La ultima cruzada contra el euskera y la cultura vasca se llama Iruña Oka Un periódico que censura cualquier carta o artículo de opinión que se envía en euskera (Berria cuando recibe algo en castellano se toma la molestia de traducirlo para poder publicarlo), lleva dos años atacando el proyecto de una de nuestras antiguas capitales: Iruña Oka, mal llamada, Iruña Veleia, e incluso en algunos periódicos Veleia a secas. Decimos que esta atacando el proyecto ya que no deja de publicar cada dos o tres meses, a página completa y normalmente en fin de semana, alguna entrevista con lingüísticas e historiadores que dudan de la veracidad de las ostracas encontradas con palabras en euskera. Cada periódico es libre de impulsar lo que crea conveniente. El caso es que fue este periódico el primero en darle importancia al tema, mientras que la mayoría de los medios de comunicación que en teoría defienden nuestra cultura e idioma pasaban un poco de largo. Sin embargo, cuando este medio de comunicación que siempre ha menospreciado nuestra cultura se dio cuenta del tremendo potencial que hay enterrado en nuestra antigua capital, empezó esta campaña de desprestigio que no tiene parangón en estos últimos años. A veces, cuando tienes dudas de un tema, hay como observar lo que hace tu adversario. Y claro, si va por un camino, está claro que se debe coger el otro. La campaña de desprestigio se ha basado en las dudas que lingüistas e historiadores han planteado sobre los textos encontrados. La primera duda que plantean es que los textos estaban en euskera. Claro, si sólo hubieran estado en latín no hubiera habido problemas (es que los romanos mandaban y por lo visto sólo se escribe en el idioma de los que mandan). Se extrañan de encontrar textos en euskera en la capital de los caristios que siempre hablaron en euskera. Si los hubieran encontrado en un borda o en algún pequeño barrio de nuestro país…¡Pero fue en una de nuestras antiguas capitales!¿Os imagináis que algún lingüista se extrañe de encontrar textos en castellano en Burgos, o textos en catalán en Girona? Se extrañan los lingüistas de que el euskera encontrado en los textos no coinciden con las teorías impulsadas fundamente por Mitxelena, el cual planteaba que el euskera ha cambiado bastante estos 2.000 años. Por ejemplo, que los dialectos del euskera son posteriores a los romanos. Por tanto, es imposible que las palabras encontradas en las ostracas se parezcan tanto al euskera actual. La verdad, los vascos no somos muy chaqueteros y no nos gusta mucho cambiar. Mitxelena no valoró los escritos de historiadores y geógrafos como Plinio, Estrabon y Ptolomeo, los cuales nos describieron las comunidades (no tribus) que vivían en nuestro país hace 2.000 años. Casualmente, los vascones habitaban Navarra, hasta la Rioja y Jaka (donde se hablan las variaciones del euskera navarro en donde no ha desaparecido), los Bardulos del Deba al Bidasoa (donde se habla el gipuzcoano), los caristios del Deba al Ibaizabal (donde se habla el vizcaino). Los autrigones de este río hasta Laredo (donde no sabemos si hablaban euskera, montañes o ambos). Menos en Alava, que al perderse el euskera en gran parte no sabemos hasta donde coincidiría el dialecto o dialectos que se hablaron con los territorios de caristios, autrigones, bardulos y berones, cuya frontera estaba en este territorio, en el resto parece estar claro que coinciden casi al 100%. Es decir, los dialectos, seguramente tienen bastante más de 2.000 años y puede que no hayan cambiado tanto. Pero hay mas dudas sobre las teorías lingüísticas que ponen en dudas los textos de las ostracas de Iruña Oka. Dicen estas teorías que absolutamente todas las palabras que se parecen en euskera y en latín, el euskera: las ha tomado prestadas: pagoa, eta, … Muchas palabras si pero sobre otras muchas hay dudas. Por ejemplo, pagoa se usa muchísimo en la toponimia: Pagasarri, Pagoeta, Pagaldai, Pagola… Si hubiéramos tenido una palabra anterior para denominar este árbol, en las zonas donde hay tantas hayas, Urkiola, Altube, etc., hubiera quedado fosilizado y la hubiéramos encontrado. Los nombres de montes y ríos seguramente serán antiquísimos, cuando nuestros antepasados nómadas recorrían el país en busca de comida o caza, mucho más viejos que los nombres de huertas o prados. En Bilbao, Begoña y Deusto tenemos varios montes que nos rodean: Artxanda, Arraitz, Arnotegi, Elorriaga y el famoso Pagasarri ¿Por qué este último nombre es nuevo y el resto no? ¿O estos topónimos pueden ser relativamente recientes? Artxanda se llama hoy día así, se llamará dentro de 100 años y, seguramente, se llamaba así hace muchísimos años. Detrás de la toponimia y la hidronimia, campos que en Filología Vasca tienen poca importancia, está una parte de nuestra historia. Como dice Felix Zubiaga, la toponimia es el eco de nuestros antepasados. Durante muchos años nos preguntábamos porqué los británicos llamaban a nuestro mar el Golfo de Bizkaia. Hace unos meses hemos tenido la respuesta. Oppenheimer, profesor de Oxford, tras analizar el ADN de 10.000 británicos y británicas ha demostrado científicamente que el mayor aporte genético procede de Euskal Herria. Qué interesante sería que alguien invitase a este profesor a dar unas charlas por aquí ya que, su trabajo, siendo importantísimo para la historia de nuestro país, ha pasado totalmente desapercibido en nuestros medios de comunicación. Es decir, que cuando utilizan Bay of Biscay, británicos y británicas están rememorando su origen. Pero hay más dudas. El investigador Rivero Meneses, al igual que nuestro erudito y creador de la Gran Enciclopedia Vasca Estornés Lasa, proponen que la civilización Cantabra-Vasca-Aquitana es el origen de Europa (Para Estornes Vasca-Aquitana y para Rivero Cantabra-Vasca). Se basan en datos fundamentalmente arqueológicos: los hallazgos de las cuevas más importantes de Europa y sus dataciones. Esta zona y el Mediterráneo eran las únicas zonas donde se podía vivir ya que el resto de Europa era hielo. Cuando estos hielos fueron fundiéndose, hubo una migración hacia el norte y hacia el este, partiendo de aquí. Si esto fuera cierto, y si el pueblo vasco ha vivido ininterrumpidamente aquí, puede ser que muchas palabras, en lugar de ser importadas, fueran exportadas. Si Santimamiñe, Lascaux, Altamira… estuvieran en Italia, tal vez vinieron todas esas palabras del latín, pero las cuevas están aquí, y seguimos hablando en euskera, como hace miles de años. Otro tema que han mencionado los lingüísticas es el locativo eta. Es decir, hasta que vinieron los romanos no sabíamos unir dos palabras. Estudiando la psicología tal vez sea cierto, ya que vascos y vascas somos incapaces de unirnos en los temas importantes de nuestro país, pero, bromas aparte, resulta difícil de creer que algo tan elemental en la lengua fuera sustituido o importado. En Iruña Oka parece que aparece cuando según los lingüistas, el paso del et latino al eta euskérico debió se mucho mas tarde que el año 300 después de Cristo. Pero volviendo al tema principal. El 24 de noviembre del año pasado, el equipo de investigación de Iruña Oka, algunos preferimos denominarlo así, ya que aunque el euskera se perdió hace mas de 150 años en esta comarca, la gente en castellano nunca ha utilizado “Veleia”, siempre le han llamado “Iruña”. El nombre oficial del municipio es Iruña Oka, ¿por qué hay que cambiarlo?. Bueno, pues que este equipo firmó un comunicado totalmente esclarecedor, que por desgracia, sigue totalmente en vigor. El escrito, firmado los por arqueólogos, historiadores y el recién fallecido lingüista Henrike Knörr del equipo, decían que se estaba poniendo en cuestión de forma continua y con datos totalmente sesgados, el método de trabajo de la arqueología, y no sólo a nivel de Euskal Herria. Comentaron que el lugar donde se encontraron, “las secuencias estratigráficas, junto con las analíticas de Carbono 14, llevadas a cabo en los laboratorios de Geochron, en Cambridge, Massachussets y en la Universidad de Gröningen, en Holanda, y además, dada la excepcionalidad de los materiales, también las técnicas analíticas altamente especializadas en los laboratorios de espectroscopia nuclear del CEA-CNRS, en el Estado francés, y posteriormente contrastados con los laboratorios Adirondack en el Centro Tecnológico de Zamudio” no ofrecían ninguna duda. Todas las pruebas decían que las ostracas y los textos en euskera, latín, el calvario, etc., están escritos entre el año 250-450 después de Cristo. De los tres lingüistas, Henrike fué el único que aun sabiendo que dichos textos podían poner patas arriba la filología vasca, dijo que había que esperar al final de las dataciones y que luego habría que empezar a estudiar el tema, respetando, como debe ser, el trabajo de los otros profesionales. A pesar de la claridad y rigurosidad de las dataciones, un miembro de la Comisión Asesora formada por el Departamento de Cultura de la Diputación Alavesa ha faltado a su compromiso de confidencialidad y ha dicho que lo encontrado parece ser una estafa, y con ello, indirectamente, ha intentado desprestigiar al resto del equipo. Es decir, algunos filólogos e historiadores, ponen en duda de forma pública y repetida la capacidad de los arqueólogos y otros historiadores y lingüistas, ya que lo encontrado no coincide con las teorías en vigor ¿Es que las teorías son totalmente infalibles? ¿Es que todas las dataciones realizadas de forma científica por prestigiosos laboratorios a nivel mundial están por debajo de teorías lingüísticas que no tienen más de 30 años? Si habría que elegir entre los métodos de datación utilizados por los arqueólogos de todo el mundo y las teorías filológicas actualmente en vigor, me quedo con los primeros. Pero el bombardeo no cesa. El pasado fin de semana una persona que no ha visto los materiales, a doble página no sólo manifestaba sus dudas sino que instaba a dejar de “despilfarrar” el dinero en este proyecto. Si se enteran en Europa se ríen de nosotros hasta no parar. Una comunidad hace el descubrimiento mas importante de su cultura en 50 años, y que haya prensa y profesionales que digan que no hay que seguir excavando porque lo encontrado no coincide con las teorías en vigor. Aunque, la verdad, hace tiempo que partes de dichas teorías sí han sido puestas en duda y se han aportados otros puntos de vista (Bittor Kapanaga, Josu Naberan, Felix Zubiaga, etc.). En la historia infinidad de veces ha pasado lo mismo: antes el planeta era plano. Las pinturas de la cueva de Altamira eran falsas. Y ahora lo mismo, Que todo lo de Iruña Oka es una estafa, que no sigamos escarbando en nuestra antigua capital, que no busquemos más palabras de nuestro milenario idioma o restos de la antigüedad del cristianismo de nuestros antepasados ¿pero que se han creído? Extraña en este tema el silencio de profesionales, universidades, entidades del euskera, etc., que ante este incesante ataque a un proceso de investigación sobre un tema tan importante, no digan nada. Es necesario que el equipo de Iruña Oka haga el informe final cuanto antes, dando cada profesional el punto de vista que pueda ofrecer desde su disciplina, que se presente al público todo el material, que se abra la comisión a otros lingüistas y profesionales que puedan ofrecer más puntos de vista y, lo más importante, que se siga excavando. Si en el 1% de la antigua capital se ha encontrado estas riquezas, ¡que no puede haber! No quisiera acabar sin recordar a Henrike, que en medio de su enfermedad tuvo que sufrir por esta campaña tan burda y con tal falta de respeto. Y también animar al equipo de Iruña Oka. Mas sufrió Galileo pero al final sus detractores tuvieron que comerse sus palabras.