A pesar de los intentos desesperados de la

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autor : Matías Moscardi
Radioemisora en verso o sobre la plasticidad gráfico-musical en la poesía de Kevin Castro
Norcorea, de Kevin Castro, Rosario, Neutrinos, 2016.
A pesar de los intentos desesperados de la ciencia nadie puede ser un personaje de sci-fi
te he visto
sobre un edificio rosa pastel
arrojando cosas que se quedan suspendidas a centímetros del suelo
tú no me has visto
eres también algo que me gustaría arrojar desde un edificio verde
mirar
cómo tu cuerpo se estrella contra el pavimento
bajar las escaleras
y curar tus heridas
jurarte que no
que no ha sido mi intención que esto tenga que dolerte tanto
te he visto sobre el siglo xxi arrojando cosas que se quedan suspendidas
a centímetros de algo que no sé que es
pero que nace de la rabia seguramente
como todo
y todo es como decir: ‘gracias’
pero diciendo: ‘triste’
sin saber por qué realmente
debajo de todas las cosas del mundo
no sé cómo hacer para que estos lentes nuevos disparen rayos láser en lugar de
bloquear rayos ultravioleta
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Así arrancaNorcorea (2016), el segundo libro de Kevin Castro (Lima, Perú, 1993) publicado en una las ediciones hermosas de
Neutrinos. Me gustan los poemas que no sé por qué me gustan. El siglo XXI, la ciencia ficción, rayos láser y ultravioleta, edificios
rosa pastel y edificios verdes, pavimento, escaleras: ¿cómo hizo Kevin Castro para escribir un poema sentimental con la frialdad de
todos estos elementos? Hay algo tonal que modula estos materiales fríos, los entibia y los ablanda, los afecta –en el sentido de una
carga emotiva, pero tambiénde un tacto–, al punto tal de que, por lo bajo, se tensa una cuerda sonora, un hilo que afina en otra tónica la
acústica del poema sentimental –incluso como impugnación: aunque sean “una mierda las canciones de amor”–.
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Cada página deNorcorea es distinta de la anterior: tipografías heterogéneas, oscilaciones entre la prosa y el verso, alineaciones
diversas, interlineados, sangrías, caracteres, signos y símbolos del teclado, dibujos y fotocopias de poemas escritos a mano, e-mails,
cartas, mensajes de celular, soportes alternantes. Experiencia gráfica de la poesía: el poema como viñeta, como articulación del dibujo
y la letra. O bien exhibición plástica de la escritura íntima: maleabilidad del cuaderno. Igual que esos dibujitos que aparecen en los
diarios de Kafka o Kurt Cobain, los poemas de Castro están intervenidos con ilustraciones, como si la escritura y el dibujo formaran un
continuo, dejaran una misma estela. La lectura que proponeNorcorea es la de unfanzine: ya no la poesía como género y el poema como
objeto, sino la poesía como universo abierto a la multiplicidad del trazo, a la recolección y montaje de imágenes, a la experiencia
tipográfica y, por lo tanto, al diseño.Norcorea es un libro que se transmuta con tan solo hojearlo: se ablanda, su contenido flexibiliza
su formato, recrea desde la ternura infantil, el delirio cuántico, la proclama política del punk, el registronaif indiferente, casual, y a la
vez la meticulosidad y el detalle.
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Norcorea: libro álbum, como los que venían en los CDs. Su plasticidad es –también, entonces– musical: la progresión. No tiene centro
ni estribillos: nunca vuelve al mismo punto. El efecto de lectura es invariablemente efecto de escucha: la del algoritmo de Youtube,
que arma estelas de derivas asociativas entre bandas y géneros musicales. Los poemas son tránsitos de este tipo: escuchamos
Babasónicos, y luego Patti Smith, y luego Nirvana, y luego The Strokes, y luego The White Stripes, y luego Artic Monkeys. El libro es
un motor de búsqueda sonora:Norcorea es un canal, una radioemisora en verso, donde los poemas reenvían unos a otros como
hipervínculos musicales, bajo la certeza de que si nos gusta uno, nos va a gustar el siguiente.
#### (intermedio con poema)
Mi vida ya no es lo de antes
hay una mesa en mi cuarto
encima de la mesa hay una plato lleno de hormigas
encima del plato hay un monumento en honor a una batalla que aún no se ha peleado con estatuas de héroes que aún no han caído
encima del monumento hay un coliseo y en el coliseo hay un concierto de rock donde tocan arctic monkeys & the strokes & the
deathset & white stripes
encima del coliseo hay 3 edificios: uno se llama ‘yo soy el hombre del clima’ / otro se llama ‘los niños todos deben ser sacrificados’ /
otro se llama ‘cesárea tinajero’ o ‘meg white’
encima de los edificios hay un campo de fútbol donde juegan ‘los amigos del sr presidente’ contra ‘los amigos de la excma sra primera
ministra’ y el score parcial es 1969 a 476
encima del campo de fútbol hay 1 pagoda de 19 pisos dentro de la cual hay 19 orgías (1 por c/ piso) que constan básicamente de 1
hombre heterosexual + 1 hombre bisexual + 1 mujer homosexual + 1 lagarto por c/ orgía
encima de la pagoda de 19 pisos hay una piscina inmensa cuya agua negrísima no es oro negro sino el llanto o la meada de los niños
del futuro (los niños del futuro lloran por sus abuelos que somos nosotros)
encima de la piscina hay una antena de 1km de altura que provee de tecnología digital a todo el continente de laurasia
encima de la antena hay un planeta llamado ‘todos mis amigos han muerto y yo he venido a ti para besar tus piernas’
encima del planeta hay niño tiritando en la más profunda y mierdosa de las soledades
todo en perfecto equilibrio
####
Números, porcentajes, temperaturas, velocidades, cifras, cantidades, duraciones, fechas, valores: “tengo 33 nuevas razones para no
suicidarme”. Y a la vez, la indeterminación radical: “no sé si viviré lo suficiente para escribir un poema como un manual para montar
caballos”. La poesía de Kevin Castro parece brotar precisamente de ese intersticio entre la precisión milimétrica y la multiplicidad
heterogénea del sentido poético. Ya no la yuxtaposición, sino la verticalidad de lo múltiple en “perfecto equilibrio”. Una cosa encima
de la otra: lo apilado, lo que podría desmoronarse pero no. Como decía Baudelaire:construir encima de la punta de una aguja.
##### (final)
En un momento leemos: “: : las ruinas no son poemas/ el tiempo las ha destruido : :”. La indeterminación es el pacto de la poesía para
la inmortalidad: porque puede ser cualquier cosa en cualquier momento, el devenir temporal no podría obrar como erosión sobre la
materia del poema. “Algunas cosas se ponen borrosas/ mi cuerpo se mueve en la misma dirección que el viento”. Ahí está: el tiempo
no puede derruir el viento como se corroe un cuerpo, como se deteriora una piedra. Por eso,Norcorea propone explorar esos avatares
cósmicos de la materia: del número a la letra, de la letra al trazo, del trazo a los símbolos del teclado, del teclado otra vez al número.
La poesía como una práctica del movimiento incesante, expansivo, universal: no puede haber quietud ni estatismo enNorcorea
. “Norcorea”, como decir:cualquier lugar, da lo mismo. Porque en definitiva no podemos reposar en el suelo de la definición, cercar ni
aislar la geografía de este territorio poético: damos vuelta la página y ya estamos en otro.
(Actualización septiembre - octubre 2016/ BazarAmericano)
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