Ahorré mi dinero para comprar una camisa muy especial Hola, soy Lanny. Yo estoy enamorado de una chica de la escuela, Rachel. Cuando veo a Rachel, me pongo muy nervioso. Se me caen mis libros y mis lápices y salgo corriendo. Yo ahorré mi dinero por tres semanas para comprar una camisa muy especial. Quería comprar una camisa especial para que Rachel me viera. Ahorré ochenta dólares. Fui a una tienda de ropa para hombres, “Executive Male.” Había muchas camisas en la tienda. Miré todas las camisas. El dependiente caminó hacia mí y me dijo, “Bienvenido, Señor.” Le dije, “Me gustaría comprar una camisa especial.” El dependiente me preguntó, “¿Qué talla usa?” Le dije, “Uso la grande.” El dependiente me dio una camisa. Me dijo, “Esta camisa es de seda, y es muy bonita. ¿Te gusta?” Miré la camisa con ojos grandes. Le dije, “Sí.” Fui al probador y me puse la camisa. El dependiente me preguntó, “¿Cómo le queda la camisa?” Le dije, “Me queda mal. Es muy grande.” El dependiente me dio otra camisa. Me dijo, “Esta camisa es de talla mediana, y está a la última moda. ¿Te gusta?” No me gustó la camisa. Le dije, “No. Parece una camisa de mujeres.” El dependiente me dijo, “Está a la última moda.” Tomé la camisa y fui al probador. Me puse la camisa. El dependiente me preguntó, “¿Cómo le queda la camisa?” Le dije, “Me queda bien. ¡Es perfecta!” Pagué ochenta dólares por la camisa y me fui. El próximo día, llevé la camisa muy especial a la escuela. Pasé por el pasillo y vi a Rachel. Me sentí muy nervioso. Rachel me dijo, “Hola, Lanny. Me gusta tu camisa.” No le respondí, pero me sentí muy, muy feliz. Fin