PDF Diario EL PAÍS

Anuncio
3
EL PAÍS, jueves 23 de julio de 2009
La lucha contra el fuego
CATALUÑA
Apasionados por su trabajo
Los cuatro fallecidos serán enterrados entre hoy y mañana en sus poblaciones
MAIOL ROGER
Tortosa
Desoladas, casi sin poder articular palabra, estaban las familias
de los cuatro bomberos fallecidos el martes en el incendio forestal que afecta a Horta de Sant
Joan (Terra Alta). Familiares y
amigos se desplazaron ayer a
Tortosa y se concentraron en un
hotel, a unos minutos del tanato-
rio donde por la mañana se practicó la autopsia a los fallecidos,
todos ellos hombres jóvenes, deportistas, preparados para luchar contra el fuego y apasionados por su trabajo.
Las familias pasaron el día
encerradas en sus respectivas
habitaciones y en el bar del hotel. Allí el abatimiento era palpable: caras tristes, miradas perdidas y lágrimas en los ojos en la
mayoría, mientras unos a otros
se intentaban animar como podían. Esperaban poder llevarse
los cuerpos de los fallecidos para enterrarlos hoy en sus localidades. El primero de los funerales será el de David Duaigües, de
29 años, en su población natal,
Almatret (Segrià); al mediodía
será enterrado en Reus Jaume
Arpa, de 44 años; por la tarde,
en La Pobla de Segur (Pallars
Jussà) se realizará el funeral de
Jordi Moré, de 41 años, y para
mañana está previsto el de Ramon Espinet, de 47 años, en Palau d’Anglesola (Pla d’Urgell).
Cuatro psicólogos enviado
por los Bomberos de la Generalitat trataban de suavizar ayer lo
insuavizable en Tortosa. Compañeros de los fallecidos también
arropaban a los allegados. “En
estos momentos no sabes cómo
reaccionar, les explicas cómo ha
sido el accidente y les escuchas”,
comentaba un bombero. “No sabes qué decirles, cómo responderles. La novia de uno de los
fallecidos me decía: ‘Él no puede
ser. Quería ser bombero y era
fuerte como un roble. Os habéis
equivocado, debe de ser un
error, no se ha muerto”, agregaba otro. “Las familias se resignan. Saben que son bomberos, y
esto podía pasar. Unos se lo
creen, otros aún no se hacen a la
idea. Es lo que tiene este trabajo”, añadía un tercero.
Uno de los fallecidos era padre de gemelos y otro deja a su
mujer embarazada.
David Duaigües, 29 años
Jordi Moré, 41 años
Una persona
comprometida con
su pueblo
Empezó como
bombero voluntario
siendo muy joven
“Ser bombero era su ilusión. Era una persona muy comprometida con el pueblo”. Así recuerda al bombero de
Almatret (Segrià) el alcalde de su pueblo, Evarist Giralt.
Y es que el fallecido participaba activamente en numerosas iniciativas de su municipio, donde puso en marcha
una carrera anual de ciclismo, deporte al que era muy
aficionado. También en Lleida, ciudad en la que residía
con su pareja, con la que no tenía aún hijos, el alcalde
Àngel Ros destaca las colaboraciones de Duaigües en el
salón infantil que se celebra cada año en diciembre. Su
profesión era su pasión. “Su gran ilusión era trabajar
como bombero. Sus padres y su hermano mayor están
destrozados”, concluía ayer Giralt.— DÀMARIS TORRADO
Para el alcalde de La Pobla de Segur (Pallars Jussà),
Lluís Bellera, la muerte de Jordi Moré ha sido “una
desgracia muy grande que tiene conmocionada a toda
la población”. Y es que en el Pallars Jussà, comarca a la
que pertenecen tres de los afectados, en muchas familias hay algún miembro que pertenece a los Bomberos
de la Generalitat. “Empezó como voluntario siendo muy
joven. Estaba muy preparado y era una excelente persona, muy implicada en las cuestiones del pueblo”, explica
el alcalde, quien además destaca el espíritu de servicio a
los demás que comporta la profesión, que “sólo se valora cuando pasan desgracias como ésta”. Moré tenía mujer y dos hijos gemelos de tres años.— D. T.
Ramon Espinet, 47 años
Jaume Arpa, 44 años
“Era muy conocido,
tenía mucho empuje
y era muy reflexivo”
Estaba a punto
de ser padre por
primera vez
David Duaigües.
Carme Tàpies, la alcaldesa del municipio natal de Ramon Espinet, explica que era muy querido en Palau
d’Anglesola (Pla d’Urgell), adonde pensaba volver a vivir
dentro de poco, ya que circunstancialmente estaba residiendo en Mollerussa con su pareja, con la que tiene un
niño de 15 meses. “Era muy buen profesional, con mucho empuje, pero muy reflexivo. Incluso había empezado clases de taichi en el pueblo. Sus padres todavía no se
lo creen”, señala. Y es que Espinet había mostrado su
voluntad de dejar los GRAF por considerar que a sus 47
años ya era muy mayor para arriesgar tanto, y más
teniendo un niño pequeño al que cuidar, un hijo al que
ahora desgraciadamente no verá crecer.— D. T.
Jaume Arpa, de 44 años, era natural de L’Ametlla de
Merola (Berguedà), pero ahora residía en Tremp (Pallars Jussà). Estaba casado con una vecina de la población leridana con la que iba a tener un hijo dentro de
tres meses. “Era un bombero muy apreciado en la zona,
con una fuerte tradición de voluntariado. La familia ha
quedado muy apenada, precisamente por la circunstacia de que estaba a punto de ser padre”, explica Víctor
Orrit, alcalde de Tremp. Arpa era bombero desde 1992 y
actualmente estaba destinado como cabo en el parque
de bomberos de Ascó (Ribera d’Ebre). Desde hace 10
años también formaba parte del cuerpo de especialistas
en fuego forestal.— D. T.
Josep Pallàs, 36 años
Pau Costa, 31 años
Tiene el 75% del
cuerpo quemado,
pero evoluciona bien
Un enamorado del
monte que lucha contra
graves quemaduras
Josep Pallàs, uno de los dos bomberos heridos gravemente, también reside en La Pobla de Segur (Pallars
Jussà) y como su compañero y vecino fallecido, Jordi
Moré, está destinado en el parque de Sort. A pesar de
tener quemado el 75% del cuerpo, evoluciona favorablemente. Lluís Bellera, alcalde de La Pobla, explica el
parte médico que le dio personalmente la consejera de
Salud, Marina Geli. “Está consciente y muy animado,
con una actitud muy positiva de lucha a pesar de haber
sufrido este trágico accidente”, asegura el alcalde. Más
de 200 personas se concentraron ayer ante el parque de
Sort para expresar su pésame por la pérdida de Moré y
sus deseos de que Pallàs se recupere.— D. T.
El joven que ayer seguía luchando contra graves quemaduras en la mitad del cuerpo en el hospital de Vall
d’Hebron poco tenía que ver con el Pau que sus amigos
y familiares recuerdan de hace apenas dos días. Este
miembro de los GRAF, pendiente de una oposiciones
para cambiar de destino, es un enamorado de la montaña hasta las últimas consecuencias. Nacido en Sant
Julià de Vilatorta (Osona), al pie de las Guilleries, heredó de sus padres la pasión por la montaña. Escalada,
senderismo, esquí... los deportes al aire libre son lo
suyo. Pese a sus escasos 31 años, Pau es un experto en
la lucha contra el fuego y en el diseño de operaciones
antiincendios. —M. N.
Pau Costa.
Descargar