6 Los asaltantes entraron cuando uno de los jóvenes llegaba de

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Justicia, Seguridad y Policía
La Plata, martes 9 de mayo de 2000
DELINCUENTE DETENIDO EN UN ROBO
Dos hermanos asaltados en su
casa golpearon a los ladrones
Los asaltantes entraron cuando uno de los jóvenes llegaba de trabajar con su novia. Uno comenzó a revolver la casa,
mientras el otro los custodiaba en una habitación. Aprovechando una distracción, lo desarmaron y lo golpearon
Martín Diego Peloni tiene 20 años. Su hermano Cristian 22. Ambos estaban en su casa de
49 entre 20 y 21 ayer a la madrugada cuando,
junto a Natalia, la novia de Cristian, fueron sorprendidos por dos ladrones que entraron armados y los redujeron durante varios minutos,
mientras buscaban elementos de valor dentro
de la vivienda.
Pero esta vez la historia no terminó como la
mayoría de las veces. Y fueron los mismos que
entraron armados quienes se fueron con las
manos vacías y el rostro marcado por las manos
de los hermanos Peloni. “Lo que hicimos fue
una locura... no queremos que quede como un
acto heroico porque podría habernos salido
mal...”. “Fue una confusión, un instante, eran
ellos o nosotros pero no debiera tomarse como
un ejemplo”, dicen a dúo los Peloni, sentados
en un sillón, en el living de su casa. Y rodeados
de sus amigos que llegan preocupados por el
hecho, relatan la historia que vivieron horas antes, en el misma lugar pero con dos desconocidos empuñando un arma.
Era la una de la madrugada cuando Cristian
y Natalia volvieron de la pizzería donde trabajan. Estacionaron el auto frente a la casa y descendieron. Martín estaba dentro de la vivienda,
quien los recibió a ambos.
No bien ingresaron a la casa Cristian subió a
la planta alta y entró a una de las habitaciones,
a la misma que minutos después volvería a ingresar pero por la fuerza y con un arma apuntándole a la cabeza. Martín estaba en la cocina
y Natalia aprovechó para cerrar con llave el auto que estaba en la vereda. Fue en ese instante,
luego de poner bajo llave el vehículo y mientras
entraba, cuando fue sorprendida por dos jóvenes que poniéndole un arma en la cabeza la llevaron hasta la cocina donde estaba su cuñado.
“Nos quedamos mudos, estábamos tranquilos en casa, ellos acababan de llagar y de repente se te aparece un tipo con un revólver en la
mano”, relata Martín mientras gesticula con sus
brazos. La madre a su lado lo escucha atenta
otra vez. Ya escuchó el relato pero sigue sin po-
que necesitó Cristian para impedir el robo.
Golpes, corrida y detención
Evaluación. “Fue una locura, podría habernos salido mal”, dicen Martín y Cristian
der creerlo, aún tensa por la situación que vivieron sus hijos.
Buscaban dinero
-Dame la guita - fue lo primero que pidieron
los ladrones mientras tenían encañonado a
los jóvenes. Pero la respuesta era que “dinero
no tenemos”. Entonces los ladrones decidieron repartirse la tarea: el que tenía el arma subió con sus dos rehenes a una habitación y el
otro se quedó en la planta baja revisando en
busca del botín. Fue mientras subían las escaleras cuando el ladrón se percató que eran
tres y no dos las personas que había dentro de
la vivienda; Cristian salió de su habitación y
se encontró ni más ni menos que con su novia y hermano subiendo las escaleras encañonados por el delincuente.
Los tres fueron introducidos a la habitación.
“Nos hizo sentar en la cama y nos apuntaba con
el arma mientras nos pedía la plata”, agrega
Cristian. El ladrón estaba muy nervioso y fue
por eso que Natalia le dijo que en su cartera tenía la recaudación de la pizzería de la cual acababan de llegar.
Pero no contento con el botín, y mientras su
cómplice revisaba toda la casa, quien empuñaba el revólver comenzó a tironear de los dedos
de Natalia para quitarle los anillos que llevaba.
Fue el error que le costó el atraco y el segundo
Una distracción le bastó al mayor de los hermanos para trabarse en lucha con su victimario
y lograr quitarle el arma. Cristian se tiró sobre el
delincuente y forcejeó hasta dominarlo. Cayeron
al suelo. Ambos tenían sus manos en el revólver.
Con la ayuda de Martín el arma quedó en manos de los Peloni pero el ladrón que estaba en la
planta baja irrumpió en la habitación luego de
escuchar ruidos extraños. Fueron dos contra
dos. Los hermanos contra los dos ladrones. Salieron de la habitación que se transformó en un
verdadero ring. Mientras Natalia llamaba a la
policía su novio y su cuñado caían por la escalera tomados a golpes de puño con los asaltantes.
“Ya estábamos abajo (planta baja) cuando primero uno y después el otro salieron corriendo”,
contó Martín en diálogo con Trama Urbana, y
fue él mismo quien salió corriendo a los ladrones.
La persecución duró poco más de dos cuadras. En 23 y 47 Peloni alcanzó al delincuente
rezagado y lo tomó nuevamente a golpes de puño. “No fue necesario pegarle más”, relató el joven y explicó que hasta pudo intercambiar algunas palabras con el ladrón antes de que llegue la
policía que, a esa altura, ya había recibido varios
llamados de los vecinos además del de Natalia.
Según contó Martín “el ladrón, que aparentaba tener más años pero es un chico de 17 -recalcó-, me dijo que entraron porque justo pasaban
por ahí y la vieron a mi cuñada sola que entraba en la casa”.
El menor quedó detenido y su identidad no
trascendió por razones legales. Según se supo
debió ser internado por las lesiones sufridas
aunque se encontraría fuera de peligro.
Mientras recuerdan lo sucedido, los hermanos
Peloni repiten que “prácticamente fue un
error... no volveríamos a hacerlo. Fue una locura, nos podría haber salido mal”, repitieron una
y mil veces.
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