ORIGENES Y PERSPECTIVAS DE LA LEGISLACION SOCIAL

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V.- ANTECEDENTES HISTORICOS
ORIGENES Y PERSPECTIVAS DE LA
LEGISLACION SOCIAL COSTARRICENSE *
Lic. Oscar Barahona Streber
A) INTRODUCCION
Disertar nuevamente en público sobre
este tema resulta penoso para mí, pues me
obliga a hablar en buena parte en primera
persona. Pero como soy el último sobreviviente de los que participamos en la elaboración de toda la legislación social de Costa
Rica tengo que hacerlo así y ruego a quienes
me escuchan no pensar en que padezco del feo
vicio de la inmodestia y sí apreciar que la
verdad histórica siempre se abre paso, sobre
todo si su exposición se acompaña con las
pruebas en la mano, como ahora lo haré.
Todo lo que aquí expondré está documentalmente comprobado en el libro del Lic.
Guillermo Malavassi Vargas intitulado "Los
principios cristianos de justicia social y la
realidad histórica de Costa Rica", en las cartas originales del Dr. Rafael Angel Calderón
Guardia que luego mostraré, en el pergamino
que me dieron mis alumnos de la Escuela de
Servicio Social, de la que soy cofundador, el
24 de julio de 1942, día en que cumplí 26
años, y en los documentos que doné al Museo
Jurídico de la Corte Suprema de Justicia,
donde constan los borradores del Código de
Trabajo y de la reforma constitucional denominada "De las garantías sociales", que elaboré por expreso encargo de ese querido amigo mío, a quien exclusivamente corresponde
el mérito político de la gran obra social realizada en los años cuarentas.
B)ANTECEDENTES
FUNDAMENTALES
Durante el primer cuarto del presente
siglo Costa Rica sintió la influencia de la
Primera Guerra Mundial y del Tratado de Paz
que le puso término, cuya orientación social
fue indiscutible. La Liga de las Naciones, la
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Constitución de Weimar, la Organización Internacional del Trabajo y la Revolución Rusa
fueron hitos -para sólo citar uno pocos- que
marcaron un nuevo rumbo. El trabajo ya no
se consideró como una mera mercancía y la
ley comenzó a protegerlo, mediante un mínimum de garantías en favor de los trabajadores, irrenunciables para éstos.
En Costa Rica nació .el Partido Reformista, guiado por el líder General don Jorge
Volio; y entre las obras que contribuyó a
realizar está la legislación de accidentes de
trabajo, en gran parte debido a la tenacidad
del entonces Diputado don Julio Padilla, de
grata recordación.
Años más tarde sobrevino el "crack" de
la Bolsa de Nueva York y la época de depresión económica mundial, que también azotó
a Costa Rica. La huelga bananera de esa
época es uno de tantos episodios de esa conmoción nacional.
Pasó el tiempo y llegó al poder, electo
por una abrumadora mayoría, el Dr. don Rafael Angel Calderón Guardia, quien gobernó
al país durante el cuatrienio 1940-1944.
C) ¿CUANDO CONOCI
AL DR. CALDERON GUARDIA?
Conocí al Dr. Calderón Guardia y a su
distinguido padre el Dr. Rafael Calderón Muñoz cuando mi familia vivía en el Barrio de
Otoya. Ambos fueron médicos de mi familia
y tenían gran sensibilidad social y humana.
El Dr. Calderón Guardia sentía las necesidades de los demás como propias. Según
lo explica en su libro "El Gobernante y el
Hombre", desde joven abogó por la concor-
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dia social y no por la lucha de clases. Ese
pensamiento cristiano orientó, años más tarde, con base en los antecedentes apuntados,
toda su obra de Gobierno.
Su profesión de médico, adquirida en
un medio culto como Bélgica, y sus estudios
del Código Social de Malinas y de la Doctrina
Social de la Iglesia Católica, especialmente
consignada en las Encíclicas papales Rerum
Novarum y Quadragesimo Anno, afinaron y
racionalizaron su afecto para los desposeídos.
Y cuando llegó al país y fue arrastrado por la
vorágine de la política, ya tenía en su mente,
impresa con claridad, la idea de establecer los
seguros sociales, particularmente el llamado
"seguro de enfermedad".
Ya como Gobernante decidió fundar la
Caja Costarricense de Seguro Social y para
tal fin se asesoró principalmente del Dr. don
Guillermo Padilla Castro, quien viajó a Chile
para estudiar las experiencias de ese país y
quien fue el autor del proyecto respectivo, en
cuya redacción intervinieron varias personas,
además del suscrito. Entre ellas recuerdo al
Lic. Ernesto Martín Carranza y al Actuario
don J. Walter Dittel. Posteriormente me correspondió, como Jefe del Departamento de
Inspección de la Caja y con la activa colaboración del señor Dittel, contribuir decisivamente en la organización de la Institución y
en la puesta en marcha de la misma.
CH) MI PRIMER CONTACTO CON EL
PRESIDENTE CALDERON GUARDIA
La suerte me puso en contacto con el
Presidente Calderón Guardia. Explicaré
cómo ocurrió esto, para que puedan comprender por qué dos trayectorias distintas se juntaron. De la amistad iniciada con el Gobernante nacieron las Garantías Sociales y el
Código de Trabajo, que tanta influencia han
tenido en el destino nacional durante el último tercio de siglo. Mi familia era medianamente acomodada, pero a mediados de la
década de los treinta pasó por serias dificultades económicas.
En esa época mi padre fue extrañado
ilegal e inconstitucionalmente del país (7 de
agosto de 1939), lo cual aumentó la penuria
familiar. Me dirigí telegráficamente al Dr.
Calderón Guardia, como médico y como amigo de la familia, rogándole interceder ante sus
allegados, quienes habían logrado el remate
judicial de nuestra casa de habitación, situada
100 metros al Sur del Paseo Colón, donde
ahora hay un pequeño hotel. Me llamó a su
Despacho. La conversación versó sobre la
situación de mi familia y sobre las dolorosas
experiencias de mi juventud como abandono
de mis estudios universitarios por pobreza y
mi trabajo como peón en la zona del Pacífico.
En ese entonces yo tenía 25 años y el
Presidente casi 41. De este tema pasó él a
hablarme de sus proyectos de reforma social
y de la conversación nació la idea de robustecer la creación de la Caja Costarricense de
Seguro social --cuyo anteproyecto ya estaba
elaborándose-- dándole al régimen de los llamados seguros sociales el respaldo de una
norma constitucional. Le sugerí entonces la
necesidad de completar su obra con un Código Social y del Trabajo y con una reforma
constitucional completa que se denominaría
"De las garantías sociales".
La inquietud quedó sembrada en el ánimo generoso y sensible del Gobernante y
fructificó a corto plazo. A los pocos días me
llamó, me interrogó ampliamente sobre mis
ideas, las cotejó con las suyas propias y en ésa
y en sucesivas conversaciones se consolidó la
identidad de pensamiento que bajo la guía del
Dr. Calderón Guardia y con el mérito histórico que sólo a él le corresponde, habría de
originar la reforma social de Costa Rica. Varios costarricenses colaboraron después en la
redacción final de los respectivos proyectos.
Sin agotar la lista, menciono por ahora al Lic.
Ernesto Martín Carranza, al Lic. don José
Albertazzi Avendaño y al Lic. Francisco Fonseca Chamier, todos miembros del Congreso
durante el cuatrienio 1940-44.
D) EL BARRIO DE OTOYA Y
LA LEGISLACION SOCIAL
La implacable marcha del tiempo destruye cosas, desdibuja recuerdos o ayuda al
olvido. Hace varios meses, quizás impulsado
inconscientemente por el deseo de poner en
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duda esa verdad, recorrí el Barrio de Otoya,
donde pasé gran parte de mi infancia y de mi
juventud. Reconocí la "Casa de las Carruchas", en la que viví muchos años, que todavía existe, revestida de madera muy afectada
por el dios Cronos y sin las carruchas vacias
de hilo que le dieron su nombre, cuando algún
carpintero-arquitecto de la época decidió
adornar con ellas su frontispicio.
En frente aún está, pero totalmente reconstruida, la casa donde el gran Melico Salazar vivía ensayando a diario su potente voz
de tenor. Y atravesando la calle, en forma
diagonal, se ve todavía la pulpería "La Flor
de Otoya", donde mi madre compraba comestibles para sus siete hijos varones, a veces de
"a fiado", por la pobreza que nos abrumaba,
la cual guardaba armonía con las penurias de
la apacible capital de entonces, hará más de 60
años.
Más allá, a media cuadra hacia el oeste,
perdura la casa elegante y solariega de la
familia Calderón Muñoz, donde se inició mi
permanente amistad con el Dr. Rafael Angel
Calderón Guardia, Benemérito de la Patria.
Y a la vuelta, rumbo al norte, está una
callejuela, hoy pavimentada, en cuyo fondo
un italianito amable y hospitalario, construyó
una casa, también de madera, pequeña y acogedora, todavía intacta. El italianito sin vacilar me alquiló esa casa, al precio razonable
que apenas podía pagar un estudiante de Derecho, que sólo poseía un vestido que ponerse
y que estaba recién casado. Acababa de tomar
posesión de la Presidencia de la República el
Dr. Calderón Guardia. Como resultado de mis
citadas conversaciones con él, en esa casa se
gestaron y materializaron la Reforma Constitucional de las Garantías Sociales y el Código
de Trabajo.
Fueron tres meses de intenso trabajo,
día y noche, sin descanso, que afectaron seriamente la estabilidad de mi hogar. Una máquina portátil Remington, legislación mexícana,. colombiana, chilena, española y de
otros países, tratados como el del Dr. Mario
de la Cueva y muchos otros documentos más
ocupaban todo el espacio disponible de la
pequeña mesa del comedor, única existente
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en el inmueble. Y muy por encima de eso, la
decidida voluntad de cumplir con el amigo,
cuya sensibilidad social me había ganado a su
causa, pues él me solicitó hacer sólo lo que
no pudo o no quiso realizar la Comisión que
al efecto se nombró.
Cuando vi intacta esa casita de mis
recuerdos, pensé en que la obra que gestó en
su interior también está intacta, después de
casi medio siglo. El italianito de marras construyó bien su inmueble. E igual hizo, para
beneficio nacional, el Reformador Social de
Costa Rica.
E) AUTO EXILIO VOLUNTARIO
QUE DURO 23 AÑOS
Ya como expresidente el Dr. Calderón
Guardia decidió salir del país, en octubre de
1944. Me invitó a acompañarlo, en unión del
coronel Manuel Rodríguez. Me ayudó a fiNanciar mi viaje, porque aunque mis pobrezas
habían disminuido con esfuerzo propio, de
otra manera no habría podido acompañarlo
en nuestro periplo por Honduras, México y
Nueva York, donde nos separamos al cabo de
unos 20 meses. El había decidido ausentarse
de Costa Rica porque las incomprensiones
que produjo la obra social lo obligaron a
viajar. Conmigo ocurrió lo propio, con el
agregado de que yo deseaba hacer estudios de
postgrado y no tener contacto con la penetración comunista que ya se veía venir en el
Gobierno y en el país.
No puedo olvidar que el 15 de septiembre de 1943 un líder de la extrema izquierda
dijo en una gran reunión que se celebró en el
Templo de Música en apoyo de la vigencia
del Código de Trabajo, palabra más, palabra
menos, algo que me impresionó profundamente: "Trabajadores --y blandía en su mano
un ejemplar del Código de Trabajo que tanto
esfuerzo técnico me había costado--no importa lo que diga este Código, lo único importante es que Uds. ya tienen en sus manos un
instrumento de lucha contra los patronos"...
De la época en que nos separamos el Dr.
Calderón Guardia y yo, después de vivir ambos
en Nueva York, arranca la nutrida corres-
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pondencia epistolar a que de inmediato me
refiero.
F) CORRESPONDENCIA CON
EL DR. CALDERON GUARDIA
A partir de 1960 el intercambio epistolar con el Reformador Social de Costa Rica
fue constante y nutrido. De ahí nació en él, en
forma espontánea, reconocer mi participación en esa obra fundamental para el país y
también su testamento político, en que con
visión extraordinaria se anticipa a indicar la
orientación que debe tener el país y que infortunadamente no existe hoy en día a plenitud.
Transcribiré unos pocos párrafos de algunas de las cartas que él me dirigió:
destruidas; y, como un acto de justicia, que
lo es también de satisfacción para mí, será
destacada la cooperación tan valiosa, tan
noble y tan comprensiva que usted me proporcionó en esa obra de auténtico bien nacional para dejarla situada dentro de ese
limite; de esa manera impedir el afán de
quienes pretenden apropiarse de la paternidad de nuestro Código de Trabajo, de nuestra Caja de Seguro Social, de nuestro esfuerzo por
hallar
un equilibrio
indispensable de fuerzas de producción.
En su carta del 9 de noviembre de 1966
me dice:
"Ojalá que su siempre ocupado tiempo le
deje espacio para un estudio minucioso de
tales agregados (se refiere a proyectos de
reforma al Código de Trabajo), pues pienso
que no todos habrán sido emitidos con la
ponderación y el tino, y particularmente
con el hondo cariño a la obra de bien social,
que fueron marca indeleble en el estudio
previo a la promulgación; y con esto, repito
mi gratitud y mis elogios para usted como
colaborador de excepción.
"Su afectísimo amigo, R. A. Calderón
Guardia".
El 10 de febrero de 1967 el Dr. Calderón me escribió con relación a lo que luego
fue su testamento político:
''Mi querido y buen amigo: Así, le estimaría mucho preparar dicho esquema o
proyecto de artículo, permitiéndome agregar o interpolar consideraciones que pudiera haber dejado sin anotar, como las que se
refieren a su labor tan valiosa y que yo
quiero hacer constar por razón de justicia,
para la Historia; escrito en acuerdo mutuo
tendría mayor exactitud y fuerza ex positiva,
como se necesita para dejar las cosas bien
en claro. Usted está como muy pocos enterado de la verdad y entiende la conveniencia de exponerla en el momento más oportuno. Un abrazo cordial de su afectísimo
amigo, R.A. Calderón Guardia. "
"Con el afecto de siempre lo saluda su
amigo, R..A.. Calderón Guardia".
En su carta del 25 de enero de 1967 me
escribió lo siguiente:
''Mi apreciado y querido amigo: Estoy
informado que la Caja de Seguro Social
editará un folleto y me pedirá una opinión
mía para incluirla. Con todo gusto la concederé, por escrito, con mi firma al pie,
porque es una oportunidad excelente para
puntualizar hechos y fijar verdades destinadas a la historia; señalaré mi pensamiento
y la gestación de las Garantías Sociales, su
desarrollo, las razones que les dieron vida,
la lucha mantenida y la inclusión, al fin,
dentro de la Constitución de Costa Rica
como un medio realmente eficaz de impedir
que fueran desarticuladas, transformadas o
G) EL TESTAMENTO POLlTICO
DEL REFORMADOR SOCIAL
DE COSTA RICA
El 15 de septiembre de 1968, con motivo del vigésimo quinto aniversario del Código de Trabajo, se publicó en La Nación el
testamento político del Dr. Calderón Guardia,
cuyo proyecto preparé a petición de él hecha
por escrito en las cartas pre-insertas. En la
realidad era tan íntima y profunda nuestra
compenetración ideológica que sólo observaciones formales le hizo, con la salvedad de
que el último párrafo en que reconoce públicamente mi participación en la reforma social
del país es de exclusiva concepción y redacción de él.
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Creo oportuno trascribir algunos párrafos de ese documento histórico:
"Los que analicen la historia de nuestra
querida Costa Rica, durante este siglo, notaron que se puede dividir en dos etapas. La
primera es la referente a la afirmación de
nuestra estabilidad política y de nuestras
instituciones fundamentales, vale decir, la
del desarrollo más intenso del civismo, de
la cultura, de la juridicidad y del respeto a
la ley que caracterizan a los costarricenses.
La segunda etapa es la relativa al tránsito
que se inició en 1940 de una democracia
puramente política hacia una democracia
con contenido más social y más humano.
Las conquistas sociales que afortunadamente se lograron en esa época han influido
mucho en la historia de nuestro último cuarto de siglo y han llegado a convertirse en
parte indisoluble y esencial de la democracia costarricense. "
"Pero la historia es un proceso dinámico,
que no puede pararse en ningún momento.
Es necesario insistir en lo que acabo de
decir; los orígenes de nuestra legislación
social y las dudas que debió resolver el
gobernante que logró su promulgación. Y
como la obra de todo gobierno debe ser,
entre otras cosas, exégesis constante de la
historia, para aprovechar sus enseñanzas y
estar en capacidad de trazar metas inmediatas a los pueblos, que les permitan a
éstos ser artífices de su propio engrandecimiento y construir conscientemente el destino que merezcan, estimo que es procedente declarar que ya ha llegado la hora de
propulsar en forma más metódica y vigorosa el desarrollo económico del país, para
así complementar y perfeccionar, sobre una
base más sólida aún, los progresos que Costa Rica ha alcanzado en el campo social. "
"El propósito esencial del verdadero desarrollo económico es obtener la elevación
constante del nivel de vida de toda la población, principalmente de las clases media y
trabajadora. Los bienes y servicios que
emanen del crecimiento económico nacional deben beneficiar al mayor número posible de costarricenses y traducirse en un
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aumento del ingreso real de toda la población. Los empresarios tienen derecho a percibir crecientes utilidades, como un estímulo para su gestión; los consumidores tienen
derecho de comprar artículos y servicios de
buena calidad y a precios razonables; y los
trabajadores tienen derecho a lograr mayores ingresos, con un poder adquisitivo estable. Y todo esto debe irse realizando gradualmente,
conforme
aumenten
la
producción y la productividad nacionales.
Por otra parte, el nivel de vida de la población sólo puede ser elevado si crecen las
actividades industriales, agrícolas, comerciales y financieras del país. En consecuencia, la aplicación del concepto de verdadero
desarrollo económico abarca a todos los
sectores del país e implica un esfuerzo de
carácter nacional, en que la población entera debe participar; y también significa
que los costarricenses debemos trabajar
más y mejor, tener más fe en la creación
propia y descansar menos en la ayuda estatal."
"En Costa Rica resulta inaplazable, en
concordancia con los principios ya expresados, crear un nuevo espíritu y una mística, para lograr una producción y una productividad mayores, dentro del estimulante
clima de la libertad En el país hay un
excesivo reglamentismo, un gran número de
trabas y controles innecesarios y, quizás,
poca confianza en la libertad de empresa,
entre otras razones, porque no se comprende a fondo el carácter creador y progresista
de este concepto. Es evidente que la labor
concreta de producir y distribuir bienes y
servicios corresponde a los empresarios, a
los trabajadores y demás personas relacionadas con los procesos de producción y
distribución de la riqueza; y que es necesario precisar y delimitar cuándo el intervencionismo estatal es sano y cuándo, antes
que un estimulo constituye un freno para el
normal y fecundo desenvolvimiento de
aquellos procesos. Asimismo es indispensable iniciar cuanto antes el proceso tendiente
a eliminar el reglamentismo excesivo y todos los obstáculos artificiales que existen
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para la creación y financiación de empresas
privadas. "
"Creo firmemente en la libertad de empresa y en la conveniencia de abolir los
monopolios y privilegios institucionales
que entraban el progreso de l país; y a mi
juicio no deben escatimarse esfuerzos para
conseguir la plena vigencia de estas normas
fundamentales, que son sinónimo del desarrollo democrático de la economía. Las empresas particulares merecen estímulo, así
como las utilidades legítimas que ellas buscan. Hay que crear un clima moral, legislativo y de incentivos económicos, para que
surjan constantemente en Costa Rica nuevas empresas y para que se consoliden las
existentes, ya que esa es la única manera
libre de obtener un alto nivel de empleo en
el país. La población costarricense crece a
un ritmo acelerado y si no nos preocupamos
todos los ciudadanos y el Gobierno, de
crear más fuentes de trabajo, principalmente a través de la empresa privada, nuestro
ritmo de crecimiento económico puede decrecer sensiblemente, así como el actual
nivel de ocupación, lo cual traerá inevitables desajustes y perjuicios políticos y sociales.
"Naturalmente, es necesario recordar que
el concepto de libertad de empresa lleva implícito el de responsabilidad social. La empresa privada merecedora de estímulos y de protección debe ser sólo la que cumpla con sus
deberes ante los trabajadores, mediante un
tratamiento adecuado para éstos; ante los
consumidores de sus productos o servicios,
que por lo tanto deben ser de buena calidad
y a precio razonable; y ante el Estado, mediante el cumplimiento fiel de las leyes que le
sean aplicables. En síntesis, el mundo contemporáneo está agitado por cambios profundos, unos realizados y otros en gestación, y la
empresa privada debe tener la necesaria responsabilidad social, si quiere surgir con renovado vigor de esas transformaciones. Más
aún: esta característica de la empresa privada moderna se pone de relieve aún antes de
su creación, ya que hoy en día el empresario,
antes de decidirse a realizar determinada empresa, debe preguntarse primero, cómo va a
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servir a la comunidad con su proyecto y
después le corresponde inquirir qué utilidades va a ganar como consecuencia de haber
cumplido con esa misión de servicio o utilidad social."
H) MONSEÑOR SANABRIA
Y LA LEGISLACION SOCIAL
No puedo concluir estas palabras sin
rendir de nuevo público homenaje al Ilmo. y
Revdo. Monseñor Víctor Manuel Sanabria,
cuyo apoyo a la reforma social fue decisivo
para lograr su promulgación. En las páginas
245 y 246 del libro citado, cuyo autor es el
Lic. Guillermo Malavassi Vargas, se relata
una anécdota que demuestra la firmeza de
principios y la gran estatura intelectual de ese
recordado y querido amigo y en qué consistió
parte de su gran intervención en pro de esa
reforma trascendental.
1) PERSPECTIVAS DE LA LEGISLACION SOCIAL COSTARRICENSE
No veo bien el futuro de la legislación
social nuestra, pues se comienza a apartar de
sus fuentes originales y sus propósitos empiezan a olvidarse. Hay que reconocer que esa
obra es de muchos costarricenses y que, en
consecuencia, es patrimonio nacional y que
no pertenece ni a una clase, ni a un partido ni
a una persona en particular. Los trabajadores
deben verla y defenderla como propia. Pero
los empresarios también, puesto que al garantizarse la paz social ellos se protegen. Y asimismo hay que admitir que antes de introducirle nuevas enmiendas lo conveniente es que
todos nos concentremos en el desarrollo económico del país; y que cualquier reforma que
se haga debe ajustarse a sus principios básicos, uno de los cuales es que la legislación
social constituye sólo un mínimum de garantías sociales que debe ser ampliado, de acuerdo con las posibilidades de cada empresa, en
forma voluntaria, sin intervención del Estado, por medio de los pactos y convenciones
colectivos de trabajo.
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J) HACIA UNA NUEVA CONCIENCIA
EMPRESARIAL
No hay democracia donde no exista
conciencia democrática. Y no hay conciencia
democrática en un país donde los empresarios
no den el buen ejemplo, evolucionando hacia
etapas superiores de su quehacer productivo
y de los fines de su capacidad creadora.
estímulos al sindicalismo, ni con mayores
cargas u obstáculos para los patronos, que
sólo contribuyen a desestimular la producción, y, en segundo término, que ese desarrollo económico debe lograrse a base de empresa privada con responsabilidad social, que es
la que verdaderamente se necesita en Costa
Rica.
Más claro aún: la democracia no surge
por la imposición desde arriba (las esferas de
poder) hacia abajo (los gobernados). La democracia opera cuando se generaliza la conciencia democrática en un país, o sea, cuando
todos o la mayor parte de los ciudadanos
piensan y sienten en términos democráticos
por medio de la educación y del ejemplo que
den sus gobernantes, ya que gobernar es dirigir, orientar, liderear no sólo con palabras,
sino con hechos también.
Estimo que hay que seguir educando al
empresario costarricense, que va en general
por muy buen camino, pues está comprendiendo que para mantener y desarrollar nuestra democracia es indispensable sentir y pensar en términos democráticos. Y también creo
que, si se compara la actual conciencia empresarial, con la que había desde comienzos
de siglo hasta la década de los cuarenta, se
puede concluir en que se ha caminado un
largo trecho en la dirección correcta.
Los empresarios costarricenses empiezan a darse cuenta de estas profundas realidades y a demostrar generosidad y sensibilidad
social. Todavía hay casos entristecedores de
empresarios para quienes únicamente cuentan las utilidades de su empresa, realizadas a
como haya lugar. Pero la tendencia general es
alentadora y va en el sentido de aceptar la
legislación social y propiciar su cumplimiento; y en algunos casos ejemplares yendo más
allá, mucho más allá, del mínimum de garantías sociales que ella significa.
Y esto no sólo por razones internas. Los
cambios profundos que se han operado y se
siguen sucediendo en el resto del Planeta han
tenido y tendrán creciente influencia en Costa
Rica. El movimiento pro libertades democráticas que toma fuerza en los países detrás de
la demolida Cortina de Hierro, en Argelia, en
la China Comunista, y en otras regiones del
Globo, originado por las necesidades económicas y estimulado por el avance tecnológico
sin precedentes que experimenta la Humanidad, especialmente en Estados Unidos, está
produciendo una simbiosis entre el capitalismo rígido de siglos idos y un socialismo que
ya es anticuado. Y esto conducirá al respeto
y al desarrollo del concepto de libertad de
empresa que lleva implícito el de responsabilidad social; y al respeto del principio de que
el Estado debe estar al servicio y desenvolvimiento de la persona humana, y no al revés.
En el citado testamento político del Dr.
Rafael Angel Calderón Guardia, hay dos conceptos fundamentales en los que voy a insistir
porque la mayor parte de los costarricenses,
calderonistas o no, han ignorado o no conocen. En primer lugar, que lo que está a la
orden del día NO es hacerle más reformas a
la legislación social, sino lograr un desarrollo
económico creciente en beneficio de todos,
porque esta es ahora, cuando existe esa legislación, la manera más eficaz de ayudar a las
clases económicamente débiles. Es evidente,
valga el ejemplo, que el día que se logren las
metas nacionales de estabilidad monetaria y
tributaria y de abatimiento de la inflación -lo
que equivale a dar mayor poder adquisitivo a
los salarios- los trabajadores mejoraran su
nivel de vida; y que esto no se logra con falsos
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El país lo que necesita son mejores
empresarios, mejores trabajadores y, particularmente, mejores ciudadanos, conscientes
todos de la necesidad de armonizar intereses
para que haya mayor producción y mayor
productividad de artículos y servicios de calidad creciente, dentro del estimulante clima
de la libertad y con beneficio individual y
nacional.
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¿Será esto un simple ideal irrealizable?
Creo que la práctica demostrará lo contrario,
antes de que termine este siglo veinte, que ha
sido excepcional en cambios inesperados y
en lecciones trascendentales para toda la Humanidad.
NOTA
(*) Este trabajo es una síntesis de la disertación pronunciada ante la Cámara de Comercio de Costa Rica, el 15 de mayo de
1991.
Dada la importante participación que el
autor tuvo en los inicios de la legislación
social de Costa Rica, el Consejo Editorial
de la Revista Jurídica de Seguridad Social
ha estimado adecuado publicar este trabajo, como un contribución para el estudio de
los antecedentes históricos de este fundamental aspecto de la vida nacional.
Por razones obvias, el texto conserva el
tono coloquial de una exposición directa.
La Clínica de Santa María de Dota atiende una zona altamente productiva en ganado
y café, con una población económicamente activa próxima al 50 por ciento,
y que además es sede de una importante reserva forestal.
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