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PALABRAS DEL DR. REINALDO ROJAS,
PRESIDENTE DEL COMITÉ ORGANIZADOR DEL
I CONGRESO INTERNACIONAL DE CIENCIAS HISTORICAS Y
XI JORNADA NACIONAL SOBRE INVESTIGACION Y DOCENCIA EN LA
CIENCIA DE LA HISTORIA,
EN EL ACTO DE INSTALACION REALIZADO EN EL
AUDITORIO AMBROSIO OROPEZA, 26 DE JULIO DE 2005.
Mucho antes de que el filósofo francés Gaston Bachelard desarrollara en 1938 su
tesis de que el avance del conocimiento científico había que plateárselo en términos de
obstáculos epistemológicos,
en 1903, François Simiand, eminente sociólogo de la
Escuela durkhemiana, fundador entre otros de la historia económica moderna y del
cuantitavismo histórico, llamaba a los jóvenes historiadores a enfrentar uno de los
ídolos que – siguiendo la teoría de Francis Bacon acerca de los ídolos que ocultan la
verdad – dominaban la construcción de conocimiento histórico en la tribu de los
historiadores: el ídolo de los orígenes. Entre aquellos jóvenes que leían sus obras en la
década de los 20 y 30, estaban Marc Bloch y Lucien Febvre, fundadores de la llamada
Ecole des Annales. Tal sugerencia tiene en Bloch gran resonancia, a tal nivel, que en el
Capitulo I de su Apologie pour l’histoire, el autor de Los Reyes Taumaturgos le dedica
un subcapítulo con ese nombre: El ídolo de los orígenes.
El tema es denso y muy vigente: se trata de explicar el presente por el pasado
confundiendo filiación con explicación
cuando un fenómeno histórico no puede
explicarse fuera del estudio de su momento, ya que si el pasado se utiliza sólo para
explicar activamente el presente, puede confundirse esa explicación con el deseo más
bien de condenar o justificar ese presente. Bloch, ya lo sabemos, nos llama a estudiar el
presente por el pasado y a comprender el pasado por el presente en un lazo de
inteligibilidad de doble sentido. Pero, en esa doble flecha, el conocimiento del presente
importa más que la inteligencia del pasado. Esta reflexión que hago ante Uds. viene al
caso cuando debo decir unas palabras de saludo a los participantes de este I Congreso
Internacional de Ciencias Históricas que está precedido de diez Jornadas Nacionales
sobre Investigación y Docencia en la Ciencia de la Historia, lo cual me lleva
necesariamente, a tratar de explicar este momento, este presente por aquel pasado, por
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sus orígenes, pecando tal vez por ello en ejercitar una historia historizante. Es un reto,
que asumo, porque es necesario recordar cómo empezó todo esto y por qué y cómo
hemos llegado a este extraordinario evento de proyección internacional en
Barquisimeto, donde los estudios universitarios de historia no han tenido más que el
espacio institucional de un área de historia en el departamento de ciencias sociales de
nuestro Instituto Pedagógico, donde nos formamos inicialmente como docentes en la
enseñanza de la historia.
Fue una tarde de junio de 1984 cuando culminábamos nuestros estudios de
especialización en Historia Económica y Social de Venezuela en la Universidad Santa
María de Caracas, que junto a mi compañero y hermano Prof. Abraham Toro, fuimos
encomendados por nuestros compañeros de estudio para hablar con el Dr. Federico
Brito Figueroa acerca del acto de graduación y la realización de una actividad muy
especial para nosotros como era aprovechar aquel momento de grado para hacerle tanto
a él como al Dr. Miguel Acosta Saignes, con quien habíamos desarrollado por tres
semestres consecutivos un Seminario de Investigación denominado “Bolívar y la
Emancipación Hispanoamericana”, un homenaje en reconocimiento a sus aportes a la
construcción de la ciencia histórica en Venezuela.
El maestro Brito Figueroa
inmediatamente nos regañó y descartó de antemano que realizáramos nuestro cometido.
No estaba tan viejo ni tan cerca de la muerte como para que lo estuvieran
homenajeando, recuerdo que fueron más o menos sus palabras.
Más tarde, nos llamó y nos pidió que le ampliáramos la idea y para nuestra
sorpresa al final nos dijo: “Esta bien, pero les falta una persona más: el Dr. Eduardo
Arcila Farías.” Y así lo hicimos, nuestra Promoción “Rufino Blanco Bombona” de
Especialistas en Historia Económica y Social de Venezuela, llevó a cabo su Acto de
Grado en el Paraninfo de la Universidad Santa María el 23 de noviembre de 1984,
recibiendo nuestros títulos de manos del Rector Juan Bautista Fuenmayor, figura
fundamental de nuestra historia política en el siglo XX y quien será recordado en este
Congreso en su centenario de nacimiento en el Coloquio de cierre que hemos
organizado con la Fundación que lleva su nombre el sábado 30 en la mañana. En este
solemne acto recibieron el homenaje de aquella comunidad universitaria de
historiadores los doctores Miguel Acosta Saignes, Eduardo Arcila Farías y Federico
Brito Figueroa. Quero recordar con afecto al grupo de graduandos que participaron de
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aquella iniciativa junto al resto de integrantes de aquella promoción: Yariesa Lugo e
Inés Ferrero de San Cristóbal, Luzmila Marcano, Aura Valera, José Francisco Jiménez y
Abraham Toro de Valencia, Asdrúbal Camejo Daza de Maracay, Magda de Camargo de
Maracaibo, Ivonne de Montero de Los Teques y mi persona, quienes motorizaron
aquel primer grupo de trabajo y cuya amistad hemos cultivado hasta el presente.
Posteriormente, el 5 de diciembre, el Consejo Universitario de la Universidad de
Carabobo le otorgó a los tres maestros la Orden Miguel José Sanz en el Ateneo de
Valencia después de protagonizar un foro acerca del estudio y enseñanza de la Historia
de Venezuela. Y entre el 24 y 26 de mayo de 1985, por nuestra parte coordinamos la
realización de la I Jornada sobre Investigación y Docencia en la Ciencia de la Historia,
evento que realizamos en nuestro Instituto Pedagógico de Barquisimeto como parte de
aquel programa de actividades ideado en junio de 1984 y que se llevó a cabo
exitosamente contando con el apoyo de los profesores del Area de Historia del
Departamento de Ciencias Sociales, que coordinaba la Prof. Luisa Rodríguez Marrufo,
además de las Profesoras María Victoria López y Lucila Mujica de Asuaje.
La
Comisión Organizadora de esa I Jornada estuvo conformada por los doctores Miguel
Acosta Saignes, Eduardo Arcila Farías y Federico Brito Figueroa, como Presidentes,
una Comisión Ejecutiva integrada por el Dr. Nikita Harwich Vallenilla, docente del
Area de Postgrado en Historia de la Universidad Santa María, el Lic. Elis Mercado
Matute, Vicerrector Académico de la Universidad de Carabobo junto al Lic. Luis
Enrique Vizcaya de la Oficina de Relaciones Interintitucionales de la misma
universidad, el Prof. Andrés Montero, Jefe del Departamento de Ciencias Sociales del
Pedagógico
de Barquisimeto y el Prof. Edgar Bazán Rivero en su condición de
Presidente del Colegio de Profesores de Venezuela seccional Lara, y la Secretaría
Ejecutiva de aquel Comité Organizador a mi cargo.
En Barquisimeto se agregaron docentes del Area de Historia del Decanato de
Administración y Contaduría de la UCLA como las profesoras Corina Nieto de
Villavicencio, Mirna Vies de Alvarez, Haideé Vásquez y Reina Villavicencio de Aular,
así como docentes de educación media como Milagro Camejo, Iris Pinto de López y
Josefa Mora, así como mis estudiantes de Historia de América e Historia Universal
Contemporánea, entre los que recuerdo en este instante a Taylor Rodríguez, Pablo
Arroyo, Ermires Cruz, Gregorio Cuicas, Alexander Dudamel, Alirio Mendoza, Miguel
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Montilla y Mireya Rodríguez, del octavo semestre y en el séptimo semestre a Lisbeth
Bracho, Simón Escalona, Omar Díaz, Eli Marchán y Henry Quero. Aquella iniciativa
fundada en el reconocimiento a estos maestros historiadores, aquel acto de justicia,
aquella fiesta académica que nació de nuestro grupo de estudio allá en las aulas de la
Universidad Santa María, en El Paraíso, se había transformado en un todo un
movimiento colectivo. Esa es la historia, de allí vienen nuestros orígenes.
De esta primera Jornada nació la idea de realizar un Curso de Nivelación en
Historia para promover un programa de Maestría en la región, curso que se llevó a cabo
en agosto de ese mismo año con el apoyo entusiasta del Colegio de Profesores. Luego el
Dr. Brito Figueroa tomó la iniciativa de crear una revista, la Revista de Ciencias
Sociales de la región centroccidental, cuyo primer numero sale publicado en enero de
1986 para cuyo sostenimiento se crea en principio una fundación, la Fundación Buría, el
28 de diciembre de 1985, siendo su primera Presidenta la Dra. Aura Ruzza. La creación
de la Fundación Buría fue el producto natural de aquella jornada, transformándose en el
nervio motor de todo este proceso académico, científico, educativo y cultural que hemos
vivido en estos últimos veinte años y la voluntad organizada que ha hecho posible en
alianza estratégica con nuestra Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado y
nuestra Universidad Pedagógica Experimental Libertador este I Congreso Internacional
de Ciencias Históricas.
En verdad aquel acontecimiento no explica linealmente este presente. Pero está
en sus orígenes. Muchas voluntades se han sumado a este proyecto, muchos obstáculos
han tenido que ser superados, muchos limitaciones han tenido que ser sorteadas con
imaginación y sin dinero fácil porque hasta hoy la Fundación Buria realiza sus
actividades sin ayuda oficial permanente que no sea la que surge de cada proyecto en
desarrollo, sea de postgrado, sea de investigación a través del Centro de Investigaciones
Histórica de América Latina fundado por el Dr. Brito Figueroa con nuestro concurso en
1988, sea en el campo editorial a través de nuestro Fondo Editorial Buria con cerca ya
de los 50 títulos publicados.
Hoy hemos llegado hasta aquí por la constancia, por nuestras convicciones
pedagógicas de que el maestro es el mejor constructor junto a sus alumnos de mundos
mejores, por nuestro compromiso con la historia de los de abajo, la historia de los
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pueblos que con conciencia de su pasado y claridad de fines hacen la historia. Nos ha
orientado aquel principio que nos legara el maestro Federico Brito Figueroa de
“trabajar en pequeño pero pensando en grande.”
Tenemos pues tradición, nos hemos llegado aquí por generación espontánea, por
azar y buena suerte. Al contrario, hemos preparado poco a poco este salto cualitativo de
una Jornada Nacional a un Congreso Internacional de Historia, contando con nuestras
propias fuerzas organizadas alrededor de un proyecto de vida y movidas por la
solidaridad y el trabajo en equipo, contando con el apoyo institucional de la universidad
venezolana regional y nacional y en esta oportunidad además, con la cooperación de
universidades de Europa y de nuestra América Latina y del Caribe.
En esta suma de esfuerzos el balance es muy positivo: Contamos con la
Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado y la Universidad Pedagógica
Experimental Libertador como pilares institucionales de este gran evento. Pero también
con el acompañamiento de la Universidad de Carabobo, Universidad de Los Andes,
Universidad Central de Venezuela, Universidad del Zulia, Universidad Simón Bolívar,
Universidad Francisco de Miranda, Universidad Rómulo Gallegos, Universidad de los
Llanos Ezequiel Zamora, Universidad Católica Andrés Bello, Universidad Nacional
Experimental Simón Rodríguez, Universidad Fermín Toro y hasta con la joven
Universidad Bolivariana de Venezuela, aquí también presente con una delegación de
profesores y estudiantes.
Saludamos por el apoyo brindado en esta convocatoria
internacional a Intercultura de Colombia, a la Asociación Complutense de Estudios
Socioeconómicos sobre América Latina (ACISAL) de España, a la Asociación Marc
Bloch de Francia, al Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Las
Palmas de Gran Canaria, a los Programas de Doctorado en Ciencias de la Educación y
Maestría en Historia de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, con
sede en la histórica ciudad de Tunja, y al Instituto de Investigaciones Históricas de la
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México, que junto al apoyo
divulgativo de la Red de Historia a Debate que anima desde Santiago de Compostela
nuestro colega Carlos Barros, han hecho posible este encuentro.
Bienvenidos, pues, a Barquisimeto, “ciudad de los crepúsculos” y “capital
musical de Venezuela”, a este recinto de la Universidad Centroccidental Lisandro
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Alvarado que es el Auditorio Ambrosio Oropeza y a las instalaciones de nuestra
Universidad Pedagógica Experimental Libertador donde conviviremos por espacio de
cuatro intensos días en este I Congreso Internacional de Ciencias Históricas en
Venezuela y XI° Jornada Nacional de Investigación y Docencia en la Ciencia de la
Historia. Éxitos a todos. Muchas gracias.
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