Norteamérica y Centroamérica

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Indice:
• Ãndice 1
• Introducción 2
• Entorno Natural 2 y 3
• Historia Geológica 3
• Regiones fisiográficas 3 y 4
• HidrografÃ-a 5
• Clima 6 y 7
• Flora 7 y 8
• Fauna 8
• Recursos Minerales 8 y 9
Introduccion:
Norteamérica o América del Norte, subcontinente que abarca Canadá, los Estados Unidos de
América y parte del territorio de México. También incluye a Groenlandia, la isla más grande del
mundo, asÃ- como el departamento francés de ultramar de Saint Pierre y Miquelon y la colonia británica
de Bermudas, compuestas por pequeñas islas en el océano Atlántico. Norteamérica, a principios de
1990, superaba los 360 millones de habitantes.
Junto a Centroamérica, las Antillas y Sudamérica, Norteamérica constituye el continente
americano. La definición de Norteamérica algunas veces incluye Centroamérica y las Antillas. El
término América deriva del nombre del navegante italiano Américo Vespucio, que pudo haber
visitado en 1497 y 1498 el subcontinente norteamericano.
Centroamérica o América Central, región del continente americano, constituida por un largo y
estrecho istmo a manera de puente entre Norteamérica y Sudamérica. Centroamérica, que es definida
por los geógrafos como parte de América del Norte, tiene una extensión de 523.000 km2 y comprende
los siguientes paÃ-ses: Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, asÃcomo el sector más meridional de México. La región tenÃ-a (según estimaciones para 1993)
aproximadamente 30 millones de habitantes.
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ENTORNO NATURAL:
La forma de Norteamérica se aproxima a la de una cuña, con una anchura máxima al norte. La
mayorÃ-a de su masa continental se halla en latitudes medias, con una considerable sección septentrional
dentro de las regiones árticas y una pequeña parte alrededor del trópico de Cáncer. El continente se
extiende, de este a oeste, entre los 12° de longitud O, en Nordost Rundingen (Northeast Foreland o punta
Nororiental), al noreste de Groenlandia, hasta los 172° de longitud E, en el extremo occidental de la isla
Attu, en Alaska. Su extensión de norte a sur es de 69°, desde los 83° de latitud N, en el cabo Morris Jesup
(Groenlandia), hasta los 14° de latitud N, en el sur de México. Norteamérica limita al norte con el
océano Ãrtico, al este con el océano Atlántico, al sur con el golfo de México y el istmo de
Tehuantepec (México), y al oeste con el océano PacÃ-fico. La superficie del continente es de 23,5
millones de km2 aproximadamente.
Su contorno es extremadamente irregular; algunos tramos importantes son relativamente uniformes, pero
en general el litoral es recortado, con numerosas bahÃ-as e islas cercanas a la costa, sobre todo al norte. El
subcontinente presenta tres enormes escotaduras costeras: la bahÃ-a de Hudson al noreste, el golfo de
México al sureste y el golfo de Alaska al noroeste.
En términos estrictamente geológicos, América Central empieza en el istmo de Tehuantepec, al sur
de México. Esa zona del estrecho divide las rocas volcánicas situadas al noroeste del pliegue y la falla de
la estructura de Centroamérica. El lÃ-mite geológico en el extremo sur está determinado por el valle del
rÃ-o Atrato, en Colombia, ya territorio de Sudamérica, al este de la frontera con Panamá.
Historia geologica:
De acuerdo con la teorÃ-a ampliamente aceptada de la tectónica de placas, casi toda Norteamérica
se corresponde con la placa norteamericana. Se cree que Norteamérica estuvo una vez unida a Europa y a
Ãfrica y que comenzó a separarse hace unos 170 millones de años, en el periodo jurásico; el proceso de
deriva continental aceleró esta separación hace 95 millones de años aproximadamente, durante el periodo
cretácico. Al tiempo que Norteamérica se desplazaba hacia el oeste a una media de 1,25 cm al año, se
cree que la placa del océano PacÃ-fico se introdujo por debajo de la placa norteamericana y, por esta
razón, causó un plegamiento temprano, evidente hoy dÃ-a en una serie de altas montañas situadas en la
costa occidental. Mientras el océano Atlántico se abrÃ-a, se produjeron grandes fallas a lo largo de la
costa oriental.
Centroamérica es una región cuya corteza terrestre es especialmente inestable, ya que se encuentra
en el borde occidental de la placa tectónica del Caribe. La subducción de la corteza oceánica de este
borde, que empezó en el mioceno, hace 25 millones de años, elevó la tierra desde el mar. En una primera
etapa se formaron una penÃ-nsula y un archipiélago. Más tarde, hace 3 millones de años, las islas
dispersas se fundieron para formar un verdadero puente de tierra, o istmo, uniendo Norteamérica y
Sudamérica.
Al mismo tiempo que la subducción y la elevación, se produjeron erupciones volcánicas por lo
menos hay catorce volcanes activos en Centroamérica y frecuentes cataclismos. Solamente en este siglo
Managua, capital de Nicaragua, ha sido destruida dos veces por los terremotos. El más reciente, ocurrido en
1972, causó 10.000 vÃ-ctimas. La actividad volcánica ha producido un paisaje dotado de majestuosos
conos levantados por las erupciones de lava y ceniza, y bellÃ-simos lagos formados en las calderas o
cráteres volcánicos apagados.
Regiones fisiograficas:
Norteamérica se puede dividir en cinco importantes regiones fisiográficas. La mitad oriental de
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Canadá, al igual que la mayor parte de Groenlandia y parte de los estados de Minnesota, Wisconsin,
Michigan y Nueva York, en Estados Unidos, son parte del escudo Canadiense (o macizo Laurentiano), una
región mesetaria compuesta por antiguas rocas cristalinas, con suelos pobres y cubierta por densos bosques
al sur. La segunda región es la llanura costera que se extiende por la mayor parte del este de Estados Unidos
y México. En Estados Unidos la llanura costera limita al oeste con una tercera región, que comprende una
cordillera montañosa relativamente estrecha, formada en esencia por los montes Apalaches. La cuarta
región abarca la parte central del continente, desde el sur de Canadá hasta el suroeste de Texas, y muestra
una extensa llanura que ha experimentado periodos alternos de inmersión por debajo del mar y de
emergencia, lo que ha determinado que esté cubierta por capas de rocas sedimentarias hasta una gran
profundidad. No es una llanura ininterrumpida, pues comprende terrenos ondulados e incluso accidentados,
como la meseta de los Ozark. La parte occidental abarca las llamadas Grandes Llanuras, que se elevan hacia
las montañas Rocosas.
La quinta y más occidental región de Norteamérica, que se extiende por gran parte de México,
presenta una indiscutible actividad orogénica; su reciente historia geológica está definida por los
movimientos de la corteza y la actividad volcánica. Las montañas Rocosas, en efecto, están
emparentadas geológicamente con la cordillera sierra Madre oriental de México. Al oeste hay un área de
cuencas dispersas y altas mesetas, que incluyen la meseta interior de la Columbia Británica en Canadá, la
meseta del Colorado, la Gran Cuenca de Estados Unidos y la extensa llanura central de México o
altiplanicie Mexicana. A lo largo de la costa del PacÃ-fico se alzan varios sistemas montañosos elevados,
que se extienden desde la cordillera de Alaska hasta la sierra Madre occidental y la sierra Madre del Sur, en
México. En medio se encuentran las montañas Costeras de la Columbia Británica canadiense y la
cordillera de las Cascadas, las cordilleras Costeras y la sierra Nevada, en Estados Unidos. Entre estas
cordilleras existen algunas zonas llanas, como el fértil valle central de California. El punto más alto de
Norteamérica, el monte McKinley, también llamado Denali (6.194 m), está situado en la cordillera de
Alaska, y el punto más bajo, a 86 m por debajo del nivel del mar, se halla en el valle de la Muerte, en la
Gran Cuenca californiana.
Centroamérica es mayoritariamente una región montañosa y escarpada, con 109 volcanes, algunos a
más de 4.000 m sobre el nivel del mar. El volcán Tajumulco, en Guatemala, tiene 4.220 m.
Centroamérica es, además, una de las zonas del continente americano con mayor número de volcanes
activos. La superficie terrestre asciende abruptamente desde la estrecha región costera del océano
PacÃ-fico a las crestas de las montañas, y desciende gradualmente a una vasta región que se extiende a lo
largo del mar Caribe. Existen dos pasos interoceánicos que cortan de una parte a otra las tierras altas de
Centroamérica, uno en Nicaragua (desde la desembocadura del rÃ-o San Juan hasta el lago de Nicaragua) y
el otro en Panamá (el paso del canal de Panamá). La costa del PacÃ-fico tiene una longitud de 2.830 km,
y la del mar Caribe aproximadamente 2.740 km. Existen numerosos grupos de pequeñas islas frente a las
costas caribeñas, algunas de las cuales están habitadas, como las islas de la BahÃ-a, en el golfo de
Honduras.
HidrografÃ-ia
La gran cordillera Norteamericana, principalmente la cresta de las montañas Rocosas, constituye una
divisoria que divide el subcontinente en dos grandes vertientes: la oriental, donde los cursos de agua fluyen
hacia el océano Ãrtico, la bahÃ-a de Hudson, el océano Atlántico y el golfo de México; y la
occidental, cuyos rÃ-os discurren hacia el océano PacÃ-fico.
Dos importantes sistemas de drenaje el sistema formado por los Grandes Lagos y el rÃ-o San Lorenzo y el
sistema de los rÃ-os Mississippi y Missouri dominan la hidrografÃ-a de Norteamérica oriental y central.
Los cinco Grandes Lagos (Superior, Michigan, Hurón, Erie y Ontario) drenan el noreste hacia el océano
Atlántico, por medio del rÃ-o San Lorenzo. La mayor parte de la región central de Estados Unidos y una
pequeña parte del centro de Canadá está recorrida de norte a sur por las aguas de rÃ-o Mississippi y sus
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afluentes, en especial por el Missouri, el curso fluvial más largo de Norteamérica. También en
dirección al golfo de México y mar de las Antillas discurren los rÃ-os Bravo y Pánuco, entre otros.
Hacia el Ãrtico fluye el rÃ-o Mackenzie, en Canadá occidental, que desemboca en el mar de Beaufort,
mientras que otros muchos vierten sus aguas en la bahÃ-a de Hudson. Al oeste de la gran divisoria continental
destacan los rÃ-os Colorado, Sonora, Yaqui, Balsas, Columbia, Fraser y Yukón.
La mitad meridional de Norteamérica contiene algunos importantes lagos naturales, pero son Canadá
y el norte de Estados Unidos quienes poseen un mayor número de ellos y con dimensiones notables. El
Superior, el lago de agua dulce más grande del mundo, y diez de los veinticinco lagos naturales más
grandes se hallan en esta región. El lago Mead, junto al rÃ-o Colorado (Estados Unidos), es un gran lago
artificial, y el Gran Lago Salado, en Utah, destaca por la alta salinidad de sus aguas. En México, el más
extenso es el lago de Chapala, que recibe las aguas de varios rÃ-os.
Los rÃ-os más largos de Centroamérica desembocan en el Caribe, en tanto que los más
numerosos, pequeños y caudalosos desaguan en el PacÃ-fico. Entre los más largos están el Motagua, en
Guatemala; el Ulúa, el Aguán y el Patruca, en Honduras; el Coco, que en uno de sus tramos sirve de
demarcación de la frontera entre Honduras y Nicaragua; el rÃ-o Grande y el Escondido, en Nicaragua, y el
San Juan, que señala en una de sus partes la frontera entre Nicaragua y Costa Rica. Algunos de los rÃ-os
que desembocan en el Caribe son navegables por embarcaciones de poco calado, y los que desembocan en el
PacÃ-fico son demasiado pronunciados o poco profundos para la navegación.
Centroamérica tiene tres grandes lagos: los lagos Nicaragua y Managua, en Nicaragua, y el lago
Gatún, en Panamá. Este lago forma parte del canal de Panamá, la gran vÃ-a comercial entre el Atlántico
y el PacÃ-fico.
Clima
Aunque Norteamérica posee una considerable variedad de climas, se pueden identificar cinco
importantes regiones climáticas. Alaska y los dos tercios septentrionales de Canadá, al igual que toda
Groenlandia, presentan un clima subártico y ártico, en los que los inviernos oscuros, largos y terriblemente
frÃ-os se alternan con veranos breves y frescos. La mayor parte de la región, que recibe relativamente pocas
precipitaciones, está cubierta de nieve y hielo durante gran parte del año. Una segunda región climática
abarca los dos tercios orientales de Estados Unidos y Canadá meridional. Se caracteriza por un clima
húmedo, en el que las cuatro estaciones están muy diferenciadas y los cambios en el tiempo atmosférico
son frecuentes. El promedio de temperaturas de la parte meridional de esta región es más elevado. La
tercera región incluye el interior del oeste de Estados Unidos y gran parte del norte de México, donde
dominan las áreas desérticas y de montaña, que en general reciben escasas precipitaciones aunque con
significativas variaciones locales, debidas a la altitud y a la orientación de las vertientes. La cuarta región
climática abarca una estrecha franja a lo largo del océano PacÃ-fico, desde el sur de Alaska hasta el sur de
California; goza de inviernos relativamente templados y húmedos y veranos bastante secos. La mayor parte
del sur de México tiene un clima tropical, con calor durante todo el año y considerables precipitaciones,
especialmente en los meses estivales.
La temperatura en Centroamérica, que está situada entre el trópico de Cáncer y el ecuador, varÃ-a
más en relación con la altitud que con la latitud. Se distinguen tres principales zonas climáticas: la tierra
caliente, que se extiende desde el nivel del mar hasta los 910Â m de altitud y tiene un promedio de
temperatura anual de 24 ºC; la tierra templada, que se extiende desde los 915 m hasta los 1.830 m y
tiene una temperatura media anual de 18,3 a 24 ºC; y la tierra frÃ-a, que comprende la zona situada entre
los 1.830 y los 3.050 m, con un promedio de temperatura anual de 12,8 a 18,3 ºC.
Las costas caribeñas y las vertientes de las montañas orientales reciben el doble de precipitaciones
anuales que la costa del PacÃ-fico y las vertientes de las montañas occidentales. La relativa sequedad de las
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laderas de la costa del PacÃ-fico se debe a la presencia de aire frÃ-o estable producido por la corriente frÃ-a
de California. Esta corriente, como la de Humboldt, que corre paralela a la costa peruana, enfrÃ-a el aire e
impide la absorción de vapor de agua, reduciendo asÃ- las posibilidades de precipitación. Por el contrario,
los efectos del agua templada del mar Caribe permiten que el aire absorba abundante humedad, que es
transportada después por los vientos predominantes del Este. La condensación y los aguaceros tienen
lugar cuando los vientos fluyen hacia arriba y caen sobre las altas laderas de Centroamérica. Las
precipitaciones son más intensas en la costa de los Mosquitos, en el extremo oriental de Nicaragua. San Juan
del Norte recibe un promedio aproximado de 6.350 mm de lluvia al año.
FLORA
La actividad humana ha modificado de manera significativa la flora natural de Norteamérica, pero su
naturaleza básica todavÃ-a se mantiene en gran parte del continente. El bosque más notable es la taiga, o
bosque boreal, formado fundamentalmente por conÃ-feras, como piceas, abetos, tsugas y alerces; cubre la
mayor parte de Canadá meridional y central y se extiende hasta Alaska. Al este de Estados Unidos un
bosque mixto, dominado por árboles caducifolios al norte y por varias especies de pino amarillo al sureste,
ha sido en gran parte desmontado o talado, pero un área considerable ha vuelto a desarrollarse desde la
década de 1940. En la parte occidental del continente, los bosques están asociados principalmente a las
cordilleras montañosas, con un predominio de las conÃ-feras. En California, la secuoya de madera roja y la
secuoya gigante alcanzan un tamaño enorme. Los bosques tropicales de México se caracterizan por su
gran variedad de especies: tropicales (huayacán, caoba y cedro), conÃ-feras (abeto, cedro blanco y oyamel)
y bosques mixtos (encino, fresno, nogal y roble).
La vegetación de las áreas más áridas del subcontinente está compuesta sobre todo por praderas
y monte bajo. Las llanuras y praderas de Estados Unidos y Canadá meridional estaban originariamente
cubiertas de hierba, pero gran parte de la flora natural ha sido reemplazada por cultivos comerciales. Las
tierras de secano del oeste de Estados Unidos y México septentrional están ocupadas en algunas regiones
por una gran variedad de arbustos de porte bajo y mediano (mezquitales y nopaleras), asÃ- como por varias
especies de cactáceas, agaves y yuras. Entre la lÃ-nea septentrional del bosque y las áreas de nieves
perpetuas se extiende la tundra, con juncos, hierbas bajas, musgos y lÃ-quenes.
En Centroamérica hay una gran variedad de plantas, y la vegetación es similar a la que existe en
Norteamérica y Sudamérica. Las tierras bajas de selva tropical de las costas caribeñas y del PacÃ-fico
se parecen a la selva o floresta tropical de Sudamérica. Esto es especialmente cierto por debajo de los
1.000 m, donde son abundantes palmeras, helechos arborescentes, lianas y epifitas (plantas aéreas), que
reflejan el alto grado de humedad y de precipitaciones de la región. La vegetación muestra similitudes con
la de Norteamérica a altitudes localizadas entre los 1.000 y 1.600 m. Los bosques de pinos y robles de las
tierras elevadas se parecen a los de México. En las regiones altas de Guatemala crecen hierbas similares a
las que crecen en México y Estados Unidos. Y en Costa Rica, a 3.100 m, crecen hierbas altas que son
muy parecidas a las que crecen en los tres ramales de la cordillera de los Andes en Sudamérica.
FAUNA
La fauna salvaje nativa de Norteamérica era numerosa y diversa, pero la difusión de los
asentamientos humanos ha motivado la reducción del tamaño de los hábitats y del número de especies.
En general, la fauna de Norteamérica es similar a la de las áreas septentrionales de Europa y Asia.
Destacan los grandes mamÃ-feros, como los osos (el mayor de los cuales es el grizzly), el carnero canadiense,
el oso hormiguero, el ocelote, el venado, el bisonte (que formaba parte de la fauna caracterÃ-stica del norte de
México y de Estados Unidos, y del que actualmente sólo existen rebaños protegidos), el caribú, el buey
almizclero y el wapitÃ-. Los grandes carnÃ-voros incluyen el puma, el jaguar (en las regiones más
meridionales), el lobo y su pariente de menor tamaño, el coyote, y, en el extremo norte, el oso polar. Una
especie de marsupial, la zarigüeya, es endémica del subcontinente. De los numerosos reptiles, pocos son
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venenosos, como la serpiente coral, las vÃ-boras, la serpiente de cascabel, el monstruo de Gila y el lagarto de
collar, presente en el suroeste de los Estados Unidos y México, los únicos lagartos venenosos del mundo.
Gran variedad de peces y mariscos viven en las aguas marinas cercanas a la costa de Norteamérica, y otros
muchos peces pueblan los rÃ-os y lagos de agua dulce.
La mayorÃ-a de los animales de Centroamérica son parecidos a los que existen en Sudamérica y
sólo en algunos casos a los de Norteamérica. Animales como la zarigüeya, el jaguar, el margay y el
ocelote, que son miembros de la familia de los Félidos, tienen vÃ-nculos con los de América del Sur. Por
el contrario, el puma, el zorro gris y el coyote son de origen norteamericano. El armadillo, el oso hormiguero
y el oso bezudo sobreviven en las lagunas aisladas del oriente centroamericano. El manatÃ- se caza por su
carne, al igual que la gran tortuga verde y la iguana. América Central es el hábitat de una gran variedad de
serpientes, como la boa constrictor. Los papagayos, el quetzal y los tucanes son muy comunes en esta región
y hay muchas especies de peces; también son importantes los tiburones del lago Nicaragua.
RECURSOS MINERALES
Norteamérica posee enormes yacimientos de gran variedad de minerales importantes. Existe petróleo y
gas natural en importantes cantidades en el sur de Alaska, el oeste de Canadá, el sur y el oeste de Estados
Unidos y el este de México; grandes lechos de carbón se hallan al este y oeste de Canadá y Estados
Unidos; y mineral de hierro en el este de Canadá, norte de Estados Unidos y centro de México. Canadá
también posee importantes depósitos de cobre, nÃ-quel, uranio, cinc, asbesto y potasio. Estados Unidos
tiene grandes cantidades de cobre, molibdeno, nÃ-quel, fosfatos y uranio, y México posee notables reservas
de baritina, cobre, fluorita, plomo, cinc, manganeso y azufre, asÃ- como significativos yacimientos de oro y
plata, siendo actualmente el primer productor de plata en el mundo.
Los minerales de Centroamérica fueron el principal aliciente para atraer a los colonizadores
españoles. Existen yacimientos de oro y plata en Honduras y en las partes altas de Nicaragua. Honduras
también posee importantes yacimientos de plomo, cinc, cobre y mineral de hierro de bajo grado; Nicaragua
tiene grandes reservas de gas natural en aguas del PacÃ-fico. En las proximidades de Izabal, en Guatemala,
hay grandes yacimientos de nÃ-quel; también en este paÃ-s hay importantes yacimientos de petróleo,
entre ellos los cercanos a Chinajá. Costa Rica posee grandes cantidades de bauxita en los alrededores de
Boruca. Panamá tiene considerables yacimientos de cobre.
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