miradas UNIVERSIDAD Muñoz Ledo en Los Ángeles El ex candidato y académico mexicano presentó su más reciente libro La ruptura que viene. En el documento escribe sobre la historia reciente de México y de cómo los movimientos sociales son necesarios para lograr cambios estructurales LA GACETA E n palabra quedó el cambio prometido por Vicente Fox, lo que se obtuvo fue una transición abortada porque el ex presidente “no tenía las dimensiones de un hombre de Estado” y en lugar de ser un “gobierno de coaliciones” prosiguió con los viejos estilos de gobernar, señaló Porfirio Muñoz Ledo, al presentar su libro La ruptura que viene, en Los Ángeles, California, en un evento organizado por PROFMEX y la Universidad de Guadalajara, sede Los Ángeles (UDGLA), el pasado 17 de noviembre. “Vicente cedió a las presiones de su esposa Marta Sahagún, que fue como una Hillary de Tepito”, dijo Muñoz Ledo, quien en 800 páginas ofrece un diagnóstico sobre la historia reciente y del futuro de México, y en el cual el autor sostiene que se está incubando la ruptura de un México que ha sido olvidado por los grandes intereses políticos, económicos y sociales. Ruptura, pactada o no, que significa la producción de un nuevo andamiaje constitucional, el establecimiento del Estado de Derecho y la transferencia del poder hacia los ciudadanos. Los avances históricos de la civilización se deben a la decisión de luchar y es hora de la participación ciudadana. “En México no ocurrió la ruptura con el pasado, no se estableció un régimen legal... Ahora son tres los partidos que roban”, indicó el político mexicano que se ha desempeñado en diversos cargos políticos, como la presidencia del PRI y del PRD. En nuestro país se añade la conciencia de que la política se ha convertido en el monopolio de los partidos políticos. No vivimos una auténtica democracia, sino lo que podríamos llamar una “partidocracia”. Para contrarrestarla, habría que definir los sistemas directos de participación ciudadana: referendo y plebiscito. Existe la necesidad de una reforma del Estado, tantas veces postergada, que presenta asignaturas pendientes y que fuera la fundación de una nueva República. Se necesita un cambio radical. Ese cambio —dice Muñoz Ledo— no podría darse en el Congreso. “No creo en el Congreso para impulsar el cambio que México necesita”. Lo que se requiere es “otro proyecto de nación” que estuviera fundado en una “democracia participativa”. “Creo que estamos en la era de las transiciones y las transiciones se hacen con movilizaciones sociales. Mi tesis como profesor es que en 1979 dejó de haber revoluciones armadas. Las últimas fueron la de Nicaragua y la de los Ayatolas, en Irán... Hay 30 años de historia que no ocurren cambios de gobierno por las armas. ¿Puede ocurrir [nuevamente] en el mundo?... No lo sé. No quiero ser el enterrador de las revoluciones armadas”. Otros temas Durante la presentación de su libro, que vio la luz desde mediados de 2008, el político mexicano habló también sobre Obama y los inmigrantes mexicanos. Sobre Barack Obama, presidente electo de los Estados Unidos, refirió que es un político nato con mucha inteligencia y le haría un replanteamiento del TLC respecto a qué es lo que quiere cambiar, ya que Obama expresó hacer cambios para que no haya tantos empleos que salgan de EEE. UU. Sin embargo, Muñoz Ledo manifestó preocupación porque “con el gobierno reaccionario y torpe de México…, me aterra que en las conversaciones de Obama llegue un grupo de enanos”. Acerca del tema de los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos expresó que las movilizaciones que algunas organizaciones planean realizar al día siguiente que Obama asuma la presidencia son recomendables. La legitimidad y utilidad de los inmigrantes en EE. UU. es algo evidente. Aunque aclaró que la inmigración no es por falta de empleos, es por la diferencia de salarios. [ lunes 24 de noviembre de 2008 11