La tiranía de lo frecuente Los enfermos de Wilson -y de la mayoría de enfermedades raras- hacen de su vida lo asiduo, lo habitual. Porque ¿qué es lo normal sino desear que un hijo tenga una vida normal? Por Anna Juan Comunidad Valenciana | 20/01/2015 - 15:58h | Última actualización: 20/01/2015 – 1 Asela tiene 3 hijos: Aida de 30 años y los gemelos Sergi y Eugeni de 27. Los tres tienen la enfermedad de Wilson, una enfermedad hereditaria, consecuencia de una alteración congénita del metabolismo del cobre que origina una acumulación progresiva de este metal en hígado, cerebro, córnea y riñones. El origen está en las mutaciones en un gen llamado ATP7B. Es una de las 7.000 enfermedades raras reconocidas y estudiadas y se manifiesta con síntomas hepáticos, neurológicos o psiquiátricos. Sin diagnóstico y tratamiento adecuado la evolución es irreversible y fatal. Amparo preside en la Comunidad Valenciana la Asociación de Enfermos de Wilson después de 20 años nadando a contracorriente entre pruebas y tratamientos. A Faustino le diagnosticaron esta enfermedad hace 10 años por casualidad después de un accidente de circulación. Susana espera que su hijo Luis sea un niño normal, un joven normal, un adulto normal y que llegue a anciano de una manera normal después de haber luchado contra las cosas de la vida. Y también contra la enfermedad de Wilson. Asela, Aida, Sergi, Eugeni, Amparo, Faustino y Susana participaron esta semana en la I Jornada sobre la enfermedad de Wilson en el Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia. Una jornada en la que, además de compartir experiencias, dudas e inquietudes con médicos e investigadores, se convirtieron en prueba viviente de la tiranía de lo frecuente. La expresión es de Óscar Zurriaga, epidemiólogo que intervino en la Jornada junto a hepatólogos, médicos de atención primaria, neurólogos, pediatras y expertos en biología molecular. La epidemiología estudia la distribución, la frecuencia, los factores determinantes, las predicciones y el control de los factores relacionados con la salud y con las distintas enfermedades existentes en poblaciones humanas. Las enfermedades raras son aquellas que tienen una baja incidencia en la población. Para ser considerada como rara, cada enfermedad sólo puede afectar a un número limitado de personas. Concretamente, a menos de 5 de cada 10.000 habitantes. Pero las patologías poco frecuentes afectan a un gran número de personas, ya que según la Organización Mundial de la Salud existen cerca de 7.000 enfermedades raras que afectan al 7% de la población mundial. En total, habría en España más de 3 millones de personas con enfermedades poco frecuentes. La tiranía de lo frecuente es un fenómeno que podemos encontrar a diario, por ejemplo, en los medios de comunicación, donde los criterios de selección de noticias determinan qué es lo frecuente o habitual, qué es lo normal o lo interesante y qué es insignificante, inaudito o insólito. Raro. Un mecanismo mental que se repite en muchos campos. También en el de la salud, como explica Óscar Zurriaga en un post de lectura y reflexión necesaria, porque también en la investigación sobre las enfermedades raras, 'la capacidad de movilización y diseño de la agenda política en materia de asignación de prioridades no puede estar determinada sólo por la incidencia y la prevalencia'. O por la rentabilidad económica. Los enfermos de Wilson -y de la mayoría de enfermedades raras- hacen de su vida lo asiduo, lo habitual. Aida es ingeniera informática y sus hermanos diseñan páginas web. Amparo dirige una asociación, Faustino sigue trabajando y Luis va al colegio y hace deporte como cualquier otro niño. Con su medicación, sus revisiones y con jornadas como la que se celebró esta semana en el CPIF luchan contra la tiranía de lo frecuente, de lo urgente y de lo general. Porque ¿qué es lo normal sino desear que un hijo tenga una vida normal?