Buenas Nuevas sitio: http://www.buenasnuevas.com << >> email: [email protected] Historia de la Iglesia Tolerancia e Intolerancia bajo los Severos (II) Por Clara Freitag Bajo Septimio Severo también arreció la persecución en las provincias africanas: dos mártires célebres fueron la Matrona Vivia Perpetua y su esclava Felicitas con los jóvenes Saturnino, Secúndulo y el esclavo Revocato. Todos catecúmenos al momento en que fueron arrestados, a los que se sumó voluntariamente su catequista Sáturo; éste los bautizó en la cárcel. La historia del arresto, prisión y proceso del martirio nos llegó en un documento conocido con el título de Pasión de las santas Perpetua y Felicidad, compuesta muy probablemente por Tertuliano (cfr. G. Lazzati, en su obra «El desarrollo de la literatura sobre los mártires en los primeros cuatro siglos», Torino 1955, ... cita Monachino en Persecuciones... p. 178 - la traducción del italiano es nuestra). También hubo persecuciones en otras regiones de Asia y Siria, como la prisión y tortura del confesor Natale; que debe ubicarse en esa época. Pero el problema a resolver es cómo interpretar el recrudecimiento de las persecuciones entre los años 202-203: ¿era consecuencia de la aplicación de un rescripto o edicto de Septimio Severo, o más bien el último coletazo de las tensiones al final de la guerra civil...? Algunos historiadores quieren darle importancia a una noticia que se menciona en la «Vida de los Severos» (cap. 17, 1) escrita por Elio Sparziano, quien habla de medidas tomadas en Palestina contra judíos y cristianos... Pero Monachino, y otros historiadores, objetan que si fuera verdad, la misma atestiguaría una innovación importante en la postura jurídica del Estado hacia los cristianos; y significaría que Septimio Severo habría prohibido la conversión al cristianismo por un rescripto, cosa que no se puede demostrar documentalmente. La mayoría de los historiadores, aun recientes, están de acuerdo en que el recrudecimiento de las persecuciones de los años 202-203, no sería sino el final del humor de los diversos gobernadores de provincia, debido a la explosión de odio anticristiano de la plebe, porque los cristianos se negaban a participar en las ceremonias religiosas con ocasión de las fiestas imperiales. Y que en algunos lugares se tomaran medidas especiales contra los recién convertidos y los catecúmenos, se explicaría porque a finales del siglo II, el catecumenado se había organizado intensamente y hubo ciudades en que se desarrollaba una amplia propaganda, lo que suscitaba el recelo y la sospecha de los paganos. En Alejandría, por ejemplo, ¡la escuela catequística se expandía ante los estratos cultos paganos!. De todo esto se puede concluir, pues, que muy probablemente Septimio Severo no haya emitido el rescripto que le quiere atribuir el historiador de la “Historia de Augusto”. 2. Bajo Caracalla, Heliogábalo y Alejandro Severo. A Septimio Severo le sucedieron otros tres emperadores de la dinastía de los Severos. Antonino Caracalla (211-217), quien promulgó en el 212 la importante “Constitución Antoniana”, que extendía el derecho de ciudadanía romana a todos los súbditos libres dentro del Imperio. Le siguió Vario Avito Bassiano, más conocido como Elio Gábalo (218-222); sacerdote del dios sol de Emesa, protegido por la abuela Julia Domna y por la madre Julia Soemiade. Este apuntaba a una política Copyrigth Buenasnuevas.com 2008 religiosa, tendiente a englobar en el culto al sol todos los cultos y todas las religiones, inclusive el cristianismo. Finalmente gobernó el hijo de Julia Mamea y primo de Heliogábalo, Alejandro Severo (222-235). Los tres terminaron de muerte violenta. Por cuanto hace a su política en general, hay que recurrir a los tratados de Historia Romana y estudios especializados. A nosotros, aquí, nos interesa cuanto respecta a su política religiosa, que se inspiraba en la línea propuesta por el círculo reunido en torno a Julia Domna, es decir, el sincretismo religioso: se quería encausar el politeísmo romano al culto de un dios supremo, del que los otros dioses no eran más que símbolos y aspectos, lo que logró su punto culminante bajo Alejandro Severo. Ante tal tendencia y política religiosa, el cristianismo llevaba ventaja. Su condición no cambia en lo substancial; por vía de derecho, sigue siendo una “religión ilícita” como lo era hasta el momento, con todas las consecuencias que ello comportaba. Y de hecho, hubo al menos dos intentos de persecución, si bien circunscriptos o delimitados: bajo Caracalla en el 212-213, se desató una oleada violenta y cruel en la provincia proconsular por obra del gobernador Scapula; y era menos cruel en provincias del norte de Africa, causada por alguno que otro comandante militar o algún gobernador (cfr. la obra de Tertuliano: Ad scapulam [A Scapula]). En el 222, después del asesinato de Elio Gabalo y la madre Julia Soemiade, seguido de la destrucción de sus cadáveres, siguió la furia popular que atacó al papa Calixto y algunos sacerdotes romanos. Calixto fue arrojado a un pozo cerca de su vivienda en el Trastevere. Muy parecido al trato usado por los pretorianos hacia el emperador y su madre, fue el tumulto popular contra el obispo de Roma y sus sacerdotes. Esto puede explicarse por las buenas relaciones que en ese momento se daban entre la corte y los dignatarios eclesiásticos en Roma. 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