Los orígenes políticos de la inequidad en salud: perspectivas de cambio Comisión The Lancet - Universidad de Oslo Publicado en The Lancet, el 13/Feb/2014 Autores: Ole Petter Ottersen, Jashodhara Dasgupta, Chantal Blouin, Paulo Buss, Virasakdi Chongsuvivatwong, Julio Frenk, Sakiko Fukuda-Parr, Bience P Gawanas, Rita Giacaman, John Gyapong, Jennifer Leaning, Michael Marmot, Desmond McNeill, Gertrude I Mongella, Nkosana Moyo, Sigrun Møgedal, Ayanda Ntsaluba, Gorik Ooms, Espen Bjertness, Ann Louise Lie, Suerie Moon, Sidsel Roalkvam, Kristin I Sandberg, Inger B Scheel Sumario Ejecutivo1 A pesar de los grandes avances en el campo de la salud en las últimas décadas, la distribución, a nivel global, de los riesgos de salud permanece extrema e inaceptablemente desigual. Aunque el sector salud tiene un papel central en la lucha contra las desigualdades en salud, es común que sus esfuerzos entren en conflicto con poderosos actores internacionales, quienes tienen distintos intereses, como la seguridad y la soberanía nacionales, u objetivos económicos. Este es el punto de partida de la Comisión The Lancet - Universidad de Oslo sobre gobernanza global en el campo de la salud. Debido a la globalización, es cada vez más común que la inequidad en salud suceda por cuenta de actividades transnacionales que envuelven actores con diferentes intereses y niveles de poder: empresas transnacionales, sociedad civil y otros. A su vez, las decisiones, políticas y acciones de estos actores están fundamentadas en normas sociales globales. El objetivo final de sus acciones no es hacer daño a la salud, pero pueden producir efectos colaterales negativos que acaban generando inequidades en salud. Las normas, políticas 1 Traducido – para el CRIS - del inglés al portugués por Cristiano Botafogo, con revisión de Alberto Pellegrini Filho y al español por Walter Casas, con revisión de Sebastián Tobar. y prácticas que resultan de la interacción política global entre todos los sectores que afectan a la salud es lo que llamamos "determinantes políticos globales de la salud". La Comisión argumenta que los determinantes políticos globales que afectan negativamente a la salud de algunos grupos, cuando son comparados a otros, son injustos, y que por lo menos parte de los daños podría ser evitado mejorándose la gobernanza global. Es urgente que sepamos cómo mejorar la protección y la promoción de la salud pública en el campo de la gobernanza global, no obstante ese es un asunto complejo y políticamente sensible. La gobernanza global incluye la distribución de recursos económicos, intelectuales, normativos y políticos, y, para evaluar su impacto sobre la salud, se hace necesaria la realización de un análisis de poder. Este informe analiza las disparidades y las dinámicas de poder existentes en el ámbito de una serie de políticas que afectan la salud y que, a su vez, demandan un mejoramiento de la gobernanza global: crisis económicas y medidas de austeridad, propiedad intelectual, tratados sobre inversiones extranjeras, seguridad alimentaria, actividades empresariales transnacionales, inmigración ilegal y conflictos violentos. Los casos analizados muestran que, en el actual panorama de la gobernanza global, las asimetrías de poder entre actores con intereses en conflicto influencian decisivamente en los determinantes políticos de la salud. Identificamos cinco disfunciones del sistema de gobernanza global que permiten la permanencia de los efectos adversos de los determinantes políticos globales de la salud. Primero, que la participación y la representación de algunos actores, como la sociedad civil, los especialistas en salud y grupos marginalizados son insuficientes en los procesos decisorios (déficit democrático). Segundo, los métodos inadecuados de contención de poder y la poca transparencia hacen con que sea difícil responsabilizar a los actores por sus acciones (débiles mecanismos de rendición de cuentas). Tercero, es común que las normas, reglas y procesos decisorios sean insensibles a los cambios de necesidades y mantengan disparidades de poder enraizadas, lo que provoca efectos adversos sobre la distribución de la salud (inmovilidad institucional). Cuarto, tanto a nivel nacional como global, existen mecanismos inadecuados de protección de la salud en las arenas de formulación de políticas externas al campo de la salud, lo que resulta en la subordinación de la salud a otros objetivos (espacio político inadecuado para la salud). Finalmente, en una serie de áreas de formulación política, hay una ausencia casi total o incluso total de instituciones internacionales (como, por ejemplo, tratados, fondos, cortes o formas más blandas de regulación, como normas y directrices) que protejan o promuevan la salud (instituciones inexistentes o aún embrionarias). Reconociendo que los principales factores que influencian negativamente en la salud están fuera del control de los gobiernos nacionales y, en muchos casos, externos al sector salud, afirmamos que algunas de las causas más profundas de la inequidad en salud deben ser enfrentadas a través de procesos de gobernanza global. Para la continuidad del éxito del sistema de salud global, sus iniciativas no deben ser frustradas por decisiones políticas tomadas en otras arenas. Por el contrario, es necesario hacer con que los procesos de gobernanza global exteriores al sector salud sean favorables para la salud. La Comisión clama por el fortalecimiento de la acción global intersectorial por la salud. Sugerimos la creación de una plataforma de gobernanza para la salud que integre múltiples partes interesadas (Multistakeholder Platform on Governance for Health). Esta plataforma funcionaría como fórum para la discusión de políticas y abriría espacio para que las diversas partes interesadas puedan presentar cuestiones, formular agendas, evaluar y debatir proyectos de políticas que puedan afectar a la salud y la equidad en salud, además de identificar barreras y proponer soluciones para la formulación de políticas concretas. Además, solicitamos que el monitoreo independiente de la influencia de procesos de gobernanza global sobre la equidad en salud sea institucionalizado a través de la creación de un Panel de Monitoreo Científico Independiente y de la obligatoriedad del análisis del impacto sobre los niveles de equidad en salud en el ámbito de las organizaciones internacionales. La Comisión pide también que sean adoptadas medidas que faciliten el control de los determinantes políticos de la salud. Clamamos por un uso más robusto de los instrumentos de derechos humanos para la salud, como los Relatores Especiales y sanciones más firmes contra un amplio espectro de violaciones cometidas por agentes no estatales a través del sistema jurídico internacional. Reconocemos que la gobernanza global para la salud debe estar fundamentada en los compromisos con la solidaridad global y la responsabilidad compartida a través de abordajes basados en derechos y en nuevos modelos de referencia de financiamiento internacional, que van más allá de la tradicional asistencia al desarrollo — como, por ejemplo, la inversión en investigación y protección social. Se quiere enviar un potente mensaje a la comunidad internacional y a todos los actores que ejercen influencia en los procesos de gobernanza global planteando que no se puede seguir entendiendo la salud sólo como una cuestión técnica biomédica, sino reconocer la necesidad de incluir acciones globales intersectoriales y de justicia en nuestros esfuerzos de lucha contra la inequidad en salud. Principales mensajes • Es imposible combatir las inaceptables inequidades en salud existentes tanto entre países como al interior de los mismos exclusivamente a través del sector salud, a través de medidas técnicas, o sólo a nivel nacional. Son necesarias soluciones políticas globales; • Las normas, políticas y prácticas emanadas de interacciones transnacionales deberían ser entendidas como determinantes políticos de la salud que causan o mantienen las inequidades en salud; • Las asimetrías de poder y normas sociales globales limitan el abanico de opciones y restringen las acciones de lucha contra la inequidad en salud; estas limitaciones son reforzadas por disfunciones sistémicas en la gobernanza global y demandan vigilancia en todas las arenas políticas; • Los avances en la lucha contra las inequidades en salud y en el control de las fuerzas políticas perjudiciales a la salud deberían ser monitoreados de forma independiente; • Los Estados y otras partes interesadas no estatales participantes en arenas políticas globales deben estar mejor conectados para establecer un diálogo más transparente en lo que atañe a los procesos decisorios que afectan a la salud; • La gobernanza global para la salud debe estar fundamentada en compromisos con la solidaridad global y la responsabilidad compartida. El desarrollo sostenible y saludable para todos requiere la existencia de un sistema económico y político global que sirva a una comunidad global de personas saludables. x.x.x.x.x.x Para pedidos de entrevista con los miembros de la Comisión, entrar en contacto con: Cecilie Grønntun, Universidade de Oslo, Noruega. T) +47 906 526 38 E) cecilie.gronntun @ admin.uio.no Para más informaciones sobre la Comisión y otras citaciones de sus Miembros, vea: http://pres.thelancet.com/governancebackground.pdf Para la ficha técnica, vea: http://pres.thelancet.com/governancefactsheet.pdf Para Comisión completa y comentarios: http://pres.thelancet.com/governancecommision.pdf Para el Informe completo, ver: http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(13)62407-1/fulltext Para la versión brasileña entra en contacto con Paulo Buss, CRIS/Fiocruz: [email protected]