"La democracia europea contra el terrorismo" de Javier Solana publicado el 25 de marzo de 2004 Los atentados de Madrid nos han hecho recordar el poder de la amenaza del terrorismo en Europa. ¿Cómo podemos responder como políticos y ciudadanos a esta situación? El Consejo Europeo tratará hoy este asunto. En mi opinión, hay tres tipos de respuestas. En primer lugar, debemos mejorar la eficacia de la lucha antiterrorista en Europa. Nuestros gobiernos han mejorado la coordinación desde el 11-S. Se han promovido valiosas iniciativas, además de reforzarse la cooperación transatlántica. Ha habido importantes logros por parte de los miembros de los servicios de inteligencia y de la policía; tenemos que partir de esta base. A Europa no le falta ni la capacidad (judicial, policial, financiera y de los servicios de inteligencia), ni el deseo de luchar contra el terrorismo. La preocupación inmediata no debe ser tanto la creación de nuevos instrumentos, como la mejora de los ya existentes. Por otro lado, estamos todos de acuerdo en que la coherencia y la coordinación no deben convertirse en un ejercicio burocrático. En consecuencia, en su reunión de hoy, el Consejo Europeo se concentrará en el logro de resultados prácticos. Una prioridad consiste en que los servicios de inteligencia logren intercambiar información de manera más ágil y eficaz. Mi objetivo durante las próximas semanas consistirá en realizar propuestas concretas en esta línea. Además, debemos poner en práctica sin demora alguna las medidas legislativas ya aprobadas tales como la orden de arresto europea. Éstas constituyen herramientas judiciales y operativas esenciales para la lucha contra el terrorismo. Debemos también acelerar el fortalecimiento del control de fronteras y de la seguridad de los documentos de identificación, así como reexaminar las medidas de las que disponemos para prevenir la financiación del terrorismo. Con objeto de que nuestras actuaciones sean lo más coherentes y exhautivas posibles, he propuesto el nombramiento de un coordinador para la lucha contra el terrorismo. Fuera de Europa necesitamos reexaminar nuestra cooperación en este ámbito con otros países. Allí donde podamos ayudar a nuestros socios a reforzar sus capacidades en la lucha contra el terrorismo debemos hacerlo. Si algún país no se mostrara dispuesto a colaborar con nuestros esfuerzos, entonces deberemos replantearnos las bases de la relación que con él mantenemos. 1 En segundo lugar debemos mantener nuestra determinación de comprender y enfrentarnos a los factores que están detrás del terrorismo. Ninguna causa puede justificar el terrorismo, pero la ignorancia de sus causas tampoco estaría justificada. Está claro que existe una vena de fanatismo, que no atiende a argumentos políticos; pero ésta se nutre también de frustración y resentimiento. Cuando dichos sentimientos tengan un origen legítimo deben ser atendidos, no sólo por una cuestión de justicia, sino porque contribuirá a luchar mas eficazmente contra el terrorismo. El terrorismo ni puede servir, ni servirá, para promover les legítimas aspiraciones del pueblo palestino. Pero un esfuerzo decidido por parte de la comunidad internacional para tratar de estas aspiraciones con aquellos palestinos que rechazan la violencia supondría en si mismo un gran golpe contra el terrorismo. Por ello, el conflicto palestino-israelí y el sentimiento de desesperación en algunos países del mundo árabe no pueden ignorarse a la espera de que la batalla más amplia contra el terrorismo haya sido ganada. Por otro lado, mientras luchamos contra el terrorismo debemos también luchar por la estabilidad de la zona, el buen gobierno y el estado de derecho. En tercer lugar, todos nosotros, como ciudadanos europeos podemos y debemos defender nuestros sistemas democráticos poniendo en práctica y defendiendo los derechos más preciados. Los terroristas buscan la propagación de un clima de temor y represión. Una sólida fe en la democracia es nuestra mejor arma de defensa. Los que perciben un nuevo clima de retirada de Europa frente al terrorismo se equivocan. El día después de los atentados, asistí a la manifestación en Madrid, junto con dos millones de ciudadanos. En el ambiente no se respiraba temor, sino una tranquila determinación de honrar a las víctimas, imponerse frente al terrorismo y defender la democracia tan querida de los españoles. El hecho de que acudieran a las urnas un millón de españoles más que en las anteriores elecciones, es un signo inequívoco de la decisión de no dejarse intimidar por el terror. En España, como en el resto de Europa, la determinación por acabar con el terrorismo es compartida por todos. Al mismo tiempo existe un debate político legítimo sobre la mejor forma de llevar a cabo esta lucha. Suspender ese debate sería una traición a la democracia. Los europeos saben que la batalla no se ganará con facilidad. Los éxitos se mezclarán con los contratiempos. Los primeros no deben dar lugar a la autocomplacencia, y los segundos no deben sumirnos en la desesperación. Debemos enfocar todas nuestras energías en la defensa del estado de derecho, desde el propio estado de derecho. El terrorismo es un ataque a los valores sobre los que se ha construido Europa; sólo lograremos vencerlo a través de una firme adhesión a esos mismos valores. Javier Solana. Alto Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad Común. 2