Repertorio de Xurisprudencia e Estudios Xurídicos de Galicia • Número 0 • Xaneiro 2003 LA TUTELA PROCESAL DEL DERECHO DE INFORMACIÓN DEL SOCIO EN SOCIEDADES MERCANTILES. Rafael Alvaro Millán Calenti Asesor Jurídico de la Consellería de Xustiza, Interior e RRLL L a impugnación de los acuerdos sociales adoptados con violación del derecho de información del socio en una sociedad de capital, parece que es el único medio de que dispone el socio para acceder a la información negada por parte de quien la deba entregar o facilitar. Del hecho de no existir ninguna norma específica que estableciera las consecuencias de la infracción del derecho de información del socio y de la ausencia de un procedimiento especial, con anterioridad a la Ley de Enjuiciamiento civil de 2000, se ha llegado a interpretar que no existe posibilidad de hacer valer en juicio esta pretensión.1 El artículo 2.166 de la LEC dejaba abierta la puerta a su aplicación en supuestos análogos a aquellos para los que explícitamente se preveía. Tratándose del derecho de información del socio, la aplicación del art 2.166 sólo cabía plantearla para las diversas expresiones del llamado "derecho al examen de información documental" 2 es decir la relacionada con la celebración de las juntas generales. Y en la SRL, también para el derecho a examinar los "documentos que sirvan de soporte o antecedente de las cuentas anuales", que se reconoce a las minorías representativas del 5 por 100 del capital social. Estaba claro que el art 2.166 no resolvía las controversias sobre la "necesidad" o no de proporcionar la información que se niegue a facilitar "el administrador"3 Sin embargo hemos de entender que ni la ausencia de un procedimiento especial equivale a la imposibilidad de pretender la tutela directa del derecho de información vulnerado; ni las dificultades jurídico-sustantivas y procedimentales ocasionadas por la propia discrecionalidad a la hora de facilitar la información permiten rechazar la posibilidad de que el socio recabe de los Tribunales la declaración de que procede la obligación de informar y además la condena a cumplirla. La cuestión no deja de ser compleja e incorpora aspectos relacionados tanto con la configuración material del derecho de información, como con la naturaleza y fines de los procesos, y con la viabilidad de la ejecución de las sentencias según su objeto. Hoy, el art 248 de la LEC de 2000, ha resuelto ya el problema al establecer las clases de procesos declarativos e incluir el tema que debatimos, entre los juicios ordinarios. Por ello queda superada la cuestión de si a través del antiguo proceso declarativo ordinario de menor cuantía se podía obtener un pronunciamiento favorable al derecho de información que hubiere sido desatendido por quien tuviera la competencia para ello, acompañado de la condena del obligado a cumplir.4. La LEC de 2000 en su art 249, al establecer el ámbito del juicio ordinario, indica en su número 1: "Se decidirá en el juicio ordinario cualquiera que sea su cuantía:...n° 3.-Las demandas sobre impugnación de acuerdos sociales adoptados por Juntas o asambleas Generales o especiales de socios o de obligacionistas o por órganos colegiados de administración en entidades mercantiles". Se deduce que lo que ahora importa para poder iniciar un proceso es la fijación de su objeto en la demanda5 con independencia de la cuantía que queda relegada a un segundo plano, ya que ahora las normas sobre determinación de la clase de juicio por razón de la cuantía solo se aplicarán en defecto de norma por razón de la materia. El ámbito del juicio ordinario se centra ahora sobre el objeto, cuya problemática se ha planteado en torno a las nociones de petitum ("lo que se pida", en términos de los arts. 249 y 399 de la vigente LEC, al decir el art. 399 en su n° 1 "se fijará con precisión y claridad lo que se pida") y de causa petendi (aludida en nuestra leyes a veces como "título" y otras como "causa de pedir", e incluso "acción").6 Satisfechas las exigencias de identificación de las partes y del objeto de la pretensión, el acceso al proceso ordinario está garantizado por el propio art 249 de la LEC. No vemos razones que se opongan a que sea admitida la pretensión de hacer valer en juicio un derecho legalmente configurado, como es el de información del socio y dé lugar a una sentencia estimatoria que condene a obtener, en su caso coac- 261 Asesoría Xurídica Xeral da Xunta dt Galicia tivamente -conforme a las normas que establecen los arts. 705 a 711 LEC para la ejecución de las "obligaciones de hacer"- la prestación indebidamente insatisfecha tema sobre el que ya existía algún pronunciamiento judicial 7 resolviendo pretensiones fundadas en la violación del derecho de información, condenando al demandado precisamente a satisfacerlo. El supuesto no es tan infrecuente en la práctica, la jurisprudencia del TS que se ha ocupado de estas situaciones, tratándose sobre todo de sociedades con escaso número de socios, en cuyo seno, por comprensibles razones de interés en el actuante, el ejercicio del derecho de información suscita mayor litigiosidad. La satisfacción por vía de litigio del deber de informar no colisiona frontalmente, como pudiera parecer, con la discrecionalidad del órgano de administración para facilitar la información, sino con el tiempo que necesariamente ha de pasar entre la negativa al acceso en un primer momento y la resolución judicial que habrá de dilucidarse en un proceso ordinario. Este intervalo de tiempo puede hacer inútil la reclamación de la información, sobre todo cuándo ésta era necesaria precisamente en el momento en que se reclamó. Por ello se estuvo reclamando la existencia de procedimientos especiales abreviados o sumarios que resolvieran con mayor celeridad las demandas de los socios y además ayudaran a configurar el derecho de los socios a impugnar acuerdos sociales, desde un punto de vista estrictamente procesal, con mayores garantías. NOTAS • En el derecho de sociedades anónimas se pretendió extender las posibilidades que ofrecía el antiguo art 2166 de la LEC (declarado en vigor por la LEC de 2000), a los supuestos en que el derecho de información de los socios resulte incuestionable. El art 2.166 pretendía garantizar la efectividad del derecho que a los socios concedían los arts. 308 y 310 del C de c. de 1829, arts. 133,150, 158 y 173 en el C de c. de 1885, y de derechos estatutarios de configuración similar. Tampoco debe olvidarse que los arts 158 a 168 del C de c. Fueron derogados por la ley 19/1989 de 25 de julio sobre reforma parcial y adaptación a las directivas CEE de la legislación de sociedades. 2 De ahí el tenor literal "todo socio que quiera usar del derecho que le conceden los arts. 308 y 310 del Código, o de los de igual índole que resultaren del contrato o de los reglamentos sociales, si no lo consintiere el administrador, podrá acudir por escrito al juez..." 3 Esta opinión se mantenía entre los procesa listas, en base a la LEC de 1881 ya que era defendible la admisibilidad de los recursos con el argumento de que podía oponerse quien "tenga interesen el asunto" posibilidad que de acuerdo con el art.2111, reglas 4a y 5a debía ser descartada en materia de negocios de comercio (GONZÁLEZ POVEDA, B. La jurisdicción voluntaria doctrina y formularios 1997 pp. 131-132 y 137). 4 ).Con la LEC de 7 de Enero de 2000 las normas contenidas en el Cap. I. Tit. II Libro II de la LEC de 1881 fueron alteradas profundamente como consecuencia de haberse reducido a dos los juicios declarativos ordinarios. 5 Sin embargo debemos tener en cuenta, que el sistema actual reconoce a los ciudadanos un derecho general de accionar, que alcanza rango constitucional (derecho a la tutela judicial efectiva). 6 RAMOS MÉNDEZ, Derecho procesal civil, 3a ed. Barcelona 1986., pp. 421 y ss., indica que mientras que el petitum se delimita por la necesaria referencia al derecho que se quiere hacer valer, o cuya génesis procesal se busca, la causa petendi es el fundamento histórico o de hecho de la acción, los acaecimientos de la vida en que se apoya la pretensión, que la acotan y delimitan. 1 Es el caso de la STS de 9 de mayo de 1986. En este fallo, que ponía fin a un proceso ordinario de menor cuantía, el TS desestimó el recurso interpuesto contra una sentencia de la Audiencia Territorial de Palma de Mallorca, que condenaba al coadministrador de una SA -demandado por el otro administrador solidario "de derecho"-, entre otros extremos, a "rendir cuentas de la gestión realizada" durante un período comprensivo de cuatro ejercicios, y a "facilitar al actor el ejercicio del derecho de información previsto en los arts. 65 y 110" de la LSA de 1951. 262