Hora Santa Jueves Santo A o de la fe de Microsoft Word

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JUEVES SANTO 2013
HORA SANTA
EN EL AÑO DE LA FE
1. INTRODUCCION
Lector 1: Buenas noches, Señor;
Como hace casi dos mil años con los Apóstoles, con la misma intensidad y fuerza, después de haber
compartido contigo la eucaristía, que es tu presencia misteriosa, real e íntima en el pan y el vino, venimos a
acompañarte cuando se hace noche en tu alma.
Has querido culminar con el gran regalo de la Eucaristía, hoy Jueves Santo, tu paso entre nosotros. Arropados
por este ambiente de oración y de silencio, quisiéramos entender y comprender –más y mejor- el significado y
el valor de tu vida, la razón y el secreto de tu fortaleza para subir a la cruz.
Todavía sigue resonando en el interior de cada uno de nosotros el “tomad y comed” “tomad y bebed”. Han
sido palabras que nos han sobrecogido, cuando las escuchábamos, en la mesa fraternal que nos presidías en
este atardecer.
Haz, Señor, que tú presencia eucarística –en las horas de pasión y de gloria, de sufrimiento y de muerte- sean
para nuestra vida cristiana, instrumento y llamada a la caridad y a la unidad.
Aún todavía en este momento, nuestros pies limpios, brillantes y secos, con el gesto de tu inclinación y
humillación con el que nos has sorprendido hace unas horas, siguen recordándonos que no hay mayor
grandeza ni mejor carné de identidad, para el que te sigue, sino el servir hasta caer en tierra aunque muchos
no entiendan este lenguaje.
En estos instantes, aquí y teniendo en el horizonte el Gólgota, seguimos reteniendo en la retina de nuestros
ojos, tu rostro besando nuestros pies, tus manos troceando el pan recién amasado y bendiciendo el vino.
¡Gracias, Señor!
Déjanos, Jesús, en este lugar adornado con flores e iluminado con las lámparas de nuestra fe, y oscurecido por
nuestros miedos y traiciones, escuchar y meditar tus palabras que son tan necesarias para nuestro momento
presente, cuanto más grande es nuestra debilidad para soportar la cruz que salta a nuestro camino.
¡Permítenos estar, contemplar, disfrutar, sentir y vivir esta hora, en tus horas sufrientes y redentoras!
1
Lector A : Palabra de Dios:
Dios
“Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y, pronunciada la bendición, lo partió y, dándoselo a sus
discípulos, dijo: Tomad, comed, este es mi cuerpo”. (Mt 26, 26)
“Mientras estaban comiendo, tomó pan y, pronunciada la bendición, lo partió, se lo dio y dijo: Tomad,
este es mi cuerpo”. (Mc 14, 22)
“Y tomó pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que va a ser entregado por
vosotros; haced esto en recuerdo mío”. (Lc 22, 19)
Silencio
Lector 2.2.- Escuchemos al Beato Manuel González:
González
“Para mí la línea que divide a la humanidad en dos grandes mitades la ha trazado el Jueves Santo.
En la tarde de ese día se creó el Sagrario. Yo creo que más que la diversidad de razas, el grado de
cultura o de libertad de los pueblos, y el rango de los imperios y de las estirpes, diferencia a los hombres esta
condición: Hombres con Sagrario y hombres sin él.
Escudríñese a la luz de la fe católica lo que significan estas dos palabras que se inventaron aquel mismo
día: Sagrario y Comunión, y se deducirá que los hombres que están en posesión de ellas tienen con respecto
a los que no las conocieron más diferencias, infinitamente más, que las que existieron entre los griegos y los
romanos, entre los esclavos y los libres, entre los salvajes del centro de África y los filósofos de Atenas.
Esos tránsitos sociales han hecho gozar a los hombres de un poco o un mucho de bien, pero limitado
y relativo.
El tránsito de no tener Sagrario a tenerlo ha puesto al hombre en goce y posesión de el Bien absoluto y
sin limitaciones.
Con todos aquellos bienes aún cabía llamarse y ser pobre y desdichado.
Con este Bien del Sagrario se acabaron de verdad todas las pobrezas y desdichas de los hombres.
¿Qué aún siguen mendigando y, gimiendo?
Es verdad, pero es que seguramente esos hombres no han leído y mucho menos entendido la hoja del
almanaque de este día cuando dice:
Silencio
Lector 3 : JUEVES SANTO
INSTITUCIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR
¡Si se enteraran, si se enteraran!
Marías, Discípulos de San Juan: esa es vuestra misión: enseñar o recordar a los hombres que hay Jueves
Santo, que hay que agradecerlo siempre.
EL GRAN DÍA DE LAS MARÍAS Y DE LOS DISCÍPULOS DE SAN JUAN
¿Sabéis cuál es el día del año en que pienso más en vosotros, o mejor os echo más de menos?
Quizás os extrañe.
¡El Jueves Santo!
Sí, en ese día, a pesar de ser el de mayor y de más suntuosa concurrencia de nuestros templos y
precisamente para visitar los Sagrarios, es cuando mi corazón angustiado y mis ojos ansiosos os buscan, os
llaman y, si no os encuentro, lamento más tristemente vuestra ausencia.
¡Hacéis tanta falta al Señor del Sagrario ese día! Cierto que a pesar de todas las asechanzas de la
impiedad, de las promiscuaciones del espíritu mundano, y de las groseras rutinas de la ignorancia, que tan
duros y sombríos contrastes ponen a ese día, los Jueves Santos de la mayor parte de los pueblos cristianos
son días de intensa religiosidad, de exuberancia de culto externo, de menos respeto humano, de
sorprendente resurrección de costumbres cristianas…, cierto todo eso; pero también lo es el contraste que el
demonio, sin duda, se esfuerza en poner en frente”. (Qué hace y qué dice).
2
Canto:
Canto: AL ATARDECER DE LA VIDA, ME EXAMINARÁN DEL AMOR (estribillo)
Todos:
Todos: Nos preguntarán si nuestro amor estuvo a la misma altura del que Cristo levantó o si nos quedamos en
el nuestro; humano, interesado y limitado.
Canto: AL ATARDECER DE LA VIDA…
VIDA…
Todos:
Todos: Nos abrirán aquellas páginas que supimos escribir con la tinta de la generosidad o, ensuciar, con
aquellos borrones que empañaron e hicieron mediocre nuestra vida. “Amaos como yo os he amado”.
Canto: AL ATARDECER DE LA VIDA….
Todos:
Todos: Dios, rebobinará la película de nuestros años, para que observemos las veces que levantamos el cáliz
de Cristo, lleno de su sangre, pero con nuestro corazón vacío de sentimientos.
Canto: AL ATARDECER DE LA VIDA…
Todos:
Todos: Jesús, acercándonos al rostro del Padre, nos interpelará por los banquetes eucarísticos en los que –tal
vez- le comimos abundantemente en el pan, pero no lo comulgamos con nuestra propia historia y en la
justicia con los hermanos.
Canto: AL ATARDECER DE LA VIDA…
Todos:
Todos: Una voz llegará hasta nuestros oídos, y ante la presencia del que todo lo dio por el hombre, nos
recordará si sus Palabras sólo fueron esterilizadas en nuestro camino o, si nuestros senderos, estuvieron
marcados, sellados, complementados y alimentados por las buenas obras.
Canto: AL ATARDECER DE LA VIDA…
VIDA…
Silencio
Lector A : Evangelio de San Mateo: 26,3626,36-46
“ Llegan a un lugar llamado Getsemaní. Y les dice a sus discípulos: Sentaos aquí, mientras hago oración.
Y se llevó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y comenzó a entristecerse y a sentir angustia.
Entonces les dice: Mi alma está triste hasta la muerte. Quedaos aquí y velad conmigo.
Y adelantándose un poco, se postró rostro en tierra mientras oraba diciendo: Padre mío, si es posible, aleja de
mí este cáliz; pero que no sea tal como yo quiero, sino como quieres tú.
Vuelve junto a sus discípulos y los encuentra dormidos; entonces le dice a Pedro: ¿Ni siquiera habéis sido
capaces de velar una hora conmigo? Velad y orad para no caer en tentación; el espíritu está pronto, pero la
carne es débil.
De nuevo se apartó, por segunda vez, y oró diciendo: -Padre mío, si no es posible que esto pase sin que yo
lo beba, hágase tu voluntad.
Al volver los encontró dormidos, pues sus ojos estaban cargados de sueño. Y, dejándolos, se apartó una vez
más, y oró por tercera vez repitiendo las mismas palabras. Finalmente, va junto a sus discípulos y les dice: Ya
podéis dormir y descansar... Mirad, ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de
los pecadores. Levantaos, vamos; ya llega…
3
Lector 1:
1: Reflexión
-S
Se durmió Pedro y, también nosotros, como Pedro caemos en el sueño muchas veces sin percatarnos de
que, Jesús, sigue ofreciéndose a Dios por el mundo.
-¿EEn cuántas ocasiones no pretendemos que sea Dios quien haga todo mientras nosotros nos cruzamos de
brazos?
-A
A veces tenemos la tentación de tirarlo todo por la borda. “Pasa de mí, Señor, este cáliz”. Que lo haga otro.
-¿V
Velar una hora? ¿Cuánto hace que no estoy ni, tan siquiera, quince minutos con Dios, ante un sagrario o
frente a una cruz? ¿Por qué nos asusta tanto el silencio?
-JJesús, en Getsemaní, en la soledad más cruda y dura es reconfortado por un Ángel. También, el Señor, pone
su mano sobre nosotros en los abundantes “huertos de pruebas y sufrimientos” que nos toca cultivar con
fracasos, desilusiones, desencantos, humillaciones, soledades, etc. Hay que hacer no siempre lo que se quiere
y sí, en cambio, querer lo que se hace. Ver la mano de Dios en todo. Nunca es más grande la cruz que la
capacidad que Dios nos da para soportarla.
-EEl materialismo, el pragmatismo, el afán de tener y de poseer, la apariencia, la riqueza, el dinero, el prestigio,
etc., son pastillas de cloroformo que nos adormecen y nos dejan atontados en el huerto del mundo y al
margen de Dios. Luego, cuando despertamos, comprobamos que no hemos descansado lo suficiente por
haber puesto nuestro corazón exclusivamente en las cosas.
Lector 2 : ACCION DE GRACIAS (Acercarán los símbolos diferentes personas)
- Gracias, Señor, por tu Palabra que nos invita a vivir con la fuerza del Espíritu
Espíritu:: R/ Gracias Señor
(Se ofrece una Biblia y se abre dejándola en un lugar visible y mirando a la asamblea)
-Gracias,
Gracias, Señor, por perdonarme y no llevar cuenta de mis pecados.
pecados R/
(Se trae, como signo de conversión, un plato con ceniza)
- Gracias, Señor, por haberme lavado los pies y el corazón. R/
(Se acerca un lavatorio junto con una toalla)
-Gracias,
Gracias, Señor, por tu grito en favor de los hermanos.
hermanos R/
(Se acerca un corazón de tamaño grande con la palabra “AMOR”)
-Gracias,
Gracias, Señor, por los sacerdotes que actualizan tu presencia en el altar.
altar R/
(Se pone, alrededor del pan y del vino, una estola)
Acción de gracias participada:
participada:
*Gracias, Señor, porque en la última cena partiste el pan y el vino en infinitos trozos, para saciar nuestra
hambre y nuestra sed...
4
*Gracias, Señor, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia.
*Gracias, Señor, porque nos amaste hasta el final, hasta el extremo que se puede amar: morir por otro, dar la
vida por otro.
*Gracias, Señor, porque quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para que fuesen una
comunidad de amor.
*Gracias, Señor, porque en la eucaristía nos haces UNO contigo y nos unes a tu vida, en la medida en que
estamos dispuestos a entregar la nuestra...
*Gracias, Señor, porque todos los días puedo volver a empezar y continuar mi camino de fraternidad con mis
hermanos, y mi camino de transformación en ti...
Silencio
Canto
o: Nada te turbe, nada te espante
Cant
NOS DEJA SU PAZ
Lector:
Lector: A
Evangelio según San Juan (14,21(14,21-27)
“El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él. El que no me ama
no es fiel a mis palabras. La palabra que ustedes oyeron no es mía, sino del Padre que me envió. Yo les digo
estas cosas mientras permanezco con ustedes. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi
Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho. Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no
como la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman!
Silencio
Todos: Hoy, aquí y ahora, en este huerto de Getsemaní donde velamos muy cerca la pasión, el desgarro, la
soledad y el dolor de Cristo, presentamos a Dios tantas situaciones de agonía y de sufrimiento que se dan en
la tierra o, incluso, alrededor de nosotros mismos.
Todos: Señor, has brotar nuestra tierra el reino de tu justicia frente a nuestra injusticia el reino de tu paz frente a
nuestras guerras y violencias el reino de tu amor frente a nuestros odios el reino de tu misericordia frente a
nuestras intransigencias, el reino de tu perdón frente a nuestros rencores, el reino de tu ternura frente a nuestro
corazón de piedra, el reino de tu inocencia frente a nuestras manos sucias. Señor que venga tu reino pronto
lo esperamos con urgencia que venga hoy mismo quizá para mañana no sea demasiado tarde.
Silencio y meditación personal
personal
Oración compartida:
compartida:
-
Por aquellos que, ante los momentos de decisiones, se sienten confundidos y probados por el
desengaño y la debilidad. Roguemos al Señor (se puede cantar una respuesta adecuada)
Por los que se encuentran solos. Para que Dios sea su compañía y la respuesta en medio de la soledad.
Por tantos cristianos dormidos y atrincherados en la cobardía a la hora de profesar la fe. Para que el
Espíritu Santo nos despierte y demos razón del amor que Cristo nos tiene.
Por los que sufren y no tienen esperanza. Por aquellos en los que ha perdido fuerza y vigor su
Bautismo.
5
-
Por los que no saben o no quieren orar. Para que encuentren en la amistad con Dios el apoyo
necesario para vivir y ser felices.
Por los que no creen. Por los que dudan. Por aquellos que “pasan” del cáliz del Señor. Para que esta
Pascua sea una palanca que mueva sus corazones aletargados o indiferentes. Roguemos al Señor.
Padre nuestro
Todos: Quédate conmigo Jesús
Porque es tarde, Dios mío, porque anochece ya, y se nubla el camino.
Porque temo perder las huellas que he seguido, no me dejes tan solo y quédate conmigo..
Tengo hambre de tu trigo, ven siéntate a mi mesa, dígnate ser mi amigo.
¡Qué aprisa cae la tarde...!
¡Quédate conmigo! (San Padre Pío de Pietralcina)
Lector A : Oración final.
final
Señor Jesús, ante tu Presencia te pedimos que robustezcas nuestra fe, zarandeada por el viento de la
indiferencia; queremos, lejos de los ruidos y afanes, recogernos en el silencio para contemplar tu misterio
pascual y adorar tu Presencia. Queremos, como los apóstoles, avivar la experiencia del Cenáculo, hacer
memoria de la Eucaristía instituida y del mandamiento de amarnos los unos a los otros. Haz que nuestra
oración abierta sea súplica por todas las necesidades de la Iglesia y de la humanidad para que todos los
hombres se postren de rodillas y te adoren como Señor y Salvador. Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos.
“Madre Inmaculada,
Inmaculada que yo vaya tanto al Sagrario con mi espíritu, mi cuerpo, mi vida, mis intenciones y
mis suspiros de deseo de estar y de pena de no estar allí, que como tu Jesús vele orando y ore velando”.
(Jesús callado 7ª ed. Pág. 97).
Cenar con los amigos, abrirles el corazón sin
miedo.
Lavarles los pies con mimo y respeto,
Hacerse pan tierno compartido y vino nuevo
bebido.
Embriagarse de Eucaristía,
Eucaristía, e invitar a todos a hacer
lo mismo.
6
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