malita y necesitaba mucha atención. Su vida ha sido fructífera, porque ha criado a tres generaciones que llevaremos siempre con nosotros su recuerdo... Muy pesada en ocasiones, como cuando se ponía a hablar del pueblo y del Choco, y se echaba a llorar... y en todo momento querida por todos nosotros. CREDO Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. PETICIONES Así como la tía Benita se condolía con las personas que sufren, y lloraba por ellas. Así como cada vez que un peque de la familia no quería comer nos decía “Qué hambre de 40 años que hubieras pasao”. Así como quiso desde el primer momento a Vilma, “la inmigrante de nuestra familia”. Así como se alegró cuando empezó el reciclado de papel, vidrio, plásticos... todo lo que ella separaba. Unámonos a ella en este momento para pedir al Señor: Por las personas que sufren, para que hallen consuelo en las personas que les quieren, roguemos al Señor. Te rogamos, óyenos. Por las personas que pasan hambre, para que seamos capaces de no despilfarrar quienes todo lo tenemos y se llegue a un reparto más justo de los bienes que nos otorga la Tierra, roguemos al Señor. Te rogamos, óyenos. Por las personas que tienen que salir de su país, y abandonar todo lo que les es familiar y querido, para que allí donde vayan encuentren una buena acogida y sean capaces de vivir en paz con las gentes de su lugar de acogida, roguemos al Señor. Te rogamos, óyenos. Por nuestro planeta Tierra, para que seamos capaces de no destruirlo, poniendo todos los medios que tenemos a nuestro alcance, reutilizando, reciclando... roguemos al Señor. Te rogamos, óyenos. (Peticiones libres). OFERTORIO Limosnera tejida a ganchillo por la tía Benita: como símbolo del trabajo que dedicó a los demás a lo largo de su vida. Un poco “afrangollá” como hacía ella la mayoría de las cosas. Imagen de la Virgen del Carmen: no era muy religiosa precisamente. Pero últimamente me preguntaba si “la misa por la tele vale”. Y su Virgen del Carmen estuvo con ella siempre. Película de Estrellita Castro: también sabía sacarle el jugo a la vida. Y Estrellita Castro era, sin duda “su favorita”. Pan y vino: para poder celebrar su vida como cristianos y cristianas. PLEGARIA Una mujer que, sin haber parido, fue madre y abuela de muchos de nosotros. Que sin haberse casado se hizo cargo de varios hogares. Que nos dio su amor y nos educó con su mejor saber y entender... aunque en ocasiones no estemos de acuerdo en cómo lo hizo. No hay que ocultar ni las cosas buenas ni las cosas no tan buenas. Estamos aquí para hablar con verdad. Señor, Dios nuestro, te damos gracias por haber tenido con nosotros y nosotras a la tía Benita, porque nos enseñó lo que es estar al servicio de los demás, aunque a veces le costara y refunfuñara y nos hiciera pasar malos ratos. Te damos gracias por el amor que nos tenía, aunque lo demostrara de una forma a veces muy rara. Te damos gracias porque su muerte sucedió en casa, con aquellas personas a las que tanto quería y que tanto la querían a ella. Por ello, nos unimos al resto de creyentes para cantarte: Santo, santo, santo es el Señor Dios del universo Llenos están el cielo y la Tierra de tu gloria Hosanna en el cielo Bendito el que viene en nombre del Señor Hosanna en el cielo RECUERDO DIFUNTOS Señor, acuérdate, como nosotros nos acordamos, de todas aquellas personas que ya murieron, y de las que tanto se preocupaba la tía Benita: las víctimas de los desastres naturales (envió un gran donativo a El Salvador y Nicaragua después de los últimos terremotos), las víctimas de los desastres que provocamos los seres humanos (estaba en el hospital el 11 de marzo y se horrorizó con todos los demás)... y especialmente de Flores, por el que lloró amargamente cuando se enteró de que se había quemado a lo bonzo como consecuencia de 14 años de maltrato psicológico en el Ayuntamiento de San Fernando. Y de tantas otras personas que llevaba en su corazón y por las que, de vez en cuando, lloraba en la cocina... contándonos cómo eran. Todas estas personas nos esperan para que nos reunamos con ellas en tu presencia, tal y como nos dijo Jesús. El cual, la noche en que iba a ser entregado para su pasión voluntariamente aceptada, tomó pan, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: - Tomad y comed todos de él, porque éste es mi cuerpo, que se entrega por vosotros y vosotras. Del mismo modo, acabada la cena, tomó la copa de vino, y dándote gracias, lo pasó diciendo: - Tomad y bebed todos de él, porque ésta es la copa de mi sangre. Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y vosotras para el perdón y la reconciliación. Cada vez que comáis de este pan y bebáis de este vino, hacedlo en memoria mía. Este es el sacramento de nuestra fe. Anunciamos tu muerte y proclamamos tu resurrección, ven Señor Jesús. Así, pues, al celebrar ahora el memorial de tu muerte y resurrección recordamos a todas las personas difuntas a las que llevamos cada uno en nuestros corazones, unimos nuestras manos y rezamos la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad, en la Tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. AMÉN. Líbranos, Señor, de todos los males, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de Nuestro Señor Jesucristo. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre, Señor. Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy”; no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu pueblo, y conforme a tu palabra, concédenos la paz y la unidad. Tú que vives y reinas, por los siglos de los siglos. AMÉN. Que la paz del Señor esté con todos vosotros. Y con tu espíritu. Y ahora, vamos a darnos el beso de la paz. ACCIÓN DE GRACIAS Te damos gracias, Señor Dios, por la tía Benita, que nos fue tan cercana y ya no está con nosotros. Te damos gracias por el tiempo que nos regaló, por el amor que derramó a su alrededor con sus obras. Te rogamos que nada de su vida se pierda, que los que vengan después de ella puedan respetar su entrega y sus buenas obras nos sirvan de ejemplo. Queremos que continúe viviendo en su familia y sus amigos, en sus corazones y en sus ganas de vivir, en sus ideas y en su conciencia. Que todos quienes estuvimos unidos a ella cuando estaba viva estemos aún más unidos ahora que ya no está con nosotros. Que la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. AMÉN. Podemos ir en paz. Demos gracias al Señor.