Histórico triunfo mapuche

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Histórico triunfo mapuche
Raúl Zibechi | 7 de febrero de 2008
Luego de 109 días de huelga de hambre Patricia Troncoso consiguió doblegar al insensible
gobierno de la Presidenta Chilena Michelle Bachelet, al aceptar salidas de fin de semana y que
cumpla su pena en un centro de trabajo y estudio. Los beneficios alcanzan a otros dos
presos.
"Desde este lugar quiero animarlos a seguir defendiéndonos de este sistema económico depredador,
de la poca naturaleza que nos queda, inhumano porque cualquier proyecto económico en nuestro
territorio mapuche vale más que nosotros, e inmoral porque nos ha dejado como única meta humana
el dinero y el consumismo". Así comienza la carta de Patricia Troncoso del lunes 22 de enero, al
cumplir 106 días de huelga de hambre en el hospital de la sureña ciudad de Chillán1.
Patricia es una de los cinco presos mapuche que iniciaron la huelga de hambre el 12 de octubre de
2007. Los otros cuatro, Jaime Marileo, Juan Millalen, José Huenchunao y Héctor Llaitul,
abandonaron a lo largo de diciembre por su mal estado de salud. Pero ella decidió seguir adelante,
ya que entre los mapuche hay clara conciencia de que no tienen otra forma de hacer valer sus
derechos que tomar este tipo de medidas, aún con el riesgo de morir.
La dirigente mapuche es acusada de haber incendiado, en diciembre de 2001, un predio de cien
hectáreas de la Empresa Forestal Minico y fue condenada a diez años de prisión al aplicársele la
polémica Ley Antiterrorista heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Los
huelguistas demandan la no aplicación de esa ley para resolver conflictos sociales y la
desmilitarización de sus comunidades. Por primera vez desde el fin de la dictadura, la lucha
mapuche está cosechando simpatías y apoyos en todo Chile y en el mundo.
Una nueva oleada de movilizaciones
El historiador Víctor Toledo Llancaqueo, sostiene que el movimiento mapuche que emerge en los
años 80, en la etapa final de la dictadura de Augusto Pinochet, "ha protagonizado por lo menos tres
grandes ciclos de movilizaciones por sus derechos"2. El primero se registró bajo la dictadura con el
objetivo de defender las tierras comunitarias.
Luego, al comienzo de la transición democrática, en 1989, se firmó el acuerdo de Nueva Imperial por
el cual la Concertación Democrática se comprometió a impulsar una nueva ley indígena a cambio de
que los mapuche renunciaran a la movilización. Muchos temían, señala Toledo, que se repitiera el
proceso de tomas de tierras masivas de los años 1970-1973 durante el gobierno de Salvador
Allende.
En respuesta a la cooptación que supuso ese acuerdo, nació en 1990 el Consejo de Todas las
Tierras exigiendo autonomía y participación política y realizando tomas simbólicas de tierras. En
1992, el gobierno detuvo a 70 comuneros y los acusó de "delincuentes", y la justicia procesó a 144
mapuche por "usurpación" y "asociación ilícita". El proceso estuvo plagado de vicios y fue
considerado una aberración jurídica.
Hacia 1997 se abre un nuevo ciclo a través del estallido de múltiples conflictos que afectan a las
grandes empresas forestales y de energía. El Estado, aliado incondicional de las empresas, vio
desbordada su política indígena ya que las dos organizaciones estatales de asistencia (la
Corporación Nacional de Desarrollo Indígena y el Fondo de Tierras y Aguas Indígenas) colapsaron al
no poder responder a las demandas de las comunidades. Sin política y sin querer conceder
derechos, el gobierno endureció la represión.
El caso Ralco (1997), un megaproyecto energético en tierras mapuche en el Alto Bio Bio, supuso un
parteaguas ya que el gobierno violó la legislación para echarlo a andar. "El murallón de Ralco levantó
una frontera política entre los mapuche y el Estado", asegura Toledo. Ese mismo año, el caso
Lumaco, dos millones de hectáreas de plantaciones forestales artificiales y una planta de celulosa,
se convirtió en "un enclave que ha transformado la geografía y el poder en el sur del país, alterando
el medio ambiente y empobreciendo a las regiones".
Forzado a la movilización ante la inexistencia de vías legales para el pueblo mapuche, el movimiento
se fortalece y despliega iniciativas culturales, artísticas y de medios de comunicación propios.
Surgen nuevas organizaciones territoriales como la Coordinadora Arauko Malleko y la Asociación
Nankucheo de Lumaco. Fruto de la movilización se recuperan tierras, a tal punto que los fondos
estatales de compras de tierras para las comunidades pasan de unos cinco millones de dólares en
1995 a más de 30 millones en 2001, bajo el gobierno de Ricardo Lagos.
Nuevamente la respuesta a esta nueva oleada de movilizaciones fue la criminalización de la
protesta. Se abrieron procesos ante la Justicia Militar durante los años 2000 y 2001, hasta que a
fines de ese año se comienza a aplicar la Ley 18314 o Ley Antiterrorista, en el marco del clima
generado por los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Se combina represión
con labores de inteligencia y cooptación de la intelectualidad indígena.
Entre noviembre de 2001 y octubre de 2003 son procesados 209 mapuche sólo en la región de la
Araucanía, mientras cientos son detenidos en manifestaciones, golpeados y maltratados. Según
Toledo, se trata de una verdadera "guerra sucia". En total, más de 400 mapuche han sido
procesados desde que la Concertación Democrática llegó al gobierno en 1990.
En noviembre de 2004 los mapuche ganaron una batalla jurídica en un terreno en el que no
cosechaban más que derrotas. Uno de los pilares de la criminalización de la protesta se desmorona
ante la estrategia de los defensores que demuestran que "terrorismo" no son daños a bienes sino
"desprecio de la vida humana, o poner en peligro el orden constitucional". Los incendios y
lanzamientos de artefactos, que son los medios que utilizan las comunidades, no pueden ser
considerados terrorismo. Los acusados son absueltos.
Huelga y solidaridad
La huelga de hambre buscaba la libertad de la generación de dirigentes que participó en el ciclo de
protesta abierto en 1997. Se trata de unos 18 presos mapuche que siguen siendo tratados por el
Estado como terroristas. Troncoso pertenece a esa generación mapuche que fue a las ciudades,
estudió y regresó a sus comunidades por compromiso con su pueblo.
La huelga de hambre, en la que los presos ingieren sólo líquidos, exigía además la desmilitarización
de las comunidades. Un reciente comunicado de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e
Indígenas (Anamuri), una de las más importantes organizaciones sociales de Chile, dice: "Estamos
conmocionadas ante la indiferencia del gobierno que usted preside, el que ha instaurado un
verdadero terrorismo de Estado en los territorios mapuche, generando un clima de guerra similar o
peor a lo vivido en tiempos de dictadura"3.
La movilización se intensificó, en Chile y en el mundo, luego del 3 de enero, cuando la policía dio
muerte al comunero mapuche Matías Catrileo que estaba participando en la ocupación pacífica de
una hacienda. Esa muerte hizo que la indignación traspasara las fronteras del territorio mapuche.
Una delegación de diez organizaciones de derechos humanos viajó al sur para constatar sobre el
terreno las violaciones a los derechos humanos y la militarización de las comunidades mapuche.
Las iglesias católica y evangélica, la central sindical CUT, los movimientos feministas, de gays y
lesbianas, los grupos de derechos humanos, asociaciones barriales y vecinales, grupos de
historiadores, antropólogos y estudiantes, y una amplia red de solidaridad de base, incluso algunos
parlamentarios del gobierno, apoyan su causa. En las ciudades las manifestaciones pacíficas son
brutalmente reprimidas por los carabineros.
Anamuri refleja en su carta la realidad, sin la menor exageración. "El actuar de la justicia y
gendarmería—en particular—son propios de un sistema de dominación perverso, patriarcal sexista,
de una gran insensibilidad y subordinación a los intereses del capital", dice su carta. Pide a la
presidenta que evite la muerte de Patricia para que no "marque un estigma en un gobierno dirigido
precisamente por una mujer que luchó por los derechos humanos hace unas décadas en nuestro
país".
El exitoso desenlace de la huelga de hambre fue anunciado por el presidente de la Conferencia
episcopal Alejandro Goic. Una carta del gobierno aceptó que los beneficios que Patricia había
solicitado para ella y para los presos Juan Bautista Millalen y Florencio Jaime Marileo, fueran
concedidos a partir de marzo.
El triunfo de la huelga más larga de la historia de Chile se debe en primer lugar a la fortaleza ética y
el coraje del pueblo mapuche y de personas como Troncoso. Luego, a la amplia solidaridad recibida
por los movimientos de Chile, entre los que cabe destacar la solidaridad de género. Por último, la
iglesia católica jugó su papel destacando el obispo de Chillán, Carlos Pellegrin, quien dijo: "Mientras
estas injusticias persistan, el pueblo mapuche va a estar herido, por lo tanto, es una deuda que hay
que saldar, y este es el momento adecuado para hacerlo, ahora que estamos en democracia".
Se abre ahora un nuevo capítulo en la larga lucha mapuche. Como ha sucedido tantas veces en la
historia de los oprimidos y las oprimidas, el coraje de pocos y pocas logra derribar los muros de la
indiferencia y abrir las compuertas por las que pueda caminar la solidaridad que, como escribió el
poeta chileno Pablo Neruda, es "la ternura de los pueblos".
Notas
1. En www.mapuexpress.net.
2. Víctor Toledo Llancaqueo, "Prima ratio. Movilización mapuche y política penal", en revista
OSAL No. 22, Buenos Aires, setiembre de 2007.
3. "Carta abierta a Bachelet", Anamuri, 23 de enero de 2008.
Raúl Zibechi es analista internacional del semanario Brecha de Montevideo, docente e investigador
sobre movimientos sociales en la Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor a varios
grupos sociales. Es colaborador mensual con el Programa de las Américas (www.ircamericas.org).
Recursos
www.mapuexpress.net
www.mapuche-nation.org
www.azkintuwe.org
http://redchem.entodaspartes.org
www.tribunadelbiobio.org
Raúl Zibechi "La larga resistencia mapuche", Programa de las Américas, 17 de mayo de 2007.
Víctor Toledo Llancaqueo "Prima ratio. Movilización mapuche y política penal. Los marcos de la
política indígena en Chile 1990 2007", en OSAL No. 22, Buenos Aires, setiembre de 2007.
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