EL ECO OLOTENSE. Y ahí están además ciertas ma

EL ECO OLOTENSE.
ñense de una vez; los sectarios modernos son raza maldita de Dios, y no hay
más que declararles guerra sin tregua
como á ministros de Satanás.»
Y ahí están además ciertas manifestaciones de esas masas que el
Sr. Cánovas ha dado en llamar
honradas, Pero, ¿creeráse posible
que casi á la terminación del siglo XIX puedan reaparacer aquellos terribles abusos de pasadas
edades para cuya destrucción derramaron su preciosa sangre nuestros patrióticos ascendentes?
No, no; de ninguna manera habrá de permitir Dios que tal cosa
suceda.
De la justicia de Dios son hijas
!a libertad y el progreso porque
suspira la humanidad, y cuantos
esfuerzos se hagan para combatirlos, irán á estrellarse, irremisiblemente, contra la voluntad del
Todopoderoso.
Bien dijo (el abate Bautain) que
solo por el arte, por la ciencia,
jwr la justicia, por la piedad ó
por el fiwnpr puede el hombro a l canzsir la felicidad 4uradera.
pueden llegará saciarse, pero de.
jaii siempre un vacio en el alma
cíiyd^umplimienío es de toda imposilSiliclad.
El Todopoderoso no permitirá
nó, que el arte, la ciencia y la justicia, permanezcan siempre entre
el cenagoso fango de la políticoreligiosa intransigencia.
Por uno de Sus infinitos é ignotos caminos ha de conducir á
Su hija la humanidad á la tierra
de promisión, para que, libre de
las tiranas cadenas del despotismo,
pueda entregarse al espansivo estudio del santo progreso, y establecer
sobre la tierra el reinado de la
libertad, igualdad y fraternidad.
Los errores del gran^ministro Cá.
novas, las ultramontanas hazañas
del ministro Pidal, la anti-cristiana conducta de esa falange neocatólica que ¡con el puñal en la
diestra y la cruz en la siniestra
quisieran avasallarlo todo, son
prueba fehaciente de que vá á
iluminamos pronto el iris santo
de la libertad cristiana.
Del borrascoso mar politico-religioso en que estamos sin rumbo
fijo navegando, ha de surgir la
nave que, por voluntad Divina, ha
de conducirnos al puerto de salvación.
Para esa noble misión son muchos los llamados, ¿quienes serán
los escogidos de entre esa infinidad
Diputació de Girona — Servei de Biblioteques
de talentos que, entregados á locas
intemperancias, debilidades y desaciertos, han venido sumiendo la
responsabilidad de nuestra ruina?
Los que renegando con abnegación do su pasado, abracen decididos las evangélicas doctrinas de
Jesús.
Los que, procurando el bienestar
de sus semejantes se constituirán
artííices de su propia felicidad.
Los que cejando los vientos de
las tempestades, habrán sabido merecer las bendiciones del Cielo y
de la Tierra.
Recomendamos á los mestizos 01otensesj^el sigiente escrito que copiamos
de'Lo Rosinijol de Gerona; dirigido, según tenemos entendido por una perso.
' n a eclesiástica,
LA PERVERSITAT.
M*.<«\«Mr»«*«
Insigne es lo Pare Llanas.
Il-lustre Uoligiós,
Católich deis hipoíetichs,
De bisbes persegidor.
«En la societat, hi ha homens.
ígm®, aT^ciencia», a l | ^ enyHj|¡yyLy,,.
altres en áisl|arats/J]¿^a<íiiets,tiltims es io Pare Llanas.
EU es r home del si^e (jiíe no
Tá cas ni de las circulars de la
Nunciatura, ni de las autoritatg
episcopals, ni de ijes que per los
verdaders católichs seria objecte
de adhesió y de lloansa. Per eli
sola teñen valor aquestas bibliotecas que contenen Ilibres reprobats
per la Esglesia, fundadas per masons, inventadas per los Uiveralsconservadors, y per lo tan defensa,
da» per tot lo bo y millón de nostres
temps.
Lo Pare Llanas ataca á tots los
pcriódichs intransigents, que volgueran defensar la veritat íntegra
y pura, donant á quests periódichs^
lo califlcatiu de defensors del crim
de Laicismo.
Avuy está deniostrat que lo Pare
Llanas s' equivoca, puig trova
aquella veritat íntegra sostinguda
per los senyors Bisbes, encara que
perseguits per los lliberals triunfans, per los lliberals que están en
lo poder. Si, lo Pare Llanas avuy
veu tot axó; pero sa desenfadada
Uengtej no tinguen prou de haver
calumniat á nostras companys,
insultant se dirigeix contra la Pastoral del Venerable Bisbe de Pía.
sencia.
,
Volen mes poch respecta? Aixó
es indigne de un sacerdot, de un
religiós: aixó sois es digne de un
Morayta, de un homs capas de
adorar á un heretje, de un periódich com La Union, de un
home que alaba la biblioteca perversa de un masó.
Lo que ha fet lo celebérrim Pare
Llanas es escándalos, mes que
escándalos es repugnant, es vergonyós.
El Criterio Católico del Pare
Llanas, conté uns articles de lo
mes insoient que se puga imaginar. En ell diu al Venerable Bisbe
de Plasencia que no sab lo que
se pesca, quant instruyeix pastoralment á sos flels, cumplint son
altissim ministeri.
Nosaltres, dcspres de habernos
adherit á la Patoral del Venerable
Bisbe de Plasencia, no tenim aecesitat de protestar contra los escríte
del Pare Llanas; pero no poguent
sufrir mes los escándols que ha
donat lo religiós, nos veyem obligats á manifestar á nostres lectora
que lo Pare Llanas es nn semipropagador de los llibr(|S perversosde la biblioteca de 4n Balaguer,.'
y el $3[ue SQStc las hi^Um& i?«ppp
t ^ a s pe? lo xeí»ei?^íé 6isl
Pltseencia*
I
%
ÁNGEL. »^
¿Así sQ,earoplen las diapósíeiones qn»
el Nuncio, representante del Papa infalible, dirijió á los Obispos en la circular de 30 de Abriré 18837
Véase la conducta de El Siglo Futuro,.
la de La Union, si asta conforme á la»
doctrinas de aquella circular, y esperando solo en la bondad de Dios, reneguemos de la estupenda íursa qu« no»
aplasta, fíjando nuestra conducta en
las macsimas, del gran sermón de la
montaña.
Enterados del brillante discurso
que el Rndo. Padre Llanas ha
dado á luz en El Critero Católico,
de Barcelona con motivo de la
Pastoral del obispo de Plasencia
cúmplenos hacer públicas las siguientes oteervaciones:
El sabio escritor, en el trascurso
de sus eruditos párrafos, deja sentado de un modo indubitable que,
aquel Prelado, se declara partidario del intcgrismo y contrario
á las doctrinas católico-apostólicas que entraña la ortodoxia.
Que el sumo Pontiflce no patrocina la causa del integrismo.
Afirma que solo los • Plaoentinos
quedan afectos á las opiniones do
su diocesana Pastrjral; es decir,
que los Placentinos que quiaran
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