Cap 6 El segundo periodo transicional

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La transición de los dientes posteriores y la emergencia del segundo molar
permanente- el segundo periodo transicional
Aproximadamente a los 10 años de edad el primer diente deciduos en la región posterior
usualmente un canino mandibular se exfolia. Esto ocurre en más de un año y medio después
de que el lateral superior ha emergido como el último de los deciduos permanentes y como
un año después de que este ha llegado al plano oclusal. En contraste a la situación de los
incisivos una marcada variación existe en la secuencia de exfoliación de los dientes
posteriores y la emergencia de sus sucesores. Una secuencia desviada de emergencia
comúnmente no ocurre en ambos sectores anteriores ya que la localización de los incisivos
permanentes antes del inicio de la erupción y las condiciones espaciales de la mandíbula
impiden esto. Un impedimento comparable no existe para las regiones mandibulares y
maxilares posteriores ya que los dientes permanentes se encuentran más separados antes de
su emergencia y no hay apiñamiento antes de la mandíbula. Una excepción de esto es la
relación entre el primer premolar y el canino permanente en el maxilar. Durante la
formación los dientes están muy próximos el uno al otro y se superponen verticalmente. La
esquina distal que ya se ha calcificado del canino permanente es directamente adyacente a
la región cervicomesial en formación al primer molar. Por lo tanto el primer premolar
maxilar muestra una concavidad en la superficie mesial en la unión amelocementaria (fosa
canina). Una concavidad mesial comparable está ausente o presente en baja proporción en
el segundo premolar maxilar cuya morfología coronaria fuertemente se asemeja a la del
primer premolar maxilar. De acuerdo a esta mutua relación entre el canino permanente
maxilar y el primer premolar, el primer premolar erupciona primero. Como una regla sólo
cuando las condiciones espaciales son tan amplias que la situación se haga comparable a lo
que ocurre en la mandíbula, puede el canino maxilar permanente emerger antes que el
primer premolar. Bajo estas condiciones el primer premolar maxilar no actúa como un
obstáculo para el canino.
La secuencia más frecuente de emergencia de los dientes permanentes posteriores con
predecesores en la mandíbula es: 1.- Canino 2.- primer premolar 3.- Segundo premolar. En
el maxilar: 1.- primer premolar 2.- Segundo premolar 3.- Canino. Estás secuencias se ven
en la figura 6-1. que demuestra la transición en el sector posterior y la emergencia de los
segundos molares permanentes. Los dos dientes listados arriba como los dos primeros en
aparecer en cada mandíbula pueden ser visibles en la boca simultáneamente o poco tiempo
uno después de otro. En la mandíbula todos los tipos de variaciones pueden ocurrir en la
secuencia de emergencia en la secuencia de caninos y premolares, lo mismo ocurre para el
maxilar con la restricción ya indicada, que como regla el primer premolar precede al canino
en emergencia.
En la mayoría de los casos el segundo molar permanente emerge después de que todos los
dientes temporales han sido perdidos y reemplazados. Sin embargo en muchos casos el el
segundo molar permanente aparece en boca cuando aún tiene vecino al segundo molar
temporal (figura 6-2).
En cada maxilar los tiempos de transición correspondientes al lado izquierdo y derecho
pueden variar considerablemente. Además la secuencia de emergencia en los dos lados de
los maxilares puede ser distinta. Incluso la transición en la mandíbula usualmente va
adelantada a la del maxilar.
La secuencia combinada de transición de los dientes posteriores en la mandíbula y en el
maxilar determinan cuando un plano terminal se va a resolver. Este cambio no ocurre antes
de que el segundo molar mandibular sea eliminado y subsecuentemente la oclusión de los
primeros molares permanentes pueda mejorar. En casos de un plano terminal con un claro
escalón mesial, una sólida intercuspidación de los primeros molares permanentes es
usualmente presente antes de la transición de los dientes posteriores. Bajo estas
condiciones, una migración mesial del primer molar permanente mandibular en relación al
maxilar no es necesaria y tampoco va a ocurrir a los más levemente. Las dimensiones
coronarias mesiodistales de los premolares son menores que las de sus antecesores. Esto
especialmente es verdad para los segundos molares mandibulares, como y un poco menos
para los segundos premolares maxilares y levemente para los primeros premolares
mandibulares y maxilares. La situación reversa se presenta en los caninos, la corona del
canino maxilar permanente es considerablemente más ancha que la de su antecesor, en la
mandíbula la diferencia es menos marcada. En ambas arcadas dentales el espacio extra que
se necesita para la corona ancha del canino es usualmente presente como diastema antes de
la pérdida de sus predecesores. Además parte del espacio extra que queda después del
reemplazo de los molares temporales por los premolares puede ser usado para mejor la
posición del canino si fuese necesario. Cuando emergen los caninos el exceso de espacio es
mas largo en la mandíbula que en el maxilar. Las condiciones para una buena alineación
canina por lo tanto son más favorables en la mandíbula que en el maxilar.
Antes de la transición, el canino permanente y los premolares se acercan a las coronas de
sus predecesores cuyas raíces se reabsorben concomitantemente. Además la reducción del
hueso alveolar continua en borde cervical de los dientes temporales que se van a perder.
Las raíces de los molares temporales se reabsorben casi completamente. Un premolar
erupcionando se mueve hacia la corona del predecesor y finalmente entra en ella. La corona
de un molar temporal puede aparecer como un sombrero en la corona del premolar.
Comúnmente la superficie vestibular de la corona de un premolar es visible antes de la
pérdida de la corona del molar que lo cubre. Cuando esta se pierda finalmente el premolar
se expone. No hay un intervalo de tiempo entre la salida del molar temporal y la
emergencia del premolar sucesor, cosa que si ocurre en el recambio incisivo. Al contrario,
generalmente un premolar no emerge después si no antes de la pérdida de su predecesor.
Otra diferencia y probablemente asociada con la situación de los incisivos es que el canal
gubernacular de los premolares no termina en la superficie oral del proceso alveolar
lingualmente con respecto al predecesor si no que lingualmente en el alveolo con respecto a
esto la situación de los caninos es comparable a la de los incisivos. En los caninos el canal
gubernacular termina lingualmente con respecto a la corona del canino deciduo en la
superficie oral del hueso alveolar. Antes del inicio de la erupción y de ahí en adelante la
punta cuspídiea del canino permanente en ambos maxilares se posiciona hacia lingual a la
reiz de su predecesor. Por el otro lado la superficie vestibular de la corona del canino
permanente se posiciona más vestibularmente que la corona del canino temporal
correspondiente y su raíz. Como tal las coronas de los caninos permanentes son
distintamente manifiestas y palpables en ambos maxilares antes de su emergencia. Este
fenómeno se relaciona con el largo abultamiento vestibular de la corona del canino
permanente (particularmente en el maxilar), y la inclinación de este diente en la mandíbula
con la parte que se está formando de la raíz que se posiciona levemente lingual a la corona.
(Particularmente en la mandíbula).
Mientras más dientes de estos hayan cerca del plano oclusal, más afectan la morfología oral
de las estructuras óseas que los cubren. No solamente los caninos permanentes sino también
los premolares particularmente los mandibulares se hacen palpables.
En el misma arcada dentaria, los tiempos de emergencia del primer y segundo molar
permanente se correlacionan más de cerca con esos de los dientes temporales que los de
dientes permanentes que tienen predecesores. Los dientes temporales forman un tipo de
unidad con los molares permanentes en este aspecto así como también ocurre en su
morfogénesis así como en general una emergencia temprana de dientes temporales se
asocia con una transición temprana. Sin embargo la correlación entre la emergencia de los
dientes temporales y sus sucesores es menor que la correlación indicada anteriormente entre
primer y segundo molar permanente con sus dientes temporales. Esta diferencia en
correlaciones es expresada en la variación de secuencia de emergencia de segundos molares
permanentes y segundos premolares. Otro factor que juega un papel importante en este
efecto es el espacio disponible para la erupción y emergencia del segundo molar
permanente. Una relativa tardía erupción de ese diente puede ser causada por una falta de
espacio disponible. Justo antes de erupcionar los segundos molares permanentes no están
orientados perpendicularmente al plano oclusal como en el caso de los primeros molares. El
alargamiento dorsal de las estructuras que van a soportar el diente en ambos maxilares han
provisto de amplio espacio para la erupción armoniosa de los primeros molares
permanente. A medida que disminuye el crecimiento mandibular, el espacio que queda
disponible para el segundo molar permanente antes de y durante su erupción es más
limitado. Antes de erupcionar el segundo molar permanente mandibular está orientado en
una dirección mesiolingual, volviendo a su posición inicial durante su formación. El área de
la mandíbula donde primero la corona del segundo molar permanente y después su raíz se
forma es situada relativamente más hacia el lado vestibular y distal que la posición que la
corona va a ocupar después de que la oclusión se haya establecido. En el maxilar la
situación es al revés. La corona en formación el segundo molar permanente luego sus raíces
en formación se localizan más bien hacia palatino en cercanía de las raíces del primero
molar permanente. La superficie oclusal está orientada distovestibularmente. Después de
erupcionar ambos segundos molares antagonistas son guiados hacia la oclusión con el
mecanismo cono embudo (Fig. 2-2). Cuando se haya establecido contacto los dientes se
empezarán a enderezarse y a obtener una inclinación vestíbulo lingual adecuada.
LA situación antes de y después de la erupción de los segundo molares permanentes
maxilares y más adelante lo mismo con los terceros molares asemejan la situación que
corresponde a los incisivos maxilares en cierta manera. Antes de emerger las coronas largas
son acomodadas en un área que después solamente tiene que recibir a coronas
relativamente más angostas. Después que todos los dientes han emergido y están
completamente relacionados las raíces pueden distribuirse en el área disponible. La
angulación mesiodistal de los dientes cambia también de acuerdo a eso. En la región
anterior el tamaño del área conteniendo a los incisivos aumenta levemente solamente
después de que el primer diente permanente ha emergido. En el área molar la extensión
dorsal o distal continua y no se detiene hasta levemente después del crecimiento facial. La
formación de los molares permanentes sigue adecuadamente como ha sido explicada antes,
incluso el intervalo de tiempo de erupción entre molares permanentes adyacentes es seis
años, no un año, como así es el caso de incisivos permanentes adyacentes a un lado del
maxilar.
La transición de los dientes posteriores y la erupción de los segundos molares permanentes
son procesos complejos que involucran muchos aspectos tridimensionales.
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