Guía Didáctica - La Carreta Teatro

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Miguel Hernández Gilabert nació en Orihuela (Alicante) el 30 de
octubre de 1910. Es por ello que este año, 2010, celebramos el
centenario de su nacimiento. Un poeta que dijo de sí mismo:
Barro me llamo, aunque Miguel me llame
Miguel asistió a la escuela sólo hasta los 14 años, luego tuvo
que ponerse a trabajar como dependiente en una tienda de
tejidos y más tarde se dedicó al pastoreo.
Siempre estuvo muy cerca de sus paisanos y por eso escribe:
Alma de mis Oriolanos
¡Digo! …. Oriolanos de mi alma.
A vosotros me dirijo desde esta carta “arrimada”,
que escribo, teniendo por
mesa el lomo de una cabra,
en la milagrosa huerta
mientras cuido la manada
1
Desde muy joven empezó a trabajar como pastor,
pero también a escribir bonitos poemas:
“en cuclillas ordeño
una cabrita y un sueño”
A Miguel el pastoreo le pone en contacto con la
naturaleza. Ésta aparece continuamente en sus
versos y así le canta al chivo recién nacido:
“Nace; exhala,
debilísimo, un vagido
cae en el suelo en sangre hundido;
tiembla; bala (…)
2
Así que todo este mundo animal que encuentra por el campo,
mientras cuida el ganado, se convierte en poesía:
Lagarto, mosca, grillo, reptil, sapo, asquerosos
seres, para mi alma sois hermosos
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Pero, Miguel es joven y se distrae de la faena y sueña…
Olvidándome el rebaño
me echo, entonces, al suelo fresco
que ansioso araño.
…se apodera de mi el sueño…
4
A Miguel le encanta el mes de Marzo porque de su mano
llega la primavera:
¡Marzo! ¡Viene Marzo pródigo y amigo
reanimando vidas y sembrando flores!
¡Marzo te saludo! ¡Marzo te bendigo…!
¡tú has hecho que en mi alma broten los amores!
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La poesía de Miguel Hernández se vuelca hacia otros
temas, como el Amor, sentimiento que le despertaría su
novia de siempre Josefina Manresa
Mis ojos, sin tus ojos no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios…
no me encuentro mis labios sin tus rojos
no sé qué es de mi oreja sin tu acento
_____________________________
Tus cartas son un vino
que me transforma
y son el único alimento para mi corazón
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Sin embargo, no todo es alegría en la vida de nuestro poeta
y su poesía se llena de Cuchillos, Rayos, Estalactitas,
Piedras. Elementos que significan tristeza y pesimismo.
¿No cesará este rayo que me habita
el corazón de exasperadas fieras?
¿No cesará esta terca estalactita?
Este rayo ni cesa ni se agota
esta obstinada piedra de mi brota
Un carnívoro cuchillo
sostiene un vuelo y un brillo
alrededor de mi vida
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Y llega a identificarse con el toro:
Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
La poesía de Miguel Hernández se entristece por la muerte
de su mejor amigo Ramón Sijé:
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte
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En 1936 estalla la guerra civil y Miguel se alista en el
ejército republicano. ¿Por qué?
Para la libertad sangro, lucho, pervivo,
Nuestro poeta siente que tiene un compromiso social que
le lleva a escribir poemas sociales: Vientos del pueblo me
llevan, El Niño yuntero, Aceituneros, Canción del esposo
soldado, El Herido, El tren de los heridos… Miguel se agrupa
con los que sufren, se va metiendo “pueblo adentro”:
Andaluces de Jaén
aceituneros altivos
pregunta mi alma ¿de quién,
de quién son estos olivos?
--------------------------------------Le veo arar los rastrojos
y devorar un mendrugo
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo
----------------------------------------------Silencio. El frágil tren de los que se desangran
el tren callado de los sufrimientos
A pesar del momento que está viviendo sigue sintiendo el
amor
Sobre los ataúdes feroces en acecho
sobre los mismo muertos sin remedio y sin fosa
te quiero…
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escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera
Porque frente a las guerras, la muerte, el vacío… la mujer
es:
Menos tu vientre
Todo inseguro,
Todo postrero
Polvo sin mundo.
Cuando acaba la guerra, Miguel Hernández es condenado a
muerte. La pena le será conmutada por la de 30 años de
cárcel. Mientras, su mujer y su hijo pasan hambre y se
alimentan de pan y cebollas.
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En la cumbre del hambre
mi niño estaba
con sangre de cebolla
se amamantaba
Sin embargo, nuestro poeta aún puede decir:
Tu risa me hace libre
soledades me quita
cárcel me arranca
Pero sólo eran palabras, bellas palabras, porque nuestro
poeta contrajo tuberculosis y murió a causa de esta
enfermedad el 28 de marzo de 1942. Sólo tenía 32 años.
Temprano levantó la muerte el vuelo
Temprano madrugó la madrugada
Temprano estás rodando por el suelo
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Guía Didáctica
1. Durante el año 2010 se celebra el nacimiento de
Miguel Hernández. ¿Cómo se escribe en números romanos
los siguientes números?
o
100:
o
2010:
o
1910:
o
El año de tu nacimiento:
2. Las siguientes palabras tienen significados relacionados
con el tiempo. Ayúdate de un diccionario.
o
Centenario:
o
Década:
o
Bisiesto:
o
Trienio:
3. Miguel Hernández nunca olvidó su procedencia y no
dudó en escribir un poema en términos coloquiales.
Intenta escribir correctamente las palabras subrayadas.
Por qué señor amo
me echa de la tierra,
de la barraquita anda la luz
vide por vez primera?
Me s’heló la naranja del huerto
yo le pagaré tuico lo que le debo
Tenga osté pacencia
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4. ¿Sabrías adivinar los siguientes acertijos hernandianos?:
Anda, columna, ten un desenlace de surtidor
Beso
En verdes paracaídas cuelgan
Panadero
Una capa te imanta con su extremo
ahogado
El niño
Las cañas te alargaron su socorro
Palmera
Aunque púgil combato, domo el trigo
Toro
Yo te libé la flor de tu mejilla
Higos
5. Miguel Hernández escribió un cuento El gorrión y el
prisionero dedicado a su hijo. Pero no lo llegó a acabar.
Ponle otro título e invéntate un final distinto al que propone
la obra teatral.
Pio-pa es un gorrión que llega a una cárcel y el
prisionero le cuenta sus penas y le pide ayuda porque
tiene que enviar un mensaje a una mujer que vive
lejos en una casa pintada de blanco y de azul, junto a
una palmera y al lado del mar porque si no será
ejecutado. Le anuda el mensaje al cuello del gorrión y
le dice dónde vive la mujer, pero el gorrión cuando
sale de la prisión, se posa en un árbol. Entonces un
cazador dispara y la rama cae al suelo. Sin embargo,
Pio-pa continúa su vuelo en busca de la casa, de la
palmera, del mar….
…………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………
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………………………………………………………..
6. Hay un romance anónimo que trata el mismo tema: una
avecilla que acompaña a un prisionero y a la que mata un
ballestero
Sino yo, triste, cuidado,
que vivo en esta prisión
que ni sé cuando es de día
ni cuando las noches
si no por una avecilla
que me cantaba al albor
matómela un ballestero.
• Hay al menos dos elementos que se repiten en el
cuento y en el romance. ¿Cuáles son?
• ¿Qué significado crees que puede tener el gorrión y la
avecilla?
6. Estos son algunos de los más bellos versos de amor.
Relaciónalos con sus autores ayudándote de
Internet. Invéntate otro.
Por un beso yo no sé…que te diera por un beso
M. Hernández
Un hombre y una mujer gastados por los besos
Góngora
Polvo serán, mas polvo enamorado
Bécquer
Por vos he de morir y por vos muero
Garcilaso de la Vega
......................................................................................................
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7. ¿Cuáles son los gentilicios de estos respectivos lugares?
* Orihuela
………………………..
* Elche
. ………………………
* Alicante
………………………
* Jaén
………........................
8. En esta sopa de letras intenta encontrar algunas de las
palabras clave de nuestro poeta:
Toro, cuchillo, rayo, chivo, yuntero, herido, cebolla y guerra
T A E I R R O P J
S O A M A E H E I
J V R L Y E C G A
A B T O O Y O U H
P N Y I Y P R E E
C E B O L L A R R
X M K J L T N R I
Z Ñ Y R S O T A D
C U C H I L L O O
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9.¿A qué categoría gramatical pertenecen estas palabras?
¿Cuáles de éstas admiten el sufijo diminutivo “ito/@”?
o
Ballesta:
o
Estalactita:
o
Exhalar:
o
Cavilación:
o
Yuntero:
o
Cuitado:
o
Conmutar:
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10.Miguel Hernández escribió un poema titulado Las vestes
de Eros (los vestidos de Eros). Sus versos son de los más
cortos de la literatura. ¿Cuántas sílabas tiene cada verso?
Aparecen personajes mitológicos: Baco, Adonis y Marte.
¿Quiénes eran? Ayúdate de los dibujos.
Bac
o
pas
a
dan
do
tras
pié
s
de
ebri
o
por
los
cáli
dos
viñ
edo
s
Ad
oni
s
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el
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san
17
gra
y
mu
ere
baj
o el
die
nte
del
dio
s
Ma
rte
Con
vert
ido
en jabalí
11. El mejor amigo de Miguel Hernández fue José Marín.
Pero éste creó el seudónimo de Ramón Sijé utilizando su
nombre y apellido pero cambiando las letras de orden; es
decir utilizando el anagrama.
¿Cómo lo hizo? Intenta crear un seudónimo tuyo con el
mismo recurso.
JOSE MARIN
RAMON SIJE
PALOMA VILLAREJO
PAVILO JOLLAREMA
……………………………
…………………………..
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12.Éste es uno de los retratos más famosos de nuestro
poeta pintado por el dramaturgo Buero Vallejo. ¿Te atreves
a dibujarlo?
13.Busca siete diferencias entre estos dibujos que dibujó
nuestro poeta
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14.¿Encuentras parecido entre el dibujo de Miguel y este
otro dibujado en un sello? ¿Qué dos personajes aparecen
dibujados en este sello antiguo?
La literatura muchas veces sirve de pretexto para hacer
literatura. ¿Qué te parece esta historia inventada sobre
nuestro poeta?
Tengo 11 años y mucha, mucha imaginación. O eso al
menos dice mi madre. Y lo dice porque siempre estoy
inventando cosas que no sirven para nada,
emborronando hojas que sirven para menos y porque
me quedo “empanado” horas y hora, hasta con el vuelo
de una mosca que me atrapa con sus giros locos.
Pero eso os pasará a muchos de vosotros o ¿no? Este
verano se presenta interesante porque mi madre dice
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que vamos a ir a Portugal a conocer a la rama
portuguesa de la familia. ¿Familia portuguesa?
Shsssssssssssss. Silencio. Porque es uno de esos
secretos prohibidos que cuchichean los mayores en las
comidas familiares. Un bisabuelo aventurero marchó a
hacer fortuna al país vecino y llegó hasta Moura.
Portugal. Fortuna hizo poca y para poder sobrevivir abrió
una tienda de préstamos llamada El español errante.
¿Que qué significa “errante”? Que vas de un sitio para
otro, como hizo él, hasta que echó el ancla en aquel
pueblo portugués. Lo malo es que con tanto viajar de
un lado para otro también olvidó a su mujer y a sus
hijos en España.
Alicante-Moura ha sido un viaje interminable. Horas y
horas de coche. Mamá nerviosa por el reencuentro con
su pasado, papá nervioso por los nervios de mamá y
“Caraculo”, mi hermano de cinco años, atrapado en su
silleta, con cara de vomitar de un momento a otro y con
más caraculo que nunca, que ya era difícil.
¡Vale! Debo reconocer que el paisaje mola un
montón. Verde, verde y más verde. Árboles, árboles y
más árboles, aunque me siguen gustando más nuestras
palmeras: tan altas, tan nuestras… Pero Moura no
estaba mal, la casa era vieja y podía pasar, aunque
tenía un olor a moho que asfixiaba. Era una planta baja
y la tienda estaba al lado. Tenían entradas
independientes. El español errante estaba cerrado a cal
y canto y llevaba por lo menos cincuenta años sin que
nadie lo hubiera abierto. Yo sería el nuevo Cristobal
Colón que descubriría las Américas o eso creía yo.
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─Mami, déjame echar un vistazo. Aquí me voy a
aburrir mucho… Recuerda que yo quería ir a un
campamento con mis amigos. Y aquí estoy…─mi cara
de perro pachón que necesita mimos siempre acababa
por ablandar a mamá y yo lo sabía.
─Pero, no sé qué llave es, Iván. Tómalas y ten
cuidado con ellas. No tenemos otras y como las pierdas,
nos quedamos en la calle.
Los tres se fueron de paseo y yo me quedé con las
llaves. ¡Mi tesoro! ¡Qué poco me duró la alegría! Ya os lo
imaginabais… pues claro, ninguna abría El español
errante y mira que lo intenté veces, hasta dolerme las
manos. Nada. ¿Y si en la tienda tuviera una puerta de
comunicación con la casa? Rastreé todos los rincones,
Nada… mucho polvo. ¿No había puerta? ¿No había
llave? ¡Qué bajonazo! ¡Vaya Cristobal Colón que estaba
hecho un servidor!
De repente, lo vi todo claro. La puerta estaba detrás
de aquel mueble de madera porque era el único mueble
alto que tapaba una pared. Las demás estaban a la
vista y no había ni un pobre cuadro colgado en ninguna
de ellas. Así que tomé aire para coger fuerzas y lo moví
sólo unos centímetros. Allí estaba la dichosa puerta y a
lo mejor la llave era una de las que colgaban del llavero.
¡Ufffffffffff! Por fin. La puerta estaba abierta. Y más
allá de ella estaba lo desconocido. Al lado de la puerta
había un interruptor y lo pulsé, pero daba tan poca luz
que no veía casi nada. Necesitaba mi linterna, la de los
campamentos. Y fui a buscarla a mi maleta. Esto se
ponía interesante.
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Con ella en la mano, me sentí mejor. No era una
espada ni mucho menos. Pero era mi linterna de las
aventuras. Y entré. Y no encontré ni el más miserable de
los cachivaches. Ninguno, nada. La habitación estaba
limpia, no de polvo y suciedad, porque de ambas había
para parar un tren sino de cosas, de trastos, de chismes.
Nada de nada. ¿Dónde estaba la aventura? ¿Dónde?
¡Vaya chasco! Parecía que hubieran entrado no los
cuarenta ladrones, sino mil ladrones y lo hubieran
robado todo. Hasta las telarañas, todo.
¿Aquella era la tienda mágica que mi madre me
había prometido para arrancarme de mis amigos?
Quedaban estantes vacíos, un mostrador en donde el
bisabuelo haría los chanchullos con los clientes y un
armario donde se escondería un esqueleto o un tesoro
o… Bueno, aún me quedaba un viejo armario por
investigar. ¡No! ¿Sabéis lo que colgaba de una percha
de madera? Un miserable y ruinoso traje azul. Viejo y
roto. Lo arranqué de la percha con muy malas maneras,
como si él fuera el único culpable del chasco que me
había llevado con el Español Errante.
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Se lo llevaría a mi madre. A lo mejor le servía para
trapos o lo reciclábamos junto a otra ropa usada. A mi
madre le hizo más ilusión que a mí porque creía que
pertenecía al bisabuelo desmemoriado y pesetero - lo
digo porque se le olvidó la familia y porque era un
prestamista al fin y al cabo - y toda ilusionada se lió a
darle vueltas y más vueltas hasta que descubrió el
nombre que llevaba bordado en la etiqueta del cuello.
Miguel H. Nada más. ¿Quién había sido Miguel H? No
era del bisabuelo porque éste se llamaba Enrique de los
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Reyes. Quizá era de algún cliente que lo dejara en
préstamo y nunca volvió a por él y los mil ladrones lo
dejaron colgado porque no valía ni para ser robado.
Aquel nombre y aquel triste traje azul le devolvieron a
mi madre la curiosidad de los once años. Si hasta
parecía más joven y me juró que daríamos con su dueño
costara lo que costara. Y dejó los platos sin lavar, cogió
el portátil de papá y se puso a viajar por internet. Se
metió en Google y como una aventurera escribió las
palabras mágicas de Moura, Miguel y H. Y salieron unas
120 entradas distribuidas en diez páginas.
• Moura, Miguel Hernán. Vende apartamento.
• Moura, Miguel Hernán. Inmobiliaria portuguesa.
Y muchas más. Hasta que salió lo de Moura. Miguel
Hernández. Entonces, mi madre y yo nos enteramos
de que el poeta había escapado a Portugal huyendo
de una guerra. De que había llegado hasta Moura y
que para subsistir había vendido un reloj y un traje
azul con el que había viajado a Rusia tiempo antes.
¿Este era el traje? ¿Era el traje de Miguel Hernández?
Mi padre dijo que lo vendiéramos porque nos darían
mucho dinero aprovechando el tirón de que el año
que viene se celebraba su centenario, pero mi madre
dijo que nones, que pertenecía a la familia y que
nuestra obligación era entregárselo a sus herederos
para que lo depositaran en la Casa Museo de
Orihuela. Y eso hicimos, aunque tuvimos que cargar
con la cara de mala uva de mi padre durante todo el
camino de regreso a casa. Ya se veía con coche
nuevo, el pobrecito, con un apartamento en la playa.
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Elche Digital y el Información nos hicieron una
entrevista a mi madre y a mí y hasta salimos en el
Telediario de la 1. De mi padre ni hablaron, claro.
Mi ciudad, Elche, celebró por todo lo alto el
centenario del nacimiento de Miguel Hernández. Nos
llevaron a ver una obra de teatro donde un niño ─el
hijo del poeta─ y un pájaro nos iban explicando la
vida y la poesía de Miguel. Luego, en clase la señorita
Isabel nos ayudó a hacer los ejercicios de una guía
didáctica. Algunos nos costaron más que otros, pero
ahí estaba “la seño” para echarnos una mano. Yo
también era un poco protagonista porque había
descubierto el traje azul de Miguel.
No estuvo mal como aventura. Sin embargo, ¿sabéis
lo que más me gustó de todo esto? Que durante
aquellos días mi madre fue una niña, la niña que tuvo
que ser con once años y a lo que yo no pude conocer
porque siempre la había visto mayor, seria y
responsable. Pero durante esos días fue una
auténtica niña, y mi mejor amiga. Y hasta la llamaba
Elena y no mamá.
Gracias, Elena. Gracias, mamá, por ser una excelente
compañera de aventuras.
Esta historia es inventada. No existe ese niño ni esa
madre, ni creo que exista una tienda de préstamos
llamada “el español errante”. Sí que existió el traje azul
de Miguel que llevó en su viaje a Rusia. Todo lo demás
es ficción. Pura ficción, pero ahí está la magia de la
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literatura o del teatro: lo que toca lo convierte en
realidad.
de la palabra?
¿Quieres ser tú también un
Inténtalo y serás un aprendiz de Miguel Hernández.
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