1 DON BOSCO, EMBAJADOR DE CRISTO Homilía en la Eucaristía de clausura de la Visita de la reliquia insigne de San Juan Bosco a Venezuela, Templo de Don Bosco, 16 de Junio de 2010. +Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas Amadísimos hermanos todos: Con inmensa alegría, fruto de nuestra fe en Cristo, estamos celebrando esta sagrada Eucaristía para dar gracias a Dios por los maravillosos dones que El derrama abundantemente sobre nosotros. Nuestra vida, nuestra fe, la redención en Cristo, nuestros dones y talentos personales, familiares y nacionales. Pero en esta ocasión, de manera particular por la extraordinaria y exitosa visita evangelizadora de la reliquia insigne de Don Bosco a Venezuela que ha llegado a su fin. Desde hace 22 días la venerable reliquia y la apacible imagen de Don Bosco nos lo han hecho presente en todos los rincones del país: De oriente a occidente, desde las playas del mar Caribe hasta el corazón de la selva amazónica, Don Bosco ha convocado a millares de personas, la mayoría de ellos jóvenes que han conocido a Cristo y la esperanza gracias a la labor de sus hijos, los salesianos , y todos los miembros de la gran familia Salesiana. Embajador de Cristo Podríamos decir, asumiendo la afirmación de San Pablo en la 2da carta a los Corintios que hemos escuchado en la primera lectura, que Don Bosco ha sido un excelente embajador de Jesucristo (2 Co 5,20). En efecto: al igual que ayer, cuando vivía entre sus muchachos del oratorio y con los miembros de la congregación de San Francisco de Sales, ahora, durante esta visita, con su imagen y sobre todo su reliquia, él ha proclamado entre nosotros el mensaje de aquél a quien quiso dedicar su vida con una consagración religiosa, espiritual, para servirlo como su sacerdote en medio de los jóvenes y de los pobres, Nuestro Señor Jesucristo. Don Bosco es embajador de Cristo porque nos muestra el rostro de Jesús, vivo, cercano, amoroso, “el camino, la verdad y la vida”. Es embajador de Cristo porque, con su testimonio y a través de sus hijos de la familia salesiana, anunció y sigue anunciando el Reino de Dios, que es “el reino de la verdad y de la vida, de la santidad y de la gracia, de la justicia, del amor y de la paz”. Es embajador de Cristo porque da testimonio del inmenso amor del Corazón de Jesús al acercarse a la juventud, a los pobres, con su palabra, con su bondad y su alegría, con su carisma de padre, maestro y amigo. Sí mis queridos hermanos: esta visita de Don Bosco a Venezuela en el marco de la celebración de los 150 años de la fundación de los Salesianos de Don Bosco y en preparación al bicentenario de su nacimiento en el año 2015, ha sido la visita de un mensajero, de un embajador, de un apóstol de Jesucristo. El, Nuestro Señor, el Rey de reyes y Señor de los señores, la luz del mundo, el Salvador, ha sido anunciado una vez más entre nosotros por su querido Don Bosco. 2 Felicitamos de todo corazón al P Pascual Chávez, Inspector General de los Salesianos, y a todos los salesianos de Venezuela, por esta singular iniciativa, que ha despertado entre nosotros gran entusiasmo y el deseo de ser mejores, de seguir las enseñanzas del egregio fundador, que nos lleva a intensificar nuestra fe y nuestra unión con Dios, y a fortalecer nuestra pertenencia a la Santa Iglesia católica. Año Sacerdotal y Misión Continental Evangelizadora Providencialmente, la visita a nuestro país, a casi todas las obras que dirigen y animan los salesianos y los miembros de la familia salesiana en Venezuela, ha tenido lugar en el Año Sacerdotal y en el marco de la Misión Continental Evangelizadora. Don Bosco, al igual que el Santo Cura de Ars, nos ha enseñado, cómo es, cómo debe ser el sacerdote: un auténtico hombre de Dios, identificado profundamente con Jesucristo y animado por un intenso amor filial a María Santísima, Auxilio de los cristianos. Un mensajero del evangelio, un incansable pastor siempre en busca de las ovejas y al servicio de éstas. El nos ha enseñado que nada es importante sino el anuncio de Cristo para que las almas vayan a El. El nos ha manifestado la grandeza de la caridad pastoral como instrumento de renovación no sólo de la Iglesia sino del mundo. Y ha puesto de relieve para todos los católicos de Venezuela, y en especial para los jóvenes, la importancia y la grandeza del sacerdocio católico. ¡Gracias Señor!; ¡Gracias Don Bosco! ¡ Y Gracias a los salesianos! por habernos permitido ver en concreto la imagen del buen sacerdote, del santo sacerdote que requiere nuestra Venezuela de hoy. La Misión Continental evangelizadora, que es un gran proyecto de renovación eclesial, pastoral y espiritual, personal, comunitaria y estructural, ha tenido en Don Bosco, a través de la visita de su santa reliquia, uno de sus mejores misioneros Por supuesto, el encuentro con este gran santo a través de su reliquia no puede quedarse simplemente en la oración y en la contemplación de la hermosa réplica de sus restos que se conservan en Turín. Debe traducirse en compromiso de fidelidad y de amor a Dios y a los hermanos. Las personas que estamos aquí esta noche, y quienes lo han venerado en el curso de estas tres semanas, hemos de asumir el compromiso que brota del encuentro con un santo, con un embajador de Jesucristo: renovar nuestra fe en Jesús, el Divino Salvador, renovar nuestro amor a El, que se debe expresar de manera concreta en la fidelidad a su Palabra, en una vida santa, en la entrega por los demás, en una adhesión cada vez más conciente a su pueblo santo, a su cuerpo místico, que es la Santa Iglesia católica. ¡Qué ejemplo tan grande de ardor apostólico, de iniciativas evangelizadoras y pastorales!, ofrece Don Bosco en esta Misión Continental evangelizadora a los obispos, sacerdotes, religiosos, seminaristas y laicos comprometidos que aquí nos encontramos, para impulsar una acción pastoral cada vez más intensa en nuestra Arquidiócesis de Caracas. Por eso esta visita, extraordinariamente bien organizada, ha sido una gracia inmensa de Dios a Venezuela, y en particular a nuestra Iglesia, tan necesitada de aliento y esperanza en momentos difíciles. 3 Seguir a Jesucristo Los invito de todo corazón, mis queridos hermanos, a interiorizar estos sentimientos durante esta sagrada celebración, que debe ser, para cada uno de nosotros, un momento de encuentro personal privilegiado con nuestro Divino Maestro, Jesús, el Señor. Los invito a que, como Don Bosco, vivamos en profunda unión con Cristo y con la Santísima Virgen María, y a seguirlo muy de cerca en nuestra vida concreta: en el hogar, en el trabajo, en la familia, o en el ministerio sacerdotal, y en la vida consagrada. Cada uno de nosotros está llamado a acoger la invitación que nos hace Don Bosco, embajador de Jesucristo al igual que San Pablo, a seguir al Señor, que es la fuente de la vida, de la paz y de la felicidad. El nos alienta a renovar nuestro compromiso cristiano. Y a los ministros consagrados y a los religiosos, nos alienta a reavivar el ardor apostólico, la proactividad pastoral que nos debe animar en esta Venezuela, en esta Caracas tan necesitada de la luz de Cristo, de la Palabra de Vida de nuestro divino Salvador. La Unidad de la iglesia Mis queridos hermanos: permítanme una última invitación. La visita que está por concluir debe también estrechar los lazos que nos unen a todos en la Iglesia. El recorrido de la santa reliquia de Don Bosco ha sido una viva manifestación de unidad, de comunión eclesial, manifestada visiblemente en la presencia y participación de los obispos, sacerdotes y religiosos de cada Diócesis por donde han pasado. Esta comunión, esta cercanía, esta colaboración mutua entre los diversos sectores que integramos la Iglesia de Dios en Venezuela y en el mundo entero, debe fortalecerse cada vez más, especialmente teniendo en cuenta los vientos borrascosos de todo tipo que soplan actualmente en el mundo entero. Secularismo agresivo acompañado por la intolerancia a la religión; confusión religiosa, ataques despiadados y sistemáticos contra la Iglesia, el Papa y los Obispos. Y entre nosotros, además, los intentos por manipular el Evangelio, la Religión y al mismo Jesucristo en beneficio de un proyecto político. Pues bien: ante todas esas dificultades es preciso que nos unamos cada vez más: para vivir con orgullo nuestra santa religión, para proclamar la auténtica fe, para defender nuestros derechos y la capacidad de los cristianos de actuar en la vida social y política; para trabajar sin miedo por la libertad y la justicia en el marco de la Constitución y las leyes. Que Don Bosco, que vivió plenamente unido a los fieles, a sus hermanos en el presbiterio, a los Obispos y al Papa de Roma, sea nuestro guía y modelo en la vivencia de la unidad de la iglesia en Venezuela. Amadísimos hermanos: Bendigamos al Señor por el testimonio de los santos que, como Don Bosco, nos enseñan el camino de Jesús, que es el camino de la vida y de la felicidad, de la paz y de la salvación. Y encomendemos nuestra Iglesia en Venezuela y en Caracas a María Auxiliadora, madre de Dios y madre nuestra, para que como ella, vivamos siempre la dicha de escuchar y cumplir la Palabra de Dios. Amén.