Regla 69 RRV - Regata Pino Daparenti, Septiembre'02 El 5 de Diciembre de 2002 se reúne el Tribunal de Apelaciones de la FAY para considerar la investigación de la regla 69.2 (a) RRV abierta a raíz de una denuncia de grave mal comportamiento en la regata Pino Daparenti, organizada por el C.N.Q. el 28 de Septiembre del presente año, presentada por el Sr. A. F. En su comunicación del 1ro de Octubre, el Sr. F. denunció que el "J.R. II", un Vicotry 34 del Sr. I. P., utilizó el motor para poder llegar a la línea de llegada en Quilmes, descaradamente, avanzando sobre barcos que hubiera sido imposible superar en esas condiciones. Dice el Sr. F. que no tuvieron el tiempo necesario para presentar la protesta formal en tiempo y forma ante los organizadores, que el barco tiene otros antecedentes similares, y que avisó por correo electrónico el mismo día al terminar la regata al Sr. N. P., uno de los organizadores de la regata. El Sr. F. amplió su declaración en un escrito recibido el 9 de Octubre, agregando que no tenían la lista de inscriptos y que no tenían conocimiento de que la embarcación que cuestionan se encontraba en regata, con otras consideraciones que no se refieren directamente al comportamiento denunciado. A raíz de la denuncia, el Tribunal citó al Sr. F. a una entrevista, y luego decidió abrir una investigación de la regla 69.2 (a) y citó al Sr. I. P. a una audiencia, a la que concurrió y propuso que se tomara declaración a testigos pertenecientes a la tripulación de su barco, a la de barcos que llegaron inmediatamente después del "J.R. II", y a la Comisión de Regata, incluyendo al Sr. N. P. (al que hace referencia el Sr. F.), quien estaba encargado de recibir la regata, además de filmar las llegadas, y de otro integrante de la organización, que comandaba un gomón que recorrió la última parte del recorrido, sacando fotos a los barcos. De la investigación realizada, que incluyó la interrogación de los testigos y la consideración de una filmación de la llegada y de una foto sacada del "J.R. II" en la última parte de la regata, el Tribunal de Apelaciones concluye que son hechos comprobados: 1. Que el "J.R. II" no utilizó su motor en la regata Pino Daparenti del C.N.Q. el 28 de Septiembre de 2002, como se denunció. 2. Que el "J.R. II" llevaba la cenefa de la regata, con su número puesto en el balcón de popa y claramente visible desde popa, y que cruzó la línea de llegada a muy corta distancia de otros barcos que también estaban terminando la regata. 3. Que el "M." del Sr. A. F., que llegó tres minutos y medio después del "J.R. II", no hizo el menor intento de presentar una protesta según las reglas 60 y 61 y las Instrucciones de Regata. En consecuencia, el Tribunal decide poner fin a la investigación, por no existir el comportamiento denunciado, pero considera que no corresponde cerrar el caso sin antes comentar sobre la denuncia en cuestión. El Sr. F. afirma que no tuvo tiempo para presentar una protesta diciendo que “debí primero cerciorarme de que lo que nosotros suponíamos habíamos visto, lo vieron otros participantes”, lo que no resulta una excusa válida, como tampoco lo son las que intenta en su segundo escrito: que no tenían el listado de inscriptos y que no tenían conocimiento de que el barco cuestionado se encontraba en regata, cuando dicho barco cruzó la línea de llegada en una actitud que hacía evidente que competía en la regata. Se hace notar también que el plazo para presentar protestas vencía cinco horas después de la llegada del "M.", tiempo más que amplio para ello. Siendo nuestro deporte uno en que los participante se auto controlan en materia del cumplimiento de las reglas, existe la obligación de seguir los sencillos pasos de la regla 61 en cuanto uno ve la comisión de una infracción por parte de otro barco, sobre todo en el caso de una tan grave como la que supuso ver el denunciante. De haberse procedido de esta manera, este asunto se habría resuelto de manera muchísimo más sencilla y apropiada. Lo mismo puede decirse respecto de los supuestos antecedentes que menciona el denunciante, de uso del motor, de evitar boyas y de largar con series que no le corresponden. ¿Debemos creer que todos aquellos que habrían presenciado estas supuestas infracciones estaban impedidos de presentar protestas en debida forma?. Esto no es posible y obliga a descartar dichos “antecedentes” como productos de la maledicencia. A mayor abundamiento, durante la tramitación de esta investigación, el Tribunal se enteró de la difusión por Internet de la supuesta infracción que aquí se declara inexistente. Lo antedicho hace pensar en una campaña de desprestigio contra un barco y su propietario, lo que señalaría una tendencia deplorable contra la que deberán estar atentos las autoridades de nuestro deporte, para evitar el desarrollo de actitudes totalmente reñidas con el juego limpio y el espíritu deportivo. Elevase al Consejo Directivo (art. 47 del estatuto de la FAY), recomendando desestimar la denuncia presentada. El Consejo Directivo de la Federación Argentina de Yachting, en su reunión del 17/02/03, resuelve aprobar la recomendación del Tribunal de Apelaciones.