N° 133 23 En la ciudad de Rosario, a los días del mes de marzo del año dos mil diez, se reunieron en acuerdo los señores Vocales de la Cámara de lo Contencioso Administrativo N° 2, doctores Clara Rescia de de la Horra y Alejandro Andrada, con la presidencia de su titular doctor Marcelo Lopez Marull, a fin de dictar sentencia en los autos caratulados: "DE LARA S.R.L. contra MUNICIPALIDAD DE ROSARIO sobre RECURSO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO", Expte. C.C.A. 2 N° 136, año 2.005. A la Primera cuestión -¿es admisible el recurso interpuesto?-, el señor Juez de Cámara doctor Lopez Marull dijo: I.- 1. De Lara S.R.L., por apoderada, dedujo recurso contencioso administrativo contra la Municipalidad de Rosario tendente Resoluciones N° a que se declare 489 del 28.12.04 y la N° nulidad 069 el de las 13.04.05, dictadas por el Secretario de Gobierno de la demandada y la Resolución N° 0222 del 15.06.05 dictada por el Intendente Municipal, y la adopción de las medidas pertinentes para la reintegración del recurrente a la situación jurídica vulnerada. Previa consideraciones sobre la admisibilidad formal del recurso, relata que mediante Nota N° 332/04 SG de fecha 19.11.04 el Director General de Inspección General de Industria, Comercio y Servicios de la Municipalidad solicitó al Sr. Juez Correccional de la 9° Nominación copia de lo actuado en fecha 17.10.04 en el local comercial de calle Colombres al 1300 de Rosario (léase Carrasco al 1300) el cual gira bajo el nombre de fantasía “JADE”, que fuera objeto de desmanes que culminaron con la internación de una asistente al local. Indica que recepcionadas las actuaciones, la mencionada Dirección, por Nota N° 345/04 del 23.11.04, (fs. 59 expte. Adm. N° 39310/2004 I) solicita al Sr. Secretario de Gobierno se sirva disponer la caducidad de la habilitación oportunamente otorgada al local de calle Carrasco 1340 L. 1, en virtud de las consideraciones que transcribe. Continua relatando que previo dictamen de la Dirección General de Asuntos Jurídicos que aconsejó que “… conforme las constancias adjuntas se verifica la violación a diferentes normas (capacidad ocupacional, ingreso de menores, etc.). La denuncia al efecto ya fue radicada en el Juzgado Correccional N° 9 de Rosario. Atento lo expuesto y conforme lo normado por el art. 29 de la Ordenanza 7218, esta Dirección General entiende que se estaría en condiciones de decretar la caducidad del Permiso de Habilitación referido”. Señala que administrativas así emanadas las cosas, de las sin actuaciones propias autoridades municipales y con un dictamen caracterizado por su vaguedad y generalidad, sin acreditarse las causales invocadas, es decir sin la intervención de ninguna autoridad municipal competente que confirmen sumario penal obrante en el los y dichos sin mismo tener y contradictorios en Acta cuenta de el expuestos en el Parte Preventivo Procedimiento, documentos públicos suscriptos por funcionarios públicos, se dicta el 28.12.04 la Resolución N° 489 que dispone la caducidad de la habilitación otorgada el 02.12.02, Permiso N° 283902 a nombre de “DE LARA S.R.L.”, bajo el rubro “Cantinas. Servicio de mesa p/ consumo en lugar bailable” para el establecimiento sito en calle Carrasco N° 1340 Local 1. Afirma que lo realmente ocurrido el 17.10.04 según el Parte Preventivo y Acta de Procedimiento labrados por los funcionarios Bailable, policiales el día que 17.10.04 se encontraban siendo las en 4,00 la Cantina hs. se hizo presente en “Jade” personal de la Municipalidad de Rosario, quienes cortar le notificaron la música cumplimiento y a al las anunciaron concurrencia que instalaciones en debían calma personal 5,00 del hs., por a los lo que debían cual dieron altoparlantes comenzar aludiendo local a que a desalojar era orden la las de la Municipalidad, abriendo las dos salidas, y los concurrentes comenzaron a salir en forma ordenada, hasta que un grupo de unos 30 o 40 masculinos entran al pasillo de salida Sur, saltando y cantando cánticos relacionados a los simpatizantes del Club Rosario Central, comenzando otro grupo con cánticos del Club N.O.B., generándose en el pasillo un disturbio de proporciones, terminando en una avalancha, que no se pudo controlar, resultando señala Director el afectados Canalis algunos “sólo jóvenes sufrieron que lesiones como que podrían ser consideradas leves”. Precisa que los hechos descriptos por los funcionarios policiales actuantes, fueron ratificados por los mismos (fs. 13/14 expte. Adm.) y corroborados por el Encargado de Relaciones Públicas José Luis Liberatti (fs. 11 expte. Adm.), por los asistentes Andrea Lares (fs.19 expte. Adm.), Leandro Copani (fs. 24 expte. Adm.), Patricio Marcos Lattari (fs. 22 expte. Adm.) y otros. Agrega que en el Acta de Inspección N° 28322 del 17.10.04 los inspectores municipales actuantes sólo constataron como única comprobación “se notifica que debe ajustarse al Horario de cierre y corte de difusión musical”. Sostiene que contrariamente a lo afirmado por el Director a fs. 1 del expediente administrativo, no es cierto que “a raíz de la conducta irresponsable de su titular, se produjeron desmanes que culminaron con personas asistentes internadas en centros asistenciales de la zona”; lo cierto es que los disturbios y avalancha la producen un grupo de simpatizantes de los clubes de fútbol local no identificados, no pudiéndose atribuirse una conducta irresponsable por tal motivo al titular del local “De Lara S.R.L.”, máxime cuando la autoridad municipal actuante esa noche sólo constató y comprobó “desajuste en el horario de cierre, no siendo cierto que el “desalojo no pudo ser realizado en forma ordenada por las aparentemente puertas cerradas del mismo, conforme los testimonios titular, de realizar personas el concurrentes; desalojo solamente pretendiendo por la puerta su de ingreso”, contrariamente a lo afirmado por los funcionarios policiales presentes. Afirma que tampoco es cierto que “el local estaba excedido de la capacidad ocupacional para el desarrollo de sus actividades” como señala el Director General, porque conforme surge del Certificado de Habilitación, la capacidad máxima permitida y la constatada ese día fue de “410 personas”, sin labrar acta de comprobación en contrario. Por ello las declaraciones testimoniales que refieren con terminología genérica a “la multitud era empujada” (Parte Preventivo y Acta de Procedimiento), “gran cantidad de gente que se encontraba en el interior” (testimonial de Lares), “saliendo muy amontonados por la rampa” (testimonial de Borelli), son todas expresiones que dan idea de mucha gente, pero que de ninguna manera son sinónimo de capacidad ocupacional excedida, máxime cuando los inspectores actuantes esa noche no labraron acta de infracción alguna que compruebe esa falta o infracción. Indica que no es cierto que la conducta del titular sea aun mas reprochable “por el hecho de permitir el ingreso de personas menores de edad, según declaraciones testimoniales de los propios menores en el Sumario adjunto”, como señala habilitado el como Director “cantina General, bailable” porque y de el local conformidad está a la Ordenanza N° 7218 el rubro permite el ingreso de menores, salvo si el espectáculo es inconveniente para los mismos, no surgiendo del Sumario Judicial N° 3866 que esa noche se hubiere desarrollado un espectáculo inconveniente, entendido como indecoroso, que hubiera prohibido el ingreso de menores, no contando el local con antecedente alguno sobre “tergiversación del rubro”, ni los inspectores actuantes esa noche señalaron esa circunstancia. En suma entiende que la Resolución N° 489 es nula por resultar falsos los hechos o antecedentes en que pretende fundarse la medida adoptada. Le causa, endilga en tanto a se la Resolución fundamenta en N° 489 que vicio en “conforme la las constancias referidas, se verifica la violación a diferentes normas (capacidad ocupacional, ingreso de menores, etc.”), siendo que las constancias referidas son el Sumario Judicial Nº 3866/04 diferentes y del normas, mismo no siendo se por verifica otra la parte violación que el a acto impugnado debió haber explicitado concretamente que normas jurídicas se encontraban supuestamente violadas, cosa que no consta y por ello se encuentra viciado en su causa y motivación. Así, en relación a la capacidad ocupacional, indica que el art. 7 de la Ordenanza Nº 7218 dispone que el factor ocupacional para las cantinas bailables será de una persona por metro cuadrado de superficie útil, debiendo adecuarse las salidas de emergencias y sanitarios para uso público a la cantidad máxima autorizada de asistentes, pudiendo albergar la cantina bailable Jade, habilitada a De Lara S.R.L., 410 personas, no constatándose por autoridad municipal o policial que la noche desbordada, en según cuestión esa especifica, cantidad por lo hubiera que el sido primer antecedente de hecho en que la Resolución Nº 489 pretende encontrar su causa es falso. Con pretende “Jade” referencia encontrar fue al ingreso razonabilidad habilitada como la cantina de menores, resolución bailable en que impugnada, y no tiene prohibido el acceso de menores, salvo la excepción prevista en el art. 7 de la Ordenanza Nº 7218, que no ocurrió el día del evento, no constatando los inspectores actuantes como irregular la existencia de menores, por lo que este segundo antecedente también es falso. Por último, el fundamento que busca la resolución en la facultad conferida en el art. 29 de la Ordenanza Nº 7218, ni de las actuaciones administrativas, ni en el Sumario Judicial, ni en el Acta de Inspección Nº 28322 del 17.10.04, se han acreditado algunas de las causales descriptas en la norma y que habiliten la caducidad de la habilitación, circunstancia que es corroborada por declaraciones efectuadas a la prensa por el Director General de la Administración en fecha 19.10.04. Endilga también al acto impugnado vicio de procedimiento por haberse omitido el debido proceso, al no dársele al administrado la oportunidad de exponer razones, de ofrecer y producir prueba antes de disponerse la caducidad de la habilitación, no habiendo llevado a cabo la Municipalidad ninguna diligencia desde el incidente, 17.10.04, hasta el dictado de la resolución impugnada, el 28.12.04, ni ningún requerimiento efectuó a la actora para permitirle ejercer su derecho de defensa. También le atribuye vicio en la voluntad, en cuanto el Dictamen resolución, Resolución U.R. Nº entiende Nº 489, 29994-04 es al el que que quedar pretende provoca excluida la la fundamentar la nulidad de la voluntad de la Municipalidad por dolo, al tener como existentes hechos y antecedentes inexistentes o falsos, según precisa. Afirma que la Resolución Nº 69 es nula, pues deducido recurso de reconsideración, a requerimiento de la Dirección General de Asuntos Jurídicos, la Dirección General de Inspección acompaña una única Acta de Inspección, la Nº 28322 del 17.10.04, labrada a las 04,10 horas, con el informe que transcribe, y con ese informe se emite el dictamen U.R. Nº 731-05, el que sin analizar los vicios de la Resolución Nº 489 señalados en el recurso de reconsideración, expresa que “La capacidad ocupacional para 410 personas estaba excedida conforme el cumplimiento Acta del Nº 28322-fs. horario de 75- cierre exigiéndose y corte además de el difusión musical”, transcribiendo el informe, para concluir que “el rubro habilitado fue tergiversado según las constancias adjuntas” y luego, sin tener en cuenta los antecedentes de hechos tenidos en cuenta en la Resolución Nº 489, concluir que el rubro habilitado fue tergiversado debido a que de las constancias adjuntas se desprende que no existe en el lugar una superficie útil del 70% destinado al restaurante, tal como corresponde, modificando la causal de la sanción de caducidad. Sostiene que la Resolución Nº 69 considera que no es cierto que existan dichos contradictorios en el sumario penal, cuando existe incongruencia entre lo afirmado por el personal policial actuante, los inspectores municipales y lo informado relata, por siendo el Director falsos o General de Inspección, inexistentes los según hechos o antecedentes aludidos por el Director General, sumado a que los inspectores sólo constataron desajuste al horario de cierre, por lo que afirma que la sanción aplicada es ilegítima. Se agravia asimismo de la falta de confirmación de la autoridad administrativa de las derivaciones o conclusiones a lo que arriba de lo actuado en sede judicial, con el agravante de que no existió actuación administrativa alguna previa a la toma de la decisión sancionatoria, no surgiendo de las actuaciones judiciales los antecedentes de hecho indispensables y necesarios de constatar para proceder a la caducidad de la habilitación, ni tampoco de lo actuado por los inspectores municipales. Alega también vicio en la apreciación de los hechos, pues la Resolución Nº 69 expresa “Que los desmanes y disturbios producidos en esa oportunidad no fueron la causa de la caducidad decretada”, mientras que la Resolución Nº 489 expresa “donde constan desmanes producidos, que culminaron con personas asistentes internados en nosocomios de la zona”, de donde es clara que ese fue un fuerte argumento utilizado por la Municipalidad para resolver la caducidad, siendo que ese argumento es falaz, pues del Parte Preventivo policial surge que una sola persona fue derivada no a un nosocomio de la zona sino al Sanatorio Mapaci y dos jóvees asistidos en el lugar por el Sies y se retiraron por sus propios medios. Otros tres jóvenes que fueron derivados al Hospital Alberdi, fueron atendidos y luego se retiraron de alta. Puntualiza que la Municipalidad se ha basado en opiniones no constatadas, en pareceres, es dimes y diretes, para resolver algo tan delicado como es que el negocio deje de funcionar, con las consecuencias que ello acarrea, sin tener en cuenta los antecedentes de la actora y sin constatar según Acta de Inspección Nº 28322 que se haya cometido alguna infracción actuando susceptible fuera desempeño y reconoce de con de los un ser sancionada márgenes ensañamiento similitudes con de caducidad, legalidad, hacia el con la con actora tratamiento a mal que no otros emprendimientos. Insiste en que la Resolución Nº 69 introduce una causal falsa o inexistente como motivo de sanción distinta a la invocada en el acto sancionatorio primigenio, la Resolución Nº 489, no existiendo acreditada la tergiversación de rubro alegada, según surge de las actuaciones judiciales y administrativas que analiza; existiendo exceso de punición por no guardar antecedentes la del caducidad sancionado, dispuesta por lo relación que la misma con los resulta ilegítima. Indica que la accionada, lejos de advertir la nulidad de las Resoluciones Nº 489 y 69, dicta la Resolución Nº 222 del 15.06.05 rechazando el recurso de apelación y confirmando la caducidad impuesta, insistiendo en mantener los vicios que las afectaban a las recurridas: la capacidad ocupacional, la tergiversación del rubro, reiterando consideraciones precedentemente desarrolladas. Sostiene impugnadas el que vicio ha de existido desviación en de las resoluciones poder, pues la Resolución Nº 489 se funda para disponer la caducidad en dos causales: violación al factor ocupacional y presencia de menores; la Resolución Nº 69 encuentra su causa en la falta de tergiversación del rubro; y en la Resolución Nº 222 vuelve sobre la causal anterior: violación del factor ocupaciones e insiste con la tergiversación del rubro; no cumpliendo ninguna de ellas con la finalidad que inspiró la Ordenanza Nº 7218, persiguiendo causa y objeto una del finalidad acto de que no caducidad, corresponde según a la precisa, no siendo adecuadamente proporcional a la infracción la sanción aplicada, por lo que solicita la nulidad de las resoluciones impugnadas. A los fines de la reintegración de la situación jurídica que entiende vulnerada, la recurrente pretende la indemnización de los daños y perjuicios que la medida le ha ocasionado, estimándolos en la suma de $ 336.800 o en lo que en más o en menos surja de la prueba de autos, conforme analiza y precisa. En suma, previa reserva constitucional, solicita se haga lugar al recurso interpuesto en la extensión peticionada, con costas. 2. Admitido el recurso por Auto de Presidencia Nº 355 del 06.07.06 (fs. 69), comparece la Municipalidad de Rosario a estar a derecho (fs. 78), efectuando su responde mediante escrito de fojas 84/89, rechazo de la demanda e imposición de con expreso pedido de costas. En primer lugar niega en general y en particular los hechos y el derecho invocado que no sean motivo de un expreso reconocimiento de su parte. Seguidamente realiza algunas consideraciones sobre la responsabilidad en el control de los “boliches” bailables, indicando que lamentablemente la “tergiversación del rubro” con relación a los locales nocturnos, es moneda corriente, así como el dinamismo puesto de manifiesto por quienes regentean esos locales para burlar la ley, aun a costa de la seguridad elemento de quienes ponderable concurren del –que negocio, no al parecer- cabiéndole no duda es que conforme a las constancias del Sumario, eso ocurrió en el caso de autos, no pudiéndolo ignorar el titular de la empresa de vasta experiencia en el negocio de confiterías bailables, abundando en consideraciones no jurídicas sobre la necesidad de extremar las exigencias en orden a la seguridad de dichos locales para evitar los posibles eventos dañosos. En cuanto a los planteos nulificantes efectuados por la recurrente, aclara que el Municipio en ejercicio de su poder de policía, no ha incurrido en exceso al utilizar las constancias infracción del sumario administrativa, penal en como comprobación ausencia de una de la directa comprobación a través de su propio personal. En relación al “factor ocupacional” sostiene que a fs. 18 del expediente administrativo surge que la testigo Lares, presente ese día, relata: “…trato de salir hacia fuera debido a la gran cantidad de gente que se encontraba en el interior haciéndose muy difícil caminar adentro y divertirse, estábamos todos muy apretados, no pudiendo precisar la cantidad de gente”, y más adelante: “…el gran tumulto de gente ya se ve desde hace 3 sábados pasados”, y la testigo Esteban, a fs. 24, manifiesta: “Los chicos que estaban en la parte trasera ingresaron todos al local cerrado; éramos como 4.000 chicos”; y la testigo Borrelli, fs. 52, dice que “En el interior del Boliche éramos como 4.000 chicos cuando la capacidad es para 1.000”, por lo que, independientemente de que en los hechos la avalancha que imposibilitaría la salida ordenada es prueba contundente de un exceso en la capacidad prevista, las afirmaciones de los testigos son contundentes acerca del exceso de gente que se encontraba en el interior, en relación a la exigencia normativa. En relación a la supuesta violación del derecho de defensa, indica que no cabe considerar la cuestión, en tanto se está frente a una “caducidad” administrativa que opera en la análogo especie cuando se en modo comprueba el a la resolución incumplimiento contractual, culpable de alguna obligación a su cargo, teniendo el administrado los recursos correspondientes, sin perjuicio de lo dispuesto por el art. 29 de la Ordenanza Nº 7218 que no ha sido cuestionada. Con referencia a los achaques a la Resolución Nº 69/05, confirmatoria de la Nº 489/04, sostiene que hay una unidad entre ambas, y no introducción de nuevos elementos como señala la actora, pues ambas se basan en las constancias del sumario penal; y en cuanto a la ilegitimidad derivada de la ausencia de comprobación por parte de los inspectores municipales de las faltas que motivaron la caducidad, ello es indiferente, pues la administración puede valerse de todos los elementos de prueba para actuar en defensa del interés público, aun en contra del agente ineficaz. Reitera que de las constancias labradas en sede penal queda claro que lo que explotaba el actor era una “confitería bailable” y no una “Cantina”, siendo esta última un restaurante “con pista de baile” ya que el sector de mesas debe ocupar un 70% de la superficie útil del local, no habiéndose constatado en el sumario penal que el local haya estado destinado a restaurante, siendo clara las declaraciones de las víctimas que refieren a “bailar” a las 2, 4 o 4 de la mañana, algo absolutamente impropio de una Cantina, donde lo esencial es sentarse a comer y presumiblemente en horario razonable. Agrega que por ende no puede hablarse que la causal no se encuentre debidamente acreditada o que se esté frente a un exceso de punición o un proceder irrazonable, siendo la tergiversación de rubro una de las faltas mas graves en la materia. Concluye que el acto impugnado era la consecuencia lógica y natural de los hechos comprobados en el sumario penal y que ninguna duda puede caber que el negocio había tergiversado el rubro, refiriendo a la experiencia municipal y las consecuencias de esta tergiversación del rubro. En cuanto a los daños y perjuicios reclamados, afirma que no siendo nulo el acto impugnado, la pretensión accesoria no puede prosperar, y sin perjuicio de ello niega la acrecencia de algún daño en el patrimonio del actor. Previa reserva constitucional, solicita en suma se rechace la demanda, con costas. Abierta la causa a prueba (fs. 92), producida la que consta en autos, se agregan los alegatos de las partes (fs. 1.185/1.278; providencia de fs. autos, 1.280/1.289), queda la causa y consentida en estado de la ser resuelta. En cuanto a la admisibilidad del presente recurso (art. 23° inciso a) de la ley 11.330), no habiéndose modificado las condiciones tenidas en cuenta al dictarse el Auto de Presidencia de fs. 69, ni surgir del análisis de las actuaciones nuevos elementos que conduzcan a variar aquella postura preliminar, debe estarse a que el recurso resulta admisible. Así voto. A la misma cuestión, los señores Jueces de Cámara doctores Rescia de de la Horra y Andrada, compartieron los fundamentos vertidos por el Vocal preopinante y votaron en el mismo sentido. II. recurso A la Segunda interpuesto?-, el cuestión señor Juez -¿es de procedente Cámara Dr. el Lopez Marull dijo: 1. Conforme los términos en que quedara trabada la litis el núcleo del thema decidendum se centra en dilucidar si es nula la Resolución Nº 222/05 y sus precedentes por vicio en la causa al fundarse en antecedentes de hecho falsos o inexistentes por no haber comprobado los inspectores municipales que se hubiera excedido el factor ocupacional, la presencia de tergiversación menores del en rubro, violación que a condujeron la a norma la o sanción la de caducidad de la habilitación, procediendo en su consecuencia la reparación de los daños y perjuicios pretendidos; o por el contrario la razón le asiste a la accionada, que entiende que según las actuaciones judiciales se han comprobado las faltas imputadas resultando legítimos los actos impugnados y como consecuencia debiendo rechazarse la pretensión indemnizatoria articulada. 2. Preliminarmente debe señalarse que a los fines de la resolución abocarse al de la tratamiento presente de los causa, sólo agravios corresponde y defensas esgrimidas, deteniéndose -como corresponde- particularmente en los argumentos y pruebas producidas que se estimen conducentes y decisivas para componer este complejo litigio (Conf. Doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Fallos: 258:304; 278:271; 291:390; 308:584, entre muchos otros). Asimismo corresponde hacer presente los caracteres de esta jurisdicción, la que además de judicial, subsidiaria, especial, provocada, privilegiada y revisora es de “legitimidad”, por lo que con arreglo a las previsiones del art. 4 de la ley 11.330 -reglamentaria del presente recurso contencioso administrativo previsto en el art. 93, inciso 2) de la Constitución de la Provincia de Santa Fe-, para el esclarecimiento del sub examine fundamentalmente debe confrontarse el modelo abstracto de acto administrativo que exigía el ordenamiento jurídico aplicable a la fecha del dictado del acto en crisis, con el concreto efecto individual que el recurrente ha sometido a control de legitimidad, metodología de interpretación además que se encuentra avalada en la Exposición de Motivos de la Ley citada al precisar que: “Se acentúa el carácter de jurisdicción de ilegitimidad la que es objeto de la reglamentación, al exigir que el recurso se funde en 'un administrativo', vicio o sea, de en ilegitimidad su del disconformidad acto con el ordenamiento jurídico, a fin de evitar que, como ha solido ocurrir, se discuta su mérito, oportunidad o conveniencia, sustituyéndose en este aspecto a la propia Administración Pública“. De modo tal que, no corresponde ingresar al análisis de aspectos distintos a los que hacen a la legalidad del acto, pues ello vulneraría el principio de división de poderes, razón por la que concretamente debe comprobarse si el Secretario de Gobierno de la Municipalidad de Rosario, a la fecha de función emitir el acto administrativa impugnado, respetando ha el ejercitado “Principio la de Legalidad”, es decir, si lo en él resuelto objetivamente se adecua al ordenamiento jurídico administrativo vigente al momento de su dictado. 3. Sentado lo precedente, corresponde señalar que no se advierte óbice a que la administración, en función de documentos públicos administrativa, en el emitidos caso la por otra actuación de autoridad funcionarios policiales que labraron las correspondientes actuaciones que dieran origen a la instrucción del sumario penal que se adjunta, constituya el antecedente de hecho para fundar el acto ahora cuestionado, aunque no exista constatación de funcionarios municipales. Es que como bien señala Argañarás “...Los escritos redactados por los funcionarios públicos...en lo que respecta a la sustancia y contenido del acto, ellos deben considerarse probatorios a favor de la administración pública, en tanto no se demuestre presunción lo de contrario. verdad y Fúndase de esta legitimidad regla de la en la acción administrativa, asegurada por la vigilancia y el contralor directo o indirecto de los funcionarios u órganos que ejercen una u otra de esas funciones. Los escritos, sin ser instrumentos públicos, son, sin embargo, algo más que meros instrumentos privados...” (ARGAÑARAZ, Manuel J. “Tratado de lo contencioso administrativo”, pág. 315, Editorial Tea, Buenos Aires 1955). Por otra parte, la propia recurrente se remite a las actuaciones labradas por la autoridad policial y en sede penal a los fines de avalar su pretensión; y en suma, el principio de verdad material que rige en el procedimiento administrativo fundamenta la conclusión precedentemente señalada. 4. Realizadas las aclaraciones que anteceden, de las actuaciones administrativas acompañadas y de lo actuado en el sumario penal, surge que: a) El Director General de Inspección de Industrias, Comercios Secretario y Servicios de solicita, Gobierno en disponga fecha la 23.11.04 caducidad al Sr. de la habilitación del local de calle Carrasco 1340, L. 1, que funciona bajo el nombre de fantasía “JADE”, en virtud de que en fecha 17.10.04 se produjeron desmanes que culminaron con personas asistentes internadas en centros de asistencia de la zona y que afortunadamente podrían ser consideradas solo sufrieron leves, como lesiones consecuencia que de la conducta irresponsable de su titular, conforme actuaciones obtenidas del Juzgado Correccional N° 9 de Rosario que acompaña, al no poder desalojarse ordenadamente el local por las “aparentemente puertas cerradas” del mismo, conforme al testimonio de personas concurrentes; pretendiendo realizar el desalojo solamente por la puerta de ingreso; máxime teniendo en cuenta que el local estaba excedido de capacidad ocupacional y por permitir el ingreso de personas menores de edad (fs. 1 expte. Adm. N° 39310/2004-I). b) Previo dictamen N° 29994-04 de la Dirección General de Asuntos Jurídicos, el Señor Secretario de Gobierno dicta la Resolución N° 489 del 28.12.04 por la cual, entendiendo que se verifica la violación a diferentes normas (capacidad ocupacional, ingreso de menores, etc.) y conforme lo dispuesto en el art. 29 de la Ordenanza N° 7218, dispone la caducidad de la habilitación otorgada el 02.12.02 por Permiso N° 2839/02 a nombre de “DE LARA” S.R.L., bajo el rubro “Cantinas. Servicios de mesa p/consumo en el lugar bailable” para el establecimiento sito en calle Carrasco N° 1340 Local 1. (fs. 63 mismas actuaciones). c) Recurrida ésta y a solicitud de la Dirección de Asuntos Jurídicos se adjunta a las actuaciones Acta de Inspección N° 28322 del 17.10.04 efectuada a las 4,10 hs. en la que los inspectores actuantes observan “capacidad máxima 410 personas” y se notifica “debe ajustarse al horario de cierre y corte de difusión musical”, y previo el dictamen N° 731-05 el Sr. Secretario de Gobierno por Resolución N° 069 del 13.04.05, considerando que se desprende del sumario ajunto, que además de otras infracciones, el rubro explotado no era el de “Cantina” sino el de “Confitería Bailable”, habiendo tergiversado el rubro, resuelve rechazar el recurso de reconsideración y hacer lugar al recurso de apelación interpuesto subsidiariamente (fs. 80/81 act. Adm.). d) Tramitado el recurso de apelación, el Señor Intendente Municipal por Resolución N° 0222 del 15.06.05, considerando que la capacidad ocupacional estaba excedida, que no se explotado respetó no era el horario el de de cierre “Cantina”, y que además el de rubro otras consideraciones, resuelve rechazar el recurso de apelación (fs. 92 y vta act. Adm.). e) Se adjunta además Expte. Adm. N° 20871/2002-D donde consta el pedido de viabilidad para la instalación de una “Cantina Bailable” sita en calle Carrasco 1340 de Rosario (fs. 1), sobre un lote de 1.164,21 metros cuadrados de propiedad de Daniel Anastacio Gonzalez(fs. 2), el que según informe de inspección tiene una superficie útil de 620 metros cuadrados y con una capacidad de 620 personas, por lo cual y conforme las restantes consideraciones que efectúa entiende que el emprendimiento resulta viable (fs. 22), la que le es otorgada por Resolución N° 299 del 22.11.02, y cumplimentado lo requerido y previa aclaración del peticionante que utilizará el entre piso exclusivamente para que el personal de cocina utilice el baño y el vestuario, dejando expreso que no habrá acceso de público a ese sector (fs. 50), por Resolución N° 307 del 02.12.02 se otorga habilitación como “Cantina Bailable”, con una capacidad ocupacional de 410 personas(fs. 72/73). f) Juzgado En el Sumario Correccional de N° la 3866/04 9° instruido Nominación de por el Rosario, caratulado “N.N. S/ Lesiones” consta que en fecha 17.10.04 el funcionario policial actuante Sargento 1° Eduardo Carlos Gareto labra el acta policial, la que en síntesis relata que, encontrándose a cargo del servicio adicional en la confitería bailable “JADE”, siendo las 4 hs. se hizo presente personal municipal y notificaron al personal de la confitería que debían cortar la música a las 5,00 hs., a lo cual dieron cumplimiento y anunciaron por los altoparlantes, comenzando a desalojarse las instalaciones en forma ordenada, abriéndose las dos salidas, hasta que un grupo de 30 o 40 masculinos entran al pasillo de salida Sur saltando y cantando cánticos relacionados a los simpatizantes del Club Rosario Central y comenzando otro grupo con cánticos del Club N.O.B., generándose los disturbios que relata, cayendo gente al suelo y sobrepasada por la multitud, produciéndose como consecuencia de ello lesiones a las personas que indica y daños en las instalaciones que describe (fs. 2 y vta), ratificada en sus declaraciones testimoniales (fs. 9/10). g) Realizada inspección ocular y croquis del lugar (fs. 4/5) se recibe declaración informativa al Sr. José Luis Liberatti, quién depone que trabaja en el Boliche Bailable “JADE”, en la parte de relaciones públicas, quién coincide en la descripción de los hechos narrados por el personal policial, aclarando que se retiraban por ambas puertas de ingreso, una del sector de arriba y la restante de abajo y que en el boliche ingresan solamente mayores de edad, y cada uno que ingresa se le solicita los documentos personales y si entre los heridos se encuentra algún menor habrá entrado en el momento que se estaban produciendo los hechos (fs. 7/8). h) De las declaraciones testimoniales de las víctimas surge que: 1) Andrea Yaquelin Lares, de 18 años de edad, depone que el día domingo siendo aproximadamente las 3,00 hs. concurrió a bailar con amigas al boliche JADE y siendo las 5,30 hs. trata de retirarse debido a la gran cantidad de gente que se encontraba en el interior haciéndose muy difícil caminar por dentro y divertirse, estaban todos muy apretados, no pudiendo precisar en concreto la cantidad de gente, describiendo en coincidencia con el acta policial los hechos aclarando que ocurridos así como las lesiones sufridas, el gran tumulto de gente ya se ve desde hace tres sábados (fs. 15/16); 2) Patricio Marcos Lattari, de 16 años de edad, declara que ese domingo siendo aproximadamente las 4,00 hs. ingresó con amigos al boliche JADE donde se puso a bailar y aproximadamente a las 5,00 hs. siente por los altavoces que había que retirarse, comenzando la gente a retirarse con normalidad hasta que se producen los hechos que relata y describiendo las lesiones recibidas, aclarando ante la pregunta de si las puertas estaban cerradas, que no pudo ver, pero se enteró por unos amigos que las puertas de salida estaban cerradas (fs. 18 y vta.); 3) Leandro Copani, de 16 años de edad, depone que ese domingo siendo aproximadamente las 4,00 hs. con amigos ingresó a bailar al boliche JADE, describiendo los hechos producidos y las lesiones sufridas (fs. 20/21); 4) Alejandra Esteban, de 17 años de edad, depone que ese domingo se encontraba en la confitería JADE y al comunicarse que a las 5,15 hs. iban a cerrar más temprano por orden municipal, comenzaron a cerrar las puertas que dan al fondo y los chicos que estaban en la parte trasera ingresaron al local cerrado y eran como 4.000 chicos y chicas, produciéndose los hechos que describe así como las lesiones sufridas (fs. 24 y vta); 5) Mirabella Pamela Cintia, de 17 años de edad, declara que en relación a lo sucedido dentro de la confitería Jade dice que se encontraba bailando con amigas produciéndose un incidente entre un muchacho y su amiga por lo cual la retira a la puerta del local para hablar con la seguridad, que al ingresar nuevamente se producen los hechos que señala y sufre las lesiones que describe (fs. 31 y vta); 6) Melina Andrea Borrelli, de 17 años de edad, declara que el 17.10.04 siendo aproximadamente las 2,00 hs. ingresó con un grupo de amigos a bailar al Boliche Bailable JADE, comunicándose a los presentes que debían retirarse antes de las 5,30 hs. comenzando a salir estando solamente abierta la puerta del lateral izquierdo la que tiene la rampa y pasa a un lateral del baño de las mujeres, produciéndose una abalancha y es cuando abren las otras puertas, describiendo los hechos y las lesiones sufridas, aclarando que había aproximadamente 4.000 personas cuando la capacidad es para 1.000 (fs. 58/59). 5. En este proceso se diligenció la siguiente prueba: a) síntesis, La que testigo era Luciana adicionista Bergaglio de la manifiesta, cantina Jade, en que manejaba la parte restaurante para 210-220 cubiertos, que no recuerda que pasó ese día pero puede estar referido a un disturbio en la calle, que habría desde las 21. hs. y a las 12 de la 113/114); noche o Lisandro establecimiento con una como Tambone máximo depone funciones de dejaban que cajero era de ingresar (fs. empleado la barra, del que funcionaba como cantina, que no vio los incidentes, que se retiraba de trabajar a las 5,15 hs., que había dos o tres barras, que ingresaba gente hasta las 3,00 hs., pero la mayoría era para comer temprano (fs. 116 y vta); Gonzalo Martín Marinaro, ayudante de encargado de la cantina, depone que iban al lugar a comer las personas, entre 400 y 450 personas, que recuerda que un día hubo problemas con un grupo que se juntaba en la estación de servicio que quiso entrar y que no se los dejaba porque el ambiente era familiar, que la gente estaba saliendo y se trabó en la entrada con los que querían entrar, que el expendio de comida se cortaba a las doce o doce y media, que luego de esa hora no seguía entrando gente salvo que avisaran que eran de algún cumpleaños o que se estaba festejando o conocidos de los que habían hecho reserva, que había dos o tres barras (fs. 118/119); Melina Alfonsina Poloni declara que iba a esa cantina a comer y se quedaba a bailar, que ese día a la salida se armó un lío afuera y la gente se metió adentro, que no sabe si a la noche ingresaban chicos solo a bailar (fs. 123 y vta); José Luis Messino declara que hizo para la cantina mesas, trabajos de montajes, de vigas para techos aunque no recuerda todo el trabajo, por un monto de $ 60.000 o $ 70.000 (fs. 130 y vta); Víctor Ramón Inclacaterra depone que le hizo el trabajo eléctrico al establecimiento por un monto de $ 3.000 y $ 3.500 (fs. 134); Pablo Germán Melero declara que era proveedor de la cantina, que no puede precisar el monto de las expectativas comerciales frustradas, aunque si estima lo dejado de consumir en bebidas y el aporte publicitario de la marca (fs. 138 y vta.); Aldo Alberto Moretti declara que era proveedor y que si cerró cree que se le frustraron las expectativas comerciales (fs. 140 y vta). b) A fs. 164/178 la empresa Sancor Seguros acompaña la póliza de seguro de responsabilidad civil comprensiva emergente de Confitería Bailable, con ubicación de riesgo denunciada en Av. Costanera N° 1337 de Rosario otorgada a favor de De Lara S.R.L.; acompañándose asimismo certificación de la misma compañía por la contratación de seguro de responsabilidad civil para la actividad confitería bailable y bar de fecha 29.11.02 (fs. 240). c) A fs. 353 depone Domingo Federico De Girolami, empleado municipal quién suscribió el Acta de Inspección de fecha 17.10.04 cuya firma reconoce, manifestando que a la hora de la inspección no se puede constatar el factor ocupacional pues ello se hace a la apertura, que no constató tergiversación de rubro, que no efectuó otras observaciones o comprobaciones y que en cuanto a las salidas o material combustible si no figura en acta es porque no se constató; coincidiendo en igual sentido el testimonio de Miguel Angel Ramallo, inspector que también suscribió el acta. 6. Partiendo de la prueba reseñada que se estima conducente, jurídica resulta del acto conveniente revocado y abordar del acto la que naturaleza dispuso su revocación. En el primer supuesto nos encontramos frente al complejo tema habilitaciones, de las licencias, autorizaciones etc.) como (permisos, intervención de la administración por vía de consentimiento del ejercicio de una actividad, que al decir de Otto Mayer, se produce mediante un acto administrativo que levanta la prohibición preventivamente establecida por la norma de policía, previa comprobación de que el ejercicio de la actividad inicialmente prohibida no ha de producir en el caso concreto perturbación para el buen orden de la cosa pública. O como señala García de Enterría, la autorización se perfila hoy como un acto de la Administración por el que ésta consiente a un particular el ejercicio de una actividad privada, aunque inicialmente prohibida con fines de control administrativo tiempo la de su situación ejercicio, jurídica constituyendo correspondiente al propio (García de Enterría, Eduardo y Fernández, Tomás Ramón, “Curso de Derecho Administrativo II”, pág. 137, 1° Edición Argentina, Editorial La Ley, año 2006). En el caso, la autorización otorgada a la recurrente era reglada, pues la valoración entre la actividad permitida y el interés público tutelado ha sido realizada por el legislador, mediante el dictado de la norma reglamentaria de la actividad (ordenanza N° 7218), y cuyos requisitos debe cumplimentar para obtenerla. Luego, el acto de dejar sin efecto la habilitación, ahora impugnado, corresponde a las denominadas sanciones rescisorias de actos, que importa dejar sin efecto un acto administrativo favorable como consecuencia de una conducta realizada desde la titularidad de dicho acto; revocación de un acto, el de autorización, por haberse incumplido los requisitos exigidos por la norma de policía para que el mismo continúe produciendo sus efectos jurídicos para el futuro. Es por ello que la norma aplicable prevé que la misma autoridad que otorgó la habilitación puede, en uso de sus facultades, cuando se produzcan disponer produzca la la la caducidad reincidencia violación de las de de la habilitación faltas normas graves sobre y/o seguridad, salubridad e higiene. Asimismo podrá disponerse la caducidad del permiso de habilitación por violación de la Ordenanza 5845 (Prohibición de venta de alcohol a menores), por violación de clausura impuesta por autoridad administrativa (Art. 601.4 del Código Municipal de Faltas) o por violación a lo dispuesto en la Ordenanza N° 5319 (Salidas de emergencias) y las relativas a la tergiversación de rubros (art. 29 Ordenanza N° 7218). 7. Sentado que la administración goza de la potestad de revocar el acto de habilitación, debemos analizar si la misma ha sido ejercida legítimamente, tanto en su forma como en su contenido. Las partes no discrepan encontraba habilitado como capacidad ocupacional de en que Cantina 410 el negocio se con una Bailable, personas (Permiso de Habilitación N° 2839/02), y que según la norma que la rige éstas son locales donde se presta servicio de restaurante, se difunde música electrónicos, destinado al a con través pista de y restaurante números en actividad deberá vivo bailable. ocupar el y/o medios El sector 70% de la 17.10.04 se superficie útil del local. Igualmente produjeron en incidentes cuanto en el a que el mencionado negocio y que consecuencia de los mismos se produjeron las lesiones a las personas que se indican y los daños constatados por la autoridad policial; y que la caducidad de la habilitación se fundó en los antecedentes de hecho de los que dan cuenta las actuaciones policiales y judiciales labradas en su consecuencia. Sin embargo discrepan, entre otros argumentos, en la acreditación de la tipicidad de las faltas que entendió configuradas la administración y en función de las cuales el Secretario de Gobierno dictó la Resolución en crisis y las confirmatorias posteriores. En particular la recurrente entiende que el acto se encuentra viciado en su causa, pues de la prueba existente no surge debidamente acreditada la presencia de menores en contravención a la norma, que se haya excedido la capacidad ocupacional conforme al límite establecido en la habilitación y que haya existido tergiversación del rubro de cantina bailable a confitería bailable. A los fines de dilucidar esta cuestión, parece necesario señalar, porque resulta plenamente aplicable a la presente causa, que la administración en un estado de derecho, sujeta al principio de legalidad, más allá de los fines de interés público que persiga, por más loables que sean, no puede dejar de conducirse con absoluto respeto a los principios y normas que conforman su actuación, contando con personal capacitado para ello, estando obligada a garantizar y respetar adopción los de derechos los medios de los administrados adecuados al fin mediante perseguido. la Toda actuación que se aparte de ello no puede ser aceptada, pues el interés público comprometido en la legalidad y correcta actuación del Estado importa, en principio, un valor superior a cualquier otro fin particular de interés público que se pretenda. Conforme al criterio expuesto precedentemente, no puede dejar de señalarse que el Acta de Inspección labrada por los inspectores municipales el día de los hechos a las 4,10 hs, Nª 28322, sólo consigna que se notifica al responsable del local que debe ajustarse al horario de cierre y corte de difusión musical; y que al prestar declaración testimonial en esta instancia ambos inspectores deponen que no se constató tergiversación del rubro, no efectuándose otras observaciones (fs. 353/354 vta). Tampoco accionada de que aparece convincente conforme al lo croquis afirmado por la elaborado por la autoridad policial, las instalaciones no responderían a la exigencia de que el 70% de la superficie útil se encontrara dedicada a la actividad de restaurante. Ello así, pues la inspección ocular y el croquis no representan una inspección y un plano técnico, con detalle del total del mobiliario existente, para concluir sin más como lo hace la accionada, sino sólo el necesario a los fines de la investigación penal de los hechos, no obstante puede señalarse que la inspección ocular señala que pasada la zona de baile, cuenta con un tinglado donde se hallan mesas y sillas y pasado ello se encuentra una carpa con barras, y en la parte superior mesas y sillas, lo cual no aparece en el croquis (fs. 4/5). A ello puede aun agregarse que conforme a los planos presentados a los fines de actuaciones 02),tampoco obtener la habilitación, administrativas se (fs. 15, individualiza el acompañados Expte. N° sector a las 20871-D- destinado a restaurante, o que conforme a plano surja dicho porcentaje excluida las tres barras, pista y demás instalaciones. Es cierto que de las declaraciones testimoniales prestadas por investigados quienes surge resultaron que, menos víctimas uno, los de los hechos lesionados eran menores de edad, pero tal presencia no se encuentra prohibida para el rubro cantina bailable, como bien lo indica la recurrente, y que al deponer que fueron a bailar en horarios posteriores a las 2,00 hs. o que había gran cantidad de gente que se encontraba en el interior haciéndose muy difícil caminar por dentro y divertirse, estaban todos muy apretados, no pudiendo precisar en concreto la cantidad de gente (Andrea Yaquelin), que eran como 4.000 chicos y chicas (Alejandra Esteban), que había aproximadamente 4.000 personas (Melina Andrea Borrelli), permitiría presumir que, al menos ese día, podría existir mayor concurrencia que la capacidad ocupacional permitida o que la actividad desarrollada no se adecuaba al rubro habilitado, pero tal presunción se contrapone con la actuación de los funcionarios municipales intervinientes, constataron que categóricamente tergiversación de rubro manifiestan y que no que no efectuaron control de la cantidad de concurrentes atento la hora de la inspección; y tampoco dicha circunstancia surge del acta labrada por los funcionarios policiales. Ante ello, las presunciones no resultan suficientes a los fines de acreditar adecuadamente la causal en que se funda la caducidad de la habilitación dispuesta, ni tampoco es suficiente para ello que la póliza de responsabilidad civil comprenda el daño emergente de confitería bailable, póliza acompañada por otra parte sin observaciones al solicitarse la habilitación, máxime teniendo en cuenta la gravedad de la consecuencia jurídica del acto impugnado. Es cierto que como sostiene la recurrida debe actuarse con celo en materia de seguridad en relación a la actividad desarrollada en los lugares bailables, pero no es menos cierto que ello impone de la autoridad competente respectiva una actividad de vigilancia y control más intensa, una verificación constante de su funcionamiento, que permita detectar las violaciones a las normas respectivas y sancionar adecuadamente su incumplimiento, pero conforme las constancias acompañadas no surge que, al menos en el caso que nos ocupa, tal celo lo haya ejercido la administración, al menos sus inspectores no detectaron irregularidad alguna y por otra parte de los antecedentes del local no surge que haya infringido desde su habilitación la normativa aplicable, en la materia que nos ocupa o al menos no ha sido constatado por la autoridad pública. Por otra parte, no puede dejar de señalarse que llama la atención que la autoridad de control, al anoticiarse de los hechos ocurridos, no haya efectuado, pudiendo hacerlo, una investigación administrativa conducente a acreditar si efectivamente el titular del establecimiento había incurrido en violación a la normativa aplicable tipificada en los hechos que den lugar a la sanción solicitada, limitándose a acompañar las actuaciones policiales y sumariales, que no resultan, como hemos especificado, suficientes para tal fin. A debido ello proceso necesaria debe agregarse legal, certeza del que que, derecho los de medios la preservación defensa, y probatorios de del la deben proporcionar de la conducta del sometido a un procedimiento sancionatorio, no pueden ser soslayados en el ejercicio de la actividad punitiva del estado, ni sacrificados en procura de un fin de eficiencia, ante hechos cuya acreditación no se encuentra objetivamente demostrada, cuando la administración ha podido, como en el caso, arbitrar los medios para de ser reprochable la conducta, probarla, pues los derechos reconocidos en la Constitución, aplicables en la materia, exigen prioritariamente de la autoridad pública someterse a sus preceptos para garantizar la legalidad administrativa rectora de su actuación. Las sospechas, presunciones, máxime teniendo en cuenta que los propios inspectores municipales presentes a las 4,10 hs. no constataron dichas violaciones, ante la falta de pruebas que la confirmen, no han dejado de ser eso y sobre tales bases fácticas no puede admitirse como legítima la causa del acto cuestionado. Lo expuesto, considerar que en su causa es suficiente a los fines de el acto impugnado resulta ilegítimo por vicio al no haberse acreditado adecuadamente los antecedentes de hecho necesarios a los fines de tipificar la conducta del titular del negocio en el supuesto contemplado en la norma aplicable. 8. Ante la conclusión a la que se arriba precedentemente, corresponde expedirse sobre la pretensión de indemnización de los daños y perjuicios que el acto pudo haber provocado. La recurrente al demandar lo estima en la suma de $ 336.800 o en lo que en más o en menos estime el Tribunal; y al alegar lo cuantifica como daño emergente en $ 110.000. Al respecto puede señalarse que no sólo debe acreditarse el hecho generador y la relación de causalidad adecuada de un posible daño, en el caso la clausura de la actividad que conforme al orden normal de las cosas produce la pérdida de la utilidad que la actividad podía producir o gastos ya comprometidos, sino que resulta menester probar conforme cuantía. a derecho el daño efectivamente sufrido y su Así hubiere hecho ha dicho acreditado generador de la en jurisprudencia forma la fehaciente que la responsabilidad y “Aunque existencia la se del relación de causalidad entre éste y el perjuicio sufrido, para que la indemnización resulte viable es de fundamental importancia probar en forma directa y propia la existencia del daño y su cuantía, pues si dicha prueba no se produce, no se tendrá conocimiento concreto del objeto de la reparación, cuya existencia se determina por el perjuicio sufrido” (Cam. Nac. Com. Sala C, 3-5-88 (L.L. 1989_C-620, N° 6116). Daño, agregamos, que no sólo en su producción sino en su cuantía corresponde probar a quien lo demanda; puntualizándose que la anulación de un acto administrativo no conlleva automáticamente el reconocimiento del derecho a indemnización. En autos, la recurrente pretende probar la cuantía del daño emergente testimoniales manifiesta que de se que José le entiende Luis ha sufrido Messineo adeudan $20.000 (fs. por con 136) pruebas quien trabajos de carpintería realizados, o con la declaración de Víctor Ramón Inclacaterra, quién depone que por trabajos de electricidad le abonaron la suma de $ 3.000 o 3.500; o por la pérdida de sponsors y contratos varios por la suma estimada de $ 75.000 (declaraciones testimoniales de fs. 138, 140, 142 y 369 sin precisar concretamente los montos, sólo algunos estimando lo que podría resultar de ello); o por gastos de publicidad e imprenta, declaración testimonial de fs. 360 que lo estima el testigo en la suma de $ 4.000). Es oportuno señalar que la recurrente no acompaña prueba documental alguna de los cuales pueda extraerse la cuantía del perjuicio efectivamente sufrido, no resultando sólo la prueba testimonial suficiente a los fines de acreditar el daño y su cuantificación. Siendo que la carga de la prueba del daño pesa sobre el recurrente, quién ha dispuesto de la posibilidad de hacerlo, sin que el Tribunal pueda suplir tal omisión, y no habiendo necesaria efectuado a los tal actividad fines de probatoria estimar el en posible la forma perjuicio sufrido, frente a la presunción del daño que pudo haberse ocasionado, corresponde diferir a la etapa de ejecución de sentencia su cuantificación, a cuyo respecto la recurrente deberá acreditar en legal forma y mediante prueba fehaciente el quantum del posible daño producido. 9. En cuanto precedentemente a señalado, las costas, atento corresponde a diferir lo el pronunciamiento sobre la imposición de costas y la regulación de honorarios, ejecución de hasta tanto sentencia el se resuelva posible daño en la etapa de que la actividad administrativa declara ilegítima ha podido causar. Es mi voto. Sobre la misma cuestión los señores Cámara doctores Rescia de de la Horra y Andrada, Jueces de expresaron análogos fundamentos a los vertidos por el señor Juez de Cámara doctor Lopez Marull y votaron en igual sentido. A la Tercera cuestión, -¿qué resolución corresponde dictar?, el señor Juez de Cámara doctor Lopez Marull dijo: Atento el resultado obtenido al votar la Segunda cuestión, corresponde declarar procedente el recurso interpuesto, declarando la nulidad de la Resolución N° 489/04 y de sus confirmatorias N° 069/05 y 0222/05. Diferir a la etapa de ejecución de sentencia la cuantificación del daño que la actividad administrativa respecto la recurrente mediante prueba deberá fehaciente ha podido acreditar el quantum causar, en legal del a cuyo forma posible y daño producido. Diferir el pronunciamiento sobre la imposición de costas y la regulación de honorarios, hasta tanto se resuelva en la etapa de ejecución de sentencia el posible daño que la actividad administrativa declara ilegítima ha podido causar. A la misma cuestión, los señores Jueces de Cámara doctores Rescia de de la Horra y Andrada, manifestaron que la resolución que correspondía adoptarse era la propuesta por el señor Juez de Cámara doctor Lopez Marull y así votaron. En mérito a los fundamentos del acuerdo que antecede, la Cámara de lo Contencioso Administrativo N° 2 RESOLVIÓ: Declarar procedente el recurso interpuesto, declarando la nulidad de la Resolución N° 489/04 y de sus confirmatorias N° 069/05 y 0222/05. Diferir a la etapa de ejecución de sentencia la cuantificación del daño que la actividad administrativa ha podido causar, a cuyo respecto la recurrente deberá acreditar en legal forma y mediante prueba fehaciente el quantum del posible daño producido. Diferir el pronunciamiento sobre la imposición de costas y la regulación de honorarios, ejecución de hasta tanto sentencia el se resuelva posible daño en la etapa de que la actividad administrativa declara ilegítima ha podido causar. Registrarlo y hacerlo saber. Con lo que concluyó el acto, firmando los señores Jueces de Cámara por ante mí, doy fe. LOPEZ MARULL RESCIA DE DE LA HORRA ANDRADA CASIELLO