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ESPAÑOL
IV-No. 2-2014
CITOC magazine
CENTRUM INFORMATIONIS TOTIUS ORDINIS CARMELITARUM
contenido
Editorial
Una nota biográfica nos ilustra la vida de nuestro legislador y
otro artículo describe el entorno histórico en el que San Alberto
respondió a las exigencias de los hermanos que le habían pedido
una “regla de vida”. Las reflexiones sobre Nuestra Regla a la
luz de la eclesiología del Concilio Vaticano II y el testimonio de
varios miembros de la Familia Carmelita de cómo vivirla hoy,
sirven de puente hasta nuestros días.
Esta edición también presenta algunos alegres acontecimientos que muestran cómo se vive nuestra Regla desde hace ocho
siglos en diferentes países y circunstancias: el 125° aniversario de la llegada de los primeros carmelitas irlandeses a Nueva
York, que marcó el comienzo de la actual Provincia Americana
de San Elías; el 25° aniversario del restablecimiento de la Orden
en Francia después de su desaparición a causa de la Revolución
Francesa y el 25° aniversario de JuCar, movimiento juvenil en
España.
Nuestra Regla se vive en entornos diversos y afrontando retos
derivados de los cambios producidos por momentos históricos
que siempre piden nuevas respuestas; por ello, compartimos
un artículo sobre la unificación de las dos provincias de Castilla
y Arago-Valentina en la única “Provincia de Aragón, Castilla y
Valencia.”
Además de estos artículos y otras informaciones, presentamos como de costumbre una selección de noticias importantes,
algunas de las cuales ya han sido publicadas en CITOC-on-Line,
que ofrecen una visión de la vida actual de la Orden.
Os deseamos a todos una buena lectura de estas páginas de la
nueva edición de CITOC-magazine.
2 Editorial
CITOCmagazine
13 Vivir la Regla del Carmelo en
Nuestro Contexto
CENTRUM INFORMATIONIS TOTIUS ORDINIS CARMELITARUM
19 VIII Centenario de la muerte
La CITOC-Magazine es publicada
dos veces al año por la Orden de
los Carmelitas. Las noticias, información, artículos, cartas, fotografías y otros materiales envíados,
se convierten en propiedad de la
Revista de CITOC.
11
La Regla Carmelita
a la Luz del Concilio
Vaticano II
de San Alberto de Jerusalén
27 Jubileo de Oro de la Tercera
Orden en Kenia
2 8 Vida de los Monasterios:
Director:
P. Fernando Millán Romeral,
O.Carm.
clausuras y nuevas
fundaciones
Editor:
P. Christian Körner, O.Carm.
30 Noticias
Asesor Editorial:
P. Raúl Maraví, O.Carm.
16
125º aniversario
de los Carmelitas
en Nueva York
Asesor Técnico:
P. Joseph Hung Tran, O.Carm.
20
25º Aniversario de
JuCar
Corresponsales:
Europa:
P. John Keating, O.Carm.
África:
P. Conrad Mutizamhepo, O.Carm.
22
Provincia Carmelita
de Aragón, Castilla y
Valencia
América:
P. Raúl Maraví, O.Carm.
Asia y Oceanía:
P. Benny Phang, O.Carm.
Envío de información a:
Curia Generalizia dei Carmelitani
Via Giovanni Lanza 138
00184 Roma, Italia
Tel+39-064620181
Email: [email protected]
www.ocarm.org
P. Christian Körner, O.Carm.
CITOC | P. 2
* Arte vitral Giuliani, carmelita Domus - Roma, Italia
E
ste año 2014
estamos celebrando
el
VIII centenario de
la muerte de San
Alberto de Jerusalén;
por ello, en el tema
central de este nuevo
número de CITOCmagazine está el
recuerdo de este
evento. La carta del
Patriarca a los ermitaños del Carmelo
se ha convertido en
nuestra Regla y con
los años no ha perdido nada de su originalidad. Este documento permanece siempre actual y es una fuerza inspiradora que
comenzó con los ermitaños reunidos en la fuente de Elías en el
monte Carmelo hasta extenderse a toda la Familia Carmelita de
hoy en todos los continentes.
6
San Alberto de
Jerusalén, Un Padre
para el Carmelo
4
Alberto Patriarca
de Jerusalén
24
25 años de los
Carmelitas en Francia
Alberto Patriarca de Jerusalén
Legislador del Carmelo
P. Vincenzo Mosca, O.Carm.
A
lberto, de los Avogadro,
probable apellido de su
familia, nació en torno al
año 1150, en “Castro Gualteri”,
localidad que actualmente se
encuentra en la diócesis de Reggio
Emilia y Guastalla, fue educado,
como cualquier descendiente de
origen noble, en las artes literarias. Para continuar sus estudios,
fue probablemente trasladado a
la ciudad de Parma, especializándose en la jurisdicción. Al quedar
huérfano, eligió, aunque no como
carrera brillante según lo valorado
en aquel tiempo, el camino del
sacerdocio, entre los Canónigos
Regulares de Sta. Cruz de Mortara.
Esta Congregación, muy extendida en la Italia del Norte de los
siglos XI-XIII, tenía como ideal “la
vida perfecta común”, siguiendo
una regla de los “Santos Padres”,
pero que se inspiraba en los principios de la regla de S. Agustín.
Tanto en los estudios como en
la piedad y vida regular, Alberto
progresó hasta tal punto que muy
pronto fue elegido maestro de las
jóvenes vocaciones de su instituto y después pasó a ser prior de
la comunidad de la casa madre
de Mortara hacia el 1180. Este es
el período en que comenzó a ser
conocido fuera de los muros de su
comunidad y Congregación, recibiendo varias tareas que le asignaron los Papas del tiempo por su
preparación jurídica. Quizá debido
a esto, en 1184 fue nombrado
obispo de Bobbio. Pero no permanecería mucho en aquella sede ya
que el 20 de abril de 1185 Urbano
III, su predecesor en aquella
iglesia particular, le nombró
obispo de Vercelli, llamándolo
para mantener esta cátedra en
la que había estado S. Eusebio.
Vercelli era, en el siglo XII, el
mayor centro cultural, económi-
co y político del Piemonte, y el obispo de aquella iglesia también
contaba por lo que era representante del emperador. En los cerca
de 20 años en los que Alberto permaneció como obispo de Vercelli,
su labor pastoral a favor de esta iglesia se desarrolló desde la perspectiva de los principios de los movimientos de reforma del tiempo,
en particular reorganizando la vida de su iglesia local en lo espiritual
y económico. Cuidó, ante todo, la formación del clero, instituyendo
tres cátedras para el capítulo eusebiano, de un ““theologus”, de un
“grammaticus” y de uno “scriptor”. Amplió la biblioteca capitular con
la donación del canónico Cotta. Dispone unas pautas directivas para
una impronta de vida común del clero bajo la guía de prepositi en
los capítulos de Vercelli de la Iglesia de Sta. Agata, Sta. Maria la
Mayor y de S. Esteban de Biella. Para esta última escribe un verdadero estatuto. Su acción pastoral culmina con el Sínodo diocesano
celebrado en Pentecostés de 1191 y cuyos estatutos permanecie-
CITOC | P. 4
ron en vigor hasta cerca de finales de 1600. La
enorme cantidad de actos administrativos llevados
por Alberto, de los que hay abundante documentación, nos dicen de él que estaba presente y se
hacía cargo de su iglesia particular, a pesar de
las múltiples tareas para las que era llamado tanto
por el emperador como por el papa. Era capaz de
mantener una equilibrada relación tanto con los
representantes de la municipalidad de Vercelli,
aquietando sus ambiciones de autonomía, como
con las dos máximas instituciones. Su intento de
resolver el conflicto entre éstas, representadas por
Celestino III y Enrique VI en 1197, por desgracia no
tuvo éxito debido a la muerte prematura de las dos
partes. Pero fue sobretodo con el pontífice Inocencio III con quien Alberto recibió numerosos e importantes cargos, como los de presidir una comisión de
estudio para la creación de un “propósito regular”
para el gran movimiento de los Humildes, procedentes de ambientes heréticos y heterodoxos. Con
ellos comenzó la distinción de primera, segunda y
tercera orden en la historia de la vida consagrada y también la presidencia de un capítulo general
extraordinario para todos los monasterios del NordEste de Italia. El mismo papa, el 17 de febrero 1205,
le hizo una invitación apremiante para aceptar su
postulación como Patriarca de Jerusalén, hecha
por los canónigos del Santo Sepulcro, los obispos
sufragáneos y por el rey de Jerusalén, Almarico II
de Lusignano. Debido a la estima de que gozaba lo
nombró también Legado de Tierra Santa. Alberto
ocupó su nueva sede en los primeros meses de
1206 y, debido a que Jerusalén estaba en posesión
de los turcos desde 1187, estableció su residencia
en S. Juan de Acre. En estos territorios, su acción,
desde el punto de vista eclesial, incluyó, en cierto
sentido, algunos aspectos más importantes, tales
como la ocupación de las sedes episcopales de las
diversas provincias eclesiásticas, las relaciones con
las Órdenes militares y las normales incumbencias
de un patriarca. Desde el punto de vista político
su gran virtud de mediador quedó reflejada en la
solución de los problemas de sucesión de Cipro,
del principado de Antioquía y de los mismos reinos
de Jerusalén. A continuación, en lo que se refiere
al valor de la cruzada y la liberación de Jerusalén,
procuró, ante todo, establecer una cierta relación
de buena vecindad con los príncipes musulmanes,
para garantizar el acceso de los santos lugares para
los peregrinos que iban allí. El 14 de septiembre de
1214, en la fiesta de la Exaltación de la Sta Cruz,
mientras iba en procesión a la catedral de Acre, fue
asesinado por el maestro del hospital del Espíritu
Santo, un clérigo de Caluso, diócesis de Ivrea, que
fue depuesto por él de su cargo por su vida poco
edificante. En general sus acciones están guiadas
por un gran sentido del equilibrio y la prudencia,
como lo demuestra también su compromiso a favor
de los eremitas latinos del Monte Carmelo, situándolos dentro de la Iglesia con su carisma específico.
De hecho, su obra está delineada en la tradición del
Carmelo y en el mismo texto de la “vitae formula”
de este modo: al reunir en un único colegio el grupo
de eremitas (in unum collegium congregavit); en
haberles dado a ellos una Fórmula de Vida según
su propositum (scribens eis regulam); en la estructuración del lugar y modo de vida de este grupo
(monasterium construxit). En este sentido, Alberto
ha sido identificado con el futuro de los primeros
eremitas-hermanos del Monte Carmelo, no sólo
como pastor y, por tanto, legislador, sino también
como maestro y padre, es decir, fundador. La “vitae
formula” que recoge los principales valores del
carisma del Carmelo, convertida en “Regla bulada”
en 1247, con adicciones y correcciones de Inocencio IV, se puede considerar como su testamento
espiritual.
SAN ALBERTO DE
JERUSALÉN
UN PADRE PARA EL CARMELO
P. Giovanni Grosso, O.Carm.
S
an Juan de Acre, cabo norte del golfo de Haifa, 14 de
septiembre de 1214. El patriarca latino de Jerusalén
Alberto Avogadro avanzaba en procesión, rodeado de
canónigos del Santo Sepulcro y de otros clérigos, celebrando la fiesta de la Exaltación de la Cruz, en la que participaba
la entera comunidad “franca”, o sea, los cristianos latinos, y
otros ciudadanos atraídos por el acontecimiento. De repente
una persona de entre la muchedumbre se abalanzó sobre el
presidente hiriéndolo de muerte. El homicida, que resultó ser
el maestro del hospital del Santo Espíritu, quiso vengarse por
haber sido destituido por el obispo por motivos de inmoralidad.
La fama de Alberto creció hasta el punto que en
1184 fue elegido obispo de Bobbio, donde sólo
permaneció algunos meses, ya que el año siguiente
fue destinado a presidir la iglesia de Vercelli, donde
permaneció por unos veinte años. Este período fue
rico en actividad pastoral y diplomática, aspectos
fuertemente unidos en la vida de Alberto. De hecho,
él no sólo presidía la diócesis, sino que también
representaba al emperador en cuyo nombre
gobernaba el condado de Vercelli. Siendo obispo
acompañó a la iglesia eusebiana en la celebración
de un sínodo diocesano (1191), en el cual nacieron
unos nuevos Estatutos, fruto, al menos en buena
parte, de la clarividencia y de la competencia del
obispo mismo. Esta antigua legislación, desafortunadamente desaparecida, estuvo en vigor al menos
hasta el inicio del siglo XVII, siendo modelo de
concreción y flexibilidad. Alberto tuvo otra preocupación, la formación del clero diocesano. Fue muy
valorado por los papas, los cuales lo enviaron como
mediador con motivo de producirse desavenencias entre los obispos y los capítulos de canónigos
o entre las diócesis vecinas. Estos fueron también
unos años de intensa actividad política; como obispo-conde mantuvo siempre buenas relaciones con
los emperadores Federico I “Barbarroja” y su hijo
Enrique IV, al que acompañó muchas veces en sus
viajes a Italia. No resultó fácil la relación con el
municipio de Vercelli, cuya conocida notoriedad iba
creciendo. La sabiduría y la competencia jurídica
de Alberto también se pusieron de manifiesto con
ocasión de la reforma de los Estatutos de los capítulos de canónigos de Biella y de Santa Ágata y
Santa María Maggiore de Vercelli. El obispo también
fue requerido para colaborar en la revisión de las
constituciones de los Humillados, la nueva orden
religiosa compuesta por laicos en continencia y
sacerdotes.
Todas estas actividades, junto con su fama de
hombre espiritual, hicieron que los canónigos del
capítulo del Santo Sepulcro lo propusiesen al papa
como patriarca de Jerusalén. Inocencio III (11981216) acogió la propuesta y, después de vencer su
resistencia como candidato, lo envió como patriarca de Jerusalén y legado papal para la provincia
de Tierra Santa. En los primeros meses del 1206,
Alberto permaneció en San Juan de Acre, sede
provisional del patriarcado, por estar impedida la
entrada y la residencia en Jerusalén, que estaba en
manos sarracenas. En seguida se ocupó en mejorar
la situación de la iglesia latina en Tierra Santa.
Como legado papal intervino en el nombramiento
de obispos y fomentó el diálogo con los sarracenos
y entre los diversos grupos y autoridades cristianas.
Por aquel entonces el reino latino de Jerusalén se
limitaba a poco más de la costa del golfo de Haifa,
a los territorios libaneses y a la isla de Chipre;
después de la batalla de Hattin (1187) el dominio
sarraceno había sido restablecido en casi toda la
Tierra Santa. Entre los territorios dominados por los
“francos” quedó el promontorio del Carmelo. Justamente en su vertiente suroccidental, en el Valle del
Peregrino (la Wadi ʼain es Siah), en las ruinas de
una antigua capilla bizantina, en un año no verificable pero sí después del 1189, se estableció un
grupo de peregrinos latinos que se propusieron vivir
como eremitas en santa penitencia.
Formaban una de tantas comunidades nacidas
durante aquellos años en la tierra fecunda de una
sociedad en movimiento y de una iglesia en efervescencia por los interrogantes sobre la esencialidad, la simplicidad y la radicalidad de la vida. La
sociedad occidental estaba en profunda transformación: las antiguas estructuras feudales, cerradas
y basadas en una agricultura de subsistencia con
Así murió el patriarca Alberto, víctima de su compromiso por
una iglesia fiel al Evangelio. Descendiente de los Avogadro, de
una familia de la clase media, había nacido unos sesenta años
antes, hacia el 1150, muy probablemente en Castel Gualtieri,
en la que hoy es provincia de Regio Emilia, en aquel tiempo
parte del territorio piamontés identificado con varios nombres:
Lombardía, Italia… Siendo un joven de unos veinte años,
después de acabar los primeros estudios de derecho, optó
por la vida religiosa; no por una carrera eclesiástica cómoda,
prometedora y remunerativa, sino por la austera vida comunitaria de los Canónigos regulares de Mortara, que se ocupaban
en la vida comunitaria de pobreza y de oración litúrgica coral
unida a la cura pastoral. Se convirtió en un intérprete autorizado de su regla de vida, hasta el punto de obtener la confianza de los superiores y de los hermanos para convertirse en
maestro de novicios y posteriormente prior en 1180.
* San Alberto de Jerusalén, Monastery of the Holy Name, Denmark, WI., EE.UU.
CITOC | P. 6
CITOC | P. 7
mínimos cambios sociales, iban dejando espacio a
nuevas aglomeraciones urbanas cuyo centro vital
era el mercado, la obispalía, el ayuntamiento, e
incluso la universidad. Nuevos grupos sociales
compuestos por mercaderes, artesanos, profesionales, iban substituyendo a las antiguas estratificaciones sociales de los caballeros y los campesinos. Incluso en la misma iglesia pululaban los
movimientos de opción por la pobreza y evangélicos, los predicadores populares que con frecuencia
recorrían amplias zonas alimentando el hambre de
la palabra de Dios, eremitas solitarios y en grupo
que se establecían en lugares desérticos o semidesérticos, pasando a ser un reclamo para mucha
gente. El anhelo espiritual y religioso por una vida
cristiana más substancial y basada en la palabra
evangélica se mezcló con la explosión demográfica, con el crecimiento de la riqueza y consecuentemente de las diferencias sociales, con el
aumento de la cultura universitaria, con
la movilidad social y con otros factores,
provocando una imponente marcha
hacia Tierra Santa, de la cual fueron
consecuencia las cruzadas. El deseo
de trasladarse a aquella Tierra para
encontrar al Señor visitando los
lugares de su vida terrena, había
provocado efectivamente un movimiento intenso en el pueblo, que se
transformó en el peregrinaje armado
llamado cruzada.
En este contexto nació la comunidad de los
hermanos eremitas del Carmelo. Alberto escribió
para ellos la Fórmula de Vida, auténtica columna
vertebral de la vida carmelitana, que pasó a ser
la Regla carmelita. Una breve carta en la que se
describía en pocas líneas su propósito, o sea, la vida
y fisonomía por la que el grupo se había decidido.
Se pretendía ser una fraternidad de eremitas
obedientes al prior, reunidos en torno a Jesucristo, en continua y orante meditación de su palabra,
alimentados por la eucaristía, en silencio, trabajo,
pobreza, discernimiento y diálogo fraterno.
En ella aparece por primera vez el ADN del grupo (lo
que técnicamente se llama carisma). Se componía
de los elementos esenciales de la vida cristiana y
religiosa, pero combinados de una manera original.
Caridad, oración, centralidad de Cristo, servicio,
todo esto y algún otro elemento de la vida espiritual se articulaba de manera harmoniosa tal que
proporcionaba al grupo y a sus miembros la gracia
de permanecer en constante búsqueda del rostro
de Cristo para ser transformados por el Espíritu y
vivir en plena comunión con el Padre y también con
los hermanos. El icono ideal de la primera comunidad de Jerusalén, como se describe en los Hechos
de los Apóstoles (2,42-47; 4,32-35; 5,12-16) constituía la firme referencia estructural de los primeros
Carmelitas; es difícil saber si la idea fue sugerida
por ellos o por Alberto, pero es cierto que la composición de la Fórmula de Vida y la articulación de los
elementos son del patriarca.
Alberto, sin que sepamos de qué modo pero ciertamente en diálogo con los mismos hermanos,
consiguió armonizar las diversas aspiraciones que
aparecen en la Fórmula de vida. Ante todo la fuerte
llamada a seguir a Jesús justamente allí donde él
vivió, consumó su sacrificio y regaló la vida por su
resurrección: éste era el ideal de la peregrinación
a Jerusalén contenido en la tradición cristiana. Se
trataba de un camino de transformación continua,
que conducía a los eremitas a hacer la experiencia de resucitar de la muerte, a pasar de
la vida carnal a la espiritual. De este
modo, los carmelitas se hicieron
hermanos, capaces de construir
una comunidad en la que es
posible encontrar al Señor y
estar dispuestos para servir
a las hermanas y hermanos
del pueblo de Dios. Tenían
el deseo de seguir a Jesús
en pobreza apostólica, como
signo de la esencialidad de la
vida y de la radical dependencia de Dios, propio de muchos
movimientos del tiempo que
optaban por la pobreza. Había una
llamada a la soledad del desierto, aunque
mitigada por elementos comunitarios y cenobíticos,
que expresaba el deseo de buscar al Señor como
el absoluto, para permanecer en intimidad con Él.
Había la exigencia de la lucha espiritual expresada en la invitación a revestirse la armadura espiritual (cfr Ef 6,11-17): una interesante relectura de
la mentalidad del momento imbuida de los ideales
caballerescos y de ganas de cruzada. El deseo de
contribuir a la reforma de la Iglesia se expresó en la
elección por venerar a María, la Madre del Señor, la
Señora del Lugar, o sea del mismo Carmelo y de la
Tierra Santa, conquistada por la sangre de su Hijo:
a ella se le dedicó la capilla construida en medio de
las celdas de los hermanos. Esta devoción mariana
inicial contenía todos los elementos que se desplegaron a lo largo de la multisecular historia de la
Orden. Igualmente la elección del modelo ideal del
profeta Elías, al que estaba unido el lugar en el que
se establecieron los eremitas, (“junto a la fuente”
llamada popularmente de Elías), pasó a ser motivo
de identificación y llamada a la dimensión profética,
o sea, al anuncio libre y manifiesto de cuanto Dios
quiere para la historia humana.
CITOC | P. 8
Algunos autores han intentado definir la aportación específica de Alberto y su rol en la fundación
del Carmelo; pero sólo son hipótesis basadas sobre
pruebas con frecuencia frágiles y no siempre suficientemente verificadas. Si bien es plausible atribuir
a Alberto la redacción de la carta que contiene la
Fórmula de Vida (esto nunca ha sido puesto en
duda por las fuentes), y además se puede atribuir
a Alberto la riqueza de citas bíblicas directas o indirectas (son tantas y tales, que alguno ha llegado
a decir que la Fórmula de Vida se presenta como
fruto de una lectio divina), sin embargo no se puede
afirmar con certeza qué partes o qué consejos
son fruto exclusivo de la mente y del corazón
del patriarca y cuáles del deseo de los mismos
eremitas. De hecho, éstos ya vivían en el Carmelo
y habían dado una forma inicial a su propositum
(Regla 3). Aún así, creo que puede atribuirse a la
experiencia de Alberto, canónigo de Santa Cruz de
Mortara, al menos la indicación de san Pablo como
modelo (Regla 20): un don específico del patriarca
Alberto a los Carmelitas. La mención
del Apóstol fue, de manera más o
menos consciente, de gran ayuda para
los hermanos a la hora de orientarse
hacia el apostolado explícito y directo,
sin que por ello sufriese menoscabo la
dimensión contemplativa carismática,
originaria y propia. Por otra parte, el
mismo Pablo fue también un místico
(cfr 2Cor 12,1-10) y un hombre de
profunda oración (Rom 16,25-27;
2Cor 2,14; Ef 3,14-21). De la misma
manera puede mantenerse que es una
herencia de Alberto la fuerte dimensión eclesial que recorre el texto de
la Fórmula de vida, la cual sostuvo en
todo tiempo el esfuerzo de los carmelitas a favor de la vida eclesial y de la
evangelización.
formaron Carmelos en Sicilia y en Italia (Messina y
después Pisa), en Inglaterra (Aylesford en Kent y
Hulne en Northumberland), en Provenza (Les Aygalades y Valenciennes), y en Alemania (Colonia).
La Fórmula de Vida de san Alberto continuó modelando la vida de los hermanos y pasó a ser Regla
reconocida y aprobada, con algunos importantes
añadidos y modificaciones del papa Inocencio IV (1
de octubre de 1247). La esencialidad, la flexibilidad y el dinamismo de este tesoro han hecho de él
un referente atrayente, capaz de ofrecer alimento e
inspiración a muchos grupos de fieles, religiosos y
laicos, que constituyen la Familia Carmelitana.
La carta entregada por Alberto a los hermanos
eremitas que vivían junto a la fuente de Elías
cumple ahora más de 800 años, pero no ha perdido
en absoluto su frescor y, como un fruto en tiempos
de cambio, ha conseguido adaptarse a situaciones
siempre nuevas, abiertas a la esperanza de Dios
para los hombres.
Todo esto permitió a la comunidad
eremítica del Carmelo no encerrarse en sí misma, en un narcisismo
conservador de la propia elección y del
propio estilo de vida. Los hermanos se
abrieron al mundo y a la historia sin
perder por ello los propios orígenes,
el propio ADN. Empujados por el
aumento de los miembros de la comunidad y también por la presión sarracena y por la inseguridad del lugar,
decidieron iniciar la migración hacia
el Occidente del que procedían los
primeros peregrinos-penitentes. De
esta manera, además de las fundaciones en Tierra Santa y en Chipre, se
* Icono de San Alberto de Jerusalén, Santuario Nacional de San Judas,
Reino Unido, escrita por la Hermana Petra Clare
CITOC | P. 9
LA REGLA CARMELITA
A LA LUZ DE LA ECLESIOLOGÍA
DEL CONCILIO VATICANO II
P. Claudemir Rozin, O.Carm.
L
a sencilla carta escrita por el Patriarca Alberto
de Jerusalén a los eremitas del Monte Carmelo,
conteniendo la “formula vitae” que después sería
aprobada definitivamente como Regla de una Orden
Mendicante por el papa Inocencio IV (1247), por su
inspiración bíblica posee unos valores y riqueza aún
por descubrir, profundizar, actualizar, confrontar
con las diversas experiencias y realidades de cada
momento histórico. La Regla ha estado en la base de
las grandes reformas de la Orden y, no podría ser de
otro modo, es el fundamento seguro de la necesaria
relectura del carisma que el Concilio Vaticano II ha
pedido a la Vida Consagrada (cf. PC 2). A partir de
las nuevas relecturas e interpretaciones de la Regla
tenidas después del Vaticano II- bajo el aspecto
histórico, jurídico, contextual, bíblico, cristológico,
espiritual, simbólico, etc. – surge también una visión
eclesiológica de su propuesta de vida que nos hace
descubrir el aspecto esencial, madurado en la nueva
reflexión conciliar: la Iglesia de comunión.
En el postconcilio se ha hablado mucho del cristocentrismo de la Regla del Carmelo. De hecho, la
finalidad principal del proyecto de vida es “vivir en
obsequio de Jesucristo” (RC 2). Esto se convierte en
el fundamento de la experiencia personal y comunitaria de los carmelitas que, necesariamente, debe
llevar a la dimensión eclesiológica, ya que la Iglesia
es justamente “sacramento de Cristo”, “Cuerpo de
Cristo” (LG 1 y 7), continuación de su misión (cf.
Jn 20, 21). Entonces, hablar del cristocentrismo de
la Regla es reconocer que ésta debe ser también
profundamente eclesiológica, ya que en la invitación
al seguimiento de Cristo, del cual nació la Iglesia y del
que depende totalmente (cf. SC 5), se traza también
un camino para recorrer en comunidad para alcanzar
tal ideal. Descuidar la dimensión eclesiológica de la
Regla puede llevar a una experiencia carmelita individualista, cerrada, no verdaderamente cristiana.
La experiencia concreta de la fraternidad, sea en el
interior de una comunidad religiosa o en la relación
de esta con el Pueblo de Dios, es el signo y lugar
donde se realiza el seguimiento de Cristo.
La reinterpretación del carisma, después del
Vaticano II, ha llevado a la Orden del Carmelo a
redescubrir con gran énfasis el valor de la fraternidad como parte esencial del proyecto de vida
contenido en la Regla, tema que se convertirá
en central en las discusiones postconciliares. La
fraternidad, de hecho, será pensada de un modo
amplio, en la perspectiva de una Orden Mendicante, ya sea en su dimensión “ad intra” ya en
la “ad extra”, en la relación con la Iglesia y con
el mundo. Esto dará lugar a consecuencias prácticas, como el reto de “construir” verdadera comunidad, con mayor participación y corresponsabilidad en todos los ámbitos, también en el gobierno
general de la Orden.
El aspecto de la fraternidad, como parte esencial
del carisma, es el punto de referencia para
comprender el proyecto común. Este aspecto se
recoge en el movimiento que va de la experiencia
contemplativa personal y fundamental de Dios al
encuentro y al compartir la vida con los demás.
En la estructura de la vida fraterna indicada en
la Regla, podemos encontrar los mismos elementos presentes en la Iglesia primitiva y que se
convierten en los pilares de la Iglesia de todos
los tiempos: la escucha de la Palabra de Dios,
tanto personal como comunitaria (RC 7.10; Hech
2,42); la centralidad de la Eucaristía, que crea
y establece la comunión (RC 14; Hech 2,42.46);
la pobreza en la puesta en común de bienes (RC
12.13; Hech 2,42.44; 4,32.34-35); el encuentro
semanal de la comunidad para evaluar la vida
fraterna y celebrar el perdón (RC 15; Hech 4,32);
la oración litúrgica en comunión con la Iglesia
Universal (RC 11; hech 2,46). Tenemos, por otra
parte, el prior- “primus inter pares”- elegido por el
grupo (RC 4; hech 4,35), que ejerce su autoridad
como servicio, asegurando la unidad y la estructura necesaria para vivir el propósito común.
Estos elementos de la fraternidad presentes en
la Regla- que están también en la base de la vida
eclesial- subrayan el criterio de la comunión. El
Vaticano II tomó justamente la comunión como
característica principal de la eclesiología conciliar: la Iglesia como “comunión con Dios y con
los hermanos y hermanas” (LG 1-5); como “único
Pueblo de Dios” (LG II), que se basa en la radical
igualdad entre los bautizados (LG 9-17) antes aún
que cualquier diversidad de función o servicio; en
CITOC | P. 11
el sacerdocio común de los fieles (LG 10) que lleva a
la participación y corresponsabilidad de todos; en la
común vocación a la santidad universal (LG 39-42);
por la comunión en la pluralidad y complementariedad de los carismas (LG 4.7). Estos valores aparecen
en la Regla en la forma en que todos son llamados
“fratres”, participan en el capítulo semanal o en las
decisiones en las que el prior va implicando a la
comunidad. De este modo la principal característica
de la eclesiología de comunión ayuda a comprender y actualizar la fraternidad carmelita en la Iglesia
de hoy. Nos permite también reinterpretar la Regla
a la luz del Vaticano II y descubrir un camino de
vida eclesial en lo específico de un carisma religioso
presente en la Iglesia.
Esta relectura, en el ámbito de una nueva eclesiología, ha tenido ya consecuencias prácticas en la
Orden Carmelita: el reto de constituir comunidad
más consciente y participativa; la mayor responsabilidad y compromiso en la relación con el mundo,
con la justicia y la paz, en la óptica de una fraternidad universal; el desarrollo de la Familia Carmelita
que ayuda a recordar que el carisma ha de estar
abierto y enriquecido por los diversos estados de
vida, dando un gran énfasis e importancia a la parti-
De esta forma,
la fraternidad carmelitana
puede también convertirse en un signo importante y particular de la Iglesia de comunión
propuesta por el Vaticano II. La Vida Consagrada postconciliar ha sido invitada a ser no sólo
“signo” y “testimonio”, sino también “instrumento” y “promoción” de esta consciencia eclesial (cf
VC 46). Por lo tanto, el Carmelo puede ofrecer a
la Iglesia una experiencia de la comunión vivida
en fraternidad, como comunidad, en la Iglesia,
siendo esta la consecuencia y el resultado de una
vida expresada por el don de la contemplación,
del vacare Deo- vaciarse para llenarse de Diosque es el fundamento de su carisma (cf. RIVC 4).
Sin perder los elementos de los orígenes, la
Orden debe enriquecerlos respondiendo a los
signos de los tiempos, comprendiendo la amplitud
de estos valores que no llevan a una cerrazón
o aislamiento, sino, por el contrario, a una vida
de comunión cuya fuente es la comunión con la
Trinidad que se realiza en la comunión eclesial
entre todos los bautizados. De esta forma, la
actualización del carisma pasa necesariamente
por la renovación propuesta por el Concilio a toda
la Iglesia. Desde esta perspectiva, la eclesiología de comunión se convierte en fundamental
para releer la Regla y para comprender y vivir
el carisma, el sentido de la oración, del silencio
y de la soledad, los proyectos y los trabajos de
la Orden, las tareas parroquiales y pastorales, la
formación de los nuevos carmelitas; es decir, en
la óptica de una experiencia eclesial más coherente y comprometida a partir de un modelo de
Iglesia como Pueblo de Dios.
A cincuenta años de la promulgación de la
Constitución Dogmática Lumen Gentium (1964),
ciertamente la Vida Consagrada puede participar más activamente en el debate y profundización de la eclesiología conciliar, especialmente
por lo que se refiere al tema de la comunión y
las consecuencias prácticas que ello comporta.
En esto la Orden puede tener también un gran
papel. No obstante, aún tenemos mucho camino
por recorrer. Por supuesto, los frutos no serán
recogidos solamente por los consagrados y
consagradas, sino por toda la Iglesia en la que
participamos como único Pueblo de Dios ¡Vale la
pena afrontar este reto!
* Cerámica de San Alberto y San Brocardo por Adam Kossowski.
The Friars, Aylesford, Kent, Reino Unido
VivirlaRegladelCarmelo
en Nuestro Contexto
cipación de los laicos. Tales principios, además
poner a la Orden en línea con la Iglesia postconciliar, muestra que la Regla del Carmelo es aún
un proyecto de vida vivo y actual, que lanza a la
fraternidad carmelita al desafío de contribuir con
una continua y necesaria recepción de la eclesiología del Concilio.
CITOC | P. 12
Mirada Hacia La
Regla Carmelita
Vivir en el obsequio
de Jesucristo es el
servirle fielmente con
un corazón puro. Sin
embargo, la regla Carmelita es el fundamento para vivir
siendo fiel en mi compromiso como cristiana
y religiosa carmelita. Estoy muy contenta
porque Dios me ha llamado a ser Carmelita,
es una entrega total deseada por Dios, quien
me invita a un seguimiento más cercano.
Mi vocación es el amor; el amor de Dios que
me llama y el mío que es el abrazo a esta
llamada, respondiéndola hasta la muerte, la
cual me costó pasar por muchos momentos
difíciles, dejando mi familia, mi país y mis
“armas” de Dios
Mi nombre es María José y soy laica carmelita de la Provincia Bética. Ya desde niña
tuve el privilegio de conocer el Carmelo
gracias a la educación que recibí en el
colegio Santa María del Carmen de Madrid.
A medida que fui creciendo en edad, mi fe
se fue fortaleciendo y madurando, hasta
que el Señor me mostró que mi vocación
era ser laica carmelita.
Cuando me preparaba para recibir el Sacramento de la Confirmación conocí la Regla
de San Alberto y me dejó fascinada, una
regla de vida que luego sería base de lo
que hoy es mi grupo de crecimiento en la
fe: la Fraternidad Sarepta. En esta fraternidad hemos estudiado, meditado y llevado a
la práctica este regalo de Dios que nos dejó
Alberto de Jerusalén y que hoy nos sigue
ayudando a muchos a recorrer el camino
cristiano.
La puesta en práctica de esta regla de vida
a través de la Fraternidad Sarepta empieza
costumbres. Por lo tanto, decidí hacer mis
votos solemnes en septiembre pasado. Una
etapa más hermosa que me une más íntimamente con Él y me alegra a seguir viviendo
en esta vida fraterna, de oración y servicio
en medio del pueblo, según la Regla Carmelita, que nos fue dada por San Alberto a
través del Espíritu Santo.
La regla Carmelita me enseña cómo vivir,
estar siempre pendiente de Dios vivo como
vivía el profeta Elías dando testimonio de un
Dios vivo que nos ofrece la vida; viviendo
en la verdad, la paz y el amor al prójimo. En
fin, os invito a entregaros a esta hermosa
vida de verdad, a la cual me siento orgullosa
de haber sido elegida por Dios.
Hna. Marsela Udur Sinaga, hermana
de la HH. de la Virgen María del Monte
Carmelo, Perú.
por la creación de la
figura de Prior/a, la
oración como uno de
los pilares del grupo
y el compartir la vida
con los demás. Todo
esto procurando mirar
con ojos de Dios y así
vivir en Obsequio de
Jesucristo.
A lo largo de mi vida he
podido experimentar que la Regla
de San Alberto da las claves para encontrar las “armas” de Dios. Así pues con el
cíngulo de la castidad, el pecho fortalecido
con pensamientos santos, la coraza de la
justicia, el escudo de la fe, el yelmo de la
salvación y la espada del espíritu, construiremos el Reino de Dios a nuestro alrededor
desde nuestro Carisma Carmelita.
María José García de la Barrera Trujillo
Juventud Carmelita (JuCar)
Provincia Bética, España
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El Signo
Albertino
A
lberto
de
Avogadro,
Patriarca de
Jerusalén desde 1205
hasta 1214, escribió una
forma de vida para un grupo de
ermitaños en Monte Carmelo, desde luego
sin la menor idea de que esta “formula
vitae” inspiraría y guiaría a miles de
mujeres en su búsqueda de Dios a lo largo
de los siglos.
Sucede que soy una de esas mujeres que
buscan a Dios. Monjas mayores que yo nos
cuentan cómo tenían que memorizar la
Regla de San Alberto y recitarla de memoria
frente a la Directora de Formación antes de
que pudieran ser admitidas en el noviciado. Esto puede ser relativamente fácil; la
Regla de San Alberto es la regla más corta
conocida para una orden religiosa. En su
actual codificación sólo tiene 24 capítulos.
Lo que se nos plantea como un desafío para
nosotras que estamos llamadas a seguir la
Regla de San Alberto como nuestro modo
de vida es vivir sus valores perennes.
La regla en el contexto de la vida religiosa
contiene los principios rectores para vivir el
carisma del grupo como personas consagradas en la Iglesia. Los expertos hablan
admirablemente de cómo San Alberto se
reveló a sí mismo como un hombre totalmente lleno de las Escrituras, porque literalmente empapó de textos de las Escrituras a la Regla que le dio a los ermitaños de Monte Carmelo. Y creemos que en
general, sus palabras y sus acciones fueron
conforme a la Buenas Nuevas que predicaba como pastor. San Alberto se transfor-
mó en la palabra de Dios hecha carne - un
santo de la Iglesia.
Esto que siento es el propósito de la
Regla en nuestra vida como monjas carmelitas. Los valores de la Regla de San Alberto
- el cristocentrismo, el espíritu lleno de la
Escritura, la oración y la contemplación, la
valentía en la batalla espiritual, el silencio
y la soledad, la comunión de vida y de los
bienes y un anhelo continuo para crecer más
- no son presentados como una propuesta
“elige-lo-que-te-gusta-y-trata-de-vivirlo”, sino como elementos básicos de un
carácter carmelita proyectado después de
años de lucha por vivir la Regla fielmente.
Ofrecemos a nuestras candidatas los
valores preciosos contenidos en la Regla,
les enseñamos y les ayudamos a vivir
sus vidas guiadas e inspiradas por estos
valores, a tomar constantemente sus decisiones de acuerdo con estos valores. Una
mujer cuya mente y corazón se han transformado a través de los años de constante
esfuerzo por vivir en obsequio de Jesucristo, ve y disfruta de su Señor y Maestro en
silencio y soledad, en su comunidad, en la
creación y en la Liturgia.
Ella se enfrenta a sus batallas diarias
contra su falso yo y las mentiras del
enemigo, no con su propio ego; su fuerza
proviene de su inquebrantable esperanza y
confianza en Dios, con quien está íntima y
felizmente unida. La Palabra la acompaña,
da luz a sus pasos y la impulsa a dar todo de
sí a Dios y a los demás. En los monasterios
carmelitas del siglo XXI, este es el auténtico signo Albertino: el carácter carmelita.
La Regla Carmelita a la luz de la
sociedad de Kenya.
L
a regla Carmelita, que es una “formula
vitae” o una “forma de vida” ha sido
una guía espiritual de vida para muchos
hombres y mujeres, a pesar de su antigüedad y brevedad.
Es hoy también una fuente de alimento
espiritual para muchos kenianos a pesar de
algunas diferencias que para mí presentan
una invitación hacia una comunicación más
profunda y no tanto una barrera.
Nuestra Regla es Cristo-céntrica, lo que
significa que Cristo está en el centro de
nuestra vida. Todo lo que abarca Cristocentrismo incluyendo la Palabra de Dios y
la Eucaristía. Esto es lo que consideramos
como el fiel seguimiento de Cristo donde la
espiritualidad carmelita sacia su sed día a
día en nuestra vida.
En Kenya la Regla Carmelita se encuentra
cara a cara con la cultura local. La oración,
la fraternidad o la vida comunitaria y el
servicio a Dios y a su pueblo son dos áreas
que ambas culturas comparten cómodamente. Estas similitudes han sido y siguen
siendo una realidad en la cultura de Kenya,
así como elementos esenciales de la Regla
y Espiritualidad Carmelitas.
Sin embargo, hay
algunos elementos de la misma
Regla que, como
lo había dicho,
van a necesitar una
asimilación dinámica
y
mejor
formación
entre nuestros hermanos
jóvenes. Éstos incluyen áreas
como el silencio y la soledad. Estos dos, el
silencio y la soledad, fueron armas utilizadas en la cultura de Kenya para corregir a
culpables que no cumplían suficientemente
las reglas y normas de la comunidad tradicional. Por lo tanto, tienen una connotación
negativa cuando se habla de ellos en la
formación y como una práctica en nuestro
carisma.
Esto no quiere decir que no podamos
vivir la experiencia del silencio y de la
soledad, sino que tenemos que trabajar
en ellos, especialmente en lo que respecta
a la formación entre nuestros hermanos.
Asimismo, es una buena forma de traer
inculturación a nuestra regla.
Nuestra Regla Carmelita sigue siendo real
y significativa para nuestra cultura keniana
hoy.
P. Onesmus Multhoka, O.Carm.,
Fraile de la Delegación General de
Kenya.
Madre Elena Tolentino, O.Carm.,
Monja en el monasterio carmelita
Immaculate Heart of Mary, Filipinas
VivirlaRegladelCarmelo
en Nuestro Contexto
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125 aniversario de la llegada de
los Carmelitas a Nueva York
P. Michael Kissane, O.Carm.
San Elías, P. Matthias DesLauriers, P. Michael
Driscoll y P. Michael Kissane.
E
ra un día nublado con una lluvia suave. No obstante,
no se enfrió el espíritu de celebración gozosa del 125º
aniversario de la llegada de los Carmelitas a Nueva
York. Hubo una gran afluencia de gente en el Santuario
de Nuestra Señora del Monte Carmelo en Middletown,
Nueva York, para la misa y comida el 29 de marzo de
2014. Su Eminencia el Cardenal Timothy Michael Dolan
era el principal celebrante y predicador de la homilía.
Los principales concelebrantes fueron el Reverendísimo
Fernando Millán, Prior General de la Orden, y el P. Raul
Maravi Cabrera, Consejero General para las Américas, y
el P. Mario Esposito, Prior Provincial de la Provincia de S.
Elías. Junto a ellos estaban el P. Martin Kilmurry, Prior
Provincial de la Provincia de Irlanda, el P. William Harry,
Prior Provincial de la Provincia del Purísimo Corazón de
María y los anteriores provinciales de la Provincia de
todas las bendiciones concedidas a lo largo de todos
estos años pasados. El
P. Mario Esposito dio la
bienvenida al Cardenal
Dolan en el Santuario
de Nuestra Señora
del Monte Carmelo
y presentó a los
principales concelebrantes al Cardenal,
que habían viajado
desde muchas partes
del mundo para estar
presente. En nombre de
la Provincia agradeció al P.
Martin Kilmurry, Provincial de
la Provincia Irlandesa, el sacrificio que hizo su provincia al comienzo
de la misión en Nueva York. Señaló que la Provincia Irlandesa tiene ahora “nietos”, las fundaciones
que la Provincia de San Elías comenzó en Trinidad
y Vietnam.
El Cardenal Dolan dijo, en su homilía para esta
ocasión, que era una alegría para él estar presente
y
con tantos Carmelitas -Hermanas Carmelitas, Laicos Carmelitas y frailes- Dio las gracias
a los Carmelitas de la Provincia de San Elías por
su presencia en la Arquidiócesis de Nueva York y
por el maravilloso servicio que han prestado a las
personas en Nueva York. Señaló que el día era de
verdad una ocasión para la celebración y se sentía
complacido por ver a tantos miembros jóvenes
de la Provincia. El Cardenal Dolan
expresó que todos se reunían para
dar gracias a Dios por todas las
bendiciones que la provincia ha
recibido en los últimos 125º
años. Dijo: “Al mirar este hoy
estoy asombrado.”
A continuación contó la
historia de un judío que
vino a verle recientemente y que quería hacer un
donativo a la Catedral de San
Patricio. Señaló: “¡Esto me
suena siempre a música en mis
oídos!” Dijo que el judío le habló
de la devoción que su mujer (una
católica) tenía hacia María. Su padre
sirvió en la Primera Guerra Mundial. Antes
de irse al extranjero, su mujer le dio dos pequeños
trozos de tela cuadrados atados con una cuerda.
Su mujer le dijo que lo llevara puesto durante la
guerra y María le protegería. El judío estaba impresionado por cómo su mujer se había aferrado al
escapulario todos estos años. La devoción de su
padre a Nuestra Señora del Escapulario le dio
fuerza durante la guerra. El Cardenal Dolan indicó
que es debido a los Carmelitas el que la devoción
a María bajo el patronazgo de Nuestra Señora del
Escapulario creciera y continúa siendo uno de los
títulos más populares de María.
Después de la comunión el P. Mario Esposito
hizo algunas presentaciones. El P. Mario refirió
En 1852 el Provincial de Irlanda, P. Andrew
Daly, escribió al P. General en Roma, expresando su deseo de ir a los Estados Unidos para
iniciar una misión entre los inmigrantes irlandeses de Nueva York o Filadelfia. Llevaría unos
cuantos años hacer realidad este proyecto.
En 1870 había solamente 41 miembros en la
Provincia de Irlanda. Sin embargo, de alguna
manera la Provincia irlandesa pudo enviar
cuatro hombres- Rvdo. John Bartley, Rvdo.
Edward Southwell, Rvdo. Michael Daly y Rvdo.
Paul McDonnell- para establecer una fundación
en Nueva York. Comenzaron en la parroquia
de Nuestra Señora del Escapulario en 1889
y empezaron su ministerio en el hospital de
Bellevue ese mismo año. Dejaron establecidas
las bases de lo que tenemos hoy, 125º años
después, la Provincia de San Elías. El sueño se
hizo realidad y continúa floreciendo. Esto es lo
que reunió a todos para celebrarlo.
La misa comenzó con el canto de “Dios de toda
gracia” que es una acción de gracias a Dios por
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CITOC
CITOC || P.
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17
haber oído que cuando el Cardenal Dolan bebe algo
normalmente le gusta la cerveza. De este modo,
le presentó al Cardenal Dolan una hermosa jarra
de una cervecería Carmelita de Bélgica. El Cardenal
Dolan, con humor, preguntó si “no hay nada para
llenarla”. El P. Mario entonces le hizo un regalo de
la cerveza hecha en la cervecería Carmelita.
El P. Mario, a continuación, presentó al Provincial de la Provincia de Irlanda, Martin Kilmurry un
hermoso Icono hecho especialmente para la celebración del 125º aniversario. El icono representa
a Elías pasando su manto a Eliseo. Los Carmelitas interpretan la recepción del manto de Elías por
Eliseo como la transmisión de la tradición profética
y la continuación del espíritu y ministerio de Elías
a una nueva generación. El icono honra el pasado
pero apunta hacia el futuro. La Orden se ha extendido a lo largo de todo el mundo. La descripción
de Elías y Eliseo, en una montaña, representa a
modo de una bandera que describe el “paso del”
manto desde la Provincia Irlandesa a la fundación
en los Estados Unidos y de esta a las fundaciones
de Vietnam y Trinidad & Tobago.
los Carmelitas presentes a continuar compartiendo
el carisma y espiritualidad Carmelita con el pueblo
de Dios.
A medida que el día llegaba a su fin todo parecía
deseos de servir a la Iglesia y a la Orden durante
muchos años más en las fundaciones de Vietnam,
Trinidad y Estados Unidos. Pidamos a Dios que
continúe bendiciendo a la Provincia de San Elías.
Que continúe por muchos años el buen trabajo de
todos cuantos vinieron en 1889 con el sueño de
servir a la Iglesia de Estados Unidos.
SeminariosobreelVIIICentenariodelaMuertedeSanAlbertodeJerusalén
Centro Internazionale Sant’Alberto (CISA) – Roma, 10 a 12 octubre 2014.
El Consejo General de la Orden ha organizado un
seminario, el fin de semana del 10 al 12 de octubre
de 2014, para celebrar el VIII Centenario de la
muerte de San Alberto de Jerusalén. Participarán el
Prior General, P. Fernando Millán Romeral, O.Carm.,
el Prepósito General de los Carmelitas Descalzos, P.
Saverio Cannistrà, OCD, el P. Enzo Mosca, O.Carm.
(Neap), el P. Kees Waaijman, O.Carm. (Neer),
en correspondencia con Fr. Patrick Mullins,
O.Carm. (Hib), P. Bruno Secondin, O.Carm. (Ita)
y Sor Anastasia di Gerusalemme, O.Carm. (RAV).
Durante el seminario intervendrá también el
Patriarca Latino de Jerusalén, Su Beatitud Fouad
Twal, que el domingo 12 de octubre a las 8 a.m.
celebrará la eucaristía en la iglesia carmelitana de
Santa María in Traspontina, con el P. Fernando y
el P. Saverio como concelebrantes. El seminario
se ofrecerá en dos lenguas: italiano e inglés.
El número de plazas es limitado: disponemos
de algunas habitaciones para los miembros de
la Orden (por orden de inscripción), especialmente para los que llegarán de fuera de Italia. La
inscripción es esencial para participar en el seminario, sin embargo, la misa del domingo a las 8
a.m. estará abierta a todos. No se ha previsto
una cuota de inscripción, pero se agradecerán las
aportaciones para pagar los gastos. El programa
y la ficha de inscripción, tanto en italiano como
en inglés, se encuentran online: www.ocarm.org
Después de la misa hubo una gozosa recepción en la Kuhl’s Highland House en Middletown,
Nueva York. El P. Fernando Millán, Prior General
de la Orden Carmelita, felicitó a los miembros de
la provincia de San Elías por su servicio dedicado
a la Orden y a la Iglesia durante los últimos 125º
años. Habló de la nueva vida que ha desarrollado
la Provincia en Vietnam y Trinidad. Alentó a todos
Presentación del CD “Albertus & Carmel”
El jueves 13 de marzo, sor Mariarosaria Calabrese y sor Mariagiulia Verdi
presentaron en el Centro Internacional
San Alberto de Roma, el CD “Albertus
& Carmel”, con la asistencia de unas 50
personas.
El CD consta de doce canciones sobre
San Alberto de Jerusalén, compuestas
por las dos hermanas. Las canciones
dan una visión de Alberto como escritor
de la Regla del Carmelo, de los eremitas
que se la pidieron y del ambiente en el
que acontece todo ello. Las canciones
también tienen presente el mundo de
hoy y la aportación que se puede ofrecer
al mismo basándose en el espíritu de la
Regla escrita por San Alberto. Sor Mariarosaria y sor Mariagiulia son carmelitas que viven como eremitas afiliadas a
la Orden bajo el obispo de Arezzo. Han
realizado el CD en italiano y en inglés,
con la esperanza de que sea ampliamente difundido para un mayor conocimiento
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de la persona y del significado de San Alberto y para contribuir
de una manera nueva a la celebración del VIII centenario de
su muerte.
Los asistentes al acto aplaudieron la obra de las hermanas.
El acto concluyó con la interpretación del Ave María de Gounod
por la soprano, muy conocida a nivel internacional, Felicia
Bongiovanni. Esperamos que próximamente se realice un
musical basado en esta obra.
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25 º aniversario del jucar:
una celebración que mira hacia el futuro
JuCar no sólo ha crecido en su formación
en la fe sino también en vínculos de comunidad, desarrollo humano y habilidades
sociales. Nuestro movimiento se reúne
cada domingo para la misa y la catequesis. A lo largo de estos años hemos organizado campamentos y actividades de
verano para los niños y jóvenes en diferentes áreas geográficas de España.
P. Fernando Millán, O.Carm. y
Marco Blanquer (JuCar)
D
e diciembre 2012 a diciembre 2013 la Juventud
Carmelita en España (JuCar) realizó una serie
de actividades con motivo del 25º Aniversario
de su fundación. Esta celebración ha servido como
punto de referencia para conocer nuestros orígenes,
analizar nuestro presente y mirar hacia el futuro.
A lo largo de todo el año se han llevado a cabo
diversas actividades en las que han participado tanto
antiguos como actuales miembros de JuCar. Las actividades organizadas con motivo de la celebración del
25º aniversario han abarcado diferentes planos. Así,
desde un punto de vista vivencial y comunitario, se
han organizado un encuentro de oración y un concierto-oración protagonizado por el grupo de música
Karmel. Además, durante este año de jubileo, el día
16 de cada mes se ha ofrecido una oración a nuestra
Madre, la Virgen del Carmen, según el momento del
año litúrgico. Por otro lado, desde el plano audiovisual,
se ha realizado una exposición de fotos itinerante y un
video conmemorativo, que han recopilado el pasado
y presente de JuCar. También se creó un blog para
servir de canal de comunicación entre los miembros
de los diferentes grupos (http://25aniversariojucarbe
tica.blogspot.com.es) y se diseñaron un logo, chapas
y camisetas para conmemorar esta ocasión especial.
El 25º aniversario concluyó con una misa de clausura
que tuvo lugar en el monasterio de Osuna, Sevilla,
España, el 7 de diciembre de 2013.
Es importante recordar que allá por noviembre o
diciembre de 1987, el grupo de “post-confirmación” de
la parroquia y del colegio de Misterios se planteaban
su futuro: ¿Pasada la confirmación qué podían hacer?
Tras darle muchas vueltas y hacer algunas consultas,
acabaron llamándose “JUCAR” (Juventud Carmelita).
El nombre no era nuevo. Al parecer, ya en Colombia
y Venezuela había habido unos grupos carmelitanos
con ese nombre. En Italia, tras el enorme impulso que
había supuesto la beatificación del P. Tito Brandsma
en 1985, se había constituido con mucha fuerza la
“Gioventù Carmelitana”. También se inspiraron en un
grupo juvenil que había entonces en una de las casas
de los Carmelitas de Castilla, que se llamaba “Grupo
Monte Carmelo” y que dirigía el P. Matías Tejerina.
El objetivo era que el proceso catequético y de
maduración en la fe, no terminara en la Confirmación,
catequético con una componente vivencial
muy importante, y su finalidad no es otra
que servir como medio de transmisión de
la Palabra de Dios a la juventud actual.
También es destacable la relevancia
que el compromiso social protagoniza
en JuCar. Uno de los objetivos que se
propone este movimiento es mostrar a
los jóvenes la realidad social de nuestro
mundo y enseñarles a no quedarse indiferentes ante la injusticia. Es
por ello que cada año
los grupos de las
sino que hubiera un camino más largo, con
aire juvenil e inspirado en el carisma y
la espiritualidad del Carmelo. También
se pretendía que este grupo, y los
que vinieran detrás, estuviera en
conexión con otros grupos juveniles carmelitas de toda España
e incluso de otros países.
Desde el principio, los grupos
JuCar tuvieron muy clara esa
identidad carmelitana, en sus
símbolos, en sus fiestas, en
su espiritualidad, etc.
diferentes casas colaboran con los proyectos de la Orden
Carmelita, organizando distintas actividades para recaudar
fondos, o participando directamente en estos proyectos.
En los últimos años, JuCar ha participado muy activamente en los dos grandes encuentros juveniles que hemos celebrado a nivel de toda la Orden: la peregrinación de la esperanza de los jóvenes europeos (Roma 2010) y el encuentro
carmelita en el marco de la JMJ (Madrid 2011).
Tras 25 años, creo que podemos afirmar, con mucha
humildad pero también con sano orgullo, que JuCar ha
hecho un gran servicio y ha sido un medio para que muchos
jóvenes hayan recibido la Palabra de Dios y se hayan
acercado un poco más a Él. En JuCar se ha sembrado mucho
y con muchísima generosidad. No siempre se ven los frutos
ni directa ni inmediatamente. Ha sido, en su cuarto de siglo
de existencia, un buen ejemplo de que el carisma carmelita
sigue estando vivo y sigue siendo fructífero, un verdadero
regalo de Dios a la Iglesia.
Estos 25 años son solamente un pequeño hito, un pasito
en un largo camino. Hay que mirar al pasado para dar
gracias a Dios y a todos los que lo han hecho posible,
y también rápidamente hay que mirar al futuro
para ponerse de nuevo en camino. Los jóvenes
no se entretienen ni se paran.
Durante 25 años, JuCar tomó
forma gradualmente y se fue
extendiendo en todas las comunidades en las que se trabajaba
la pastoral juvenil, especialmente
en los colegios y en algunas parroquias. Actualmente, el movimiento tiene
presencia en múltiples puntos de España. De
esta manera, municipios como Alicante, Antequera, Elda, Jerez, Madrid, Málaga, Murcia, Onda,
Orihuela, Osuna, Quart de Poblet, Valladolid y
Villareal cuentan en la actualidad con presencia
JuCar. Con anterioridad también existió en otras
ciudades como Sevilla y Zaragoza.
Hoy, JuCar es una gran familia compuesta por
miembros de diferentes edades, siendo los niños
de entre 9 y 10 años los integrantes más jóvenes.
Este movimiento tiene un espíritu claramente
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Provincia carmelita
de Aragón, Castilla y Valencia
Una nueva espiritualidad para el cambio
A un fraile de la nueva Provincia carmelita le
preguntaban: “¿Por qué ha nacido la nueva Provincia?” Su respuesta fue: “Porque hemos querido”.
Después aclaraba: “Puede parecer una respuesta seca y cortante, pero estoy convencido que es
cuestión de voluntad”. Es fácil el cambio cuando
los hermanos quieren, y complicado cuando los
hermanos no quieren. “Porque hemos querido”, no
hay otra respuesta más clara. Son tiempos nuevos.
“Querer” siempre da mucha alegría. El tema del
cambio y la misión no depende sólo de los líderes o
de los responsables del gobierno. Es un asunto en
el que están implicadas las “voluntades” de cada
hermano de la Provincia. ¿Qué estás dispuesto a
hacer para favorecer el cambio?
¿Tú, en qué estás dispuesto a
cambiar para vivir en fidelidad a
Cristo, al carisma de la Orden y
al discernimiento de los signos de
los tiempos? La renovación de la
vida carmelita necesita “mediaciones” y “decisiones” concretas.
“He aquí que hago nuevas todas las cosas” (Ap 21,5)
P. Desiderio García Martínez, O.Carm.
L
os días 29 de abril al 1 de mayo de 2014 se ha
celebrado en el convento de S. Andrés de Salamanca el primer Capítulo Provincial de la nueva
Provincia de “Aragón, Castilla y Valencia”, erigida
por el Prior General el 15 de octubre de 2013.
La nueva Provincia es fruto de la unión de la antigua
Provincia de Aragón y Valencia de Sta. María Magdalena de Pazzi, y la antigua Provincia de Castilla de
Sta. Teresa de Jesús y S. Juan de la Cruz. La Provincia de “Aragón, Castilla y Valencia”, erigida bajo el
patrocinio de San Juan de la Cruz, tiene actualmente
presencias en España, Puerto Rico, República Dominicana y Argentina.
La historia de estas Provincias se remonta al año
1281, cuando se fundó en España la “Provincia de
Aragonia o Hispania”, de la cual nacieron progresivamente el resto de las provincias españolas. Al
doloroso proceso de “exclaustración” y supresión de
las Órdenes Religiosas, en España, en 1835, le siguió
la “restauración” de la presencia carmelita, en 1890.
El Carmelo español floreció, y nacieron, en el 1906,
español: el Comisariado de Cataluña, en 1932, y el
Comisariado de Castilla, en 1948. Ambas llegarían
más tarde a ser Provincias.
* San Juan de la Cruz, el logotipo oficial de la Provincia
la Provincia de Aragón y Valencia y la Provincia Bética. La
Provincia de Aragón y Valencia creció durante el s. XX hasta
ver nacer con alegría dos nuevas realidades en el territorio
Quien se deja tocar por el Espíritu
Santo inmediatamente se muestra
disponible para el “desplazamiento” y el “cambio”, entendido éste
en varios sentidos: cambio de
mentalidad, comunidad, ministerios,
seguridades,
hábitos,
etc. “Querer” supone someterse al discernimiento comunitario
provincial y no depender exclusivamente de la organización de
mi vida. La fuerza del Espíritu
Santo posibilita “nacer de nuevo”
aunque uno sea viejo (cf. Jn 3,1:
Nicodemo). Este proceso de unión de Provincias no
lo hemos vivido como un proceso de supervivencia,
ni un simple plan estratégico de viabilidad. En el
Capítulo Provincial hemos manifestado, con cierto
sentido del humor, que queremos que la Provincia sea una “nueva criatura” que integre tradición y
futuro, lo nuevo y lo viejo, evitando que el resultado de la unión sea una “criatura atrofiada”, hecha
de materiales reciclados, remiendos y pegotes, que
esté bajo el patrocinio de S. Frankenstein.
Los temas que principalmente se han discutido
en las sesiones capitulares han sido: a) la pastoral
vocacional, 2) la formación e internacionalidad, 3)
la vida de oración y espiritualidad, 4) la vida comu-
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nitaria y misión, 5) la reestructuración de presencias, 6) el Proyecto provincial y 7) la aprobación de
los Estatutos provinciales.
Conclusión: “Volver al amor primero” (Ap 2,4)
El lema que ha presidido las sesiones capitulares
ha sido: “He aquí que hago nuevas todas las cosas”
(Ap 21,5).
En el libro del Apocalipsis la batalla más grande
no es la del Señor de la historia con los poderes de
este mundo. No hay que tener miedo, estos ya han
sido vencidos en el Misterio Pascual. La gran batalla
es, paradójicamente, la que el Señor sostiene con
su propia Iglesia para sacarla de desánimo, la
desesperanza y la mediocridad. El problema principal, ya entonces como ahora, no era tanto la secularización del mundo como la falta de esperanza
y la mundanización de los propios creyentes. Eso
suele suceder con frecuencia cuando “nos olvida-
mos del amor primero” (cf. Ap 2,4). El Carmelo en
general, y nuestra Provincia en concreto, no son
ajenas a esta descripción apocalíptica (¡en el menor
sentido de la palabra!). Cuanto más nos miramos a
nosotros mismos y a nuestra propia conservación
más superfluos nos hacemos y más nos desmoronamos, incluso teniendo una gran organización y
un gobierno competente.
El gozo y el futuro de la Provincia de Aragón,
Castilla y Valencia no nace de las propias realizaciones de sí misma, su fuerza se arraiga en que el
Padre envió a su Hijo para que sea Él el que “haga
todo nuevo”.
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L
as primeras fundaciones del Carmelo en
Francia fueron las de Aygalades, cerca
de Marsella, por los años de 1240 y la
de Nantes en el 1318. En 1789 la Orden
tenía en Francia ocho Provincias y 153
casas. Con la Revolución Francesa (1789) la
Orden perdió todos sus conventos. En siglos
pasados se hicieron algunos intentos para
volver a Francia, pero sin ningún éxito.
25 años de
presencia
de los
Carmelitas
en Francia
Fr. Gianfranco Tuveri, O.Carm.
La Orden Carmelita comenzó a hablar
del “Proyecto Francia” en el Consejo de las
Provincias del año 1985 en Fátima, Portugal,
cuando trataba el tema de “La fraternidad
internacional”. Se decidió, pues, dar vida
a una nueva comunidad internacional además de las existentes en Roma, como
eran la Casa de la Curia y el Colegio Internacional San Alberto - como signo del compromiso de la Orden con este postulado. Un año
más tarde, en Niagara Falls, Canadá, los participantes en la Congregación General de la
Orden escogieron Francia como lugar para
la fundación de esta comunidad internacional. En el mismo año se dieron los primeros
pasos.
El 16 de junio de 1989, tres frailes carmelitas, Gianfranco Tuveri, de la entonces
provincia romana, Jordi Prunera i Tort, de
la provincia catalana, y Romero De Lima
Gouvea de la provincia brasileña de Rio de
Janeiro, llegaron al gran convento de las
Hermanas de la Caridad de Bourges, recibidos por monseñor Plateau, obispo de dicha
ciudad, para retomar la vida carmelita en
Francia, reanudando el hilo de una gran
tradición que fue roto por la Revolución 200
años antes.
Muy poco tiempo después se hizo disponible el obispo de Nantes, que nos ofrecía una
fundación en su diócesis, pero el convento no
existía aún, tenía que ser construido, había
que esperar unos años. Temiendo que esta
expectativa hiciera desaparecer los candidatos para esta difícil misión, se optó por la
realización de la fundación de Bourges.
ser la voz de la fundación francesa. La revista
continua su misión aún hoy, dirigiéndose sobre todo
a los franceses que la sostienen con su suscripción.
Un pasaje de la editorial del primer número nos
hace comprender el espíritu que animaba el inicio de
nuestra presencia carmelita en Francia:
“En el corazón de Francia, en la arquidiócesis de
Bourges, del viejo tronco del Carmelo, en un tiempo
árbol floreciente, cruelmente cortado en la Revolución hace 200 años, hoy despunta valientemente un brote hacia el cielo. Dos comunidades han
comenzado de nuevo a vivir en Francia, según el
espíritu del profeta Elías, nuestro Padre, y bajo la
protección de la Bienaventurada Virgen María del
Monte Carmelo, nuestra Madre. La primera comunidad sigue el camino de la vida eremítica: camino
de libertad de las ataduras de este mundo, para
que el Espíritu pueda, con total libertad, actuar en
la transformación del hombre. La segunda comunidad es una presencia de oración, de estudio y
de acogida en medio del pueblo, en el centro de la
ciudad de Bourges; una pequeña comunidad que
tiene un sueño en su corazón: hacer crecer tanto
sus ramas que nazcan otras comunidades en el
suelo francés. Seis frailes que vienen de naciones
diferentes: Brasil, España, Estados Unidos, Irlanda,
Indonesia e Italia, que dan testimonio de un mundo
fraterno, un mundo donde toda diferencia de lengua
y de raza no es un límite que perturba, sino una
riqueza a valorar para la construcción de la única
familia de Dios.”
La experiencia de la vida eremítica, antes cerca
de Bourges y después en Villefranche de Rouergue,
era demasiado frágil para durar. La habían soñado
entre cuatro, la comenzaron cerca de Bourges
entre tres, en Villefranche de Rouergue la vivieron
durante un largo período de tiempo solamente dos
y, a partir de septiembre de 1997, con la elección
de Cyprien Verbeek como Consejero Provincial de
su provincia, Paul Feeley se quedó solo hasta finales
del 2005, cuando se trasladó a Angers al monasterio de las Benedictinas del Calvario.
Además de ayudar regularmente a la Cofradía del
Escapulario, los frailes también organizaban distintas conferencias sobre la espiritualidad carmelitana para ayudar a la gente a conocer mejor nuestra
historia y nuestro carisma. Éste es un muy buen
modo de mantener un vínculo con nuestra comunidad para las personas que permanecen fieles
incluso después de nuestra salida de Bourges en
2001.
La experiencia de Bourges les permitió establecer
relaciones espirituales con la comunidad de “Trabajadoras Misioneras” (Familia Donum Dei) de origen
francés, afiliada a nuestra Orden, que en aquellos
mismos años desarrollaba su presencia en Francia
con nuevas fundaciones. Citamos, por su carácter
simbólicamente fuerte, la comunidad de Lisieux.
El convento de Nantes debía heredar las promesas
que Bourges no pudo mantener, dándonos la posibilidad de estar presentes y visibles con propuestas concretas en el territorio, gracias a un edificio
nuevo, en un lugar magnífico, con una iglesia propia
y una biblioteca de grandes dimensiones para continuar aquella actividad cultural que el proyecto de la
fundación francesa había querido desde el principio.
1994 fue un año particularmente importante
para la fundación en Francia ya que el 16 de abril
fue consagrada la nueva iglesia de Notre Dame de
Lumières por Monseñor Marcus y, en el mes de
septiembre, la ciudad acogió durante dos semanas
el Consejo de las Provincias de la Orden con el tema
“La Familia carmelita.”
El convento de Nantes comenzaba de este modo
su camino con muchas posibilidades de desarrollar-
Después de los trabajos necesarios en
el convento y la capilla, la pequeña comunidad se fue integrando poco a poco en el
panorama de la Iglesia local, cuidando los
contactos con la diócesis de Nantes para la
nueva fundación que la Orden igualmente
había aceptado.
La comunidad comenzó la publicación de
una revista “Près de la Source”, que quería
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se, gracias también a la ayuda del Vicario Episcopal para los Asuntos Económicos, P. Daniel
Tertrais, que introdujo a la comunidad en diversos
ambientes, favoreciendo los contactos de todo
tipo. Por desgracia su intención de vida carmelita
con nosotros no dio los frutos esperados y volvió
a la vida de sacerdote diocesano.
En el mes de abril de 1995 fue erigida la Delegación de Francia que comprendía dos comunidades
(Bourges y Nantes) y el eremitorio de Villefranche
de Rouergue.
Gracias al empeño generoso de Otger, hemos
desarrollado el Centro de Estudios, sostenido
también por la ayuda de algunos hermanos de
la provincia holandesa que vinieron en varias
ocasiones a Nantes. Bouke participó en la visita
pastoral de la parroquia de la Magdalena en cuyo
territorio se encuentra nuestro convento. Por lo
que respecta a los otros dos
miembros fundadores de la
comunidad de Nantes, Klaus
Schenkelberger trabajó con
los scout de Europa y algunas
escuelas católicas, mientras
que Gianfranco continuó acompañando el desarrollo de la
familia “Donum Dei”.
En 2001, se cerró Bourges
debido a la escasez de posibilidades que la casa allí nos
ofrecía: una pequeña capilla a
cien metros de la Catedral, en
una ciudad descristianizada,
con muy pocos jóvenes. Damos
las gracias a los tres miembros
fundadores que vivieron y
trabajaron en Bourges y que
contribuyeron a su manera a
la vida de nuestra Orden en
Francia: Sean O’Leary, Samuel
Abela y Leszek Pawlak.
En el mismo año 2001, abrimos en Angers, en
la parroquia de San José. Mons. Bruguès, obispo
local, nos confió la parroquia y nombró al padre
Joseph Abad como párroco. Sin embargo, en 2005
la delegación decidió devolver la parroquia a la
diócesis ya que el trabajo parroquial tomaba un
montón de tiempo y no ayudaba a nuestra vida de
oración y comunidad. La comunidad fue refundada en el segundo piso del convento de las Monjas
Benedictinas del Calvario, que está a sólo un par
de cuadras de la parroquia de San José, donde
la nueva comunidad comenzó su vida normal
buscando desarrollar su presencia en la ciudad.
jubileo de oro
de la Tercera Orden en Kenia
Hoy nuestra presencia en Francia continúa su
camino con renovada esperanza gracias a las vocaciones que siguen llegando y que sobretodo son
perseverantes. Yves de Sainte Marie hizo su profesión simple el 8 de septiembre de 2000, el 18 de
octubre de 2003 la profesión solemne, y se ordenó
sacerdote el 2 de febrero de 2008. Por su parte,
Martin de la Croix hizo su profesión simple el 6 de
septiembre de 2008, el 7 de julio de 2012 la profesión solemne, y fue ordenado sacerdote el 31 mayo
de este año. El 22 de agosto de 2012 hizo su profesión simple Elie du Coeur Immaculé de Marie.
Estos miembros forman los nueve grupos (comunidades)
que existen actualmente en Kenia: Kakamega, Kimilili,
Machakos, Nkoroi, Nairobi, Meru, Muthambi, Nyeri, Thika.
Cada grupo se reúne mensualmente tanto para las reuniones regulares como para las sesiones de formación.
Los terciarios han celebrado este jubileo de oro con
algunas actividades. El 1 de marzo de 2014 un grupo de
terciarios de Kakamega, Nairobi y dos hermanos de Bustani
ya Karmeli (Nkoroi) se reunieron en el monasterio OCD en
Tindinyo, que está ubicado en la parte occidental de Kenia,
para celebrar con las monjas de clausura. Todos juntos
celebraron una misa en acción de gracias y compartieron
una comida. Fue un gran momento para la familia, ya que
cada grupo recordó sus comienzos y experiencias a lo largo
de los años.
El Centro de Estudios con sus diversas publicaciones, la fraternidad de la Tercera Orden Carmelita,
Carmel Caritas para el sostenimiento económico de
los proyectos de nuestras misiones, la animación de
conferencias y retiros en las dos comunidades y otras
realidades religiosas, el acompañamiento de los
varios grupos (en particular el grupo scout) y la inser-
Jennifer Wanjiku, T.O.C
E
Ordenación sacerdotal del P.. Martín de la Croix
ción pastoral en servicios diocesanos en el mundo
de la enseñanza superior y universitaria, muestran
una visión muy rápida de la vida llena de dinamismo de nuestra presencia en Francia, una comunidad
que está compuesta por el Delegado General, Klaus
Schenkelberger (Alemania), el prior de Nantes,
Yves de Sainte Marie (Francia), el prior de Angers,
Terrence Cyr (Canadá), Andras Prunawan (Indonesia) y Elie du Coeur Immaculé de Merie (Francia)
de la comunidad de Angers, Jordi Prunera (España),
Gianfranco Tuveri (Italia), Pascal Sawadogo (Burkina
Faso) y Martin de la Croix (Francia) de la comunidad
de Nantes.
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l 30 de mayo de 2014 marcó el jubileo
de oro de la Tercera Orden en Kenia.
La Tercera Orden fue iniciada el 30 de
mayo de 1964, en Nkubu Boys High School
en la diócesis de Meru, por un joven misionero de la Consolata, el P. Joseph Demarie,
quien en ese momento estaba enseñando
en el Seminario San Pío X de Nkubu. El
seminario se encontraba al lado de aquella
escuela de varones y durante su trabajo
en el seminario, el P. Demarie iba a esta
escuela para reunirse con los alumnos. Fue
en uno de esos encuentros donde algunos
estudiantes le compartieron su deseo de
vivir una vida espiritual más profunda. El
P. Demarie habló a los estudiantes acerca
de algunas de las Terceras Órdenes en la
Iglesia, descritas en un folleto que encontró
en la biblioteca. Los estudiantes, después
de reflexionar en la Regla de las diversas
terceras órdenes, se sintieron atraídos por
la Tercera Orden de los Carmelitas y fue
así como se marcó el inicio de un camino
de formación para seis de ellos que luego
se convertirían en los primeros Terciarios
Carmelitas en Kenia. (El P. Demarie ha
regresado a la Casa Madre de la Consolata en Turín, Italia, debido a problemas de
salud. Por favor, orad por él.)
Otra celebración se llevó a cabo en el monasterio carmelita de Machakos. Los miembros de la Tercera Orden de
Machakos, junto con el P. Onesmus, director de la Tercera
Orden, se unieron a las monjas de clausura y celebraron una
misa de acción de gracias. Fue un momento solemne pues
todos se reunieron como familia para compartir la alegría de
la presencia del Carmelo en Kenia.
La celebración central tuvo lugar el Día Anual de la Familia
que cayó el 14 de junio de 2014, en la parroquia de Nkoroi,
parroquia Carmelita donde también se encuentra la casa
de formación de los frailes (Bustani ya Karmeli). Miembros
de los nueve grupos de la Tercera Orden en Kenia, junto
con sus familiares y también estudiantes de grupos carmelitas en dos colegios de mujeres, se reunieron aquí. El día
comenzó con una hermosa celebración eucarística que fue
animada por los estudiantes. Después de la misa todos los
asistentes pasaron al salón parroquial donde disfrutaron de
un compartir y de la comida preparada por los miembros de
la parroquia de Nkoroi.
Hoy la Tercera Orden ha crecido y se
ha extendido desde Nkubu a diferentes
partes de Kenia. El número de miembros
ha aumentado a cerca de 300 terciarios.
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VIDA DE LOS MONASTERIOS
clausuras y nuevas fundaciones
P. Mario Alfarano, O.Carm.
comunidad de Fisciano: con anterioridad
otras dos monjas habían sido acogidas
por las comunidades de Ostuni y de Sutri.
E
n la vida de las monjas carmelitas, el paso del año 2013
al año 2014 coincidió con el paso del cierre de algunos
monasterios a la fundación de otros. Efectivamente,
durante los últimos meses del año pasado se han cerrado en
Europa tres monasterios: Essen, Piedrahita y Roccagloriosa.
Ya en el año 2002 las pocas y ancianas monjas de Duisburg,
Alemania, pasaron a Essen, al ala de un convento de religiosas
donde eran atendidas. Habiendo quedado sólo sor Baptista, se
procedió a la supresión canónica del monasterio. Por otro lado,
en España, las cuatro monjas del monasterio de la “Madre de
Dios” de Piedrahita, fundado el año 1460, pasaron a la comunidad de Madrid. Igualmente, en Italia ha sido suprimido el histórico monasterio de la “S. Croce di Lucca”, fundado en Nápoles
el año 1537, que hace unos años se había transferido a Roccagloriosa. Las tres monjas que quedaban pasaron a la vecina
Decidir el cierre de un monasterio es
siempre causa de gran sufrimiento para
las hermanas que ingresaron con el deseo
de pasar en él toda la vida. En la mayor
parte de los casos, se llega a tal decisión
por necesidad, a causa del reducido
número de hermanas y, sobre todo, de
su muy avanzada edad. A esto se añade
no disponer de monjas con posibilidades
para ir en ayuda de dichas comunidades.
Sin embargo, cerrar un monasterio significa para las monjas afectadas abrirse
a una nueva experiencia de fraternidad,
a unirse a otras hermanas de la misma
Orden, incluso más jóvenes, para formar
juntas una nueva comunidad. Esto es lo
que el Prior General y yo mismo hemos
podido constatar durante la visita realizada a los monasterios de Madrid y de
Fisciano. No sólo hemos gozado viendo la
serenidad y el contento de las hermanas
ancianas que se sienten rejuvenecidas
por un ambiente más vivo y lleno de atenciones hacia ellas, sino que también nos
ha admirado la generosidad de las comunidades que las han acogido y su deseo
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de hacer que se sientan en casa:
hermanas entre hermanas.
En los primeros meses de este año
se han fundado dos nuevos monasterios de monjas carmelitas y están
en marcha otros nuevos proyectos.
El 19 de febrero, la Congregación
para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida
Apostólica (CIVCSVA) emanó el
decreto de inicio de la fundación del
segundo monasterio de Venezuela.
Hacía tiempo que la comunidad de
Porlamar, Isla Margarita, deseaba
llevar al continente la presencia de
las monjas. Por fin, con la participación de tres monjas procedentes de
Santiago de los Caballeros (República Dominicana), Camaná (Perú) y
Machacos (Kenya) se ha dado vida
a este nuevo monasterio dedicado a
“Santa María del Monte Carmelo“, en
Caño Grande, diócesis de Barinas.
Por otra parte, el 6 de mayo de
2014 la CIVCSVA emanó el decreto
de inicio de la fundación del monasterio de “Santa Teresita del Niño
Jesús“ en Azua. Este es el quinto
monasterio de República Dominicana. Las monjas de La Vega quisie-
ron responder así a la
invitación del obispo
de la diócesis de San
Juan de la Maguana
de abrir un monasterio en una zona
de
la
diócesis
cuya escisión está
prevista que pase
a ser una diócesis
independiente y que,
como zona de misión,
tiene necesidad de la vida
contemplativa. Finalmente,
en el mes de junio, el Consejo
General ha dado su consentimiento a
la petición de las monjas de Machacos, Kenya, de iniciar antes de
finalizar el año una fundación en Zimbabue, a petición del obispo
de Mutare y de los hermanos del Comisariado de la Provincia de
Irlanda.
Estos nuevos monasterios son causa de una gran alegría, ya
que frecuentemente se erigen en zonas de misión o en las que
completan y enriquecen la presencia de la familia carmelitana.
Creo que la apertura de nuevos monasterios responde al propósito del Concilio Vaticano II de llevar la vida contemplativa a cada
Iglesia local, especialmente a las más jóvenes: “ya que la vida
contemplativa es expresión de la presencia eclesial en su forma
más plena, es necesario que la misma se construya por doquier
en las jóvenes Iglesias“ (Ad Gentes n. 18).
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NOTICIAS
Cambio de la memoria de San Nuño Alvares
Pereira del 1 de abril al 6 de noviembre
Indonesia y numerosos sacerdotes, así como representantes del gobierno local y unos cuatro mil invitados junto con otras personas de la región, mayoritariamente católica.
El “St John of the Cross Major Seminary”, iniciado
el año 2012, perteneció a la Congregación de
los Carmelitas de San Elías (CSE) y es gestionado conjuntamente con las hermanas Putri Carmel
(Hijas del Carmelo), ambos afiliadas a la Orden. El
Instituto cuenta actualmente con 17 estudiantes de
Indonesia y Malasia y está situado en un pueblo
pequeño llamado Bandol perteneciente a la diócesis
de Pontianak, West Kalimantan, de Indonesia.
Anuncio del nacimiento de una nueva realidad en
la provincia durante el Capítulo de Holanda
La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha concedido recientemente
el cambio de fecha para la memoria de San Nuño
Alvares Pereira del 1 de abril al 6 de noviembre. Este
cambio en el calendario litúrgico de la Orden entra
en vigor de manera inmediata. Desde su canonización, existe ciertamente la posibilidad de celebrar
la memoria de San Nuño. Pero de hecho, la coincidencia de la anterior fecha con la Cuaresma o con
la Octava de Pascua ha impedido repetidamente tal
celebración. La actual fecha coincide, además, con
la fecha vigente en Portugal. Desafortunadamente,
la Congregación no ha concedido que la memoria
fuese elevada a la categoría de fiesta para toda la
Orden.
Inauguración del Instituto Teológico
St. John of the Cross
El Prior General y su Consejo tienen la alegría de
anunciar la decisión de erigir una asociación de la
Tercera Orden en las comunidades de Boxmeer,
Zenderen, Nijmegen y Almelo, como respuesta a
la petición formal de la Provincia de Holanda del 14
de abril de 2014 respecto a las mujeres asociadas a
la provincia desde hace más de treinta años, con el
consentimiento de las mismas. Al final del Capitulo
Provincial, celebrado en Denekamp, Paises Bajos,
del 7 al 11 de mayo de 2014, el P. Fernando Millán
Romeral, O.Carm., anunció que el Consejo General
ha aceptado la petición de erigir para este grupo
una asociación de la Tercera Orden en conformidad
con el canon 312,3 del Código de Derecho Canónico
y con la Regla del Tercer Orden, n. 56. De este
modo, el grupo pasa a ser formalmente parte de la
Familia Carmelitana.
Los obispos de Zimbabue visitan la Curia
Carmelita
El día 25 de marzo, una vez finalizados los trabajos
del campus, fue inaugurado el nuevo “Theological
Institute of St. John of the Cross” por el Nuncio en
Indonesia, Mons. Antonio Guido Filipazzi. En el acto
participaron cinco obispos de diversos lugares de
El jueves 5 de junio, el Prior General, Fernando
Millán Romeral, O.Carm., y los miembros de la
comunidad de la Curia en Roma tuvieron el placer
de dar la bienvenida a seis obispos de la Conferencia
Episcopal de Zimbabue: Mons. Michael D. Bhasera,
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Obispo coadjutor de Masvingo y Presidente de la Conferencia; Mons. Robert Christopher Ndlovu, Arzobispo de Harare;
Mons. Alexio Muchabaiwa, Obispo de Mutare (en cuya diócesis
trabajan desde hace muchos años los Carmelitas de Irlanda y
de Zimbabue); Mons. Angelo Floro (de Gokwe); Mons. Dieter
Scholz (de Chinhoi); y Mons. Xavier Munyongani (de Gweru).
Los obispos se encontraban en Roma para su visita “ad limina
Apostolorum” con el Papa Francisco. En su discurso de bienvenida a los obispos, que compartieron la comida con la
comunidad, el Prior General habló de la larga relación que
existe entre la Orden Carmelita y la Iglesia en Zimbabue.
También obsequió a cada uno de ellos con un ejemplar del
libro recientemente publicado por Columba Press “Un Obispo
no podía hacer otra cosa: vida y testimonio de Mons. Donal
Lamont”. El libro contiene la famosa carta pastoral de Lamont
contra el apartheid, su “Discurso desde el banquillo de los
acusados” y algunos artículos del Prior General y de la catedrática Carmen Márquez Beunza, junto con una introducción
de la ex presidente de Irlanda, Mary McAleese. El libro fue
compilado y editado por el P. Miceal O’Neill, O.Carm.
Consejero General para Europa.
Asimismo, los días 12 y 13 de noviembre, como ya se informó, tendrá lugar en
Madrid (calle Ayala) un congreso sobre su
figura en el que participarán varios estudiosos. Los actos concluirán con una misa
solemne que tendrá lugar el día 14 de
noviembre en la Iglesia de San José en
Madrid (antiguo convento de San Hermenegildo), presidida por el Prior General.
Sobre este congreso se mandará una
información más detallada en los próximos
meses.
Celebración del IV centenario de la muerte de Girolamo
Gracián en Bruselas
Este año se celebra el IV centenario de la muerte de
Girolamo Gracián, acaecida en Bruselas el año 1614 (citoconline 3/2014). El P. Gracián fue amigo y defensor de Santa
Teresa de Ávila. El domingo 21 de septiembre, a las 15.30,
tendrá lugar la celebración de una eucaristía en el lugar donde
estaba ubicado el convento de Bruselas, Bélgica, en el que
murió: Couvent des Carmes, Avenue de la Toison d’Or, 45. El
celebrante principal será el Prepósito General de los Carmelitas Descalzos, P. Saverio Cannistrà, OCD, que también
pronunciará la homilía. Concelebrarán el Prior General, P.
Fernando Millán Romeral, O.Carm., el Vice-Prior General, P.
Christian Körner, O.Carm., y el P. John Keating, O.Carm.,
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CASA DE RETIROS CARMELITA
Nossa Senhora Peregrina
55665-000 Camocim de São Félix - Pernambuco - Brasil, Tel: +55 (81) 3743 1122
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