la hipnosis y el tabaquismo

LA HIPNOSIS Y EL
TABAQUISMO
David Antón Menéndez
c/ Ginzo de Limia nº 7, bajo 4.
Tfno. 91 732 00 30 y 671510881
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¿Por qué se fuma?
El primer cigarrillo que fuma cualquier persona no es
especialmente agradable: Suele provocar tos, tener mal sabor,
producir nauseas y hasta dolor de cabeza. Sin embargo, todos los
fumadores han continuado fumando hasta que estos síntomas
disminuyen por la habituación del cuerpo al tabaco. Claramente, hay
algo distinto del propio efecto del tabaco que lleva a las personas a
fumar. El tabaco cubre o satisface necesidades que suelen ser hasta
cierto punto abstractas, como la necesidad de pertenecer a un grupo,
la necesidad de relajarse, la necesidad de sentirse independiente, etc.
Es común empezar a fumar porque el grupo de personas de la misma
edad lo hacen, pero continuar años después porque se ha convertido
en una forma de manejar la ansiedad, el aburrimiento, un ritual para
tomar decisiones u otras muchas posibilidades. La mayoría de las
personas no suelen saber cuál es la necesidad que en su caso les
mantiene “enganchados” al tabaco.
¿Cómo dejar de fumar?
Cuando alguien desea dejar de fumar, interrumpe el consumo
de tabaco, con lo cual se genera una abstinencia física que dura unos
días, pero también deja descubierta esa necesidad más abstracta que
tiene vinculada al fumar. Si en el tiempo que no fuma desarrolla
espontáneamente otra forma mejor de cubrir esa necesidad, entonces
no volverá a fumar. Lamentablemente, en la mayoría de los casos, la
persona simplemente mantiene esa necesidad descubierta durante un
tiempo y después vuelve a satisfacerla de la forma en que se ha
acostumbrado, es decir, vuelve a fumar.
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Por ello un tratamiento con éxito del tabaquismo requiere
identificar en cada persona cuál es la necesidad detrás del tabaco,
necesidad que es específica en cada caso y perfectamente legítima,
para desarrollar formas de satisfacerla mejores que el tabaco, con unas
consecuencias que no incluyan todos los problemas propios del fumar.
Dejar de fumar sin más no suele
funcionar, por eso ayudamos a las
personas a dejar de necesitar fumar.
El resto sucede por sí solo.
¿Qué es la hipnosis?
La hipnosis es una forma de comunicación en la que el
hipnotizador colabora con el hipnotizado y le asiste en el proceso de
absorber y enfocar su atención en su actividad mental interna. El
hipnotizador facilita y guía las asociaciones internas del hipnotizado
para producir o reforzar asociaciones y procesos terapéuticos
orientados a conseguir una meta.
Esto quiere decir que la hipnosis la realiza el hipnotizado
ayudado y guiado por el hipnotizador, que le va dando instrucciones
para favorecer la concentración y atención en su experiencia interna,
es decir, en aquello que va pensando e imaginando. Juntos van
construyendo una experiencia mental, ya sea más abstracta (si se
centra en ideas) o más metafórica (si se centra en una historia o
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escenario), en la que las asociaciones mentales favorecen que el
hipnotizado pueda poner en marcha nuevas formas de entender el
problema que le permitan sentirse de manera distinta y actuar de otra
manera. Se busca activar sus propios recursos mediante esa nueva
forma de entender el problema, poner en marcha su creatividad y
aumentar su motivación para resolverlo, o bien ensayar formas nuevas
de manejar las situaciones problemáticas en un contexto seguro.
Mediante la hipnosis se pueden activar los llamados
fenómenos hipnóticos, que son evocaciones intensificadas de
experiencias habituales que suelen producirse sin control voluntario,
para utilizarlas de forma terapéutica.
Un ejemplo es la analgesia hipnótica, utilizada ampliamente en
odontología, dolor crónico y en algunos casos en cirugía, cuando la
variante química no se puede utilizar por las características del
paciente. Todos hemos vivido la experiencia de hacernos una herida
sin darnos cuenta, o que nuestro dolor de cabeza se nos olvide
mientras estamos distraídos con algo interesante. En hipnosis se utiliza
esta capacidad natural de regular el dolor (la sensación, no el daño
físico que la produce) para amplificarla y producir la analgesia
hipnótica cuando es necesaria.
¿Es la hipnosis científica?
La hipnosis ha sido y continúa siendo objeto de estudio
científico. Actualmente está ampliamente y científicamente
demostrada su eficacia en el tratamiento de múltiples trastornos y
como ayuda en ciertos problemas médicos. De la misma manera, se ha
estudiado mediante neuroimagen, electroencefalograma y otros
métodos en busca de comprender mejor los mecanismos cerebrales
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que la hacen posible. Hoy en día se publican numerosos artículos
acerca de la hipnosis, sus técnicas y sus usos en las revistas científicas,
y existen varias dedicadas exclusivamente a su estudio, como la
American Journal of Clinical Hypnosis. La Asociación Americana de
Psicología (APA) ha dedicado su división 30 a la hipnosis, y de igual
forma la Sociedad Psicológica Británica ha reconocido su estatus
científico. En todo el mundo existe formación reglada y sistematizada
para adquirir los conocimientos y habilidades necesarios para llevar a
cabo la hipnosis de forma clínica, muchos de ellos en el contexto
universitario.
En definitiva, la hipnosis es científica y su eficacia ha sido y
continúa siendo demostrada científicamente, alejándose cada vez
más de la concepción inicial de la hipnosis como una forma de magia.
¿Por qué usar la hipnosis para tratar el tabaquismo?
Porque combinada con en el tratamiento cognitivo conductual
proporciona
un
modelo
de
intervención
que
acorta
extraordinariamente el tiempo de terapia y permite solucionarlo de
forma permanente en únicamente tres sesiones. La hipnosis añade
además, frente a otros tratamientos la prevención de recaídas y
permite que el dejar de fumar sea una experiencia sencilla y fácil de
manejar por parte del paciente.
En el tratamiento del tabaquismo mediante hipnosis la persona
descubre que puede dejar de fumar sin tener que realizar un esfuerzo
de voluntad, ya que realmente no renuncia a algo positivo que le
aporta el tabaco, sino que aprende como obtenerlo de una forma aún
mejor.
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Mitos erróneos sobre la hipnosis
El estado hipnótico es como el sueño:
La hipnosis no tiene nada que
ver con el sueño fisiológico o la inconsciencia. Durante la
hipnosis la persona es consciente de todo lo que sucede y de
que está bajo hipnosis.
Se puede quedar uno “atrapado” en el estado hipnótico:
la persona
puede interrumpir la actividad en cualquier momento que lo
desee, de la misma forma que uno puede abandonar la lectura
de un libro apasionante en la que está muy concentrado.
Sólo los débiles son hipnotizables:
La hipnosis no es un estado
pasivo de obediencia y pérdida de voluntad, es una actividad
mental intensa en colaboración con el hipnotizador. La hipnosis
implica colaborar en una actividad mental guiada y sólo es
posible si la persona desea colaborar en el proceso. La mayoría
de los casos en los que no se puede hipnotizar a una persona, se
trata de temores debido a mitos erróneos sobre la hipnosis que
hacen que la persona no se implique en el proceso, pero una vez
aclarados, la persona puede colaborar y la hipnosis puede
llevarse a cabo.
La hipnosis pone a la persona bajo el control del hipnotizador:
La
hipnosis es una relación de colaboración y confianza, no una
relación de poder. En realidad toda hipnosis es una
autohipnosis guiada. El hipnotizador ayuda a la persona a
alcanzar el estado hipnótico y a utilizarlo de manera terapéutica,
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guiando la experiencia del cliente, pero sólo puede hacerlo si la
persona colabora y se lo permite.
El hipnotizador puede obligar a la persona actuar en contra de su
voluntad: La persona mantiene su sistema de valores y sus
principios intactos y no hará nada que no quiera hacer. En la
hipnosis de espectáculo, que tiene más de truco y de
representación que de realidad, alguien sube como voluntario a
un escenario con un hipnotizador, donde sabe que le van a pedir
que haga el ridículo, entonces claramente no tiene realmente
muchas objeciones a hacer el ridículo en ese escenario, bajo la
excusa de la hipnosis. Sin embargo, si el hipnotizador le pidiera a
la persona que hiciera algo que realmente no quisiera hacer, por
ejemplo golpear a alguien, se encontraría que simplemente la
persona no lo haría.
Bajo hipnosis se dice siempre la verdad y se muestra uno como es:
En
estado hipnótico se tiene tanta capacidad de control sobre lo
que se dice y los aspectos de uno que se muestran como en un
estado normal.
La hipnosis lo puede curar cualquier trastorno:
La hipnosis no es una
terapia. Más bien es una herramienta terapéutica que se puede
utilizar en una variedad infinita de formas, su uso depende de la
orientación teórica del terapeuta que la utiliza. Hay ciertos
trastornos que se benefician ampliamente del uso de la hipnosis
y otros en los que la hipnosis puede ser una parte dentro de un
tratamiento que incluya más técnicas e intervenciones. La
hipnosis no es una fórmula mágica que valga para todo.
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Todo lo que se recuerda bajo hipnosis es cierto y fiable: Los recuerdos
recuperados bajo hipnosis no son fiables, porque se mezclan
con otras experiencias propias y ajenas, con el añadido de que al
recordarlos en un estado de concentración intensa se les da
mayor credibilidad, aunque no sean ciertos.
En conclusión, la hipnosis supone una herramienta
con validez científica comprobada, cuyo desarrollo
terapéutico le ha ido alejando de las concepciones
mágicas y los mitos que han rodeado su nombre
en el pasado. A día de hoy, la aplicación de la
hipnosis para el tabaquismo representa una
oportunidad de deshacerse de un hábito negativo
sin esfuerzo y de obtener formas mejores de
conseguir aquello que el tabaco pudiera aportar.
NO DEJE DE
FUMAR, DEJE
DE NECESITAR
FUMAR
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David Antón Menéndez
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Psicólogo de adultos en el Centro de Psicología Betania.
Licenciado en Psicología.
Especialista en Psicología Clínica vía PIR
Máster en Psicología Cognitiva
Experto en Hipnosis.
Profesor en la Universidad de Comillas en Madrid.
Centro de Psicología Betania
Betania Centro de Psicología nace con una clara vocación
de servicio desde la calidad profesional. Es, sobre todo, un centro
orientado a paliar en lo posible el sufrimiento de las personas a
las que atendemos y a facilitar y fomentar su pleno
funcionamiento, siendo, por lo tanto, la calidad del servicio a
nuestros usuarios la primera prioridad del centro.
En Betania creemos que hay muchas maneras distintas de
desempeñar la misma actividad, y buscamos desarrollar nuestra
profesión con un estilo propio y diferenciador, desde una
perspectiva comprometida con la realidad y las personas que
contacten con el centro. En concreto, buscamos vivir y trabajar
desde valores como el respeto y la aceptación, la generosidad, la
alegría, la fe en el ser humano y la confianza en el sentido.
Queremos, además, formar profesionales que compartan esta
forma de trabajo. Este estilo de trabajo no es una prioridad del
centro, sino su carácter distintivo.
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